jueves, 9 de enero de 2020

GOBIERNO PSOE - UP. UN ANÁLISIS DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA (MARXISTA LENILISTA)


Sobre el nuevo gobierno PSOE-UP.
DIARIO OCTUBRE / enero 9, 2020


Tras semanas de discretas negociaciones, y en medio del griterío de la derecha franquista y las advertencias apocalípticas de los medios de comunicación afines, finalmente Pedro Sánchez ha culminado el proceso que lo convierte en el primer presidente de un gobierno de coalición bajo el régimen del 78.

Es de destacar, sin duda, la intensa campaña mediática emprendida por PP, Vox y C’s, de resabios claramente ultras –fascistas– por su carácter agresivo, catastrofista y grotescamente embustero, y que ha contado con el respaldo de patronal, Iglesia y sectores relacionados con el Ejército. No solo se ha exagerado hasta la caricatura las intenciones de los partidos firmantes del pacto, sino que se ha llegado a mentir descaradamente incluso sobre las carteras atribuidas a «los comunistas» y su verdadera significación.

Especial gravedad han revestido los llamamientos a la intervención del Ejército, realizados desde las filas de los fascistas de Vox, que han tenido su correspondiente reflejo en amenazas serias contra la seguridad de diversos diputados. Pero no resultan menos indicativas de la histeria derechista las acusaciones de falta de legitimidad del nuevo gobierno por parte de Pablo Casado, así como sus advertencias sobre la posibilidad de derribarlo por medios distintos a los parlamentarios.

De esta manera, la (ultra)derecha pone abiertamente sobre la mesa la alternativa autoritaria, despojando a la democracia burguesa de sus últimos ropajes democráticos, una vez comprobado que los mecanismos institucionales y los aparatos de hegemonía no son suficientes para someter por completo la marcha de los asuntos legislativos a los intereses del gran capital. Como muestra la evolución de la situación política en los últimos años, tanto en España como a escala global, la oligarquía necesita afinar sus instrumentos al máximo para disciplinar a la clase obrera y someter al resto de fracciones burguesas nacionales, con el fin de afrontar la pelea global por los mercados y los recursos en las mejores condiciones. 

Tal barullo y nerviosismo contrasta, sin duda, con la entidad de los ministerios conseguidos por los representantes de UP, con el limitado contenido del propio acuerdo PSOE-UP y con la insistencia en ceñirse al «marco constitucional» a la hora de negociar con el independentismo una solución al conflicto político. De hecho, la cortedad de miras de la izquierda institucional a la hora de enfrentar los cimientos del régimen amenaza con producir mayores frustraciones entre el proletariado y la izquierda social en general, lo que acabaría reforzando al fascismo.

En realidad, por más que sea comprensible el alivio y el optimismo que la formación del gobierno de coalición han inspirado en amplios sectores obreros y populares, no es posible dar respuesta a los principales problemas que aquejan a nuestra clase dentro del estrecho corsé impuesto por la “transición”: es necesario romper con su entramado jurídico e institucional, empezando por la misma monarquía.

Ciertamente, no es descartable que, pese al ruido creado por la reacción en el Congreso, el capital y sus principales representantes no estén considerando seriamente dar un golpe de timón que, al poner en cuestión los aspectos formales del régimen, pueda desencadenar una fase de inestabilidad contraproducente para sus negocios. Pero, incluso en ese caso, no cabe duda de que el recurso al nacionalismo españolista y la agitación producida en torno al papel de ERC y otros partidos independentistas como EH Bildu en la formación del nuevo gobierno amenazan con profundizar la derechización de sectores populares y su radicalización en un sentido reaccionario, endureciendo la dominación política y económica ejercida por la oligarquía.

Sea como fuere, es necesario que el proletariado no baje la guardia ni se entregue a las ilusiones de un parlamentarismo burgués del que empieza a renegar incluso su clase beneficiaria. Muy al contrario, la situación requiere incrementar la discusión, la organización y la movilización de nuestra clase en todos los ámbitos, con el fin de hacer frente a la reacción y obligar al nuevo gobierno a cumplir sus promesas y asumir nuevas medidas favorables para las clases populares. Solo de esta manera empezaremos a construir una correlación de fuerzas favorable a nuestra clase, que permita plantear nuevas tareas en el camino de conseguir más democracia –la República– en el camino hacia el Socialismo.

