El vuelo corto del «Sí se puede» del ministro Garzón
Insurgente.org
/19/02/2020
Alberto
Garzón se fijó un objetivo claro tras acceder al
Ministerio de Consumo: regular la publicidad de las apuestas deportivas. «Es un
problema de salud pública», razonaría poco después de tomar posesión,
una cuestión que merecía una legislación específica, muy en especial en su
apartado publicitario. Las apuestas, explicó, operaban entre «el caos», bajo
una «ley de la selva» que apuntalaba la ludopatía
.
Un mes después,
ha presentado sus primeras medidas.
¿Decepción? Medidas que han causado cierta sorpresa por lo limitado de su
alcance. Garzón desea prohibir los bonos promocionales por
encima de los 100€. Hasta ahora, la industria utilizaba cheques por altas
cuantías como herramienta de introducción y fidelización. Un usuario podía
recibir hasta 200€ a cambio de realizar determinadas apuestas o de registrarse
en la casa de turno. Dinero gratis.
Este reportaje
de El Confidencial revelaba el alcance de la estrategia,
seguida por toda la industria: hasta 100 millones de euros anuales a cambio de
que nuevos clientes entren en la rueda de la apuesta.
Insuficiente. ¿Qué sucede? Que la propuesta de Consumo es tímida. Las casas no podrán
ofrecer promociones por encima de los 100€, pero sí por debajo, dinero más que
suficiente entre adolescentes carentes de ingresos o en barrios deprimidos. El propio Garzón ha explicado que los
bonos «atraen a menores de edad y a personas con problemas de salud». Y sin
embargo, ha dejado un amplio margen para que sigan
operando.
«Interés
general». A las pocas horas, El Independiente publicaba lo siguiente: «Garzón permitirá la publicidad de
apuestas en los partidos de máxima audiencia». En un principio, Consumo había filtrado la limitación de los anuncios
de apuestas al horario de madrugada, entre las 01:00 y las 05:00. Al parecer,
la medida tendrá una excepción: sí podrán emitirse en horario de máximo
audiencia, a partir de las 20:00.
¿Qué significa? Esencialmente barra libre. El horario nocturno es el que más
audiencia arrastra. Esta temporada, la mayoría de partidos jugados por Real Madrid
y Barcelona, los dos equipos más populares, se han jugado más allá de las
20:00. La medida, de concertarse, permitiría a las casas emitir anuncios y
promociones tanto en radio como en televisión durante los encuentros más
seguidos, más golosos.
Si LaLiga
deseara exprimir la legislación, tan sólo tendría que colocar el grueso de los
partidos en horario de máxima audiencia.
Distancia. Las palabras de Garzón marcan distancia con la radicalidad de su discurso
pre-electoral. En su programa electoral, Unidas Podemos planteaba prohibir no solamente toda la
publicidad, sino «acabar con las casas de apuestas online y
presenciales». Un fenómeno «más cercano a la depredación que al
entretenimiento» que apuntalaba un problema, el de la ludopatía, muy visibilizado por la formación.
Y combatido.
Al menos
retóricamente.
Diferencias. ¿Qué ha sucedido para que los hechos caminen a tanta distancia de las
palabras? Consumo ha explicado que «la regulación» debe
avanzar «de forma paulatina». Una prohibición total e inmediata podría «llevar
a un desvío de la publicidad a otros medios que puedan afectar a los más
jóvenes». Una aproximación gradual, fruto de la realidad que impone el
gobierno, pero que casa mal con la urgencia de su discurso previo.
Y una que
además choca con las medidas implantadas en Italia, en Reino Unido o incluso en la propia Comunidad
de Madrid, donde ya es obligatorio que todos los locales de
apuestas cuenten con portero.
Imagen: Víctor
J Blanco/GTRES
*++