domingo, 20 de febrero de 2022

La rapiña de las empresas españolas en América Latina. [Que ya vamos siendo mayorcitos, así que a ver si nos vamos poniendo serios y en nuestro sitio en este punto. Verbigracia. Un español que esté en el paro por no tener trabajo, como su nombre indica, es español. Otro español que tenga trabajo, aunque no gane lo suficiente para vivir dignamente y a la altura de los tiempos, siguiendo lo dicho, también es español. Un niño o una niña de dos meses de edad, aunque chiquitillos, que sean españoles también son españoles. Y pregunto yo: ¿hay por ahí algún gracioso o graciosa que pueda decir dónde y cómo roban los españoles en Latinoamérica o en Encinacorva del Rey (que es por poner un ejemplo, no se alborote nadie, que también podría ser Encinacorva la Real)? Si se habla de multinacionales se habla de asociación del mal hechores y malas hechoras sin distingos de nacionalidad (da igual que sean hijos/hijas de un solo padre o de decenas de ellos) para la comisión del crimen en su vertiente circunvalaltoria a la redonda globalizatoria de la Tierra entera que viene a ser como una pelota. Y no hablo por hablar. Yo sé que la tierra es como una pelota malamente redonda porque he visto una foto de ella].

 

Existe un estrecho vínculo entre las empresas transnacionales españolas y los gobiernos de la monarquía. Tras la retórica de la hispanidad se encubren negocios fraudulentos, comisiones, lavado de dinero, cuentas en paraísos fiscales…


La rapiña de las empresas españolas en América Latina


Marcos Roitman

El Viejo Topo

20 febrero, 2022 

 


¿Qué esconde la marca España? Existe un estrecho vínculo entre las empresas trasnacionales españolas y los gobiernos de la monarquía. Seamos serios, las relaciones entre el Reino de España y los países latinoamericanos no se caracteriza por estrechar vínculos culturales, menos aún por las reciprocidad comercial, empresarial o la transparencia en las inversiones. Tras la retórica de la hispanidad se encubren negocios fraudulentos, comisiones, lavado de dinero, cuentas en paraísos fiscales y un sin número de ilícitos, cuya lista es interminable. Cada viaje de los presidentes de gobierno y los reyes se acompaña de un séquito de empresarios ávidos de pingües beneficios. Así, apoyan reformas neoliberales en el continente. Posteriormente, conceden medallas y agradecen a gobernantes corruptos, los servicios prestados a la marca España: Zedillo, Uribe, Piñera, Macri, Calderón. La lista es amplia.

Hoy las relaciones comerciales con Iván Duque, en Colombia; Alejandro Giammattei, en Guatemala; Sebastián Piñera, en Chile; Jair Bolsonaro, en Brasil; Guillermo Lasso, en Ecuador, y Mario Abdo, en Paraguay, cuentan con el adjetivo de seguridad jurídica para los inversionistas españoles. Para que no exista equivoco, la expropiación de YPF-Repsol en Argentina, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, fue considerada un ataque a España. La prensa y el gobierno tacharon la acción de populismo izquierdista, robo y una sinrazón política. Una década más tarde, con el gobierno de Mauricio Macri, Felipe VI cambia el discurso en su viaje a la Argentina: apoyamos todos los programas de reforma que están en marcha. Los empresarios españoles se frotaron las manos. Macri impulsó recortes salariales, despidos y exenciones fiscales a los empresarios españoles. Así, pudieron repatriar sus beneficios y empobrecer a los argentinos. Pero Felipe VI lo tenía claro: España cuenta con empresas punteras, competitivas, modernas e innovadoras, exponentes de la marca España, que representa calidad y excelencia. Olvidó el expolio y etnocidio en Chile, contra el pueblo Pehuenche, cometido por Endesa en la construcción de la presa Ralco. Hecho constatado por el informe a Naciones Unidas redactado por Rodolfo Stavenhagen. Felipe VI tampoco recordó cómo los empresarios españoles compraron a precio de saldo bancos, compañías de aviación, tierras, ríos, bosques, construcciones, puertos, etcétera, obteniendo su padre grandes comisiones.

