jueves, 13 de julio de 2023

Entrevista a Jean-Luc Mélenchon

 

Publicada originalmente en Mediapart y reproducida en Jacobin, Mathieu Dejean, Fabien Escalona y Ellen Salvi han efectuado esta entrevista con el líder de La France insoumise sobre la demonización de un pueblo en revuelta.


Entrevista a Jean-Luc Mélenchon


Jean-Luc Mélenchon

El Viejo Topo

13 julio, 2023 

 


El martes, los ánimos volvieron a caldearse en la Asamblea Nacional francesa. Una semana después de la muerte de Nahel Merzouk, el joven de diecisiete años tiroteado a quemarropa por un policía la semana pasada, la presidenta del grupo parlamentario France Insoumise, Mathilde Panot, había planteado una pregunta sobre la falta de respuestas políticas. Pero la Primera Ministra, Élisabeth Borne, respondió con un nuevo ataque al movimiento de izquierdas de Jean-Luc Mélenchon. «Estáis saliendo de los límites de la República», dijo a los diputados de France Insoumise.

Desde la tragedia de Nanterre del 27 de junio, las críticas de la derecha contra France Insoumise también se han hecho oír cada vez más en las filas de la alianza de amplia izquierda Nouvelle Union Populaire Écologique et Sociale (NUPES). El debate sobre la realidad de la violencia policial en los barrios obreros y marginados, mientras tanto, ha quedado completamente eclipsado.

En esta entrevista concedida a Mediapart, Jean-Luc Mélenchon analiza las razones de este giro. Detrás de él, ve la aparición de un «frente antipopular», diseñado para unir a la derecha y a la extrema derecha mientras se demoniza al pueblo en revuelta.

 

Mathieu Dejean: Hace una semana que un policía disparó a quemarropa a Nahel. Rápidamente, el debate se desplazó de la violencia policial a la violencia ejercida por jóvenes de barrios obreros y marginados. ¿Qué opina de este cambio?

 

Jean-Luc Mélenchon: El presidente debería haber respondido inmediatamente a los problemas que llevaron a la muerte de Nahel. En otras palabras, debería haber suspendido inmediatamente la ley de «licencia para matar» de 2017 de [el ex primer ministro Bernard] Cazeneuve. Pero como la intención del presidente no es responder a los problemas que esto ha planteado, se ha inventado otros de los que hablar en su lugar. Es una táctica de distracción.

En primer lugar, culpó a los padres, un comentario insultante que demuestra su negativa a tener en cuenta su situación social. Luego culpó a los videojuegos, lo que no es más que palabrería de bar, ya que no existe ningún estudio que demuestre la relación entre estos juegos y la violencia. Por último, sus partidarios en el Parlamento nos acusaron a nosotros, France Insoumise.

Cuando expliqué que pedíamos justicia, se dedujo que no llamaba a la calma, y nos criticaron por ello. Pero actuamos en nuestro ámbito. No somos sociólogos ni urbanistas. Nuestro papel es formular una valoración política de un problema político para dar respuestas políticas.

 

Fabien Escalona: Qué opina de las respuestas del Gobierno?

Jean-Luc Mélenchon: Reconoceré que la primera reacción de Macron, cuando fue informado del asesinato de un joven de diecisiete años, fue humana. Como cualquier padre, sintió que este suceso era inaceptable, lo cual es cierto. Y se detuvo ahí, dejando en manos de un ministro la tarea de llamar a la madre de Nahel. Podría haberla llamado él mismo o haber ido a verla, lo que habría sido un gesto extremadamente poderoso para demostrar que no hay desconexión entre la población y las autoridades.

En lugar de eso, se ha pasado el tiempo corriendo detrás de la policía. Así lo entendieron de inmediato los sindicatos Unsa Police y Alliance Police, que emitieron un comunicado totalmente inaceptable. Sin embargo, no oímos ni una palabra de crítica al respecto. Cuando preguntamos a [el Ministro de Justicia Éric] Dupond-Moretti o a otras personalidades del gobierno, dijeron que no eran sus palabras, o incluso que no tenían ningún comentario que hacer. Lo que significa que corremos más peligro del que pensábamos.

El mayor sindicato policial afirma que «ahora no es el momento de la acción sindical, sino del combate» e incluso que «la policía está en combate porque estamos en guerra». Hablo aquí como representante político de una parte de la opinión pública francesa que se siente amenazada por un gobierno que se comporta así con los quartiers populaires [barrios populares y marginados]. Y que no hace nada cuando bandas armadas de fascistas salen a la calle para agarrar a los niños y entregarlos a la policía. Así que, insisto: estamos en peligro porque el gobierno ya no controla a la policía. Les tiene miedo. Está sometido a ellos.

Esa es la situación después de una semana. Con el hecho increíble de que el presidente y su gobierno todavía no han hecho ni una sola propuesta en relación con los acontecimientos, aparte de enviar a cuarenta y cinco mil hombres [encargados de mantener el orden, cifra deliberadamente sobreestimada por el Ministerio del Interior, según Le Canard enchaîné] por todo el país. Incluso Jacques Chirac, [enfrentado a los disturbios] en 2005, pronunció un discurso que intentaba preservar un terreno común con el que pudieran identificarse personas de todos los bandos.

Por aquel entonces, Claude Dilain, alcalde de Clichy-sous-Bois, pronunció esta maravillosa frase en el congreso del Partido Socialista, celebrado justo después de las revueltas urbanas: «Queréis volver a la normalidad, pero es la normalidad la que es insoportable». Sabemos que la normalidad es insoportable, y que la gente que vive allí la está soportando con un coraje y una paciencia increíbles. Así que la respuesta es justicia. En otras palabras: la calma es algo que hay que construir.

 

Ellen Salvi: Dice que las autoridades tienen miedo de la policía. Es una afirmación contundente. ¿Cree que es una situación sin precedentes en la V República?

 

Jean-Luc Mélenchon: Fue una situación similar a la que condujo a la reescritura de la Constitución en 1958, porque entonces el Gobierno ya no controlaba al ejército. Ahora ya no controla a la policía, cuyos sindicatos más importantes utilizan palabras tomadas directamente del repertorio de la extrema derecha, llamando «peste» a la población que se les resiste. Nuestra primera señal de alarma llegó cuando [el ex ministro del Interior] Christophe Castaner se pronunció en contra del uso de las llaves de estrangulamiento. En aquel momento nos quedamos estupefactos al ver a policías que exigían que se les permitiera el derecho a estrangular a la gente. Entonces comprendimos que, para mostrar tal descaro, necesitaban sentir que la balanza del poder estaba a su favor.  De hecho, el Sr. Castaner perdió su cargo ministerial.

 

Mathieu Dejean: ¿Cómo se explica que ahora sea imposible criticar a la policía? ¿Decir simplemente que hay un problema de racismo en la policía sin ser inmediatamente condenado al ostracismo por la República?

