viernes, 7 de octubre de 2022

La máscara de la muerte roja

 

Tal día como hoy de 1849 moría Edgar Allan Poe. Poeta, narrador y crítico literario incisivo y a menudo escandaloso, revalorizó y revitalizó el cuento, convirtiéndose sin duda en uno de los mejores cuentistas de todos los tiempos.


La máscara de la muerte roja

 

Edgar Allan Poe

El Viejo Topo

7 octubre, 2022 

 

La “Muerte Roja” había devastado el país durante largo tiempo. Jamás una peste había sido tan fatal y tan espantosa. La sangre era encarnación y su sello: el rojo y el horror de la sangre. Comenzaba con agudos dolores, un vértigo repentino, y luego los poros sangraban y sobrevenía la muerte. Las manchas escarlata en el cuerpo y la cara de la víctima eran el bando de la peste, que la aislaba de toda ayuda y de toda simpatía, y la invasión, progreso y fin de la enfermedad se cumplían en media hora.

Pero el príncipe Próspero era feliz, intrépido y sagaz. Cuando sus dominios quedaron semidespoblados llamó a su lado a mil caballeros y damas de su corte, y se retiró con ellos al seguro encierro de una de sus abadías fortificadas. Era ésta de amplia y magnífica construcción y había sido creada por el excéntrico aunque majestuoso gusto del príncipe. Una sólida y altísima muralla la circundaba. Las puertas de la muralla eran de hierro. Una vez adentro, los cortesanos trajeron fraguas y pesados martillos y soldaron los cerrojos. Habían resuelto no dejar ninguna vía de ingreso o de salida a los súbitos impulsos de la desesperación o del frenesí. La abadía estaba ampliamente aprovisionada. Con precauciones semejantes, los cortesanos podían desafiar el contagio. Que el mundo exterior se las arreglara por su cuenta; entretanto era una locura afligirse. El príncipe había reunido todo lo necesario para los placeres. Había bufones, improvisadores, bailarines y músicos; había hermosura y vino. Todo eso y la seguridad estaban del lado de adentro. Afuera estaba la Muerte Roja.

Al cumplirse el quinto o sexto mes de su reclusión, y cuando la peste hacía los más terribles estragos, el príncipe Próspero ofreció a sus mil amigos un baile de máscaras de la más insólita magnificencia.

Aquella mascarada era un cuadro voluptuoso, pero permitan que antes les describa los salones donde se celebraba. Eran siete -una serie imperial de estancias-. En la mayoría de los palacios, la sucesión de salones forma una larga galería en línea recta, pues las dobles puertas se abren hasta adosarse a las paredes, permitiendo que la vista alcance la totalidad de la galería. Pero aquí se trataba de algo muy distinto, como cabía esperar del amor del príncipe por lo extraño. Las estancias se hallaban dispuestas con tal irregularidad que la visión no podía abarcar más de una a la vez. Cada veinte o treinta metros había un brusco recodo, y en cada uno nacía un nuevo efecto. A derecha e izquierda, en mitad de la pared, una alta y estrecha ventana gótica daba a un corredor cerrado que seguía el contorno de la serie de salones. Las ventanas tenían vitrales cuya coloración variaba con el tono dominante de la decoración del aposento. Si, por ejemplo, la cámara de la extremidad oriental tenía tapicerías azules, vívidamente azules eran sus ventanas. La segunda estancia ostentaba tapicerías y ornamentos purpúreos, y aquí los vitrales eran púrpura. La tercera era enteramente verde, y lo mismo los cristales. La cuarta había sido decorada e iluminada con tono naranja; la quinta, con blanco; la sexta, con violeta. El séptimo aposento aparecía completamente cubierto de colgaduras de terciopelo negro, que abarcaban el techo y la paredes, cayendo en pliegues sobre una alfombra del mismo material y tonalidad. Pero en esta cámara el color de las ventanas no correspondía a la decoración. Los cristales eran escarlata, tenían un color de sangre.

