martes, 31 de diciembre de 2013

MARIANO RAJOY, BERBERISCO DE LA MENTIRA Y LA COBARDÍA, TE DESEAMOS UNAS SONORAS Y MACIZAS VOMITINAS AMARISCADAS HASTA QUE NOS DEVUELVAS TODO LO QUE NOS HAS ROBADO Y PAGUES TODO EL DAÑO CAUSADO A LA SOCIEDAD

 
"RAJOY MANIPULA LOS DATOS ECONÓMICOS EN UNA ESTRATEGÍA POLÍTICA EN SU PROPIO BENEFICIO"

El economista José Carlos Díez desmonta las mentiras del presidente del Gobierno sobre la recuperación 
 

La Tarde en 24 Horas entrevista a José Carlos Díez
(José Carlos Díez, en el programa ‘La Tarde’ de 24 Horas)

Es un economista de éxito. Su libro se vende como churros, y no es de extrañar por su título, ‘Hay vida después de la crisis’. ¿Quién no necesita un hilo de esperanza entre tanta desesperanza, a pesar de que el presidente del Gobierno venda humo para adornar el segundo año de su mandato. José Carlos Díez, profesor de Economía en el Icade, escritor y tertuliano en medios de comunicación cree que Mariano Rajoy “sabe perfectamente lo que está pasando, pero manipula los datos económicos para tapar la corrupción y los malos resultados de su partido en las encuestas”

Un simple instrumento político

“Es una estrategia política en su propio beneficio”, afirma José Carlos Díez, en declaraciones a ELPLURAL.COM. El presidente del Gobierno utiliza su discurso de la recuperación como “un instrumento político”, que es en realidad “una provocación” en un país con “seis millones de parados”, añade este economista, que ya trabaja en un nuevo libro, sobre el que se resiste a hablar.

Su próximo libro

“Lo estoy escribiendo aún, pero no va sobre la crisis, es un libro de conceptos, para ayudar a comprender la economía”, aclara Díez, que está muy contento con el resultado de su libro Hay vida después de la crisis. “Los economistas debemos buscar soluciones…Yo, al menos, no estoy tranquilo cuando veo que tenemos graves problemas”, añade.

“Necesito poder mirar a la cara a mi hijo”

Está indignado por la intervención del presidente, este viernes. “No puedo quedarme callado cuando veo que miente y me baso en los datos oficiales, en los del propio Ministerio de Economía, del Gobierno.  Yo, afortunadamente, no tengo problemas económicos, pero necesito poder mirar a la cara a mi hijo cuando llego a casa”. ¿Por eso la carta a Rajoy? (publicada este sábado en El País). Sí, ahí con esos datos del Gobierno demuestro que no son tal la recuperación, la mejoría de las exportaciones, lo de la prima del riesgo, la mejora del empleo. Es el primer presidente de la democracia que saldrá con menos empleo que el que se encontró”.

Falso, que haya menos desempleados

“No es cierto que haya menos desempleados registrados en las oficinas de Empleo porque estén trabajando. Lo sabe. Lo que sucede es que han perdido la esperanza, han tirado la toalla y ya no confían en que este Gobierno creará empleo. Muchos han dejado de buscar y otra parte se van fuera de España”, afirma José Carlos Díez.

Más déficit en la Seguridad Social

Las arcas de la Seguridad Social no están nada bien. Este año cerrará con “un déficit de 1,8% del PIB o sea 18.000 millones”, porque “casi 300.000 personas han perdido su puesto de trabajo y, por supuesto, ya no pueden aportar. Los empleos precarios están sustituyendo a los estables y esto significa también menor recaudación”.

Menos recaudación

Díez apunta a los serios problemas de recaudación del Estado, porque hay menos empleos y salarios más bajo, con lo que por concepto del Impuesto sobre la Renta (IRPF) la recaudación es menor.

10.000 millones de deuda, cada mes

¿De qué recuperación habla Rajoy? “Este año se paga más intereses por la deuda pública… aumenta alrededor de 10.000 millones al mes. El déficit reconocido entre enero y octubre es de 37.000 millones, un 10% mayor que el de 2012; un 15% más que el que dejó el Gobierno de Zapatero. La deuda pública va a acabar el año cerca de un billón de euros, 100.000 millones por encima de 2012. Esa es la realidad”.

Falso, que las exportaciones van bien

“No es cierto que las exportaciones vayan bien. Sólo hubo dos meses buenos la primavera pasada y después de eso, se han paralizado”, asegura Díez, que desmonta el que es uno de los argumentos estrella de Rajoy cuando habla de recuperación.

Seguimos sin crédito y sin reforma fiscal

“Las familias siguen sin acceso al crédito, lo mismo que los pequeños empresarios”, que tienen que hacer frente a unas condiciones leoninas por parte de los bancos cuando les reclaman créditos, aclara el economista.

José Carlos Díez critica que el Gobierno no haya afrontado una reforma fiscal que España necesita a gritos. “Retrasarlo ha tenido efectos devastadores sobre el empleo y la deuda pública de su ajuste del año pasado”. Está convencido de que “hay vida después de una crisis de deuda, como ha demostrado Estados Unidos, pero sólo si “hay un buen diagnóstico y políticas adecuadas”.

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A TODOS LOS ARAGONESES DE DENTRO Y FUERA DE ARAGÓN

EUROPA: PAISAJE DE LA BATALLA


CEPRID
REBELIÓN
30-12-2013
Desde el inicio de la crisis económica en 2008 y, especialmente, desde la traslación de su epicentro a Europa, el viejo continente ha visto como tres oleadas de convulsiones paralelas han hecho temblar la construcción de la Unión Europea y a los distintos Estados que la forman. La primera oleada es la económica, con una primera etapa de estímulos hasta mayo de 2011, a partir de ese momento Alemania impone el cambio a las políticas de austeridad en su beneficio y el de las grandes corporaciones y grupos financieros europeos. Esta oleada llevó aparejada diferentes rescates financieros a la banca y otros sectores en graves apuros, rescates económicos a los países de la periferia y duras medidas de recortes en derechos sociales y laborales que han golpeado a las clases trabajadoras de todo el continente con diferente intensidad. El resultado es una Europa dividida por los efectos de la crisis, donde geográficamente la zona norte es menos impactada, y la zona sur sufre con intensidad las consecuencias de la crisis. Globalmente, Europa se mantiene en recesión estos años, sin conseguir superar los efectos de la crisis económica. 
 
La segunda oleada es la social y surge como respuesta a los efectos de la oleada económica, se traduce en el crecimiento de un gran malestar social entre los sectores populares que da lugar a fuertes movilizaciones sociales y laborales, incluyendo diferentes huelgas generales en los países de la periferia de la Unión Europea. Las movilizaciones son de carácter defensivo y tienen lugar, generalmente, como respuestas puntuales a cada una de las decisiones gubernamentales de recortes de derechos sociales y laborales. Tampoco tienen una coordinación continental y la mayoría de las veces ni siquiera estatal. El resultado es que las intensas movilizaciones, con carácter defensivo y escasa coordinación, no consiguen modificar las medidas de recortes de los diferentes gobiernos.

La tercera oleada es la política, se traduce especialmente en una crisis política en los diferentes Estados, con inestabilidad de los gobiernos, que son reemplazados uno tras otro cada vez que se celebran elecciones. La intensidad de la inestabilidad política es paralela a la económica y social. Encontrándose en un extremo Grecia, con fuertes convulsiones, y en el otro Alemania, donde la victoria reciente de Merkel sitúan a este país al margen de la inestabilidad política. Pero este tipo de inestabilidad también se traslada a las instituciones europeas que empiezan a ser vistas por una mayoría de los ciudadanos más como parte del problema que como la solución. El resultado político de los diferentes cambios de equipos gubernamentales es la tendencia predominante al dominio de los gobiernos conservadores, y al basculamiento de la socialdemocracia hacia la derecha asumiendo las soluciones neoliberales de los primeros. Otro resultado preocupante es el ascenso electoral de las formaciones de extrema derecha en la mayoría de Europa.

Sin embargo, dentro de este entorno general de dominio de las soluciones y valores conservadores han existido algunos momentos clave donde se generaron situaciones que pudieron haber producido un cambio de profundidad en la correlación de fuerzas y en la lucha social que se desarrollaba en el viejo continente pero que terminaron, finalmente, frustrándose. Nos vamos a referir a varios de los más importantes, sin seguir un orden cronológico.

Una herramienta democrática para frenar los planes de recortes

La primera situación representa el único tímido intento socialdemócrata en Europa de oponerse a los paquetes de medidas de recortes, en este caso contra las clases populares griegas con ocasión del primer rescate. Abrumado por los recortes que se imponían desde Bruselas y que iban en contra del programa con el cual el PASOK ganó las elecciones y presionado por la rebelión permanente que sacudía Grecia desde hacía tres años, el primer ministro Papandreu propuso la convocatoria de un referéndum en el otoño de 2011 para someterlos a la decisión de los ciudadanos. El reto alarmó al establishment europeo por un doble motivo. En primer lugar porque el simple hecho de celebrarse la consulta supondría que las decisiones de la tecnocracia comunitaria, al servicio de los intereses de la gran burguesía europea, serían objeto de una decisión democrática por quienes van a sufrir sus consecuencias. Este elemento democrático invalidaría el poder inmenso de la tecnocracia al quedar sometidos a la decisión popular sus planes para aplicar el programa de reformas antipopulares y a favor de los intereses corporativos y financieros. En segundo motivo es que seguramente la decisión hubiese sido un voto negativo del pueblo griego, lo que hubiese supuesto tener que negociar otras condiciones para el rescate que no hiciesen recaer el sacrificio sobre los sectores populares u obligar a Grecia a salirse del euro. En el primer caso supondría una victoria estratégica para las clases populares europeas frente al poder de la tecnocracia, al tener aquellas un ejemplo a seguir. En el segundo caso, Europa entraría en una grave situación de turbulencia debido al crecimiento de las tendencias a la desintegración de la zona euro.

