lunes, 19 de junio de 2017

TRANSICIÓN ESPAÑOLA DE 1977. NI ORO Y NI SIQUIERA PAPEL DE ALUMINIO TODO LO QUE RELUCE


El 15-J del 77 y la construcción del bipartidismo

19.06.2017


El 15 de Junio se cumplieron 40 años de las primeras elecciones generales tras la muerte de Franco. El relato dominante es que fueron unas elecciones libres que clausuraron el largo periodo de la Dictadura y abrieron el periodo democrático. Pero este relato oculta importantísimos elementos y no refleja, por ello, la historia real. Lo que abrieron estas elecciones fue el Bipartidismo Dinástico de la Alternancia, columna vertebral del Régimen político de la Segunda Restauración Borbónica para garantizar el mantenimiento y desarrollo del Sistema económico-social y de poder que la lucha antifranquista había conseguido poner en cuestión.

En el relato dominante sobre el 15J de 1977 (tenido como cierto a fuer de tanto repetirse) se silencian varias cuestiones fundamentales:
- Los partidos a la izquierda del PCE seguían ilegalizados y tuvieron que presentarse con diversos disfraces o como agrupaciones de electores. Y el propio PCE hacía sólo dos meses que había sido legalizado.

- El decreto-ley que señalaba las normas electorales (jurisdicciones electorales, voto no igualitario según población, forma de adjudicación de los "restos", etc.) estuvo hecho a la medida para que la UCD, el partido creado por Adolfo Suárez con los reformistas del franquismo y sus variopintos aliados, obtuviera la mayoría tanto en el Congreso como en el Senado, para controlar todo el proceso de la Transición. Se trataba de garantizar el triunfo de la "Reforma" (del paso de una supuesta "legalidad" franquista a la legalidad de una democracia de baja intensidad y fuertemente vigilada por los "poderes fácticos" (el ejército, la banca...) sobre la Ruptura democrática, consistente en la condena del régimen franquista y sus instrumentos, en la apertura de un proceso constituyente en que todos los temas pudieran ser discutidos, y en el reconocimiento de todos los derechos individuales y colectivos, incluido el derecho a la autodeterminación de los pueblos del Estado.

- No pudieron participar casi dos millones de jóvenes de entre 18 y 21 años y se pusieron numerosas trabas a la participación de los cientos de miles de emigrantes en países extranjeros.

- Destinado a ser la segunda columna del nuevo Régimen político, y con el apoyo directo de Estados Unidos y de la socialdemocracia alemana, se había fabricado a marchas forzadas otro partido, paralelo y "rival" de la UCD, que vampirizó las viejas siglas del partido socialista (prácticamente inexistente durante el franquismo) y que debía recoger gran cantidad de votos por la activación de la memoria histórica de muchos opositores, sobre todo no activos, al franquismo: el PSOE de González, Guerra y Mújica. Aunque también se presentaron a las elecciones el "PSOE (histórico)", el PSP de Tierno Galván y diversos partidos socialistas "regionales", todo el foco, la propaganda mediática y el apoyo financiero se centraron, con éxito, en el nuevo partido (aunque se presentara como heredero del que fundara Pablo Iglesias). Esta operación, además de crear la segunda columna del nuevo "régimen "democrático", estaba destinada a impedir la repetición del proceso ocurrido en Portugal, donde sí se había producido una "ruptura" que, aunque no duró mucho tiempo, había alarmado a la OTAN y a los poderes económicos y políticos internacionales.

- A cambio de poder presentarse con sus siglas a las elecciones (algo completamente innecesario, porque sin la presencia de ambos partidos las elecciones no hubieran tenido legitimidad alguna a los ojos de los ciudadanos y del mundo), tanto PSOE como PCE aceptaron previamente rehusar a sus posiciones programáticas en una serie de temas esenciales: no cuestionamiento de la monarquía instaurada por el dictador en la persona de Juan Carlos de Borbón; aceptación del principio de "España, una e indivisible" con el ejército como garante de dicha unidad, sin plantear el carácter plurinacional del Estado; aceptación de los símbolos vigentes en el régimen franquista (la bandera rojigualda, el escudo (solo quitándole "el pájaro"), el himno sin letra (la Marcha Real)... Renunciando también a la depuración de los aparatos represivos y jurídicos del estado fascista (policiapolítica, ejército, gran parte de la magistratura...) que seguirían impunes al aplicárseles una ley de Amnistía que en principio había sido pensada para los represaliados por el franquismo.