A pesar de la profusión de ornamentos de oro que aparecían aquí y allá o colgaban de los techos, en aquellas siete estancias no había lámparas ni candelabros. Las cámaras no estaban iluminadas con bujías o arañas. Pero en los corredores paralelos a la galería, y opuestos a cada ventana, se alzaban pesados trípodes que sostenían un ígneo brasero cuyos rayos se proyectaban a través de los cristales teñidos e iluminaban brillantemente cada estancia. Producían en esa forma multitud de resplandores tan vivos como fantásticos. Pero en la cámara del poniente, la cámara negra, el fuego que a través de los cristales de color de sangre se derramaba sobre las sombrías colgaduras, producía un efecto terriblemente siniestro, y daba una coloración tan extraña a los rostros de quienes penetraban en ella, que pocos eran lo bastante audaces para poner allí los pies. En este aposento, contra la pared del poniente, se apoyaba un gigantesco reloj de ébano. Su péndulo se balanceaba con un resonar sordo, pesado, monótono; y cuando el minutero había completado su circuito y la hora iba a sonar, de las entrañas de bronce del mecanismo nacía un tañido claro y resonante, lleno de música; mas su tono y su énfasis eran tales que, a cada hora, los músicos de la orquesta se veían obligados a interrumpir momentáneamente su ejecución para escuchar el sonido, y las parejas danzantes cesaban por fuerza sus evoluciones; durante un momento, en aquella alegre sociedad reinaba el desconcierto; y, mientras aún resonaban los tañidos del reloj, era posible observar que los más atolondrados palidecían y los de más edad y reflexión se pasaban la mano por la frente, como si se entregaran a una confusa meditación o a un ensueño. Pero apenas los ecos cesaban del todo, livianas risas nacían en la asamblea; los músicos se miraban entre sí, como sonriendo de su insensata nerviosidad, mientras se prometían en voz baja que el siguiente tañido del reloj no provocaría en ellos una emoción semejante. Mas, al cabo de sesenta y tres mil seiscientos segundos del Tiempo que huye, el reloj daba otra vez la hora, y otra vez nacían el desconcierto, el temblor y la meditación.

Pese a ello, la fiesta era alegre y magnífica. El príncipe tenía gustos singulares. Sus ojos se mostraban especialmente sensibles a los colores y sus efectos. Desdeñaba los caprichos de la mera moda. Sus planes eran audaces y ardientes, sus concepciones brillaban con bárbaro esplendor. Algunos podrían haber creído que estaba loco. Sus cortesanos sentían que no era así. Era necesario oírlo, verlo y tocarlo para tener la seguridad de que no lo estaba. El príncipe se había ocupado personalmente de gran parte de la decoración de las siete salas destinadas a la gran fiesta, su gusto había guiado la elección de los disfraces.

Grotescos eran éstos, a no dudarlo. Reinaba en ellos el brillo, el esplendor, lo picante y lo fantasmagórico. Veíanse figuras de arabesco, con siluetas y atuendos incongruentes, veíanse fantasías delirantes, como las que aman los locos. En verdad, en aquellas siete cámaras se movía, de un lado a otro, una multitud de sueños. Y aquellos sueños se contorsionaban en todas partes, cambiando de color al pasar por los aposentos, y haciendo que la extraña música de la orquesta pareciera el eco de sus pasos.

Mas otra vez tañe el reloj que se alza en el aposento de terciopelo. Por un momento todo queda inmóvil; todo es silencio, salvo la voz del reloj. Los sueños están helados, rígidos en sus posturas. Pero los ecos del tañido se pierden -apenas han durado un instante- y una risa ligera, a medias sofocada, flota tras ellos en su fuga. Otra vez crece la música, viven los sueños, contorsionándose al pasar por las ventanas, por las cuales irrumpen los rayos de los trípodes. Mas en la cámara que da al oeste ninguna máscara se aventura, pues la noche avanza y una luz más roja se filtra por los cristales de color de sangre; aterradora es la tiniebla de las colgaduras negras; y, para aquél cuyo pie se pose en la sombría alfombra, brota del reloj de ébano un ahogado resonar mucho más solemne que los que alcanzan a oír las máscaras entregadas a la lejana alegría de las otras estancias.

