jueves, 20 de abril de 2023

España se seca: la sequía vacía embalses, acaba con cosechas y pone a Cataluña en situación límite

 

España se seca: la sequía vacía embalses, acaba con cosechas y pone a Cataluña en situación límite

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DIARIO DE OCTUBRE / abril 14, 2023

 

 

La reserva de agua para consumo humano es la menor en los últimos 12 años, los embalses antes del verano están al 51,2% de su capacidad y la previsión de lluvias es nefasta. El 60% de los cultivos del país está dañado. En Cataluña, que sufre la peor sequía, los ecologistas advierten que la gestión privada del líquido es un problema añadido.


CC0 / Unsplash/ Radhey Khandelwal


La situación se debe al hecho de que no llueve en España. El invierno ha resultado ser muy suave, marzo fue anormalmente caluroso y abril, todavía inconcluso, está en vías de serlo. La falta de precipitaciones ha sido la tónica general que ha acompañado esta engañosa bonanza atmosférica y los resultados ya se están dejando sentir en forma de graves daños a las cosechas.

 

Según datos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), la principal organización agraria del país, la sequía asfixia ya al 60% del campo español y está produciendo pérdidas irreversibles en más 3,5 millones de hectáreas de cereales de secano.

Las cosechas de trigos y cebadas en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia y las zonas más áridas de Aragón, Cataluña, Castilla y León, se dan por perdidas. La escasez de lluvia también amenaza la producción de miel. La falta de vegetación y floración en los montes impide que las abejas puedan alimentarse y producirla. “Sería la tercera campaña sin cosecha para los apicultores”, advirtió la COAG en un comunicado oficial.

En la región de Madrid los datos apuntan pérdidas para el 40% de las cosechas de secano. Por si fuera poco, hay una plaga de conejos que está acabando con los escasos brotes todavía verdes.

Los pronósticos de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) no son buenos. Apenas se prevén precipitaciones pluviales en las dos próximas semanas. A finales de abril podría haber un cambio de tendencia en el área del Mediterráneo y el sur de la península, pero, como advierte el organismo climático, la incertidumbre marca estos modelos predictivos. En general, de aquí a julio la AEMET espera un volumen de lluvias “inferior” al habitual para ese periodo del año.

Preocupa el agua embalsada

De acuerdo a las estadísticas del Ministerio para la Transición Ecológica, las reservas hídricas de España se están reduciendo drásticamente. Los embalses están al 51,2% de media en cuanto a su capacidad; es decir, un 15% por debajo del promedio de la última década, por lo que la reserva de agua para consumo humano es la menor en los últimos 12 años. Sólo quedan 28.665 hectómetros cúbicos (hm³).

Precisamente el agua embalsada es la que dota a los sistemas de regadío, de modo que los agricultores temen el inicio de restricciones, como ya ocurre en Cataluña, pues “mermarán con toda seguridad las siembras de verano y harán que muchos agricultores opten por reducir la superficie de maíz, girasol, arroz y algodón”, afirman en COAG, cuyo análisis estima una restricción del agua de regadío “de hasta el 80%” en las cuencas mediterráneas de Andalucía.


“Si la semana que viene no llueve, y parece que no va a llover, el canal de Urgell, por ejemplo, acabará su temporada de riego en abril y no en junio, que sería lo normal. A nivel urbano, falta muy poco para que haya serias restricciones”, comenta a Sputnik el portavoz de la organización Les Agulles-Ecologistes en Acció, Jaume Grau. “Hay ayuntamientos que están planteando reducir la presión del agua”.

Cataluña, la peor parada

La situación de sequía en la zona catalana es extremadamente preocupante; la reserva de los embalses de la región apenas alcanza el 26% de su capacidad, muy por debajo del nivel del año anterior.