- Las elecciones no fueron a Cortes Constituyentes, aunque el proceso desembocara en la elaboración de una Constitución. Los términos de esta, en lo fundamental, respondieron el pacto entre UCD, PSOE y PCE anterior al 15J, lo que produjo un texto en el que, en las cuestiones fundamentales, se recogió las posiciones e intereses de los ex-franquistas reconvertidos en demócratas, con ciertas concesiones, más retóricas y formales que reales y prácticas, a los otros dos partidos.
Conviene recordar todo lo anterior y mostrarlo, sobre todo, a quienes, por su edad, no vivieron aquellos momentos. Y refrescar también la memoria de los nostálgicos de la Transición que tanto alaban esta por intereses concretos o por razones de comodidad psicológica, convirtiendo el 15-J del 77 y la Constitución del 78 en mitos fundantes de una supuesta democracia plena que habríamos gozado, supuestamente también, durante ya cuarenta años. Y a la que habría que defender hoy de las "amenazas" y "desafíos" que la cuestionan.
Isidoro Moreno. Catedrático de Antropología Social, Universidad de Sevilla.


Blog del autor: www.isidoromoreno.es

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HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN RUSA ESCRITA POR MAURICIO ROJAS CON LAS VÍSCERAS ASISTIDAS POR LAS NEURONAS DEL CULO


MITOS DE LA REVOLUCIÓN RUSA

Trotsky, Stalin y Lenin: el Bueno, el Malo y el Feo

Mauricio Rojas

LibertadDigital HISTORIA

14.03.2012

       



Toda revolución tiene su mitología. La de la rusa se construyó sobre tres grandes caracteres: Trotsky, el Bueno; Stalin, el Malo, y Lenin, el Feo. Los tres son falsos y no permiten entender la verdadera dinámica que llevó a la creación del primer Estado totalitario. Pero también es falsa la idea misma del drama en que participaron: la así llamada Revolución de Octubre nunca ocurrió.

La noche del 24 al 25 de octubre (según el calendario juliano) de 1917, las tropas de asalto de la Guardia Roja bolchevique tomaron el poder en las principales ciudades de Rusia. Se llevaba así a los hechos la voluntad de Lenin, que desde septiembre venía planteado la necesidad de dar un golpe de estado aprovechando el caos reinante. Su argumento era tajante: si 130.000 terratenientes habían podido gobernar sobre 150 millones de personas en tiempos del zarismo, bien podrían hacer lo propio 240.000 comunistas disciplinados, armados y decididos a todo.

La noche del 25 de octubre se pone al Congreso de los Sóviets de Obreros y Soldados ante el hecho consumado de la toma del poder, ante lo cual la mayoría, probolchevique, nombra un Gobierno provisional encabezado por Lenin. Lo que vino a continuación nada tuvo que ver con la revolución democrático-popular que se venía desarrollando desde febrero, sino que fue su opuesto radical: una contrarrevolución antidemocrática y antipopular destinada a imponer el dominio de una minoría sin escrúpulos sobre la mayoría del pueblo ruso. Las medidas tomadas lo dicen todo: el 27 de octubre se reinstaura la censura; el 7 de diciembre se crea la policía política más temible que haya existido, la Cheká, que en unos años llegará a tener ¡250 mil efectivos!; el 6 de enero se disuelve la Asamblea Constituyente, democráticamente elegida y en la cual los bolcheviques están en minoría; el 14 de enero, destacamentos armados son destinados al campo para efectuar requisas, con la orden de Lenin de "adoptar las medidas revolucionarias más extremas"; en abril, Lenin llama a ejercer abiertamente la dictadura "férrea" e "implacable" e iniciar, sin mediar levantamiento significativo alguno contra el nuevo régimen, la guerra civil contra toda oposición:
Toda gran revolución, especialmente una revolución socialista, es inconcebible sin guerra interior, es decir, sin guerra civil.
Eran los inicios de un largo proceso contrarrevolucionario que se prolongaría hasta los años 30, cuando se doblegue definitivamente a los campesinos con acciones militares francamente genocidas y se afiance el Gulag. Unos 20 millones de personas perdieron la vida a causa de la represión y las hambrunas. Nada quedó en pie de lo conquistado en el periodo revolucionario de febrero a octubre de 1917.

