sábado, 24 de enero de 2015

ESPAÑA, ¿NUEVA COLONIA MILITAR DE EE.UU A CAMBIO DE UN PLATO DE LENTEJAS, O PÉRDIDA DE LA DIGNIDAD ESPAÑOLA?


MORÓN SERÁ UNA BASE FIJA DE REFERENCIA DE LOS MARINES EEUU PARA EL "YIHADISMO"

El Gobierno negocia un cambio en el convenio bilateral para que la presencia del contingente sea permanente, sin necesidad de permiso. En situaciones de crisis se podría llegar a 3.000 efectivos.

R. S., SEVILLA
diariodesevilla.es
24.01.2015

(Soraya Sáenz de Santamaría comparece tras el Consejo de Ministros./Emilio Naranjo (Efe))



El Gobierno de la nación ha aceptado negociar con EEUU la presencia por tiempo indefinido de marines en la base aérea de Morón como fuerza de respuesta ante situaciones de crisis, como la amenaza yihadista, un despliegue que es considerado como medida para "fortalecer la seguridad" tanto de España como de los socios occidentales. Así lo indicó ayer la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien anunció que el Consejo de Ministros ha autorizado a Asuntos Exteriores y Defensa a negociar una enmienda al Convenio de Cooperación para la Defensa con EEUU que otorgue un carácter permanente a la presencia militar que ya existe.

El convenio bilateral, firmado en 1988 entre Washington y Madrid, permite la presencia con carácter permanente de 4.250 militares en la base de Rota (Cádiz) y de 500 en Morón de la Frontera, además de un máximo de 2.285 con carácter "temporal" en ambas bases. Se trata de que este despliegue máximo también pueda ser indefinido. Esta enmienda que se va a negociar será la tercera y, según la vicepresidenta, pretende dar cabida a la petición que hizo Washington en diciembre. El resultado de la negociación deberá ser aprobado por las Cortes Generales.

Desde hace dos años, EEUU mantiene un contingente de marines en Morón para "operaciones de respuesta a situaciones de crisis". Las sucesivas ampliaciones de este contingente, que ahora es de unos 850 efectivos, se han autorizado en Consejo de Ministros y no requerían la modificación del convenio por ser temporal, pero lo que pide ahora Washington es tener una presencia permanente, que en situaciones de crisis podría ser hasta de unos 3.000 marines, según fuentes gubernamentales.

"En esta ocasión, tanto por la vocación de permanencia como por el aumento del personal y los equipos se considera que se debe negociar la modificación del convenio", remarcó Sáenz de Santamaría. La última ampliación temporal de marines se aprobó en abril y tiene un año de vigencia, pero fuentes gubernamentales no han precisado si la negociación y la posterior aprobación por el Congreso y el Senado llegará a tiempo o de lo contrario deberá ser prorrogada. La vicepresidenta defendió la negociación con EEUU porque la relación bilateral con este país en materia de defensa y seguridad es "una de las más importantes" para España.

"Junto con nuestra pertenencia a la OTAN y a la UE forma parte de los tres pilares básicos de las relaciones internacionales estratégicas de la defensa nacional". "Con el establecimiento de este contingente en Morón lo que se busca es reforzar las labores de control y disuasión en un área de total prioridad para la seguridad de nuestros socios y vecinos, pero también de España, y una zona fundamental para el mantenimiento de la paz y estabilidad mundiales".

Fuentes de la Embajada de EEUU en España precisaron a Efe que el propósito de esta fuerza es responder a situaciones de crisis en África, misiones como la protección de ciudadanos e instalaciones de EEUU y de países miembros de la OTAN, evacuación de no-combatientes, cooperación en asuntos de seguridad en la región y otras.

Sáenz de Santamaría añadió que en la negociación de la enmienda al convenio se abordarán "aquellos elementos que deben contribuir a mejorar los efectos que tienen estos acuerdos, especialmente los aspectos laborales". Así se refirió a los expedientes de regulación de empleo, que desde 2010 han reducido a la mitad el personal civil contratado en la base, de 594 personas a 240. Los sindicatos han alertado de que se pretende que sea personal estadounidense el que vaya asumiendo todas las funciones, con lo que la comarca pierde la compensación que tiene por los riesgos de acoger en una base militar en su territorio y estratégica para las grandes zonas de conflicto del mundo. Precisamente, el comité de empresa del personal civil de la base fue el primero en reaccionar ayer desde Sevilla al anuncio, para reclamar "contraprestaciones en materia de empleo" y que la base recupere "como mínimo" el volumen de empleo previo a 2010. 

