sábado, 26 de noviembre de 2022

La Agencia Espacial Europea selecciona a dos astronautas españoles

 

La Agencia Espacial Europea selecciona a dos astronautas españoles

 

TERCERAINFORMACION / 23.11.2022

El ingeniero Pablo Álvarez va a formar parte del cuerpo titular de astronautas de la ESA, y la investigadora Sara García, del equipo de reserva, según se ha anunciado hoy en París. Ahora iniciarán un exigente programa de entrenamiento para participar en las futuras misiones espaciales tripuladas.

El ingeniero Pablo Álvarez Fernández y la investigadora Sara García Alonso, seleccionados para ser astronautas de la ESA. / Ciencia.gob


La Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado este miércoles en Paris a los integrantes de su nueva promoción de astronautas, que en el futuro podrán participar en vuelos tripulados.

Entre los 17 profesionales seleccionados se encuentran dos españoles: el ingeniero Pablo Álvarez Fernández y la investigadora Sara García Alonso

La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, ha asistido al acto de presentación y ya ha felicitado a los astronautas nacionales por haber logrado este hito histórico ya que, desde hace 30 años, España no contaba con ningún miembro en este selecto cuerpo de astronautas de la ESA.

Desde el proceso de selección de 1992, en el que fue elegido Pedro Duque, solo ha habido dos convocatorias, una en 1998 y otra en 2008, donde no hubo ningún español seleccionado. El astronauta hispanoestadounidense Michael López-Alegría también participó en varias misiones espaciales, pero de la NASA.

Perfil de los nuevos astronautas españoles de la ESA

Pablo Álvarez formará parte del cuerpo titular de astronautas de la ESA. Es ingeniero aeronáutico por la Universidad de León y tiene un máster en ingeniería aeroespacial por la Universidad Politécnica de Varsovia.

Trabajó como ingeniero de estructuras de varios programas de aeronaves de Airbus, tanto en España como en Francia y Reino Unido y como arquitecto mecánico del programa ExoMars Rover de la ESA destinado en Airbus Defensa y Espacio en Reino Unido. En los últimos años trabajaba como responsable de proyectos de Airbus en España realizando apoyo a proyectos en plantas de producción de la empresa. 

Por su parte, Sara González formará parte del equipo de astronautas de reserva, compuesto por los candidatos y candidatas que han superado todo el proceso de selección, pero no han sido incorporados al cuerpo titular.

González estudió el grado y el master de Biotecnología en la Universidad de León. Posteriormente realizó la tesis doctoral en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca y, actualmente, trabaja como investigadora posdoctoral en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), el mayor organismo de investigación del cáncer en España, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.

La ministra Morant ha señalado que tener a dos españoles entre los astronautas de la ESA es un logro de la apuesta del Gobierno de España por el sector aeroespacial. “Desde 2019, hemos incrementado un 50% la cuota anual de España a la ESA, hemos puesto en marcha el PERTE aeroespacial, que va a movilizar más de 4.500 millones de euros, y vamos a crear la Agencia Espacial Española”, ha declarado. 

Proceso de selección de astronautas

El proceso de selección de la nueva promoción de astronautas se inició el año pasado. A él se presentaron 22.523 solicitudes de toda Europa, de las que más de 1.300 fueron de España.

Tras ser seleccionados, los astronautas iniciarán un exigente programa de entrenamiento que les permitirá participar en las misiones espaciales en las próximas décadas. Se espera que los nuevos astronautas participen en las actividades de la estación espacial internacional (ISS) y en otras grandes misiones de gran relevancia internacional.

Desde el inicio de los vuelos espaciales de la ESA en los años 80, solo se han elegido 30 astronautas europeos, además de los de esta promoción.

