jueves, 15 de junio de 2023

Raíces lejanas

 

Giulio Palermo, economista y autor de "El conflicto ruso-ucraniano", concede a Alessandro Bienchi una larga y esclarecedora entrevista para argumentar y actualizar sus tesis más de un año después del inicio de la operación especial rusa.


Raíces lejanas


Giulio Palermo

El Viejo Topo

15 junio, 2023 

 


En su «El conflicto ruso-ucraniano» usted avanza la tesis de que el imperialismo estadounidense tiene como principal objetivo Europa a través del pretexto ucraniano. Más de un año después del inicio del conflicto, ¿en qué punto nos encontramos?

—La estrategia imperialista de EE.UU. en Europa tiene raíces lejanas y coincide con la política antisoviética primero y antirrusa después. Un año de conflicto oficial entre Rusia y Ucrania (sí, uno, porque ocho años de agresión armada en el Donbass y otras partes del país por fuerzas golpistas armadas por la OTAN no cuentan como guerra en la narrativa occidental) no cambia realmente los términos del problema. Estados Unidos y la Unión Europea son las zonas económicas con mayor grado de integración del mundo. Esto es el resultado de un largo proceso. En la fase imperialista del capitalismo, las relaciones entre Estados están cada vez más condicionadas por las relaciones entre capitales. Por eso, en lugar de buscar el origen de las relaciones entre Estados Unidos y Europa y el nacimiento mismo de la Unión Europea en los altos valores liberales, la unidad de los pueblos y la solidaridad internacional, es mejor rastrear el proceso de integración económica bajo la dirección del capital transnacional.

La asimetría económica entre el capital a ambos lados del Atlántico –que es la base del diseño imperialista estadounidense en Europa– se definió tras la derrota nazi en la Segunda Guerra Mundial.

Históricamente, no puede decirse que Estados Unidos mostrara una gran capacidad de reacción ante el avance nazi en Europa. Durante toda la primera fase de la guerra, la derrota de los países capitalistas frente al ejército alemán fue total y la resistencia al nazismo descansó casi por completo sobre los hombros de la Unión Soviética. Stalin pidió repetidamente a los Aliados que abrieran un segundo frente contra Alemania –el Frente Occidental– para obligar a Hitler a aflojar su dominio en el Este. Pero Estados Unidos e Inglaterra prevaricaron.

Decidieron pasar a la acción en junio de 1944, con el desembarco de Normandía, después de que el Ejército Rojo hubiera aplastado a las tropas nazis y avanzara imparable hacia Berlín. Y, sobre todo, después de organizar meticulosamente la conferencia de Bretton Woods (New Hampshire, EEUU), que se celebraría al mes siguiente: una mega-reunión de tres semanas de las principales potencias capitalistas en la que se definió el marco económico-financiero de la posguerra, centrado en el dólar y el capital financiero estadounidense.

Desde entonces, la penetración del capital estadounidense en Europa ha aumentado considerablemente, primero a través del Plan Marshall –un colosal plan de inversión de Estados Unidos en Europa– y después mediante nuevas exportaciones de capital y fusiones con capital europeo.

Mientras les convino, los Estados Unidos impusieron un régimen cambiario centrado en el dólar –que permitía a la moneda estadounidense imponerse como referencia internacional– y cuando ya no sirvió para nada, lo abolieron, en 1971, con un gesto unilateral del presidente Nixon, en violación de los acuerdos que los propios Estados Unidos habían impuesto. El resultado: el mayor impago de la historia del capitalismo (la negativa de Estados Unidos a cumplir sus compromisos financieros) se resolvió con nuevos acuerdos monetarios entre los principales países capitalistas para descargar los problemas financieros de Estados Unidos sobre el resto del mundo.

En este marco de relaciones de fuerza asimétricas se desarrolla la unificación europea, una unificación comercial, monetaria y financiera deseada por el capital estadounidense para penetrar y someter limpiamente todo el espacio económico europeo.

En el libro dedico un capítulo entero a reconstruir el largo proceso que condujo a la creación de la Unión Europea y el euro, haciendo hincapié en el papel crucial de Estados Unidos. Al mismo tiempo, en el plano político y militar, analizo el proceso de expansión de la OTAN, como brazo armado del proceso de expansión económica y financiera.

Desde esta perspectiva más general, Ucrania es poco más que una pieza, por decisiva que sea, de un largo proceso de expansión del capital y las fuerzas armadas estadounidenses en Europa.

La destrucción de los recursos materiales de Ucrania es la prerrogativa para apoderarse de sus recursos materiales y humanos en la fase de reconstrucción, un botín tentador para todas las potencias occidentales. Pero el verdadero objetivo estratégico de Estados Unidos no es en absoluto la conquista económica de Ucrania, sino la de Europa. La guerra contra Rusia debe ser larga y costosa. Es la mejor manera de relajar las relaciones entre Rusia y la Unión Europea, debilitando a ambas.

Pero Estados Unidos no quiere realmente el fin de la UE y del euro. Eso sería un sonoro gol en propia meta. Europa ya es estadounidense, tanto económica como militarmente. No es en absoluto conveniente librar una guerra económica total contra el capital europeo. En su lugar, es mejor hacer alianzas selectivas, en determinados sectores y países, y asegurarse de que Europa en su conjunto actúa en interés del capital estadounidense. Desde este punto de vista, el crecimiento de un eje ruso-alemán o incluso ruso-europeo era un obstáculo objetivo para la estrategia estadounidense.

Un año después de la intervención rusa, la situación económica y militar de Ucrania es desesperada. Ucrania no tiene futuro: militarmente, depende de las armas enviadas cada vez más generosamente por los países de la OTAN a un ejército mal entrenado, que ya ha sufrido enormes pérdidas; económicamente, se mantiene a flote gracias a los préstamos internacionales, sin ninguna posibilidad de devolverlos. En resumen, los ucranianos que no mueran en la guerra bajo la artillería rusa serán aplastados en tiempos de paz por el capital de Estados Unidos y la Unión Europea.

La guerra puede y debe continuar. Mientras Estados Unidos y los países de la OTAN tengan armas y dinero con los que apoyar a Ucrania, el espectáculo debe continuar, y mientras Ucrania tenga hombres, debe enviarlos a la muerte. Un año y medio de apoyo abierto al ejército ucraniano y a sus batallones nazis (que, para ser justos, llevan nueve años dictando la ley en gran parte del territorio ucraniano) es sólo el principio. Hay que poner fin definitivamente a las relaciones económicas entre Rusia y la UE, redefinir todo el sistema de suministro de energía y materias primas en Europa y suspender definitivamente los proyectos de intercambio tecnológico y desarrollo conjunto con Rusia y China.

En resumen, Estados Unidos quiere crear un muro estadounidense en el corazón de Europa para aislarla por el este y obligarla a aceptar como referente a la única superpotencia occidental. Este es, en última instancia, el objetivo de la estrategia estadounidense en Europa: forzar el divorcio entre Rusia y la Unión Europea. A costa del pueblo ucraniano.

 

Militar y económicamente, Ucrania sobrevive gracias a la ayuda de la OTAN, por un lado, y del FMI y el Banco Mundial, por otro. En esta situación de protectorado de facto de EEUU, ¿cuál es el futuro de Ucrania?