 

Jean-Luc Mélenchon: El punto de partida es una confrontación entre dos visiones del mundo y de las relaciones sociales: la de la extrema derecha y la de France Insoumise. Los partidarios de las doctrinas económicas neoliberales se encontraron ante una población que se resistía masivamente a sus políticas. Entonces aceptaron adoptar la retórica de distracción de la extrema derecha, afirmando que el problema eran los inmigrantes, e incluso los musulmanes, con el fin de crear una división en la población francesa. Esto hizo que las cosas fueran cuesta abajo. Pero ése es el destino de cualquiera que ceda el más mínimo terreno a la extrema derecha.

Esta tendencia hacia la peor de las opciones se refleja políticamente en lo que los economistas Bruno Amable y Stefano Palombarini llaman el «bloque burgués». En la segunda vuelta de las elecciones legislativas del año pasado quedó claro que el gobierno de Macron consideraba que la peor amenaza no era la extrema derecha, sino nosotros. Luego se produjo el punto de inflexión de las elecciones parciales en Ariège, donde una candidata de France Insoumise, que había llegado muy por delante en la primera ronda, vio cómo todos los demás se unían para derrotarla en la segunda vuelta. Inmediatamente oímos a [el ex primer ministro conservador] Jean-Pierre Raffarin afirmar que se había formado un reverso del frente republicano [es decir, el frente electoral utilizado históricamente para cerrar el paso a la extrema derecha]. Y efectivamente, el frente republicano se puso del revés, se transformó en un «frente antipopular». Utilizo esta expresión porque recuerda la situación de 1936, cuando todos los demás se unieron contra el Frente Popular, bajo el lema «mejor Adolf Hitler que el Frente Popular.» La formación de este frente antipopular es una puerta abierta al desastre para nuestro país.

 

Fabien Escalona: Usted y France Insoumise se han convertido en el centro de las críticas, y sus detractores le excluyen del arco de las fuerzas republicanas. ¿Cómo piensa romper este aislamiento?

 

Jean-Luc Mélenchon: En primer lugar, no nos sentimos aislados. Representamos a un sector de la población. Si estamos en el punto de mira, se trata en realidad de un pretexto para otro objetivo político, a saber, la unificación de las fuerzas de derechas. El reto al que nos enfrentamos es no distanciarnos nunca de los grupos sociales a los que representamos. Esto, incluso cuando tienen contradicciones –y a nadie le hace gracia que se quemen coches. Tenemos que evitar que parte de nuestro bloque se ponga del lado del partido de la represión. Para ello, tenemos que seguir representando políticamente a este bloque, aunque sea difícil. Justicia en todas partes: ¡esa es nuestra causa común!

En cualquier caso, ninguna cantidad de propaganda borrará los hechos básicos del problema. En primer lugar, los quartiers populaires han sido relegados a los márgenes de la República, con poblaciones que han sido racializadas por la forma en que son vistas por los demás, reducidas a su religión y exiliadas en los suburbios, y que se benefician de menos dinero, transporte y atención médica que los demás. En segundo lugar, los ricos se han separado de la República. Se han refugiado en sus propios barrios con una visión fantaseada del resto de la sociedad. En general, todo lo que solía ser propio de una comunidad está desapareciendo, con el resultado de que es «sálvese quien pueda».

Ellen Salvi: Usted menciona a los ricos, pero el comportamiento de «separarse» de la sociedad también se observa entre las clases medias…

 

Jean-Luc Mélenchon: Hablemos de eso. En los años 30, las clases medias ya estaban en juego electoralmente. Eran más heterogéneas que hoy, con muchos comerciantes y agricultores. La derecha contrapuso el destino de estos grupos al de los trabajadores, en su lucha contra el Frente Popular. Hoy nos enfrentamos a una población más homogénea que entonces, debido a una comunidad material de hecho, en la dependencia de la gente de diversos tipos de redes.

Veámoslo más de cerca. Para que la estrategia de centro-izquierda funcione, como ocurrió en los años setenta, se necesita una clase media en ascenso. Cuando yo era socialista en Lons-le-Saunier, mi secretario de sección de partido era un trabajador social y mi primer secretario de federación era un profesor universitario. ¿Quiénes eran? Eran hijos de trabajadores sindicados, en ascenso social, y compartían las mismas consignas transversales, como los centros de trabajo autogestionados.

La diferencia es que hoy las clases medias ya no ascienden. Están empobrecidas y en vías de ser desclasadas. Su relación con la política está determinada por la incertidumbre: a medida que la sociedad se polariza, ¿hacia dónde van a ir? Por ahora, se inclinan por una vuelta a la calma. Dentro de una semana, sin embargo, tendrán una avalancha de documentos, artículos y columnas sobre las condiciones de vida en los suburbios. En ese momento, creo que las clases medias educadas e «informadas» recuperarán la compostura y se darán cuenta de que no hay solución policial para una situación como ésta.

 

Mathieu Dejean: ¿Qué estrategia política adoptar, en un clima mediático histérico y polarizado? Su política consiste en no retractarse nunca de una posición adoptada, pero ¿no corre el riesgo de tener que justificarse constantemente por problemas de forma, en detrimento del contenido político?

 

Jean-Luc Mélenchon: Permítame recordarle que no estamos aquí para vender helados. Pertenecemos a un campo político, y nuestras convicciones no se negocian. Adoptar ese enfoque es la única manera de que nos escuchen.

Si no nos mantenemos firmes, ¿quién lo hará? ¿La simpatía de quién nos ganaríamos cediendo? ¿La gente que siente pánico? ¿La gente que tiene miedo? ¿Debemos alimentar ese miedo? No. Nuestro deber es mantenernos firmes. En este sentido, me sorprende poderosa y gratamente la resistencia del grupo parlamentario France Insoumise. Muchos de ellos fueron elegidos por primera vez en su vida el año pasado y han tenido que soportar constantes ataques.

No vamos a perder el tiempo explicándonos sobre problemas de forma, porque no los hay: es una pura invención. Ninguno de nosotros ha llamado a la insurrección ni ha incendiado nada. En cambio, cuando salgo en televisión y cuento la historia de madres que luchan por salir adelante, me escuchan miles de mujeres que son la sustancia misma de los quartiers populaires. A cada paso, estamos diciendo algo a alguien que se sentirá más digno y más fuerte.

 

Fabien Escalona: Volvamos a la muerte de Nahel. En febrero de 2017, el Gobierno de Bernard Cazeneuve y François Hollande aprobó una ley que permitía un uso más fácil de las armas de fuego por parte de las fuerzas del orden. Todo el grupo socialista votó a favor. ¿Es posible hoy que la alianza de izquierdas NUPES [que incluye a los socialistas] tenga una posición común para su derogación?