Y eso que los años 2021 y 2022 resultaron los más secos de la historia, según los registros del Observatorio Fabra de Barcelona, que inició su actividad en 2014. En marzo entraron en vigor restricciones en el suministro de agua para 224 localidades de 15 comarcas catalanas.

Ante esta situación, las organizaciones ecologistas lamentan la “dejadez” de las autoridades en la aplicación de medidas para hacer frente a la sequía. “El Pla d’Emergència per Sequera (PES) se incumple en toda Cataluña”, explica Grau, cuya organización ha denunciado en un reciente comunicado la inacción de los ayuntamientos de las localidades de la comarca del Baix Llobregat, la segunda más poblada de toda Cataluña (833.540 habitantes).

“Hablamos del Baix Llobregat porque es nuestra comarca, pero el plan se incumple en la mayor parte de municipios de más de 20.000 habitantes, que están obligados por un decreto de la Generalitat a activarlo”, expone el activista.

Grau recuerda que el problema del agua viene de antaño y apunta a su “gestión privada” como uno de los problemas principales. “La mayor parte de municipios de la comarca integra el área metropolitana de Barcelona, que tiene una administración específica con la competencia de la gestión del agua”.

“Así que es esta administración la que ha permitido esta situación, donde hay una falta de previsión y cierta connivencia con la compañía Aigües de Barcelona, la gran multinacional que gestiona aquí el recurso hídrico y que está interesada en hacer negocio con él. Por ejemplo, no han invertido lo suficiente para prevenir las fugas de la red”.


— Jaume Grau
Les Agulles-Ecologistes en Acció

Fugas y plantas desaladoras

Las pérdidas de agua en los sistemas de canalización son comunes en toda España e incluso Europa; pero, como subraya Jaume Grau, “no es tan grave” perder agua en Centroeuropa, donde el recurso es abundante y puede reconducirse “por otros cursos fluviales subterráneos”, a perderla en muchas comarcas de Cataluña. “Porque aquí lo que se escapa de la red va directo al mar”.

“En Badalona, que es la tercera ciudad de Cataluña, tenemos un caso flagrante”, señala. “Allí hay una megafuga en una tubería principal que pierde 126.000 litros diarios de agua potable. Pues Aigües de Barcelona no ha invertido nada en repararla”, afirma.

También recuerda que las pérdidas de agua en Cataluña por fugas en la red se cifran “en torno al 25%”. Por esta y otras razones, declara Grau, “la remunicipalización del recurso hídrico es una de las claves para afrontar la actual situación”.



Preguntado por las plantas potabilizadoras y de desalinización de agua, Grau opina que se trata de “la solución menos mala”, no obstante que tienen un coste medioambiental muy grande, “sobre todo a nivel energético, pero son una solución en una situación de emergencia”, admite.

“Nosotros apostamos por gestionar bien la demanda, no la oferta, sabiendo que es un recurso limitado y caro. Hay que tender a reducir el consumo de agua y a ajustarlo a las posibilidades de nuestro entorno. Si la capacidad es inferior a la demanda, hay que reducir la demanda. ¿Cómo? Tocando todos los sectores: agrícola, industrial, lúdico, eliminando el consumo superfluo”, valora.

“Socialmente hay que trasladar ese mensaje también a nivel doméstico. Cualquier nueva edificación o reforma de vivienda debería contar con un sistema de aprovechamiento de las aguas grises [la de ducha y lavabo que se puede reconducir a la cisterna del inodoro], que además tiene un componente pedagógico”, concluye Jaume Grau.

FUENTE: sputniknews.lat

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Datos, algoritmos y política: ¿puede la IA gobernarnos?

 

Datos, algoritmos y política: ¿puede la IA gobernarnos?


TERCERAINFORMACION / 20.04.2023

Desde el ChatGPT hasta el escándalo de Cambridge Analytica, desde la manipulación electoral hasta la creación de un «Partido Sintético», la Inteligencia Artificial es uno de los principales temas ético-políticos de nuestra era.



