lunes, 23 de enero de 2023

Colonialismos: Andalucía saqueada [España]

 

Colonialismos: Andalucía saqueada

 

 Óscar García Jurado

 ELPORTALDEANDALUCIA

23 enero, 2023

 

De la portada de «El esclavo feliz. La alienación mediática del pueblo andaluz» de Manuel Rodríguez Illana. secretOlivo ediciones. Portada obra de GarridoBarroso.

 

Conozco tus deseos,

conozco tu malqueré,

tú tan solo ad-quieres

tas olvidao del queré.

 Noticia: «Junta y Amazon colaborarán en impulsar la digitalización e innovación en Andalucía.» Cómo: trasladando los beneficios de la ‘nube’ de Amazon a la Administración andaluza y la ciudadanía.

En la noticia se enumeran múltiples ventajas para la Junta. Falta, sin embargo, lo que gana la multinacional norteamericana y, que sepamos, no es una organización benéfica. Pues bien, Amazon va a disponer de una enorme cantidad de información, materia prima del capitalismo digital, para valorizar y obtener beneficios. Entre dicha información se encuentran datos tan delicados como la proveniente de la información sanitaria de la Junta de Andalucía.

Amazon es una de las grandes corporaciones del capitalismo de plataforma. El capitalismo tiene por objetivo la acumulación privada de capital, poniendo a la vida a su servicio. La crisis ecológica y sistémica actual replantea los campos de obtención de beneficio o absorción de rentas. Por un lado, se expande el ámbito especulativo financiero. Por otro lado, continúa la necesaria extracción de materiales y fuentes de energía (con el desarrollo complementario del complejo industrial-militar). En tercer lugar, avanza el ataque a la esfera de lo público. Y en cuarto lugar, se encuentra todo lo relacionado con el capitalismo de plataforma (datos, inteligencia artificial, robotización, automatización, comercio digital, etc.).

Esto último se ha vinculado con el bello relato de la “economía colaborativa”. Tras la empática y sugerente denominación, se esconde el nuevo capitalismo digital de plataforma que tiene como base de acumulación o materia prima el control de los datos, de la información y el conocimiento. Cada vez más, aumentan las fuentes de excedente económico en los servicios computacionales en la nube o de inteligencia artificial (lo que ofrece Amazon a la Junta). Este nuevo modo de obtención de beneficios se basa en los datos acumulados tras años de vigilancia intensiva sobre la actividad de las personas. Con esa información se espera crear modelos de inteligencia artificial y convertir a los pocos gigantes que los han desarrollo en los intermediarios fundamentales de la economía.

Así podemos ir entendiendo lo que busca Amazon en Andalucía: la extracción de datos como input esencial de su negocio. En el siglo XIX vendieron Andalucía, su subsuelo, como fuente de valor y plusvalía, a las empresas mineras inglesas. En el siglo XXI, se vende Andalucía, la información o datos como fuente de valor y plusvalía, a empresas norteamericanas. El colonialismo, el extractivismo, cambia el tipo de minería -del cobre a los datos, de la “Rio Tinto Company Limited” al “Data Mining”-, mientras Andalucía continúa siendo tierra saqueada, explotada, “datificada”.

Del cobre al dato, al sol, a la tierra, a la ciudad, al alma

Andalucía sufre desde hace siglos el saqueo de sus gentes y recursos. El extractivismo es secular y tiene múltiples aristas en nuestra tierra.

Así, las grandes multinacionales del capitalismo de plataforma controlan nuestros datos. Y la minería continúa, contenida en ese «nuevo modelo productivo» con base en la economía que el Imperio romano impuso por estas tierras. Lo nuevo o lo viejo, da igual, la propaganda puede con todo.

Además, fondos de inversión compran hectáreas y hectáreas de tierras en el medio rural andaluz. Esos mismos fondos de inversores anónimos sedientos de rentabilidad financian la turistificación en el centro de nuestras ciudades y de toda nuestra franja litoral.

Las grandes empresas energéticas invaden nuestros campos con placas fotovoltaicas que harán renovable la energía, e impedirán la imprescindible renovación del control sobre la misma. Economía verde, economía circular, colores y formas geométricas que no esconden la voracidad del la economía capitalista. Sol, tierra, información, personas, sus expresiones culturales. Todo al servicio de la acumulación de capital y contra la democracia y la Vida.

