martes, 15 de septiembre de 2020

Cosas de dos paisanillos míos, de Isla Mayor, ambos más simples que el mecanismo de un tenedor y tan largos en conocimiento como las mangas de un chaleco (dejando constancia que en mi pueblo hay seis mil paisanos más de los que pueden ser dichas muchas y muy buenas cosas, que lógicamente no están incluidos aquí). El uno, como yo soy dado a esto de la escritura, me deslegitimaba diciendo que de donde sacaba el tiempo para publicar tanto, cuando en realidad publicaba quizá dos post a la semana en un Blog de mi pueblo, donde ya no público. El otro, agárrense que viene curva, para rebajarme de categoría decía que leyéndome no entendía nada y que le recordaba a don Miguel de Cervantes, y es que debía confundir la propaganda del Pryca con Don quijote, porque de otra manera no se puede explicar. Pero paisanillos míos (ambos dos) si esto no es escribir, criaturitas mías. Esto es quitarme tiempo de estudio de otras cosas que estoy estudiando. Esto es, en definitiva, actuar en defensa propia en tanto que hombre con conciencia de clase trabajadora, a-un-que-yo-vi-va-mu-y-bi-en-con-mi-pen-si-ón, que vivo muy bien en el sentido literal del término. Pero no se trata de YO, sino de NO-SO-TROS, los trabajadores, los pensionistas, y los que todavía no son trabajadores pero lo serán, y que como no cambien las cosas, co-mo-no-las-ha-ga-mos-cam-bi-ar van a tener que NO vivir a salto de mata para encontrar un trabajo y de pensionistas ya te veré Bernabé. ¿Cómo una banca que de cuando en cuando necesita robarnos cerca de 60 mil millones de euros, además de 20 mil más como en el caso de Bankia, va a garantizar mejor las pensiones que El Estado? No me hagan reír, porque esto es de llanto y no de risas. Y, vamos ahora por lo que yo debería haber empezado este escrito. ¿Cómo es posible que los trabajadores nos quedemos como quien plácidamente escucha llover, cuando nuestros representantes legales planean y llegan a acuerdos secretos para chulearnos las pensiones en el chili Pacto mercantil de Toledo con la bendición política del Congreso de los Diputados? Es evidente que de forma inmediata no podemos hacer nada, pero lo que si puede ser hecho de forma inmediata (cosa que se me ocurre a mí ahora, a botepronto) es que una varias o todas las Plataformas y Asociaciones que declaran defender las pensiones públicas, lleguen a un acuerdo para la redacción de un texto cortito (que no hace falta que sea de largo como El Quijote) que todos y cada uno de los trabajadores, pensionistas o no, podamos enviar por correo electrónico, cuando menos al señor Presidente del gobierno (pero que también se podría enviar a cualquier partido o ministerio) en el que se hiciera saber que cualquier acuerdo en el Pacto de Toledo o en cualquier otro pacto o pactillo, que de forma directa o indirecta suponga disminuir las pensiones o desinflar el dinero de las pensiones, ahora o en cualquier futuro, ni obliga ni respetará ningún trabajador, siendo el responsable a título personal y del partido al que pertenezca el firmante o firmantes de dichos acuerdos que atenten contra los intereses de, los cuales responderán con sus bienes particulares y/o herederos de los daños y perjuicios causados. Con esto, de momento no lograríamos más que enviar 400 mil o 12 millones de correos electrónicos al gobierno y partidos políticos. Algo es algo, que matar no mataría, pero asustar sí, y mientras tanto, y de ahora en adelante apretar más el acelerador para ir preparando , por ejemplo, una huelga general, que si se declarara, no tuviera más duración que la necesaria para que dimitieran de sus cargos todos los políticos, de la a a la z que hubieran participado directa o indirectamente en los pactos referidos, además de un acuerdo con el propio Estado para que a las clases trabajadoras se les devolviera todo lo que se les ha robado, intereses aparte.

 

Plan Escrivá contra las pensiones públicas: imponer planes colectivos de pensiones privadas según el modelo británico

Por Kaos. Laboral Y Economía Publicado el Sep 15, 2020

 

La reforma de pensiones del gobierno Sánchez, con el aval del Pacto de Toledo, no sólo pretende retrasar la edad efectiva de jubilación, penalizando todavía más la jubilación anticipada para que quien se jubile lo haga a los 67 años o incluso más tarde, o rebajar sustancialmente las pensiones de los futuros jubilados ampliando otra vez el período de cálculo de la pensión inicial (que ya está en 25 años) a toda la vida laboral. 