¡A DISCUTIR Y A ORGANIZARSE EN TODOS LOS BARRIOS Y CENTROS DE TRABAJO Y DE ESTUDIO!
¡A LA CALLE PARA DETENER A LA BESTIA FASCISTA! ¡NO PASARÁN!
¡POR LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA, POPULAR Y FEDERATIVA!
¡POR EL SOCIALISMO!

Secretariado del CC del Partido Comunista de España (marxista-leninista)
Ocho de Enero de 2020

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HAY GOBIERNO PSOE-UP. SI ESTE GOBIERNO ES DE IZQUIERDAS, LLEVAMOS UN DÍA DE RETRASO CON LA REORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LOS CÍRCULOS


El Gobierno confirma los nombramientos de los ministros de Unidas Podemos: Pablo Iglesias, Irene Montero, Alberto Garzón, Yolanda Díaz y Manuel Castells

TERCERAINFORMACIÓN
09/01/2020
  • El Gobierno ha confirmado este jueves los nombramientos de los ministros/as de Unidas Podemos, que coinciden con los nombres que, de manera extraoficial, se habían difundido en los últimos días. El vicepresidente y una ministra son de Podemos, otros dos ministros de IU y el último de Los Comunes.
  • El nuevo Gobierno de coalición incrementará de 15 a 20 los ministerios y a cuatro las vicepresidencias.


Así, el Secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, será vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030; Irene Montero, ministra de Igualdad; El Coordinador Federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ministro de Consumo; Yolanda Díaz, Trabajo; y Manuel Castells, Universidades, han confirmado fuentes de Moncloa.

Se trata de la primera confirmación oficial de la estructura del nuevo Ejecutivo, cuya composición total el presidente Pedro Sánchez se ha comprometido a anunciar la semana próxima, para que ese mismo viernes o incluso antes pueda tener lugar el primer Consejo de Ministros del nuevo gabinete.

Pablo Iglesias - Vicepresidente de Asuntos Sociales
La presencia de Pablo Iglesias en el Consejo de Ministros fue el principal escollo de la negociación de Unidas Podemos con el PSOE tras las elecciones del 28 de abril hasta que el líder de Podemos decidió dar un paso al lado. Sin embargo, tras el nuevo reparto de cartas resultante de las elecciones del 10N, Pedro Sánchez e Iglesias aparcaron en 48 horas sus mutuos reproches y se fundieron en un abrazo para reconocerse mutuamente como presidente y vicepresidente de un gobierno de coalición cuya composición y apoyos han venido elaborando desde entonces.

Irene Montero - Igualdad
Irene Montero, número dos de Podemos, portavoz parlamentaria de Unidas Podemos y pareja de Pablo Iglesias, estará al frente de Igualdad, una cartera creada por primera vez en 2008 por José Luis Rodríguez Zapatero, al frente de la cual estuvo Bibiana Aído, y que después se integró en Sanidad y Política Social. Licenciada en Psicología, será ministra a punto de cumplir los 32 años, casi a la misma edad a la que lo fue Aído.

En el actual Ejecutivo socialista de Pedro Sánchez, Igualdad estaba dentro de las competencias del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, en manos de Carmen Calvo, que verá aligerada esta parte de su peso político, a expensas de que pudiera ser compensada con nuevas funciones.

Yolanda Díaz - Trabajo
Yolanda Díaz, diputada de Galicia en Común por la provincia de A Coruña, asumiría el Ministerio de Trabajo, cuya titular (además de añadir Seguridad Social y Migraciones) es Magdalena Valerio. Sin embargo, este ministerio en manos de Unidas Podemos podría venir sin las competencias de Seguridad Social y pensiones, que actualmente tiene la ministra socialista.

Abogada laboralista de 41 años, con una larga trayectoria política en Galicia, Díaz tiene una estrecha relación política con Pablo Iglesias y su inclusión en el futuro equipo de gobierno se daba por garantizada para representar a la confluencia gallega del partido.