 En 1955 el escritor Isaac Asimov escribió un cuento de ciencia ficción llamado “Sufragio Universal”. La historia se ubica en un futuro año 2008, en las vísperas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Asimov imagina como, en años en donde comienza el desarrollo electro/digital en California, el presidente es elegido por un único elector en representación de todo el país.


En el cuento, una supercomputadora de más de un kilómetro de extensión y tres pisos de alto llamada Multivac posee los datos completos del padrón y las variables de todas las elecciones que se realizaron en el país hasta entonces. Luego de un proceso secreto que tiene en suspenso a toda la nación, Norman Muller, empleado de un comercio de una pequeña ciudad del interior, es elegido entre 50 millones de personas como el votante universal.

El día de la elección, la policía lo lleva entre medidas de seguridad hasta el sótano del hospital local, donde el jefe de informática le explica qué sucederá y por qué será conectado a una serie de sensores y dispositivos: “Multivac ya tiene toda la información que necesita para decidir todas las elecciones nacionales, estatales y locales. Sólo necesita verificar ciertas actitudes mentales imponderables, y lo utilizará a usted para eso. No podemos predecir qué preguntas le hará, pero quizá no tengan mucho sentido para usted y ni siquiera para nosotros.” Los científicos le aclaran que Multivac no basará su análisis en la información de las respuestas de Norman, sino en sus sentimientos.

Para desarrollar la idea de la Multivac Asimov se basó en Univac, el primer computador que se fabricó de forma comercial en Estados Unidos y que en 1952 fue utilizado por la cadena CBS para predecir la elección presidencial. Con una muestra del 1% de la población predijo que ganaría Dwight Eisenhower, como finalmente sucedió.

La ciencia ficción es una realidad

El papel de la inteligencia artificial (IA) y de la ciencia de datos es cada vez más importante en el curso de las elecciones democráticas. La campaña electoral de Barack Obama, las del Partido Sintético de Dinamarca, la campaña de Emmanuel Macron en Francia, Donald Trump en Estados Unidos, Jair Bolsonaro en Brasil y Mauricio Macri en Argentina son buenos ejemplos y configuran una práctica que debilita la democracia.

En diciembre de 2020, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos y casi todos los estados de ese país presentaron una demanda contra Facebook por perjudicar a sus usuarios y competidores. Si bien a esta altura la entrega voluntaria de nuestros datos a las grandes corporaciones no es ninguna novedad, en ese entonces quedó comprobado que el monopolio violaba la privacidad de sus usuarios y propagaba “una epidemia de contenido tóxico y dañino que afectaba a tres mil millones de personas”.

Las periodistas Sheera Frenkel y Cecilia Kang, en su libro «Manipulados», aportan información detallada sobre la historia del experimento social con más repercusiones de la época y sobre una cultura empresarial que exige tanto lealtad ciega como secretismo. Después de más de un año de investigaciones, en julio de 2019 se confirmó que Facebook debería pagar una multimillonaria multa por el caso de Cambridge Analytica. La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) ordenó a la red social a pagar US$5.000 millones como sanción por las malas prácticas en el manejo de la seguridad de los datos y violar la privacidad de los usuarios. A Facebook se le acusa de haber compartido de manera inapropiada los datos de 87 millones de usuarios con la firma de consultoría política Cambridge Analytica.

Monitorización de la opinión, el “análisis de sentimiento”

Uno de los primeros casos de éxito en el uso de técnicas de big data y análisis de redes sociales para ajustar una campaña electoral fue el de Barack Obama en las presidenciales de Estados Unidos de 2012. En su campaña (y en muchas otras que la sucedieron), las encuestas tradicionales de intención de voto, basadas en llamadas telefónicas o entrevistas personales, se complementaron con el análisis de redes sociales.