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GRECIA: PARA VERGÜENZA DE MUCHOS PERIODISTAS ESPAÑOLES


LA PRENSA ESPAÑOLA NO INFORMA DE LO QUE HACE SYRIZA DONDE YA GOBIERNA


La prensa española no informa de lo que hace Syriza donde ya gobierna


el ventano
23.01.15




La derecha europea, y especialmente la española, lleva meses especulando sobre las maldades que hará Syriza desde el Gobierno griego en el caso de que gane las elecciones de este domingo. Para hacerse una idea de algunas de las medidas que tomará solo hace falta fijarse en lo que está haciendo en las instituciones que ya gobierna en Grecia.








No hay día en que la prensa española no especule, vaticine, tergiverse o mienta acerca del programa electoral de Syriza y sobre qué harán o no si vencen en las elecciones. ¿Hundirán a Grecia en una especie de neo-apocalipsis del tipo Mad Max con desarrapados matándose por el gasoil? Pero lo cierto es que no hace falta desbarrar ni ejercer de futurólogos: se les puede juzgar por su acción de gobierno actual y ya es posible saber algo de cómo administran.


Gobiernan las Islas Jónicas y Ática, la región más poblada de Grecia, en la que vive el 40% de su población. También aproximadamente el 20% de los municipios de la misma región. En estos pocos meses, a pesar de encontrarse un presupuesto ya confeccionado, Syriza aumentó la ayuda de emergencia social en Ática de 1,8 a 13,5 millones de euros. Estableció ayudas para los hogares que no podían pagar la luz, unos 40.000.

Syriza se negó a despedir a más funcionarios. Esta negativa ha hecho que esos alcaldes rebeldes, que aducen que hoy los servicios públicos son más importantes que nunca, tengan querellas por desobediencia ante la justicia.

Abren dispensarios públicos con médicos voluntarios para poder ofrecer acceso universal a algunos de los más de tres millones de griegos que hoy no tienen acceso a la sanidad. El movimiento que la defiende tiene como lema: 'No nos mataréis'. Los partos cuestan más de 700 euros. Una cesárea: 1.200, una radiografía: 100. Las pruebas diagnósticas son tan inalcanzables que las ONG denuncian el aumento imparable de los abortos no deseados.

Syriza ha reducido los impuestos del pequeño comercio y las PYME y aumentado los impuestos municipales de las grandes compañías, bancos y superficies comerciales. Aunque sería más justo decir que han empezado a pagar, pues antes no lo hacían. Organiza mercados para productores locales que venden sus productos más baratos que en los supermercados y colabora con los comedores sociales y los infantiles. También han cancelado proyectos de plantas de gestión de desechos por no cumplir las leyes de impacto ambiental.

¿Y qué más no sabemos de Grecia? De todo. En general, cuando los medios de comunicación españoles hablan de que Syriza pretende privatizar servicios como transportes, agua o luz, ocultan que muchos antes eran públicos, solventes y fueron casi regalados a grandes empresas. La televisión pública griega fue cerrada justo unas semanas después de las concesiones de licencias televisivas a empresarios del entretenimiento que soslayan en los informativos el empobrecimiento generalizado.

El transporte ferroviario, que daba beneficios, se privatizó con el aplauso del comisario europeo del PSOE, Joaquín Almunia. Y solo después de privatizarse el gobierno griego consideró oportuno subvencionar a las empresas beneficiarias.

El mismo gobierno vende casi treinta ministerios y edificios públicos por 260 millones y firma un contrato de alquiler con la empresa que los compra para seguir usándolos por 30 millones al año, haciéndose cargo además del mantenimiento. Una cláusula cómica establece el derecho del gobierno a recomprarlos en el futuro.

Los mismos negociazos se han visto en la privatización de la lotería: una concesión por doce años a cambio de lo que el gobierno recaudaba en tres. Empresarios relacionados con el gobierno se hacen con islas, playas, terrenos y edificios olímpicos a precios de risa. Por supuesto, ni un euro de todos estos revierte en los griegos sino que van directamente al fondo para el pago de la deuda.