 

Jean-Luc Mélenchon: Tiene razón al mencionar esta ley. Habría sido de sentido común suspenderla tras la muerte de un niño. La señal a la policía sería: no más disparos. Nadie ha cuestionado nunca el hecho de que utilicen sus armas en legítima defensa. Ellos lo saben. Pero siempre estoy a favor de limitar los daños. Por eso he dicho que hay que desarmarlos, cuando se trata de controlar manifestaciones. También apoyamos la transferencia inmediata de la jurisdicción para todos los casos de violencia policial, que es una exigencia del sindicato de magistrados, y la creación de una comisión de «Verdad y Justicia». Necesitamos esto, porque hay muchos casos en los que todavía no ha habido una decisión judicial.

Volvamos a los que votaron a favor de esta ley. Para empezar, ni los Verdes ni los Comunistas lo hicieron –eso es un buen comienzo. En cuanto a los socialistas, su grupo en la Asamblea emitió un comunicado de prensa que dice lo siguiente: «Porque estamos comprometidos con el orden republicano. . . decimos claramente: es urgente redefinir una doctrina para el mantenimiento del orden, trabajar en la reforma de la formación policial, en la revisión de las instancias de control y sanción de nuestras fuerzas del orden, pero también en una necesaria evaluación de la aplicación de la ley de 2017, con vistas a su revisión.» O sea, que quieren revisarla, que es mejor que nada. ¿Qué necesidad hay de seguir diciendo que tienen una diferencia fundamental de opinión conmigo? ¿De qué están hablando?

 

Ellen Salvi: Justo después de la muerte de Nahel, usted dijo que había que «revisar completamente» la policía. ¿Qué significa eso concretamente? ¿Y qué les dice a todos aquellos que en la izquierda creen que la policía siempre será una fuerza represiva al servicio del Estado?

 

Jean-Luc Mélenchon: En toda sociedad es necesaria una fuerza policial, eso es evidente desde que existen las ciudades. Creo que nunca prescindiremos de la necesidad de personas que representen al Estado y que hagan cumplir la ley. ¿Por qué? Porque no queremos que cada uno se tome la justicia por su mano. Hay una policía para que no se meta todo el mundo y porque hay que hacerlo bien. Se trata, pues, de una profesión y de una delegación de poder que debe permanecer bajo un estrecho control político. Tradicionalmente, las grandes fortalezas del Estado están cogestionadas. El ministro del Interior trabaja con los sindicatos policiales. Pero hay una delgada línea entre el compromiso y la cesión de poder a la policía.

Las encuestas muestran que casi el 50% de los policías votan a la extrema derecha. ¿Cómo es posible que el cuerpo encargado de mantener el orden republicano tenga una opinión mayoritaria por las ideas no republicanas? ¿Por qué un hombre de veinticuatro años dispara a un niño? ¿O a una mujer joven? Es porque no ve a su hermano o a su novia. No digo que disparen por racismo, pero su racismo les hace olvidar a quién van a disparar. Eso es lo que yo creo.

Así pues, hay que reformar la policía, empezando por la formación, controlando la supervisión, restableciendo el código deontológico de Pierre Joxe… Permítanme recordarles que cuando Joxe era ministro del Interior y acudieron policías armados a manifestarse bajo sus ventanas, suspendió a ciento veinte de ellos y expulsó a cuatro. Te garantizo que después de eso hubo un ambiente más profesional. Hacer reivindicaciones forma parte de la vida sindical. Pero a un sindicato que escribe «estamos en guerra» hay que ponerlo directamente en su sitio.

 

Mathieu Dejean: Usted ha evolucionado en cuestiones de islamofobia. ¿Puede decirse lo mismo de la violencia en política?

Jean-Luc Mélenchon: Comparado con cuando tenía veinte años, sin duda. Cuando tenía veinte años, era un admirador de la guerrilla del Che. Después, tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet, estuve de acuerdo con los que practicaban la resistencia armada. Y luego hice balance de todo aquello: ¿habíamos conseguido algo significativo en alguna parte, de alguna manera? No, y murieron los mejores.

Definitivamente, creo que la violencia como estrategia política no lleva a ninguna parte. No porque sea una especie de santa que teme la violencia, sino porque sólo conduce al desastre. Abogo por estrategias no violentas. La única estrategia revolucionaria es el voto.

 

Fabien Escalona: ¿Cómo explica que se le acuse de estar del lado de la violencia?

Jean-Luc Mélenchon: Tenemos que pasarnos todo el tiempo defendiéndonos de las acusaciones de que somos violentos, cuando son las autoridades las que institucionalizan la violencia. También hay una deriva semántica en nuestro vocabulario. Cuando oigo a Macron hablar de un proceso de «descivilización», me asusta. Incluso cuando hablamos de revueltas, por costumbre del lenguaje, sugiere que es algo loco y ciego, cuando podemos ver claramente que las cosas son más complicadas. Estamos en una situación de revuelta urbana. Están adoptando formas que se adaptan al terreno.

 

Ellen Salvi: Usted hace mucho hincapié en las cuestiones urbanas en su libro L’Ère du peuple. Ya en 1989, el texto fundador de la Nouvelle école socialiste teorizaba el concepto de «socialdemocracia urbana». ¿Cómo pueden los habitantes de los quartiers populaires recuperar el control colectivo sobre este espacio?

 

Jean-Luc Mélenchon: Mi idea en aquel momento era que, a medida que el mundo se urbanizara, las nuevas organizaciones progresistas, socialistas y colectivistas surgirían de la estructura urbana y no del nivel de las empresas. La ciudad no es mero decorado, corresponde a su época. Lógicamente, ha acompañado los diversos cambios del capitalismo.

Durante la era fordista y keynesiana, la ciudad se troceaba: el lugar donde vivías, el lugar donde paseabas, el lugar donde comías, etcétera. Pero era una ciudad del contrato social, donde todos vivían juntos. Luego vino la ciudad neoliberal, caracterizada por una tendencia al aburguesamiento. Hoy, en París, si eres una familia y los padres no ingresan 5.000 euros al mes, no puedes salir adelante.

La ciudad también produce formas políticas específicas. Cuando sus habitantes no tienen recursos, entran en fases de revuelta que son como erupciones. Ya no hay mediación para traducir esto en formas en las que sea posible un compromiso. La ciudad es, sin embargo, el nuevo escenario del conflicto social, porque para producir y reproducir tu existencia material, necesitas redes. Y no se puede negociar con una red. El agua del grifo fluye o no fluye. Hay suministro eléctrico o no lo hay.

 

Mathieu Dejean: La desconexión entre la clase política y los barrios obreros y marginados no es nada nuevo. ¿Hasta qué punto percibe usted esta desconexión y cómo podemos reconstruir el vínculo entre los habitantes de estos barrios y las estructuras políticas?

