LAS CINCO CLAVES DEL TRIUNFO DE JEREMY CORBYN
Alejandro
Alcolea
Sociología
Crítica
14.09.2015
La
campaña del candidato anti-austeridad por el liderazgo del Partido Laborista ha
sacudido la escena política en Reino Unido, augurando una lucha política por el
bienestar colectivo que podría resituar a la izquierda la posición del partido
Al principio nadie creía viable una verdadera apuesta por la izquierda en las primarias del Partido Laborista. Incluso el propio Jeremy Corbyn explicó que entendía su candidatura como “la víctima a sacrificar” en la carrera por el liderazgo de la organización. Sin embargo, en el transcurso de los 100 días que ha durado la campaña las previsiones sufrieron importantes cambios.
La
periodista y jefa de prensa del equipo de Corbyn, Carmen Nolan, explicó a los
medios que se dieron cuenta de esta situación el 9 de julio en un mítin en
Merseyside, cuando se presentaron allí 350 personas. Tres semanas después los
números se multiplicaban: hasta 1.500 le esperaban en Liverpool. De hecho, la
expectación por presenciar los mítines del líder –que algunos periódicos han
llamado corbynismo, como si de una moda se tratase- superó los límites de lo
esperado hasta el punto de tener que aplazar un evento en Cambridge por razones
de seguridad. Tal y como las encuestas pronosticaban, finalmente el candidato
izquierdista al liderazgo del partido laborista Jeremy Corbyn se ha hecho con
un 59,5% de los 422.664 votos emitidos, frente a Andy Burnham (19%), Yvette
Cooper (17%) y Liz Kendall (4.5%). Cierto es que el éxito de la candidatura de
Corbyn obedece a toda una serie de circunstancias socio-políticas dentro del
contexto del poder en Reino Unido que ya explicamos en un artículo anterior. No
obstante, esta vez vamos a tratar de conocer los puntos clave de su campaña.
1 –
Conexión con la gente: Nadie que pretenda dedicarse al ejercicio de la política
hoy día puede alcanzar un mínimo de éxito si no consigue conectar con las
personas. La emotividad y la construcción interna del discurso a través de una
pasión compartida son factores esenciales a la hora de conseguir apoyos. En el caso
de Corbyn, este proceso se ha visto desbordado consiguiendo que mucha gente
dentro del partido se pusiera a su favor. Pero lo más importante es, sin duda,
el apoyo que ha encontrado en el exterior: su campaña ha suscitado gran interés
para los sindicatos más importantes de Reino Unido, así como para el movimiento
contrario a las recetas de austeridad The people’s assembly, llevando incluso a
participar en el proceso a personas no vinculadas al Partido Laborista –a
cambio de 3 libras-, y saturando las redes sociales.
Si
analizamos en detalle este último punto, podemos observar cómo salen los
números. La cuenta de campaña de Corbyn en Twiiter (@JeremyCorbyn4Leader) tiene
más de 62.000 seguidores, y su cuenta personal 136.000, frente a las cuentas de
Andy Burnham (casi 17.000 seguidores y 88.600 seguidores; las de Yvette Cooper
(menos de 10.000 seguidores y más de 76.000 seguidores); y las de Lizz Kendall
(16.200 seguidores y 38.200 seguidores). Pese a que las redes sociales no sean
un indicador de gran valor demoscópico, siempre cabe tenerlas en cuenta en una
sociedad cada vez más digitalizada, donde la comunicación online se convierte
cada vez más en un factor crucial para la nueva política.
Además,
durante el rally político el candidato ha contado con un elevado número de
voluntarios y voluntarias con edades comprendidas entre los 13 y los 92 años:
la cifra mayor se ha dado en Londres, con 3.832, después en el sur-este de
Inglaterra con 1.170 y 1.160 en el nor-oeste de la misma.
2-
El discurso anti-austeridad: “la pobreza no es necesaria” Las palabras de
Corbyn han recibido críticas de todos los colores. Desde la asentada clase
política británica entendida como izquierda ‘pragmática’ –esto es, aquella que
rechaza las convicciones propias y se justifica en el contexto capitalista-
hasta los propios tories y el primer ministro David Cameron han coincidido
lanzando mensajes negativos sobre la viabilidad de las propuestas del
candidato.
En
este sentido, Cameron afirmó que “éste es ahora un partido que ha abandonado
por completo el terreno de juego intelectual y que ya no representa a la clase
trabajadora”, añadiendo que “se encuentra en los extremos del debate, asociado
simplemente a las ideas de más gasto, más endeudamiento y más impuestos”. De
alguna manera, la toma de posiciones en el terreno de lo político hace ver a la
ciudadanía cómo el establishment se enfada, dibujando de una manera mucho más
clara los bandos que se están disputando el poder. Sin embargo, la estrategia
de Corbyn se ha basado en no seguir el círculo vicioso de los ataques
personales y tratar de explicar su programa. Pese a que al comienzo los medios
no le tomasen en serio, con el paso del tiempo el equipo se vio inundado por
peticiones para entrevistar al candidato.