Por lo tanto, todos los poderes comunitarios se lanzaron contra la consulta de Papandreu sometiéndole al chantaje de desbloquear 8.000 millones comprometidos y que Grecia necesitaba imperiosamente solamente si el referéndum era desconvocado. La socialdemocracia griega entró en pánico y el referéndum fue dejado de lado bajo la condición de que los conservadores apoyasen al gobierno del PASOK para hacer frente a la rebelión social. Toda la socialdemocracia europea ha asumido los planes neoliberales sobre la gestión de la crisis que imponen la gran burguesía y la decisión de Papandreu fue tacticista y no resistió la más mínima presión. Desde ese momento el PASOK se alineó con el resto de los partidos socialdemócratas y colaboró con los conservadores griegos formando en estos momentos un gobierno de coalición con ellos.

Un simple comportamiento democrático como era dar la palabra al pueblo para que decidiese sobre su destino se podía haber transformado en una herramienta formidable contra la tecnocracia y los planes antipopulares de la gran burguesía europea. Pero solo un auténtico gobierno de izquierdas podría haber llevado hasta el final el reto al establishment.

Un ejemplo de lucha sindical

La segunda situación vino planteada por la potente resistencia ofrecida por los sindicatos franceses en el otoño de 2010 a los planes de recortes de los derechos de jubilación por parte del gobierno de Sarkozy. En comparación con otros paquetes de medidas antipopulares como los que han tenido lugar en Grecia, Portugal o España, los recortes en pensiones en Francia era una agresión menor, pero los sindicatos franceses son los mejor organizados y más combativos de Europa y decidieron lanzar una formidable ofensiva contra la medida gubernamental. Lo que se encontraba en juego en esa ocasión era la capacidad del movimiento sindical para oponerse a los planes antipopulares de la gran burguesía europea para gestionar la crisis y el terreno elegido fue donde los sindicatos europeos tenían más fuerza y decisión de luchar, Francia.

El menor impacto de la crisis económica en Francia respecto a otros países europeos había supuesto que las medidas de ajuste aplicadas fuesen de menor intensidad. El cierre de empresas había dado lugar a conflictos puntuales y el primer acto de las movilizaciones se produjo en enero de 2009 en Guadalupe, con una huelga general contra la carestía de la vida. Pocos días después tendría lugar la primera huelga general francesa, acompañada de manifestaciones, que abrirá un ciclo de movilizaciones que iría creciendo hasta alcanzar su clímax en octubre de 2010. Aunque en marzo tuvo lugar la segunda huelga de 2009, a partir de ese momento las movilizaciones decaen durante más de un año. Sin embargo en la primavera de 2010, el proyecto de reforma de las pensiones del gobierno Sarkozy reactivó las movilizaciones con una intensidad que superaría durante algunos meses a la de los sindicatos griegos.
En mayo de 2010 arrancó un ciclo de intensas movilizaciones sindicales con tres características principales, las huelgas generales eran acompañadas con numerosas manifestaciones por todo el país, en realidad el seguimiento de las huelgas no fue muy intenso más allá de los transportes y algunos servicios públicos, pero los sindicatos consiguieron sostener en esos meses unas fuertes movilizaciones en las calles en torno a los tres millones y medio de manifestantes; en segundo lugar los sindicatos consiguieron mantener un elevado apoyo de la opinión pública, a pesar de las incomodidades que las manifestaciones y las huelgas producían, especialmente cuando, en la fase final, intentaron bloquear el país cortando el suministro de combustible; y, finalmente, mantuvieron la unidad sindical, consiguieron el apoyo de toda la izquierda y sumaron al movimiento estudiantil en la misma lucha. Todo un ejemplo de estrategia que, junto a su tradición de luchas, compensó con creces su debilidad de afiliación.

En mayo y junio se produjeron dos huelgas generales, y tras el paréntesis del verano, los sindicatos echaron todo el peso entre septiembre y noviembre, antes de que el proyecto de pensiones de Sarkozy se convirtiese en una ley aprobada por el Parlamento. En octubre se realizaron siete huelgas generales, algo insólito en las últimas décadas en Europa. En sectores importantes, sobretodo el relacionado con los combustibles se dio un salto cualitativo con el sistema de huelgas renovables - es decir, que cada 24 horas se decidía su continuación - y el bloqueo de los depósitos de combustibles con el objeto de paralizar el país. Prácticamente se alcanzó el límite donde pueden llegar las movilizaciones obreras dentro de la legalidad burguesa sin entrar en una fase insurreccional. Las comparaciones con el mayo del 68 se hicieron inevitables en ese intenso mes de octubre, porque alcanzados esos niveles de movilización la situación empezó a ser en cierto modo incontrolable y cualquier acontecimiento imprevisto podía romper la estrategia de apuesta elevada pero controlada de ambas partes. Pero el tiempo jugaba en contra de los sindicatos como bien sabían éstos y el propio Sarkozy. La conversión en ley del proyecto por el Parlamento suponía una barrera que los sindicatos no iban a traspasar. Por ello forzaron las movilizaciones en octubre al máximo, y por eso mismo el gobierno conservador aguantó ese mes absolutamente inflexible. La ley de pensiones fue votada por el Parlamento a finales de octubre y ratificada a primeros de noviembre. Las movilizaciones cesaron súbitamente y los sindicatos fueron derrotados en una de las batallas más importante en Europa a causa de las consecuencias de la crisis.
La derrota no fue total para los sindicatos en Francia, porque desgastaron al gobierno conservador y Sarkozy perdió las siguientes elecciones presidenciales a favor del socialista Hollande que, como el resto de la socialdemocracia europea, se terminó también amoldando a los planes neoliberales de Bruselas. Pero también fue otra oportunidad perdida para frenar esos planes, una victoria total de los sindicatos franceses consiguiendo la retirada de la ley de pensiones hubiese sido un claro ejemplo a seguir por el resto del movimiento sindical europeo.

La ola de indignación contra los planes de recortes sociales

Un tercer momento clave se produjo con la eclosión del movimiento de los indignados en España en la primavera de 2011. Este movimiento tuvo resonancias mundiales provocando la aparición de otros similares a lo largo de todo el planeta y fecundó las protestas que se desarrollarían en España a partir de ese momento. Suponía la entrada en escena de las clases populares en acciones espontáneas de protestas ante la actitud tibia y contradictoria contra el desmantelamiento del Estado de Bienestar de los sindicatos mayoritarios en España. Éstos habían convocado una huelga general contra el gobierno de Zapatero por la reforma laboral, pero luego pactaron con dicho gobierno el aumento de la edad de jubilación a los 67 años, en claro contraste con la actitud de los sindicatos franceses por los mismos motivos.

La influencia de este movimiento se hizo sentir claramente en la ola de protestas con que los sectores populares contestaron las medidas de recortes del siguiente gobierno del PP. Su eclosión apareció como la esperanza en la capacidad de las clases populares en enfrentarse y resistir los planes de la gran burguesía europea para desmantelar los derechos históricos conseguidos a través de décadas de luchas. Representaba la ilusión en el dinamismo de las clases populares en reaccionar cuando la socialdemocracia traicionaba sus intereses, los sindicatos mayoritarios se mostraban tibios y la izquierda política se encontraba en posiciones minoritarias. Pero, con todo el impulso que supuso su aparición, también mostró en su mismo nacimiento sus límites. Su aparición en España fue seguida inmediatamente por la celebración de elecciones municipales y regionales que mostraron el vuelco electoral hacia la derecha. Aún podría argumentarse en esos momentos que el movimiento de los indignados no había llegado a tiempo para influir en el comportamiento electoral, lo cual requeriría algo más de tiempo. Seis meses más tarde se celebraron elecciones nacionales en España y de nuevo el electorado confirmó el vuelco a la derecha con una victoria por mayoría absoluta del PP.

Las formas de las protestas que se levantaron contra la política del PP estaban claramente influenciadas por el movimiento de los indignados, pero no conseguían un crecimiento de importancia del apoyo a la izquierda política, más bien respondía al sentimiento de desapego de las clases populares con los partidos políticos clásicos por el desprestigio que habían alcanzado con la crisis y sus consecuencias. Un ejemplo claro de esta situación lo representa el Movimiento 5 Estrellas italiano que, con su línea de rechazo a la vieja política, arrastró a un tercio del electorado en las últimas legislativas para luego, desde una posición simplista y negativa, propiciar un gobierno de coalición entre los progresistas y Berlusconi, mostrando así su impotencia y cayendo este Movimiento en el mismo desprestigio.

Syriza: la esperanza de la izquierda europea

El último momento en el cual apareció una coyuntura capaz de provocar una inflexión en las posiciones defensivas de las clases populares europeas se situó en la primavera de 2012 con dos procesos electorales en Grecia y Francia donde las fuerzas de la izquierda partían con importantes expectativas de victoria, capaces de formar gobierno en el primer caso y de condicionarle en el segundo, las dos fuerzas políticas en disposición de dar un giro a la correlación de fuerzas en Europa eran Syriza y el Frente de Izquierdas francés. No se trataba de un sueño de izquierdas sin fundamento. El Frente de Izquierdas había demostrado una enorme capacidad de movilización durante la campaña presidencial. Su líder, Mélenchon, llenaba sus mítines con una asistencia que hacía palidecer de envidia al resto de las formaciones políticas francesas. El mitin de la Bastilla permitió albergar esperanzas de una fuerte representación que condicionase la política del PS. La esperanza en Syriza era aún mayor. En la primera vuelta de las elecciones griegas, el 17 de mayo, tuvo un ascenso espectacular, pasando del 5% obtenido en 2009 al 17%. En la segunda vuelta, un mes más tarde, el porcentaje ascendió al 27%, pero las fuerzas reaccionarias griegas e internacionales tomaron claramente conciencia del peligro y pusieron en marcha la contraofensiva: reagrupamiento de la derecha, campaña propagandística del miedo, amenazas veladas y abiertas. Lo propio en este tipo de coyunturas históricas, nada de que asombrarse En ambos casos se trataba de procesos de reagrupamiento de la izquierda favorecidos por las intensas movilizaciones sociales que habían conocido ambos países, aunque en ambos casos también los sectores más dogmáticos, el KKE griego y el NPA francés, siguieron al margen de tal reagrupamiento. Este hecho demostraba que las movilizaciones habían dado sus frutos políticos y que, a su vez, eran una condición fundamental para el reagrupamiento y crecimiento de la izquierda. En el caso concreto de Syriza se había conformado como una coalición de distintos partidos de izquierda al calor de la rebelión social que recorría Grecia durante varios años, y tras la traición del PASOK a su programa y a los intereses populares echándose en brazos de la derecha y apoyando los planes de recortes y sacrificios impuestos desde Bruselas a cambios de los rescates. También representaba el fin del aislamiento y la incomprensión entre diversos partidos que, bajo la presión de la rebelión social en curso, ofrecían con su unidad una alternativa política a las clases sociales en oposición al frente de derechas formado por los socialdemócratas y conservadores. Por primera vez durante la crisis económica que recorría Europa la izquierda aparecía como alternativa real de gobierno.