A esas dos medidas, las que más han trascendido a los medios, hay que añadir otra que supondría un golpe definitivo a las devaluadas pensiones públicas. Escrivá pretende implantar el modelo británico de privatización, basado en planes colectivos de pensiones privadas, que afectaría a todos los asalariados por convenio. Una práctica neoliberal que ya está en marcha en algunos sectores y grandes empresas (con la complicidad de CCOO y UGT, que obtienen jugosos ingresos por la gestión de esos fondos) y que, de salir adelante el plan del Gobierno, se generalizaría a todos los trabajadores, como señala el artículo del diario liberal la Vanguardia que reproducimos parcialmente.

 Plan de pensiones privado a la inglesa

Escrivá se inspira en el modelo británico para implantar un nuevo modelo de fomento del ahorro colectivo a largo plazo

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, asegura que tiene listo un esquema básico de reforma de las pensiones. Sólo necesita, ha insistido esta semana en el Congreso de los Diputados, que los partidos parlamentarios logren llegar a un acuerdo de una vez sobre las recomendaciones para apuntalar la sostenibilidad del sistema público de pensiones. En teoría, debería ser cuestión de semanas que el pacto de Toledo alumbre un texto consensuado… Mientras, ya están sobre la mesa las líneas maestras de la reforma Escrivá, para ser reflejadas en diversos cambios legales. La esperada aprobación de la vinculación al IPC de la actualización anual de las prestaciones y las modificaciones de incentivos y penalizaciones para acercar la edad efectiva de jubilación a la legal acostumbran a copar los titulares, pero en su plan figura también un cambio llamado a transformar de raíz –si funciona– el modelo vigente en España de los planes de pensiones privados. Y para dar este giro, explica Escrivá, está inspirándose en la experiencia del Reino Unido.

La idea que abandera el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones se basa en fomentar el ahorro a largo plazo de los trabajadores para que puedan recibir un complemento mensual a su pensión pública, cuando lleguen a la jubilación. Escrivá no se cansa de destacar que, en la actualidad, el modelo centrado en los planes individuales no está dando sus frutos (el número de participantes está estancado desde hace años, los gastos de gestión son altos), mientras que los beneficios fiscales tampoco cumplen con los objetivos y tienen efectos perversos. Por ello, postula virar hacia planes colectivos vinculados a las empresas, también llamados de empleo, que sólo han arraigado en Euskadi. “El sistema está mal diseñado”, se quejó el pasado miércoles.

¿Cómo quieren extender estos sistemas colectivos de pensiones privadas? Sin dar detalles, desde el ministerio adelantan su propósito de crear “desde la Administración un fondo de pensiones de empleo de carácter abierto”. En el Reino Unido, existe un organismo de tutela pública que centraliza los ahorros y subcontrata la gestión del dinero entre varias firmas internaciones. En el sistema británico, los empresarios están obligados a dar de alta a sus trabajadores en un plan colectivo, excepto los de los salarios muy bajos. Salvo que el empleado pida desvincularse, se le descontará una parte pequeña de su salario para hacer una aportación mensual, mientras que el empresario y el Estado (en forma de beneficio fiscal) también deben contribuir al plan. Según explica un reciente informe de la patronal de las aseguradoras Unespa, los porcentajes del automatic enrolment han ido aumentando paulatinamente desde el 2012. A partir de abril del año pasado, la contribución mínima supone el 8% del salario pensionable (arrancó con un 2%): 4% del empleado, 3% de la empresa y un 1% de Estado. Casi nueve de cada diez trabajadores británicos afectados por esta regulación participan en el sistema.

Este tipo de fórmula ha recibido críticas empresariales que ven difícil implantarla en España, con un tejido dominado por la microempresas, y que se quejan de que las compañías ya deben hacer frente a elevadas cuotas de cotización a la Seguridad Social.

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá (E. Parra. POOL / EP)

Desde el punto de vista fiscal, Escrivá ha anunciado que tienen previsto ir retirando progresivamente la reducción del IRPF por los planes individuales, sobre todo para los contribuyentes con ingresos más elevados. Al tiempo, desplazarían los incentivos tributarios para los planes de pensiones colectivos.

Además, ha adelantado que van a reformar la legislación vigente sobre los planes de empleo para “permitir extender la población cubierta en un enfoque sectorial”, de forma que puedan llegar a implantarse en las pymes y también a autónomos y funcionarios. El Ministerio busca así mismo reducir los costes de gestión. Una batería de medidas graduales que, de acabar consolidándose, podría revolucionar el ahorro de cara a la jubilación.