 

Jean-Luc Mélenchon: Esta ruptura depende de la relación social de fuerzas. Los que están en el poder siempre han dicho que las clases sociales subyugadas y oprimidas son peligrosas. Durante la Comuna de París, Émile Zola dijo: «Es una causa maravillosa, pero está mal representada».

Cuando los sindicatos perdieron su poder, destruidos por el neoliberalismo, ya no había ninguna línea de resistencia social y política. Los partidos en el poder no iban a ponerse de acuerdo con quienes protestaban contra su forma de dirigir las cosas, es decir, en los quartiers populaires. La última línea de defensa que teníamos eran las asociaciones, y también fueron desmanteladas. Millones de personas quedaron desamparadas. Y el discurso dominante sigue diciendo: las revueltas son culpa de los revoltosos. No hay absolutamente nada nuevo bajo el sol desde hace un siglo.
France Insoumise cuenta con cuatro mil personas que actúan como puntos de contacto en bloques de viviendas individuales. Ninguna otra organización hace eso. Aún falta mucho, necesitamos cuatro o cinco veces más. También hay representación política. Eso significa conseguir que Rachel Keke, Carlos Martens Bilongo o Louis Boyard, que también proceden de un quartier populaire, sean elegidos. Así que el problema está ahí y estamos intentando abordarlo.

Pero creo que la reestructuración de la sociedad producirá su propia forma de representación política. La ley ya estipula que las ciudades de más de veinte mil habitantes deben crear juntas vecinales. Pero, ¿cuántas ciudades las tienen realmente? Desde el momento en que hay una expansión urbana, sin bordes, sin límites, es obvio que la cuestión de cómo dirigirlas se plantea de otro modo, y que la escala adecuada es el nivel de barrio.

 

Ellen Salvi: El movimiento social contra la reforma de las pensiones ha sido derrotado, la agenda securitaria gana terreno y muchos dirigentes políticos hablan como la extrema derecha. ¿Qué iniciativas concretas debería tomar la izquierda para evitar ser aplastada bajo esta agenda mortífera?

 

Jean-Luc Mélenchon: En primer lugar, la izquierda tiene que existir. En el plano político, hemos conseguido superar la división –con muchas dificultades– proponiendo la coalición NUPES para las elecciones legislativas del año pasado. Pero eso no basta. La estrategia es la unión popular, no sólo la unión de los partidos políticos. La unión popular es un objetivo que se dirige a las masas y que también adopta formas organizadas. Como vimos durante la batalla de las pensiones, todavía no hemos superado la absurda división entre fuerzas sociales y fuerzas políticas. Naturalmente, nuestros adversarios se aprovechan de la situación: enfrentan a los sindicatos con las organizaciones políticas, y luego a las organizaciones políticas entre sí.

Después de una semana de revueltas y sin respuesta del gobierno, ¿somos capaces de convocar una movilización conjunta? ¿Somos capaces de plantear consignas comunes como «verdad y justicia»? Las marchas del sábado son una respuesta [se ha lanzado una convocatoria colectiva para el 8 de julio]. Es un buen precursor de la unión popular.

Hay debates, hacemos lo que podemos, pero nuestros adversarios son muy astutos: demonizándome, intentan que sea imposible asociarse conmigo. Pero yo no soy el problema. Por eso hago un llamamiento a todos para que superen el espíritu de clanes, capillas y grupos, y estén a la altura de las circunstancias. Cuando hay fascistas en la calle, es hora de despertar, ¿no? Tenemos que ser capaces de hacer un frente no violento. Pero para ser eficaz, tiene que ser diez, cien veces más masivo que el de los violentos.

 

Texto seleccionado por Carlos Valmaseda para la miscelánea de Salvador López Arnal

Fuente:  https://www.mediapart.fr/ y https://jacobin.com/2023/07/

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¿Qué hay detrás de la máscara altruista? La UNESCO en el callejón neoliberal

 

¿Qué hay detrás de la máscara altruista? La UNESCO en el callejón neoliberal

 


Por Luis Bonilla-Molina | 12/07/2023 | Cultura

Fuentes: Viento Sur


Leyendo a Bifo (2015), podemos asociar la llegada del neoliberalismo con la desaparición de los héroes, individuales y colectivos. El autonomista italiano se atreve a datar en 1977 el momento en el cual “el mundo se desplazó desde la era de la civilización humana hacia una era desevolutiva o de descivilización” (Berardi, 2015: 11), proceso que se mostraría claramente en la UNESCO a partir de 1991.

El magisterio a escala mundial construyó un imaginario de héroe colectivo en la UNESCO. Incluso una parte importante del pensamiento crítico, y alguno que otro izquierdista extraviado, coloca aquello que dice o plantea el organismo, ubicado en la 7, Place de Fontenoy de París, como parámetro de referencia, como última palabra sobre el tema educativo. Ese héroe se ha venido convirtiendo en un paladín del capitalismo neoliberal, en un monstruo grande que pisa fuerte (Gieco, 1978) el derecho a la educación, especialmente para los hijos e hijas de la clase trabajadora.

Quizá por ello, desde distintos territorios y variados lugares de enunciación se comienzan a escribir páginas de historia crítica de la UNESCO. Este pequeño texto solo tiene la pretensión de invitar a mirar lo que hace el organismo multilateral con la perspectiva de quienes vivimos del trabajo, cuidando de no deslumbrarnos por las candilejas de un sentido común que carece de perspectiva política. Esta invitación sobre una breve historia crítica de la UNESCO es necesaria para comprender cómo este organismo es parte del diseño en la educación del futuro del sistema capitalista en la era digital.

El orden capitalista post Segunda Guerra Mundial
El orden mundial que surgió de la Segunda Guerra Mundial generó un capítulo educativo para imponer la estandarización de políticas públicas: la UNESCO. A pesar de ser este organismo parte íntegra del multilateralismo de Naciones Unidas, existe una percepción extendida en la población y parte del magisterio respecto a la supuesta autonomía, neutralidad y capacidad de consenso del mismo, pero nada más errado.

Lo cierto es que la UNESCO es un organismo dependiente del sistema de Naciones Unidas, cuyas decisiones estratégicas (planes, programas, autoridades, políticas, presupuesto) son tomadas hoy en día por la Conferencia General, compuesta por los representantes oficiales de los gobiernos de los 193 Estados miembros de la organización, en su inmensa mayoría con una perspectiva capitalista neoliberal. La Conferencia General que elige al Consejo Ejecutivo (CE), en la última Conferencia (2022) designó a los 58 integrantes de esta instancia.