Las herramientas de lucha deben renovarse. Partidos, sindicatos, organizaciones sociales, medioambientales, universidades, etc. Si el objetivo es mejorar la vida de la gente que vive en Andalucía, la transformación de los medios son imprescindibles para alcanzar otros fines. Desde la autonomía de cada colectivo pero con la imprescindible cooperación y colaboración que haga frente al poder del capital, de la capacidad inmensa de saqueo de las élites.

Estos procesos de venta imposibilita la democracia y la mejora de la Vida en Andalucía. La soberanía del Capital impone sus normas, sus objetivos. El Capital saquea nuestro futuro y aquí el silencio y la parálisis esperan a las próximas elecciones.

Mira estos saqueos. No mires hacia arriba.

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Rusia: Podría aparecer alianza militar de países molestos con EEUU

 

 

Rusia: Podría aparecer alianza militar de países molestos con EEUU

 

Tercerainformación / 23.01.2023

El expresidente ruso Dmitri Medvédev avisa de la posible formación de una alianza militar antiestadounidense a escala global ante la belicosidad de Occidente.


El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvedev, 21 de febrero de 2022. (Foto: Getty Images)

 

Medvédev anunció el domingo en la red social Telegram que Occidente, encabezado por EE.UU., estará listo para hacer interminables intentos por mutilar o destruir a Rusia, ante lo cual, una nueva alianza militar podría surgir a nivel mundial.

“La reunión de Ramstein (reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania que tiene lugar en la base militar de Ramstein, en Alemania) y el suministro de armas pesadas a Ucrania no dejan dudas de que nuestros enemigos intentarán mutilarnos o incluso destruirnos a perpetuidad. Y tienen suficientes armas para eso. También podrían comenzar a producir otras nuevas, de ser necesario”, indicó el también vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, mientras resumía las dos conclusiones a las que había arribado en el proceso. 

El alto funcionario destacó —en referencia a la historia de guerras prolongadas— que, en primer lugar, “sería muy difícil [afrontar un conflicto de desgaste]” y, en segundo lugar, “en caso de un conflicto prolongado, podría aparecer una nueva alianza militar, integrada por aquellos países que están molestos con los estadounidenses” y sus aliados.

Conforme al diplomático, el mundo volverá a ser un lugar estable cuando Estados Unidos abandone Europa y “lo que quede de los pobres ucranianos, a menos que sea demasiado tarde”.

La guerra en Ucrania, con todas sus consecuencias en diversos campos, está en su undécimo mes. El viernes, los titulares de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se reunieron en la base militar de Ramstein, Alemania.

¿Qué objetivos marcaron la reunión de Ramstein?

El encuentro en Ramstein de los líderes de Defensa de países europeos y de Estados Unidos, junto con la OTAN, se enfocó en el conflicto Ucrania-Rusia, con dos aristas: el envío de más suministro militar al país eslavo, debido a las varias divergencias entre los socios al respecto, en especial por la provisión de tanques, modernos sistemas de defensa antiaérea, cazas, vehículos aéreos no tripulados, entre otros, en particular ante la insistencia del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de la necesidad de masivo apoyo internacional con armamento más sofisticado y letal, algo a lo que países como Alemania no están dispuestos a asumir los costos.

La otra arista que se trazó: la llegada a un consenso para definir una estrategia común frente a Rusia, sobre todo cuando Zelenski ha dicho a Occidente que busca recapturar los territorios que se anexionaron a la Federación Rusa, y cuando ha comenzado una nueva fase en la guerra, que los expertos llaman “conflicto congelado” [latente, pero sin solución real, en el que no existe la participación de mecanismos supranacionales para zanjarlo a satisfacción de las partes involucradas].

nfg/ctl/hnb

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Suministros de tanques Leopard de España a Ucrania: “Es una política chihuahua”

 

Suministros de tanques Leopard de España a Ucrania: “Es una política chihuahua”

 

Diario octubre / enero 21, 2023

 

 

Nada de tanques Leopard a Ucrania. Es un tema que "no está sobre la mesa", respondió el canciller de España, José Manuel Albares, al ser consultado por el posible envío de esa clase de tanques a Kiev, en el Foro de Davos, durante su participación en una mesa redonda bajo el lema 'En defensa de Europa'.

© Flickr / Metziker


Mucho ruido y pocas nueces

Mucho hablar, pero a la hora de la verdad, nada de nada. Es la actitud del Gobierno de España en cuanto al suministro de tanques Leopard a Ucrania y que ha quedado de manifiesto ante las exigencias de Volodímir Zelenski. Una actitud que Kiev desprecia y que a su vez desnuda el verdadero papel de Madrid en el tinglado otanista, con la boca ‘hace’ muchas cosas, pero cuando hay que pasar a la acción no pasa nada.