En suma, la Revolución de Octubre nunca existió. Lo que sí hubo fue un golpe de estado contrarrevolucionario, del cual emergió el primer y más acabado régimen totalitario que haya existido.

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Lev Davídovich Bronstein, alias Trotsky, nacido en Ucrania en 1879 y asesinado en México en 1940 por el comunista catalán Ramón Mercader cumpliendo órdenes de Stalin, ha pasado a la posteridad como un luchador idealista, opuesto a los excesos de Stalin, muerto por defender la verdadera revolución de Lenin contra la feroz dictadura de una nueva clase.
Intelectual fascinante, orador notable y gran escritor, será la atractiva antítesis del burdo Stalin y su estrella seguirá brillando con el tiempo, con esos destellos encandiladores que emanan de los mártires-asesinos estilo Che Guevara.
Se supone que el Bueno, luchador, soñador, profeta y mártir, fue bueno, es decir, humano, generoso, opuesto a cualquier violencia excesiva, amigo del pueblo, etc. Veamos cómo hablaba el Bueno en defensa de la guillotina, un poco antes de tomar el poder:
Os digo que las cabezas tienen que rodar, y la sangre tiene que correr (...) La fuerza de la Revolución Francesa estaba en la máquina que rebajaba en una cabeza la altura de los enemigos del pueblo. Era una máquina estupenda. Debemos tener una en cada ciudad.
Este bueno comandó, como jefe del Ejército Rojo, el terror masivo durante la Guerra Civil. El 17 de agosto de 1918 enviará el siguiente telegrama secreto a Lenin, en el que se opone a la presencia de la Cruz Roja en zonas de combate:
Los pilotos de aviones y los artilleros han recibido órdenes de bombardear e incendiar los distritos burgueses de Kazán, y luego Simbirsk y Samara. En estas condiciones, la caravana de la Cruz Roja resulta inapropiada.
Su represión –marzo de 1921– del sóviet revolucionario de Kronstadt (base naval a las afueras de Petrogrado) fue terrorífica. Una de las primeras medidas que adoptó fue la toma de mujeres e hijos de los amotinados como rehenes. Cuando lanzó el Ejército Rojo contra los contrarrevolucionarios, hizo que destacamentos de la Cheká fueran en retaguardia para que liquidaran en el acto a todo aquel soldado que retrocediese.
La resistencia fue encarnizada y duró hasta el 18 de marzo. Después de la caída de la base naval, cientos de prisioneros fueron masacrados; el resto fue deportado a campos de concentración, de donde muy pocos volvieron.
El bueno de Trotsky no dudó un segundo en defender la dictadura del proletariado contra el proletariado mismo. Así se expresó, por ejemplo, en el X Congreso del Partido Comunista:
Ellos [la denominada oposición obrera] han lanzado consignas peligrosas. Han convertido en fetiche los principios democráticos. Han colocado por encima del partido el derecho de los obreros a elegir a sus representantes. Como si el partido no tuviese derecho a afirmar su dictadura, incluso si está en conflicto temporal con los humores cambiantes de la democracia obrera.
Cuando se opuso a Stalin, no lo hizo en nombre de la democracia, ni de la contención de la violencia dictatorial, ni en denuncia del Terror. Todo lo contrario. Como dice su gran biógrafo, de orientación trotskista, Isaac Deutscher:
Su acusación principal contra ellos [Stalin y sus partidarios] no era la de que actuasen con un espíritu jacobino, sino, por el contrario, la de trabajar para destruir ese espíritu (...) Y él se identificaba a sí mismo y a sus partidarios con el grupo de Robespierre.
Sin embargo, a los asesinos románticos se los perdona e idealiza, especialmente si han muerto por sus ideales. Lo que fascina en Trotsky, como en el Che Guevara, es su desenfadada convicción de estar haciendo el bien, liberando a la Humanidad de todo mal habido y por haber. Pero es justamente eso lo que los torna tan peligrosos: su finalidad deslumbrante los lleva a usar cualquier medio, a sacrificar masivamente a los seres humanos de carne y hueso para redimir a la Humanidad.