Sin embargo la expectativa de que los resultados de ambos procesos electorales produjesen un punto de inflexión en el curso de los acontecimientos en Europa también se frustró en esta ocasión. En Francia, por la holgada victoria presidencial y parlamentaria de la socialdemocracia y los resultados inferiores a los esperados del Frente de Izquierdas. En Grecia por la victoria final de la coalición favorable a Bruselas entre conservadores y socialdemócratas, pese al mencionado ascenso espectacular de Syriza. Ni la catarata de huelgas y movilizaciones en Grecia, ni el formidable desafío sindical y los gigantescos mítines electorales del Frente de Izquierdas en Francia fueron capaces de producir un vuelco electoral suficiente para que la izquierda política se transformase en un actor de primera fila en el escenario europeo para romper la correlación de fuerzas favorables a la gran burguesía europea.

Si hubiese que condensar el balance global, desde la perspectiva de la izquierda y de las clases populares, de la situación en Europa tras estos cinco años de crisis, recortes y movilizaciones, éste se podría resumir en empobrecimiento de los sectores populares y desmantelamiento del Estado de Bienestar; incapacidad de las movilizaciones para alcanzar sus objetivos; y continuación del dominio político, de los valores y los partidos de la derecha, impidiendo así a la izquierda el acceso a posiciones de poder desde las que defender los intereses de las clases populares.

Sin embargo, no se puede finalizar sin resaltar que las movilizaciones sociales son la condición necesaria para obstaculizar y frenar los planes de la gran burguesía europea; para posibilitar el avance las formaciones políticas de izquierda y sus programas representativos de los intereses de los sectores populares; y para posibilitar que se den nuevas situaciones como las cuatro evocadas en este artículo con potencial para producir un cambio en la actual correlación de fuerzas. Ni la crisis, ni la batalla social en Europa han finalizado.

Jesús Sánchez Rodríguez es doctor en Ciencias Políticas y Sociología. Se pueden consultar otros artículos y libros del autor en el blog:http://miradacrtica.blogspot.com/, o en la dirección:http://www.scribd.com/sanchezroje

Fuente: http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1783

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lunes, 30 de diciembre de 2013

EL PULSO DE 2013 Y LA INFLEXIÓN DE 2014



30-12-2013

Si tuviésemos gobiernos decentes pondrían los datos sobre la mesa con transparencia para mostrar que la situación económica va bien o que hay problemas. Pero no es eso lo que tenemos.

En 2008, Zapatero ya empezó pidiendo patriotismo frente a quienes, en su opinión, solo se dedicaban a sembrar "alarmismo injustificado" cuando advertían de que estábamos en una crisis profunda. Y desde hace semanas, Rajoy y todos sus ministros se dedican a convencer a la población de que enseguida se comenzará a crear empleo y actividad económica porque la crisis se ha acabado y comienza, gracias a ellos, una nueva senda de crecimiento y bienestar.

Los datos, sin embargo, no permiten valorar tan positivamente lo que viene sucediendo.
El Producto Interior Bruto está estancado. Se nos dice que hemos salido de la recesión porque en el tercer trimestre de 2013 se registró un crecimiento del 0,1% respecto al anterior. Pero se trata de un avance tan exiguo que está por debajo de lo que se debería considerar como margen de error y la variación interanual sigue siendo negativa en los tres trimestres de 2013. 

Además, los motores de la economía siguen perdiendo fuelle. El consumo de los hogares ( corregido de efectos estacionales y de calendario) ha bajado de 148.090 millones de euros a finales de 2012 a 147.982 millones a finales del tercer trimestre de 2013 (una caída que es mucho mayor en términos corrientes). La inversión también ha bajado, de 49.006 millones de euros a 45.932 millones. Han aumentado levemente las exportaciones (en menor cantidad a medida que ha ido avanzando el año porque la demanda de los países europeos se ha deteriorado) y también las importaciones, y la consecuencia de todo ello es que la renta nacional disponible bruta también ha bajado de 263.572 millones de euros a 241.139 millones.
El empleo tampoco muestra una evolución que se pueda considerar positiva ni definitivamente mejorada, como también se quiere hacer creer.
A finales del tercer trimestre de 2013 había disminuido el número de activos (lo que permite que pueda registrarse una mejora aparente de la tasa de paro) al pasar de 22,92 millones a finales de 2012 a 22,72 millones. También ha descendido en ese periodo el número de ocupados (de 16,95 millones a 16,82 millones), el de ocupados a tiempo completo (de 14,35 millones a 14,23 millones), el de asalariados con contrato indefinido (de 10,72 millones a 10,4 millones) y el total de asalariados (de 13,92 millones a 13,74 millones). El número total de parados ha disminuido ligeramente (de 5,96 millones a 5,9 millones) pero han aumentado los parados con más de dos años en esta situación (de 1,92 millones a 2,17 millones).
También ha bajado en lo que llevamos de 2013 el índice de comercio al por menor, el índice de producción industrial, la utilización de la capacidad productiva, el indicador de cifra de negocios en la mayoría de las actividades económicas y se prevé que en 2014 siga produciéndose el cierre de un gran número de empresas y un aumento del número de concursos.

La deuda pública, por último no ha dejado de aumentar y ha pasado de representar el 84,2% del PIB a finales de 2012 al 93,4% al terminar el tercer trimestre de 2013.

La evaluación general que a mi juicio merecen estos datos y otros de más o menos la misma índole y que seguramente serán confirmados cuando se conozcan los del ejercicio completo podrían resumirse en tres ideas principales.

En primer lugar, que es muy aventurado, por no decir que irresponsable y carente de rigor, afirmar que hemos salido de lo peor y que la economía española está ya encaminada hacia la recuperación. Sobre todo, si se tiene en cuenta que en Europa los datos están empeorando y que no puede descartarse un rebrote recesivo en los próximos trimestres.

En segundo lugar, que es cierto que algunos indicadores (como los de destrucción de empleo, entrada de capitales, ciertos gastos de consumo, exportaciones, o incluso el de variación trimestral del PIB) muestran que no se han dado las caídas de momentos anteriores, lo que podría interpretarse como que en 2013 se ha tocado fondo. Pero como eso no va acompañado de muestras significativas y globales de mejoría podrís ser más realista pensar que lo que hemos vivido en el ejercicio que acaba han sido las primeras muestras de una etapa depresiva tras la sacudida de la crisis.

Finalmente, parece también claro que esos síntomas de mejoría que se puedan observar reflejan que se trata de una recuperación solamente relativa a ciertas actividades o grupos de población pero no al conjunto de la economía.

Sin embargo, el hecho de que las cosas no vayan tan bien como dice el gobierno y los banqueros no quiere decir que no estemos en un punto de inflexión muy relevante y que seguramente consolide un notable cambio de situación en 2014.

A lo largo de 2013 el gobierno y los grandes grupos de poder han seguido ganando el pulso que echan desde 2010 a la inmensa mayoría de la sociedad española para saldar la crisis a su favor, imponiendo nuevas reglas de juego no solo en el terreno económico sino también en el político y social. 

Lo que se está solventando en España no es salir o no de la crisis porque de cualquier crisis se sale tarde o temprano, aunque sea con los pies por delante, sino la situación que va a quedar tras el momento de convulsión. Y lo que hemos podido comprobar claramente a lo largo de 2013 es que la extrema derecha y los grandes grupos económicos y financieros están terminando de imponer su voluntad al resto de la sociedad y, en esa misma medida, han ido ganando confianza.

Lo que con toda seguridad está sucediendo, y a expensas de poder comprobarlo cuando se publiquen datos para todo el año y en relación con mayor número de variables, es que los grupos sociales más poderosos y determinantes de la actividad económica se han puesto en movimiento después de bastantes trimestres de atonía. Por un lado, por puro instinto de supervivencia porque, como decía Joan Robinson, los capitalistas ganan lo que gastan. Por otra, porque han surtido efecto las reformas y medidas gubernamentales orientadas a darles más poder e influencia y eso ha aumentado su beneficio y confianza (el número de trabajadores cubiertos por los convenios registrados han caído casi el 60% con respecto a 2010 y la subida salarial pactada ha sido, en términos reales, el 15% de la del año anterior) . Y, finalmente, porque el discurso del gobierno y de los grandes focos de opinión ha logrado convencer a mucha gente de que la situación es mejor y de que se puede acabar ya con el retraimiento y la desconfianza de meses o incluso de años anteriores. 

Vivimos así una situación paradójica. La extraordinaria concentración de la renta y la riqueza que existe en España y que se está agudizando en los últimos seis años de crisis constituye un freno estructural al desarrollo de nuestra economía y más concretamente para que salgamos de la crisis con más bienestar y seguridad (entre otras razones, provoca que el consumo privado se deteriore a pasos de gigante y que se deprima la actividad productiva al reducirse el gasto total). Pero la paradoja consiste en que los grupos de mayor renta y las empresas oligopolistas tienen tanta incidencia en nuestra economía y sociedad que en cuanto han movido pieza han podido dar la impresión de que es toda la economía la que se está transformando.

Esos cambios son los que marcan el cambio de tendencia que se produce cuando se está dando paso más abiertamente al nuevo modelo en que esos grupos de poder quieren asentar la economía española. Un nuevo modelo basado en el gasto de las clases altas, en entradas de capital principalmente vinculadas a una nueva reventa de activos españoles, en la extraversión de la actividad empresarial hacia los mercados extranjeros basada en salarios muy bajos y en una clase trabajadora ya completamente desarmada, y en la mayor eliminación posible de "inútil" gasto público.

Esta es la estrategia por la que han apostado claramente y la que les ha dado confianza, pero se trata de una opción suicida porque no resuelve los problemas que han provocado nuestros grandes desequilibrios. La deuda (y no solo la pública sino sobre todo la de las empresas) es ya hoy día materialmente imposible de pagar y va a seguir creciendo hasta acabar con una estrategia incapaz de generar ingresos suficientes para afrontarla. También crecerá la morosidad y la atonía del consumo. Las empresas y familias van a seguir sin disponer de financiación suficiente y solo nuevas trampas y favores contables y fiscales podrán seguir disimulando la insolvencia generalizada de la banca. 