El director del Instituto Español de Geopolítica, Juan Aguilar, realizó una serie de consideraciones al respecto.

“Lo primero es que España por sí misma no está autorizada a enviar los Lepoard, ni a Ucrania, ni a ningún sitio. El carro Leopard, nos estamos refiriendo al [Leopard] 2E, que es el equivalente al 2A6 alemán, se fabrica en España bajo licencia. Es decir, en última instancia, quien tiene la palabra de autorizar, o no autorizar, es Alemania lógicamente porque hay un software y una ingeniaría militar ahí que es propiedad de Alemania. Claro, no se puede estar traspasando a otros países”.

El también analista militar insiste en que hablar de la posibilidad de que España envíe tanques Leopard a Ucrania “son cantos al sol, no tiene ningún sentido”. Y reiteró que quien tiene que autorizar ese envío es Alemania, “si Alemania autoriza, se podría hacer”. Si Alemania no autoriza, no se pueden transferir esos carros de combate.

“Por otro lado, vamos a ser serios”, advierte Aguilar al señalar que “en Europa, los carros Leopard en su mayoría son alemanes y españoles. Otros países tienen cantidades muy pequeñas. En el caso español estamos hablando de 219 Leopard 2E, que es el moderno, y 108 [2A4] que se alquilaron en los años 90 y acabaron comprándose ya en el 2006, de la versión anterior que ya tiene 30 años. Son carros que dudo mucho que el 50% de ellos esté funcionando”.

Aguilar detalla que en el caso de España “muchos de los 219 carros de combate estarán en mantenimiento, otros son de formación, están en las academias militares. Entonces, ¿qué queda? Un regimiento de carros de combate en una brigada y dos batallones en otras dos brigadas. Y luego hay pequeñas cantidades en Ceuta, Melilla y Canarias. Claro, ¿qué se puede ceder realmente? Muy poco, sin poner en peligro la seguridad nacional. ¿10 carros, 20 carros? Sería ridículo. Es que, juntando 10 de aquí, 10 de allá, al final ¿a qué llegas? ¿A 50, 60 carros? ¿Eso qué significa en un frente que tiene más de mil kilómetros? Estamos hablando de una capacidad muy pequeña”, expuso el experto.

Tu sí, yo no

El experto notó que “no deja de ser curioso que EEUU no quiera enviar sus carros Abrams porque ‘son muy complejos para tripulaciones no formadas’, como las ucranianas, en ese tipo de tanques. ¡Ah, muy bien! Y los Leopard ¿sí? Tiene el mismo nivel tecnológico y la misma complejidad. No tiene sentido. Lo que quieren los norteamericanos es que aquí se quemen los tanques europeos y ellos seguir manteniendo su fuerza disuasoria, ¿no?”.

De acuerdo con el analista, toda el discurso de los líderes occidentales sobre su ayuda militar a Ucrania “no deja de ser más que esa típica monserga de unos países con otros de decir ‘todos ayudamos a Ucrania’. Pero claro, siempre que no nos perjudique”.

El analista militar apunta que este tipo de carros son muy caros, con una tecnología compleja y, por lo tanto, nadie quiere deshacerse de ellos. “Es un agujero económico importante”.

“El acuerdo de España para fabricar esos tanques alemanes, se concretó en el año 1998 y era para 330 unidades. Al final, por el precio que tienen, y demás, se quedaron en 219. Es decir, esto es un sistema de armas muy caro para estar cediéndolo así como así, en función de no se sabe qué objetivos”, observa Aguilar.

Añade que “no se sabe ni siquiera si lo haríamos legalmente porque esto es un arma ofensiva. Se supone, aparte del permiso que dieran los alemanes, que esto tendría que estar admitido en el Congreso de los diputados y bajo unos mecanismos legales que garanticen de alguna forma que se está haciendo conforme al derecho”.

