sábado, 11 de noviembre de 2023

¿Cuántas guerras puede soportar EEUU? [Elemental, querido Watson, Guason o Guasón. Estados Unido aguantará cuantas guerras le consintamos y le paguemos los trabajadores. ¿Lo has entendido o te lo repito?]

 

Estados Unidos trata desesperadamente de mantener su posición de hegemón mundial, y ello le lleva a implicarse en muchos frentes simultáneamente, mientras su deuda aumenta. ¿Tendrá fuerzas para ello? ¿O se acelerará su decadencia?


¿Cuántas guerras puede soportar EEUU?


Eduardo Luque

El Viejo Topo

11.noviembre, 2023

 


Blinken, Biden y ahora la durante mucho tiempo desaparecida Kamala Harris, mienten y mienten mucho. No es ninguna novedad puesto que forma parte del manual del buen político. La vicepresidenta estadounidense afirmó en una entrevista a la CBS que EEUU no enviaría tropas a Gaza; sin embargo las fuerzas especiales, los “Delta Force” hace tiempo que pisan el terreno y los drones merodean por los cielos.

El presidente Biden ha atado su destino al de Israel en esta guerra. El genocidio que estamos viendo en la pantalla puede erosionar (las encuestas así lo indican) sus posibilidades de reelección. En 2020, según los sondeos, el 69% de los musulmanes votaron a favor de Biden contra un 17% que lo hicieron a favor de Trump. La pérdida del voto musulmán en Michigan, Virginia, Georgia o Arizona (cuatro estados que ganó en 2020) podría costarle  caro a Joe Biden.

La ofensiva lanzada por el ejército israelí carece, en este momento, de objetivos concretos más allá de la matanza indiscriminada y la ocupación y reparto del territorio gazatí entre los colonos. Tanto es así que el Ministro de Asuntos de Jerusalén y Patrimonio de Israel, Amichal Eliyahu, sugería la posibilidad de usar armas nucleares contra la Franja de Gaza. La declaración, que fue matizada inmediatamente, demuestra que la situación militar no es tan triunfante como se quiere hacer creer. De hecho el conocido periodista israelí Ephraim Mordechai fue arrestado por informar que vio los cuerpos de soldados israelíes apilados por docenas dentro de un hospital en Tel Aviv. El gobierno de Netanyahu no quería entregar los cadáveres a las familias: se vería el gran número de bajas que sufre el ejército israelí.

De momento Benjamín Netanhayu no ha ido tan lejos como su ministro; barajó, eso sí, expulsar de Gaza a 2,3 millones de personas y enviarlas al desierto egipcio. La propuesta no encontró eco en El Cairo. Al-Sisi, presidente del país árabe, sabe que eso haría estallar las costuras, de por sí frágiles, de su propio país. EEUU ha ofrecido como compensación el perdón de una parte de la deuda externa, que supera los 130.000 millones de dólares. Pero: ¿Qué hacer con los supervivientes si Egipto se niega a aceptarlos?

En esta tesitura se abre paso otra propuesta. Parte de un presupuesto muy frágil: la derrota total de Hamás. Washington y Tel Aviv estarían discutiendo la utilización de una fuerza multinacional para “gobernar Gaza”. Todo ello si se cumple la premisa previa antes enunciada.

Antony Blinken, responsable de llevar a buen término este proyecto, pretende que sea un representante de la Autoridad Palestina (AP), previamente seleccionado y “amigo”, quien, tras conseguir la “revitalización” de la AP, se hiciera con el control de Gaza.

Mientras la situación no se estabilizara, las tropas estadounidenses y de otras naciones controlarían el territorio. Pero el director del FBI Christopher Wray anuncia graves riesgos para las tropas desplazadas en la zona si se llega a poner en marcha esta idea.

Es un plan que nace cojo de los dos pies. Primero porque los bombardeos no se circunscriben sólo a Gaza, controlada por Hamás, sino que incluyen a Cisjordania, bajo dominio de la OLP. En segundo lugar, el despliegue de tropas de EEUU sería visto como tropas de ocupación. El tercero, en realidad el quid de la cuestión: ¿cómo financiará EEUU tres grandes guerras al mismo tiempo?

El recurso utilizado durante años, imprimir billetes de colores, tiene consecuencias desastrosas para la deuda externa. Hay que renovar los bonos del tesoro que vencen a corto. En este momento, el pago de interés de la deuda supera el 20% del presupuesto federal. EEUU recauda unos 4,9 billones de dólares en impuestos y de mantenerse los tipos de interés al nivel actual tendrá que devolver la friolera de 1,5 billones. Es una cifra que supera con creces el presupuesto de defensa y que sólo se puede sostener si los países compran más deuda. La idea de pagar los bonos con nuevas emisiones, choca con la posición china. Es una auténtica comedia del absurdo; mientras los navíos de guerra provocan a la armada china, Washington pide al gobierno de ese país que siga comprando deuda externa. Norteamérica pretende, como siempre ha hecho, que el mundo entero pague sus deudas y de esta forma financiar los conflictos que tiene abiertos (Ucrania, Gaza, Taiwán) a los que se añade la posibilidad de intervenir en México con la excusa de la epidemia de Fentanilo.

La política china es deshacerse de los dólares y euros. Occidente teme una próxima crisis de la deuda y esperan que su rival asiático colabore en su alivio. Por otra parte, las continuas derrotas militares (desde Afganistán al actual conflicto en Ucrania) se han convertido en una enorme losa para la economía norteamericana. Nuevamente, la sombra de Edward Gibbon y su “Historia de la decadencia y caída del Imperio romano” se hacen presentes. Los recursos financieros de EEUU se agotan tanto como sus recursos militares.

Washington ha decidido que no tiene más opción que desvestir a un santo (Ucrania) para vestir a otro (Israel). Nuevamente la expansión cuantitativa (imprimir dinero) se utiliza como solución milagrosa. La Reserva Federal pretendía, como efecto de la subida de tipos, reducir también la emisión monetaria en circulación. Las guerras donde participa EEUU obligan al país a volver a la casilla de salida. El incremento inflacionario volverá a recaer a espaldas de las clases populares estadounidenses y también las europeas. EEUU exportará su inflación a la UE.

A la pregunta: ¿Cuántas guerras puede soportar EEUU? podemos plantear ya algunas respuestas. Con un presidente senil que ha dejado hace mucho de ejercer de árbitro entre las diversas facciones que chocan en el ejecutivo, un déficit disparado, nuevos repuntes inflacionarios, una economía basada en la financiarización que no ha conseguido reindustrializar el país como pretendían (al menos es lo que decían) Trump y el actual presidente, hasta los analistas más “pro-establishment” prevén el estancamiento económico en los próximos trimestres. Los datos de crecimiento en el empleo no son sino una burbuja de jabón; se reduce el paro estadísticamente aunque es a costa de una reducción de salarios que convierte a gran parte de los trabajadores asalariados en trabajadores pobres.

Mientras, los países BRIGS+ profundizan su integración económica y promoverán su nueva moneda en pocos meses. Se están estando las condiciones para una enorme crisis de la deuda en Occidente.