Alberto Garzón - Consumo
 El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, será el próximo ministro de Consumo y tendría además competencias sobre la regulación de los juegos de azar y las casas de apuestas. La cartera de Consumo está ahora integrada en el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, mientras que lo relativo a los juegos de azar pertenece al Ministerio de Hacienda. El acuerdo de investidura entre el PSOE y Unidas Podemos incluía la "regulación urgente" de los juegos de azar, su publicidad y las apuestas en línea, de forma similar a la del tabaco.
 
Alberto Garzón, de 34 años, había mostrado al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, su interés en ser ministro, pero aún no se había conseguido encajarle en la distribución de departamentos. Con su incorporación al Gobierno, el Partido Comunista de España vuelve a sentar a un militante suyo en el Consejo de Ministros desde la restauración de la democracia.

Manuel Castells - Universidades
El sociólogo y economista Manuel Castells ha sido el finalmente elegido por En Comú Podem como ministro de Universidades. En su elección ha pesado el criterio de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, después de haber sonado para este Ministerio -desgajado del de Ciencia que encabezaba Pedro Duque- la también profesora universitaria Rosa Lluch, hija del ministro socialista Ernest Lluch, y el eurodiputado de los ‘comunes’ Ernest Urtasun.

Aunque en el inicio de las negociaciones Podemos había pensado en su secretario de Acción de Gobierno y principal negociador con los socialistas, Pablo Echenique, para ocupar la cartera de Universidades, finalmente los 'morados' decidieron ceder a Colau y los suyos este Ministerio, para cumplir el mencionado reparto de responsabilidades. De hecho, Castells impulsó la creación de los comunes en los comicios de 2015, y en las pasadas elecciones municipales encabezó un manifiesto de apoyo a Colau firmado por más de 150 intelectuales.
Manuel Castells, de 77 años, es un catedrático universitario de prestigio internacional, uno de los principales teóricos a nivel mundial en el campo de la sociología de la comunicación y la Sociedad de la Información, que ha publicado más de 20 libros. Uno de ellos, su trilogía La era de la información: economía, sociedad y cultura, ha sido traducido a 23 idiomas.

* Con información de RTVE.

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VENEZUELA. GUAIDÓ



El contragolpe de Juan Guaidó 

Juan Guaidó, cuyo liderazgo venía desfigurándose, ha logrado dar un vuelco a la situación coyuntural y revertir su desplazamiento, al menos temporalmente. Venezuela vuelve a la actualidad después de meses de permanecer en un segundo plano en una región convulsionada.

 
Sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela
Caracas (Venezuela)
EL SALTO
2020-01-09 10:34 

Este 7 de enero, Juan Guaidó ha retornado al palacio Legislativo y ha jurado como presidente [del Parlamento venezolano] para un nuevo período legislativo. Esto ocurre dos días después del nombramiento en el mismo cargo, del diputado Luis Parra, también opositor. ¿Qué pudo ocurrir para que llegara esta compleja situación, sobre todo cuando Venezuela llevaba meses alejada de la resonancia conflictiva mundial?

En medio de empujones con la Guardia Nacional y un performance agresivo, Guaidó logró penetrar las alcabalas militares que impedían su ingreso a la Asamblea Nacional, siendo juramentado por una plenaria de la cual no se conoce con exactitud el quórum. La sorpresiva acción puede implicar un reavivamiento de la política venezolana y genera nuevas expectativas en el campo opositor. Después de obtener un control casi total en las fuerzas armadas y en las calles de Venezuela, el Gobierno da un paso en falso en su afán de controlar el poder Legislativo, único poder dominado por la oposición.