“Política chihuahua”

Respecto a todo el cuento occidental de la ayuda militar a Ucrania, Aguilar es contundente.
“Sinceramente creo que todo esto al final es la realidad que está por detrás de lo que podríamos llamar ‘la política chihuahua’. Es esa política que un presidente del Gobierno arremete contra Putin, contra Rusia, amenaza a todo el mundo. A todos los que tenemos un mínimo discurso objetivo nos llama ‘semillas podridas’ y demás. Esto es a lo que se dedican los políticos españoles. La realidad es que no pueden mandar un solo tanque si no hay autorización del Gobierno alemán. Segundo, si se mandan será a costa de la defensa y la seguridad nacional española. Tercero, es un sistema además muy caro para quemarlo en los intereses de una dictadura como la de Zelenski que cada día nos abochorna más”.

En opinión del experto, los líderes occidentales hablan mucho, pero hacen poco.

“Vamos, se habla, se ladra mucho. Es el perrito chihuahua pequeñín que se encuentra a un mastín por la calle y le ladra como si se lo fuera a comer. La realidad es que el mastín, con una pata lo aplasta. Pero el chihuahua no lo sabe o no se da cuenta, y entonces él saca pecho, empieza a ladrar como un descosido. Y esto es lo que hacen los políticos españoles y europeos en general, es decir, ladrar como un chihuahua. Esta es la realidad. Es muy triste”, concluyó Aguilar.

Javier Benítez

FUENTE: sputniknews.lat

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¿Cuáles son los objetivos de la guerra de Ucrania?

 

En esta entrevista, el ex general de brigada Erich Vad, atlantista y asesor de política militar de la ex canciller Angela Merkel, manifiesta que el envío de tanques Marder a Ucrania es un error, y que la única salida posible es negociar la paz.


¿Cuáles son los objetivos de la guerra de Ucrania?

 

Erich Vad

El Viejo Topo

23 enero, 2023 

 


Erich Vad y Annika Ross

Señor Vad, ¿qué opina de la entrega de los 40 Marder a Ucrania que acaba de anunciar el canciller Scholz?

–Se trata de una escalada militar, también en la percepción de los rusos –aunque el Marder de más de 40 años no sea un arma milagrosa. Estamos descendiendo por una pendiente resbaladiza. Esto podría desarrollar un impulso propio que ya no podemos controlar. Por supuesto que era y es correcto apoyar a Ucrania, y por supuesto que la invasión de Putin no es conforme con el derecho internacional, ¡pero ahora hay que considerar por fin las consecuencias!

–¿Y cuáles podrían ser esas consecuencias?

–¿Se pretende lograr la voluntad de negociar suministrando tanques? ¿Quieren reconquistar el Donbass o Crimea? ¿O quieren derrotar a Rusia por completo? No existe una definición realista del estado final. Y sin un concepto político y estratégico global, las entregas de armas son puro militarismo.

–¿Qué significa eso?

–Tenemos un estancamiento militar que no podemos resolver militarmente. Por cierto, esta es también la opinión del Jefe del Estado Mayor estadounidense, Mark Milley. Ha dicho que no cabe esperar una victoria militar de Ucrania y que las negociaciones son la única vía posible. Cualquier otra cosa supondría un gasto absurdo de vidas humanas.
La declaración del General Milley provocó un gran enfado en Washington y también fue muy criticada públicamente. Dijo una verdad incómoda. Una verdad, por cierto, que apenas se publicó en los medios de comunicación alemanes. La entrevista de la CNN a Milley no apareció en ningún sitio de más difusión, y sin embargo es el Jefe del Estado Mayor de nuestra primera potencia occidental. Lo que se está llevando a cabo en Ucrania es una guerra de desgaste. Es una guerra de desgaste, con casi 200.000 soldados muertos y heridos en ambos bandos, 50.000 civiles muertos y millones de refugiados. Milley ha trazado así un paralelismo con la Primera Guerra Mundial que no podría ser más acertado. En la Primera Guerra Mundial, sólo el llamado «Molino de sangre de Verdún», concebido como una batalla de desgaste, provocó la muerte de casi un millón de jóvenes franceses y alemanes. En aquel momento no se creían nada. La negativa de las partes beligerantes a negociar provocó así millones de muertes adicionales. Esta estrategia no funcionó militarmente entonces y no lo hará ahora.

–Usted también ha sido atacado por pedir negociaciones.

–Sí, al igual que el Inspector General de las Fuerzas Armadas alemanas, el general Eberhard Zorn, quien, al igual que yo, ha advertido contra la sobreestimación de las ofensivas regionalmente limitadas de los ucranianos en los meses de verano. Los expertos militares –que saben lo que ocurre entre los servicios de inteligencia, cómo es sobre el terreno y qué significa realmente la guerra– están en gran medida excluidos del discurso. No encajan en la formación de opinión de los medios de comunicación. En gran medida, estamos asistiendo a un conformismo mediático que nunca antes había visto en la República Federal de Alemania. Esto es pura creación de opinión. Y no en nombre del Estado, como se sabe de los regímenes totalitarios, sino por puro poder propio.