Por mucho que se quiera, la economía española no podrá salir adelante por mucho tiempo con el simple motor de un sector exportador del que hoy por hoy solo forma parte el 5% de las empresas y que además se enfrenta a una demanda exterior en declive. Es una estrategia que equivale a querer salir del hoyo tirándose de los pelos, un imposible, pues no se puede salvar a una economía como la española limitándose a salvaguardar los beneficios (incluso improbables) de unos pocos, de los sectores oligopolistas, y los privilegios de la oligarquía, por muy amplia que sea su dominación política.

Precisamente porque son plenamente conscientes de la inestabilidad y frustración que comporta esa vía, los grupos de poder y el gobierno apuestan principalmente por controlar el conflicto y el más mínimo síntoma de respuesta social y política, y ahí es donde va a radicar la clave de año que se avecina.
Si se sigue imponiendo, como hasta ahora, su respuesta a la crisis se irá consolidando la victoria pírrica que conlleva, es decir, la mejoría de los grupos privilegiados y más protegidos que se traducirá en exiguos incrementos de la actividad en algunos sectores acompañados de empobrecimiento general y de una gran atonía en la inmensa mayoría de la vida económica y, por tanto, de gran desempleo y trabajo cada vez más precario y de falta de ingreso. Salvo que la movilización social se imponga y frene la involución económica y política que todo ello conlleva y que solo nos puede llevar a revivir problemas (no solo económicos) de otras etapas de nuestra historia.

2014 es año de elecciones y de rebrotes recesivos en bastantes países europeos y posiblemente también en España. Será en el año que comienza cuando veamos hacia qué lado se resuelve finalmente el pulso que está suponiendo la crisis, aunque nada de lo que ocurra en un sentido u otro estará libre de dificultades y convulsiones.

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2013, LO QUE DE HECHO CAMBIÓ EN EL MUNDO





REBELIÓN
30-12-2013


Como siempre, se acumulan una cantidad de hechos –entre elecciones, muertes, conflictos– que cada año se destacan periodísticamente, pero que dificultan la comprensión de los cambios en las relaciones de poder, las que efectivamente cuentan en la evolución de la situación internacional.

En la compleja trama de acontecimientos, lo más importante fue el cambio de clima en el escenario internacional. Desde que triunfó en la guerra fría, Estados Unidos ha adoptado la postura, frente a los conflictos internacionales, de imponer la militarización. Transferir el enfrentamiento al campo militar, donde su superioridad es manifiesta, ha sido la característica principal de la acción imperial. Así ocurrió en Afganistán, en Irak y en Libia por medio de fuerzas intermedias. Y todo llevaba a una repetición de este tipo de acciones en Siria e Irán.

Pero, de repente, tomando la palabra al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, el gobierno ruso propuso un acuerdo para Siria que desconcertó al gobierno de Obama, el que finalmente no tuvo más que aceptar. Esto fue posible porque el gobierno de Estados Unidos no logró crear las condiciones políticas para una nueva ofensiva militar.

Primero, el Parlamento británico negó, por primera vez, el apoyo a Washington para un ataque a Siria. Después fue evidenciándose que ni la opinión pública, ni el Congreso, ni tampoco los militares de Estados Unidos estaban a favor de la ofensiva anunciada o de un tipo de ataque propuesto por el gobierno de Barack Obama.

El resultado es que Estados Unidos fue conducido a aceptar la propuesta rusa, lo que abrió las puertas a otras posibilidades, entre ellas, coincidiendo con las elecciones en Irán, hacia negociaciones políticas, confirmando el vínculo estrecho entre el conflicto sirio y el iraní.

Otro de los desenlaces ha sido que Israel, Arabia Saudita y Kuwait han quedado aislados en sus posiciones favorables a acciones militares directas contra Siria e Irán. Se fue instalando un clima de negociaciones pacíficas de los conflictos, convocándose una nueva conferencia de paz para la segunda quincena de enero, en Ginebra, para discutir un acuerdo de paz sobre Siria. Una conferencia que no plantea como condición la salida de Bashar Assad del gobierno, como se intentaba hacer anteriormente.

La oposición moderada en Siria tuvo que aceptar su participación, incluso en estas condiciones. Y aún más, tuvo la sorpresa de que Estados Unidos y Gran Bretaña suspendían su apoyo militar, dada la hegemonía en el frente opositor de los grupos fundamentalistas, apoyados por Arabia Saudita y Kuwait.

Como dos puntos determinan un plan, las pláticas sobre Siria abrieran espacio para una negociación, por primera vez desde 1979, entre Estados Unidos e Irán. Se ha dibujado así, en pocas semanas, un escenario totalmente diverso de aquel que había imperado a lo largo de los años anteriores.

Estados Unidos pasó de la ofensiva a la defensiva, en tanto Rusia pasó de actor marginal a central en las negociaciones de paz, al punto de que la revista Forbes, por primera vez, ha elegido a Vladimir Putin como el hombre más influyente del mundo, por encima de Barack Obama. Eso se debe no al poderío militar o económico de Rusia, sino a su capacidad de iniciativa política.
 
Así, junto a la capacidad de países del sur de resistir a la recesión en el centro del capitalismo, por sus intercambios mutuos y por la expansión de sus mercados internos hacia el consumo popular, expresando un tipo de multilateralismo económico en el mundo, la mayor novedad política internacional de 2013 ha sido un embrionario multilateralismo político que proyecta hacia 2014 las negociaciones políticas sobre Siria e Irán como los temas más importantes en la consolidación de ese nuevo clima en las relaciones internacionales.
 

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MARIANO RAJOY, SU GOBIERNO Y CULANDRAS JEFES DEL PP, NO HACEN LO QUE DESEARÍAN, SINO QUE SE LIMITAN A CUMPLIR CON SU DEBER: DE AQUÍ ROBO, DE ALLÍ TAMBIÉN, Y AHORA MODIFICO LAS LEYES PARA METER EN LA CÁRCEL AL QUE ME LLAME LADRÓN (¿QUEDA CLARO QUE LA ALI BABA CULANDRONA DEL PP NO ES ESPAÑA, O LO REPITO OTRA VEZ?)


Radiotelevisió Valenciana patrocinó durante años al Valencia Club de Fútbol, Levante y Villarreal 

EUPV-IU REVELA LOS CONTRATOS "CONFIDENCIALES" DEL GOBIERNO VALENCIANO CON CLUBES DE FÚTBOL Y LA FORMULA 1

Enric Llopis
Rebelión 
28-12-2013

El País Valenciano es actualmente el territorio más endeudado del conjunto del estado (con un indicador de deuda pública del 29,8% sobre el PIB). A ello no ha resultado ajena la política de “grandes eventos”, los fastos, la dilapidación de los recursos públicos por los gobiernos del PP (en el poder desde 1995) y la corrupción. La opacidad y la falta de transparencia se han convertido en principio de gobierno. Por eso cobra singular relieve la iniciativa en la Red de EUPV-IU, denominada “El desconfidencial”, que consiste en airear contratos de empresas públicas de la Generalitat con clubes de fútbol y “grandes eventos”, silenciados hasta el momento bajo cláusulas confidenciales.

Además de “cuestionables jurídicamente y absolutamente inadmisibles desde el punto de vista ético y político”, fuentes de EUPV-IU aseguran que, en ocasiones, “la confidencialidad es una mentira gubernamental para impedir que la ciudadanía conozca cómo se gasta su dinero, ya que ni siquiera aparece reflejada en los contratos, por ejemplo, los del arquitecto Santiago Calatrava con la Ciudad de las Artes y las Ciencias (CACSA)”. En otros casos, “sí existe esa cláusula pero se utiliza de manera abusiva para esconder una información que debería ser pública: qué se contrata, con quién, por cuánto dinero y en qué condiciones”. 

El último de los contratos aireados es el que suscribieron Aerocas (empresa pública del aeropuerto de Castellón) y el Villarreal Club de Fútbol para la esponsorización de esta sociedad anónima deportiva con 4 millones de euros (más IVA) durante la temporada 2010-2011. En la rueda de prensa de presentación del contrato, suscrito por las dos entidades el 30 de septiembre de 2010, los diputados autonómicos de EUPV-IU, Ignacio Blanco y Marina Albiol, coincidieron en que se trata de un acuerdo “entre una televisión que ya no emite y un aeropuerto sin aviones” (El gobierno del PP cerró recientemente RTVV, con una deuda de 1.300 millones de euros y 1.700 trabajadores despedidos).

Ocho meses antes, Radiotelevisió Valenciana firmó otro contrato con el Villarreal de “cesión de derechos de eventos deportivos y colaboración comercial”, por importe de 2,6 millones de euros (más IVA) anuales para las temporadas 2009-2010; 2010-2011 y 2011-2012. El formato del acuerdo es muy similar al que RTVV suscribió con otros equipos de fútbol del País Valenciano, en concreto, Valencia y Levante. En este caso, el canal autonómico se convirtió en patrocinador oficial del Villarreal a cambio de los derechos de explotación de una serie de partidos.

Cuestión polémica en la mayoría de contratos desvelados por EUPV-IU son determinadas “contraprestaciones” que aparecen normalmente en cláusulas adicionales. En el citado acuerdo con el Villarreal, el club se compromete a facilitar un “espacio preferente” para un mínimo de 23 personas (palco de empresa) en los partidos oficiales y amistosos; tres pasajes sin cargo alguno a petición de RTVV en todos los desplazamientos y, en los partidos disputados en calidad de local, un mínimo de 20 entradas y 4 pases de palco VIP.

También signó Canal 9 acuerdos con el equipo “amarillo” para la cesión de los derechos de explotación de los partidos en agosto de 2006 (desde la temporada 2006-2007 hasta la 2010-2011, ambas incluidas, a razón de 25 millones de euros anuales); y para las temporadas 2003-2004; 2004-2005; y 2005-2006 por 15 millones de euros (más IVA) al año.