Fuente: Ministerio de Ciencia e Innovación

 *++

Siete expertos internacionales lanzan un museo virtual de la Guerra de España

 

Siete expertos internacionales lanzan un museo virtual de la Guerra de España

 

Por Sebastiaan Faber 

Rebelion / España

 25/11/2022 

Fuentes: Ctxt [Foto: Soldados nacionalistas asaltan un suburbio de Madrid durante la Guerra Civil (Narodowe Archiwum Cyfrowe)]

Cinco galerías con más 120 objetos, cada uno acompañado de un miniensayo de 350 a 500 palabras en inglés y español: el nuevo Museo Virtual de la Guerra Civil Española, almacenado en un servidor canadiense, está sólo en su primera fase. Pero ya ofrece mucho material por explorar y debatir, desde el Cuartel de la Montaña y el Cementerio de Paracuellos hasta la Plaza de Toros de Badajoz, el Oro de Moscú, la morfina en el frente, el micrófono de Queipo de Llano, la violencia de género y los exiliados españoles en México. Fruto de ocho años de trabajo por un equipo interdisciplinar de siete expertos de Canadá, España, Estados Unidos y Reino Unido, el proyecto pretende ser una fuente de información y reflexión accesible, fiable y gratuita sobre las múltiples dimensiones del conflicto español. 

Lanzado en el otoño de 2022, justo cuando el Senado español aprobaba la nueva Ley de Memoria Democrática, el proyecto ha atraído la atención de los medios de comunicación españoles e internacionales. A finales de octubre, hablé con tres miembros del equipo: Adrian Shubert (York University, Canadá), Andrea Davis (Arkansas State University, EE.UU.), y Alison Ribeiro de Menezes (University of Warwick, Reino Unido).

Su primera fase incluye 123 objetos repartidos en cinco galerías: el comienzo y el desarrollo de la guerra, el contexto internacional, las retaguardias, la vida cotidiana en el frente y la memoria histórica. ¿Cuándo piensan finalizar el proyecto y cómo será el museo cuando terminen? 

Adrian Shubert (AS): No sé si por ahora podemos responder a esa pregunta. Se trata de un proyecto en curso. Ya hemos empezado a trabajar en nuevas galerías, pero también añadiremos objetos a las galerías existentes. En teoría, como no se trata de un museo físico, disponemos de un espacio ilimitado. Además, mantener un museo virtual es relativamente barato. En última instancia, sólo estamos limitados por nuestra voluntad y la de los demás de dedicarle tiempo al proyecto.

Andrea Davis (AD): En cuanto a los próximos pasos, lo que más me entusiasma es nuestro plan de crear lo que llamamos una “galería abierta”. La idea es invitar a diversos públicos a que ayuden a construir las siguientes fases del proyecto, para que éste se convierta en un museo vivo en el que personas de España y de otros lugares puedan aportar sus propios objetos y hablar de ellos. También queremos encontrar la manera de incluir como colaboradores a estudiantes y otros investigadores. Para mí, es emocionante pensar en construir los mecanismos que permitan ese tipo de participación. 

Alison Ribeiro de Menezes (ARM): Creemos que es importante transmitir la idea de que la memoria es un proceso, un diálogo continuo. En ese sentido, ayuda incluir objetos en el museo que puedan servir para suscitar un debate o una discusión. Una vez que la gente pueda empezar a subir sus propios objetos y explicar por qué son importantes, empezaremos a tener una idea diferente de la textura de lo que la gente considera que es su memoria sobre la guerra o la de su familia. Hasta ahora, la mayoría de nuestros objetos son préstamos de instituciones, con todas las complicaciones de derechos de autor que ello conlleva, aunque muchas instituciones han sido bastante generosas. La implicación más activa del público suscitará, sin duda, sus propias dificultades técnicas. Será un reto, pero tremendamente emocionante.

¿A qué público va dirigido el museo? Me ha llamado la atención la ausencia de un texto introductorio que esboce el contexto nacional e internacional. En su lugar, se invita al espectador a entrar directamente en cualquiera de los módulos. Además, el hecho de que los textos de los módulos son los mismos en ambos idiomas, parece indicar que no asumen diferentes niveles de conocimiento previo entre angloparlantes e hispanohablantes.

AS: Es un planteamiento interesante. La verdad es que no hemos considerado alternativas. Lo que puedo decir es que pretendemos llegar al público más amplio posible. En cuanto al idioma, uno de nuestros objetivos es que todo el museo esté disponible también en catalán, euskera y gallego, cubriendo todas las lenguas cooficiales de España. También estaría bien tenerlo en francés, pero es una prioridad menor.