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Al Malo, en cambio, nada se le perdona. Para salvar de todo pecado a Trotsky, o a Lenin, o a Marx, o al comunismo en general, se cargan las tintas contra el Malo. Aunque no siempre fue así: hace un tiempo, el Malo era para muchos el más bueno entre los buenos. Por ello es que no fueron pocos los que a la muerte de Stalin pudieron decir, con Rafael Alberti: "Que tu alma clara me ilumine en esta noche que te vas"; o los que se conmovieron con las estrofas de la "Oda a Stalin" de Pablo Neruda:

Stalin es el mediodía,
la madurez del hombre y de los pueblos.
Stalinianos. Llevamos este nombre con orgullo...

Incluso fueron innumerables los progres, para no hablar de los comunistas, que estuvieron dispuestos a alabar a Stalin a sabiendas del coste terrible de su dictadura. Tal vez no conocían la extensión exacta de la barbarie, pero eso no era lo importante. Imbuidos de la misma visión de la historia que inspiraba a Stalin, veían la violencia ejercida como un costo necesario de la obra de liberación de la humanidad que, según ellos, habría iniciado la Unión Soviética. Por ello pudieron decir con Neruda:

Stalin alza, limpia, construye, fortifica,
preserva, mira, protege, alimenta,
pero también castiga.

Luego vino la evidencia, abrumadora y terrible, desvelada por los mismos comunistas soviéticos. Y cuando no se pudo defender más lo indefendible, entonces sí, se le convirtió en el Malo. El chivo expiatorio. El Gran Perverso.

Pero Stalin no era más perverso que Trotsky, Lenin o Marx. Todos ellos eran profetas de un mismo ideal que lleva ínsito el afán genocida en su propósito de arrasarlo todo para cambiarlo todo, en su proyecto de crear un hombre nuevo, para lo que se requiere la destrucción del hombre realmente existente.
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Nos queda el Feo, Lenin, hombre sin atractivo alguno para quien no le sea devoto, máquina intelectual con una sola pasión: la revolución. Noble hereditario, tomó el camino de la revolución siendo muy joven, después del ajusticiamiento de su hermano Alexánder por tratar de asesinar al zar. Sin embargo, esta figura tan gris ejercería una influencia demoledora sobre miles de personas.













Nadie como él fue capaz de crear una "red de agentes", como él mismo decía, tan fanáticamente entregados a su causa. Y lo hizo no con el don de la palabra y el carisma personal, como sí hizo Hitler, sino con su devastador intelecto, plasmado en interminables escritos y en su gran creación, el partido totalitario, fundado sobre un conjunto de revolucionarios profesionales totalmente entregados. Esto fue lo esencial para Lenin, poder contar con "hombres-partido", hombres que llegan a ser, como expresaría Jan Valtin en su célebre autobiografía (La noche quedó atrás), "un pedazo del partido".

Este ideal de organización, donde el individuo desaparece para amalgamarse en el colectivo, es una realización plena y genuina del ideal comunista, aquel "individuo total" de que hablaba Marx, sin intereses, derechos ni vida fuera del colectivo.

Como nadie, el Feo dio forma al ideal comunista. Hizo que miles de idealistas se inmolaran por él, convencidos de que estaban construyendo el paraíso en la Tierra. Se convirtieron todos en criminales perfectos: aquellos que matan sin remordimiento porque lo hacen en nombre de la liberación definitiva de la Humanidad.

La fe fanática explica que el Feo enviara telegramas como este del 11 de agosto de 1918, en el que da la orden de ahorcar, con fines ejemplarizantes, por lo menos un centenar de kulaks (descalificativo aplicado a campesinos acomodados):
1) Ahorquen (ahorquen de una manera que la gente lo vea) no menos de 100 kulaks (...)
2) Publiquen sus nombres.
3) Quítenles todo su grano.
4) Designen rehenes –de acuerdo con el telegrama de ayer.
Háganlo de manera tal que la gente, a centenares de verstas a la redonda, vea, tiemble, sepa, grite: están estrangulando y estrangularán hasta la muerte a los kulaks.
Quien dictó esta orden y llevó Rusia a la hecatombe de los años 1918-1922, con sus nueve millones de muertos en combates, represiones, hambrunas y epidemias, podía, sin embargo, tal como los verdugos del Holocausto, dormir tranquilo y satisfecho, ya que creía estar ejerciendo, con las palabras usadas por Hitler para definir el nazismo, la "voluntad de crear la Humanidad de nuevo".
 