“A Facebook se le acusa de haber compartido de manera inapropiada los datos de 87 millones de usuarios con la firma de consultoría política Cambridge Analytica”

Estos análisis ofrecen un método barato y casi en tiempo real de medir la opinión de los votantes. Para ello se aplican técnicas de Procesamiento del Lenguaje Natural (PLN), en particular las dedicadas al «análisis de sentimiento». Dichas técnicas analizan los mensajes contenidos en Twitter, Instagram, Facebook, blogs, etc. y tratan de medir si las opiniones vertidas en ellos son positivas o negativas con respecto a un cierto político, a un cierto mensaje electoral o a una situación social y política dada.

El principal problema que tienen es el sesgo muestral, pues los usuarios más activos en redes sociales suelen ser jóvenes y tecnófilos, y no representan a toda la población. Por eso estas técnicas tienen limitaciones a la hora de predecir resultados electorales, aunque resultan muy útiles para estudiar las tendencias de voto y el estado de opinión de las personas.

Intervención en campañas electorales: el caso Donald Trump y Macron

Más inquietante que el estudio de las emociones en redes sociales resulta su uso para influenciar estados de opinión y configurar el voto. Un caso bien conocido es el de la campaña de Donald Trump en las presidenciales de EE.UU. de 2016. El big data y los perfiles psicográficos tuvieron mucho que ver con una victoria que no habían logrado predecir las encuestas.

No se trató de una manipulación en masa, sino que diferentes votantes recibieron diferentes mensajes basados en predicciones sobre su susceptibilidad a diferentes argumentos, recibiendo información sesgada, fragmentada y a veces contradictoria con otros mensajes del candidato. La tarea fue encomendada a la empresa Cambride Analytica, que se vio implicada en una polémica por la recopilación no autorizada de información sobre millones de usuarios de Facebook. El método de Cambride Analytica se basó en los estudios de psicometría de Michal Kosinski, quien comprobó cómo con un número limitado de likes se puede obtener un perfil del usuario tan acertado como si lo hicieran sus familiares o amigos.

El problema no está en el uso de la tecnología sino en la naturaleza “encubierta” de la campaña, en la manipulación psicológica a votantes susceptibles a través de apelaciones directas a sus emociones o la difusión deliberada de noticias falsas a través de bots. Un bot es un software (aplicación) que efectúa automáticamente tareas reiterativas mediante Internet y posee capacidad de interacción, cambiando de estado para responder a un estímulo. Estos fueron utilizados en las presidenciales francesas de 2017. La campaña de Emmanuel Macron sufrió un robo masivo de correos electrónicos a sólo dos días de las elecciones. Multitud de bots se encargaron de difundir evidencias de comisión de delitos supuestamente contenidos en la información, que luego resultaron falsas.

El Partido Sintético

Dinamarca abrió el debate en sus últimas elecciones legislativas, a las que concurrió el Partido Sintético, liderado por una aplicación de IA. Se trata de un chatbot (los bot de charla o bot conversacionales​ son aplicaciones basadas en software que simulan mantener una conversación con una persona al proveer respuestas automáticas, las cuales son previamente establecidas por un conjunto de expertos) llamado Leader Lars, con la aspiración de entrar en el parlamento. Detrás del chatbot hay humanos, naturalmente, en particular la fundación MindFuture de arte y tecnología.

Leader Lars fue entrenado con los programas electorales de partidos daneses marginales desde 1970, para configurar una propuesta que representara al 20 % de la población danesa que no acude a las urnas. Si bien el Partido Sintético parece una extravagancia (con propuestas como una renta básica universal superior a 13.400€ al mes, el doble del salario medio en Dinamarca), ha servido para estimular el debate sobre la capacidad de una IA para gobernarnos.

Si analizamos el pasado reciente de la IA, vemos que los avances se suceden uno tras otro, particularmente en el campo del procesamiento del lenguaje natural, tras la aparición de las arquitecturas basadas en transformers. Los transformers son enormes redes neuronales artificiales (uno de los métodos de la IA) entrenadas para aprender a generar textos, pero fácilmente adaptables a muchas otras tareas. Estas redes aprenden la estructura general del lenguaje humano y acaban teniendo un conocimiento del mundo a través de lo que han “leído”.