Congregábase densa multitud en estas últimas, donde afiebradamente latía el corazón de la vida. Continuaba la fiesta en su torbellino hasta el momento en que comenzaron a oírse los tañidos del reloj anunciando la medianoche. Calló entonces la música, como ya he dicho, y las evoluciones de los que bailaban se interrumpieron; y como antes, se produjo en todo una cesacion angustiosa. Mas esta vez el reloj debía tañer doce campanadas, y quizá por eso ocurrió que los pensamientos invadieron en mayor número las meditaciones de aquellos que reflexionaban entre la multitud entregada a la fiesta. Y quizá también por eso ocurrió que, antes de que los últimos ecos del carrillón se hubieran hundido en el silencio, muchos de los concurrentes tuvieron tiempo para advertir la presencia de una figura enmascarada que hasta entonces no había llamado la atención de nadie. Y, habiendo corrido en un susurro la noticia de aquella nueva presencia, alzóse al final un rumor que expresaba desaprobación, sorpresa y, finalmente, espanto, horror y repugnancia. En una asamblea de fantasmas como la que acabo de describir es de imaginar que una aparición ordinaria no hubiera provocado semejante conmoción. El desenfreno de aquella mascarada no tenía límites, pero la figura en cuestión lo ultrapasaba e iba incluso más allá de lo que el liberal criterio del príncipe toleraba. En el corazón de los más temerarios hay cuerdas que no pueden tocarse sin emoción. Aún el más relajado de los seres, para quien la vida y la muerte son igualmente un juego, sabe que hay cosas con las cuales no se puede jugar. Los concurrentes parecían sentir en lo más hondo que el traje y la apariencia del desconocido no revelaban ni ingenio ni decoro. Su figura, alta y flaca, estaba envuelta de la cabeza a los pies en una mortaja. La máscara que ocultaba el rostro se parecía de tal manera al semblante de un cadáver ya rígido, que el escrutinio más detallado se habría visto en dificultades para descubrir el engaño. Cierto, aquella frenética concurrencia podía tolerar, si no aprobar, semejante disfraz. Pero el enmascarado se había atrevido a asumir las apariencias de la Muerte Roja. Su mortaja estaba salpicada de sangre, y su amplia frente, así como el rostro, aparecían manchados por el horror escarlata.

Cuando los ojos del príncipe Próspero cayeron sobre la espectral imagen (que ahora, con un movimiento lento y solemne como para dar relieve a su papel, se paseaba entre los bailarines), convulsionóse en el primer momento con un estremecimiento de terror o de disgusto; pero inmediatamente su frente enrojeció de rabia.

-¿Quién se atreve -preguntó, con voz ronca, a los cortesanos que lo rodeaban-, quién se atreve a insultarnos con esta burla blasfematoria? ¡Apodérense de él y desenmascárenlo, para que sepamos a quién vamos a ahorcar al alba en las almenas!

Al pronunciar estas palabras, el príncipe Próspero se hallaba en el aposento del este, el aposento azul. Sus acentos resonaron alta y claramente en las siete estancias, pues el príncipe era hombre temerario y robusto, y la música acababa de cesar a una señal de su mano.

