jueves, 12 de marzo de 2020
LA CONFEDERACIÓN SINDICAL SOLDARIDAD OBRERA ANTE EL CORONAVIRUS
Solidaridad obrera ante las medidas tomadas por la
crisis del Coronavirus
Los trabajadores y trabajadoras nos protegemos juntos. Defendamos nuestros
derechos. A los capitalistas no les importa nuestra salud si no somos capaces
de obligarles a hacer algo. Organizarnos es defender nuestras vidas.
Publicado el Mar 12, 2020
La Confederación Sindical Solidaridad Obrera, ante las
medidas tomadas por el gobierno y la Comunidad de Madrid, y ante la actitud
mostrada por numerosas empresas en las que tenemos secciones sindicales
activas, por la expansión del coronavirus, manifiesta lo siguiente:
-Llamamos a toda la población trabajadora a la calma, pero también
a estar vigilantes y activos en la defensa de sus derechos sanitarios y
laborales.
-Exigimos que se tomen las medidas preventivas adecuadas en
todos los centros de trabajo, paralizando el trabajo donde deba de hacerse
según criterios médicos y poniendo a disposición de los trabajadores y
trabajadoras todos los medios y equipos de protección que sean necesarios, como
geles, mascarillas, tests de la enfermedad, etc. Exigimos la inmediata apertura
de procedimientos penales contra las direcciones de las empresas que no hagan
caso a las recomendaciones médicas y a la normativa de prevención de riesgos
laborales.
10 de las ONG más importantes
de España
-Exigimos que, de inmediato, se apruebe la legislación
necesaria para considerar toda baja derivada del coronavirus, o de períodos de
cuarentena o aislamiento derivados del coronavirus, como accidente de trabajo y
que, por tanto, los trabajadores y trabajadoras perciban durante las mismas el
100% de su salario.
-Exigimos la aprobación inmediata de la legislación necesaria para que las trabajadoras y trabajadores que deban dejar de trabajar o adaptar su jornada para cuidar de menores, personas mayores o personas especialmente vulnerables hagan uso de un permiso retribuido con el 100% de su salario y no recuperable.
-Exigimos, también, que se aprueben de inmediato ayudas económicas suficientes para todas las personas en situación de vulnerabilidad social, económica o sanitaria, así como para las familias trabajadoras en paro o en situación de exclusión. La precariedad y la pobreza son uno de los principales factores de riesgo sanitario en nuestra sociedad.
-Exigimos, muy señaladamente, la contratación por parte de la
sanidad pública de un contingente de profesionales sanitarios suficiente para
hacer frente a esta situación, así como el aumento inmediato y sustancial de
los recursos financieros disponibles para la sanidad pública y la garantía de
que los trabajadores sanitarios van a trabajar en condiciones de seguridad. El
presupuesto de la Corona, los gastos militares, o las bonificaciones sin
justificación a empresas, organismos patronales o entidades religiosas, deben
destinarse sustancialmente a hacer frente a la enfermedad. Nuestro sindicato no
recibe subvenciones públicas y seguimos funcionando por el apoyo y colaboración
que nos prestan los trabajadores. Estamos seguros de que otras instituciones,
que alardean de popularidad en los medios de comunicación, podrían hacer lo
mismo en esta situación de urgencia.
-Llamamos a todas las organizaciones sindicales y de la clase
obrera a permanecer vigilantes y activas en la defensa de los derechos
laborales y sanitarios de la clase trabajadora. El recurso a la inspección de
trabajo, las denuncias penales, la protesta pública y la paralización de las
actividades según el artículo 21 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales,
son instrumentos que debemos usar si es necesario.
En Solidaridad Obrera somos conscientes de que la gravedad de
la situación actual proviene fundamentalmente del proceso de recortes y
privatizaciones llevado a cabo en la sanidad pública. No se trata de la
gravedad de la enfermedad (sin desdeñarla, tampoco) sino de la incapacidad de
un sistema público de salud casi desmantelado (por la temporalidad de los
trabajadores, los recortes en recursos y en número de camas, la gestión privada
por fondos de inversión de hospitales, etc.) de evitar ser desbordado por la
enfermedad. A esta situación nos han llevado los adalides del Capital y del mercado
desregulado con sus políticas de austeridad. Debemos recordarlo cuando todo
pase y actuar en consecuencia.
TRABAJADORES: PROTEGÉOS Y CUIDAOS.
LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS NOS PROTEGEMOS JUNTOS. DEFENDAMOS NUESTROS DERECHOS.
LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS NOS PROTEGEMOS JUNTOS. DEFENDAMOS NUESTROS DERECHOS.
A LOS CAPITALISTAS NO LES IMPORTA NUESTRA SALUD SI NO SOMOS CAPACES DE OBLIGARLES A HACER ALGO. ORGANIZARNOS ES DEFENDER NUESTRAS VIDAS.
En Madrid, a 10 de marzo de 2020.
Confederación Sindical Solidaridad Obrera.