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Los Círculos de Podemos, las Asambleas locales de Izquierda Unida y las Agrupaciones locales del PSOE, en el caso concreto de estos tres partidos, que se puede y se debe hacer extensivo a cualquier organización o movimiento social que se proponga la transformación social, no es que sean necesarios, sino IMPRESCINDIBLES para que ese cambio social se empiece a producir que, comienza sin miramientos ni planteamiento político previo alguno, porque nadie, absolutamente nadie carezca de los medios materiales necesarios para llevar el nivel de vida que hoy es posible llevar, dado que los recursos materiales existen. Quien mantenga lo contrario, dicho sin pelitos en la lengua, es un reaccionario (que se opone al progreso social) consciente o inconscientemente. La lucha entre los intereses del capital y los trabajadores que hoy está planteada es la misma, con diferentes formas y planteamientos, a la que se inicia con el nacimiento del capitalismo, y es una lucha, ayer, hoy y mientras exista el capitalismo, a muerte. No hay reconciliación posible. La contradicción que representa el salario (para el capitalista un gasto y para el obrero un ingreso) no puede ser resuelta en tanto en cuanto exista el capitalismo. Esta lucha a muerte y sin posibilidad de reconciliación entre el capital y el trabajo se da siempre a tres niveles: el económico, el político y el ideológico, que se corresponden con las tres estructuras del capitalismo (y de cualquier modo de producción, pasado, presente y futuro). Este es el a, b, y c que debe ser entendido por todos los trabajadores, y este aprendizaje se tiene que provocar, porque no puede surgir espontáneamente, al igual que cualquier otro saber. Nadie se hace médico, albañil o agricultor de forma espontánea. Una de las labores especificas (no la única) de los Círculos, Asambleas y Agrupaciones es esta: la de enseñar a los trabajadores (y a los químicos y a los médicos y la mayoría de los licenciados universitarios y a Perico el de Los Palotes para que por nosotros mismos seamos capaces, sin esperar a ver que dice por esa boquita que Dios le dio al líder correspondiente) la realidad social en la que se vive, que no es ni la que dicen los periódicos ni la gran parte de los libros ni la que tratan formalmente los políticos oficiales, y que no se enseña en ninguna escuela ni en ninguna universidad, es más, se impide que sea enseñada. Por ejemplo. A Podemos, con algo más de una docena de absolutas falsedades, muy bien construidas y redondeadas, acerca de su financiación, por parte de quienes nos roban a los trabajadores y, además, negocian con el gobierno (En el que paradójicamente está presente formalmente Podemos, que otra cosa es su militancia, caso de que la tenga) y acuerdan políticas para seguir robándonos, han logrado, a pesar de ser mentira todo su razonamiento, de que penetre en el imaginario social como cosa cierta que Podemos es una organización tan corrupta como lo han sido y lo son algunos jefes o ex jefes oficiales del PP y del PSOE. ¿Y por qué una sarta de mentiras se convierte en una verdad? Sencillamente, porque la lucha ideológica (que es un aspecto de la lucha, junto al económico y político) ha sido y está siendo muy bien planteada por los enemigos de los trabajadores. Pues bien, a Podemos que se le podrá criticar de cuantas cosas se le ocurra al consumidor, menos de carecer de montones de títulos universitarios, todavía no se le ha ocurrido montar un departamento con el único fin de desmontar cuantas mentiras se han dicho sobre la organización y de explicar a los trabajadores y, en consecuencia, a la mayoría de la población qué es la ideología, cómo se forma y qué papel desempeña para favorecer unas u otras políticas económicas a favor o en contra de los intereses de la mayoría de la población. El señor Echenique, por ejemplo, afirma que es mentira que Podemos sea una organización corrupta mientras que es verdad que lo es El PP. Yo estoy absolutamente d acuerdo con tal afirmación desde el punto de vista personal (Pero la política a pesar de que la realizan personas no es nada personal, obedece a otras leyes), pero desde el vista político el señor Echenique no aporta nada para solucionar el problema, puesto que tanta validez tiene su afirmación como la contraria, puesto que la plantea a nivel de creencia, es decir, ideológico, sin haber precisado previamente que la ideología no es otra cosa que una representación personal (tanto verdadera como falsa) y lo que se necesita saber es la razón o razones que conducen a la afirmación de verdad o mentira, y como la afirmación de que Podemos es una organización tan corrupta como las demás, a pesar de que absolutamente es mentira. Echenique lo que consigue, sin querer, es que la mentira prevalezca por no aportar ninguna razón para el desmontaje de la mentira establecida, que en la práctica se traduce en favorecer eso tan temido de palabra, pero que en la práctica bien poquito se hace en contra, el fascismo, entendiendo por tal la simplicidad mental y la unilateralidad que, a su vez, se traduce en la chabacanería social y la indigencia intelectual reinante (Y que va a más) en la actualidad, problema que ya había señalado por Ortega y Gasset en las primeras décadas del siglo pasado, ¡y eso que era liberal!, y en consecuencia, ni fue ni es santo de mi devoción, a pesar de que esto último ni importa ni viene al caso ahora.