En
esencia, el triunfo de su discurso se debe a que es ansiado por gran parte de
la población británica tras la deriva del partido laborista durante los últimos
30 años, lo que le convierte en único. La presentación de Corbyn como una
alternativa real a los tories y a la política de la austeridad, lejos de buscar
situarse al centro, como el resto de los candidatos y candidatas, se ha
configurado como un elemento central que le ha asegurado el éxito.
3-
El factor “sorpresa” La llegada de la candidatura de Corbyn a la carrera de las
primarias ha sido frecuentemente explicada por los medios bajo el factor
“sorpresa” que la caracterizaba. Se dice que nada estaba previsto, y que
incluso se encontraron con problemas a la hora de presentar su designación, que
requería el respaldo de hasta 35 diputados cuando el candidato solamente
contaba con 22.
Finalmente,
poco antes de la fecha límite –el 15 de junio- se hizo con el apoyo necesario
de algunos diputados que veían la oportunidad como “un buen gesto” de cara a
dotar de mayor amplitud ideológica los debates del partido. Otros accedieron
por pura presión mediática.
Así,
lo inesperado ha marcado la campaña de Corbyn desde los primeros días: poco
después de comenzar las primarias, el candidato anti-austeridad admitía que se
veía a sí mismo como “la víctima a sacrificar de la izquierda”. Este punto ha
viajado desde lo que los medios británicos calificaban como un candidato
no-hope, es decir, sin esperanzas en el horizonte político posible, hasta
acercarse a la victoria.
4-
Su historia personal: Pese a ser contrario a los liderazgos personalistas y
apoyar un liderazgo colegiado, la figura de Corbyn ha llamado enormemente la
atención de su electorado. La construcción de personajes políticos o
story-telling, tal y como se conoce en el ámbito de las ciencias políticas, se
ha posicionado como un valor añadido de la candidatura.
El
hecho de ser un diputado parlamentario laborista con larga carrera en
movimientos de protesta antibelicistas, que incluso se ha rebelado votando en contra
de la doctrina de su partido hasta 500 veces, ha fabricado una imagen
especialmente atractiva que recoge la ilusión de las personas mayores y
“nostálgicas” del viejo laborismo y de los jóvenes por aquello que nunca
vivieron.
Asimismo,
esta independencia frente a la dirección del partido le convierte en lo que se
conoce por un maverick: una figura política que se mueve con total libertad
dentro de su partido sin obedecer necesariamente las líneas establecidas, que
opina y trabaja desde su propia convicción política. Además, se ha conocido que
Corbyn fue el diputado con menor nivel de gastos tras el escándalo del derroche
de los diputados de 2009 durante el mandato de Gordon Brown.
5-Informalidad:
La adecuación del modo de vida del candidato a sus propuestas políticas ha sido
objeto de crítica para los medios de comunicación, sin embargo, también ha
servido como un elemento identificador para la población británica. De la misma
manera que Pablo Iglesias vestía con camisetas de Alcampo, Corbyn se mostraba bajo
el vestuario de un viejo socialista inglés, con barba y que siempre viajaba en
bicicleta. A este respecto, el antropólogo Charles Lindholm apuntaba en 2009
que uno de los depósitos carismáticos más relevantes en la actualidad se halla
en los patrones de consumo: comprar no solamente consiste en adquirir bienes,
sino que también constituye un ritual de integración a través del cual
afirmamos una identidad concreta.
La
cuestión es que si esto no resulta creíble no puede producir ningún efecto en
este sentido sino más bien lo contrario, llegando hasta el rechazo. No
obstante, la larga y conocida historia de Corbyn ha evidenciado cuánto de real
hay en su perfil político: la gente sabe que es una persona que vive “para” la
política y no “de” la política, lo cual es de vital importancia en un contexto
de importantes niveles de desafección política.
La
simpleza y la espontaneidad del candidato han ocupado un lugar destacado
durante estos 100 días. La ausencia del temor a mostrarse tal y como es -es
decir, un político que parece una persona normal y corriente- y su preocupación
por la democracia le han hecho líder. Tanto es así, que tras percatarse de que
en un mítin mucha de la gente se estaba quedando fuera del recinto, Corbyn
salió fuera y se subió a un camión para dar su discurso.
En
definitiva, todo apunta a que Jeremy Corbyn ha conseguido despertar de nuevo
los principios del Partido Laborista, desactivando la retórica centrista hasta
tal punto en que la propia candidata ‘blairista’ Liz Kendall reconoció que “su
campaña había fracasado y que Corbyn ha insuflado energía a un partido que
pedía a gritos un cambio”. Pero tal y como ha dicho tras anunciarse su elección
en las primarias, todavía “queda mucho hacer” y todo depende –de momento- de su
trabajo como nuevo líder de la oposición frente al gobierno de Cameron.
La
realidad política espera mucho de él, sobre todo los actores que apuestan por
una Europa más solidaria, pues saben que sin una acción internacional conjunta
ningún cambio es posible. Sin embargo, a continuación surgen nuevos
interrogantes que solamente el tiempo responderá: ¿Podrá mantener su discurso
pese a la presión de las estructuras del establishment británico? ¿Se romperá
el Partido Laborista? ¿Podrá ganar las próximas elecciones generales?
Fuente:
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