–Están siendo atacados por los medios de comunicación en un amplio frente, desde BILD a FAZ y Spiegel, y también a las 500.000 personas que firmaron la Carta Abierta a la Canciller iniciada por Alice Schwarzer.

–Así es. Afortunadamente, Alice Schwarzer tiene sus propios medios independientes para poder abrir este discurso. Probablemente no habría funcionado en los principales medios de comunicación. La mayoría de la población está en contra de nuevas entregas de armas desde hace mucho tiempo y según las últimas encuestas. Pero no se informa de nada de esto. Ya no existe un discurso justo y abierto sobre la guerra en Ucrania, y eso me parece muy preocupante. Me demuestra cuánta razón tenía Helmut Schmidt. Dijo en una conversación con la Canciller Merkel: Alemania es y sigue siendo una nación en peligro.

–¿Qué opina de la política del Ministro de Asuntos Exteriores?

–Las operaciones militares deben estar siempre vinculadas a los intentos de aportar soluciones políticas. La unidimensionalidad de la actual política exterior es difícil de soportar. Está muy centrada en las armas. Sin embargo, la principal tarea de la política exterior es y sigue siendo la diplomacia, la conciliación de intereses, el entendimiento y la resolución de conflictos. Eso es lo que me falta aquí. Me alegro de que por fin tengamos una ministra de Exteriores en Alemania, pero no basta con dedicarse a la retórica bélica y pasearse por Kiev o el Donbass con casco y chaleco antibalas. Eso no basta.

­–Sin embargo, Baerbock es miembro de los Verdes, el antiguo partido de la paz.

–No entiendo la mutación de los Verdes de partido pacifista a partido de guerra. Yo mismo no conozco a ningún Verde que haya hecho el servicio militar. Anton Hofreiter es para mí el mejor ejemplo de este doble rasero. En cambio, Antje Vollmer, a quien yo contaría entre los Verdes «originales», llama a las cosas por su nombre. Y el hecho de que un solo partido tenga tanta influencia política como para maniobrar para meternos en una guerra es muy preocupante.

–Si el canciller Scholz no le hubiera relevado de su predecesor y usted siguiera siendo el asesor militar del canciller, ¿qué le habría aconsejado hacer en febrero de 2022?

–Yo le habría aconsejado que apoyara militarmente a Ucrania, pero de forma comedida y prudente, para evitar deslizarse por la pendiente resbaladiza hacia un partido de guerra. Y yo le habría aconsejado que influyera en nuestro aliado político más importante, Estados Unidos. Porque la clave de la solución de la guerra está en Washington y Moscú. Me ha gustado el rumbo del Canciller en los últimos meses. Pero los Verdes, el FDP y la oposición burguesa –flanqueados por un acompañamiento mediático en gran medida unánime– ejercen tal presión que el canciller apenas puede absorberla.

–¿Y si también se entregan los Leopart?

–Entonces se plantea de nuevo la cuestión de qué debe ocurrir con las entregas de tanques en primer lugar. Para apoderarse de Crimea o el Donbass, el Marder y el Leopard no son suficientes. En el este de Ucrania, en la zona de Bachmut, los rusos avanzan claramente. Probablemente habrán conquistado completamente el Donbass en poco tiempo. Sólo hay que tener en cuenta la superioridad numérica de los rusos sobre Ucrania. Rusia puede movilizar hasta dos millones de reservistas. Occidente puede enviar 100 Marder y 100 Leopards, pero no cambiarán la situación militar general. Y la cuestión más importante es cómo superar un conflicto de este tipo con una potencia nuclear beligerante –por cierto, ¡la potencia nuclear más fuerte del mundo!– sin entrar en una tercera guerra mundial. Y eso es exactamente lo que los políticos y periodistas de Alemania no están pensando.

–El argumento es que Putin no quiere negociar y que hay que ponerle en su sitio para que no siga haciendo estragos en Europa.