­—Como he dicho, Ucrania no tiene futuro. Pero aparentemente esto no es un problema para nadie, y menos aún para las fuerzas que la apoyan económica y militarmente. Ninguno de los aliados ha planteado nunca la cuestión y el presidente títere está demasiado ocupado en sus giras internacionales luciendo símbolos nazis y exigiendo armas y dinero como para preocuparse por el futuro del país.

Se habla de contratos de posguerra, de cómo vender el país a los acreedores, de cuántos y qué tipo de tanques y cazabombarderos se necesitan, de sistemas de misiles y aviones no tripulados, de municiones de uranio empobrecido y armas nucleares tácticas, pero los datos económicos del país y las condiciones sociales de la población no parecen interesar a nadie.

En 2022, según cifras del Banco Mundial, el producto interior bruto de Ucrania habrá caído un 30%. El 25% de la población vive en la pobreza, la tasa de desempleo es del 35% y la inflación del 27%.

Antes del golpe de febrero de 2014, la moneda ucraniana se mantenía estable en torno a las 8 hryvnias por dólar. El primer año tras el golpe marca la ruina de la hryvnia, que en febrero de 2015 se desploma a 27 frente al dólar. En julio de 2022, el banco central ucraniano tiene que volver a devaluar la hryvnia un 25%. Desde 2014, la pérdida de valor de la moneda ucraniana frente al dólar es del 350%.

Para un país muy dependiente del comercio exterior, una devaluación de esta magnitud, con los datos macroeconómicos en caída libre, significa que se acerca la hora de la quiebra. Ucrania tenía a Rusia como segundo socio de importación (por detrás de China) y tercer destino de exportación (por detrás de China y Polonia). La guerra económica, incluso antes que la militar, es sencillamente insostenible para el pequeño Estado situado al oeste del continente ruso.

Tras renunciar a las ventajas comerciales y los descuentos de precios que le ofrecía Rusia, especialmente en el sector energético, Ucrania importa ahora petróleo y gas rusos a través de aliados occidentales: en lugar de un descuento del 30% sobre el precio de mercado (que en ausencia de tensiones políticas sería aproximadamente la mitad del precio realmente vigente), el país aspirante a la UE/OTAN compra a los precios actuales, sobre los que además paga una comisión de intermediación a los países occidentales y, por si fuera poco, paga cuatro veces y media más caro debido a la devaluación de la hryvnia.

Recesión, inflación, devaluación y deuda no son los mejores argumentos que presentar en los mercados financieros para pedir más ayuda. La credibilidad financiera de Ucrania es ahora inexistente y estas medidas extremas lo demuestran. Ya no es cuestión de precio, sino de cuándo. Desde el punto de vista financiero, los títulos de deuda ucranianos son papel mojado. Si su precio no se va directamente a cero, es sólo gracias a la política.

Apoyar financieramente a Ucrania en estas condiciones resulta cada vez más caro. En el último año, el Banco Mundial ha movilizado más de 23.000 millones de dólares en fondos de emergencia, aproximadamente la mitad del propio presupuesto del Banco Mundial y la otra mitad aportada por EE.UU., el Reino Unido, la UE y Japón. Mientras se pide a los trabajadores de estos países que se aprieten el cinturón, bajen la calefacción, renuncien a la atención sanitaria y a las pensiones en nombre de las tensiones internacionales, estas son las cifras que sus gobiernos destinan a la guerra contra Rusia.

 

Las sanciones impuestas a Rusia han acercado aún más a Moscú a China y a los bloques asiáticos de integración regional. La visita de Xi a Moscú es emblemática en este sentido. Totalmente dependiente de Estados Unidos y aislado, ¿cuál será el futuro económico del continente europeo?

—Para razonar sobre el futuro, hay que intentar comprender el presente mirando hacia el pasado. En la actualidad, Europa es un continente ocupado militarmente y penetrado económicamente por Estados Unidos. La integración entre el capital estadounidense y el europeo sigue creciendo y Estados Unidos hace todo lo posible por seguir siendo el interlocutor privilegiado de los países europeos.

En las últimas décadas, el desarrollo chino ha preocupado mucho al capital estadounidense. En Europa, en particular, China ha desarrollado importantes relaciones económicas y financieras y se ha consolidado como primer socio comercial en muchos países y sectores económicos. China ya no es la base mundial de fabricación de bienes de baja tecnología, sino que exporta bienes y capital en casi todos los sectores y es líder en muchos sectores de alta tecnología y ecológicos.

Frente a la competencia china, EEUU utiliza el poder político y la fuerza militar, pero en términos estrictamente económicos no ofrece contratos competitivos. Mientras China propone incentivos e inversiones para atraer a nuevos socios comerciales a su espacio económico, EE.UU. amenaza y presiona políticamente a sus aliados para obligarles a romper relaciones con quienes se interpongan en el camino de los intereses del capital estadounidense.

Los márgenes de autonomía de Europa difícilmente pueden ser incrementados por EEUU, China, Rusia o Ucrania. Al contrario, las actuales tendencias sólo pueden aumentar mientras la UE y sus Estados individuales acepten este estado de subordinación pasiva a los intereses del capital estadounidense.

El acercamiento entre Rusia y China es una conclusión inevitable del conflicto ruso-ucraniano. Pero, al menos en el caso de Rusia, no es ciertamente una elección, es si acaso una respuesta casi obligatoria.

En última instancia, ni siquiera Rusia tiene muchos grados de libertad en sus opciones económico-financieras, simplemente está haciendo lo único que puede hacer.

Sin duda, habría preferido seguir haciendo negocios con Europa mientras se labraba su propio espacio en Asia, en lugar de verse inmersa en una guerra económico-militar en sus fronteras contra los países con los que mantiene mayores relaciones comerciales. Aunque oficialmente fue Rusia quien dio el primer paso, el 24 de febrero de 2022, la expansión de la OTAN hacia el Este y ocho años de guerra no declarada en Ucrania, tras un golpe de Estado deseado por Estados Unidos y la Unión Europea, no dejaron otra alternativa al ministerio de Defensa ruso.

Tanto militar como económica y financieramente, las respuestas de Rusia al cerco de la OTAN y a las sanciones económicas son de manual. No hay nada improvisado. Su eficacia, sin embargo, demuestra no sólo la capacidad estratégica de Rusia, sino sobre todo la de Estados Unidos. Los movimientos de Rusia no sorprenden a nadie, al menos en los centros estratégicos de los actores sobre el terreno.

En el caso de China, pues, la elección de presentarse como un país neutral y un mediador de excelencia en el conflicto ruso-ucraniano es el resultado de una cuidadosa evaluación de la política y las estrategias a largo plazo de Estados Unidos. Pero incluso en este caso, los grados de libertad de la política china son pequeños.

China lleva años enfrentada a Estados Unidos. Desde luego, no es el momento de un enfrentamiento armado directo. No interesa ni a Estados Unidos ni a China. Al menos por ahora. La única manera de que China se imponga como primera superpotencia económica, por delante de Estados Unidos, es quitar espacio a los países que orbitan en torno al área del dólar, crecer en las regiones del mundo aún en disputa y desarrollar organizaciones internacionales alternativas a las hegemonizadas por Estados Unidos, empezando por los BRICS y las nuevas áreas económicas regionales.