Las diversas tendencias que conviven en Washington, algunas de las cuales buscan el alto el fuego, temen y no sin razón que el apoyo de Biden a la campaña militar de Israel resten apoyos a los demócratas. La contestación ha alcanzado al propio Departamento de Estado norteamericano donde se recogen firmas a favor del pueblo palestino y se acusa al presidente de ser “cómplice del genocidio”. Biden es rehén de los lobbies sionistas en Washington. Trump, el responsable en gran parte de la actual situación al apoyar la firma de los Acuerdos de Abraham, ahora aboga por un alto el fuego. Los diarios norteamericanos anuncian disensos internos en la administración norteamericana, especialmente en el Departamento de Estado. La mitad del equipo electoral del presidente amenaza con dimitir. Blinken en un esfuerzo vacío intenta dirigir las culpas hacia Teherán y hacerle responsable intelectual del conflicto. Las propias agencias de información de EEUU han afirmado que Irán no ha tenido nada que ver.

LA UE, LA ONU: ¿DÓNDE ESTÁN LOS VALORES OCCIDENTALES?

Úrsula Von der Leyen ya no invoca los famosos “valores europeos”. Actúa como la reina de Europa. Sin consultar, realizó una visita improvisada a Tel Aviv que significó el respaldo de la UE a la actuación de Israel en la Franja. Los líderes europeos callaron amordazados por el miedo a la presión del lobby israelí. Eso permitió tras el 7 de octubre que un oscuro personaje, Oliver Várhellyl (Comisario de la ampliación) anunciara unilateralmente que la UE cortaba su ayuda a la Autoridad Palestina. Hubo bronca diplomática porque se arrogó poderes que no tenía. Como contestación Josep Borrell realizó declaraciones duras contra Israel. Aunque como todos sabemos es puraretórica.

La masacre en Gaza es consecuencia de la indulgencia sostenida durante años por la casta política occidental y eso jamás será reconocido por la Unión Europea. Por otra parte una parte importante de la izquierda, los verdes alemanes (que algunos califican como un partido “Neoliberal con reciclaje”), el PSOE español, el PSF… incluso el PC francés se alinearon bajo el relato oficial que presenta a Israel como víctima. Mientras los pueblos se manifiestan, la clase dirigente sigue atenta a las indicaciones quevienen del otro lado del Atlántico. La defensa de la soberanía nacional sólo es un artificio lingüístico, algo que tiene cierta utilidad en época electoral. Hace unas semanas la aviación israelita bombardeó la escuela francesa en Gaza; el Ministerio de

Exteriores galo anunció que había pedido explicaciones pero al mismo tiempo diputados del partido de Macron están elaborando una ley que pena con años de cárcel y multas cualquier manifestación en  contra del sionismo.

La ONU está sufriendo una enorme erosión. Políticamente está muerta. Su incapacidad para imponer sus propias resoluciones muestra su impotencia y su servilismo respecto a EEUU. La guerra en Gaza, como antes en Ucrania, mostró su inoperancia. Sus declaraciones altisonantes contra el genocidio perpetrado por Israel no pueden hacernos olvidar su falta de entidad para hacer cumplir sus propias resoluciones. Muchos países de América Latina, los pueblos árabes y la ciudadanía europea a pesar de la propaganda a la que estamos sometidos están dando una lección de solidaridad. La disonancia entre representantes políticos y la población a la que dicen representar tendrá enormes repercusiones en un futuro próximo.

LA ESCALADA

El miedo a la escalada está ahí. El discurso de Nasralá, Secretario General de

Hezbollah, lo dejó  claro, las opciones están todas sobre la mesa. Los reiterados golpes al ejército israelí corroboran los discursos. La escalada, de producirse, se extendería a toda la zona de Oriente Medio. Pero Hezbollah, que no fue informada de la operación del 7 de octubre, marcará su tiempo en función de sus objetivos. La intervención del grupo libanés implicaría la respuesta de la aviación estadounidense y una ampliación de la guerra, que es uno de los objetivos soñados por Benjamin Netanhayu. Los países árabes tienen los medios para destruir al Estado de Israel. Pakistán ha amenazado con usar armas nucleares si Israel ataca con ese armamento a un país árabe.

El ejército norteamericano se está implicando cada vez más. Hace tres semanas el Pentágono confirmó que había atacado dos instalaciones en Siria vinculadas al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán. El 31 de octubre, funcionarios de defensa estadounidenses anunciaron que sus bases en Siria habían sido atacadas 23 veces en dos semanas por grupos apoyados por Irán.

Hace unas semanas, el Atlantic Council, uno de los Thinks tanks más influyentes en Washington, planteaba  al presidente Biden que EEUU no puede “abandonar” Medio Oriente. El unilateralismo de EEUU se fundamenta en el control que ejerce Israel sobre esa zona y sus recursos energéticos. Es el gran dilema que vive EEUU que además se enfrenta a otra crisis, ésta social: los opiáceos. Muchos políticos de alto rango plantean la ocupación con fuerzas especiales de una parte de México. Todo ello para controlar las bandas del narcotráfico y poner fin a la crisis del fentanilo.

Washington no cierra una crisis cuando abre otras.  Como consecuencia se enfrenta a una multipolaridad de crisis que no puede resolver.

Sólo los locos extremistas religiosos y gente imbuida de creencias mesiánicas contempla la posibilidad  de destrucción colectiva, pero desafortunadamente son ellos los que controlan Israel desde ambos lados del Océano.

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Entrevista con Mazin Qumsiyeh, desde Cisjordania. Los medios también matan… la VERDAD!

 

Entrevista con Mazin Qumsiyeh, desde Cisjordania. Los medios también matan… la VERDAD!


Actualizado el 9 de noviembre de 2023 / Por Conrado Ugarte / kaosenlared

 

Nuevamente, la Red de Comunicación Popular – Redcom se ha puesto en contacto con el activista y defensor de los Derechos Humanos del Pueblo Palestino, Mazin Qumsiyeh*, desde su Belén natal, en Cisjordania. Quien, a pesar de la durísima y cruda realidad que se vive desde el 7 de octubre en Cisjordania y Gaza, continúa siendo optimista. La esperanza de Mazin, se deja ver por las endijas de sus crudas apreciaciones y análisis de un genocidio silenciado e inentendible, por más de 75 años. Sí, 75 años. No todo ha comenzado el 7 de octubre. Sino que, desde ese momento, el Régimen genocida de “Israel” decidió escalar el exterminio étnico.

El profesor de la Universidad de Belén, nos ha ido introduciendo en su abordaje en la limpieza étnica y ataques racistas diariamente durante las últimas siete décadas y media. Y cuáles han sido sus consecuencias, silenciadas durante todo este tiempo por el Occidente colectivo en connivencia con los Conglomerados mediáticos.

Ante la horrible descripción de la sangre y fuego, de la destrucción más abyecta, de la evaporación de barrios enteros, Mazin señala, que todo esto palidece en comparación con la “negación” de agua, alimentos, medicinas y combustible: los bebés y los pacientes en diálisis mueren por falta de combustible para los generadores de los hospitales devastados que quedan, enfatiza.