El Valencia club de fútbol (Sociedad Anónima Deportiva) también obtuvo dinero público a través de Canal 9. El 14 de mayo de 2003, según el contrato al que ha arrojado luz EUPV-IU, RTVV se comprometió a abonar al equipo de Mestalla 27 millones de euros anuales (más IVA) durante las temporadas 2003-2004; 2004-2005 y 2005-2006. El acuerdo otorgaba al ente público derechos de grabación, reproducción y distribución de los partidos de liga, copa del rey, competiciones internacionales (excepto liga de campeones) y partidos amistosos del Valencia. A este coste se estipulaban los duelos no oficiales: partido de presentación (300.000 euros más IVA); Trofeo Naranja (600.000 euros más IVA) y participación en el Trofeo Generalitat (300.000 euros más IVA).

Como en los casos anteriores, y en una jerga absolutamente inmersa en el formalismo jurídico, se velaron ante la opinión pública los términos del acuerdo: “ambas partes contratantes se obligan a mantener términos y condiciones del presente contrato confidencialmente, no pudiendo por ello revelar, directa o indirectamente, el contenido del mismo frente a terceros, obligándose por ello a adoptar todas las medidas posibles para garantizar eficazmente esta confidencialidad”. Blindado y secreto.

El 19 de junio de 2006, el club de Mestalla –cuya venta ha anunciado recientemente Bankia y con un multimillonario de Singapur como primer aspirante- firmó con RTVV otro contrato que estipulaba el pago por parte del ente público de 30 millones de euros (más IVA) al año por las retransmisiones de los partidos de las temporadas 2006-2007 hasta 2010-2011, ambas incluidas (sin embargo, el contrato se canceló de manera anticipada al finalizar la temporada 2008-2009). Entre otras singularidades, el punto cuarto del acuerdo establecía la cesión en exclusiva del club a TVV de los derechos audiovisuales de la mascota.

En el caso del Levante Unión Deportiva, en julio de 2004 cedió a Canal 9 los derechos de explotación de los partidos de la temporada 2006-2007, por valor de 14,5 millones de euros (más IVA). El citado acuerdo se ampliaría el 5 de agosto de 2005 por dos temporadas (2007-2008) y 2008-2009). 

Pero el apoyo con fondos públicos a sociedades y eventos deportivos excede la ecuación Canal 9-clubes de fútbol. Otro organismo público, el Consell Valencià de l’Esport, patrocinó el Open de Tenis de València por un importe de 15 millones de euros (más IVA y con actualización del IPC) por cinco ediciones, entre 2009 y 2013. Para deshacer dudas, el sello de “confidencial” aparece impreso en todas las páginas del contrato. De todos los compromisos revelados, el suscrito para la celebración del Open de Tenis es el más generoso en “contraprestaciones”: “El patrocinador principal tendrá a su disposición dos carpas privadas de 36 m2 cada una, con zona ajardinada, dos azafatas profesionales y cuatro palcos en la pista principal del torneo”. Además, “el patrocinador principal recibirá 25 tiques de comida diarios en el restaurante de la zona Hospitality Village, 100 entradas diarias al recinto del torneo y 250 invitaciones diarias para la zona Hospitality Village”. Por otra parte, el patrocinador principal tenía derecho a 16 plazas en el Palco de Presidencia. 

Visto el pufo definitivo del Gran Premio de Fórmula 1 en el circuito urbano de Valencia, la documentación y los contratos ahora publicitados producen sonrojo y testimonian el oropel y el ringorrango de una época pasada, la de los “grandes eventos”. Al Gran Premio de Fórmula 1 el gobierno de Camps lo declaró “de interés general”. EUPV-IU ha sacado a la luz el contrato firmado por Valmor Sports, SL (entidad que contaba con los derechos de organización del gran premio en Valencia entre 2008 y 2014) y, por otra parte, Circuit del Motor y Promoción Deportiva SA, una empresa de la Generalitat.

Así se definía, para quienes se dediquen al oficio de historiar, la sociedad Circuit en el acuerdo suscrito por las dos entidades: “destaca especialmente por organizar en la Comunitat Valenciana eventos deportivos de primer orden relacionados con el mundo del motor…Muchos de estos eventos han sido claves para la proyección nacional e internacional de la Comunitat Valenciana, y el éxito obtenido en su organización ha contribuido a la posibilidad de la celebración del evento en la ciudad de Valencia”. El contrato obligaba a la empresa pública a la disposición de los medios materiales y humanos para la adecuada celebración de las carreras. 

En otro compromiso materializado el 31 de julio de 2009, también con Valmor Sports, la empresa pública Sociedad de Proyectos Temáticos (SPT) asume la obligación de abonar a Formula One Adminsitration Limited (entidad que ha formalizado los acuerdos con Valmor para que esta disponga de los derechos del gran premio en Valencia) “la suma comprometida por el promotor para cada anualidad y de cuantas obligaciones se deriven de dicho pago”. Asimismo, la entidad pública contrae la obligación de tramitar y obtener todas las licencias y permisos.

La “burbuja” inmobiliaria reventó y de los grandes festejos nadie se hace responsable. Pero en la época se pensaba de este modo, como literalmente testimonia el citado contrato (punto 2 de la exposición de motivos): “el evento (la Fórmula 1) constituye una plataforma excepcional para difundir y promocionar, tanto nacional como internacionalmente, todos los valores, atractivos y potenciales de la Comunitat Valenciana en su más amplio sentido (económico, histórico, cultura, turístico, etcétera) debido al intenso seguimiento mediático que la celebración de este evento deportivo concita a nivel internacional y al prestigio que para una ciudad conlleva se sede de este tipo de eventos, lo cual a su vez repercute en mayores oportunidades, mejores segmentos de promoción turística, marca, etcétera. Por lo tanto, el evento constituye una plataforma de proyección mundial para la ciudad y la comunidad donde se celebre, en este caso la Comunitat Valenciana”. 

¿Qué subyace a toda esta jungla de intereses? “El Gobierno Valenciano presidido por Camps utilizó Valmor como empresa pantalla para pagar el canon por la organización del Gran Premio de Fórmula 1 en Valencia a Formula One Administration (FOA), sociedad del patrón de la Fórmula 1 Bernnie Ecclestone”, explicó el portavoz adjunto de EUPV en las Cortes Valencianas, Ignacio Blanco, en declaraciones recogidas por Europa Press. En resumidas cuentas, “se creó una arquitectura triangular para hacer negocio don dinero público”. Las empresas públicas SPT y Circuit del Motor se hicieron cargo de la organización y del pago del canon para cuatro de las cinco ediciones celebradas”, agrega Blanco en explicaciones recogidas por la agencia. EUPV-IU ha aireado los contratos en los que figuraban los canones y las adendas que modificaban las cantidades que debían abonarse inicialmente. El coste final de la Fórmula 1 (que Camps prometió saldría “gratis” a los valencianos) ronda los 300 millones de euros. En 2013, hace un mes, el sindicato de técnicos de hacienda (Gestha) señalaba que en el País Valenciano viven más de un millón de personas por debajo del umbral de la pobreza, unas 330.000 más que en 2007. 

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PARA VER SI DESPERTAMOS, PORQUE DORMIR TANTO AFECTA A LAS VERTEBRAS DE LOS RIÑONES Y LUEGO NO SE PUEDE PENSAR

domingo, 29 de diciembre de 2013

EL CAPITALISMO RUSO TAMPOCO ATA LOS PERROS CON LONGANIZA


Rusia: Entrevista con Ramón Franquesa, a 22 años de la disolución de la URSS 

 "EL PUEBLO RUSO SE SIENTE ENGAÑADO Y ESTAFADO"



Àngel Ferrero
Rebelión
28-12-2013

Ramón Franquesa es profesor de Economía en la Universitat de Barcelona (UB), donde investiga la gestión de recursos naturales renovables, la economía social y los procesos de organización económica no capitalista. En la década de los ochenta participó en un programa de intercanvio de la Universidad Lomonosov de Moscú que le permitió ser testimonio de la disolución de la Unión Soviética y la rápida transición al capitalismo. Àngel Ferrero entrevistó a Ramón Franquesa para La Directa en el barrio de Gràcia de Barcelona. Esta es la transcripción íntegra de la entrevista.

 ¿Por qué motivo viajaste a la Unión Soviética?

Fui a finales de los ochenta por diversas razones, pero sobre todo porque trabajaba en un grupo de investigación de empresas autogestionadas y cooperativas de la Universidad de Moscú. En aquel momento se hbalaba de cómo se tenia que hacer la reforma económica, y, dentro de este debate, una de las cosas que se planteaban desde la izuiqerda era intentar ver cómo se podían transformar las empresas estatales, gestionadas por el Gosplan de manera muy poco eficiente, en un tipo de empresa más participada por los trabajadores, con más autonomía. El problema de partida era que la propiedad pública únicamente existía como propiedad estatal y eso condujo a que las empresas fueran poco eficientes y tuvieran poca capacidad de innovación. Éste era uno de los elementos que estaba llevando a la Unión Soviética a la pérdida de innovación y a perder, en cierto modo, la carrera económica con Estados Unidos.

El programa donde trabajaba era parte de un programa de intercambio universitario entre la Universidad Estatal de Moscú, la Lomonossov, y la Universidad de Barcelona, pero también era muy informal, porque no había dinero para financiar un proyecto como ahora. Lo que había era un acuerdo de intercambio de conocimientos. En la Lomonossov trabajaba en seminarios y grupos de investigación, pero no en las clases formales. Mi ruso era limitado y la Unión Soviética era un país cerrado en sí mismo. No se podía impartir en otra lengua que no fuera la rusa. Los catalanes que fuimos no tuvimos ningún tipo de retribución, el programa sólo cubría la estancia. Una parte del acuerdo era que yo no podía dejar mis obligaciones académicas en Barcelona. Gracias al resto de los profesores, podía concentrar las clases y eso me permitía tener largas estancias en la URSS.

¿Cuántos años estuviste?

Estuve cuatro años, pero ellos continuaron con el programa. Cuando se disolvió la URSS y se emprendió un camino claro de privatización, su esperanza quedó truncada. Se pasó de unas empresas estatales poco eficientes a unas empresas privadas en manos de grupos de mafiosos. Muchas veces los antiguos directores terminaron apropiándose de aquellas empresas. 

Visitaste fábricas y centros de trabajo.