La forma en la que intentó hacer a un lado a Guaidó y a la mayoría opositora —con la utilización de la fuerza militar para limitar el acceso al Parlamento a algunos diputados, con el incumplimiento de las reglas mínimas para sesionar y la censura de la información de medios públicos y privados— está provocando, hasta ahora, una derrota parcial para el chavismo en diversos campos. Guaidó, cuyo liderazgo venía desfigurándose, logró dar un vuelco a la situación coyuntural y revertir su desplazamiento, al menos temporalmente.
Una posibilidad real de cambio en las esferas políticas no parece estar planteada hoy, puesto que los factores de poder que sostenían el simulacro de presidencia de Guaidó parecen más debilitados
A pesar del acontecimiento del 7 de enero, una posibilidad real de cambio en las esferas políticas no parece estar planteada hoy, puesto que los factores de poder que sostenían el simulacro de presidencia de Guaidó parecen más debilitados. Estados Unidos ha privilegiado a Irán en la agenda geopolítica. La oposición confronta una división que parece ineludible. Los gobiernos de avanzada contra Venezuela, como Colombia y Chile, están envueltos en graves conflictos. Los organismos internacionales vieron en 2019 cómo el Gobierno peruano cerró el Congreso y cómo al presidente de Bolivia, Evo Morales, después de ganar elecciones, le dieron un golpe de Estado. Todo parece indicar que si no pudieron contra Maduro en 2019, en 2020 ya será tarde.

Pero la política es imprevisible y el contragolpe de Guaidó puede revivir la política en Venezuela. Para poder explicar la situación, narramos los acontecimientos de esta semana. 

5 de enero: opositor disidente se juramenta como presidente del parlamento con los votos del oficialismo

Para ese día, lo planificado por la “presidencia interina” era que Juan Guaidó dirigiera el debate parlamentario, llamara al pleno a votación de la nueva directiva y pudiera conseguir los 84 votos necesarios, que estaban en entredicho debido a las escisiones y rupturas internas que han acontecido en la oposición entre otras cosas por los escándalos de corrupción y, según los dirigentes de oposición, debido al soborno de diputados opositores por parte del oficialismo.

Un cordón de la Guardia Nacional permitió la entrada de todos los diputados menos Guaidó. Mientras los diputados opositores estaban esperándole en el hemiciclo, de manera intempestiva comenzó la sesión con los nuevos directivos ya posicionados y una elección relámpago convocada por un secretario legitimado desde el partido de Gobierno en la que se contaron 81 votos según diputados oficiales, y una juramentación en medio de empujones y desorden en la plenaria.

El nuevo presidente de la Asamblea Nacional electo en esta situación era el diputado Luis Parra, que viene de Primero Justicia, el partido de Henrique Capriles y Julio Borges, y su terna fue presentada por una articulación de diputados opositores disidentes que ha venido en crecimiento desde que se instaló, hace meses, una mesa de negociación entre el Gobierno y un ala moderada de la oposición confrontada con Guaidó.

Por su parte, Guaidó y el grueso de los diputados opositores se dirigieron esa tarde a un viejo edificio, sede de un conocido medio opositor, El Nacional, y desde allí eligieron a una nueva junta directiva del parlamento presidida por Guaidó. Según sus cuentas, fueron 100 diputados quienes lo reeligieron.
El conflicto con Irán tiene muy ocupado a Estados Unidos, muchos países de América Latina que impulsaron a Guaidó tienen crisis internas que le impiden generar acciones internacionales
Hasta allí todo era previsible. El Gobierno de Maduro contaba con un nuevo panorama nacional e internacional que le permitía sacarle la silla a quien se autonombró presidente de la República con el aval de Estados Unidos y más de 50 países. Pero eso fue a comienzos de 2019. En 2020 hay cambios importantes. El conflicto con Irán tiene muy ocupado a Estados Unidos, muchos países de América Latina que impulsaron a Guaidó tienen crisis internas que le impiden generar acciones internacionales y las cartas que ha puesto sobre la mesa la coalición opositora y sobre todo Estados Unidos, han venido fracasando estruendosamente en su objetivo de sacar a Maduro del poder.

Parecía muy fácil sacarle la silla a Guaidó bajo estas nuevas condiciones pero la situación, dos días después, se complicó. 

7 de enero: Guaidó retoma el palacio Legislativo 

Juan Guaidó y los diputados opositores se presentaron en la entrada de la Asamblea Nacional. Después de forcejear con la Guardia Nacional que filtraba los accesos al Parlamento, pudieron entrar de forma inesperada para los diputados disidentes que sesionaban junto con los oficialistas, al parecer sin el quórum necesario. 