*++
CORONAVIRUS: CUANDO EL TRABAJADOR VIVE ALIENADO PERSONAL Y SOCIALMENTE, Y NO TIENE ORGANIZACIONES DE IZQUIERDAS QUE DEFIENDAN SUS INTERESES ABRIÉNDOLES ESOS OJITOS NEGROS DE LA CARITA HERMOSA QUE DIOS LE HA DADO, PASA ESTO: QUE LA SANIDAD PÚBLICA ES SAQUEADA POR LAS AGUIRRINAS MADRILEÑAS Y OTRAS AGUIRRINAS NO MADRILEÑAS, Y SON LOS MISMOS CRIMINALES QUE LUEGO HACEN EL MERCADEO, EN ESTE CASO, DEL CORONAVIRUS, QUE NI SIQUIERA SON CAPACES DE AISLAR ADECUADAMENTE PARA QUE NO SE PROPAGUE
La sanidad privada ante el coronavirus: pruebas a 800
euros y derivando pacientes a la pública
Publicado el Mar 12, 2020
Oficialmente, los hospitales privados madrileños hablan de 25
casos de coronavirus. «Son muchos más», dicen los sindicatos sanitarios que
piden que el Ministerio les aplique las mismas medidas de cierres de consultas
o quirófanos que a los centros públicos.
Hasta 810 euros han llegado a cobrar en un hospital privado
madrileño, el Ruber Internacional, por todo el proceso para detectar si
un paciente tenía coronavirus. Un paciente que acudió desesperado tras
llamar insistentemente a uno de los teléfonos habilitados por la Consejería de
Sanidad y no conseguir hablar con nadie. Casi 24 horas después, seguía
esperando los resultados. Son algunas de las situaciones que se están produciendo
con la emergencia sanitaria que vive España. Los sindicatos critican el
papel de la sanidad privada y piden que se les apliquen a estos centros las
mismas medidas que a los públicos a los, que sostienen, se están derivando
pacientes.
Las críticas a la sanidad privada por su tibio papel en la
crisis sanitaria del coronavirus no cesan. «Pedimos que se les apliquen las
mismas medidas que a la pública; si hay que suspender consultas u operaciones,
que también les afecte a ellos», señalan desde la Federación de Sanidad de
CCOO en Madrid, una comunidad donde existen medio centenar de hospitales
privados que, ni siquiera, han hecho públicos los datos de pacientes que han
dado positivo en coronavirus en sus centros.
La ACHPM solo admite que sus centros están sometidos a “una
fortísima demanda de atención, en la mayoría de los casos para solventar dudas
derivadas de síntomas no correctamente identificados”. Pero, aseguran,
guardan silencio para «no tener protagonismo». Dicen que están
atendiendo a los pacientes contagiados de SARS-CoV-2, el virus que
provoca la Covid-19 tanto en consultas, como en Urgencias y que, si es
necesario, se les está hospitalizando.
Desde la entidad, que representa a más de 49 centros
sanitarios privados de la región, donde ya se han detectado 782 casos
y 21 fallecidos, explican que, cuando se produce una sospecha susceptible de dar positivo,
se procede según los protocolos marcados por el Ministerio de Sanidad y la
Consejería de Sanidad.
En la actualidad, según las cifras oficiales aportadas desde
el sector, hay 25 ingresados en los hospitales privados con coronavirus
y se han hecho pruebas diagnósticas a «varios centenares de pacientes». No
precisan a cuántos. Obviamente, las cifras no se ajustan a la
realidad, señalan fuentes sindicales. Pero, el sector, prefiere no aportar
información alguna.
«Solo sabemos que en este momento hay mucho
infectados en los hospitales privados.Y cuidado, hay mucho personal que trabaja
en la privada y también en la pública. Todo eso va a repercutir. Mucha
gente, si ve que no se le atiende en los hospitales públicos, porque están
saturados, se van a ir a la privada», añaden las mismas fuentes. Algunos
centros privados, señalan otras fuentes, ya están soportando estos días esperas
en sus servicios de Urgencias de hasta 3 horas.
810 euros por un caso sospechoso
Hace apenas dos días el Ruber Internacionalha llegado a
cobrar 810 euros por atender a un paciente sospechoso de padecer coronavirus. El joven acudió al centro sanitario tras
encontrarse mal en su casa, con fiebre superior a 38 grados y tos.
Antes, la familia intentó por todos los medios y durante
horas, siguiendo el protocolo marcado por el Ministerio de Sanidad, contactar
con uno de los teléfonos habilitados por la Consejería para estos casos. No lo
consiguió, porque las líneas estaban saturadas. Muy preocupada, la
familia optó por dirigirse al Ruber, donde, explican, no admitían seguro
médico, de ahí la cuantía de la abultada factura.
«Nos vamos desesperados porque el teléfono habilitado a donde
te dicen que debes llamar no contestaba, era imposible; le hacen a mi hijo todo
el proceso para detectar si tenía el virus y 24 horas después, todavía
no tenemos el resultado. Eso después de haber pagado más de 800 euros», explica
el padre del paciente que, detalla, solo por la consulta para saber si
su hijo tenía la enfermedad, les cobraron 300 euros, mientras que, por un panel
respiratorio para detectar el virus, pagaron 279. Al final, la factura
superó los 800 euros.
Habitaciones de aislamiento
Según fuentes sindicales del sector privado,
cuando se detecta un caso de una persona infectada, en los centros se sigue el
protocolo y se llama a Salud Pública, que es quien determina si deben trasladar
al paciente a otro centro sanitario (en el caso de que el hospital no cuente
con habitaciones de aislamiento para la enfermedad).
Las mismas fuentes señalan que, cuando comenzaron a atender a
los primeros casos, se registraron “muchos problemas, que todavía se
mantienen”. El motivo es que, especifican, hay centros sanitarios privados
que no cuentan con infraestructura o suficiente personal para atender a
pacientes contagiados de SARS-CoV-2. O, directamente, prefieren mandar
a sus pacientes a los hospitales públicos.
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