La percepción errónea extendida sobre la UNESCO es atribuible a dos factores objetivos y uno subjetivo. Por una parte, la UNESCO, desde su creación y en el periodo de la llamada Guerra Fría (1947-1991) cumplió para el sistema-mundo capitalista, el rol de espacio de encuentro entre las culturas de los dos polos antagónicos (soviético-capitalista), lo cual implicaba construir una narrativa y performance funcional lo suficientemente amplia para garantizar diálogo; sobre todo, en uno de los aspectos centrales de la reproducción de la ideología capitalista: los sistemas escolares y las universidades. La experiencia soviética no fue capaz de romper con la matriz institucional de la máquina escolar que impulsó el capitalismo en las dos primeras revoluciones industriales  Este trabajo de puente entre dos mundos, en medio de una terrible guerra ideológica, facilitó la construcción del imaginario de una UNESCO progresista e incluso hasta de izquierdas, mientras que lo que estaba era intentando que el polo comunista se fuera alineando a la lógica sistémica del mercado. China hoy es la mejor expresión de los resultados a largo plazo de esta operación, un sistema escolar basado en la lógica del mercado, la neurociencia y el uso instrumental de la tecnología, que ha desterrado el pensamiento crítico y se presenta como modelo para vincular la formación escolar con la empleabilidad y el desarrollo del modo de producción capitalista.

Por otra parte, el sistema-mundo construyó la UNESCO como identidad de punto de referencia y orientación para lo educativo. Para ello, elaboraba narrativas confusas, presentadas como resultado de consensos entre derecha e izquierda política, que defendían la inversión pública en educación a la par de propiciar un nicho para la gestión privada que fuera modelando diversas formas de privatización, mercantilización y estandarización conforme a las pautas del mercado.

Cada quien, según su perspectiva política de la educación, interpretaba y subrayaba lo que le parecía más próximo a su pensar; este nadar entre dos aguas de la UNESCO se vendía como pluralidad, cuando en realidad era la punta de lanza de sofisticadas formas de entender lo educativo como mercancía. A ello contribuyó el hecho que en buena parte de la historia de la UNESCO (1945-1993) las personas integrantes del órgano de dirección del Consejo Ejecutivo (CE) de la UNESCO fueran presentadas como integrantes a título personal, lo cual abiertamente dejó de ser a partir de 1993, cuando pasaron a ser representantes oficiales de los Estados miembros.

En términos subjetivos, como explica Said (1978), la creciente hegemonía de la idea del conocimiento científico como un saber despolitizado fue convirtiendo el debate educativo bajo la tutela de la UNESCO en un asunto meramente técnico-pedagógico, y cualquier intento de situar sus argumentos en el plano de la contradicción capital-trabajo era atacado como una desviación ideológica. En consecuencia, si la UNESCO era progresista, hasta de izquierdas, con enorme capacidad de formulación técnico pedagógica, y se situaba en el olimpo del apoliticismo, esta supuesta neutralidad era presentada como objetividad y referencia respecto a lo que había que hacer más allá de los asuntos políticos e ideológicos. El apoliticismo es en realidad una forma ideológica del capitalismo que se esconde en argumentos técnicos neutrales para darle viabilidad a cambios estructurales que tendrían múltiples resistencias si se develara su real raíz ideológica.

En las últimas décadas, esta objetividad educativa o sentido común educativo se presenta como un consenso entre los que piensan, los Bancos de Desarrollo (Banco Mundial, OCDE, BID, CAF), las instancias supranacionales del mercado (Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial de Comercio), organismos de diálogo (tipo Foro Económico Mundial) y las instancias educativas del multilateralismo (UNESCO, UNICEF, entre otros), cuando en realidad todas estas instancias interpretan distintos instrumentos de la melodía que emana de las grandes financieras globales que incluso modelan las narrativas de las naciones imperialistas.

La mejor evidencia de lo que afirmamos es el proceso de modificación, a través del tiempo, de la estructura, los mecanismos de selección y el funcionamiento del CE de la UNESCO. Como demuestra el documento “El Consejo Ejecutivo de la UNESCO”, desde la década de los cincuenta del siglo XX, se fueron generando reformas en sus Estatutos hasta llegar en 1991, en pleno proceso de desmantelamiento de la URSS, a definir que a partir de 1993 (27ª reunión de la Conferencia General) el Consejo Ejecutivo estaría “compuesto de Estados miembros y no de miembros elegidos a título personal” (UNESCO, 2022: 11).

Las cinco reformas del CE muestran las tensiones entre la necesidad de mostrar en público a la UNESCO como un organismo no gubernamental y su real funcionamiento como órgano dependiente de la ONU y, por ende, encuadrado en la lógica del multilateralismo del sistema-mundo capitalista.

Desde la creación de la UNESCO hasta la primera reforma, los integrantes del CE ostentaban la condición de integrantes electos a título personal con el aval de ser electos por los representantes gubernamentales en la Asamblea General. Eso permitía que el organismo tuviera un aire de independencia, fundamental para la tarea asignada de espacio de encuentro, que a la vez legitimaba liderazgos que luego jugaban un rol de gobernabilidad educativa nacional y posibilitaban el proceso creciente de estandarización educativa global.

La queja creciente de los gobiernos era que no tenían un control férreo del organismo, porque a pesar de que los electores al CE debían contar con sus avales, estos disponían con demasiado grado de libertad, algo que iba contra las lógicas del poder político de los Estados miembros.

Las sucesivas reformas fueron garantizando que el capital político acumulado por décadas se pusiera al servicio de los objetivos del neoliberalismo. A continuación, se sintetizan las principales reformas de las normas de conformación y facultades del CE de la UNESCO:

  • La reforma de 1954 dotó a los integrantes del Consejo Ejecutivo de la doble cualidad de directivo a título personal y “representante del Estado del que era nacional”, sin que ello modificara la cualidad de composición del Consejo, “cuyos miembros no eran Estados, sino personas expresamente designadas” (UNESCO, 2022: 10). A pesar de que se presentaba como una forma de funcionamiento despolitizada, esto tenía una razón político-ideológica concreta: filtrar a las personas representantes del Este-comunista para evitar que fueran figuras con tradición intelectual de izquierdas quienes llegaran a la conducción del organismo multilateral.
  • La reforma de 1968 trabajó la proporcionalidad de los territorios y regiones que conformaban el Consejo Ejecutivo, estableciendo mecanismos de rotación para garantizar que integrantes de todos los países pasaran a formar parte en algún momento del Consejo Ejecutivo. Conscientes las instituciones multilaterales del sistema-mundo respecto al desarrollo desigual y combinado del sistema capitalista (Mandel, 1975), esta orientación procuraba crear las condiciones para definir políticas diferenciadas en un marco general para territorios con desarrollos disímiles. En consecuencia, de lo que se trataba era de que, independientemente del desarrollo de las fuerzas productivas en cada país, ningún sistema escolar quedara desalineado de la lógica del capital en educación.
  • l La reforma de 1972 se concentró en establecer el periodo de permanencia de los integrantes del Consejo en cuatro años, con el propósito declarado de dar la mayor oportunidad a los distintos países. Era evidente que el pase de nacionales por el Consejo Ejecutivo garantizaba contar con interlocutores locales para la implementación de las políticas de normalización y estandarización educativa, por lo cual había que garantizar que todos los países pasaran por esta instancia de dirección de la UNESCO.
  • La reforma de 1976 se orientó a establecer los mecanismos y procedimientos para poder sustituir a los representantes del Consejo Ejecutivo con ausencias temporales o permanentes. Esta iniciativa blindaba al organismo multilateral de crisis políticas internas resultantes de la necesidad de sustituir a un miembro (por muerte, renuncia u otra circunstancia), lo cual generaba tensiones y presiones de los campos ideológicos en disputa en ese momento histórico.
  • La reforma de 1991 modificó “el artículo V de la Constitución de la UNESCO, relativo a la condición de los miembros del Consejo Ejecutivo que a partir de la 27ª reunión de la Conferencia General (1993), está compuesto de Estados Miembros y no de miembros elegidos a título personal” (2022: 11). Evidentemente, el proceso de desmantelamiento de la URSS, el giro lento y progresivo de China hacia la lógica del capital que venía dándose desde la reunión Nixon-Mao (1972), el curso regresivo de revoluciones como la vietnamita o la sandinista, el emerger de la inusitada aceleración de la innovación tecnológica, la crisis de estancamiento de los sistemas escolares por la incomprensión de los requerimientos del capital sobre la educación a partir de la tercera revolución industrial, la llegada de Internet y el horizonte de la inteligencia artificial y su impacto en lo educativo demandaban un absoluto realineamiento de las operaciones de cambio educativo a escala global. El paradigma del fin de la historia (Fukuyama, 1992) hacía obsoleta cualquier necesidad de consenso y encuentro entre ideologías otrora antagónicas (capitalismo/comunismo).

El desorden educativo del nuevo orden mundial
Desde su fundación y hasta la llegada de la tercera revolución industrial, la UNESCO tenía claro su rol de instancia para la masificación educativa, impulsando la estructuración y consolidación de los sistemas escolares con el propósito de garantizar la reproducción biopolítica del sistema capitalista mediante la educación para la democracia, la ciudadanía para el sistema político de representaciones, la educación para el consumismo y los enfoques disciplinares de aprendizaje. A la par que servía de plataforma para la distensión del conflicto geopolítico EE UU-URSS, procurando que el mundo soviético mantuviera intacta la estructura y funcionamiento de la machine educativa que apostaba por un cambio estructural fundamentado en contenidos alternativos y una elevación del estatus del trabajo en las escuelas y universidades, sin atreverse a superar la estructura escolar de Juan A. Comenio (1657).

Pero el capitalismo de la tercera revolución industrial requería ahora una redefinición de la máquina escolar (Bonilla-Molina, 2023) que le permitiera evolucionar de los enfoques disciplinares a la transdisciplinariedad, que superara el ritmo de reproducción cultural abriéndose a la incorporación de lo nuevo mediante el acompañamiento de la aceleración de la innovación tecnológica, que pudiera prever el futuro inmediato y reorganizar el conocimiento que ese mañana demandaba.

Esto implicaba un giro de 180 grados para el organismo multilateral, cuya transición generó un conjunto de iniciativas de cambio paradigmático, siendo el Informe Faure (1973) el más reconocido. El Informe “Aprender a Ser: la educación del Futuro” (1973) operó como un catalizador para las iniciativas del cambio. Primero, al postular que existía una percepción negativa de la ciudadanía en el mundo respecto a la educación y el papel de los sistemas escolares, abriendo paso con ello a la ola de reformas educativas que se iniciaron a finales de esa década y continúan en el presente. Segundo, al subrayar que lo que se enseña en las escuela y universidades está desactualizado y que las instituciones escolares tienen dificultad para incorporar lo nuevo en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Tercero, al enfatizar la precariedad de los sistemas escolares para formar el talento humano que requiere el mundo del trabajo en un modo de producción que tiende a la automatización, la informática, la robótica y que demanda niveles inusitados de creatividad.

El Informe Delors (1996), y los documentos “¿Hacia un bien común mundial?” (UNESCO, 2015) y “Futuros de la Educación” (UNESCO, 2021), lo que hacen es renovar el discurso sobre la necesidad de un cambio estructural de los sistemas escolares. Paralelamente, entre 1970 y 2015, la UNESCO crea un cuerpo de intelectuales que tienen la tarea de propagar la necesidad del capitalismo de la tercera revolución industrial como una “buena nueva”, bajo figuras narrativas como “la complejidad”, “reimaginar nuestro futuro juntos” y, más recientemente, “que hablen de educación los que saben de ello” (UNESCO, 2021) que pretende limitar a un número pequeño y finito las voces a consultar sobre el destino de la educación.

En la tercera revolución industrial (1961-2015) la UNESCO se mostró ineficaz en el cumplimiento de las tareas delineadas por la propia Comisión Faure que ellos impulsaron, porque a pesar que en todo el mundo se hablaba de transdisciplinariedad, las escuelas y universidades transdisciplinarias no terminaron de nacer, se impulsaron procesos para institucionalizar el pensamiento complejo, que resultaron en un desastre colosal, y la convergencia disciplinar que comenzaba a dibujarse en el horizonte de los requerimientos del capital no tenía forma escolar de concretarse (Bonilla-Molina, 2023). Todo ello mostraba un serio estancamiento conceptual, epistemológico y paradigmático del organismo multilateral.

Sin embargo, todo el redireccionamiento de la política educativa supranacional, con tejido nacional, sirvió para imponer la cultura evaluativa (Bonilla-Molina, 2020) sobre docentes, instituciones, aprendizajes, así como la política de competencias por mercados educativos (ranking, bibliometría), mostrando eficacia política en la mercantilización, desterritorialización y estratificación escolar (Bonilla-Molina, 2023).

El papel de la UNESCO en la actual reestructuración neoliberal
A partir de 1993, aprovechando el desconcierto por la caída del muro de Berlín y la popularidad del discurso sobre el fin de la historia, comienza a concretarse el alineamiento y sincronización de la UNESCO con el carro del neoliberalismo educativo. Podemos decir que Federico Mayor Zaragoza fue el último director general de la UNESCO (1987-1999) que contó con el perfil de ser un académico de consenso, humanista, plural y con una mirada interesante sobre el derecho a la educación. Sin embargo, le correspondió comenzar a conducir un CE integrado fundamentalmente por representantes oficiales de los gobiernos.