Ante la pregunta de Redcom sobre los enfrentamientos que se vienen librando en Palestina contra el enemigo genocida, Mazim nos señala que hay muchas batallas sucediendo simultáneamente: 1) una masacre genocida de la población civil de Gaza, 2) una batalla contra la población civil en Cisjordania y áreas de Palestina de 1948 (colonización y persecución intensificadas), 3) una batalla entre Israel por un lado, y las fuerzas de resistencia de Hamás y Hezbolá, y 4) la batalla para destruir la verdad librada por los sionistas y sus armas a nivel mundial.

Tras enunciar su cuarta batalla, la destrucción de la verdad, Mazin comienza un pormenorizado análisis al respecto, aportándonos sus fuentes. E inmediatamente, se nos vino a la mente un libro escrito por Aram Aharonian: “El asesinato de la verdad“, quien lleva adelante a través de sus páginas, interesantes aportaciones para el análisis de lo subrayado por Mazin. Del que hablaremos más adelante.



Un nuevo encuentro virtual con Mazin Qumsiyeh

Lo que ocurrió el 7 de octubre y después, como dijo el jefe de la ONU, Gutteres, “no ocurrió en el vacío”. Los palestinos soportaron limpieza étnica y ataques racistas diariamente durante 75 años (es decir, más de 27.325 días). Eso dejó a 8 millones de palestinos refugiados o desplazados y el resto almacenados en campos de concentración desconectados (Gaza, Belén, Jericó, Ramallah, etc.). Hay crímenes de apartheid y discriminación racial cada vez más profundos en Cisjordania, mientras continúa el genocidio en Gaza. Los continuos horrores de Israel son una burla del derecho internacional. Hoy en día, la situación en Gaza es catastrófica, ya que pasa a un nivel superior de carnicería: desde muertes repentinas y lesiones a civiles por bombardeos sin previo aviso, hasta AGREGAR muerte por sed, hambre, falta de higiene y colapso de los servicios de atención médica (las políticas israelíes de asesinato en masa por negación de los elementos básicos de la vida). Nosotros en Cisjordania, como palestinos en todo el mundo, somos testigos de este genocidio y limpieza étnica de una población cautiva en Gaza y sabemos que somos los siguientes. Ya 163 palestinos han sido asesinados por el ejército de ocupación y los colonos en Cisjordania desde el 7 de octubre y esperamos lo peor. Israel bloqueó nuestros cantones y arrestó/secuestró a más de 2.500 palestinos más en Cisjordania. Y están torturando a estos presos políticos (ahora más de 11.000) mediante abuso físico directo y negación de alimentos y medicinas. (Vea el ejemplo aquí   https://twitter.com/Issaamro/status/1719332892608753828).

El ambiente es sombrío y enojado. Simplemente no podemos Creo que el gobierno de Estados Unidos y sus aliados occidentales se confabularon, colaboraron y financiaron esta carnicería durante 75 años.

Pero por ahora seguimos centrados en Gaza, donde los incesantes bombardeos de edificios residenciales e incluso de personas en las calles, panaderías y escuelas provocaron la muerte de cientos de civiles a diario. Más de 10.000 personas están registradas ahora como civiles muertos y unos 2.500 desaparecidos se presumen muertos bajo los escombros. La mitad de la población de Gaza son niños y el 42% de los muertos son niños. Pero esto palidece en comparación con la negación de agua, alimentos, medicinas y combustible (los bebés y los pacientes en diálisis mueren por falta de combustible para los generadores de los hospitales devastados que quedan). . El sistema de salud colapsó por completo e Israel se niega incluso a detener o permitir la ayuda humanitaria. Varios países (Bolivia, Colombia, Chile, Brasil, Jordania, Sudáfrica) suspendieron sus relaciones diplomáticas con Israel, pero esto no es suficiente para disuadir a este régimen genocida. La gente de todo el mundo se está movilizando y la brecha entre los gobiernos occidentales y sus ciudadanos crece día a día. Pero también se sigue asesinando gente a diario a pesar de los millones de personas que hay en las calles. Se necesita más presión. Los palestinos seguirán resistiendo incluso cuando decimos que los gobiernos tanto de Occidente como de muchos países árabes adoptan una postura de connivencia, ayudando e instigando al genocidio mientras emiten vagas declaraciones de “preocupación”.

Hay muchas batallas sucediendo simultáneamente: 1) una masacre genocida de la población civil de Gaza, 2) una batalla contra la población civil en Cisjordania y áreas de Palestina de 1948 (colonización y persecución intensificadas), 3) una batalla entre Israel por un lado, y las fuerzas de resistencia de Hamás y Hezbolá, y 4) la batalla para destruir la verdad librada por los sionistas y sus armas a nivel mundial.

El asesinato de la verdad

“¿Dónde está el periodista? En estos momentos de impostura universal, decir la verdad es un acto revolucionario”, George Orwell.

En este punto, quisiéramos detenernos por un momento y traer a colación el libro que hacíamos mención más arriba, “El asesinato de la verdad“. Es nada más a modo de contexto de lo que Mazim nos analizará más adelante.

Nuestras sociedades consumen hoy grandes dosis de información sin siquiera saber que es falsa. La clave es un sistema de instantaneidad que nadie puede verificar y que en muchas ocasiones es una aviesa manipulación de laboratorios y estudios de cine o televisión.

La preocupación por la verdad en el periodismo es la punta del ovillo de una compleja problemática contemporánea frente a la que Aharonian desarrolla y profundiza su postura crítica, a partir de una frase pronunciada por el dramaturgo Esquilo, un pensador de hace aproximadamente 25 siglos:

“La verdad es la primera víctima de la guerra”.

Para Aharonian, la verdad se le aparece como una obligación política y como una objeto sacrificial por parte del poder. En un tiempo de relativismos extremos donde la verdad epistémica que opera en el campo científico ha perdido asidero e interés por parte de las mayorías, la verdad informativa que debería marcar la ruta de la vida cotidiana y orientar los sentidos comunes, se ha tornado el blanco del ataque de dispositivo global de control y manipulación del capitalismo en su versión neo-con: neoliberal en una de sus caras, conservadora en la otra, modelo triunfante y en alza hoy en día. (482  Chasqui 139 · diciembre 2018-marzo 2019/reseñas).