La marca España se caracteriza por realizar megaproyectos eólicos, mineros, de explotación turística, donde prima la destrucción medioambiental, la violación de los derechos humanos, la criminalización de las protestas y los movimientos de resistencia. Sirva como ejemplo la actuación de ACS en Guatemala, en Alta Verapaz. Allí, han sido entubados 30 kilómetros del río Cahabón, equivalente a 80 por ciento del tramo que cubre las poblaciones de los pueblos mayas que habitan el entorno. El 20 por ciento restante, señala Vladimir Soto, abogado del Colectivo Madre Selva, corre entre dos muros de cemento. Cincuenta mil son las personas afectadas por el proyecto. Mientras tanto, en España se invisibiliza el desastre ecológico y humano causado por el presidente de ACS, Florentino Perez, considerado un empresario ejemplar. Nada escapa a la voracidad empresarial de la marca España, destruyen todo cuanto supone un estorbo. Sin ruborizarse, extorsionan, desplazan población, pagan a bandas paramilitares, contaminan ríos, destruyen reservas naturales y violan los derechos humanos. No importa el precio a pagar. Todo por el beneficio.

No hay ministro de Industria, Economía, Turismo o Relaciones Exteriores español que no acuda en defensa de sus empresarios cuando emergen escándalos. El ex ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, en el gobierno de Mario Rajoy, sintetizó el espíritu de la marca España: el gobierno de España defiende los intereses de todas las empresas españolas, dentro y fuera. Si en alguna parte del mundo hay gestos de hostilidad hacia esos intereses, el gobierno lo interpreta como gestos de hostilidad hacia España y hacia el gobierno de España.

Bajo este principio actúan gobierno, medios de comunicación y políticos. Son una piña. Niegan, mienten y se escandalizan cuando provocan desastres medioambientales. Así entrelazan el discurso político con los intereses de las plutocracias a ambos lados del Atlántico. Repsol, Iberdrola, Telefónica, BBVA, Santander, Endesa, Zara, Sacyr, ACS, Prosegur, Ferrovial y Meliá, entre otros, pero son sólo la punta de iceberg, tras éstas, hay una pléyade de empresas que viven de esquilmar los recursos en América Latina. (Véase el Observatorio de Multinacionales Españolas en América latina. OMAL)

Por último, la guinda la pone el secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe, Juan Fernández Trigo. El 1/1/ 2022, declaró: América Latina no es precisamente un lugar ajeno al modelo de sociedad en el que nos desenvolvemos las sociedades europeas, las sociedades llamadas del primer mundo… En América Latina se abusa mucho del concepto integracionista y se hace poco en realidad para llegar a integraciones reales entre las economías y los sistemas políticos. Es verdad que el mito de Bolívar es algo que está muy presente en las conversaciones… pero es importante, algo más que declaraciones, por eso nos parece importante trabajar con la OEA. En esta dirección, podemos interpretar la elección de Andrés Allamand –un golpista, defensor de la dictadura de Pinochet, coordinador de la campaña de Pinochet para el referéndum de 1988, con las manos manchadas de sangre– al frente de la Secretaría General Iberoamericana. Así entiende España la dignidad de los pueblos latinoamericanos. Arriba España. Una, grande y libre.

Artículo publicado originalmente en La Jornada.