“Si bien el Partido Sintético parece una extravagancia […] ha servido para estimular el debate sobre la capacidad de una IA para gobernarnos”

Uno de los ejemplos más avanzados lo ha desarrollado OpenIA y se llama ChatGPT. Se trata de un chatbot capaz de responder de manera coherente a casi cualquier pregunta formulada en lenguaje natural, de generar texto o de efectuar tareas tan complicadas como escribir programas informáticos a partir de unas pocas indicaciones.

El caso de Brasil

Las relaciones del clan Bolsonaro con Steve Bannon convirtieron al “mano derecha” de Trump en un referente del bolsonarismo, quien inspiró una táctica de activismo digital al estilo brasileño. La relación entre Bannon y la familia Bolsonaro se consolidó el mismo año en que Brasil eligió por primera vez a un presidente de extrema derecha. En vísperas de la campaña electoral, Eduardo Bolsonaro conoció personalmente al estratega que ayudó a llevar a Trump a la presidencia de Estados Unidos.

Bannon, asesor de políticas globales para debilitar las democracias locales, fue fundador de Breitbart News, un sitio de extrema derecha famoso por difundir noticias falsas y contenido racista. Entre las técnicas para viralizar publicaciones, el sitio web centró sus esfuerzos en difamar a los políticos demócratas y difundir teorías sobre una hipotética conspiración global marxista contra lo que denominó “valores estadounidenses tradicionales”.

El inicio de 2019 estuvo marcado por la designación de Eduardo Bolsonaro como embajador sudamericano de «El Movimiento», articulación creada por Bannon y encabezada por Marine Le Pen (Francia), Matteo Salvini (Italia) y Viktor Orbán (Hungría), para unir a líderes mundiales de ultraderecha.

El caso de Argentina

En 2016 el gobierno de Mauricio Macri mantuvo una negociación demostrada con Cambridge Analytica, la empresa acusada de utilizar datos personales de Facebook para perpetrar campañas en diferentes países a través de la manipulación del electorado en las elecciones legislativas de 2017.

Alexander Nix, ex CEO de Cambridge Analytica, admitió que su empresa trabajó en una “campaña antikirchnerista” durante las elecciones presidenciales de 2015, cuando fue nterpelado por la Comisión de Asuntos Digitales, Cultura, Medios y Deporte del Parlamento británico, que investiga el uso ilegal de los datos de la red social Facebook por parte de la consultora. Nix manifestó desconocer el asunto de la campaña en la Argentina, aunque finalmente debió admitir que estaba al tanto, sin mencionar la identidad de su contratador: “No nos gusta hablar de clientes específicos, simplemente porque hay una confidencialidad con el cliente”, sostuvo en su comparecencia, que fue transmitida por el canal C-Span 2.

Los parlamentarios denunciaron en su informe la existencia de “alarmantes pruebas” sobre la presunta injerencia ilícita de la empresa consultora británica SCL Group en operaciones políticas en el extranjero, incluida una maniobra realizada en 2015 contra la entonces presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.

“El comité ha visto evidencia confidencial de una reunión entre los directores del Grupo SCL con el PRO-Cambiemos el 27 de mayo de 2015, en relación a una campaña anti-Kirchner en Argentina”, afirmaron los miembros del mencionado Comité en su informe sobre “Desinformación y falsas noticias”.