Por tanto, Rusia y China nunca han estado tan cerca. Sin embargo, en ambos lados de su acercamiento se trata más de respuestas a la política estadounidense que de planes estratégicos independientes. La aceleración actual, ya sea hacia Rusia o hacia China, parte de EEUU, no de Rusia ni de China. Esto es un hecho.

Xi Jinping y Vladimir Putin se reunieron para tratar el conflicto ruso-ucraniano y el fortalecimiento de las relaciones comerciales y financieras bilaterales. No sólo petróleo y cereales, sino también semiconductores y áreas monetarias alternativas al dólar. Todos estos son proyectos que tienen un importante significado estratégico pero que, por el momento, son principalmente de naturaleza defensiva, ya que son respuestas casi obligatorias a los movimientos de Estados Unidos. Porque, de momento, el objetivo táctico de Estados Unidos es simple: mantener altas las tensiones y debilitar a los rivales, obligando a sus aliados a emprender caminos sin retorno.

En Rusia, la pérdida de socios comerciales europeos ha creado un agujero presupuestario en las empresas exportadoras. Los descuentos sobre las exportaciones, del orden del 25-30%, están afectando de hecho a la facturación y los beneficios de las empresas rusas. La política de reorientar las exportaciones de energía y utilizar los ingresos de estas exportaciones para reforzar el tipo de cambio no es una opción real. Es la defensa de los que están contra las cuerdas. Permite llegar al final del asalto pero, sin un cambio de estrategia, no invierte la suerte del combate. De hecho, esta estrategia conlleva una pérdida financiera en seco que resta recursos a la economía real, a los proyectos de desarrollo del país y a la propia economía de guerra. A largo plazo, es insostenible.

Las exportaciones rusas de petróleo y gas están en máximos históricos y superan los niveles anteriores a la intervención militar rusa: Asia prácticamente ha duplicado sus importaciones energéticas de Rusia, convirtiéndose en la primera salida para las exportaciones rusas por delante de Europa. Los ingresos de las petroleras rusas, sin embargo, se han contraído un 43% respecto al año pasado.

En China los problemas son menos evidentes, pero la cuestión sigue siendo delicada. China no puede permitirse perder el acceso a la tecnología, los mercados y las finanzas occidentales. La guerra económica con Estados Unidos es una cosa, pero el aislamiento de los mercados occidentales tiene otro significado para el primer exportador mundial de mercancías y el segundo de capital, por detrás de Estados Unidos.

Por ello, China debe permanecer formalmente neutral: mientras con una mano firma un contrato comercial con Rusia, a precios favorables, con la otra elabora una propuesta de acuerdo de paz que nunca podrán firmar los contendientes directos.

El hecho real es que todas estas tendencias potencialmente contradictorias han sido puestas en marcha por Estados Unidos, que, en el plano estratégico, ciertamente no improvisa. De hecho, el juego con Rusia forma parte del enfrentamiento imperialista mundial por el control de las nuevas tecnologías, que se ha recrudecido con la llegada de la pandemia, y en el que Estados Unidos es un actor principal junto con China. No sólo están en juego las viejas hostilidades políticas y los planes de conquistas militares definidos tras el hundimiento de la Unión Soviética, sino el establecimiento, en todo el mundo, de un nuevo modelo de relaciones económicas y sociales centrado en las nuevas tecnologías.

Europa es el escenario de este choque de potencias imperialistas, pero no tiene ninguna estrategia para gobernar estas tendencias. La partida la juegan EEUU y China, con Rusia obligada a una intervención militar y a medidas económicas radicales y costosas, y una Ucrania nazificada dispuesta a morir para satisfacer los intereses del capital financiero de EEUU y la UE.

El continente europeo constituye el tablero de ajedrez, pero las piezas son en su mayoría estadounidenses y rusas y, en segundo plano, chinas. La estrategia europea para Europa sencillamente no existe. Hay intereses económicos convergentes y divergentes entre sectores y entre Estados. Mandan los sectores financiero y de alta tecnología, especialmente fuertes en los países nórdicos de la eurozona, los más integrados con el capital estadounidense. Son los actores europeos que más tienen que ganar en este conflicto y los que más se han beneficiado de las medidas antipandémicas y los planes de recuperación. Por otro lado, los demás sectores y países, así como la clase trabajadora de Europa en su conjunto, son los que tienen que pagar la factura de esta convergencia de intereses entre los bloques de capital financiero estadounidense y europeo en conflicto con el capital chino de alta tecnología.

 

¿Qué opina del proceso de desdolarización? ¿Cree que es viable a corto plazo?

—No. La hegemonía financiera no se construye ni se derriba en un día. El establecimiento del dólar como moneda de referencia internacional, ­como unidad de cuenta de las principales mercancías que se comercian en los mercados internacionales, como medio de pago y como depósito de valor– es un proceso complejo en el que la fortaleza económica y financiera de Estados Unidos está entrelazada con su fortaleza política y militar.

Para comprender el papel del dólar en la actualidad, conviene empezar por echar un vistazo a la estructura del mercado mundial de divisas. El mercado de divisas (Forex) es el mayor mercado financiero del mundo. Cada día se negocian en él el equivalente a unos 7,5 billones de dólares. Los principales intercambios son de dólares y euros, que representan aproximadamente una cuarta parte de todo el Forex. Les siguen los intercambios dólar/yen, dólar/esterlina, dólar/dólar australiano, dólar/franco suizo y dólar/dólar canadiense (estos pares de divisas se denominan majors). En total, el comercio de estas seis divisas con el dólar representa el 88% de Forex, unos 6,6 billones de dólares. Las operaciones con divisas distintas del dólar (los denominados cruces de divisas) constituyen de hecho una categoría residual y se valoran principalmente mediante valoraciones indirectas a través del tipo de cambio del dólar.

Cuando se habla de una reducción del papel del dólar, conviene tener claro el punto de partida. En la situación actual, el rublo y el renminbi tienen un peso marginal en los mercados mundiales. Con el inicio de las sanciones occidentales a Rusia, el comercio entre Rusia y China ha crecido rápidamente y, en la actualidad, la mitad del comercio sino-ruso se realiza en renminbi. Un punto de inflexión importante, especialmente para Rusia y, en cierta medida, para China. Pero desde luego no para el mercado de divisas, que apenas se ha dado cuenta.

En 2023, el comercio directo de divisas del renminbi con otras monedas del mundo, aunque creciente, apenas alcanzará el 7% de las divisas. No basta con ser la segunda economía del planeta y el primer exportador mundial para imponer la propia moneda en los mercados internacionales. Tampoco basta con denominar los contratos en divisas distintas del dólar para debilitarlo. De hecho, los agentes financieros siguen fijándose en la cotización del dólar para decidir si el contrato cruzado merece la pena o no. No tanto por sujeción psicológica a la autoridad del dólar, sino porque es contra el dólar contra el que se realizan la mayor parte de las transacciones. Firmar contratos internacionales en divisas distintas del dólar es más un ejercicio formal que una transformación real: el precio de referencia sigue siendo el precio del dólar, convertido en la divisa elegida. Luego, por supuesto, si por alguna razón una de las partes contratantes queda excluida del acceso al dólar, debido a sanciones de Estados Unidos, se aplican los descuentos o recargos correspondientes.