AD: Es cierto que el sitio no ofrece una única ruta de visitas. Pero esa es precisamente la atracción de un proyecto digital: cada visitante puede trazar su propio camino. Y estamos trabajando en otras formas de acceso. Por ejemplo, ya se puede hacer clic en los metadatos asociados a los objetos para ver otros objetos de la misma zona geográfica o de la misma institución de préstamo.

Hablando de accesibilidad, ¿han considerado proporcionar algún aparato de referencia, como un glosario, que dé más información sobre temas o nombres con los que una visitante posiblemente no esté familiarizada?

AD: Hemos hablado de crear una especie de tesauro temático, sí. El reto es hacerlo manteniendo la integridad del enfoque galerístico. 

ARM: También nos gustaría introducir enlaces para los visitantes que quieran profundizar en un tema u objeto concreto, o para los estudiantes, por ejemplo, que quieran emprender un proyecto de investigación. Queremos animar al público a pensar, indagar e investigar por su cuenta, comprometiéndose más profundamente con el tema.

Su lanzamiento coincidió con la aprobación de la nueva Ley de Memoria Democrática de España, que, como sabemos, ha sido bastante polémica. ¿Una coincidencia?

ARM: Sí, lo es, pero yo diría que es una coincidencia feliz. Dicho esto, nuestro proyecto no está vinculado a ningún tipo de iniciativa gubernamental. El nuestro es un esfuerzo académico dirigido al compromiso público. Y no queremos llamar nuestro proyecto “democrático” simplemente porque esté disponible en línea. La pobreza digital es real: no todo el mundo tiene el mismo acceso a Internet.

El formato que han elegido –explicar la guerra a través de objetos significativos y textos cortos y accesibles– les ha obligado a encontrar un difícil equilibrio entre la exhaustividad y la concisión. Al mismo tiempo, parece que también han buscado un balance entre la voz autorizada del investigador que transmite el consenso académico, y un enfoque más abierto que deje espacio para el debate y la interpretación, para la indeterminación y los múltiples puntos de vista. ¿Hubo discusiones entre los miembros del equipo?

AD: En cierto modo, se trata de muchos proyectos en uno. Nos pusimos de acuerdo en unas directrices comunes, pero más allá de eso cada uno se hizo cargo de diferentes galerías y objetos. Cada uno de nosotros aportó su propio conocimiento y su propia voz. 

AS: También es importante señalar que no todos somos historiadores. Alison hace estudios culturales, por ejemplo, mientras que Alfredo González-Ruibal es arqueólogo. Todos venimos de lugares diferentes. Pero eso es algo que celebramos.

ARM: Además de la interdisciplinariedad, la dimensión académica de este trabajo también supuso un reto. Por ejemplo, debatimos hasta qué punto debíamos incluir estadísticas, números de víctimas, etc. Eso te lleva rápidamente a un debate: un erudito dice X, otro dice Y. Es una deriva poco fructífera para un proyecto como este, en que no tienen cabida las notas a pie de página. Aunque cada uno de nosotros ha abordado su trabajo desde sus propias disciplinas, compartimos un compromiso con la justicia y la transparencia. Lo que no queremos es promover un solo relato sobre la guerra.

Viendo las controversias que sigue suscitando el tema en España y otras partes, me imagino que ya habrán recibido reacciones interesantes.

AS: Hemos recibido muchos comentarios positivos, así como ofertas de particulares que tienen objetos que les gustaría que incluyéramos en el museo, lo cual es estupendo. Quizá sorprendentemente, sólo ha habido dos correos electrónicos negativos. Uno, escrito en mayúsculas, decía: “¿QUIÉN OS PAGA?”. (Risas.) El autor –supongo que de la extrema derecha– seguramente no sabe que este proyecto apenas ha contado con apoyos del gobierno español. 

AD: Algunos otros correos electrónicos nos han obligado a pensar. Una persona nos escribió sobre uno de los objetos del museo, una fotografía que nos prestó un archivo público. La persona que nos escribía nos explicaba que, en realidad, la fotografía había sido tomada por su abuelo. Esto plantea cuestiones interesantes sobre la procedencia y sobre las historias que se pierden o se silencian cuando los objetos pasan a formar parte de un archivo oficial. Pero esas son precisamente las historias que esperamos destacar.