Parte del programa era mantener conversaciones con los trabajadores. El problema que vivia la URSS era técnico, desde el punto de vista económico, pero también político. Parte de un factor de desánimo, no sólo para mí, sino para mucha gente que trabajaba con nosotros, era observar que los trabajadores no entendían lo que estaba ocurriendo y cuáles serían las consecuencias de la privatizacion de las empresas. Sólo veían a corto plazo una relajación de las obligaciones y una tolerancia más grande hacia el mercado negro. Recuerda que en aquella época una parte importante de los ingresos de los trabajadores procedía de llevarse los productos de la fábrica para venderlos en el mercado negro. En estos años de transición, los directores de la fábrica que aspiraban a quedarsela compraron una cieta paz social a partir de la tolerancia hacia este hecho. Después, evidentemente, la situación se invirtió y pasaron a comportarse como verdaderos empresarios: desaparece cualquier concesión en la jornada laboral (hasta entonces el absentismo era frecuente) o en la tolerancia hacia el hurto.

Has explicado que una parte del proceso fue convertir a los obreros en accionistas y después presionarlos para convencerlos de que vendieran sus acciones.

Eso fue en la etapa final. Tienes que pensar que todo el proceso fue muy caótico. Se pretendía privatizar a las empresas, pero este proceso se hizo sin que existiera un sistema impositivo, porque en la URSS, donde todas las empresas eran propiedad del estado, no había beneficios empresariales. Una de las dificultades era que, al introducir un mercado –como instrumento de medida de la calidad–, tenían que introducirse, también, impuestos, mercados de materias primas, productos, etcétera. En este proceso se tenía que introducir un sistema fiscal. Este sistema, sin embargo, no se introdujo hasta más tarde y todavía hoy Rusia tiene un sistema fiscal más que deficiente. La evasión fiscal era (y sigue siendo) elevada y las empresas no tributaban lo que tributarian en un estado capitalista mínimamente avanzado. Los beneficios empresariales tributaban de manera muy deficiente o no lo hacían en absoluto. El estado se quedó rápidamente sin recursos. El único recurso que le quedó fue el de imprimir rublos y generar inflación. Eso provocó una pérdida del valor adquisitivo y la ruptura del acuerdo social que existía previamente. Todos los acuerdos sociales, salarios, pensiones, etcétera, dejaron de tener sentido. La inflación galopante obligó a los pensionistas a volver a trabajar y aniquiló toda la legalidad que se había acumulado durante la Unión Soviètica. Pero políticamente convenía, porque muchos de los empresarios no querían pagar impuetsos y porque era una manera de romper los acuerdos sociales que no podían cambiarse de un día para otro a golpe de decreto. El mecanismo para conseguirlo fue la devaluación de la moneda. Eso formaba parte del caso, que fue un caos planificado por determinados sectores sociales para desmontar la estructura administrativa del país.

¿Qué tipo de debates teníais con los trabajadores?

En este proceso, nuestro trabajo era intentar convencer a los trabajadores y sindicalistas que no vendieran su participación en la propiedad de la empresa, sino que la reinvidicassen para su colectivo laboral. En el momento clave de la transición, cuando Yeltsin llega al poder, el que hace es estimar el valor de todos los activos del país y dividirlo por el número de habitantes para asignar a cada habitante una participación en el valor del país. Este cálculo se hizo de manera fraudulenta. La gente recibió una especie de acciones y los directores de una empresa, si querían comprarla, tenían que reunir las acciones que valía para que el estado se la cediese. Lo que hicieron los empresarios fue comprar estas acciones a los trabajadores, mucho de los cuales llevaban dos mesos sin cobrar, sufriendo calamidades, y dispuestos a vender su participación a bajo precio, prácticamente los precios que les ofrecieron, porque así salían del brete en que se encontraban. La falta de perspectiva política y conocimientos económicos llevó a que la gente se desprendiese masivamente de estas acciones. La diferencia salarial en la URSS era de uno a seis. En este período surgió un núcleo de unas 200 ó 300 mil personas que, de repente, podían comprar el país. La única manera de que aquello fuera posible fue, evidentemente, a través del fraude, el robo y la extorsión. 

¿Qué pensaban los trabajadores?

En la URSS la percepción de los trabajadores era que el director de la empresa no era una persona que los estuviera explotando (y, de hecho, era así), sino un intermediario entre ellos y un poder central que se encontraba muy lejos, el Gosplan, la oficina central de planificación en Moscú. Esta persona intermediaba entre el centro y ellos de manera paternalista. Por ese motivo muchos obreros pensaban que la transferencia a estos directores mejoraría todavía más su situación. Así que les vendieron sus acciones. Pero, obviamente, cuando esta persona pasó a tener la propiedad de la empresa ya no se comportó del mismo modo.

Uno de los problemas añadidos era que, si había una incultura económica entre los trabajadores, también la había entre esta clase burocrática. Eso contribuyó a la caída del país. Muchos de estos directores ni siquiera sabían actuar como capitalistas. El primer error que cometieron fue, una vez apropiadas las empresas, capturar como beneficio económico toda diferencia entre costes e ingreso. Es decir, no amortizaron la maquinaria. Es un error grave. Ningún gerente en un país capitalista es capaz de cometer un error así, no entender que algún día tendrá que reponer la maquinaria. Como que se trataba de empresas públicas, la inversión siempre la hacía el estado, no partía de una acumulación interna en la misma empresa. En algunos lugares, cosas como alguna reposición, reparar el techo o poner las bombillas podía correr a gasto de la empresa, pero en cualquier caso la gran inversión procedía del estado. Y estos gerentes que se apropian de las empresas que habían hecho funcionar durante decenios siguen actuando al día siguiente como lo hicieron durante todo aquel tiempo.

Durante la URSS, el Estado se quedaba antes con los beneficios. Había corrupción, pero vista la corrupción que hay hoy en día, la corrupción de aquella época nos parece de risa. Corrupción, en aquella época, quería decir que el director se llevaba a casa un televisor o dos botellas de champán. Era una corrupción que tenía efectos sobre todo en el plano moral. El drenaje de recursos se hacía en la infeiciencia y no porque nadie acumulase grandes cantidades de bienes materiales, entre otras cosas porque uno de los aspectos de la cultura, de la sociedad soviética (tampoco necesariamente demasiado sano, pero era parte de como era la gente) era la envidia. Si el vecino tenía demasiadas cosas, inmediatamente se generaba un entorno agresivo. Quien tenía, tenía que esconderlo y no hacer ostentación, porque de lo contrario tenía quedar explicacions de dónde había salido todo aquello. Era una sociedad que se vigilaba mutuamente y la corrupción estaba limitada.

Cuando llegó el cambio, esta corrupción ya no es de un televisor, sino de coches, casas, inversiones, dinero que se saca rápidamente al exterior. Estos supuestos empresarios se quedan con la empresa, pero la gestionan mal, no hacen, por ejemplo, ninguna inversión. Muchos se convirtieron en simples liquidadores de empresas. Es decir, compraron la empresa y vendieron la maquinaria como chatarra. Es cierto que la situación era muy difícil. Tal era el caos dentro de la Rusia post-soviética, que una fábrica de tejidos, por ejemplo, tenía muchas dificultades para conseguir algodón, porque los transportes no funcionaban o la materia prima se robaba durante el transporte. Al final muchos optaron por vender la maquinaria a los japoneses como chatarra a cambio de tener una cuenta corriente en Suiza, pongamos por caso. En muchos casos se vendieron los terrenos o los apartamentos que eran propiedad de la empresa. Estas liquidaciones no ayudaron a la economía, más bien todo lo contrario: mucha gente terminó en la calle y sin nada, ya que había vendido antes sus acciones de la empresa.

 ¿Qué papel jugó el capital extranjero?

Las empresas que aún se resistían se vieron forzadas a vender la propiedad a empresas extranjeras a precios muy bajos, la mayoría de las cuales tenía como objetivo cerrarlas para terminar con la competencia. Para evitar una catástrofe, en Polonia, por ejemplo, tuvieron que aprobar una ley excepcional que prohibía la compra de terreno por parte de alemanes. En Rusia, las “inversiones” fueron, sobre todo, estadounidenses. Durante toda la transición había un cierto papanatismo hacia la superioridad estadounidense. El pueblo ruso se ve en este momento derrotado por una potencia que económicamente parece mayor y más capaz, y por lo tanto, el país a imitiar se convierte inmediatamente en los EE.UU. Al menos para una parte de la sociedad. La otra se convirtió al antiamericanismo, que se irá reforzando con el paso del tiempo. En sus inicios había un elemento racional en todo esto, porque los directores rusos se habían limitado en su mayoría a liquidar empresas, pero esta esperanza se desvaneció rápidamente. Estados Unidos no optó por construir un aliado estratégico ayudando a su desarrollo, sino que intentó arruinar al país tanto como pudo. Se siguió vengando del enemigo de la Guerra fría en el pueblo ruso. No era un problema que tuvieran solamente los antiguos dirigentes del Kremlin, a algunos de los cuales los trató i sigue tratando muy bien, sino que era un conflicto que tenía con el pueblo ruso. Y el pueblo ruso ha pagado este odio de sectores influyentes de Estados Unidos y sus aliados. Si algún país ha sido beligerante con Rusia, ése ha sido EE.UU. Yo creo que a medio plazo el antiamericanismo jugará un papel fundamental en Rusia, porque el pueblo ruso se siente engañado y estafado. Todas estas empresas, en el mejor de los casos, se convirtierion en plataformas de distribución de mercancías del extranjero.

 De hecho, la dependencia externa continúa siendo uno de los problemas de la economía rusa. 

Rusia pasó de ser un país que tenía todo tipo de producción industrial a convertirse en un país exportador de materias primas. Lo que acaba salvando a Rusia es el gas y el petróleo. Pero, claro, eso no es propio de un país desarrollado, es propio de un país de la periferia que compensa todas sus deficiencias estructurales exportando materias primas: petróleo, gas, madera... 

¿Qué explica la pasividad de la población rusa? 

Hay diversos factores que explican este fenómeno. En primer lugar, políticos y culturales. La gente había delegado la política a los dirigentes. La idea general era que otro tomase las decisiones, porque tomar decisiones, después del estalinismo, era un asunto arriesgado. La URSS era una sociedad que teóricamente estaba en manos de los ciudadanos, pero éstos en realidad no participaban políticamente ni tenían cultura política. El efecto desmoralizador que supuso ver cómo estos dirigentes, que hasta hace cuatro días hablaban de socialismo, se convertían en los primeros ladrones, fue enorme. El péndulo pasó rápidamente de un lado al otro. El rico quería demostrar que era rico, entre otros motivos, para atemorizar a la gente que tenía a su alrededor. Yo no he visto en Occidente tanta ostentación como la que había en la Rusia de entonces: en coches, en vestidos, en escoltas (como el país había quedado en manos de mafiosos y la ley no se aplicaba, muchas cosas se solucionaban simplemente a tiros). Uno de estos “nuevos rusos” podía llevar una escolta de 20 personas armadas, con las armas visibles. Veteranos de Afganistán, mafiosos... Empujando a la gente por la calle en Moscú mismo. La sensación de impotencia ciudadana, en un país donde hasta entonces los policías ni siquiera llevaban pistola cuando patrullaban (casi nunca pasaba nada), augmentó considerablemente.

