miércoles, 1 de agosto de 2018

PEDRO SÁNCHEZ EL NO SOCIALISTA (Ser del PSOE no garantiza el ser socialista). ¡ÓLE, TÚ SÍ QUE ERES GUAPO!



Tribuna viento sur

El régimen, entre el alivio socioliberal y la derecha extrema
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Jaime Pastor
Viento Sur
31.07.2018

Cuando apenas han transcurrido dos meses de vida del nuevo gobierno presidido por Pedro Sánchez, es difícil encontrar signos de cambio que vayan más allá de haber dejado atrás la era Rajoy en un plano más cosmético que simbólico.

En efecto, ya sabíamos que en el núcleo duro de la política de Estado y de la UE, o sea, la economía política, no cabía esperar un nuevo rumbo; la ministra de Economía Calviño lo dejó claro poco después de asumir su cargo cuando afirmó que “es vital la confianza de los mercados”, si bien a continuación matizó, alertada quizás por su mala conciencia, “y también la de los ciudadanos”. Lo mismo se podía prever respecto a la xenofobia institucional (con el nuevo invento de los “centros controlados” en países como Libia, mientras el ministro Grande-Marlaska no pone reparos a las nuevas “devoluciones en caliente” en el Norte de África), o a la cuestión catalana, más allá de la voluntad de diálogo en torno a un nuevo Estatut, pese a la derrota judicial sufrida en Alemania.

Con todo, parecía que el líder del PSOE iba a compensar su fidelidad a la vieja política con un esfuerzo por responder a algunas de las expectativas creadas en otros terrenos progresistas o, simplemente, regeneracionistas. Algo ha habido en este sentido: la universalización de la sanidad pública, el nombramiento a duras penas de Rosa María Mateo como administradora única de RTVE o la disposición a exhumar el cadáver del dictador del mal llamado Valle de los Caídos. Sin embargo, ni siquiera se ha atrevido a hacer pública la lista de personas beneficiadas por la amnistía fiscal del ministro Montoro (pese a la promesa hecha desde la oposición), ha renunciado a derogar la reforma laboral de Rajoy (decisión desgraciadamente compartida por las direcciones de CCOO y UGT) y la Ley Mordaza, si bien aspira a cambiar algunos de sus artículos, y se ha opuesto a la inclusión del régimen especial de las trabajadoras domésticas en el general de la Seguridad Social; por no hablar de la todavía inconcreta disposición al acercamiento de presos y presas vascas, aunque sólo sea como cuota a pagar al PNV.

A todo esto se suman, por si cabía alguna duda de su fidelidad a los Borbones, su oposición a la Comisión parlamentaria de investigación sobre el emérito y ladrón rey Juan Carlos I a raíz del escándalo del caso Corinna y, last but not least, su compromiso a aumentar los gastos de defensa en cumplimiento de las exigencias del tan denostado Trump, al mismo tiempo que sigue sin concretar el impuesto a la banca ante las primeras críticas de esos patriotas del Banco Santander que amenazan ya con cambiar de sede madre.

Sería un error deducir de este sucinto balance que el PSOE no está obteniendo réditos de la centralidad que desde el gobierno está tratando de ocupar en el tablero político, como lo está confirmando su ascenso en los sondeos. No obstante, no parece que esa mejora esté consolidada ni que vaya a ser suficiente para contrarrestar la ofensiva de la derecha, si bien la polarización que ésta va a desarrollar con su estrategia de la crispación le pueda ayudar a ganar votos en el centro.

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