Y es que como se dice en este libro, “la ´verdad´ que se vislumbra a través de la televisión, los medios cibernéticos y gráficos no necesariamente corresponde a la realidad. Esta verdad virtual posee como característica la rapidez y el dinamismo en su construcción, pretendiendo abarcar todo el espectro social y agotándose hasta lo efímero en un abrir y cerrar de ojos, con imágenes espectaculares y lenguaje publicitario”, En cambio, acota, “la Verdad con mayúscula, que es simplemente lo que en la realidad aconteció, que excede a las miradas que hablan sobre ella y procuran contenerla bajo sus argumentos, está desapareciendo de los medios”

Y entonces entran en contradicción dos formas de verdad mediática, la “virtual” o “ficcional” como también la nombra, aquella que preocupó tanto desde hace más de medio siglo filósofos como Jean Baudrillard, Guy Debord o el propio Louis Althusser, y la “verdadera verdad”, la que preocupó tanto a la Ciencia en general y luego a las Ciencias de la información al Periodismo o a la disciplina comunicacional,

Aquella verdad, cuya búsqueda Orwell la asimila con la postura revolucionaria del periodismo, está desapareciendo y entrando en extinción, fruto de una cacería salvaje a la que llama “Guerra de Cuarta Generación”, y en la que las fake news, la mayoría de contenidos de entretenimiento y la publicidad, son sus mejores recursos, puesto que no sólo apelan a la destrucción de la racionalidad por la vía de la “conquista emocional”, sino que facilitan la sobrevivencia de los medios, pero a costa de su total sometimiento a las lógicas e intereses del poder hegemónico.

Este libro nos alerta de lo más grave que es que tal discurso hegemónico se contrapone con un sistema democrático de gobierno, pues la democracia requiere la aparición de una pluralidad de información que permita a quienes participan de la opinión pública decidir con libertad libremente. El “asesinato” de la verdad se consuma mediante su modelación estandarizada: la verdad única es el arma del poder económico, y así la realidad-virtual, incomprobable, nos adormece dulcemente y nos doblega.

Pero hay un tercer aspecto en el libro que resulta crucial: “¿Cómo combatimos en esta guerra de ideas, en esta batalla cultural donde las viejas armas, las viejas herramientas ya no son útiles?”. Para resistir y luchar contra la desinformación que deviene en pesimismo e indiferencia políticas hay que repensar hoy en día lo que significa “democratizar la comunicación”, a sabiendas que por las condiciones contextuales la comunicación ya no es lo que era ni hace cuatro décadas, cuando se publicó el Informe McBride ni hace 10 años cuando la tendencia dominante en América Latina parecía ser la consolidación de gobiernos de tendencia progresista.

También recoge Aharonian otro de los problemas nodales a los que se enfrenta la comunicación: el descomunal peso económico, político y cultural de las tecnologías digitales y las mega-corporaciones que dominan este mercado. Y frente a esta realidad, entender temas tales como la neutralidad de la red, la invasión de la privacidad y en especial, la cuestión de los contenidos y de los nuevos formatos informativos, la segmentación algorítmica de contenidos según ciertas preferencias de los usuarios, se convierte en “la caja de herramientas” imprescindible para la lucha política y cultural desde las izquierdas sociales y políticas. Lo anterior implica reconocer que la academia es cada vez más impotente para sumar la teoría a la praxis, o para generar teoría desde una praxis de la que está lejana

Un último aspecto que hay que resaltar como central en el libro se refiere a las limitaciones que se tiene para enfrentar la des-información desde el campo popular-alternativo, tanto desde el uso social de las redes como desde la práctica periodística. Aharonian no tiene problema en afirmar que “las redes sociales no han logrado el objetivo de masificar los mensajes y menos aún de democratizar la información y la comunicación (y mientras) el periodista era analista de un período”. Cuando dicho período se diluye en la instantaneidad y los mensajes apelan mayoritariamente a la superficial emocionalidad de las personas y no a su raciocinio; no hay tiempo ni lugar para el análisis. Ante esto, Aharonian no vacila en lanzar una pregunta que a la vez es una estruendosa señal de alarma: ¿No hay lugar para el periodista?”.

Los medios también Asesinan, a la verdad

Realizado este contexto, el que nos ha parecido apropiado, el profesor Mazin continúa con su análisis de medios hegemónicos.

Mientras Israel está perdiendo batallas con la resistencia a pesar del enorme poder aéreo, el ejército de ocupación está intensificando las batallas en otros frentes, incluida la matanza de civiles (intensificación del genocidio), mientras la administración estadounidense y sus aliados intentan arrojar arena en la cara de los mundo a través de los principales medios de comunicación (HSH). Incluso afirman que buscan la paz DESPUÉS de que Israel ponga fin a la limpieza étnica y al genocidio planificados previamente. Los civiles mueren, pero el colonialismo/apartheid/genocidio (Estados Unidos/Israel) no continuará si aumentamos nuestras marchas y presiones en todo el mundo: un levantamiento global, enfatiza.

Los activistas acaban de manifestarse por primera vez en la Estatua de la Libertad (ver  https://www.jewishvoiceforpeace.org/2023/11/07/wire-statue-of-liberty/ y  https://www.commondreams.org/news /gaza-protests-2666166026 ).

“La máquina del lobby trabaja febrilmente para mentir, presionar y comprar a políticos y medios de comunicación”

Vivimos en un momento histórico en el que podemos ver y actuar sobre el genocidio en tiempo real y necesitamos una mejor y mayor organización para cambiar el curso de este viejo y podrido orden mundial en el que se puede corregir y en el que las vidas de las personas eran prescindibles de la codicia mientras los sionistas

La máquina del lobby trabaja febrilmente para mentir, presionar y comprar a políticos y medios de comunicación. Los políticos occidentales apoyan a Israel porque los sobornan y presionan para que lo hagan. Aquí hay un ejemplo del Reino Unido: https://www.declassifieduk.org/two-fifths-of-keir-starmers-cabinet-have-been-funded-by-pro-israel-lobbyists/

Pero los medios de comunicación son una parte integral de esta guerra https://www.aljazeera.com/news/2023/10/29/western-coverage-of-israels-war-on-gaza-bias-or-unprofessionalism

Los medios de comunicación son cómplices del genocidio al regurgitar temas de conversación sionistas. Haciendo caso omiso de los informes de la ONU, de los derechos humanos y de las matanzas y masacres cometidas, los HSH afirman a veces que los civiles mueren “en los combates”. Ningún civil está siendo bombardeado ni aniquilado en grandes cantidades sin ningún tipo de “lucha”. Los combates se están produciendo con el avance de los tanques israelíes alejándose de los civiles y la evidencia muestra que al ejército israelí no le está yendo bien allí y tal vez por eso intensificaron los bombardeos contra los civiles.

Los funcionarios de salud de Gaza invitaron a cualquier misión internacional de investigación a visitarlos para demostrar las mentiras de que los hospitales albergan a combatientes de Hamás (dentro o debajo de ellos). Las mentiras de Israel de que están atacando a combatientes en zonas civiles son refutadas incluso por el personal actual y los informes de varias organizaciones internacionales. Mentir y matar no se limitan a los militares y al gobierno. Los medios de comunicación matan la verdad. Vea este excelente análisis de Jonathan Cook sobre la complicidad de la BBC: https://www.jonathan-cook.net/blog/2023-11-02/bbc-october-7/

Los medios de comunicación no sólo son culpables de mentir sino también de ocultar intencionalmente hechos importantes. Por ejemplo:

1) ¿Cuántos medios occidentales de HSH cubrieron este informe sin precedentes de los jefes de la ONU denominado “Ya es suficiente”?  https://www.arabnews.com/node/2403981/middle-east

2) ¿Cuántos HSH cubrieron este memorando filtrado? hay motín dentro del Departamento de Estado de EE.UU. contra la política exterior sionista de Blinken/Biden que apoya el genocidio de la población de Gaza

https://www.politico.com/news/2023/11/06/us-diplomats-slam-israel-policy- in-leak-memo-00125538  o, de hecho, entrevistó a Josh Paul, quien renunció (solo Democracy Now lo entrevistó y es una visita obligada https://www.youtube.com/watch?v=1w9fAgaUBrw ). Además, ¿qué tal entrevistar a Craig Mokhiber, quien renunció a la ONU (ver  https://www.documentcloud.org/documents/24103463-craig-mokhiber-resignation-letter  https://www.youtube.com/watch?v=xvm0HYvPJu4 )?