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REINO UNIDO. SE PUEDE SER POLÍTICO SIN ESTAR EN EL CHALANEO POLÍTICO


Reino Unido
Jeremy Corbyn, el antipopulista
 












Philippe Marlière
Viento Sur
17/06/2017 |

Cuando Teresa May disolvió la Cámara de los Comunes, el partido laborista estaba a más de 20 puntos de ella en los sondeos. Jeremy Corbyn, su dirigente, disponía de un grado de confianza aún menor. Entonces se elogió la tranquilidad y la experiencia de la Primera Ministra conservadora. ¿No se necesitaba, como aseguraba un slogan del partido conservador, una jefa de gobierno “fuerte y estable” para dirigir las difíciles negociaciones de salida de la Unión Europea?

¡Caso perdido! Theresa May fracasó en las formas en su campaña: al evitar los debates televisados, apareció distante y afectada en público y no movilizó apenas a nadie a su alrededor. La Primera Ministra reveló en público un perfil inquietante: endurecimiento de las políticas de austeridad que han llevado a los servicios públicos al borde de la asfixia, múltiples giros (decisión de organizar unas elecciones anticipadas o cambio de rumbo en la parte social de su política, especialmente, el “impuesto sobre la demencia”). Pero sobre todo, es en la cuestión del Brexit donde May perdió todo su crédito. Partidaria del mantenimiento del Reino Unido en la Unión Europea durante el campaña del referéndum, después de un año, ha aparecido como una persona celosa de un Brexit recuperado del ala derecha de su partido y del UKIP, el partido de la derecha eurófoba y xenófoba. Supuestamente, esta campaña electoral era para clarificar la posición de los conservadores relativa al Brexit. Al acabar un intenso mes de campaña, los británicos aún no saben qué pasará con el Brexit y eso empieza a inquietarlos.

Theresa May ha oscilado entre declaraciones sensacionalistas y arrogantes en contra de sus socios europeos y un discurso confuso sobre el modus operandi de la salida de la Unión Europea. Ha inquietado a gente mayoritariamente atada al Brexit pero sin ningún entusiasmo por él. En el espíritu de los británicos, el Brexit es percibido como un fenómeno de perfiles inciertos. Ya nadie cree que una salida de Europa arreglará la cuestión del flujo migratorio. Los británicos saben que los emigrantes comunitarios no regresaran a sus países, sus servicios profesionales son vitales para el país. Se preguntan cómo será una economía post-Brexit.

A la inversa, Jeremy Corbyn ha mostrado que sabía hacer campaña. Dinámico, inspirado, ha atraído multitudes importantes. Corbyn es un buen orador que ha progresado mucho en este aspecto desde hace dos años. Se expresa de forma sencilla, directa, sin grandilocuencia. Evoca valores e ideas simples pero aglutinantes: la justicia social, la solidaridad, la defensa de los servicios públicos (proponiendo la renacionalización de servicios públicos claves, una medida popular para el electorado desde hace varios años).

El líder laborista consiguió movilizar un electorado joven ampliamente partidario del partido laborista (que preconiza especialmente, la supresión de los gastos de escolarización muy elevados). El Partido Laborista se ha reconciliado con el electorado popular tradicional del laborismo, en Londres y en las grandes ciudades del norte de Inglaterra. Ha salvado el bastión galés que decían amenazado y ha vuelto a hacer pie en Escocia. Aún más impresionante, el partido laborista registra mejoras en lugares del sur de Inglaterra, más rural y más próxima a los conservadores.

La mayoría de los sondeos pre-electorales no vieron el avance laborista sencillamente porque se produjo en la última semana de campaña. Centrando su campaña en temas socialdemócratas tradicionales (servicios públicos, capacidad de compra, empleo) atrajo hacia sí un electorado ajeno al Partido Laborista. También es interesante destacar que el voto UKIP de 2015, concentrado en las categorías populares en el norte de Inglaterra, se ha repartido entre conservadores y laboristas. Este electorado pro Brexit y culturalmente conservador hubiera podido girar en masa hacia los torys. Pero es el discurso social concreto, haciendo una llamada a la honradez descrita por George Orwel, el que ha atraído a ese electorado rico con tendencias más bien derechosas. En los debates televisados, Corbyn atacó a los y las representantes del partido conservador preguntándoles si habían visitado algún banco de alimentos en su circunscripción. Quienes hayan visto “Yo, Daniel Blake” de Ken Loach entenderán de qué se trata.