Pero las cifras son sólo un aspecto de la hegemonía del dólar. La centralidad del dólar en el sistema financiero internacional puede verse sobre todo en el papel de la Reserva Federal ­–el banco central de Estados Unidos– en la orientación de la política monetaria mundial y en su función de prestamista mundial de última instancia. Una manifestación evidente de ello se produjo durante la crisis financiera de marzo de 2020, cuando se anunció una congelación general como medida para contener el coronavirus. La consiguiente crisis de liquidez sacudió los centros financieros de todo el mundo. De no haber sido por la rápida intervención de la Reserva Federal, que garantizó liquidez ilimitada a los principales bancos centrales del mundo (dejando fuera al de China, por supuesto) a través de operaciones de swap de refinanciación en dólares, los mercados bursátiles del mundo habrían continuado su batacazo, los bancos habrían quebrado y las empresas nunca habrían podido reanudar la producción.

En el mundo, los dólares son necesarios en los intercambios reales y financieros. En los mercados internacionales, los precios de las materias primas se fijan en dólares, y se necesitan dólares incluso para comprar otras divisas. El fortalecimiento del rublo en respuesta a las sanciones de EE.UU. y la UE y el crecimiento del comercio en renminbi son sin duda datos políticos significativos para Rusia y China, pero desde luego no son un problema financiero para EE.UU.

Esto por lo que respecta al corto y medio plazo. A largo plazo, sin embargo, las cosas son diferentes.

El proceso de desdolarización es lento pero inexorable en las actuales condiciones económicas internacionales. Desde hace algún tiempo, el poder de disciplina financiera del dólar se ha ido reduciendo. Cada vez más, Estados Unidos debe recurrir a la fuerza para imponer su dominio, incluso violando los principios financieros con los que ha construido su hegemonía.

Desde este punto de vista, un hecho significativo en el conflicto ruso-ucraniano, que modifica sustancialmente las cifras de los balances de las instituciones públicas y privadas, rusas y occidentales, es la incautación de los fondos del banco central ruso, impuesta por Estados Unidos y ejecutada obedientemente por todos los países aliados. La cifra es indeterminada: las autoridades rusas hablan de una incautación de 300.000 millones de dólares, aproximadamente la mitad de las reservas totales del banco central; las estimaciones internacionales más bajas hablan, en cambio, de unos 630.000 millones de dólares y, según el ministro de Economía francés Le Maire, se llegaría a 1.000.000 millones de euros.

La incautación de fondos de instituciones nacionales soberanas constituye una grave violación del derecho internacional. Es una prevaricación que sólo puede quedar impune porque Estados Unidos dicta las leyes en el sistema financiero internacional, y quienes no las siguen en sus aventuras, legales o ilegales, son inmediatamente sancionados.

Sin embargo, este movimiento tiene consecuencias de doble filo. Por un lado, Estados Unidos muestra al mundo que las palancas de las finanzas siguen siendo suyas y que pueden utilizarlas a su antojo. Por otro, sin embargo, esta misma exhibición de arrogancia y poder demuestra el retraso de las finanzas estadounidenses en los procesos internacionales de disciplina financiera, que se basan cada vez más en el robo en lugar de en las leyes del mercado (que, de por sí, benefician a los más fuertes).

Desde la guerra de Libia en adelante, Estados Unidos se ha embarcado en un nuevo protocolo de guerra económica que comienza con la incautación de los fondos del banco central de Estados soberanos declarados enemigos. En lo inmediato, esto causa graves daños a las finanzas del país objetivo. Es como sufrir un robo en las arcas del banco central: cientos de miles de millones de dólares, equivalentes a años de exportaciones, invertidos en los centros financieros considerados más fiables, desaparecidos para siempre, de un plumazo sin validez legal. A la larga, sin embargo, estos abusos minan la credibilidad de las instituciones bancarias y financieras que los llevan a cabo.

Aunque los centros financieros más desarrollados y atractivos están en Occidente, muchos bancos centrales e instituciones financieras internacionales están revisando sus estrategias de asignación de reservas de divisas. A estas alturas, cuando un inversor internacional se plantea si invertir o no en Estados Unidos, tiene que calcular la prima de riesgo asociada a la posible congelación de fondos. No es casualidad que en 2021, por primera vez desde 2010, la exposición de China a títulos de deuda pública estadounidense cayera por debajo de 1 billón de dólares (actualmente es de 860.000 millones).

Desde el punto de vista financiero, la hegemonía del dólar está ciertamente en retroceso, pero aún queda mucho camino por recorrer. Los centros financieros estadounidenses siguen siendo los más importantes y no es casualidad que, aun siendo conscientes de los riesgos políticos, las instituciones financieras, incluidos los bancos centrales, se vean todas sorprendidas cuando se desencadenan las sanciones.

Las sanciones a Rusia también ponen de relieve un segundo aspecto significativo, más económico que financiero, en el proceso de reducción de la zona del dólar.

De hecho, precisamente porque se ve obligado a ello por Estados Unidos y la UE, el gobierno ruso está trabajando para labrarse su propio espacio económico y construir su reputación financiera. Por ello, el acercamiento a China puede adquirir también un significado estratégico. Económicamente, Rusia no tiene ciertamente el peso de China, pero políticamente, el eje ruso-chino puede ser un paso importante en la construcción de un espacio económico y monetario alternativo.

Por tanto, Rusia tiene interés en presentarse como un actor creíble tanto comercial como financieramente. Comercialmente, por ejemplo, Rusia siguió suministrando gas y petróleo a los países europeos incluso después de que éstos la sancionaran, sin aplicar nunca un contraembargo energético. Un cierre repentino de los grifos de gas habría sido un duro golpe para la UE. Pero también para Rusia. Y sólo EEUU se habría beneficiado. Al fin y al cabo, Rusia es más capitalista que EEUU y sabe hacer bien sus cuentas: los contratos son los contratos, no se revientan por razones políticas.

En el aspecto financiero, Rusia también buscó el efecto credibilidad desde el principio. El caso del supuesto impago de la deuda es emblemático: en junio de 2022, Estados Unidos invocó el impago técnico de Rusia, alegando que los pagos de intereses de los títulos de deuda rusos no habían llegado a los acreedores norteamericanos.

De hecho, Rusia pagó íntegramente los aproximadamente 100.000 millones de dólares en intereses a los inversores estadounidenses, sólo para que las sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos bloquearan los fondos e impidieran que llegaran a los destinatarios. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, lo expresó con la sencillez de un niño: «el pago en divisas se ha realizado, el hecho de que los fondos no hayan sido transferidos a los receptores no es nuestro problema». Por un lado, las autoridades rusas denunciaron la ilegalidad de la incautación de los fondos del banco central; pero, por otro, siguieron cumpliendo todos los contratos y deudas, al menos mientras fue técnicamente posible. Uno no se juega la credibilidad financiera internacional en 100 millones de dólares. Aunque se acabe de sufrir un robo de varios cientos de miles de millones de dólares.