3) ¿Cubrieron los HSH la caída en picado del apoyo público a Biden? ¡Sólo entre los árabes americanos disminuyó del 59% al 17%!

https://www.aaiusa.org/library/arab-americans-special-poll-domestic-implications-of-the-most-recent-outbreak-of-violence-in-palestineisrael

4) ¿Los HSH informaron sobre la fuerza Delta? miembros que trabajan sobre el terreno con israelíes o la expansión de la base militar estadounidense en Israel

https://theintercept.com/2023/10/27/secret-military-base-israel-gaza-site-512/

¿Qué tal las encuestas que muestran ¿El público estadounidense no quiere armar regímenes de apartheid y genocidas?

5) ¿Cubrieron los HSH las manifestaciones masivas para poner fin al genocidio en Gaza que muestran que el gobierno está desconectado del…? Aquí está la cobertura de Democracy Now, que es poco común entre los medios de comunicación.

https://www.democracynow.org/2023/11/6/dc_march_for_palestine_nov_2023

https://www.democracynow.org/2023/11/6/alice_rothchild_gaza_healthcare_crisis

https://www.democracynow.org/2023/11/6/ shibley_telhami_israel_palestine_one_state

https://www.democracynow.org/2023/11/6/ahmed_abu_artemahttps://www.democracynow.org

6) ¿Por qué los HSH no logran resaltar la creciente brecha entre las élites políticas y el pueblo? Aquí hay dos ejemplos de Frankfort y del 11 y 12 de noviembre movilizándose en la próxima cumbre de APEC en San Francisco

https://criticalresistance.org/event/no-apec-summit-2023/

https://bnn.network/breaking-news/ protestas/las-protestas-de-frankfurt-arrojan-luz-sobre-la-cultura-de-cancelación-alemana-silenciando-el-apoyo-palestino/

7) ¿Por qué los HSH no cubren los pogromos judíos contra los árabes, ni siquiera contra aquellos que son ciudadanos israelíes? Vea ejemplos aquí   https://www.972mag.com/palestinian-citizens-gaza-war-enemies/

https://www.btselem.org/video/20230312_jewish_supremacy_regime_carries_out_pogrom_in_huwarah_and_other_palestinian_communities_in_northern_west_bank

8) Los HSH no dan contexto para que parezca que Israel es un estado legítimo que “se defiende”. Pero los hechos son muy obvios: Israel es una entidad colonial que despojó a los palestinos de sus tierras, los convirtió en refugiados, y los que quedaron son mantenidos en guetos/áreas de concentración como la franja de Gaza. Estas son las condiciones en Gaza en 2019 (antes de este último brote carcelario y acciones genocidas):  https://www.youtube.com/watch?v=HnZSaKYmP2s  Para obtener información sobre Gaza, consulte http://ongaza.org

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* Mazin Qumsiyeh, nació en la ciudad Palestina de Beit Sahour y creció bajo la ocupación de Israel. Sus experiencias personales como Palestino Cristiano y su educación en universidades de Medio Oriente y Estados Unidos dieron forma a su visión del mundo.

Trabajó en las Universidades de Tennessee, Duke, y Yale and Yale en los Estados Unidos.

Mazim y su esposa retornaron a Palestina en el 2008 y fundaron varias instituciones y proyectos. Por ejemplo:

– Laboratorio de genética clínica para pacientes de cáncer y otras afecciones.

– Instituto de Biodiversidad y Sustentabilidad de Palestina en la Universidad de Belén.

Qumsiyeh ha publicado más de 160 artículos científicos y múltiples libros en temas como el patrimonio cultural, los derechos humanos, la conservación de la biodiversidad y al cáncer. Algunos de los títulos de sus libros:

– Murciélagos de Egipto

– Mamíferos de la Tierra Santa

– Compartiendo la Tierra de Canan: Derechos Humanos y la Lucha Israeli/Palestina

– Resistencia Popular en Palestina: Una Historia de Esperanza y Empoderamiento

Entrevista: Conrado Ugarte

Fuentes: Hernán Reyes/CIESPAL/Aram Aharonian/

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La incursión que trastocó Medio Oriente

 


La incursión que trastocó Medio Oriente


Publicado el 11 de noviembre de 2023 / Por Otros medios / KAOSENLARED

Por Claudio Katz

Los bombardeos de Israel en Gaza están consumando uno de los mayores crímenes de la historia contemporánea. Incluyen hospitales, escuelas y campamentos de refugiados. Utilizan armas desconocidas que derriten la piel, provocan quemaduras e impiden el tratamiento a los heridos. Los pacientes son también operados sin anestesia de las atroces consecuencias del fósforo blanco.

Ya no hay pan, queda muy poca agua y el olor a muerte se ha expandido por el incontable número de víctimas que yace bajo los escombros. Entre los 10.000 muertos computados hasta el momento hay más de 3000 niños. Cada quince minutos un menor es asesinado y muchos pequeños escriben sus nombres en las manos, para permitir su identificación si las bombas despedazan sus cuerpos.

La tragedia se agrava por el bloqueo al ingreso de los camiones con ayuda humanitaria. Sólo acceden a cuentagotas al epicentro de la masacre. El grueso de la población sobrevive a la intemperie, sin alimentos, ni atención sanitaria. Ruegan para que el próximo misil no caiga sobre sus cabezas.

Israel perpetra con impunidad una matanza programada. Anuncia el lugar de las descargas antes de empezar cada ataque. Implementa el castigo contra la población civil, que otras potencias guerreras descargaron contra multitudes indefensas. Repite en Gaza el sufrimiento que padecieron los alemanes en Dresde y los japoneses en Hiroshima. Estas represalias salvajes contra ciudades convertidas en campos de tiro han sido también la norma de todos los colonialistas.

Pero lo más indignante es el doble rasero de las principales coberturas informativas. En esas transmisiones la vida de un niño israelí tiene un valor incalculable y la supervivencia de un pequeño palestino es irrelevante.

Gaza se ha transformado en un gran laboratorio de noticias falsas. Esas mentiras involucran lo ocurrido durante el operativo de Hamas. Ocultan la condición militar una gran parte de los israelíes caídos y que no hubo violaciones, ni decapitaciones de inocentes. El fuego amigo proveniente del propio ejército sionista habría determinado un alto número de fallecimientos.