Sin transparencia

Las ventajas de usar una IA para la acción de gobierno serían varias. Por una parte, su capacidad de procesar datos y conocimiento para la toma de decisiones es muy superior a la de cualquier humano. Pero, al día de hoy, los chatbots se alimentan de los datos que proveedores direccionados les proporcionan para dar sus respuestas. No tiene aún autonomía de lenguaje ni pueden reaccionar “espontáneamente”, tomando la iniciativa. Es más adecuado ver estos sistemas como oráculos, capaces de responder a preguntas del tipo “qué crees que pasaría si…”, “que propondrías en caso de…”, más que como agentes activos.

Los posibles problemas y peligros de este tipo de inteligencias, basadas en grandes redes neuronales es el de la falta de transparencia (“explicabilidad”) de las decisiones que toman. En general actúan como “cajas negras”, sin que podamos saber qué razonamiento han llevado a cabo para llegar a una conclusión determinada.

El “experto” es un humano que define los procesos de aprendizaje y orienta los resultados. No olvidemos que detrás de la máquina están personas que definen o adecúan las estructuras de datos y los algoritmos para los procesos de aprendizaje (el entrenamiento del algoritmo). Estas decisiones y acciones permiten introducir ciertos sesgos en la IA a través de los datos que han usado para entrenarla. Por otro lado, la IA no está libre de dar datos o consejos erróneos, como muchos usuarios de ChatGPT han podido experimentar.

La Soberanía sobre los datos y la transparencia sobre los procesos de la IA continúa a la espera de políticas más firmes a manos del Estado. Políticas como la exigencia de almacenamiento local de los datos para aplicación de leyes contramonopólicas y de visibilidad ciudadana sobre los algoritmos y los procesos de aprendizaje permitirían garantizar transparencia democrática en el contexto digital. La democracia está en riesgo: la manipulación de las personas mediante el uso indebido de datos personales y la propagación de noticias falsas es un hecho demostrado. El debate y las acciones aún están pendientes: la disyuntiva entre democracia o corporaciones debe desplezarse urgentemente al terreno político, ético y social.

*Alfredo Moreno

Analista de Sistemas de Computación por el Instituto de Tecnología ORT y de Sistemas Distribuidos por EBAI-UNICAMP. Docente en la Universidad Nacional de Moreno e ingeniero TIC de ARSAT.

Fuente: https://www.alai.info/datos-algoritmos-y-politica-puede-la-ia-gobernarnos/

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El futuro del armanento nuclear entre Rusia y EEUU

 

La amenaza de un conflicto nuclear entre Occidente Y Rusia (con China al fondo) ya no es una especulación periodística. La instalación de bombas B61 en Bielorrusia es un paso adelante en ese sentido.


El futuro del armanento nuclear entre Rusia y EEUU


Scott Ritter

El Viejo Topo

20 abril, 2023 

 

La decisión de Rusia de desplegar armas nucleares en suelo bielorruso es el último de una serie de movimientos de escalada tanto por parte de Estados Unidos como de Rusia que erosionan la viabilidad de los acuerdos de control de armamento de cara al futuro y, al hacerlo, aumentan la posibilidad de un conflicto nuclear entre ellos.

El Presidente ruso Vladimir Putin anunció recientemente que Rusia desplegará armas nucleares tácticas en Bielorrusia. Esta decisión responde aparentemente a una petición del Presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, y se enmarca como reacción a las declaraciones de Estados Unidos y la OTAN que tanto Putin como Lukashenko interpretan como constitutivas de una política que busca la derrota estratégica de Rusia y, por extensión, de Bielorrusia.

Las armas nucleares –que incluirían ojivas para el misil tierra-tierra de corto alcance Iskander-M, así vcomo bombas de gravedad lanzadas por aviones SU-30 bielorrusos– permanecerían bajo control ruso, y sólo se entregarían a Bielorrusia si se tomara la decisión conjunta de desplegar armas nucleares contra cualquier amenaza emergente contra Bielorrusia. Según los medios de comunicación rusos, Rusia ya ha transferido tanto los misiles y lanzadores Iskander-M como los cazas SU-30 a las fuerzas armadas bielorrusas, que han recibido formación en el uso de armas nucleares. Sin embargo, la transferencia real de armas nucleares no se produciría hasta julio de 2023, cuando se termine de construir en suelo bielorruso una instalación de almacenamiento nuclear prevista.