La estrategia financiera de Moscú, aunque esencialmente defensiva, dista mucho de ser improvisada. Con todas las dificultades que ello entraña, Rusia ya está intentando labrarse su credibilidad económica y financiera en un contexto en el que está excluida a corto y medio plazo de los circuitos financieros más importantes. Estas tendencias necesitan tiempo para desarrollarse. Pero el hecho más significativo en estos momentos es que, paradójicamente, es precisamente la política de agresión de Estados Unidos la que está acelerando el acercamiento entre sus enemigos, facilitando la superación de los obstáculos históricos.

Políticamente, tanto Rusia como China apuestan fuerte por desarrollar el papel de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) y un sistema de relaciones internacionales alternativo al actual, y varios países revisan su posicionamiento internacional alejándose de la zona del dólar.

Aunque por el momento este proceso parece conducir a un cierre gradual entre bloques opuestos, el crecimiento de un sistema de relaciones internacionales menos sesgado hacia un único actor es visto por muchos países con interés. China y Rusia tienen lo necesario para liderar este proceso, económica, política y también militarmente. Y en algún momento, los países europeos también tendrán que tomar sus propias decisiones.

Es en el curso de estas transformaciones reales de las relaciones económicas, políticas y militares donde se redefinirá con el tiempo el papel del dólar, su reducción y el fin de su hegemonía, y no mediante simples acuerdos para denominar los contratos en rublos o renminbi.

Fuente: l’AntiDiplomatico.

 *++



La evolución de la calidad de vida en España: pobreza, exclusión residencial y antidepresivos. [Que digo yo, que esto son cosas mías. No se me vayan a pensar que yo me meto en política, que a mí no me gusta la política, que eso es cosa de políticos, que yo como soy trabajador, oiga, bastante tengo ya para llegar a final de mes. Pero que digo yo, que una republiqueta de estas de andar por casa, que a lo mejor no nos vendría mal, aunque fuera la Tercera República Española, que tampoco están las cosas como para andar pidiendo así de golpe y porrazo una República Popular, en la que la gente al andar por la calle fuera con la cabeza levantada como una persona normal que al andar ve el camino por el que va andando, y no como un valiente, leal y noble súbdito que anda siempre con la cabeza gacha. Esto ya no es cosa mía. Hagan la prueba y lo comprobarán: si andan con la cabeza gacha por la calle, como mucho se van a ver los pies, o sea, que no podrán ver ni la calle por donde andan, pero si tan solo levantan una miaja la cabeza al andar verán que la calle tiene pisos de varias alturas, balcones, macetas en algunos casos, en fin, que viendo la calle con la cabeza levantada en plan República la ciudad misma ya parece otra. Oigan, que ser republicano tiene sus ventajas, que se lo digo yo, que de política ni sé ni entiendo. Lo mío es el tralarí y el tralará, que para eso soy trabajador, a mí que no me jodan y que no me vengan con tontadas que a mí no me engaña ni mi padre]

 

La evolución de la calidad de vida en España: pobreza, exclusión residencial y antidepresivos

 

Por Óscar F. Civieta |

Rebelion / España

 15/06/2023 




Fuentes: La Marea

Fuhem Educación + Ecosocial ha elaborado un estudio sobre la calidad de vida en España, basándose en parámetros como la alimentación, la movilidad, la vivienda, el empleo o la salud mental.

El 27% de la población española se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social y la pobreza infantil afecta en España a uno de cada tres niños menores de 16 años. Son, quizá, las dos conclusiones más preocupantes del I Informe Ecosocial sobre Calidad de Vida en España, elaborado por Fuhem Educación + Ecosocial, una fundación independiente que promueve la justicia social, la profundización de la democracia y la sostenibilidad ambiental, a través de la actividad educativa y del trabajo en temas ecosociales.

En un mundo, señalan, en el que “convive la ostentación más despilfarradora con la necesidad más apremiante, no parece que podamos asumir como bueno el modo de vida imperial, que niega a la mayoría un presente y a la humanidad su futuro”.

Por ello, “debemos cuestionárnoslo y preguntarnos: ¿qué cabe entender por bienestar, calidad de vida o vida buena en el contexto de crisis ecosocial en el que estamos?”.

Para medir la calidad de vida, recuerdan, se ha utilizado históricamente el PIB. Sin embargo, “éste sólo ofrece una aproximación a la medida del tamaño de una economía en términos monetarios. En ningún caso fue diseñado para evaluar el bienestar o el avance de una sociedad”.

Huyen de este baremo y focalizan la investigación en algunos indicadores fundamentales, como son, principalmente, la alimentación, la vivienda o la movilidad. Entre los tres suponen alrededor de la mitad del consumo de los españoles en términos de gasto.

Se gasta más en alimentación, pero se compran menos alimentos

El gasto alimentario ha ido aumentando debido al incremento de los precios. Por lo tanto, esto no ha supuesto un mayor volumen adquirido, sino todo lo contrario.

Las características generales de las costumbres alimentarias (organización de las comidas, dieta, etc.) se mantienen, aunque se está produciendo una cierta estandarización del modo de consumo (por ejemplo, aumento de compras en grandes superficies). Esto es muy relevante en los hogares más pobres, que pueden permitirse una dieta menos variada y de menor calidad, incluso en alimentos básicos.

La OCDE, subrayan, apunta a España como uno de los Estados europeos donde la obesidad se ha incrementado más en los últimos años (alrededor de un 7% entre 2010 y 2020). Especialmente entre aquellos colectivos que han experimentado un empeoramiento sustancial en sus condiciones materiales y derechos sociales.

En ese sentido, las mujeres españolas con un nivel educativo bajo y menos recursos tienen una probabilidad de tener sobrepeso 3,5 veces mayor que las mujeres con nivel educativo alto. En términos de actividad económica, las personas más obesas son las desempleadas, aquellas que no pueden trabajar o lo hacen en un ámbito doméstico.

La obesidad, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la principal epidemia no infecciosa del siglo XXI, constituye uno de los grandes problemas sanitarios en las sociedades de abundancia alimentaria. A lo que hay que añadir, exponen en el estudio, “los intereses de las grandes empresas de distribución, protagonistas crecientes de las cadenas alimentarias. Éstas contribuyen a la conformación de un entorno alimentario en el que predominan los alimentos altos en azúcares y grasas, más rentables, fuertemente publicitados y al alcance de todos los consumidores”.

No se apuesta por el transporte público

La movilidad y el transporte es la partida de gasto más importante. A pesar de que la mitad de los desplazamientos de la vida cotidiana todavía se producen a pie o en bicicleta, cuando se trata de recorrer cierta distancia el campeón es el coche privado. En la movilidad interior, representa el 78% de los desplazamientos, por el 22% del transporte colectivo. Con las directas consecuencias de esto en la calidad del aire de las ciudades.

La mayor parte del gasto en transporte está destinado al combustible y mantenimiento del vehículo (854 euros por persona). Una parte considerable también se gasta en la adquisición de nuevos vehículos (531 euros por persona).

Destacan en este apartado las inversiones públicas que se han hecho para la construcción de grandes infraestructuras (ferroviarias, autopistas, ampliación de aeropuertos). Que se ha traducido, sostienen, “en un sobredimensionamiento que responde más al interés privado –sobre todo del sector de la construcción– que a las necesidades reales de la ciudadanía”.