Con un grupo de pálidos cortesanos a su lado hallábase el príncipe en el aposento azul. Apenas hubo hablado, los presentes hicieron un movimiento en dirección al intruso, quien, en ese instante, se hallaba a su alcance y se acercaba al príncipe con paso sereno y cuidadoso. Mas la indecible aprensión que la insana apariencia de enmascarado había producido en los cortesanos impidió que nadie alzara la mano para detenerlo; y así, sin impedimentos, pasó éste a un metro del príncipe, y, mientras la vasta concurrencia retrocedía en un solo impulso hasta pegarse a las paredes, siguió andando ininterrumpidamente pero con el mismo y solemne paso que desde el principio lo había distinguido. Y de la cámara azul pasó la púrpura, de la púrpura a la verde, de la verde a la anaranjada, desde ésta a la blanca y de allí, a la violeta antes de que nadie se hubiera decidido a detenerlo. Mas entonces el príncipe Próspero, enloquecido por la ira y la vergüenza de su momentánea cobardía, se lanzó a la carrera a través de los seis aposentos, sin que nadie lo siguiera por el mortal terror que a todos paralizaba. Puñal en mano, acercóse impetuosamente hasta llegar a tres o cuatro pasos de la figura, que seguía alejándose, cuando ésta, al alcanzar el extremo del aposento de terciopelo, se volvió de golpe y enfrentó a su perseguidor. Oyóse un agudo grito, mientras el puñal caía resplandeciente sobre la negra alfombra, y el príncipe Próspero se desplomaba muerto. Poseídos por el terrible coraje de la desesperación, numerosas máscaras se lanzaron al aposento negro; pero, al apoderarse del desconocido, cuya alta figura permanecía erecta e inmóvil a la sombra del reloj de ébano, retrocedieron con inexpresable horror al descubrir que el sudario y la máscara cadavérica que con tanta rudeza habían aferrado no contenían ninguna figura tangible.

Y entonces reconocieron la presencia de la Muerte Roja. Había venido como un ladrón en la noche. Y uno por uno cayeron los convidados en las salas de orgía manchadas de sangre y cada uno murió en la desesperada actitud de su caida. Y la vida del reloj de ébano se apagó con la del último de aquellos alegres seres. Y las llamas de los trípodes expiraron. Y las tinieblas, y la corrupción, y la Muerte Roja lo dominaron todo.

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Haití: el gran grito de los excluidos de América

 

Entrevista a Mónica Riet del Comité uruguayo de solidaridad con Haití


Haití: el gran grito de los excluidos de América

 

Mario Hernandez 

Rebelion

06/10/2022 |

 

Fuentes: Rebelión


-Hola, ¿cómo estás, Mario? Te estaba escuchando por todas las movilizaciones que hay en la Argentina.  

– Sí, una situación donde hay que agregar, el día martes un paro de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) que reclaman un aumento salarial del 95% y otras situaciones que se están dando en nuestro país. Una situación de una gran movilización social ante la situación que vivimos. Se han conocido las cifras de pobreza y de indigencia, siguen siendo alarmantes a pesar de un pequeño descenso. Pero, Mónica, estás muy involucrada en la situación política de Haití y me gustaría que actualizaras para nuestros oyentes que está pasando en estos momentos. Esa gran movilización popular que está llevando adelante el pueblo haitiano contra un gobierno que siguiendo los dictados del FMI ha incrementado el precio de la gasolina.  

-Efectivamente, Mario. Yo lo caracterizo a Haití en este momento como ‘el gran grito de los excluidos de América’. Es el día número 18 de esta insurrección popular. ¿Por qué hablamos de insurrección popular? Porque hay una desobediencia civil generalizada, porque hay un paro de actividades total, porque hay cortes de carreteras, porque hay corte de calles en las ciudades, porque se practican nuevos tipos de barricadas, no simplemente con árboles, con piedras como se hace habitualmente, sino con cosas más sólidas. Se trasladan pedazos de concreto, grandes piezas de concreto. Se han soldado grandes portones de hierro de los que son utilizados.  

Tú sabes que, por lo menos acá en Montevideo, las casas se han llenado de rejas por los problemas de la delincuencia y en Haití las casas se amurallan, pues en muchos lados se arrancaron los portones de hierro y se fundieron a distintas piezas del ornamento público, en algunos casos en las carreteras y en los puentes, de forma de hacer las barricadas mucho más sólidas y es más trabajoso para la represión que viene detrás tratando de sacarlas.  

