domingo, 10 de octubre de 2010

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IMAGENES DE ZARAGOZA

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SOBRE LAS CONDICIONES DE LAS CLASES TRABAJADORAS EN CHINA

(4/14)

Robert Weil Rebelión.
Traducido para Rebelión por Sebastián Risauhttp://www.rebelion.org/noticia.php?id=37814 1 of 14 26/9/2006 07:51


-Pincha el video de abajo para ver que China tampoco está tan lejos. El capitalismo
tiende a "unirnos-" (1)

Los trabajadores de Kaifeng, donde han cerrado la mayor parte de las empresas estatales dejando 100000 desempleados, también han visto la necesidad de unirse para conseguir sus objetivos. Pero hace muy poco que los trabajadores de diferentes fábricas, tanto los que ya han perdido sus empleos como los pocos que actualmente continúan empleados, han comenzado a juntarse, organizando reuniones con los representantes de cada empresa, y organizando protestas conjuntas llevando gente de todas las fábricas. Los
activistas con los que hablamos estaban planeando para este año una gran manifestación en la ciudad con trabajadores de todas las fábricas.
Pero las perspectivas para esta clase de acciones conjuntas son inciertas. Todavía subsisten muchas divisiones dentro del proletariado urbano (económicas, generacionales e incluso políticas) donde algunos apoyan las reformas y otros abrazan la perspectiva socialista. Pero hasta uno de los parques de la ciudad de Zhengzhou que visitamos, en medio de un distrito obrero, está dividido en grupos de trabajadores y jubilados de derecha y de izquierda, con los primeros dominando ciertas áreas, especialmente durante el día, y los últimos más presentes en otras partes, particularmente de noche. Cuando paramos brevemente para hablar con algunos de los muchos que concurren todos los días para relajarse, pudimos ver que los debates llegan a caldearse bastante, llegando a haber veladas amenazas. Lo mismo ocurre con las perspectivas de unidad entre trabajadores y campesinos, donde los migrantes hacen el papel de intermediarios. Hay un deseo de unirse, pero las diferencias en sus condiciones y en el tratamiento dado por el gobierno, atentan contra la unificación a un nivel más alto.
Las reformas han hecho que las suertes de los obreros y los campesinos se inviertan parcialmente.
La gente con la que hablamos, tanto en las ciudades como en el campo, declaró que, en agudo contraste con lo que ocurría en la era socialista de Mao, algunos campesinos se encuentran hoy mejor que muchos trabajadores urbanos. Puede que aún sean pobres y deban luchar por su supervivencia (y las familias campesinas más pobres son quienes peor están de toda la sociedad), pero al menos tienen un trozo de tierra donde pueden plantar algo para comer. Hasta el migrante más pobre puede volver a su aldea si las cosas se le ponen muy difíciles en la ciudad. Sin embargo a los trabajadores urbanos no especializados, especialmente a los que han sido despedidos, ya no les queda nada. Han sido una vez más reducidos a la clásica condición del proletario, privados de todo acceso a los medios de producción, y abandonados a su suerte para literalmente morir de hambre. Si tienen padres enfermos o incluso hijos cuyas cuotas escolares deben pagar, su situación puede volverse desesperada. Sólo la situación de los obreros especializados o aquellos capaces de montar algún tipo de pequeño emprendimiento pueden compararse con la de los campesinos con su tierra.
Una consecuencia de esto es que se hace difícil alcanzar la unidad en las acciones de estas dos clases. Es frecuente que simultáneamente se lleven a cabo manifestaciones y protestas en las ciudades y en el campo que las rodea. Hasta durante el corto tiempo que estuvimos allí ocurrieron eventos paralelos, en Zhengzhou y Kaifeng y sus alrededores. En esta última ciudad veinte trabajadores eran arrestados en una fábrica y mientras tanto ese mismo día se llevaba a cabo una manifestación de campesinos (alzándose y haciendo cosas malas , según un trabajador) en el condado vecino, donde se dañaron edificios públicos y se bloquearon autopistas porque mediante engaños se les había sacado tierra para construir una ruta. Pero no había ninguna conexión entre estos dos eventos virtualmente simultáneos, y todavía no había habido ninguna manifestación conjunta de obreros y campesinos.
Además, hay diferencias hasta en la forma en que el Estado reacciona frente a las manifestaciones realizadas por estas dos clases. Las autoridades locales reprimen a los trabajadores urbanos de forma particularmente violenta porque sus luchas son más visibles para el público, causan incidentes en los centros urbanos de poder, y son un desafío directo al corazón mismo de las reformas: la privatización de las empresas y la formación de la nueva clase capitalista. Según un trabajador, él y otros como él están muy enojados, y necesitan unirse y rebelarse, pero, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, se supone que no pueden decir nada sobre su situación. A pesar de eso, no tienen miedo de morir, ya que no tienen nada , y por eso seguirán luchando.
A lo largo del país están aumentando las protestas obreras a gran escala, obteniendo a veces pequeñas victorias, pero resultando frecuentemente en el arresto y encarcelamiento de sus líderes.
En comparación, mientras que el mejoramiento de las condiciones de vida en el campo es actualmente una prioridad oficial del gobierno, la represión de las protestas campesinas puede ser aún más brutal ya que son mayormente invisibles, a menos que las acciones se realicen a una escala tal que suscite la atención del público. Como en el caso de la matanza de 20 aldeanos en diciembre de 2005 en Dongzhou, en la provincia de Guangodong por protestar contra la insuficiente compensación por las tierras usadas para construir una central eléctrica. Rebelión.


(1) Por el camino que vamos China está a la vuelta de la esquina.
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