Mantener a Rusia a la expectativa

La decisión rusa de desplegar armas nucleares en Bielorrusia y de ponerlas a disposición de las fuerzas bielorrusas en tiempo de conflicto o crisis, tiene un precedente: un programa de décadas de uso compartido de armas nucleares entre EE.UU. y la OTAN, por el que EE.UU. almacena 100 bombas nucleares B61 en instalaciones controladas por EE.UU. en Holanda, Bélgica, Alemania, Italia y Turquía. Las bombas se consideran propiedad estadounidense, pero en caso de hostilidades, Estados Unidos las entregaría a las fuerzas aéreas de seis aliados de la OTAN (los cinco anfitriones más Grecia). Estos poseen aviones configurados para el uso de armas nucleares, pilotados por tripulaciones entrenadas para esa tarea. En respuesta a la guerra de Ucrania, Polonia ha solicitado formar parte de este acuerdo de uso compartido de armas nucleares.

La entrega de bombas B61 controladas por Estados Unidos a las fuerzas aéreas de la OTAN se practica cada año, en un ejercicio conocido como Steadfast Noon. La iteración 2022 de este evento tuvo lugar del 17 al 30 de octubre y en ella participaron 60 aviones de 14 naciones que volaron en misiones simuladas de ataque nuclear sobre Bélgica, el Reino Unido y el Mar del Norte. Los ejercicios incluyeron aviones estadounidenses B-52, cuya capacidad nuclear se considera independiente de la disuasión nuclear de la OTAN desde el punto de vista del control de armamentos. Rusia, sin embargo, sostiene que ambas son, a todos los efectos, inseparables y la presencia de bombarderos B-52 con capacidad nuclear en el ejercicio Steadfast Noon pone de relieve la interoperabilidad entre los arsenales nucleares de Estados Unidos y de la OTAN.

Mientras que los defensores del control de armamentos llevan mucho tiempo argumentando que las bombas B61 están obsoletas y que deberían negociarse como parte de cualquier futuro acuerdo de control de armamentos entre EE.UU. y Rusia, la OTAN ha argumentado que su disuasión nuclear es necesaria para garantizar que la noción de un paraguas nuclear estadounidense sobre Europa se mantiene mediante un vínculo discernible entre las fuerzas de disuasión nuclear de EE.UU. y de la OTAN. Aunque la administración del presidente Barack Obama consideró retirar las bombas B61 de Europa, esta idea se archivó tras la anexión rusa de Crimea en 2014.

Desde la perspectiva rusa, la relación entre las bombas B61 y la postura nuclear general de Estados Unidos se vuelve más crítica si se tiene en cuenta que la postura nuclear de Estados Unidos bajo la administración del presidente Joe Biden articula que el «papel fundamental» del arsenal nuclear estadounidense es la disuasión de un ataque nuclear, por lo que las armas nucleares podrían utilizarse en «circunstancias extremas para defender los intereses vitales de Estados Unidos o de sus aliados y socios», incluso de forma preventiva en un escenario no nuclear. Esta postura se desvía de la promesa electoral de Biden de implantar una doctrina de «propósito único» basada en la premisa de que «el único propósito del arsenal nuclear estadounidense debería ser disuadir –y, si fuera necesario, tomar represalias contra– un ataque nuclear».