Además, ha habido expresiones particulares que solo se dan por primera vez después de que se derrotara a la dictadura en los 80, porque en esa oportunidad no solo se saquearon como ahora también los grandes depósitos de alimentos, sino que también se llegó a casa de oligarcas. Cosa que no se puede llegar habitualmente porque viven en un barrio en lo alto de una montaña que está muy custodiada. En esta oportunidad han sido tantas las multitudes que han salido a la calle que la policía se ha visto desbordada y han podido saquear y prender fuego las casas de oligarcas particulares.  

Por eso decimos que tiene características particulares, porque obviamente en el correr del tiempo tú me estabas hablando de los índices de pobreza que hay en la Argentina y esto hay que multiplicarlo en el caso de Haití. Una población de 12 millones de habitantes que tiene hoy casi 5 millones de personas con hambre, personas que no comen todos los días.  

A su vez hay que agregar que el régimen de facto, la dictadura, que no sé por qué a nivel internacional no se llama dictadura lo que existe en Haití que está siendo ocupada por una misión de la ONU, llamada Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH). Tiene un primer ministro nombrado por esa fuerza, por la representante norteamericana y es un gobierno dictatorial, no tiene Parlamento. El poder judicial no funciona, etc. Y lo que ha generado a partir de Jovenel, antes de que fuera asesinado y después, fue en incremento todavía, fue todo un aparato de bandas paramilitares que son armadas desde EE UU.  

Han sido denunciadas desde Prensa Latina y desde la embajada rusa en EE UU, que todas las armas vienen desde Florida. Un país que está controlado por la ONU y, sin embargo, que tiene esa entrada de armamentos y, cuentan los compañeros de Haití que, sobre todo, llama la atención la cantidad enorme de municiones. Porque muchas veces la forma de operación que tienen en sus guerras por territorio dentro de la ciudad de Puerto Príncipe, son tiroteos que a veces duran todo el día durante días y días. Eso ha obligado a miles de personas de Puerto Príncipe a abandonar sus casas y mudarse a otros barrios, al interior del país o, directamente, a expulsarlos del país. Es ese el proceso detrás de esta insurrección, este terrorismo de Estado nuevo generado por la oligarquía haitiana y por la injerencia extrajera que representa sobre todo la embajada de EE UU, pero además la OEA, la embajada de Francia, la de Canadá, también nombremos a España, a Alemania y a Brasil. 

Principalmente a Brasil porque tenemos que empezar a ocuparnos ahora que va a haber un cambio de gobierno porque es increíble los intereses económicos que sigue teniendo Brasil. Desde que ocupo con la MINUSTAH en el 2004 Haití sigue todavía ahí formando parte de Core Group que es un grupo de embajadas que son prácticamente los que dan las órdenes. Ese grupo está integrado, además de por los embajadores, por la OEA.  

Estas manifestaciones que, como tú dijiste, explotaron el 12 de septiembre por un anuncio de un aumento de más del 100% del costo del combustible que ya ha aumentado varias veces, con una inflación del costo de los alimentos del 30% a una población que está hambreada es algo absolutamente insoportable para la población. Por lo tanto, fue una explosión espontánea que los compañeros organizados militantes en Haití ya preveían que podía suceder en cualquier momento porque era lo que se sentía en el ambiente, o sea, la imposibilidad de la vida. Por algo vemos cómo los haitianos llegan, no sé si hacia Argentina, pero llegan a todo el continente latinoamericano, incluso hasta Uruguay han llegado caminando. 

¡Fuera Henry! 

-¿Se vislumbra alguna salida política, popular a esta situación? 

-Lo bueno de esta situación es que como no es nueva, ya en el 2018 y 2019 se dieron situaciones parecidas, hay por supuesto el Acuerdo de Montana, que alguna vez lo mencionamos, hay una coordinación importante. Eso fue firmado por más de 1.000 organizaciones pero, obviamente, hay un grupo de organizaciones importantísimo que han delineado toda una hoja de ruta, objetivos que incluso han elegido sus autoridades, sus representantes, sus portavoces. Justamente para negociar con el régimen una salida que ellos pretenden que sea exclusivamente haitiana, ellos quieren que se vayan todos estos poderes extranjeros, que se retiren la misión de la ONU y toda la injerencia que están teniendo todas estas potencias que están en la causa de todo el empobrecimiento y la miseria del país.  