 ¿Cuál fue el proceso que llevó del entusiasmo al desengaño y después a la nostalgia?

Si la gente pudiera votar, lo haría a favor de volver a la situación anterior. Pero las estructuras han cambiado. Y los cambios no son fácilmente reversibles. Es un proceso largo, pero como todo proceso social, hay cosas que se van acumulando lentamente, hasta que en un momento dado explotan y después se aceleran inmediatamente.

¿De dónde venían los problemas? En los años veinte el estalinismo despolitizó a la sociedad. La participación política se transforma en una sumisión cuasirreligiosa. Las decisiones se van delegando en escalas superiores de la jerarquía, porque cualquier decisión podía hacerte terminar en un campo de concentración. La gente s elimitaba a cumplir estrictamente las órdenes. Eso empobrecía la sociedad. El estalinismo transformó un país agrario en uno industrial. En los treinta existe la sensación de que Rusia está asediada y de que en cualquier momento serán aniquilados. La sensación tenía una base real. Como estamos asediados, se piensa, hay que acabar con el enemigo en cualquiera de sus expresiones, entre ellas la disidencia. 

La Segunda Guerra Mundial reactivó la sociedad por la sensación, nada equivocada, de que, o ganaban, o eran destruidos como nación. Se puso marcha de nuevo toda la creatividad revolucionaria: la gente no espera a recibir órdenes y toma la iniciativa para producir, para combatir, para improvisar la defensa. Pero terminada la Segunda Guerra Mundial, todo eso se termina. Después de la Segunda Guerra Mundial, la sensación de ser destruidos desaparece. Jruschov intenta corregir las desviaciones del estalinismo, pero el legado es demasiado grande. Después lo intentaron Kossiguin, Andrópov y, finalmente, Gorbachov. En la historia soviética hay un intento permanente de salir del modelo de socialismo estatalista para ir hacia un modelo descentralizado: en la Nueva Política Económica (NEP) de Lenin, en el intento de reforma de Kossiguin o en la perestroika de Gorbachov. Pero la inercia siempre fue demasiado grande. Breznev destituye a Jruschov, y durante su mandato, que parece muy tranquilo, el estancamiento se extiende como un cáncer. Breznev hace, a grandes rasgos, una combinación para salir del brete: saca todos los elementos represivos del estalinismo, pero manteniendo sus funciones económicas, muy estatalizadas e ineficientes. No hay incentivos materiales, ni incentivos económicos. Los incentivos morales no tienen una duración estructural, sólo se mantienen en tiempos de crisis y guerra. ¿Por qué trabajaba la gente durante el estalinismo? Por miedo. El estalinismo era un sistema brutal e inmoral, pero, tristemente, que funcionaba económicamente. Con Breznev se mantiene la fachada ideológica a la vez que se eliminan los castigos, y el sistema, lógicamente, se va pudriendo, de manera que, cuando llega Gorbachov al poder años después, se encuentra con una productividad muy baja.

Te doy un ejemplo: durante una serie de visitas a una fábrica vimos a un hombre sentado en una silla sin hacer nada. Cuando preguntamos cuál era su función, nos respondieron que formaba parte de la plantilla. “¿Y por qué lo tenéis sentado?”, preguntamos. “Este hombre es un alcohoólico. Si lo ponemos en la cadena de producción nos causa problemas. Por lo tanto, preferimos tenerlo sentado y que no nos dé quebraderos de cabeza”, me respondieron. Eso tiene una parte humana importante (nadie se planteaba su despido), que forma parte de la ambivalencia moral de la URSS. Pero eso mismo destruía el país. Porque, a finale de mes, cuando aquella persona recibía su salario, era el mismo que el del obrero que había ocupado su puesto de trabajo de ocho horas, generando un sentimiento de agravio comparativo. Así que mucha gente comenzaba a plantearse por qué esforzarse si, en cualquier caso, cobraría igual. Todo eso hizo que la gente perdiese el interés y la motivación por su trabajo, y agravó la situación. Pero, ¿cuál era la situación? ¿Una vuelta al estalinismo, a la coacción? ¿Introducir mecanismos de incentivos salariales?

Muchos ven en la reforma de Gorbachov la brecha por donde se coló el capitalismo.

La reforma era necesaria. Pero en esta situación, la gran mayoría social era incapaz de tomar la iniciativa. No hubo ningún diálogo social para corregir este tipo de situaciones, apra encontrar soluciones justas en lugar de normalizar un hecho que no lo era. Era una salida complicada, que necesitaba mucha participación de la gente, porque en el momento en que se descentraliza la economía, la gente no acaba de entender la necesidad de un socialismo autogestionario. Todo el mundo ve que un socialismo estatalizado –y mucho más después de la experiencia soviética– retrae la iniciativa popular y tiene aspectos muy desagradables. Pero un socialismo descentralizado implica que la sociedad tiene que crear tipos impositivos, límites sobre qué nivel de desigualdad es aceptable, cuál es el salario base para que las personas marginales como la del caso anterior no queden en situación de riesgo de pobreza, etcétera. Y eso implica una gran participación social para reorganizar a la sociedad. Si la personas se retraen, si se niegan a participar, si se hace una asamblea de trabajadores y nadie habla, la reforma no es posible. Éste era el problema.

Quienes se apropiarion de los recursos también se apropiaron de la iniciativa política. Y buscaron la brecha, que fue efectivamente la reforma, para convertir lo que tenía que ser una reforma de carácter socialista en un paso en dirección al capitalismo salvaje en un período muy breve de tiempo. Se cuelan por esa brecha, pero no por la reforma en sí, sino por la pasividad política de la población. Una población que había perdido su protagonismo, que no entendía lo que sucedía después de años de escuchar que aquel socialismo en el que vivían era el correcto. Es una situación muy complicada. Esta misma tradición jugó en contra del cambio hacia un modelo de socialismo descentralizado.

 ¿Qué pasó con el Partido Comunista?

Todos los partidos posteriores salieron del Partido Comunista. Y no de cualquier sitio, sino de la dirección misma, del Comité Central. Después del golpe de estado de Yeltsin [en 1993], la misma persona que antes ocupaba un cargo seguia ocupándolo en el nuevo régimen, sin cambiar de despacho ni de teléfonos. Una pequeña parte de la gente continuó en el proyecto de transformación social, pero no fue el caso, obviamente, de la mayoría de dirigentes, todos los cuales procedían del PCUS. En el PCUS existía la sensación de que el negocio se había ido a pique y había que montar otro. Cada uno se montó su propio partido, buscando un pretexto ideológico. Para aquella gente, educada en la época de Brezhnev, donde cada vez había más diferencias entre lo que se decía y lo que se hacía, el ejercicio de la política era el ejercicio del cinismo y de la mentira. En lugar de hablar del pueblo soviético comenzaron a hablar del pueblo ruso y la iniciativa individual. Pero son las mismas personas, que a veces, con la fe del consverso, adoptan otro catecismo, con el mismo cinismo que tenía antes.

Recuerdo la siguiente anécdota: el alcalde de Bucarest tomó la decisión de destruir el monumento a Marx. Un socialismo fue a verlo para protestar contra el fanatismo de llegar a destruir una estatua de Marx, que no tenía culpa de nada, y pedirle que detuviera la demolición. La respuesta que le dio fue: “No te preocupes. Probablemente tengas razón. Pero ahora la gente nos pide que la destruyamos. Si consegues cambiar su opinión, ven a verme de nuevo para que la vuelva a poner.” La idea que había al detrás no es sólo la hipocresía de esta persona, sino que él se veía a sí mismo siempre como alcalde. Si para serlo antes tenía que colgar un retrato de Marx, ahora sólo tenía que cambiarlo por el de Milton Friedman. Y, si la gente cambiaba, entonces él sacaría el de Friedman y volvería a poner el de Marx.

El PCUS básicamente estalla en una serie de partidos políticos que después acaban convergiendo hasta lo que hoy es Rusia Unida. Tienen a algunos críticos con el gobierno soviético, pero básicamente se compone de antiguos funcionarios del partido y siguen funcionando del mismo modo que siempre lo habían hecho con sus aimgos, sus familias y sus círculos de influencia. 

 ¿Y el núcleo duro del PCUS?

El PCUS se disolvió para disolver a la entidad que había designado a mucha gente en sus cargos. Al desaparecer esta entidad, nadie los podía echar, al menos tmeporalmente. Por ese motivo quien disuelve el PCUS es, básicamente, la misma dirección del propio PCUS. Y quieren una disolución rápida, no sea que haya otro golpe de estado y la nueva dirección los destituya a todos. Así se disuelve el organismo del cual, irónicamente, partía su legitimidad, en el que habían hecho carrera política y gracias al ocual ocuparon su cargo. El Partido Comunista restante se componía de una base social que, en buena medida, se sintió engañada, y que, adoptando una actitud nostálgica, lo reconstryue.

Pero sin ningún tipo de autocrítica y con un fuerte componente nacionalista.

La mayoría de dirigentes comunistas continua teniendo vínculos muy estrechos con el antiguo sistema. El Partido Comunista no ha jugado un papel radical de oposición a las medidas de liberalización. Juega un papel de acompañamiento, de “leal oposición”. Por otra parte, una parte de estos cuadros intenta recuperar la situación que tenía en el pasado. 

Con el cambio de sistema se podía pasar de tenir mucho poder a quedar mal colocado. La gente que quedó mal colocada se quedó en el Partido Comunista, junto a muchos que seguían compartiendo le ideal socialista, pero es un ideal socialista que mira, sobre todo, al pasado. Para muchas deestas personas, el programa simplemente es volver a lo que había antes, a pesar de que la historia no vuelve nunca para atrás. Esta nostalgia hace muy difícil que a corto plazo pueda recuperar un papel relevante. Todo esto, en cualquier caso, es muy incierto, como lo son todos los procesos sociales. El Partido Comunista de la Federación Rusa (KPRF), que actualmente es el principal partido de la oposición, tampoco tiene propuestas serias.