Vivienda: hacinamiento entre los pobres y exclusión residencial

El informe FOESSA, destacan en Fuhem, apunta a la vivienda como el determinante social más importante para explicar los procesos de exclusión social. Incluso tanto o más que el empleo.

Una de cada tres personas en España vive en una vivienda tipo apartamento, mientras que el resto lo hace en casas, adosadas o no. El grado de hacinamiento se muestra relativamente bajo en comparación con el promedio europeo, habiéndose mantenido estable —en torno al 5%— en la última década.

Lo que sí resulta especialmente reseñable aquí es la importante diferencia que existe en relación con la población en riesgo de pobreza, entre la que el grado de hacinamiento es mayor —12,2% en el último año del periodo estudiado—.

Más de tres cuartas partes de la vivienda se encuentra en régimen de propiedad, aunque en los últimos años se ha producido un aumento inusual de la demanda en el mercado del alquiler —correspondiente al 21% entre 2007 y 2019—. En el caso de la vivienda en propiedad, ha mostrado signos de descenso en los últimos 10 años.

Una parte importante de ese incremento de la demanda de alquiler ha venido de la mano de la población joven. La juventud que accedía a una vivienda en propiedad llegó a alcanzar el 58,1% en 2007, hoy apenas supera el 25%.

La sobrecarga de gasto debido a la vivienda, cuando es en propiedad, no llega al 9%. En el alquiler, cuatro de cada 10 destinan el 40% de sus ingresos y una quinta parte dedica más del 60%.

Pese a su importancia, enfatizan, la vivienda representa una de las partidas minoritarias del gasto público, en clara contracción desde finales de los años noventa y, sobre todo, a partir de 2008. Este reducido gasto público en vivienda tiene su reflejo en los bajos porcentajes de vivienda de alquiler social respecto al total de viviendas. En 2020, se situaba en apenas el 1,1%.

Según el Observatorio de Vivienda Asequible de la Asociación Proviviendael problema de la vivienda asequible afecta en España a 4,5 millones de personas, que se encuentran en situación de exclusión residencial.

La brecha de género

La situación del mercado laboral, lógicamente, es otro de los aspectos basilares para calibrar la calidad de vida en un país. El análisis al respecto de Fuhem, por ser anterior, no tiene en cuenta los efectos de la reforma laboral. Sí determina, no obstante, una serie de rasgos que, quizá apocados, pero siguen estando presentes.

El trabajo remunerado en España, señalan, tiene un carácter muy estacional y una estrecha ligazón a la coyuntura de la crisis económica. Eso ha provocado un descenso en el número de horas extraordinarias y la prevalencia de las horas no pagadas frente a las pagadas a partir de ese momento.

La duración media de la vida laboral se viene incrementando, hasta los 35,2 años (2018), especialmente por el aumento de la vida laboral en las mujeres, así como el crecimiento de la edad media de jubilación.

Básico para escudriñar en la brecha de género es el trabajo no remunerado: lo realizan principalmente mujeres (20% del tiempo total frente al 10% de los varones). Se refleja especialmente en lo que tiene que ver con los trabajos rutinarios del hogar (11% femenino frente al 4% masculino), los cuidados (4% frente al 2%) y las compras (2,2% frente a 1,4%).

Los trabajadores pobres

Todo lo anterior, indican, provoca que el 27% de la población española se encuentre en riesgo de pobreza o exclusión social. Este porcentaje se ha incrementado un 16% desde 2008, superando el umbral de los 13 millones de personas afectadas.

La pobreza infantil afecta en España a uno de cada tres niños menores de 16 años, siendo ya el tercer país con mayor tasa de pobreza infantil de toda la UE.

La precariedad laboral, resaltan, «reduce derechos e impide garantizar una vida digna para amplios sectores de la población». En torno al 15% de la población ocupada de España, pese a tener trabajo, se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social.

La desigualdad ha aumentado considerablemente en los últimos lustros, sobre todo por la concentración del ingreso y la riqueza en los más ricos. Entre 2012 y 2019, la participación en la renta nacional del 1% más rico se incrementó en casi cuatro puntos porcentuales, superando en 2019 en 2,7 puntos los ingresos salariales del 50% de la población con menor renta.

Salud mental: España, a la cabeza en el consumo de tranquilizantes y antidepresivos

¿Hay calidad de vida en España? Las cifras anteriores ponen muy en entredicho una respuesta afirmativa. Y una de las principales consecuencias de la (mala) calidad vital es su afección en la salud mental.

Como asevera Fuhem en uno de los últimos apartados del estudio, el modo predominante de producir y consumir ha puesto la vida bajo la tiranía de la eficiencia. Las pulsiones sociales terminan por socavar la soberanía temporal, menoscabando la autonomía y la salud de las personas.

Entre los síntomas de esta sociedad del rendimiento se encuentran el cansancio y el padecimiento de numerosos malestares sociales (ausencia de las condiciones adecuadas para un buen descanso, ansiedades, depresiones, etc.).

España se encuentra entre los países con un mayor nivel de consumo de tranquilizantes y antidepresivos. Esta tendencia que se muestra imparable en las dos últimas décadas. El 10,7% de la población española toma tranquilizantes, relajantes o pastillas para dormir (con mayor intensidad entre las mujeres). Lo mismo ocurre con el 5,6% de la población que ingiere antidepresivos o estimulantes.

La forma y ritmos de vida, continúan, están afectando a los vínculos sociales, aislando y fragilizando a las personas, de manera que está aumentando la soledad y el aislamiento social.

Se observa una creciente desconexión con el futuro “y su manifestación más extrema es la evolución creciente de las tasas de suicidio en las últimas seis décadas”.

Fuente: https://www.lamarea.com/2023/06/14/la-evolucion-de-la-calidad-de-vida-en-espana-pobreza-exclusion-residencial-y-antidepresivos/

 *++

Cuentas para el Pentágono

 



Cuentas para el Pentágono

1/2

Comparativa de Costos entre Rusia y Estados Unidos durante la Operación Militar Especial 2022


Publicado el 20 de marzo de 2023 / KAOSENLARED / Por Pablo Heraklio

Ha pasado un año de guerra y el Dombass sigue sitiado, Rusia gana terreno pulgada a pulgada, Ucrania pierde hombres y armas, la OTAN se niega a movilizarse, y a EEUU no le queda otro remedio que empezar una guerra abierta con China para tapar el desastre Ucraniano.

Pero esta vez no estaremos como siempre del lado de la heroica resistencia del Dombass y el esfuerzo antiimperialisa ruso, no. Hoy vamos a ayudar al Imperio! El coste en soldados está superando el peor de los escenarios esperados, como admitió el Comandante Supremo Aliado Europa General Christopher G. Cavoli en Suiza este enero. Parece que el Imperio también se ha quedado corto de material, y de financiación. Algo falló.

Si en el Pentágono hicieron mal los números, nosotros se los recalcularemos. Vamos por ello a echar unas cuentas en la Economía de Guerra y ver cómo dilapida el Imperio su capital y hombres. Comprobaremos si podemos llegar a alguna conclusión con el cálculo de pérdidas. Muy básicas, pero muy orientativas, y de seguro evitadas por los medios principales para que no cunda la desmoralización generalizada. Os gustarán.