Pero estas son pequeñas cosillas en comparación con la venta de las minas de oro de Calcidia. La empresa que las gestionaba provocó un desastre medioambiental. Antes de hacerse cargo de las indemnizaciones se declaró en quiebra. El estado griego también perdonó las cotizaciones sociales debidas y compró por 11 millones los derechos de explotación. A las pocas horas los vendió por el mismo precio a una empresa constituida dos días antes. Esta, a su vez, vendió el 9% de la explotación a un holding catarí por 175 millones. Solo el 9% valía dieciséis veces más que lo que recaudaron los griegos.

¿Y el agua? Bruselas ordenó la privatización del agua. La Mancomunidad de Municipios de Tesalónica organizó un referéndum. El gobierno griego intentó prohibirlo, lo declaró ilegal. La democracia es ilegal en el país que la inventó. A pesar de todo se llevó a cabo con la presencia de observadores internacionales. El resultado fue que el 97,8% de la población estaba en contra de la privatización. Aún así, se privatizó, pero el Tribunal Supremo lo declaró ilegal.

El pasado de la gran coalición griega entre derecha y socialistas es tan vergonzosamente indefendible que a ninguno de sus cómplices en España se le ocurre traer a colación ni una sola de sus medidas. En su lugar, todo se plantea en términos de orden-desorden, seguridad-incertidumbre, conocido-desconocido. Esto avanza los términos del combate argumental que se producirá aquí durante este año.


Fuente: 'diagonalperiodico.net/global/25451-lo-nos-ocultan-grecia-y-syriza.html'


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ELECCIONES GRIEGAS: SYRIZA, PRINCIPAL FAVORITO EN LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS EN GRECIA



Antonio Cuesta. Corresponsal de Prensa Latina en Grecia.
Rebelión
23-01-2015

El principal partido opositor de Grecia, el izquierdista Syriza, se aproxima a las elecciones legislativas del domingo con el aval de todos los sondeos durante la campaña que le presentaron siempre como vencedor. La percepción mayoritaria en el país es que la izquierda se impondrá a la coalición de gobierno, integrada por Nueva Democracia (conservadores) y Pasok (socioliberales), como respuesta a las duras políticas de austeridad impuestas durante la legislatura que termina.

Según la encuesta realizada por Pulse, un 64 por ciento de los votantes piensa que Syriza ganará las elecciones, mientras que solo un 26 por ciento confía en que lo hagan los conservadores. En todo caso, y a medida que se acerca la cita electoral, los sondeos muestran una tendencia favorable a Syriza que poco a poco amplia su ventaja en intención de voto. En los publicados este jueves, la brecha osciló entre los cuatro y los ocho puntos, y dependiendo del número de partidos que finalmente obtengan representación parlamentaria, la formación izquierdista podría obtener la mayoría absoluta o quedarse a pocos escaños.

Las consultas de opinión coinciden en señalar el número de otros partidos que accederán al parlamento unicameral y casi el orden de los mismos, que serían el socialdemócrata To Potami, seguido por el fascista Amanecer Dorado, el Pasok y el Partido Comunista, muy igualados, y finalmente los derechistas Griegos Independientes.

Syriza y su líder, Alexis Tsipras, son el punto de mira de la prensa internacional y contra su programa se desató una campaña de miedo y amenazas, al vaticinar todo tipo de desgracias para los sufridos ciudadanos griegos. Sin embargo, y a diferencia de lo ocurrido en 2012, los votantes parecen ignorar estas intimidaciones hastiados como están del panorama político y de la situación de postración en la que se encuentra el país.

La medida más polémica es sin duda la reestructuración de la deuda griega, que para algunos economistas podría ser reducida a la mitad, y la llamada a celebrar una Conferencia Europea que fije una quita a los países del sur. Syriza sabe que las negociaciones serán duras y con ese fin Tsipras introdujo en su discurso algunas concesiones a los socios europeos, como expresó el día 21 en un artículo publicado por el diario económico Financial Times. El candidato dijo que su partido respetará las reglas fiscales de la Unión Europea y se comprometerá con los objetivos del déficit público, pero también abogó por un "nuevo contrato social", que ponga fin a la austeridad para poder garantizar la "estabilidad política y la seguridad económica".