La magnitud de esa desinformación empalma con el escandaloso número de periodistas palestinos asesinados. Basta recordar las masacres perpetradas en el pasado en Sabra, Chatila, Yenin o Deir Yassin, para reforzar la credibilidad de las denuncias sobre las atrocidades actuales.

La invasión a Gaza es la cuarta desde el 2006 y extiende la Nakba que sufren los palestinos. Esa población padece la sistemática expulsión de sus tierras por parte de un ocupante colonial. El objetivo del despojo es vaciar toda la zona de sus habitantes originarios, para reemplazarlos por inmigrantes de origen judío. Los hogares de 5 millones y medio de refugiados han sido ocupados por familias llegadas del exterior, que obtienen la ciudadanía israelí de inmediato.

Basta observar los sucesivos mapas de ese país (1948, 1973, 2001, 2021) para constatar la impresionante expansión de su territorio. El proyecto colonialista se desenvuelve en forma metódica desde mitad del siglo XX en tres ámbitos diferenciados.

El primero es Cisjordania. En las últimas dos décadas 650.000 colonos se apropiaron del agua y las mejores tierras de cultivo. Afianzaron esa expropiación con la construcción de una intrincada red de muros, que fragmenta a las comunidades palestinas en pequeños islotes incomunicados. El objetivo es anexar toda la región, confinando a los pobladores que no escapen, a un status semejante al padecido por los indios en las reservas fronterizas de Estado Unidos.

La segunda víctima del despojo son los árabes-israelíes, que han quedado sometidos a un Apartheid interno muy semejante al antecedente sudafricano. Conforman una minoría sin derechos, que afronta desarmada la hostilidad cotidiana de sus poderosos opresores.

En el tercer segmento de la agresión sionista impera la limpieza étnica. En Gaza se instrumenta un meticuloso genocidio, que ha transformado a ese territorio en un campo de concentración a cielo abierto. Las víctimas de la matanza han quedado desprovistas de cualquier refugio alternativo.

Como Israel no logra expulsarlos de su minúsculo territorio ha optado por los ultimarlos con bombardeos. Antecede esas descargas por anuncios de la carnicería, sabiendo que los habitantes del lugar tienen bloqueadas las salidas por las dos fronteras. Las advertencias de evacuación constituyen, en realidad, una simple sentencia de muerte.

INGENIO, HEROÍSMO Y EVALUACIÓN POLÍTICA

El exitoso operativo de Hamas introdujo una impactante novedad en la dramática secuencia de asesinatos que padecen los palestinos. La sorpresa generada por esa incursión, superó con creces el desconcierto que provocó la guerra de Yom Kippur. Con un espectacular operativo Hamas demolió la imagen de Israel como potencia invulnerable.

La capacidad de disuasión del aparato militar sionista quedó seriamente dañada por la hazaña que consumaron las brigadas palestinas. Cruzaron la frontera y neutralizaron con simples drones una sofisticada barrera informática que costó 1000 millones de dólares. Hamas humilló a un ejército que se creía invencible y por primera vez en décadas, logró cierta paridad inicial de bajas en los enfrentamientos con su enemigo.

Los atacantes consiguieron el principal objetivo de su operación, que era la captura de rehenes para negociar la libertad de los presos palestinos. Ese logro suscitó celebraciones masivas en el mundo árabe. También generó un gran reconocimiento de la nueva generación de luchadores que ha surgido en Cisjordania, sobre las cenizas de la desprestigiada Autoridad Nacional Palestina (ANP). Por un breve momento David le ganó a Goliat y suscitó recuerdos de otras gestas admirables del anticolonialismo (como la ofensiva vietnamita del Tet).

La prensa occidental intenta ocultar el éxito de la increíble acción realizada por Hamas. Sus milicianos desactivaron las cámaras de vigilancia con novedosas tácticas de distracción y recurrieron a parapentes impulsados por ventiladores para atacar los puestos militares. Ese ingenio completó las mejoras en el entrenamiento y el perfeccionamiento de los túneles.

Los resistentes apelaron a la violencia que Israel instaló como norma en Gaza. Muchos jóvenes palestinos que ya no pueden vivir encarcelados en su ínfimo refugio, escogieron la manera de morir en una operación heroica.

Hamas no improvisó su incursión y atacó evaluando que el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y Arabia Saudita conducía a la consolidación definitiva de la ocupación sionista. Lanzó su audaz operativo para erosionar esa consagración de la dominación colonial.

AVENTURAS QUE AMENAZAN LA CONTRAOFENSIVA IMPERIAL

Israel espera neutralizar al Hamas, con la misma receta que utilizó para contener a la ANP en Cisjordania y a la comunidad árabe-israelí dentro de su territorio. Pero habrá que ver si logra doblegar la resistencia montada por su adversario en un territorio tan hostil. Fracasó en los intentos anteriores y debió retirar a los colonos que desplegó en la zona.

Los sionistas intentan precipitar una nueva Nakba hacia Egipto, pero los palestinos rechazan acrecentar su condición de refugiados. También El Cairo resiste ese desplazamiento, recordando el desgarro nacional que generaron esas oleadas en Jordania y el Líbano.

Netanyahu enfrenta, además, el gran dilema de los rehenes. Hasta el momento se ha mostrado impiadoso y sus bombardeos provocaron la muerte de 50 de los retenidos. Su objetivo es evitar la repetición del fulminante fracaso que afrontó en la batalla contra Hezbollah en el 2006. Hay muchas voces críticas que alertan a Tel Aviv contra un potencial pantano en Gaza

Existe un plan alternativo a la irrestricta masacre que propicia Netanyahu. Es motorizado por Biden, varios dictadores y monarcas del mundo árabe y los liberales de Israel (Barak) con la complicidad de la ANP (Abass). Promueven la compulsiva sustitución de Hamas por un gobierno fantasmal que perpetúe el estatus quo.

Pero el rechazo de esa salida por parte de la derecha israelí tiende a escalar la crisis a un nivel explosivo. Esa oposición a cualquier a compromiso con los vecinos es consecuencia del giro reaccionario, que ha generado en Israel el avance colonizador en Cisjordania. Los ocupantes de esa región han forjado una base social fascista, especializada en pogroms contra los palestinos. Aspiran a erigir un Estado judío religioso muy semejante a las teocracias islámicas.

Ese proyecto ultra regresivo se asienta en la deshumanización estructural que impone la vigencia de un servicio militar prolongado. Esa conscripción adoctrina y disciplina a la población a un dispositivo criminal. La primacía del ejército es también alimentada por una informatizada y rentable economía militar.

Con esos pilares la extrema derecha ha logrado el sostén nacionalista de los judíos orientales, en desmedro de la tradición laica del sionismo liberal. Es la apoyatura que utiliza Netanyahu para intentar digitar el poder judicial, a fin de forjar un gobierno autoritario.