–Es cierto que hay que enviar señales a los rusos: ¡Hasta aquí y no más lejos! No debe permitirse que continúe semejante guerra de agresión. Por eso está bien que la OTAN aumente su presencia militar en el Este y que Alemania se una a ella. Pero la negativa de Putin a negociar no es de fiar. Tanto los rusos como los ucranianos estaban preparados para un acuerdo de paz al principio de la guerra, a finales de marzo, principios de abril de 2022. Entonces no salió nada. Al fin y al cabo, el acuerdo sobre los cereales también fue negociado durante la guerra por rusos y ucranianos con la participación de las Naciones Unidas.

–Ahora continúa la agonía.

–Puedes seguir desgastando a los rusos, lo que a su vez significa cientos de miles de muertos, pero en ambos bandos. Y significa una mayor destrucción de Ucrania. ¿Qué queda de este país? Será arrasado. En última instancia, eso tampoco es ya una opción para Ucrania. La clave para resolver el conflicto no está en Kiev, ni en Berlín, Bruselas o París, sino en Washington y Moscú. Es ridículo decir que Ucrania debe decidir.

–Con esta interpretación, uno es rápidamente considerado un teórico de la conspiración en Alemania…

–Yo mismo soy un atlantista convencido. Sinceramente, en caso de duda, prefiero vivir bajo la hegemonía estadounidense que bajo la rusa o la china. Al principio, esta guerra no era más que una disputa política interna en Ucrania. Comenzó allá por 2014, entre las etnias rusoparlantes y los propios ucranianos. Así que ha sido una guerra civil. Ahora, tras la invasión rusa, se ha convertido en una guerra interestatal entre Ucrania y Rusia. También es una lucha por la independencia de Ucrania y su integridad territorial. Todo eso es cierto. Pero no es toda la verdad. También es una guerra por poderes entre Estados Unidos y Rusia, y hay intereses geopolíticos muy concretos en juego en la región del Mar Negro.

–¿Cómo es eso?

–La región del Mar Negro es tan importante para los rusos y su flota del Mar Negro como el Caribe o la región en torno a Panamá lo es para Estados Unidos. Tan importante como el Mar de China Meridional y Taiwán para China. Tan importante como la zona de protección de Turquía, que han establecido contra los kurdos violando el derecho internacional. En este contexto y por razones estratégicas, los rusos tampoco pueden salir de él. Aparte de que en un referéndum en Crimea la población decidiría sin duda a favor de Rusia.

–¿Cómo debe continuar?

–Si los rusos se vieran obligados por una intervención masiva de Occidente a retirarse de la región del Mar Negro, antes de abandonar la escena mundial recurrirían sin duda a las armas nucleares. Me parece ingenua la creencia de que un ataque nuclear por parte de Rusia nunca ocurriría, según el lema, «sólo van de farol».

–Pero, ¿cuál podría ser la solución?

–Simplemente habría que preguntar a los habitantes de la región, es decir, del Donbass y Crimea, a quién quieren pertenecer. Debe restaurarse la integridad territorial de Ucrania, con ciertas garantías occidentales. Y los rusos también necesitan esa garantía de seguridad. Así que Ucrania no entrará en la OTAN. Desde la Cumbre de Bucarest de 2008, ha quedado claro que ésta es la línea roja para los rusos.

–¿Y qué cree que puede hacer Alemania?

–Tenemos que dosificar nuestro apoyo militar de tal manera que no caigamos en una Tercera Guerra Mundial. Ninguno de los que fueron a la guerra con gran entusiasmo en 1914 pensó después que era lo correcto. Si el objetivo es una Ucrania independiente, también hay que preguntarse en perspectiva cómo debería ser un orden europeo en el que participara Rusia. Rusia no desaparecerá simplemente del mapa. Debemos evitar empujar a los rusos a los brazos de los chinos y desplazar así el orden multipolar en detrimento nuestro. También necesitamos a Rusia como potencia líder de un Estado multiétnico para evitar estallidos de enfrentamientos y guerras. Y francamente, no veo a Ucrania convirtiéndose en miembro de la UE, y mucho menos de la OTAN. En Ucrania, como en Rusia, hay una gran corrupción y el gobierno de los oligarcas. Lo que en Turquía –con razón– denunciamos en términos de Estado de derecho, también lo tenemos en Ucrania.

–¿Qué le parece, señor Vad, que nos espera en 2023?

–Tiene que haber un frente más amplio por la paz en Washington. Y este accionismo sin sentido de la política alemana debe terminar de una vez. De lo contrario, nos despertaremos una mañana y nos encontraremos en medio de la Tercera Guerra Mundial.

Fuente: https://www.emma.de/artikel/

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