Jeremy Corbyn ha hecho una campaña de hombre de izquierdas. El es dirigente del mayor partido socialdemócrata de Europa. Ha recordado constantemente en sus discursos la centralidad de la oposición laborista versus los torys que corresponde en el Reino Unido a la división izquierda versus derecha. Ha evocado el socialismo y sus eternos valores de igualdad, de pluralismo y de tolerancia contra la injusticia, la xenofobia y la brutalidad de los conservadores en el poder.

Jeremy Corbyn ha demostrado que era inútil, es decir contraproducente, adoptar un proyecto populista que se apoyara en el electoralismo y la confusión ideológica. El diputado de Islington ha ganado triunfalmente dos elecciones como líder del Partido Laborista. Estos éxitos son el equivalente a una victoria en las primarias de izquierda en Francia, pues el Partido Laborista reúne todo el campo progresista británico. Corbyn respeta las instituciones y las tradiciones del movimiento obrero que son la base del socialismo británico y no busca sobrepasarlas o rebajarlas. Es un socialista quien ha logrado este progreso, no un político a la búsqueda de efímeras victorias electorales.

9/06/2017

Traducción viento sur

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REVOLUCIÓN RUSA Y SOCIEDAD DE TRANSICIÓN



Lenin y Trotsky frente a la burocracia y a Stalin

http://www.vientosur.info/IMG/arton12143.jpg?1485348263

Eric Toussaint

VIENTOSUR

25/01/2017



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El combate por la democracia y la cultura en el arte
El Manifiesto por un Arte Revolucionario Independiente (redactado en julio del
1938 por André Breton y León Trotsky, firmado para su publicación por André Breton y el pintor mexicano Diego Rivera) constituye igualmente una referencia de una gran actualidad:
“El verdadero arte, es decir aquel que no se satisface con las variaciones sobre modelos establecidos, sino que se esfuerza por expresar las necesidades íntimas del hombre y de la humanidad actuales, no puede dejar de ser revolucionario, es decir, no puede sino aspirar a una reconstrucción completa y radical de la sociedad, aunque sólo sea para liberar la creación intelectual de las cadenas que la atan y permitir a la humanidad entera elevarse a las alturas que sólo genios solitarios habían alcanzado en el pasado. Al mismo tiempo, reconocemos que únicamente una revolución social puede abrir el camino a una nueva cultura
(…)
Reconocemos, naturalmente, al Estado revolucionario el derecho de defenderse de la reacción burguesa, incluso cuando se cubre con el manto de la ciencia o del arte. Pero entre esas medidas impuestas y transitorias de autodefensa revolucionaria y la pretensión de ejercer una dirección sobre la creación intelectual de la sociedad, media un abismo. Si para desarrollar las fuerzas productivas materiales, la revolución tiene que erigir un régimen socialista de plan centralizado, en lo que respecta a la creación intelectual debe desde el mismo comienzo establecer y garantizar un régimen anarquista de libertad individual. ¡Ninguna autoridad, ninguna coacción, ni el menor rastro de mando! Las diversas asociaciones de hombres de ciencia y los grupos colectivos de artistas se dedicarán a resolver tareas que nunca habrán sido tan grandiosas, pueden surgir y desplegar un trabajo fecundo fundado únicamente en una libre amistad creadora, sin la menor coacción exterior.
De cuanto se ha dicho, se deduce claramente que, al defender la libertad de la creación, no pretendemos en manera alguna justificar la indiferencia política y que está lejos de nuestro ánimo querer resucitar un pretendido arte "puro" que ordinariamente está al servicio de los más impuros fines de la reacción”. (http://www.aporrea.org/ideologia/a214701.html)
Efectivamente, es necesario afirmar la libertad del artista para evitar toda pretensión del Estado revolucionario o de una vanguardia revolucionaria de regentar la creación cultural antes o después de la ruptura con el capitalismo.
La democracia socialista, pluralista y viva