Pero las enormes manifestaciones callejeras que ya suscitó ese ensayo anticipan la reanudación de los enfrentamientos internos, que hace varias décadas desembocaron en el asesinato de Rabin. Si ese conflicto reaparece con más intensidad, podría generar las mismas crisis con los colonos que afrontaron otros gobiernos de Occidente. El virulento choque que mantuvo De Gaulle con los ultra derechistas de la OAS -durante la independencia de Argelia- es un antecedente del conflicto que madura en Israel.

La crisis de Gaza ya se transformó en un problema geopolítico que obstruye la contraofensiva imperial desplegada por Biden en Ucrania y el Mar de China. Erosiona, además, los acuerdos de Abraham, que le permitieron a Israel establecer relaciones diplomáticas con varios gobiernos árabes. Lo más problemático para Washington es el alejamiento de los sauditas, porque ese distanciamiento refuerza la aproximación de la monarquía petrolera a los BRICS, su coqueteo con China y su evaluación de los proyectos que propician la desdolarización de economía mundial.

Las masacres de Gaza también amenazan el alineamiento de Egipto con Estados Unidos y obstruyen los planes de repetir en Siria la cirugía consumada en Irak. La agresión israelí resucita además el intento de Trump y Netanyahu de frustrar por la fuerza, la conversión de Irán en una potencia nuclear. Tel Aviv está empeñada en impedir cualquier desafío a su monopolio atómico regional. La ultraderecha mundial -que idolatra a Israel- está pendiente de las próximas acciones de un referente que convulsiona la geopolítica mundial.

CIVILES, REHENES Y EQUIPARACIONES

El operativo de Hamas fue un legítimo intento de corroer la prisión que Israel ha construido en torno a Gaza. Ejerció su derecho a la resistencia armada, venciendo la resignación que impera en la ANP.

Esa valiente actitud ha desatado numerosas polémicas en el progresismo y la izquierda, cuya clarificación exige recordar, ante todo, que Israel es un Estado terrorista responsable de incontables crímenes. Por el contrario, Hamas actúa como una organización político-militar de la resistencia palestina y no incluye los rasgos que podrían situarla en el universo del terrorismo. Su metodología evita ataques deliberados contra los civiles y rehúye los sacrificios individuales de los suicidas, que se autodestruyen en las cercanías del enemigo.

Hamas cuenta con el sostén masivo de la población y ha convalidado su primacía en las urnas. No actúa en soledad. Su espectacular incursión fue acompañada por otras organizaciones (Jihad, FPLP, FDLP) que aprobaron públicamente el operativo. Ese cúmulo de evidencias confirma la raigambre de Hamas en los habitantes de Gaza y torna ridícula su comparación con Bin Laden.

Con su operativo en la frontera buscó tomar rehenes para viabilizar un intercambio de prisioneros. No hay nada original, ni novedoso en esa práctica usual de la guerra. Hamas propuso de inmediato el canje de detenidos, recordando que hasta la fecha se han concertado 38 acuerdos de ese tipo.

La equiparación de Hamas con Netanyahu es un frecuente error de algunos exponentes del progresismo. Retoma el equívoco de los ¨dos demonios¨, olvidando el abismo que separa a un opresor de un oprimido y a un Estado colonialista de un pueblo despojado. No es cierto que ambos bandos tienen el mismo derecho a la defensa, puesto que uno de ellos actúa como atacante. No hay equivalencia en Gaza entre victimarios y víctimas, ni paridad en Cisjordania entre carceleros y encarcelados.

En otras evaluaciones, la similitud entre los resistentes palestinos y la derecha israelí es justificada señalando que ambas partes optan por la violencia, en desmedro de una solución política. Pero se omite que Hamas acepta la solución de los dos Estados, que los gobiernos israelíes han pulverizado para forzar la anexión de Cisjordania.

También se cuestiona que Hamas incurra en operativos militares contra civiles, desconociendo la abismal diferencia que en ese terreno lo separa de Israel. El número de víctimas inocentes provocado por los milicianos palestinos es irrisorio, en comparación con las matanzas consumadas por el Estado sionista. Además, la división entre civiles y uniformados es muy borrosa en Israel, dada la militarización general de la población y el mortífero protagonismo de los colonos que asumen los dos perfiles en forma simultánea.

Algunos pensadores también destacan que Hamas es una filial de los Hermanos Musulmanes y que actúa como organización religioso-fundamentalista, propiciando proyectos perniciosos para el anhelo de igualdad o democracia. Este señalamiento es cierto y contribuye a recordar el nefasto efecto de las políticas confesionales que dividen a los oprimidos. Ese curso puede desembocar en la gestación de Estados teocrático-reaccionarios como el imperante en Irán. No que hay silenciar las regresivas consecuencias de una impronta que corroe a tantas sociedades del mundo árabe.

Pero ese negativo perfil de Hamas no altera la legitimidad de su resistencia anticolonial. Es una las principales organizaciones de los palestinos que confronta con la opresión sionista. Para retomar una comparación muy señalada (pero poco conceptualizada), en la gesta del gueto de Varsovia participaron sionistas, socialistas, religiosos y apartidarios. Esa diversidad de militantes compartió el mismo heroísmo y la filiación de cada resistente no fue relevante en la batalla contra los nazis. La misma evaluación se extiende en la actualidad a todas corrientes del universo palestino.

Algunos pensadores elogian la bravura de Hamas, pero cuestionan la eficacia de su acción. Consideran inútil la continuidad de la acción armada frente a un enemigo tan poderoso como Israel. Entienden que la superioridad militar sionista es abrumadora y que cualquier desafío en el terreno bélico está condenado al fracaso.

Curiosamente no extienden ese tipo de contrastes a otros conflictos en curso (como Ucrania) y omiten que Israel fue a veces derrotado (por ejemplo, en el Líbano).

En los hechos, resulta muy difícil dirimir a priori cuáles son las batallas con posibilidades de éxito y cuáles devendrán en apuestas pérdidas. Muy pocas voces previeron las sorpresivas victorias que cambiaron el curso de la historia contemporánea. Los propios dirigentes de Hamas son conscientes de la adversidad que enfrentan, pero recuerdan que ningún pueblo elige las condiciones en que debe batallar. También realzan como antecedentes de su propia acción, los enormes sacrificios de los soviéticos contra los nazis, de los vietnamitas contra los marines y de los argelinos contra las tropas francesas.

La estrategia de sustituir la lucha armada por movilizaciones, huelgas y piquetes es también resaltada, para lograr una confluencia con los trabajadores israelíes, en una acción común contra los opresores de toda la región.

Pero esa convergencia -enunciada con los patrones habituales del internacionalismo de la izquierda- afronta serios escollos en este caso. Israel ya es una nación con singularidades y derechos propios, pero se asienta en una plataforma sionista que obstruye la convergencia de los oprimidos de distintas comunidades. Esa confluencia es necesaria y posible, pero constituye tan sólo un ingrediente de la lucha anticolonial palestina. El éxito de esa batalla requiere derrotas militares que neutralicen el expansionismo israelí.

CAMPAÑAS, EJEMPLOS Y PRIORIDADES

Muy pocos acontecimientos tienen el impacto mundial de lo ocurrido en Gaza. Existe una gran sensibilidad por la causa palestina en todos los rincones del planeta. Es una bandera que recrea la polarización política entre la izquierda y la derecha y que empuja a asumir pronunciamientos sin medias tintas.