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Crece la tensión y la incertidumbre en la frontera entre Rusia y Ucrania. [Oiga, que no hace falta que me maree más con este asunto de que si los rusos arriba los rusos abajo, que con la cuenta la vieja, o sea, contando con los dedos de las manos salen las cuentas. Que la Guerra de Ucrania, que no es la guerra de Ucrania sino la guerra que necesitan los grandes capitales para seguir creciendo y acumulándose que, eso sí, la hacen los trabajadores ucranianos, los españoles, los franceses, los ingleses, los americanos, los pentecosteses y otros tantos, menos los presidentes de los bancos, grandes empresas, migajosos (los que engordan con las migajas que le echan los jefes de los grandes capitales de la política, del periodismo, aceitera, aceitera, aceitera (que es que no que he querido poner etcétera, total, si estamos hablando de las mentiras de la guerra de Ucrania que nos están aventando los medios de desinformación, envenenamiento social, engaños y mentiras por un tubo, que más me da mí poner aceitera, que etcétera que Señor mío Jesucristo. Es más, ahora voy a poner agua bendita, y no pongo la jota de la Dolores porque no me hadado por ahí, pero que como me de la pongo). La guerra que los capitales USA, OTAN y otros están provocando en Ucrania forma parte de la libertad de empresas (que pequeños y medianos empresario no ligados a los grandes capitales esto no van con ustedes) que les va como anillo al dedo para que los gobiernos occidentales (los servidores de los grandes capitales en Occidente) compren el gas de USA un 40% más caro, chiquet, un 40% más caro que el que le podrían comprar a los capitalistas rusos, porque aquí se están ventilando asuntos entre capitalistas, no cuestiones que favorezcan a un pueblo de trabajadores u otro. Qué, ¿ven ahora o no ven que con la cuenta la vieja se explica perfectamente el tiroteo y las bombatinas de la guerra que está provocando el capital en Ucrania? Pero que no se me alicaiga nadie ni que a nadie le entren las caguerrillas, que esto lo arreglo yo en cuanto aparezca un partido político de izquierdas que tenga por único y verdadero objeto el de abrir los ojos a los trabajadores, que solamente somos la inmensa mayoría de la población del mundo, porque una vez abiertos los ojos de los trabajadores el empezar a cantar la canción “que para defender los intereses de los grandes capitales a la guerra va a ir su puta madre” queda a menos de medio paso. Y los gastos para las guerras de la OTAN que pagamos los trabajadores los va a pasar a pagar la ABSOLUTA ESPIRITUAL BENDITA. Que así sea leído y así sea hecho. Podéis ir en paz.]

 

Crece la tensión y la incertidumbre en la frontera entre Rusia y Ucrania


Todos acusan a la otra parte de estar violando el alto el fuego y nadie aporta pruebas que demuestren a quién beneficia hacerlo en estos momentos de suma tensión. Es fácil culpar al otro, lo difícil es explicar qué ganaría con eso, cuando puede provocar una reacción que le haría perder todo.


Por Juan Pablo Duch

La nueve.info

febrero 20, 2022

 


Sin que pueda saberse si son nuevos elementos de lo que podría llamarse “aumento de la tensión bajo control” –es decir, seguir estirando la cuerda sin querer que se rompa– o la situación se está desbordando por iniciativa de quienes no quieren aceptar soluciones que no les convienen, este viernes estuvo marcado por tres noticias que se alejan de lo que sería una desescalada y favorecen más al aumento de la tensión en la frontera entre Rusia y Ucrania, aunque el escenario de una guerra devastadora no es el deseado por los gobiernos de Moscú y Kiev.

La primera noticia, casi calcada del anuncio de Biden sobre la fecha en que Rusia invadiría Ucrania, los líderes de parte de las regiones de Donietsk, Denis Pushilin, y Lugansk, Leonid Pasechnik, que no se supeditan a Kiev –impuestos ambos por el Kremlin para ocupar los sitios de uno asesinado en un atentado en Donietsk, Aleksandr Zajarchenko, y el otro huido de Lugansk con fama de corrupto, Igor Plotnisky–, advirtieron ayer de que es “inminente un ataque” del ejército ucranio, por lo cual exhortaron a la población civil a huir hacia territorio de Rusia, donde los están esperando con los brazos abiertos y diez mil rublos (equivalente a 2 mil 700 pesos) por persona.

“El presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, dentro de unos días va a dar la orden a sus militares de comenzar una ofensiva y cumplir el plan de invadir el territorio de las repúblicas populares de Doniestk y Lugansk. Me dirijo a los habitantes de nuestro Estado, a partir de este 18 de febrero, hemos organizado el traslado masivo hacia la Federación Rusa. En primer lugar, deben ser evacuados los niños, las mujeres y las personas mayores”, dijo Pushilin en un mensaje que subió a Youtube.

