Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Afganistán. La última
revolución del siglo XX “Nunca he considerado una invasión la intervención de
la URSS en Afganistán. Fue una intervención que se produjo desde el primer
momento de acuerdo con una de las dos partes del PDPA.”
Afganistán, la revolución
olvidada
Salvador López Arnal
El Viejo Topo
30 octubre, 2023
José Luis Martín Ramos (Barcelona, 1948) es
catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de
Barcelona. Entre sus principales publicaciones cabe citar aquí: Rojos
contra Franco. Historia del PSUC, 1939-1947 (2002); La
rereguarda en guerra. Catalunya, 1936-1937 (2012); El Frente
Popular. Victoria y derrota de la democracia en España (2016); Historia
del PCE (2021); La Internacional Comunista y la cuestión
nacional en Europa (2022).
Recientemente ha publicado en El Viejo Topo, Afganistán.
La última revolución del siglo XX. En este último ensayo centramos nuestra
conversación.
Sorprende el
título de tu libro: Afganistán. La última revolución del siglo
XX. ¿Qué revolución fue esa? No suele hablarse a día de hoy de la
revolución afgana. Es un olvido interesado para muchos. El 30 de abril de
1978 el Partido Democrático Popular, comunista, tomó el poder en Afganistán; el
proceso de transformación revolucionaria acabó 14 años después. ¿Desde
cuándo que existe Afganistán como nación, como Estado-nación si me permites la
incorrección?
Desde el último
tercio del siglo XIX, cuando se afirma un poder regional pastún, con sede en
Kabul, frente a la dominación británica en la India y en el límite de los
avances del Imperio Ruso en el Sur de Asia Central.
El estado
afgano –que difícilmente puede considerarse estado-nación– se consolidó cuando
el emir Amanulah Khan, aprovechó el fin de la Gran Guerra para conseguir
emanciparse del protectorado británico y proclamar luego, en 1926, el Reino de
Afganistán.
Comentas que
Afganistán fue un territorio olvidado por el movimiento comunista hasta después
de la Segunda Guerra Mundial, que no constituyó objeto de ninguna consideración
particular en los debates de la Internacional Comunista sobre la cuestión
colonial, ni en el Congreso de los Pueblos de Oriente desarrollado en Bakú en
septiembre de 1920, ni en los debates sobre la cuestión colonial desarrollados
entre el segundo y el quinto congreso de la IC. ¿Cómo puede explicarse ese
olvido?
Más que olvido,
desconocimiento. La representación exterior de Afganistán estuvo en manos
británicas hasta el final de la Primera Guerra Mundial; y dentro del país no
había ningún germen de movimiento revolucionario. Por otra parte, el estado
soviético consideró a Amanulah Khan como un aliado nacionalista frente al
imperialismo. De hecho, la primera intervención del Ejército Rojo en Afganistán
se produce en 1929 para ayudar a Amanulah Khan contra el golpe contra él
promovido por el Imperio Birtánico.
¿Qué posición
mantuvo Afganistán durante la II Guerra Mundial?
De no
intervención en el conflicto, aunque un sector de la Corte y de la elite de
Kabul se inclinó por el Eje, como reacción al antiguo dominador británico.
¿Cuándo y cómo
se formó el Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA)? ¿Fue propiamente
una formación comunista?
Lo fue desde el
primer momento, por más que no lo explicite su denominación, que se inspiró en
la del comunismo iraní (el partido Tudeh, partido De las Masas populares).
Se formó por la
fusión de diversos grupos marxistas en 1964, oficializada en congreso en enero
de 1965.
¿Cómo consiguió
el poder el PDPA? ¿Fue en algún momento una formación comunista al servicio de
los intereses geopolíticos soviéticos?
Mediante la
insurrección de una parte del ejército, vinculada al PDPA, apoyada por los
militantes del partido.
Fue una
formación comunista alineada con la URSS, no al servicio de ningún interés
geopolítico sino de lo que consideraban el interés de los pueblos de
Afganistán.
Hablas de “una
división histórica” del PDPA. ¿Qué división fue esa? ¿Por qué fue importante en
términos políticos e históricos?
La división
sobre los ritmos y los objetivos del proceso revolucionario, sobre si
desarrollar un programa democrático popular o un programa de construcción
inmediata del socialismo, sobre cuál había de ser la base social de la
revolución. Temas todos ellos presentes a lo largo de la historia del marxismo
revolucionario.
Tenía
antecedentes en las diferentes orientaciones tácticas en los sesenta y setenta
y se agravó con la toma del poder.
¿Es correcto
afirmar, como tantas veces se ha hecho, que la URSS soviética invadió
Afganistán como años interviniera en Checoslovaquia para aniquilar la Primavera
de Praga? ¿Por qué intervino? ¿Pulsiones imperiales o fue otra cosa?
Nunca lo he
considerado una invasión, sí una intervención que se produjo desde el primer
momento de acuerdo con una de las dos partes del PDPA.
La razón de la
intervención fue el más que previsible colapso de la RDA ante la política
sectaria de Amin. La intervención, que se preveía limitada en su presencia
territorial y en su actividad, tuvo que ampliarse ante la debilidad del
ejército afgano frente a la rebelión islamista apoyada y financiada por EEUU.
No veo
pulsiones imperiales en ningún momento.