Algunos de los medios de comunicación españoles que se hicieron eco de su proyecto subrayaron el hecho irónico de que España todavía no cuenta con un museo nacional de la Guerra Civil. ¿Cuál es su opinión al respecto?

AS: El historiador Antonio Cazorla Sánchez, que forma parte de nuestro equipo, tiene una opinión interesante sobre esta cuestión. En comparación con otros países europeos, dice, España tiene una escasez de museos de historia en general, especialmente relativos al siglo XX. La ausencia de un Museo de la Guerra Civil, en otras palabras, es realmente un síntoma de un problema mayor. 

ARM: Como irlandesa que soy, no creo que sea correcto que yo opine sobre los museos que España debería tener o no. Nuestro proyecto no trata de eso. Solo buscamos crear un espacio de información y reflexión, y de voces que de otro modo no podrían ser escuchadas o articuladas. Queremos involucrar al público. Y en cierto modo, reacciones como la que recibimos sobre la fotografía que Andrea mencionó antes hacen exactamente eso. Sin duda, España tendrá algún día un museo de la Guerra Civil. Puede que aún no sea el momento adecuado. ¿Pero quién soy yo para opinar al respecto? En mi propio país, Irlanda del Norte, no tenemos un museo sobre los muchos años de conflicto violento que a los que nos solemos referir como The Troubles. Y cada vez que intentan montar una exposición sobre el tema, ésta debe equilibrar a ambos bandos de forma tan equitativa que no resulta especialmente incisiva o perspicaz. Pero eso se hace por una buena razón: para evitar la desestabilización. Personalmente, estoy contenta de sacrificar el Museo de los Troubles si ello permite que tengamos un proceso de paz. También España tiene que trazar su propio proceso hacia la consolidación de la democracia y la confrontación con su historia. Nuestro proyecto puede aportar una visión informada, en parte, por perspectivas externas. Pero no podemos pretender que sea el sustituto de algo que España no haya hecho. Eso sería increíblemente arrogante.

Sebastiaan Faber es profesor de Estudios Hispánicos en Oberlin College. Es autor de numerosos libros, el último de ellos Exhuming Franco: Spain’s second transition.

Fuente: https://ctxt.es/es/20221101/Politica/41332/Sebastiaan-Faber-memoria-democratica-guerra-civil-memoria.htm

 *++

La espiral de precios de los salarios refutada

 

La generalizada idea de que en un proceso inflacionario aumentar los salarios comporta automáticamente un aumento de los precios es radicalmente falsa. Entre otros, un informe del FMI lo demuestra. No importa, los adalides del capitalismo lo seguirán reiterando.


La espiral de precios de los salarios refutada

Michael Roberts

El Viejo Topo

26 noviembre, 2022 


¿Los aumentos salariales ‘excesivos’ conducen a un aumento de la inflación y, por lo tanto, llevan a las economías a una espiral de precios y salarios? En 1865, en la Asociación Internacional de Trabajadores, Marx debatió con el miembro del Consejo de la IWMA, Thomas Weston. Weston, un líder del sindicato de carpinteros, argumentó que pedir aumentos salariales era inútil porque todo lo que sucedería sería que los empleadores aumentarían sus precios para mantener sus ganancias y la inflación consumiría rápidamente el poder adquisitivo; los salarios reales se estancarían y los trabajadores volverían al punto de partida debido a una espiral de salarios y precios.

Marx respondió al argumento de Weston con firmeza. Su respuesta, que finalmente se publicó como un folleto, Valor, precio y beneficio, fue básicamente la siguiente. En primer lugar, “los aumentos salariales generalmente suceden tras los aumentos de precios anteriores”: es una respuesta de recuperación, no debido a demandas “excesivas” y poco realistas de salarios más altos por parte de los trabajadores. En segundo lugar, no son los aumentos de salarios los que causan el aumento de la inflación. Muchas otras cosas afectan los cambios de precios, argumentó Marx: a saber, “la cantidad de producción (tasas de crecimiento – MR), los poderes productivos del trabajo (crecimiento de la productividad – MR), el valor del dinero (crecimiento de la oferta monetaria – MR), las fluctuaciones del mercado precios (fijación de precios – MR), y diferentes fases del ciclo industrial ”.