En 1994, prácticamente sin resistencia alguna del pensamiento crítico en educación, la UNESCO crea el LLECE (Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación), que implica una asimilación de los paradigmas de gestión de la calidad total, estandarización regional de parámetros de medición y unificación de indicadores de seguimiento en materia de aprendizajes. Se trataba de acelerar la unificación de nuevos fines, metas, procesos y resultados impulsados en forma de políticas educativas nacionales por los Estados miembros. Esto complementaba iniciativas de estandarización mundial, como fueron los acuerdos de Jomtein (1990), Dakar (2000), Foro Mundial de Educación de Corea del Sur (2015) y los Objetivos del Milenio (2000) que abrieron paso al paradigma del ODS4 de Calidad de la Educación (2015-2020) y las políticas de transformación digital de la educación (2015-2030).

La percepción que crece es que la UNESCO no ha podido construir una narrativa práctica que ilumine el horizonte del cambio educativo que demanda el capitalismo de la cuarta revolución industrial (Schwab, 2016), en un contexto de inusitada aceleración de la innovación con impacto en el mundo del trabajo y la empleabilidad, superación de la transdisciplinariedad por la convergencia disciplinar, así como de impacto de la Inteligencia Artificial (IA), reconocimiento biométrico facial, análisis de metadatos, el internet de las cosas y bloques de datos en la educación.

La traducción simplista que hacen muchos decisores sobre las medidas a tomar se limita a crear nuevas materias, aulas invertidas de tecnología y otras prótesis tecnológicas (Sadin, 2020) para los sistemas escolares, cuando lo que pareciera demandar el centro tecnológico-económico capitalista es una reestructuración total de lo escolar, incluidas las nociones trabajadas hasta ahora de currículo, didácticas, evaluación, planeación y gestión escolar. La UNESCO, al ser dirigida por representantes de gobiernos, tiene la lógica y los tiempos políticos de las burocracias gubernamentales y comienza a mostrar signos de incapacidad para resolver los desafíos del capitalismo actual. Tal vez por ello, otros organismos (BM, BID, CAF, OCDE, WEF, G-20 educativo) comienzan a disputarle su liderazgo en la conducción de la agenda educativa global. Esto se ha podido ver en la configuración de las políticas educativas globales a través del “filantrocapitalismo digital” (Saura, 2020).

Todo ello ocurre en medio de una parálisis cognitiva en una parte importante del pensamiento crítico en educación, como se evidenció en los preparativos y realización de la Conferencia Mundial de Educación Superior (CMES 2022) y el llamado Plan de acción en Educación Superior que, sin consenso alguno, pretende imponer la UNESCO como ruta de cambios en el sector de la educación universitaria. Lo ocurrido en Barcelona (CMES 2022) es realmente vergonzoso y muestra la subordinación del organismo multilateral al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al Banco Mundial (BM), al Foro Económico Mundial (FEM), a la Organización Mundial de Comercio y a la “infocracia digital” (Han, 2022) en temas como micro acreditación, formación profesional en manos del sector empresarial, formación universitaria de corta duración (dos años), revalidación periódica de las titulaciones profesionales, desmantelamiento de la formación en ciencias sociales y humanas teniendo como eje el nuevo paradigma de educación a lo largo de la vida para la empleabilidad.

La UNESCO es un organismo subordinado hoy a la lógica neoliberal, pero, paradójicamente, con serias limitaciones para interpretar el horizonte de cambios que demanda el capitalismo bajo el formato de transformación digital. Navega a tientas en esta materia y esto le puede significar una derrota estratégica pues pareciera no estar en capacidad de llevar el barco de la educación ni al puerto del capitalismo digital ni, mucho menos, al de la emancipación pedagógica.

Conclusión
La UNESCO está viviendo una crisis estructural de identidad, eficacia y legitimidad. Esta crisis se debe a la legitimación del modelo neoliberal y a los avances del capitalismo en educación en la era digital, sin que ello haya significado que realmente pueda operar como institución de vanguardia para el neoliberalismo, en un marco de impacto profundo de la aceleración de la innovación en el modo de producción capitalista, que le demanda otro tipo de educación y funcionamiento escolar, mientras cada día está más de espalda a una educación al servicio de los pueblos. La única consigna de trabajo que mantiene, que le dota de algún cable a tierra, es la de la inclusión, pero cada vez más esta idea aparece mediada por el protagonismo del sector privado.

A pesar de ello, la UNESCO es aún un campo de disputa que no se puede abandonar. Pero trabajar para otra UNESCO posible pasa por romper el cristal de la inocencia pedagógica y política.

Luis Bonilla-Molina es profesor de la Universidad de Panamá y militante venezolano en defensa de la educación pública en diversos países de América Latina y El Caribe.

Referencias
Berardi, Franco, Bifo (2015) Héroes: asesinato masivo y suicidio. Madrid: Akal.

Bonilla-Molina, Luis (2020) La cultura evaluativa y la virtualización educativa: dos tenazas del capitalismo cognitivo de la tercera revolución industrial. https://luisbonillamolina.com/2020/03/26/la-cultura-evaluativa-y-la-virtualizacion-educativa-dos-tenazas-del-capitalismo-cognitivo-de-la-tercera-revolucion-industrial/

(2023) “El puente roto y los problemas para atravesar aguas turbulentas: las pedagogías críticas en la Era Digital”, Profesorado, Revista De Currículum Y Formación Del Profesorado, vol. 27, núm. 1, pp 129–150. https://doi.org/10.30827/profesorado.v27i1.27018

Brophy, Susam D (2018) El valor explicativo de la teoría del desarrollo desigual y combinado. https://vientosur.info/el-valor-explicativo-de-la-teoria-del-desarrollo-desigual-y-combinado/

Comenio, Juan A. (1638). Didáctica Magna. [Octava Edición (1998)]. Buenos Aires: Porrúa.

Delors, Jacques (1994) “Los cuatro pilares de la educación”, https://uom.uib.cat/digitalAssets/221/221918_9.pdf

(1996) La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI. Ediciones UNESCO.

Faure, Edgar et al. (1973) Aprender a ser: la educación del futuro. UNESCO.

Fukuyama, Francis (1992) El fin de la historia y el último hombre. Barcelona: Planeta.

Han, Byung-Chul (2022) Infocracia. Barcelona: Taurus.

Gieco, León (1978) “Solo le pido a Dios”. Canción

Novack, George (1974) Understanding History: Marxist Essays. Nueva York: Pathfinder.

Mandel, Ernest (1975) El capitalismo tardío. México: Era.

Powaski, Ronald E (2005) La guerra fría: Estados Unidos y la Unión Soviética 1917-1991. Barcelona: Planeta.

Sadin, Eric (2020) La inteligencia artificial o el desafío del siglo: anatomía de un antihumanismo radical. Buenos Aires: Caja Negra.

Said, Edward (2007 [1978]) Orientalismo. Barcelona: DeBolsillo.

Saura, Geo (2020) “Filantrocapitalismo digital en educación: Covid-19, UNESCO, Google, Facebook y Microsoft”, Teknokultura, vol. 17, núm. 2, pp 159–168. https://doi.org/10.5209/tekn.69547

Schwab, Klaus (2016) Cuarta revolución industrial. Madrid: Debate.