El Manifiesto adoptado por el 13º Congreso Mundial de la IV Internacional (febrero 1991) contiene una presentación sintética de la cuestión de la democracia en la fase que sigue a la revolución: “La democracia socialista, pluralista y viva, la libre confrontación de las diferentes alternativas entre diferentes prioridades, la independencia de las organizaciones políticas y sociales respecto al aparato del Estado, no son un lujo reservado a los países más ricos, que los países más pobres deberían remitir a tiempos mejores. Constituyen, para toda revolución socialista, una exigencia funcional, a fin de controlar las contradicciones de la economía, reducir las desproporciones, dominar las injusticias, sacar de la conciencia colectiva los medios para vencer las dificultades. Derechos civiles y sociales del hombre y de la mujer, Estado de derecho, democracia política sin restricciones, democracia de los productores asociados, planificación democráticamente centralizada, recursos necesarios pero limitados a los mecanismos del mercado, y autogestión se completan necesariamente en la construcción de una sociedad socialista. Un solo eslabón que falte basta para la perversión del conjunto” (Folleto de la IV Internacional, París 1993).
Este texto de la IV Internacional de 1991 así como las posiciones de León Trotsky a partir de finales de los años 1920 son un eco de las posiciones adoptadas desde 1918 por la revolucionaria polaca Rosa Luxemburg, que había advertido a los bolcheviques contra ciertas medidas de restricción de la libertad de expresión: “es un hecho evidente e incontrovertible que sin una prensa libre y sin obstáculos, sin una libertad ilimitada de asociación y de reunión, resulta impensable el dominio de las amplias masas populares”.
“La libertad solo para los partidarios del gobierno, solo para los miembros de un partido -por numerosos que sean- no es la libertad. La libertad es siempre al menos la libertad de quien piensa diferente. No en virtud del fanatismo de la “justicia” sino porque todo lo que libertad implica de instructivo, de saludable y de purificador depende de este principio y deja de ser eficaz cuando la “libertad” se convierte en un privilegio”
“Si se ahoga la vida política en todo el país, la parálisis gana obligatoriamente la vida en los soviets. Sin elecciones generales, sin una libertad de prensa y de reunión ilimitada, sin una lucha de opinión libre, la vida se apaga en todas las instituciones públicas, vegeta, y la burocracia se convierte en el único elemento activo”. (Rosa Luxemburg: La revolución rusa 1918. https://www.marxists.org/espanol/luxem/11Larevolucionrusa_0.pdf)
Trotsky llevó a cabo una lucha sin tregua contra la degeneración de la Unión Soviética. Puso en ella todas sus fuerzas y lo pagó con su vida en agosto de 1940. Trotsky impulsó un combate de un valor inestimable. Las propuestas y las reivindicaciones que planteó para regenerar la transición al socialismo constituyen una fuente de inspiración irremplazable para todas las personas que no bajan los brazos y están dispuestas a proseguir el combate por la revolución eco-socialista.
Traducción: Alberto Nadal
Publicado en la revista Lutte de Classe editada por la Fundación Léon Lesoil en Bélgica. Revista nº2 de febrero de 1990. Este texto se publica por primera vez en castellano. Este estudio fue realizado para un curso de formación de militantes presentado en el verano de 1989. Ha sido publicado en francés el 21 de enero de 2016 con ocasión del 92 aniversario de la muerte de Lenin (véase: http://www.europe-solidaire.org/spip.php?article37007 ). La última parte del texto, titulada “El combate de León Trotsky, de Rosa Luxemburg y de la IV Internacional por la democracia socialista” ha sido añadido en 2017.
Notas
1/ Para una presentación del tratado de Brets-Litovsk: https://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Brest-Litovsk
2/ Según Isaac Deutscher (t.3 p. 131) en enero de 1923, Trotsky propone un proyecto de reorganización del CC y de sus diversos órganos.