Pushilin, igual que hizo después su colega de Lugansk, informó que en la región rusa colindante de Rostov “hay ya preparados campamentos para recibir a los refugiados”, cerca de 700 mil, conforme a su propia estimación.

El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksy Reznikov, al hablar ante los diputados de la Rada en Kiev aseveró que “reforzamos nuestra defensa” y negó tener la intención de “preparar una ofensiva” contra los territorios insurrectos en el este del país.

La segunda noticia es que continuó ayer el lanzamiento de proyectiles de ambos lados, sin que nadie pueda precisar quién los inició. Lo único que se sabe es que la misión de observación de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, la única que lleva ese registro, determinó que el jueves hubo 500 violaciones del alto el fuego y este viernes, sólo 80, lo cual por supuesto es malo, pero parece apuntar a que va en declive el incremento de los ataques.

Todos acusan a la otra parte de estar violando el alto el fuego y nadie aporta pruebas que demuestren a quién beneficia hacerlo en estos momentos de suma tensión. Es fácil culpar al otro, lo difícil es explicar qué ganaría con eso, cuando puede provocar una reacción que le haría perder todo.

Ciertamente, hay militares que rechazan llegar a un acuerdo con los rebeldes y también separatistas que no quieren formar parte de Ucrania. ¿Quién lanzó el primer proyectil?, es una pregunta que sigue sin respuesta.

Y por último, como cereza del pastel, el presidente Vladimir Putin recibió en el Kremlin a su colega bielorruso, Aleksandr Lukashenko, y ambos acordaron asistir mañana sábado al episodio culminante de las maniobras militares en Bielorrusia, que el vocero de Putin, Dimitri Peskov, aclaró que estaban previstas desde hace tiempo y que no pudieron llevarse a cabo en 2020 y 2021 por la pandemia del covid-19.

Ahora, los mandatarios van a poder ver con sus propios ojos el lanzamiento de misiles balísticos y de crucero capaces de portar ojivas nucleares, aunque por supuesto este sábado no las llevarán, desde tierra y buques de guerra de las Flotas del mar Negro y del Norte.

No parece la mejor manera de rebajar la tensión, a pesar de que Putin, en la conferencia prensa tras su reunión con Lukashenko, aseguró que “estamos listos para comenzar a negociar (con EU y la OTAN) con la condición de que todas las cuestiones se consideren juntas, sin separarse de las principales propuestas de Rusia”, tesis que se repite varias veces en la respuesta rusa a la respuesta estadunidense y noratlántica que se publicó el jueves anterior.

Lukashenko, de su lado, subrayó que “nadie quiere una guerra, ni siquiera que se agraven estos conflictos. No lo necesitamos: ni los rusos ni los bielorrusos. Todo depende de nuestro vecino, Ucrania”.

Curiosamente, si Rusia acepta negociar un nuevo tratado de misiles de corto y mediano alcance, propuesta en realidad inicialmente suya, resolvería prácticamente una de sus exigencias a la OTAN (no instalar armas ofensivas cerca de sus fronteras), pues argumentó que le preocupaba que los misiles pudieran tardar cinco minutos en llegar a Moscú. Podría pensarse que estaría más tranquilo si tardan veinte minutos.

Y en el otro extremo, Estados Unidos asegura que Rusia ya tiene concentrados cerca de la frontera con Ucrania hasta 190 mil soldados, lo cual suena a disparate porque de ser cierto dejaría desprotegidos otros flancos donde las amenazas a la seguridad de Rusia serían mucho más graves que desde Ucrania, que dista de ser miembro de la OTAN.

En medio de esa sicosis, el ministerio de Defensa ruso emitió hoy el enésimo comunicado que apunta a que el retiro de tropas y armamento será un proceso lento: “Otro tren militar con personal y material perteneciente a unidades de tanques del ejército del distrito militar oeste regresó a su base permanente”, aparte de que reportó que diez bombarderos SU-24 se retiraron de Crimea.

Fuente: La Jornada

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