Esta serie está dividida en 2 capítulos.

1- Comparativa de Costos entre Rusia y Estados Unidos durante la OSM 2022

2- ¿Cuánto dinero y soldados necesita la OTAN acabar con  Rusia y China?

.

En el Primero estudiaremos la cantidad de financiación capital humano de que han dispuesto cada una de las partes durante este año de guerra.

En la segunda extrapolaremos los resultados para conocer las necesidades futuras que tendrían que emplear para cumplir con sus objetivos en un momento dado.

Los elementos básicos de gestión de la guerra son: Dinero, Recursos, Personal y Territorio. Para nuestro estudio entenderemos que tanto el aporte de dinero como de personal serán similares a este en los próximos años, sin tener en cuenta otros eventos o circunstancias; y que el dinero proporcionará los recursos necesarios para ocupar el territorio, así que solo estudiaremos estos 2 parámetros, dinero y tropa como factores constantes.

2 Las Cuentas Rusas

.Costo de la guerra para Rusia:

En Rusia el presupuesto anual inicial para 2022 para el Ministerio de Defensa fue de 46.600 mill $, siendo el final de unos 63.000 mill $, por lo que en 2022 ha tenido un sobrecoste de 19.400 mill $. Una cantidad ridícula y que se aproxima al gasto realizado en 2017. Para 2023, los grandes pensadores del Pentágono aseguran que Rusia incrementará el presupuesto hasta los 83.000 mill $, unos 20.000 mill $ adicionales sobre el año 2022 y similar al presupuesto de 2014. El efecto de las sanciones sobre el PIB, según el FMI es +0’3%. La guerra les está saliendo rentable.

-Costo Humano:

Tropa – Ejército desplegado por Rusia en el frente de batalla de Ucrania: seguimos usando datos occidentales, Ucrania denuncia que Rusia ha desplegado 300.000 soldados en su territorio Grid 2.2.2023; que ya no es suyo, es soberano y federado.

.

Como se puede suponer, desbaratar un frente de batalla de 300.000 personas para acabar una guerra no supone inutilizar a esas 300.000 personas, sino la Reservas de soldados, porque estos, mal que bien, Rotan, se relevan y se sustituyen, para mantener una fuerza constante en el frente de guerra. Lo mismo sucede con las reservas y depósitos de material.

La Reserva mínima es la tropa ya movilizada y preparada de que dispone ahora, pero que no interviene directamente. Para Rusia, sin más levas, sería de 1,3 mill de soldados.

La Reserva potencial máxima sería el mayor número de soldados movilizables posibles de todo un país, potenciales soldados. Todo varón, desde niños de 16 a ancianos de 70 años, de entre los 150 millones de habitantes en Rusia; aparte de contratistas. Los datos aproximados que declara el Mtro de Defensa Sergei Shoigu, y que concuerdan con el resto de fuentes consultadas, sirven perfectamente para este ejercicio: 25 millones de posibles reclutas, un 16,6% de la población. Podrían llegar hasta el 25% incluyendo mujeres.

-Bajas

Hay una fuerte tendencia en los medios occidentales de usar el gobbeliano principio de transposición para adjudicar a rusia las pérdidas ucranianas y viceversa. Todos estos medios son simples medios de propaganda y, por tanto, descartables como fuentes.

Curiosamente, la Wikipedia/CIA se da cuenta del baile de cifras entre las distintas fuentes y así lo expone. Mientras que el Ministerio de Defensa ruso reconoce solo unos 8.000 muertos, a 27 febrero 2023, el Gobierno de Ucrania indica 148.000 bajas entre muertos y heridos rusos. En el medio se sitúa el Bussiness insider/MI6 indicando 60.000 muertos. Lo cual concuerda con los datos aportados por la CNBC/CIA.

Aceptaremos la proporción de 1 muerto por cada 3 heridos como coherente, con 25.000 a 30.000 muertos (unos 10.000 Wagner + 10.000 milicianos del Dombass + 10.000 a 15.000 soldados rusos), prácticamente el triple de lo indicado por fuentes rusas, y la mitad de las fuentes angloamericanas y 100.000 bajas totales, como referencia. Lo que supone un 25-30% de bajas.

Si tenemos en cuenta el total del ejército de 1,3 millones de soldados, esta tasa sería del 7,7%.

Si tenemos en cuenta la reserva del ejército de 25 millones de soldados, esta tasa sería del 0,4%.

2 Cuentas de Ucrania

-Costo financiero de la guerra para Ucrania

El gobierno de Ucrania tiene este año un déficit aproximado de 38.000 mill $, que deberá ser cubierto por la OTAN para que Ucrania salde sus cuentas con los deudores internacionales. Unos 3.330 mill $ al mes.

-Costo humano para Ucrania 

Tropa – Los datos oficiales reportados a las agencias occidentales por el gobierno de Ucrania refieren poseer unos 500.000 soldados en las Armed Forces of Ukraine AFU. El resto de personal armado son distintos tipos de fuerzas de seguridad, pero no son contabilizados como soldados. A pesar del sesgo, usaremos los datos oficiales.

Todo el ejército ucraniano está implicado en la guerra, por lo que no cuenta con reserva mínima, sino con frentes bajo mayor y menor presión entre los cuales van rotando los soldados.

.

En la Reserva potencial máxima, si asumimos que la capacidad conscriptiva de Rusia, Ucrania y Occidente son parejas, sobre el 16,6%, y que en Ucrania queda unos 35 millones de habitantes, sin aplicar otros sesgos, podría movilizar hasta 5’8 millones de soldados.

-Bajas

A día de hoy podemos asegurar que las pérdidas ucranianas han sido de 200.000 soldados muertos y 400.000 heridos, según datos aproximados, en total 600.000 bajas. A razón de 15.000 muertos y 25.000 heridos, para un total de una 50.000 bajas al mes; coherente con datos expuestos en múltiples fuentes desde el inicio de la campaña.

Con un ejército de 500.000 personas y 200.000 muertos, la tasa de mortalidad llega al 40%las bajas rondan el 120%.

El costo en bajas es tan elevado que requiere un estudio en profundidad. Lo más básico que hay que entender es que Ucrania es una extensión de Estados Unidos, y esta ha desplegado una coalición para oponerse a Rusia.

3 Cuentas de EEUU y la Coalición Occidental

-Costo financiero de la guerra para la Coalición Occidental


EEUU apoya a Ucrania con 73.170 mill $ a 23.1.2023, aún lejano a los 100.000 mill $/año dedicados a la guerra de Afganistán, por lo que tienen margen de gasto.

El Resto de países aportan a la guerra un total aproximado de 145.000 mill $. A falta de 2 meses para completar el año, y gastando unos 14.000 mill/ mes, el 23 feb 203 habrían gastado 173.000 millones $.

Así que el total conjunto podría considerarse como 211.000 mill $ gastado este año por occidente en su Guerra en Ucrania.

-Costo humano para la Coalición Occidental

En la Reserva de Estados Unidos, ya activa pero no implicada en combates, es de 1,38 mill de soldados. La Infame Alianza, con las conscripciones actuales, la OTAN dispondría de unos 3,1 millones de soldados.