Por primera vez el chavismo acusa recibo de un contragolpe efectivo. De una manera inexplicable han quebrado sus defensas
Una vez dentro de la sede juramentaron nuevamente a la junta directiva presidida por Guaidó. Según algunas fotografías, tampoco parecían tener quórum. A los disidentes se les vio correr fuera del hemiciclo.

A pesar de que lo que sobresale es la incapacidad de ambos bandos de generar solidez a la institucionalidad parlamentaria, esta toma intempestiva revierte el momento de máxima debilidad de la oposición y especialmente de la figura de Guaidó y genera consecuencias adversas para el chavismo en varias esferas de interés. 

Consecuencias de la pugna entre poderes

Por primera vez el chavismo acusa recibo de un contragolpe efectivo. De una manera inexplicable han quebrado sus defensas. ¿O ha habido negociación para permitir nuevamente la entrada de Guaidó? Se deja colar en el ambiente opositor la idea de que el Gobierno puede ceder y es derrotable, algo que nadie creía desde hace algunos meses. Y de que la misma toma que ocurrió en el palacio Legislativo podría pasar, a pocas cuadras, en el palacio de Miraflores, sede del ejecutivo. La oposición siempre peca de sobredimensionar sus triunfos parciales, aunque esta vez, ciertamente logró volcar la situación.

Dentro de la oposición, el contragolpe de Guaidó ha generado entusiasmo y ha unido sectores que, hasta hace horas, se enfrentaban agónicamente.

En las pocas horas de los acontecimientos, Guaidó alcanzó a pedir a Voluntad Popular, su partido, que lo liberara de la militancia como forma de responder a la presión de los sectores que vienen confrontando a su líder Leopoldo López. El partido accedió y esto permitió, en parte, recomponer la mayoría parlamentaria.

Guaidó es hasta los momentos el gran triunfador de las jornadas porque condujo la toma del palacio y agregó un performance agresivo que le permitió cautivar nuevamente a los más radicales. Sin duda ha tomado un nuevo aire con esta acción.
Lo ocurrido el 5 de enero está produciendo un mayor aislamiento político en el Gobierno de Maduro, quien ha expresado su deseo de establecer alianzas con el nuevo ciclo de gobiernos progresistas que apenas comienza
En el plano internacional, la acción del 5-E ha producido una ruptura profunda entre el gobierno de Maduro y los gobiernos progresistas que están tomando posiciones en América Latina. Especialmente agresivas han sido las palabras entre el canciller argentino y sectores del Gobierno venezolano. Pero México y España también han condenado la acción. El 5-E está produciendo un mayor aislamiento político en el gobierno de Maduro, quien ha expresado su deseo de establecer alianzas con el nuevo ciclo de gobiernos progresistas que apenas comienza.

La tardanza del Gobierno en calificar y explicar el hecho de la toma de la Asamblea por parte de Guaidó aumentó la incertidumbre. No hay claridad de cómo va a reaccionar ante el hecho y si va a seguir reconociendo a Luis Parra y la directiva escogida el 5 de enero.

Toda esta confusión puede tener un final feliz. Este año deben convocarse, por mandato constitucional, las nuevas elecciones legislativas. Al oficialismo podría interesarle incluso que ocurriera en el primer trimestre del año para fomentar la división opositora entre los abstencionistas y los que llaman a participar. Antes de terminar el año pasado, la oposición amagó con asistir a los comicios cuando formó, junto al oficialismo, un comité para preparar la nueva designación del Consejo Nacional Electoral. Los acontecimiento del 5 y 7 de enero pueden tender a acrecentar la tendencia radical y abstencionista de la oposición y en consecuencia y paradójicamente, a dejar el poder legislativo en manos del chavismo.

En todo caso, el intento de desplazar a Guaidó parece haber sido un error de cálculo de la dirigencia chavista, innecesario a todas luces debido a la proximidad de unas nuevas legislativas cuya convocatoria puede permitirle recuperar la iniciativa rápidamente.


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