Además, “ Un aumento general en la tasa de salarios resultará en una caída de la tasa general de ganancia, pero no afectará los precios de las mercancías”.  En otras palabras, es mucho más probable que los aumentos salariales reduzcan la parte de los ingresos que se destinan a las ganancias y, por lo tanto, finalmente reduzcan la rentabilidad del capital. Y esa es la razón por la que los capitalistas y sus economistas se oponen a los aumentos salariales. La afirmación de que existe una espiral de precios y salarios y que los aumentos de salarios provocan aumentos de precios es una cortina de humo ideológica para proteger la rentabilidad.

¿Tenía razón Marx? Bueno, la corriente principal de la economía moderna ha seguido afirmando que los aumentos salariales «excesivos» provocarán un aumento de la inflación y crearán una espiral de salarios y precios. Tome los siguientes puntos de vista en el aumento de la inflación actual. En primer lugar, está la declaración reciente de Andrew Bailey, el gobernador del Banco de Inglaterra. “No digo que nadie reciba un aumento de sueldo, no me malinterpreten. Pero lo que estoy diciendo es que necesitamos moderación en la negociación salarial, de lo contrario se saldrá de control”.

O aún más explícito y siguiendo el argumento de Thomas Weston hace más de 150 años, Jason Furman, exasesor económico del presidente estadounidense Obama, lo planteó de esta manera.  “Cuando suben los salarios, eso hace que suban los precios. Si el combustible de las aerolíneas o los ingredientes alimentarios suben de precio, entonces las aerolíneas o los restaurantes aumentan sus precios. Del mismo modo, si aumentan los salarios de los asistentes de vuelo o los camareros, también aumentan los precios. Esto se deriva del micro y sentido común básico”.

Bueno, puede derivarse de «micro y sentido común básicos» en la economía dominante. Pero es simplemente incorrecto. Y esta semana, el FMI compiló un análisis completo de datos del movimiento de aumentos de salarios y precios que refuta a Bailey y Furman. El FMI “aborda estas preguntas creando una definición empírica de una espiral de precios y salarios y aplicándola en una base de datos de episodios pasados ​​entre economías avanzadas que se remontan a la década de 1960”.  Así que son más de 60 años y en muchos países.

Qué encontró el FMI: “Las espirales de precios y salarios, al menos definidas como una aceleración sostenida de precios y salarios, son difíciles de encontrar en el registro histórico reciente. De los 79 episodios identificados con la aceleración de precios y salarios que se remontan a la década de 1960, solo una minoría de ellos experimentó una mayor aceleración después de ocho trimestres. Además, la aceleración sostenida de los precios y salarios es aún más difícil de encontrar cuando se observan episodios similares al actual, donde los salarios reales han caído significativamente. En esos casos, los salarios nominales tendieron a ponerse al día con la inflación para recuperar parcialmente las pérdidas salariales reales, y las tasas de crecimiento tendieron a estabilizarse en un nivel más alto que antes de que ocurriera la aceleración inicial. Las tasas de crecimiento de los salarios finalmente fueron consistentes con la inflación y la estrechez del mercado laboral observada. Este mecanismo no pareció conducir a una dinámica de aceleración persistente que pueda caracterizarse como una espiral de precios y salarios”.

Y hay más:   «Definimos una espiral de salarios y precios como un episodio en el que al menos tres de cuatro trimestres consecutivos vieron una aceleración de los precios al consumidor y un aumento de los salarios nominales».  Y el FMI encuentra que “ Quizás sorprendentemente, solo una pequeña minoría de tales episodios fueron seguidos por una aceleración sostenida en salarios y precios. En cambio, la inflación y el crecimiento de los salarios nominales tendieron a estabilizarse, dejando prácticamente sin cambios el crecimiento de los salarios reales. Una descomposición de la dinámica salarial utilizando una curva de Phillips para salarios sugiere que el crecimiento de los salarios nominales normalmente se estabiliza en niveles que son consistentes con la inflación observada y la estrechez del mercado laboral.Al centrarse en episodios que imitan el patrón reciente de caída de los salarios reales y endurecimiento de los mercados laborales, la inflación decreciente y los aumentos del crecimiento de los salarios nominales tendieron a seguir, lo que permitió que los salarios reales se pusieran al día. 