La reserva máxima del occidente conjunto, que abarca unos 1000 millones de habitantes, podría movilizar una reserva de unos 166 millones de soldados. 

Estamos seguros de que EEUU podría movilizar el doble de fuerza debido a su influencia en caso de Guerra Mundial Total.

-Bajas


La coalición no envía tropas patrocinadas, sino que permite a sus soldados integrarse en las AFU como contratistas, por lo que no cuentan como bajas para la coalición, sino para las AFU. Sorpresa, 
Bajas 0

Sin embargo participan activamente como contratistas en el ejército de Ucrania, siendo la verdadera reserva del país. 

Si tenemos en cuenta el total del ejército de la coalición es de 3,1 millones de soldados, más los 500.000 ucranianos, esta tasa de mortalidad sería del 16,6%. Unas 2’5 veces mayor que la rusa.

Si tenemos en cuenta la reserva del ejército de la Infame Coalición es de 166 millones de soldados, esta tasa sería del 0,36%. Casi la misma que la rusa.

¿Cómo es posible que Ucrania tenga más bajas que tropa y sigan manteniendo el frente?

Es un efecto de los reemplazos de refresco de la tropa en el frente para que este mantenga la fuerza. Se están movilizando reservas, a los soldados de la OTAN/contratistas, y ya han empezado a rotar en Ucrania masivamente, por cientos de miles. Desconocemos las proporciones. No cabe otra posibilidad.

Hay que tener en cuenta que EEUU puede incluir en las reservas una cantidad indeterminada de contratistas de 59 países, no solo de la OTAN. Con un poco de investigación se podrían conocer estas proporciones.

Tropa anual de reemplazo = tropa en el frente x bajas x periodo anual de rotación x periodo de servicio x coeficiente de retención (tropa licenciada que vuelve al estado activo)

Tropa anual de reemplazo Rusia = 300.000 soldados en el frente x bajas (33%) x 2 rotaciones (periodo anual de maniobras en el frente de 6 meses) x 1.5 periodo de servicio (33% de conscripciones expiradas al año en una conscripción obligatoria de 3 años)  x 20%  retención (suponiendo que solo el 20% quiere reengancharse, la mitad que en tiempos de paz según datos de Estados Unidos) = 1,141 mill soldados

Con 1,3 mill de soldados Rusia tiene todavía un 12% de tropa de reserva no implicada en combate.

Tropa anual de reemplazo Ucraniano = 500.000 soldados en el frente x 2.20 (120% bajas) x 1 rotación (no hay reemplazos) x 1 conscripción obligatoria indefinida x 1 contratos sin posibilidad de baja voluntaria x 1 retención, sin posibilidad de rechaza renovación = 1,2 mill soldados

Es simplemente imposible mantener un frente sin refuerzos, solo con reemplazos entre frentes, en las cantidades que se describen. Ucrania ha contado con refuerzos del extranjero organizado por la Coalición en forma de contratos y sistema de relevos.

Estados Unidos ha gestionado en Ucrania un ejército como mínimo de 500.000 activos + 600.000 bajas= 1,1 millón de soldados, del mismo tamaño que el suyo propio. La sede de gobierno está en la base aérea de Ramsteim. Las proporciones del ejército ucraniano no son las mismas que en el ruso, porque, a persar de ambos tener alistamiento obligatorio, ni rotan ni se licencia. Su grado de fatiga será a estas alturas enorme. Es posible que EEUU haya tenido que emplear en las rotaciones hasta varios cientos de miles de contratistas más que lo admitido. 

Conclusiones

Para Rusia la Operación Militar Especial económicamente se plantea como una campaña perfectamente asumible sin que se produzca un profundo estrés económico. Por último, el FMI augura una subida de 0’3% del PIB para 2023. Negocio redondo. La OTAN no sabe hacer cálculos.

Tanto para Ucrania como para Estados Unidos el mantenimiento del frete les resulta oneroso, imposible desde cualquier punto de vista de mantener sin una Coalición.

La coalición occidental proporciona unos 3.300 mill $ al mes. Recordar que Zelensky solicitaba una cifra de 7.000 mill al mes. Particularmente creímos que esta cifra era obtusa, pero para disponer de un frente suficientemente pertrechado los cálculos eran correctos. La OTAN le ha proporcionado menos de la mitad. ¿Por qué esta subfinanciación?

Alemania le tocará pagar el grueso, con un coste anual en pérdidas estimado de 172.000 mill $, unos 2000 € per cápita menos.

A pesar de que la mortalidad y tasa de bajas para las Fuerzas Armadas Ucranianas es más gravoso que para Rusia, si entendemos las AFU como una coalición, los índices son similares y se corresponde con tasas vistas en otras contiendas.

Rusia ha debido movilizar un mínimo de 1,14 mill de soldados en las maniobras en Ucrania para mantener el frente, 3’8 veces más que los 300.000 que forman en sí el frente de batalla.

Si esto es cierto, la situación para la Coalición es más crítica de lo que parece, porque se siente en la necesidad imperiosa de ocultar las pérdidas. Se habla de movilizaciones de batallones polacos y rumanos insertos en la AFU como contratistas, los cuales ya habrían reportado unas 2.500 bajas reconocidas en Polonia.

Rusia cuenta con el apoyo formal e informal de grandes Potencias regionales, como son Irán y China, y el apoyo de la OTSC, 6 estados. Lo que está claro es que el efecto de las bajas y presión financiera es menor cuanto más distribuido está el esfuerzo. En este sentido, Rusia cuenta con menos aliados que EEUU, que por ahora ha movilizado a 37 para el esfuerzo financiero, 59 para el bélico, por lo que el esfuerzo es mayor.

Vemos que estratégicamente, para Rusia, hay una salida al conflicto que no pasa por la confrontación directa, y esta es intentar dispersar la Coalición. La relación Europa-OTAN se socava con prebendas y contraofertas, pero es muy sólida en favor de EEUU. Sin embargo, existe una miríada de países coaligados que si que velarán por sus intereses nacionales. Es en ellos donde recae el mayor esfuerzo diplomátio: zona montes urales, medio oriente, extremo oriente, indochina, indopacífico y sudamérica. Como ejemplo, las últimas amenazas vertidas por EEUU a México y Argentina, o las revueltas en Pakistán, Irán o Georgia.

Atentxs al Próximo capítulo; promete.

Salud! PHkl/tctca

____________

Para Saber más

Impact of sanctions on the Russian economy – Consilium 2023

TARCOTECA contrainfo: EEUU acelera la formación de Bloques de Poder Regionales Tutelados para diseñar el Mundo Multipolar 4.7.2022

TARCOTECA contrainfo: Lo que el Recorte en Armamento Ruso revela del Ejército de los Estados Unidos 2.11.2017

TARCOTECA contrainfo: La OTAN cierne la Guerra Fria sobre Europa: el El Nuevo Telón de Acero cae sobre Suecia. Stop NATO 31.5.2016

HTAR “how the army runs” 2019-2020 .pdf US Army War College

Transforming the Military Essay 81 Foreign Affairs 2002 D Rumsfeld

.

Fuente – Cuentas para el Pentágono 1/2: Comparativa de Costos entre Rusia y Estados Unidos durante la Operación Militar Especial 2022 10.3.2023

*++