Al mismo tiempo, el programa contempla los "cuatro pilares para la reconstrucción nacional", medidas destinadas a poner fin a la crisis humanitaria que vive el país, a recuperar la economía, la justicia fiscal y el empleo, y a democratizar en profundidad el sistema político. 
En palabras de Costas Isijós, responsable del área internacional de Syriza, "los primeros pasos y las primeras iniciativas del gobierno de la izquierda se encaminarán a recuperar la soberanía nacional y popular". Lo cual significará la ya citada negociación de la deuda y del memorando de préstamo, la elevación del salario básico a 751 euros, la reconexión de los cientos de miles de hogares que carecen de electricidad y la restitución de los convenios colectivos, entre otras cuestiones.

El dirigente también señaló la responsabilidad del Estado a la hora de ofrecer educación y sanidad pública de calidad, erradicar la corrupción y la injusticia fiscal y "fortalecer la democracia, las instituciones y la sociedad, como antídoto contra el aumento de la xenofobia, el racismo y el fascismo".

Encrucijada para la socialdemocracia 

Las cercanas elecciones en Grecia podrían suponer el punto final del histórico Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok), si su pérdida de apoyo popular le imposibilitara formar parte de un gobierno de coalición, como muestran todas las encuestas. Un resultado marginal en los comicios del próximo domingo sería fatal para un partido que durante tres décadas representó a la mayor parte de la clase media y de los sectores populares, y que desde el gobierno o en la oposición marcó el ritmo de la vida política en Grecia. Sin embargo, desde su llegada por primera vez al poder en 1981, hasta ahora, el partido fue perdiendo el respaldo social, al tiempo que ganaba el de los grupos económicos más poderosos del país.

El punto de inflexión lo marcó la irrupción de la crisis en 2009 y la llegada al gobierno del socialista Yorgos Papandreu, quien fue el responsable de la firma del primer memorando de préstamo a Grecia.

Para el cronista político Yanis Jrisoverghis la crisis en su país afectó en los planos económico, social y político, y la victoria de Papandreu se vivió como "la última esperanza de regeneración, y supervivencia, no solo del Pasok sino de todo el sistema político instaurado tras la dictadura en 1973".

Sin embargo, la pésima gestión del dirigente durante el inicio de su mandato introdujo en Grecia unas draconianas medidas de austeridad, "que erosionaron el apoyo del Pasok, al ser visto como un traidor por parte de la mayoría de la población", aseguró el analista a Prensa Latina.

Pero, además, el partido estaba carcomido por la corrupción, extendida y arraigada tras tres décadas de alternancia política, lo que dio comienzo a un pronunciado declive electoral que llega al día de hoy.

La pérdida de votos y de peso político en las instituciones ha llevado también al partido a los números rojos y a acumular una deuda con los bancos, que en 2013 se situaba entre los 120 y 125 millones de euros.

En la actualidad dos son los partidos que disputan al Pasok su espacio político, ambos de nueva creación, aunque con perfiles ligeramente diferenciados.

To Potami (El Río), creado poco antes de las elecciones europeas de mayo de 2014, en las cuales obtuvo el 6,6 por ciento de los votos, se presenta como una formación nueva, progresista y limpia de corrupción, y se dirige a una clase media-alta, como son los actuales votantes del Pasok.

A su vez, el Movimiento de Socialistas Democráticos (MSD), fundado por Papandreu al inicio de la presente campaña electoral, ha tratado de unir a los antiguos militantes desencantados del Pasok de las clases populares más golpeadas por la crisis, pero que aún tienen miedo a la izquierda tradicional.

To Potami confía en ser la tercera fuerza política y no ha mostrado ninguna reticencia hacia las políticas de austeridad; el MSD, por su parte, no cuenta con medios ni tiempo para conseguir la proeza de superar la barrera legal del tres por ciento de los votos que le darían acceso al parlamento.

Pero peor es el panorama para el Pasok, pues de no conseguir el respaldo necesario para integrar un eventual gobierno de coalición se abrirá la puerta a su disolución, pues como ilustra Jrisoverghis "fuera del poder no es nada, carece de todo apoyo popular y su único objetivo es servir a las elites".