¿De dónden surge el nacionalismo?

Surgen de la percepción, real, de que los están destruyendo...

 ¿Y fenómenos hasta entonces desconocidos, como la xenofobia?

No eran fenómenos desconocidos, ése es era el problema. Uno de los elementos que articula el estalinismo en los últimos años es el antisemitismo. Los judíos tuvieron el papel de chivo expiatorio de los problemas de la URSS, de lo que no funcionaba. Yo lo viví durante la época de Gorbachov, a quien también acusaban de ser judío sectores próximos a Yeltsin. La envidia hacia los judíos era muy grande, porque los judíos, perseguidos secularmente, vieron en la URSS la posibilidad de liberarse. Muchos de los dirigentes bolcheviques son de origen judío. ¿Por qué? Porque son un grupo perseguido y porque su tradición interna de grupo oprimido es muy importante, para sobrevivir en la sociedad, obtener una cualificación. En la URSS, cuando comienza a generalizarse el acceso a las universidades y academias, los judíos animan a sus hijos a estudiar. Como consecuencia, la representación judía en la intelectualidad era enorme. Eso se interpretó entre la población rusa como si los judíos se ayudasen entre ellos o incluso conspirasen contra los rusos étnicos. Yo recuerdo haber visto en Leningrado, poco antes de la disolución de la URSS, carteles que parecían propios de la Alemania nazi, con lemas como “los judíos están destruyendo a la Unión Soviética” o “los judíos nos roban”. El antisemitismo y el racismo fueron utilizados como válvula de escape para todo lo que fallaba en la URSS. A corto plazo, muchos judíos se marcharon del país, gracias también a la política de Israel, que favorecía su emigración, sabiendo perfectamente que se trataba de inmigrantes cualificados. Desde el punto de vista cuantitativo, puede que no fuera muy significativa, pero desde el punto de vista cualitativo sí que lo fue y contribuyó al declive del país.

¿Qué pasó con el resto de repúblicas soviéticas? 

En general no tuvieron muy buen final. No olvidemos que en las repúblicas bálticas la población rusa continua sin tener papeles. Con el argumento de que no conocen las lenguas propias de estos países se les niega el pasaporte y el derecho a votar. Hablamos de familias que llevan viviendo en el territorio desde hace generaciones, cientos de años. Y la Unión Europea permite esta aberración. Eso ha dividido el país en dos campos, porque son culturas y lenguas muy diferentes. Los rusos no son reconocidos en ninguna de las repúblicas bálticas como minoría. Evidentemente, eso genera un aumento del nacionalismo panruso y una dinámica muy peligrosa de cara al futuro. Los rusos que viven en Lituania, desprovistos de papeles, se convierten en mano de obra a bajo precio, que a su vez presiona el mercado laboral a la baja. Y además está la historia: los nacionalistas lituanos apoyaron a los alemanes durante la Segunda Guerra Mundia. Y dos generaciones son pocas. 

La población rusa vive marginada, no tiene derecho a voto y en las zonas donde viven hay una falta de inversiones consciente y buscada. Todo eso tenía que haberse terminado con la Unión Europea, que teóricamente no permite este tipo de discriminación. Pero no ha pasado nada. Se ha permitido que estos países sigan funcionando así. De hecho, lo ha empeorado, porque el nacionalismo báltico se ve legitimado para continuar y aumentar esta discriminación. 

 ¿El grupo de investigación continuó?

Continuó con muchísimas dificultades, y, desde el punto de vista institucional, está en la marginalidad. En Rusia los sujetos políticos continuan muy anclados en el pasado. El KPRF es un partido con muchas particularidades, especialmente en la dirección. Muchos de ellos tienen vínculos con gente muy alejada políticamente del comunismo. Cuanto más lejos queda todo aquello, cuanto más dura es la realidad, cuanto más pasa el tiempo, más se olvidan los defectos que tenía el sistema y más se idealiza. Hasta que no haya un cambio generacional es difícil que puedan surgir cosas nuevas. La primera generación que no tiene recuerdos y no ha estado implicada en aquel proceso, y que, por lo tanto, no tiene trapos sucios que esconder, ahora comienza a participar políticamente. Ya veremos lo que pasa. 

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LATINOAMÉRICA TAMBIÉN ESTÁ A LA VUELTA DE LA ESQUINA (EL CRECIMIENTO ECONÓMICA NO IMPLICA NECESARIAMENTE, NI DESARROLLO ECONÓMICO, NI MEJOR REPARTO DE LA RIQUEZA, NI MAYOR ESTABILIDAD POLÍTICA, NI MÁS LIBERTAD, NI MÁS DEMOCRACIA, NI MAYOR JUSTICIA SOCIAL, NI CREACIÓN DE PUESTOS DE TRABAJO, NI ASEGURAMIENTO DE LOS SERVICIOS SOCIALES, NI MAYOR EQUILIBRIO ENTRE LAS DIFERENTES PARTES DEL MUNDO)


 CRECIMIENTO CON MÁS POBREZA: BALANCE DE 2013

Marco A. Gandásegui, h. 
Argenpress
Rebelión
28-12-2013

Realizar un balance de 2013 es de rigor. La recesión del sistema capitalista iniciado en 2008 sigue vigente.

No hay señales, por ahora, que se va a reponer. El sector social que más sufre con la falta de inversiones productivas y las altas tasas de desempleo son los trabajadores. En Estados Unidos son 20 millones y en Europa son casi 50 millones de familias golpeadas. En contraste, China sigue encendiendo más motores y su economía crece a un paso controlado bajo un estricto sistema de planificación. El experimento de los herederos de Mao, sin embargo, aplica planes quinquenales para impulsar una economía capitalista que crece sobre las espaldas de los trabajadores y el despojo de los productores agrícolas. La percepción generalizada durante 2013 fue que Estados Unidos enfrenta una crisis terminal de su hegemonía global. A su vez, el proyecto de una ‘nueva’ Europa, que se levantó sobre las cenizas dejadas por la segunda guerra mundial, parece enfrentar una calle sin salida. La correlación de fuerzas (geopolítica) a escala global cambió en 2013 con la ‘emergencia’ de nuevos polos de desarrollo capitalista e insurrecciones populares en los puntos más álgidos.

Al interior de Estados Unidos y Europa se están generando transformaciones sociales significativas. El Medio Oriente sigue siendo la región más volátil por su enorme riqueza energética que no logra ser dominada por su propio pueblo y es anhelada por todas las potencias. Las riquezas africanas atraen a los grandes especuladores mundiales y sus ejércitos, que pretenden reconquistar el continente ‘negro’ por encima de la resistencia popular. América latina disfruta de un ‘veranillo’, producto de la demanda china de materias primas en una escala jamás experimentada antes. China es el principal socio comercial de muchos países de la región. Mientras que China importa materias primas para transformarlas en productos industriales, generando millones de empleos nuevos todos los años (y creando ganancias capitalistas enormes), América latina invierte los ingresos provenientes de las exportaciones agro-mineras en aventuras especulativas (políticas neoliberales de despojo) o en políticas sociales de redistribución de riquezas.

En 2013 se agudizó la línea de demarcación entre ambos proyectos: ‘Alianza del Pacífico’ y ALBA/Mercosur. En el caso de Panamá, durante 2013 el crecimiento económico - concentrado, especulativo y excluyente -alimentó la creciente tendencia de empobrecimiento de sectores sociales cada vez más grandes del país. Según la FAO hay 300 mil panameños que pasan hambre. Los ingresos provenientes de los servicios del Canal de Panamá, de los puertos y de los almacenes de redistribución de mercancías (Zona Libre de Colón) - sin excluir el lavado de dinero controlado por la banca foránea - fueron invertidos en proyectos especulativos de tipo inmobiliario, turismo, obras públicas e importaciones. Las subvenciones a las inversiones capitalistas las calculo en un monto cercano a los US$ 10 mil millones en 2013. (Las subvenciones anunciadas por el gobierno a los sectores empobrecidos suman US$ 500 millones). La política económica del gobierno no generó nuevos empleos, tampoco un desarrollo que incorporara a las distintas regiones del país al crecimiento, ni contempló la realización de ahorros para cuando el ‘boom’ pasajero actual se agote. En 2013 sólo crecieron los sectores especulativos. Los sectores productivos experimentaron bajas. Preocupante fue la disminución de tránsitos y carga por el Canal de Panamá. Así mismo, el decrecimiento de los movimientos de contenedores en los puertos de ambos extremos de la vía acuática. La ampliación del Canal de Panamá, proyecto emblemático de inicios del siglo XXI, se encontró con un obstáculo ya anunciado con anterioridad. La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ‘apostó a ganador’ con un consorcio encabezado por una empresa española que probablemente quiebre a corto plazo. A fines de año el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, hizo una visita relámpago a Panamá para sentar las reglas del juego en torno al futuro del Canal. 

Las gestiones fueron realizadas en secreto y el país quedó sin brújula en lo que se refiere al futuro del proyecto de ampliación del Canal. En 2013 se hizo patente la quiebra del sector agrario. Mientras que la siembra de arroz, por ejemplo, bajo de 85 mil hectáreas a sólo 18 mil en 2013, a fines de año se hizo la subasta acordada con Estados Unidos en el marco del tratado de libre comercio para importar más de 300 mil quintales de ese grano. A partir de 2013, Panamá compra en Estados Unidos el arroz que antes producían los agricultores panameños. Más aún, la familia del presidente de la República, Ricardo Martinelli, dueño de una cadena de supermercados, fue favorecido con el 30 por ciento de lo subastado. Políticamente, la campaña electoral que se destapó a principios de año y culmina en mayo próximo, promete más de lo mismo. El partido oficialista - Cambio Democrático - y los de oposición, PRD y Panameñista, no han presentado programas pero sus candidatos conservadores avalan las políticas neoliberales cercanas a la Embajada de Estados Unidos. Lo novedoso es la participación del nuevo partido de izquierda, el FAD, que celebró primarias para seleccionar su candidato presidencial. El candidato independiente progresista, Juan Jované, y otros dos aspirantes, también reunieron las firmas necesarias para oficializar su candidatura en enero.

Fuente: http://www.argenpress.info/2013/12/crecimiento-con-mas-pobreza-balance-de.html 

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