¿Qué concluye el FMI? “ Concluimos que una aceleración de los salarios nominales no debe verse necesariamente como una señal de que se está afianzando una espiral de precios y salarios”. En episodios inflacionarios, los salarios simplemente intentan alcanzar los precios. Pero incluso entonces, los aumentos salariales no provocan espirales de precios salariales, por lo que se confirma la opinión de Marx.

Y si quiere una prueba inmediata de esto, mire el acuerdo salarial de esta semana entre los empleadores manufactureros alemanes y el sindicato IG Metall, el más grande de Alemania. Los trabajadores obtendrán aumentos salariales muy por debajo de la tasa de inflación de Alemania, actualmente en un máximo de 70 años del 11,6 por ciento, recibiendo el 5,2 por ciento el próximo año y el 3,3 por ciento en 2024, más dos pagos de suma global de 1.500 euros. Jörg Krämer, economista jefe de Commerzbank, dijo que los sindicatos y los empleadores habían «encontrado un compromiso sobre cómo lidiar con las pérdidas de ingresos causadas por el fuerte aumento de los costos de las importaciones de energía». Agregó: “Todavía no llamaría a esto una espiral de salarios y precios”.  De hecho, no, ya que incluso los trabajadores mejor organizados de Alemania tendrán que aceptar reducciones en su poder adquisitivo durante los próximos dos años.

El análisis del FMI solo confirma muchos otros trabajos empíricos realizados anteriormente. De hecho, los salarios como porcentaje del PIB en todas las principales economías han estado cayendo desde la década de 1980. En cambio, la participación en las ganancias ha aumentado. Y durante el período hasta 2019, las tasas de inflación no superaron el 2-3% anual.

Además, no parece haber una correlación inversa entre los cambios en los salarios, los precios y el desempleo: se ha demostrado que esta clásica curva keynesiana de Phillips que afirmaba esta relación era falsa. De hecho, esto se notó en la década de 1970 cuando el desempleo y los precios aumentaron juntos. Y las últimas estimaciones empíricas muestran que la curva de Phillips es prácticamente plana; en otras palabras, no hay correlación entre salarios, precios y desempleo. No hay espiral de precios y salarios.

A pesar de esta evidencia que refuta la espiral de precios y salarios, la corriente principal de la economía y las autoridades oficiales continúan afirmando que este es el riesgo clave para una inflación sostenida. La razón para hacerlo no es realmente porque los efensores económicos del capitalismo crean que los aumentos de salarios causan inflación. Es porque quieren “moderación salarial” frente a la espiral inflacionaria para proteger y sostener las ganancias. Con este objetivo, apoyan los aumentos de las tasas de interés del banco central que empujarán las economías hacia una recesión, que se producirá el próximo año.

Como dijo Jay Powell, jefe de la Reserva Federal de EE. UU.: “ en principio… al moderar la demanda, podríamos… bajar los salarios y luego bajar la inflación sin tener que desacelerar la economía y tener una recesión y un aumento sustancial del desempleo. Así que hay un camino hacia eso ”. Aún más descaradamente, el gurú keynesiano y columnista del Financial Times, Martin Wolf, exigió: “Lo que [los banqueros centrales] tienen que hacer es evitar una espiral de salarios y precios, que desestabilizaría las expectativas de inflación. La política monetaria debe ser lo suficientemente estricta para lograr esto. En otras palabras, debe crear/preservar cierta holgura en el mercado laboral.

Por tanto, el objetivo real de las subidas de tipos de interés no es detener la espiral de precios y salarios, sino aumentar el desempleo y debilitar el poder de negociación de los trabajadores. Recuerdo el comentario de Alan Budd, entonces principal asesor económico de la primera ministra británica Margaret Thatcher en la década de 1980: “Puede que haya habido personas que tomaron las decisiones políticas reales…  que nunca creyeron ni por un momento que esta era la forma correcta de derribar inflación. Sin embargo, vieron que [el monetarismo] sería una forma muy, muy buena de aumentar el desempleo, y aumentar el desempleo era una forma extremadamente deseable de reducir la fuerza de las clases trabajadoras”.

 Fuente: Blog de Michel Roberts.

 *++