¿Qué interés
tenía Estados Unidos en Afganistán? ¿Desde cuándo intervino en los asuntos
políticos del país?
Aunque la CIA
está presente desde los años cincuenta el interés explícito de EEUU se produce
en 1978, impulsado inicialmente por la esperanza de generar dificultades en la
frontera sur de la URSS y orientar a la población musulmana de la URSS contra
el estado soviético. Lo hizo ayudando a la rebelión islamista antes de que se
produjera la intervención militar soviética y se mantuvo reforzada tras ella
con el objetivo de arrastra a la URSS a un conflicto de larga duración, a una
“trampa para osos”, como la llamó un agente de los servicios secretos
pakistaníes, intermediarios fundamentales de esa intervención.
¿Tiene sentido
afirmar que la guerra en Afganistán fue también una guerra por delegación entre
Estados y la URSS en el marco de la guerra fría?
Solo por parte
de EEUU. La URSS no interviene para luchar contra la influencia de EEUU, que no
existía apenas en el país; EEUU sí interviene a través de la rebelión islamista
para desequilibrar a la URSS.
¿Hay alguna
duda a día de hoy sobre la ayuda política, económica y militar de Estados
Unidos a los rebeldes islamistas con el objetivo de erosionar a la URSS?
Ninguna en
absoluto.
¿Qué balance
haces del papel político que ha tenido Babrak Karmal en la historia de
Afganistán?
Pienso que en
la pugna que lo enfrentó a Taraki primero y a Amin tenía razón. Su proyecto de
revolución democrática popular era el adecuado. Otra cosa es si tuvo la firmeza
y la capacidad suficiente para desarrollarlo a partir de 1980, o si los
vaivenes de Gorbachov se lo permitieron.
¿Por qué se
retiró la Unión Soviética en tiempos de Gorbachov de Afganistán? ¿Fue una
decisión correcta en tu opinión? ¿Se tenía que haber producido antes tal vez?
Correspondió al
giro de la política exterior soviética por parte de Gorbachov, de retirada del
apoyo a los movimientos revolucionarios en el Tercer Mundo. Fue una decisión
compleja –para mí negativa- imposible de resumir en cuatro líneas.
¿Colapsó la
República Democrática tras la retirada de la URSS?
No
inmediatamente, no tras la retirada militar, que es la que ordena Gorbachov; en
1990, Yeltsin amplió la retirada a todo apoyo político, financiero y de
suministros militares y a pesar de ello el colapso tardó año y medio en
producirse.
Te cito: “La
República de Afganistán desapareció en medio del caos. Con ella acabó el
proyecto de reforma revolucionaria iniciado en abril de 1978, recuperado en
enero de 1980 y suspendido en espera de un proceso de transición a la paz, que
nunca llegó, a partir de 1987. El futuro, en los siguientes treinta años, no
volvería a ver una propuesta popular reformadora semejante, el estado afgano
fue derivando hacia un estado fallido y la polarización cultural, ideológica,
fue dominada finalmente por las versiones extremas del islamismo político,
mientras que la narcoeconomía siguió dominando la producción para el mercado e
interfiriendo en beneficio de sus mafias, y las internacionales, en todos los
ámbitos de la sociedad y de la política afgana”. ¿Esa es aproximadamente la
situación de Afganistán a día de hoy?
Sin duda.
Te vuelvo a
citar: “La segunda conquista de Afganistán por el movimiento talibán, permitida
-como mínimo- por el gobierno de EEUU y consumada el 15 de agosto de 2021…”.
¿Permitida como mínimo, alentada por el gobierno de EEUU? ¿Por qué?
No tengo la
respuesta exacta; sí la sospecha de que Biden decidió soltar el lastre de un
país que nunca interesó por sí mismo a EEUU.
Una pregunta
inapropiada tal vez: ¿cuál es la principal aportación de tu ensayo?
Espero que sea
superar el olvido.
¿Qué sentido
tuvo, si lo tuvo, aquella dura y prolongada discusión entre comunistas afganos
y no-afganos en los primeros años ochenta en nuestro país (y creo también en
otros países próximos)? ¿De qué discutíamos exactamente? Ser afgano era más o
menos como ser estalinista, dogmático y antidemocrático.
Esa sí fue una
polémica por delegación. No se discutía de la situación afgana, que
desconocíamos, sino de nuestros propios problemas y de los de la relación del
comunismo europeo con la URSS.
¿A quién
interesa hoy lo que sigue sucediendo allí? ¿Cuál es la situación de la mujer en
estos momentos? Hace pocos días mujeres afganas han hecho un llamamiento a la
“comunidad internacional” para que las liberen de la esclavitud y la tortura
que están sufriendo de nuevo desde agosto de 2021.
A casi nadie. Y
esa situación -muchísimo peor que la de la mujer en Irán- no se originó en
2021, sino en la derrota de la revolución afgana en 1992. Nadie se acuerda, ni
parece querer acordarse, del importante movimiento por la emancipación de la
mujer que acompañó a la revolución, liderado por Anahita Ratzebad.
¿Sigues
estudiando, sigues investigando sobre Afganistán?
No. Intento
seguir lo que está pasando, pero la información que nos llega es prácticamente
nula.
Muchas gracias
por tu amabilidad y por tu libro.
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