La administración Biden optó en cambio por continuar con una postura nuclear vinculada a principios que datan de la administración del presidente George W. Bush y delineados en la Revisión de la Postura Nuclear 2020 publicada por la administración del presidente Donald Trump. El subsecretario adjunto de Defensa para Política durante la administración Trump, David J. Trachtenberg, dijo en un discurso en la Brookings Institution en 2019 que los aliados y socios de Estados Unidos «deberían sentirse reconfortados, y así lo hacen, por el hecho de que Estados Unidos tiene tanto la voluntad como los medios para usar sus armas nucleares, si es necesario, para protegerlos de la agresión», y agregó que un aspecto clave para la postura nuclear de Estados Unidos era «mantener a adversarios como Rusia y China adivinando si Estados Unidos alguna vez emplearía sus armas nucleares.» Para lograr esto, señaló Trachtenberg, la administración Trump, junto con las administraciones anteriores, «se negó a aceptar la promesa de no usar armas nucleares como una opción de primer ataque.»

Desde la perspectiva rusa, la continuación de esta política de no descartar la posibilidad de un primer ataque nuclear estadounidense posiciona a la disuasión nuclear de la OTAN equipada con B61 como una amenaza existencial que justifica un contraataque nuclear ruso-bielorruso y , igualmente importante, requiere un replanteamiento fundamental de la relación de Rusia con el control de armas y el desarme nuclear en el futuro. La postura de Estados Unidos se ha vuelto crítica para Moscú a la luz de las declaraciones de Estados Unidos y la OTAN sobre la derrota estratégica de Rusia en Ucrania.

¿El fin del control de armamentos?

Rusia anunció recientemente que había congelado la aplicación del tratado de reducción de armas nucleares New Start, achacando las incoherencias de intentar negociar nuevas restricciones de la disuasión estratégica de Rusia con una parte –Estados Unidos– que, a su juicio, persigue la derrota estratégica de Rusia en Ucrania.

En el punto de vista ruso es fundamental la idea de que, como potencia nuclear, Rusia no puede ser derrotada, porque para ello cualquier adversario tendría que plantear el tipo de amenaza existencial que desencadenaría el uso de armas nucleares. Rusia considera que la disuasión nuclear es su salvavidas y negociar su desaparición ante semejante amenaza es impensable para Moscú.

La administración Biden ha rechazado las preocupaciones de Moscú por infundadas y considera la suspensión rusa del New Start como un acto inadmisible según los  érminos del tratado. Aunque Estados Unidos mantiene que está dispuesto a discutir todas las cuestiones relevantes con Rusia para que New Start vuelva a entrar en funcionamiento y que está preparado para empezar a trabajar con Rusia en un tratado de desarme de seguimiento que sustituya al tratado cuando expire en febrero de 2026, los funcionarios estadounidenses no ven ningún vínculo entre la política de Estados Unidos sobre Ucrania y el control de armas estratégicas y como tal se niegan a participar en cualquier proceso que sostenga tal suposición.

Complica aún más las cosas el hecho de que, según fuentes diplomáticas y militares rusas, Moscú también ha cambiado las reglas básicas relativas a cualquier negociación futura. En opinión de Moscú, Estados Unidos debería añadir ahora las bombas B61 a la lista de armas que deberían incluirse en cualquier futuro acuerdo de control de armamentos. Washington ya no podrá desvincular la defensa antimisiles de la reducción de las fuerzas nucleares. Y las fuerzas nucleares de Francia y el Reino Unido, que antes se consideraban fuera del contexto del control bilateral de armamentos ruso-estadounidense, deberían incorporarse a la estructura de fuerzas a la hora de considerar cualquier posible reducción o limitación rusa en el futuro, opina Moscú.

Visto en este contexto, la decisión rusa de extender su paraguas nuclear a Bielorrusia es un acontecimiento que cambia las reglas del juego y que ha alterado fundamentalmente la trayectoria del control de armamentos entre las dos mayores potencias nucleares del mundo. Queda por ver cómo responderán Estados Unidos y la OTAN a esta nueva dinámica o si optarán en su lugar por emprender una nueva y peligrosa carrera armamentística con Rusia, cuyas consecuencias podrían ser perjudiciales para toda la humanidad.

Fuente: Energy Intelligence.

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