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ELECCIONES EN GRECIA



Syriza se enfrenta a decisiones difíciles

Rebelión
21,01.2015
A l´encontre-La Breche


Syriza puede convertirse en una fuerza de contestación antineoliberal y anticapitalista, aunque por desgracia esta coalición también puede ser la base de un gobierno que aplique una política social-liberal. No existe una tercera solución.Tras la caída del gobierno de coalición entre Nueva Democracia y el Pasok (Movimiento Socialista Panhelénico) –a pesar de los esfuerzos coordinados del capital y de las instituciones de la eurozona por apuntalar al gobierno de Samaras y a pesar de la propaganda que vaticina el hundimiento de la economía griega–, la perspectiva de las elecciones ha abierto una posibilidad histórica para Syriza y para el conjunto de la izquierda griega e internacional. Es la primera vez desde el periodo de la ocupación durante la Segunda Guerra Mundial –periodo en que la izquierda comunista tradicional tuvo la oportunidad de asumir el poder gubernamental en Grecia y en Europa– que la izquierda radical puede acceder al gobierno sola o en coalición. Es también la primera vez desde el comienzo de la crisis económica internacional en 2007-2008 que un país sometido a la supervisión de instancias internacionales (la Troika) tendrá la oportunidad de aupar a un gobierno de izquierda.
El éxito o el fracaso de esta experiencia tendrá enormes consecuencias políticas, ideológicas, morales y psicológicas para los diversos componentes de la izquierda que se sitúan “a la izquierda de la socialdemocracia”, y esto determinará el éxito o el fracaso inmediato en este periodo de lo que se ha calificado de “guerra de posiciones” o de “vía democrática al socialismo”, según las distintas maneras de enfocar esta situación. O bien la izquierda abre una vía de ruptura decisiva con el capital –muy distinta de una simple “gestión humanitaria” de la crisis capitalista– y emprende una transición al socialismo, en cuyo caso adquiriría un peso moral suficiente para echar por la borda la famosa fórmula de que “hoy por hoy no podemos avanzar hacia el socialismo; esta perspectiva pertenece a un futuro muy lejano”. O bien la izquierda (Syriza) no se convertirá en una fuerza socialdemócrata clásica, sino en una gestora social-liberal, una correa de transmisión de las políticas variables del Banco Central Europeo (BCE) o de EE UU, en un gobierno que mantenga buenas relaciones con Merkel, Schäuble, Juncker y compañía.
La única alternativa creíble al liberalismo puro y duro no consiste en restaurar un keynesianismo clásico o edulcorado, sino que pasa por poner el acento en una perspectiva anticapitalista que abra la vía hacia el socialismo como única estrategia de salida de la larga crisis capitalista estructural sobre la base de un programa transitorio. Desde este punto de vista, estamos de acuerdo con la afirmación de que Syriza “no puede convertirse en una socialdemocracia”, como declaran a menudo los líderes de la coalición de la izquierda radical. Con un añadido importante: Syriza puede convertirse, o bien en una fuerza antineoliberal y anticapitalista –mediante la construcción de un frente de izquierda, de abajo arriba–, pero también puede abrir la vía a un gobierno de gestión social-liberal.
El programa inmediato
Si se confirma la perspectiva de una ruptura, lo que adquirirá actualidad y una gran importancia táctica será la cuestión de un programa gubernamental inmediato (los “cien primeros días”), acompañado de un apoyo popular y social de naturaleza dinámica. Este programa debe marcar un retorno a la postura fuerte y enérgica expresada por Syriza durante el periodo 2008-2012 o incluso en ciertos momentos de 2012-2014, como la larga ocupación de la ERT (la radiotelevisión pública griega clausurada por Samaras en junio de 2013) o la resistencia en los bosques de Skouries (región en que el gobierno había adjudicado a un grupo canadiense la licencia para explotar una mina de oro, provocando una resistencia amplia y decidida por parte de la población). El programa expuesto en la Feria Internacional de Salónica en septiembre de 2014 puede servir de “vehículo” para extender nuestra influencia, pero es insuficiente.