UNESCO (1990) Declaración Mundial sobre Educación para Todos y Marco de Acción para Satisfacer las Necesidades Básicas de Aprendizaje. UNESCO. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000127583_spa

UNESCO (2000) Marco de Acción de Dakar: Educación para Todos: cumplir nuestros compromisos comunes (con los seis marcos de acción regionales). UNESCO. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000121147_spa

UNESCO (2015) Replantear la educación: ¿Hacia un bien común mundial? UNESCO. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000232697

UNESCO (2015) Educación 2030: Declaración de Incheon y Marco de Acción para la realización del Objetivo de DesarrolloSostenible 4. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000245656_spa

UNESCO (2015) Objetivos de desarrollo sostenible. Ediciones PNUD-UNESCO. https://es.unesco.org/sdgs

UNESCO (2020) Aprendizaje digital y transformación de la educación. https://www.unesco.org/es/digital-education

UNESCO (2021) Reimaginar Juntos Nuestros Futuros: un nuevo contrato social para la educación. UNESCO. https://losfuturosdelaeducacion.org/

UNESCO (2022) El Consejo Ejecutivo de la UNESCO. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000380813_spa

Fuente: https://vientosur.info/que-hay-detras-de-la-mascara-altruista-la-unesco-en-el-callejon-neoliberal/

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Alerta la ONU sobre altos índices de pobreza a nivel global [O sea, que: los baluartes heroicos patrios y siempre muy heroicos (con el sudor, sufrimiento y la sangre de los demás) patrocinadores de la guerra-crimen-masacre de Ucrania, fieles lealmente nobles a engordar, ensanchar y alargar los sanguinolentos beneficios de las multinacionales del armamento, son responsables también del hambre en el mundo. Vaya, vaya. Quien lo iba a decir, si yo creía que la OTAN era una caramelera corriente y moliente de estas que se dedican a endulzar la vida de los demás repartiendo caramelos. Pero que nadie me cargue a mí con este mochuelo, que yo de esto no digo nada, que lo dice la ONU - claro que, muchas veces lo que dice la ONU es como si no lo dijera- , que lo dice el artículo que se reproduce a continuación, o sea, que… Yo me llamo Anda en este asunto]

 

 Alerta la ONU sobre altos índices de pobreza a nivel global

 

DIARIO OCTUBRE / julio 13, 2023

 

 

La inseguridad alimentaria afecta en todo el mundo a casi el 30 por ciento de la población mundial.

Según las estimaciones, casi el 20 por ciento de la población en África pasa hambre, frente al 8,5 por ciento en Asia, el 7 en Oceanía y el 6,5 en América Latina y el Caribe. | Foto: FAO

 

Aunque el hambre en el mundo se estabilizó en 2022, especialmente en las regiones de Latinoamérica y Asia, continúa por encima de los niveles sostenidos antes de la pandemia de la Covid-19, reveló un informe publicado este miércoles por cinco agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El documento elaborado por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (C), el Fondo de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo para la Infancia (UNICEF) establece que unos 735 millones de personas no tuvieron que comer a lo largo del año pasado (9,2 por ciento la población mundial), dato que es inferior al registrado 2021.

No obstante, representa que actualmente hay 122 millones más que pasan hambre de las que había previo al inicio de la emergencia sanitaria del coronavirus al cierre de 2019.

El informe también advierte, a partir de las tendencias actuales, que el mundo se quedará lejos de cumplir la meta internacional de erradicar esta problemática para 2030.

Según las estimaciones, casi el 20 por ciento de la población en África pasa hambre, frente al 8,5 por ciento en Asia, el 7 en Oceanía y el 6,5 en América Latina y el Caribe.

En tanto, la inseguridad alimentaria afecta en todo el mundo a casi el 30 por ciento de la población mundial, unos 2.400 millones de personas, de las que 900 millones están en situación grave.

La ONU también apunta que los efectos de la recuperación se han visto frenados a nivel global por las repercusiones internacionales del conflicto en Ucrania y el aumento de los precios de los alimentos, los insumos agrícolas y la energía.

En tanto, destaca el impacto que está teniendo en el ámbito alimentario la creciente urbanización, pues el desplazamiento de población del campo a la ciudad está transformando los sistemas agroalimentarios y muchas de las diferencias entre unas zonas y otras se están difuminando.

FUENTE: telesurtv.net

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China a OTAN: Cualquier amenaza se encontrará con respuesta firme. [¿Pero esta foto la ponen para que sepamos los trabajadores que a ninguno de los que aparecen en ella ningún trabajador le ha autorizado para que despilfarren el dinero público en bombas inteligentísimas que pueden llegar a destruir el mundo o, para que cualquier trabajador con esa foto en la mano corra al cuartelillo de la Guardia Civil más cercano para presentar ante el Cabo Comandante del puesto la correspondiente denuncia contra los principales enemigos de la humanidad?]

 

 

China a OTAN: Cualquier amenaza se encontrará con respuesta firme

TERCERAINFORMACION / 12.07.2023

China reitera su rechazo a la expansión de la OTAN hacia el este dirigida a Asia-Pacífico y avisa que responderá con firmeza a cualquier amenaza en su contra.



 La misión de China ante la Unión Europea (UE) subrayó el martes que Pekín se opone resueltamente al “movimiento de la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] hacia el este, hacia la región de Asia-Pacífico”, donde clubes militares como la coalición transatlántica buscan intervenir en los asuntos regionales y provocar una confrontación.


El pronunciamiento de la legación china apunta a rechazar un comunicado emitido el mismo martes por el bloque castrense de 31 miembros, reunido en su cumbre anual en Lituania, en el que acusa a China de construir de manera opaca su poder militar y usar su poderío económico para supuestamente “crear dependencias estratégicas y mejorar su influencia”.

La representación china en Europa, a su vez, censuró a la OTAN por ignorar hechos básicos, distorsionar sin motivo la posición y las políticas de China y desprestigiarla deliberadamente en su comunicado.

Pekín además expresó su preocupación sobre las repetidas declaraciones de la OTAN de ser una “alianza nuclear” y avisó que tales retóricas inflamarán las tensiones en la región Asia-Pacífico.

“Cualquier acto que ponga en peligro los derechos e intereses legítimos de China será respondido con firmeza”, advirtió la misión china en UE.

El gigante asiático ha avisado una y otra vez que la mayoría de los países asiáticos se oponen al surgimiento de bloques militares y no acogen la expansión de la OTAN en Asia-Pacífico.

Para Pekín, la insistencia de las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, en forjar alianzas “tipo OTAN” empujará a la región Asia-Pacífico hacia una vorágine de disputas y conflictos.

ftm/ncl/hnb

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