Entonces sí, ayer (28/9) hubo una reunión internacional con las organizaciones haitianas en la que pudimos participar y están habiendo, por supuesto, a la vez que un accionar en todas las movilizaciones populares que ayer y hoy mismo seguían dándose en todo el territorio nacional, se están aceitando todas estas concertaciones internas del frente popular. No solamente popular, porque entendamos que estamos ante una situación dictatorial y de invasión extranjera, de ocupación extranjera, o sea, que ese frente comprende organizaciones de centro, centro-derecha, socialdemócratas donde, obviamente, los sectores populares también tienen una organización, una coordinación y un peso importante, por ejemplo, una coordinación con un polo de organizaciones sociales y políticas de izquierda, que comprende sectores del campesinado, de trabajadores, del estudiantado, de mujeres, de jóvenes.  

Ellos tienen sus propuestas propias, han impulsado manifestaciones en estos días que han tenido un alcance nacional por primera vez, cosa que otras veces no habían logrado. O sea, que se ven avances importantes desde el punto de vista organizacional. No sabemos todavía hasta dónde van a poder, lo que sí vemos es que, en esta nueva confrontación de fuerzas, en esta nueva pulseada en la que está el pueblo haitiano enfrentando a ese cúmulo de poderes internacionales, hay una mejora respecto a las batallas más recientes que fueron en el 2018 y 2019.  

No sabemos hasta donde van a llegar, por eso ellos están apelando a la solidaridad internacional, ellos reconocen que tienen limitaciones, las organizaciones populares carecen de muchísimos recursos, por supuesto y, sobre todo, pretenden romper este silencio que hace la comunidad internacional, que hacen los dueños de las noticias, las agencias de prensa. Si esto estuviera pasando en cualquier parte del mundo, una insurrección de 18 días, estaría en todas las planas como estuvo lo de Ecuador pocos meses atrás. Pero hay un silencio que nosotros estamos obligados a romper para que los pueblos del mundo se solidaricen con el pueblo haitiano y puedan abrirse a ayudar, porque evidentemente todo suma.  

Todos los que hemos luchado y seguimos luchando sabemos, y aquellos que han tenido procesos y revoluciones triunfantes, que vencieron ocupaciones norteamericanas, saben que la solidaridad internacional y generar una opinión internacional contra esa ocupación tan cruel es muy importante. Por eso agradecemos el espacio tuyo, Mario, sin duda. Pero, como te digo, el pueblo organizado, el pueblo luchando, el pueblo poniendo el cuerpo, como siempre hay represión, hay muertos.  

Hoy mismo veíamos imágenes donde han sido reprimidos no solo con gases, sino también con balas, etc. Están pidiendo refuerzos internacionales, ahora se habla de fuerzas de Canadá, no sabemos si militares o policiales. Todo eso está en juego. Cada uno está tratando de poner toda la carne en el asador de la manera más táctica posible, también digamos que el gobierno y la comunidad internacional está tratando de romper ese frente de organizaciones, como siempre. Es casi imposible pensar que esto se va a saldar sin la salida de Ariel Henry porque es uno de los clamores principales que une al pueblo haitiano… 

-Estamos hablando del actual primer ministro.  

-Ariel Henry es el primer ministro del partido PTHK, que es el partido fascista, mafioso que fue creado hace muy poco tiempo. Es un invento de estos nuevos partidos fascistas. Lo generaron para la elección del 2010 estando todavía la MINUSTAH allá, fueron tres gobiernos electos fraudulentamente. Martelly que fue impuesto por la OEA, después Jovenel Moïse y el tercero, que ni siquiera es presidente, es primer ministro que fue designado por la misión de la ONU una vez que fue asesinado Jovenel Moïse. Entonces son tres gobiernos sucesivos que han operado de la misma manera, sin Parlamento, de manera totalmente dictatorial con una gran presión y, sobre todo, económicamente siguiendo el lineamiento del FMI, y abriendo la economía y ofreciendo a las multinacionales las minas de oro, zonas rurales que son fértiles, que son pocas por todo lo que han destruido y que el país necesita para el alimento.  