3/ A partir de esta fecha -diciembre de 1923- es cuando se puede considerar que Bujarin (responsable del Pravda y pronto miembro titular del BP reemplazando a Lenin), abandonó sus posiciones críticas y se situó en el campo de Stalin, donde permanecerá hasta finales de los años 1920. A finales de 1925, contactará con Trotsky para sumarle al bloque que acaba de realizar con Stalin tras la ruptura de la Troika y primer envío de Zinoviev y Kamenev a la oposición. En su carta a Trotsky, dirá que no se puede impedir temblar cuando piensa en los métodos burocráticos y arbitrarios que prevalecen en el partido. Trotsky le responderá con un rechazo absoluto, tras haberle recordado que él, Bujarin, es corresponsable del régimen interior consolidado en la ofensiva contra la oposición de 1923. Bujarin mantuvo sin embargo su alianza con Stalin (ver carta de Trotsky en Cahier L. Trotsky - juin 1988).
Bibliografía utilizada para el período estudiado
BETTELHEIM Charles, Les luttes de classe en URSS, 2 tomes, Seuil-Maspero, 1974.
BROUE Pierre, Le parti bolchévique, Editions de Minuit, 1972.
BROUE Pierre, Trotsky, Fayard, 1988.
CARR Edward Hallet, The Bolshevik revolution, 3 tomes, Penguin Book, 1972.
CARR Edward Hallet, El interregno (1923-1924), Alianza Editorial, n° 75, Madrid.
COHEN Stephen, Boukharine, Maspero, Paris.
Critiques de l’Economie Politique, Le débat sur la loi de la valeur, Maspero, 1972.
DEUTSCHER Isaac, Trotsky, 6 tomes, Ed. 10/18, 1979.
DEUTSCHER Isaac, Staline, Livre de Poche, 1964.
DALLEMAGNE Jean-Luc, Préface à Trotsky : La lutte antibureaucratique, Ed. 10/18, n° 1005,1975.
ELLENSTEIN Jean, Histoire de l’URSS, tomes 1 et 2, Ed. Sociales, 1975.
FRANK Pierre, Histoire de l’Internationale Communiste, 2 tomes Ed. La Brèche, 1979.
KOLLONTAI Alexandra, L’Opposition ouvrière, Ed. Seuil, 1974.
KOURINE Léonide, NAOUMOV Vladimir, Le testament politique de Lénine, La
Pravda, 1988, publié in Spoutnik, déc 88, Moscou.
LIEBMAN Marcel, Le léninisme sous Lénine, 2 tomes, Ed. Seuil, coll. Esprit, 1973.
LENINE, Oeuvres complètes, tomes 24 à 36 et 45, Ed. du Progrès, Moscou.
LEWIN Moshé, Le dernier combat de Lénine, Ed. de Minuit, 1978.
LEWIN Moshé, la formation du système soviétique, Gallimard, 1987.
MANDEL Ernest, Traité d’économie marxiste, tome 4, Ed. 10/18, n° 434-435, 1969.
MANDEL Ernest, « La discussion sur la question syndicale dans le Parti Bolchevi¬que (1920-21 ) », Revue IVe internationale, mars 1955.
MANDEL Ernest, « BOUKHARINE et le problème de la bureaucratie pendant la période de transition du capitalisme au socialisme », intervention au colloque de Wuppertal, octobre 1988 (inédit).
MANDEL Ernest, Sobre la historia del movimiento obrero, p. 53 à 230, Editorial Fontamara, Barcelona, 1978.
MEDVEDEV Roy, Staline et le Stalinisme, Albin Michel, 1979.
PREOBRAJENSKY, SAPRANOV, PIATAKOV, Discours décembre 1923 -Janvier 1924, New Park Publications, Londres, 1975.
RAKOVSKY Christian, Les dangers professionnels du pouvoir in De la bureaucratie, Livre Rouges, Maspero, 1971.
ROSMER Alfred, Moscou sous Lénine, 2 tomes, Petite collection Maspero, 1970.
SERGE Victor, Mémoires d’un révolutionnaire, Ed. Seuil, 1978.
SORLIN Pierre et Irène, Lénine-Trotsky-Staline. 1921-27, Armand Colin, 1972.
STALINE Joseph, Oeuvres Tome V, 1921-1923, Nouveau Bureau d’Edition, Paris, 1980.
TROTSKY Léon, La lutte antibureaucratique en URSS, tome 1, Ed. 10/18,1975.
TROTSKY Léon, The challenge of the left opposition (1923-25), Pathfinder Press, New York, 1975.
TROTSKY Léon, Plate-forme sur les syndicats, in Kolontaï, op.citus.
TROTSKY Léon, Cours nouveau, in De la Bureaucratie, Livres Rouges, Maspero, 1971.
TROTSKY Léon, Terrorisme et communisme, Ed. 10/18,1973.
TROTSKY Léon, Staline, 2 tomes, Ed. 10/18,1979.
TROTSKY Léon, Entre l’impérialisme et la révolution, Ed. La Taupe, Bruxelles, 1970.
TROTSKY Léon, Ma vie, Livre de poche, n° 1726,1966.
TROTSKY Léon, La révolution trahie, Publication IVe Internationale, 1961.
TROTSKY Léon, The first five years of the Communist International, Pathfinder Press, 1977.
TROTSKY Léon, Leçons d’octobre, Classique Rouge n° 7, Maspero 1971.
TROTSKY Léon, Nos divergences (30.11.24), Lettre à Boukharine (9.1.1926), in Cahiers Léon Trotsky
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