 

El comunista debe desmontar las falsificaciones reaccionarias sobre la historia nacional mientras rescata sus tradiciones revolucionarias

DIARIO OCTUBRE

Publicado porBitácora Marxista-Leninista

15.09.2020


 

«Uno de los aspectos más débiles de la lucha antifascista de nuestros partidos consiste en que no reaccionan suficientemente, ni a su debido tiempo contra la demagogia del fascismo y siguen tratando despectivamente los problemas de la lucha contra la ideología fascista. Muchos camaradas no creían que una variedad tan reaccionaria de la ideología burguesa, como es la ideología del fascismo, que en su absurdo llega con harta frecuencia hasta el desvarío, fuese en general capaz de conquistar influencia sobre las masas. Esto fue un gran error. La avanzada putrefacción del capitalismo llega hasta la misma médula de su ideología y su cultura, y la situación desesperada de las extensas masas del pueblo predispone a ciertos sectores al contagio con los desechos ideológicos de este proceso de putrefacción.

No debemos menospreciar, en modo alguno, esta fuerza del contagio ideológico del fascismo. Al contrario, debemos librar por nuestra parte una amplia lucha ideológica, basada en una argumentación clara y popular y en un método certero a la hora de abordar lo peculiar en la psicología nacional de las masas del pueblo.

Los fascistas resuelven la historia de cada pueblo, para presentarse como herederos y continuadores de todo lo que hay de elevado y heroico en su pasado, y explotan todo lo que humilla y ofende a los sentimientos nacionales del pueblo, como arma contra los enemigos del fascismo. En Alemania se publican centenares de libros que no persiguen otro fin que el de falsear la historia del pueblo alemán sobre una pauta fascista.

Los flamantes historiadores nacionalsocialistas se esfuerzan en presentar la historia de Alemania, como si, bajo el imperativo de una «ley histórica», un hilo conductor marcara, a los largo de 2.000 años, la trayectoria del desarrollo que ha determinado la aparición en la escena de la historia del «salvador nacional», del «Mesías» del pueblo alemán, el célebre cabo de progenie austriaca. Todos los grandes hombres del pueblo alemán en épocas pasadas se presentan en estos libros como fascistas, y todos los grandes movimientos campesinos, como precursores directos del movimiento fascista.

Benito Mussolini se esfuerza obstinadamente en sacar partido de la figura heroica de Giuseppe Garibaldi. Los fascistas franceses tremolan a Juana de Arco como su heroína. Los fascistas estadounidenses apelan a las tradiciones de la guerra de la independencia americana, a las tradiciones de George Washington y de Abraham Lincoln. Los fascistas búlgaros explotan el movimiento de liberación nacional de la década del 70 del siglo pasado y a los héroes populares tan queridos de este movimiento, como Vasil Levski, Stefan Karadsha, etc.

Los comunistas que creen que todo esto no tiene nada que ver con la causa obrera y no hacen nada, ni lo más mínimo, para esclarecer ante las masas trabajadoras el pasado de su propio pueblo con toda fidelidad histórica y el verdadero sentido marxista-leninista-stalinista para entroncar la lucha actual con las tradiciones revolucionarias de su pasado, esos comunistas entregan voluntariamente a los falsificadores fascistas todo lo que hay de valioso en el pasado histórico de la nación, para que engañen a las masas del pueblo.

¡No, camaradas! A nosotros nos afectan todos los problemas importantes, no sólo del presente y del futuro, sino también los que forman parte del pasado de nuestro propio pueblo, pues nosotros, los comunistas, no practicamos la política mezquina de los intereses gremiales de los obreros. Nosotros no somos los funcionarios limitados de las tradeuniones, ni tampoco los dirigentes de los gremios medievales de artesanos y oficiales. Somos los representantes de los intereses de clase de la más importante y grande de las clases de la sociedad moderna, de la clase obrera, que tiene por misión emancipar a la humanidad de los tormentos del sistema capitalista, clase, que ya ha abatido el yugo del capitalismo y es la clase gobernante en una sexta parte del planeta. Nosotros defendemos los intereses vitales de todos los sectores trabajadores explotados, es decir, de la mayoría del pueblo de todos los países capitalistas.

Nosotros, los comunistas, somos, por principio, enemigos irreconciliables del nacionalismo burgués, en todas sus formas y variedades. Pero no somos partidarios del nihilismo nacional, ni podemos actuar jamás como tales. La misión de educar a los obreros y a los trabajadores en el espíritu del internacionalismo proletario es una de las tareas fundamentales de todos los partidos comunistas. Pero, el que piense, que esto le permite, e incluso, le obliga a escupir en la cara a todos los sentimientos nacionales de las amplias masas trabajadoras, está muy lejos del verdadero bolchevismo y no ha comprendido nada de las enseñanzas de Lenin y Stalin sobre la cuestión nacional (Aplausos)». (Georgi DimitrovLa clase obrera contra el fascismo; Informe en el VIIº Congreso de la Internacional Comunista, 2 de agosto de 1935)

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