¿Quieren parar la guerra? Parece que no
Por
Pablo Ruiz
KAOSENLARED
27 de marzo de 2022
Vemos
que la guerra entre Rusia y Ucrania sigue adelante. Se ha cumplido un mes, y el
secretario general OTAN, Jens Stoltenberg, al terminar la reunión de la OTAN,
con el presidente de EEUU Joe Biden presente, ha señalado que van a seguir
suministrando armamento y apoyo militar a Ucrania y que han reforzado las
sanciones contra Rusia.
Lamentablemente,
los EEUU y la Unión Europea, y su alianza militar con la OTAN, en vez de ayudar
a buscar soluciones y acuerdos para lograr que se ponga fin a este conflicto, van
a seguir alimentando la guerra.
Es
importante decir que las sanciones económicas contra Rusia, y la misma guerra,
están dañando a todas las naciones del planeta. Ya la FAO ha advertido que
aumentará el hambre en todo el mundo.
Los
oligarcas de Estados Unidos y la Unión Europea, y sus presidentes y
funcionarios, sus grandes corporaciones, tienen sus sueldos y riqueza
asegurada, pero millones de personas comunes enfrentamos ya el aumento de los
precios y el aumento de la pobreza a causa de las guerras que alimentan y que
provocan, desde el fin de la segunda guerra mundial, incluyendo los golpes de
Estados que han instigado.
Quienes
tengan memoria sabrán que EEUU sabe muy bien cómo aplicar el manual para
generar conflictos y el caos en el mundo aunque sean otros quienes se enfrenten
y mueran.
Mientras
vemos la destrucción y la muerte allá tan lejos, empujada por la
irresponsabilidad de EEUU, la Unión Europea, y la OTAN -al no querer aceptar,
meses atrás, un acuerdo diplomático con Rusia cuando se les ofreció- también
nuestras vidas, silenciosamente, siguen siendo destruidas por los que dicen ser
los líderes del mundo libre.
Sin
dudas, la guerra entre Rusia y Ucrania no se está abordando con responsabilidad
por parte de EEUU y la Unión Europea. Defender la paz, y poner alto a una
guerra, implica abordar las cuestiones de fondo que encierran los conflictos y
buscar soluciones no violentas y justas para las partes que se enfrentan. En
ningún caso, tomar partido y echar gasolina a la hoguera podrá ser útil para la
paz.
La
guerra no es buena para nadie, ni para Ucrania ni para Rusia, y es urgente que
termine cuanto antes. Por lo mismo, los pueblos y las naciones del mundo
debemos abogar por negociaciones serias y de alto nivel con el fin urgente de
lograr un Acuerdo de Paz, entre Rusia y Ucrania, y poner alto al fuego.
Quienes
seguimos este conflicto, podemos observar que existen elementos que indican que
se podría llegar a una acuerdo si es real la voluntad expresada por Ucrania que
no ingresará a la OTAN. También, como alternativa de negociación, se pueden
retomar los Acuerdos de Minsk, con mayor acompañamiento internacional, para
resolver las diferencias y parar la guerra del Estado ucraniano contra los
territorios de Donbass y Lugansk. En estas regiones viven millones de personas
de lengua rusa que también merecen vivir en paz.
Es
necesario darle una oportunidad al diálogo, al encuentro de soluciones y
acuerdos, y no seguir echando leña al fuego enviando armas y municiones a
Ucrania. Lamentablemente, todo apunta a que EEUU y la Unión Europea no quieren
que esta guerra termine sino harían más por una solución negociada del
conflicto.
Es
triste seguir pensando que la única explicación posible para que siga esta
guerra, entre Rusia y Ucrania, son los planes estratégicos de EEUU. Sus
objetivos maquiavélicos, no sólo es seguir aumentando las extraordinarias
ganancias que da este conflicto bélico, donde ya ha aumentado el gasto militar
y la dependencia militar de la Unión Europea con EEUU, su fin es sacar del
camino a Rusia, generar el mayor daño posible, de paso seguir debilitando a la
Unión Europea para mantener la hegemonía estadounidense. Todo esto para luego
intentar destruir a China, como segundo paso estratégico, como ya nos predicen
sus planes y el mismo acuerdo militar Aukus.
Lo que
está en disputa, más allá del conflicto entre Rusia y Ucrania, es la lucha por
mantener un mundo unipolar, dirigido a su antojo por EEUU, y, por otro lado, la
emergencia de un mundo que quiere nacer, un mundo que quiere ser multipolar, donde
existan relaciones de respeto entre los pueblos, donde se promueva la paz, la
colaboración, y donde hayan garantías de una seguridad común donde nadie
amenace o agreda a los demás.
*Pablo
Ruiz es periodista y parte del Observatorio para el cierre de la Escuela de las
Américas.
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