Los puntos programáticos presentados en aquella ocasión se refieren a lo que es estrictamente necesario para la gestión y la resolución de una crisis humanitaria aguda, pero hay que poner el acento en medidas que modifiquen notablemente el equilibrio de fuerzas entre las clases y reflejen la potencial hegemonía de las masas trabajadoras en el seno de Syriza. Se trata de medidas como el retorno al salario mínimo de 751 euros, la reintroducción de los convenios colectivos, la exención fiscal de los ingresos anuales inferiores a 12 000 euros, la abolición de la ENFIA (impuesto sobre la propiedad del suelo, incluidas las superficies no habitadas), la reintroducción de las 14 pagas para los jubilados y el aumento a 700 euros de la pensión mínima. A esto se añaden los gastos para los sectores de la educación y la sanidad y las inversiones para el empleo público.
Sin embargo, la financiación de estas medidas no se ha concretado suficientemente, salvo con respecto a las fuentes señaladas en Salónica, a saber, el cese temporal del pago de la deuda o un cambio del sistema tributario con respecto al capital, a los banqueros, a los armadores y a los grandes terratenientes. Para un gobierno de izquierda no es posible ni deseable –en la medida en que no se trata de un gobierno de “salvación nacional”– satisfacer todas estas necesidades como si acabáramos de salir de una guerra social que ha durado cinco años y como si lo que ha sucedido fuera el fruto de un malentendido. Por tanto, hemos de clarificar qué significa la “abolición” unilateral e innegociable de los memorandos en términos de leyes que se apliquen punto por punto: leyes relativas a los salarios, las pensiones, la seguridad social y el derecho al trabajo, sobre el control de la banca, la renacionalización de los sectores privatizados y la eliminación del TAIPED, es decir, el fondo para el desarrollo de la propiedad pública, creado por Samaras para vender a cambio de nada los bienes públicos. Se trata asimismo de poner fin a los despidos y al desmantelamiento de sectores públicos (educación, sanidad, etc.) y de asegurar unas condiciones de vida dignas a los parados que dejen de percibir el subsidio, a los ciudadanos excluidos de la seguridad social y a los inmigrantes. Finalmente, es preciso restablecer el derecho de manifestación y retirar del espacio público a las fuerzas especiales de la policía. Al mismo tiempo habrá que lanzar una campaña y adoptar medidas concretas contra el fascismo y el racismo. A medio plazo habrá que abolir todas las leyes y reglamentos derivados de la adopción de los memorandos, lo que afectará a 400 leyes y miles de decretos y ordenanzas.
El programa de conjunto
Conviene recordar que Syriza no solo accederá al poder gubernamental ni desarrollará su programa político sobre la base de lo que manifestó Alexis Tsipras en la feria internacional de Salónica de 2014. Syriza tiene un programa que habrá que desarrollar y que se adoptó en el congreso de julio de 2013. Dicho programa establece claramente los instrumentos políticos y económicos para avanzar hacia una redistribución social y una reconstrucción productiva que responda a las necesidades de la sociedad. Esto implica un control público y la propiedad de la banca, la suspensión de la privatización de empresas públicas que desempeñen una función estratégica, así como la adopción de medidas encaminadas a responder a las presiones y al chantaje del capital, de la troika y de los acreedores.
Estas medidas no dejaron de ser válidas tras la feria de Salónica, donde se puso de manifiesto el programa mínimo de aplicación inmediata, pero no el conjunto de nuestro programa de gobierno aplicable a corto y medio plazo. Uno de los objetivos principales sigue siendo la supresión de lo esencial de la deuda, que por lo demás es imposible de pagar, en vez de medidas a medias como una restructuración (con ampliación de los plazos de devolución), una renegociación de los tipos de interés o siquiera una estricta moratoria. Es imposible desarrollar una política favorable a las masas populares y trabajadoras si continúa la pesadilla de la deuda y de su reembolso o el objetivo de un presupuesto equilibrado acorde con las exigencias de los mecanismos europeos de estabilidad.
Para terminar, las relaciones con las demás fuerzas de izquierda tras las elecciones, las iniciativas a escala regional y local con los aliados y la movilización popular son condiciones absolutamente necesarias para la supervivencia de un gobierno de izquierda, un gobierno que tenga a Syriza como columna vertebral. Necesarias también para iniciar un proceso de derribo del sistema y no simplemente para “frenar” la “restructuración capitalista” que tiene lugar en Grecia y en Europa desde hace años. La victoria puede ser nuestra.

Dimitris Belladis es miembro independiente de la Plataforma de Izquierda de Syriza y candidato en las elecciones parlamentarias del próximo 25 de enero. 

Traducción de Viento Sur

Fuente original: http://alencontre.org/