Son gobiernos que sirven intereses norteamericanos, entonces bueno el grito que está en la calle es condición indispensable la renuncia de Ariel Henry y, obviamente, que están manejando ver qué formula pueden emplear tratando de meter alguno de los frentes. Hay un par de frentes de oposición, uno más pequeño que el que te dije de Montana, que tiene fuerzas más de derecha, y están tratando de conseguir algún representante que pudiera hacerse con el gobierno.  

Por otro lado, por supuesto, el pueblo tratando de unificar fuerzas y salir adelante, sobre todo de hacer conocer su lucha que tanto se confunde. Tú sabes qué salió una carta, 42 organizaciones haitianas dirigieron una carta abierta a Antonio Guterres, al secretario general de la ONU que hizo declaraciones a un canal francés hablando de forma muy despectiva, generando la duda de si los que estaban en la calle eran los bandidos y sobre la necesidad que tenía Haití de ser asistida por la comunidad internacional, por el refuerzo de la policía, por las robustas fuerzas de Francia y de Portugal.  

Recordamos que la robusta policía militarizada de Francia, fue la que quitó tantos ojos a los Chalecos Amarillos en la última contienda que conocemos en ese país. Pero bueno, parece que Macron se negó y ahora se dirigen a Canadá que tiene muchos intereses mineros atrás del oro de Haití.  

Los requerimientos de esta enorme movilización social es detener el aumento del precio del combustible, detener el precio del costo de la vida, que renuncie Ariel Henry, parar la injerencia extranjera y que definitivamente haya una salida haitiana, solamente haitiana sin injerencia extranjera, que como te decía ellos tienen un plan de poder gobernar durante dos años aproximadamente para recién ahí poder organizar una elección transparente, creíble, todas esas palabras que utilizan en la OEA, en la ONU y en todas partes, pero que llevadas a la práctica solo pueden ser realizadas por las propias organizaciones haitianas y recorriendo el país para poder tener un registro civil de la gente que está en condiciones de votar, de la gente que se murió, de la gente que nació, etc. De un registro para poder hacer una elección y generar los organismos electorales correspondientes que, obviamente, los haitianos quieren que sea de acuerdo a su Constitución a la que consideran vigente que es la que ellos hicieron después de 1987.  

Una Constitución bastante más progresista que todas las nuestras que, por ejemplo, determina que para las Cortes en las comisiones electorales son siempre provisorias, no existe una Corte electoral permanente como en nuestro país, Uruguay, sino que son comisiones electorales provisorias que son elegidas en cada elección y, entre otras cosas, llevan representantes de varias organizaciones sociales muy reconocidas en Haití, entre ellas una organización feminista muy reconocida y que justamente jugaron un papel durante la ocupación de la MINUSTAH y con los fraudes electorales cuando se elige a Martelly.  

Esas comisiones electorales, con esos representantes populares, no validaron el resultado de las elecciones. Eso es lo que están tratando de tirar abajo, por eso la OEA propone otra Constitución, quieren organizar ellos las elecciones. Esta es la contienda en este momento en Haití.  

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La desorbitada deuda de EEUU será pagada por la Unión Europea. [31 billones: 31.000.000.000.000]

 

La desorbitada deuda de EEUU será pagada por la Unión Europea

 

DIARIO OCTUBRE / octubre 6, 2022



El Presidente del Consejo de Duma, Vyacheslav Volodin, destacó que la deuda nacional de Estados Unidos superó por primera vez los 31 billones de dólares.

 

Aclaró en una publicación en su cuenta Telegram que los préstamos estadounidenses representan más del 30% del PIB mundial, y que el crecimiento desorbitado de esa deuda indica que Washington no piensa pagarla.

“Estados Unidos hará todo lo posible para resolver los problemas de hoy a expensas de alguien, y en la situación actual, es la Unión Europea”, aclaró.

FUENTE: SANA

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