Las manifestaciones callejeras en favor de ambos bandos se multiplican creando una inusitada variedad de escenarios. El laborismo inglés se ha quebrantado en medio de gigantescas movilizaciones, el gobierno francés convalida las marchas sionistas e ilegaliza su contraparte palestina. Pero la solidaridad con Gaza gana adeptos en todas partes y los estibadores de muchos puertos se han negado a cargar material bélico para Israel.

Es también impactante cómo en Estados Unidos una creciente porción de la comunidad judía, exige en la calle que los crímenes de Israel no se efectivicen en ¨nuestro nombre¨. Reconocidos artistas e intelectuales suman su voz a la exigencia de un alto el fuego y se acrecienta la campaña para instaurar un boicot de académicos a las instituciones israelíes.

Las demandas inmediatas son muy precisas. Cese inmediato de los bombardeos, ingreso irrestricto de la ayuda humanitaria y protección de las Naciones Unidas a la población civil. Estas exigencias realimentan la campaña BDS (boicot, desinversión y sanciones) contra el régimen sionista, que motorizan muchas organizaciones internacionales.

Con ese tipo de acciones se responde también al reclamo unilateral de liberar a los rehenes retenidos por Hamas, sin considerar el correspondiente canje de prisioneros. Es completamente sesgado formular un pedido de pacificación a un bando, ignorando la contrapartida del otro. Israel mantiene encarcelados a un sinnúmero de civiles mediante juicios manipulados y su maltrato a los menores palestinos supera todo lo conocido.

El conflicto en curso también reanima el debate sobre las soluciones de largo plazo al principal conflicto de Medio Oriente. El contrapunto entre la fórmula de los dos Estados con la propuesta de un sólo Estado vuelve a irrumpir, sin ningún horizonte de concreción próxima de cualquiera de esas opciones. La expectativa de los dos Estados quedó pulverizada por el reforzamiento de colonización luego de la pantomima de Oslo. Pero la posibilidad de una eventual convivencia entre ambas naciones no está excluida, si en algún momento se conquista una vuelta de Israel a las fronteras de 1967, junto a cierta modalidad de retorno de los refugiados.

La perspectiva opuesta de un sólo Estado democrático y laico -que retoma la vieja bandera de la OLP y emula el modelo sudafricano- constituye la mejor perspectiva. Pero su factibilidad es una persistente incógnita. Por el momento lo único cierto es que la gestación de ambas soluciones transita por la resistencia activa del pueblo palestino. El derecho a desenvolver esa batalla por todos los medios es el principio ordenador de cualquier escenario progresista para el Medio Oriente.

AMÉRICA LATINA Y ARGENTINA

En América Latina se verifica la misma tensión que en otros puntos del planeta, entre manifestantes a favor y en contra de la causa palestina. Pero las definiciones de ciertos gobiernos impactan fuera de la región. La decisión de Bolivia de romper relaciones diplomáticas con Israel aporta el mejor ejemplo de la conducta a seguir. Es el curso que sintoniza con la actitud de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Con esta drástica postura se pavimenta el camino para aislar a un régimen criminal, recreando la campaña que contribuyó a demoler el apartheid sudafricano. La opresión de la minoría blanca sobre la mayoría negra en África Austral, no fue quebrantada con simples pronunciamientos de las Naciones Unidos. El Apartheid fue sepultado con acciones de confrontación explícita, que dejaron a los racistas en total soledad mundial. La repetición de esa fórmula contra el régimen sionista es el sendero más efectivo para potenciar la lucha de los palestinos.

También Petro en Colombia asumió una conducta digna, al suspender relaciones con Israel y abrir una embajada en Ramallah. Tiene muy presente la activa participación de los gendarmes sionistas en las matanzas perpetradas por los paramilitares del uribismo. Por el contrario, Boric ha olvidado cómo los mercenarios israelíes adiestraron a los gendarmes chilenos en el disparo a los ojos, durante la revuelta del 2019. AMLO y Lula aportan ingredientes de otro tipo al postularse como mediadores de un alto el fuego.

Por múltiples razones, Argentina ocupa el principal lugar de la región en el conflicto de Medio Oriente. No por casualidad es el país con más rehenes extranjeros en manos de Hamas. Hay una elevada proporción de inmigrantes de origen judío provenientes del Cono Sur (incluso en las zonas fronterizas).

Desde el menemismo, Argentina quedó muy enlazada con las distintas peripecias de la confrontación de Israel con sus vecinos. Por eso Buenos Aires fue el trágico epicentro de los atentados a la Embajada y a la AMIA. La derecha sionista ha logrado en las últimas décadas un inédito grado de incidencia en la política del país, a través de numerosos personajes. El macrismo es su principal aliado y ha facilitado la penetración del Mossad en todas las redes de los servicios de inteligencia. El tráfico de armas ha sido un campo de gran asociación de Israel con gendarmes y capitalistas argentinos.

Esa intensidad de las relaciones con Tel Aviv ha salido nuevamente a flote, con los pronunciamientos del establishment a favor de Israel. Ese favoritismo se extiende a la sesgada cobertura que brindan los medios de comunicación de los sucesos de Gaza. Hay un pelotón de corresponsales en un bando y una total desinformación de lo que sucede en el campo opuesto. Los derechistas del PRO han subido la apuesta y exigen la criminalización de las voces favorables a Palestina. Reclaman que los defensores de esa causa sean penalizados con acusaciones de terrorismo en los estrados judiciales.

Pero lo más indignante es la sumisión del justicialismo al blanqueo de los crímenes de Israel. El gobierno de Fernández navega en su habitual indeterminación, pero Massa apoya sin ambigüedades a los responsables de la matanza en curso. Fue el más enfático en la condena de Hamas durante los debates presidenciales y concurre a las convocatorias de la DAIA para repetir el libreto del sionismo. En este terreno no se diferencia de Milei.

Afortunadamente, la respuesta del campo opuesto se afianza día tras día. Esa reacción es muy visible en la concurrencia a las marchas que organizan las agrupaciones de origen árabe, junto al progresismo y la izquierda. Una creciente porción de la sociedad sintoniza con la causa palestina y expresa su admiración por la heroica resistencia de una población, que se defiende como puede. Si la solidaridad mundial rodea esa extraordinaria voluntad de lucha, tarde o temprano Palestina vencerá.

RESUMEN

El expansionismo sionista exige una limpieza étnica en el caso de Gaza. Esa política fue desafiada por un operativo espectacular, que demolió la imagen de Israel como potencia invulnerable. La derechización de ese país desestabiliza la contraofensiva imperial estadounidense. Hamas ejerce su legítimo derecho a la resistencia, frente a un Estado terrorista que actúa como agresor. La solidaridad internacional será efectiva si supera la ambigüedad de muchos pronunciamientos.

 

Fuente Blog de Claudio Katz

* Imagen: Montecruz Foto. Licencia Creative Commons CC BY-SA 4.0 DEED

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