sábado, 7 de diciembre de 2024
La hormiga argentina, el invasor entre los alcornoques de Doñana
La
hormiga argentina, el invasor entre los alcornoques de Doñana
TERCERAINFORMACION / 06.12.2024
- Un equipo de
investigación de la Estación Biológica de Doñana ha analizado la expansión
y posible erradicación de este himenóptero, que se esconde en los
alcornoques y que provoca graves daños en el ecosistema del parque natural.
Los expertos la califican de “verdadero caballo de Troya de los insectos”.
La hormiga argentina
(Linepithema humile) compite con los romanos: su supercolonia se extiende de
Doñana a Italia. / Alejandro Muñoz
En los años 70, el antiguo Palacio de Doñana
experimentó una serie de reformas. Se cree que fue entonces cuando la hormiga
argentina (Linepithema humile) llegó a este edificio, sede de
la Reserva Biológica, entre la tierra y los materiales que se introdujeron en
la obra.
Desde entonces, su expansión ha generado daños
en aves y anfibios. Los equipos de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC)
también investigan sus efectos en los árboles, los ciclos de nutrientes y
procesos tan cruciales como la dispersión de semillas y la polinización.
Originaria de Sudamérica, sus escasos tres
milímetros esconden a un invasor imparable. Gracias a su tamaño, puede ser
transportada de forma accidental en multitud de mercancías, como madera,
plantas o contenedores, y tan solo una reina basta para que esta hormiga se
establezca en nuevos entornos.
“Se trata del verdadero caballo de Troya de los
insectos. La hormiga argentina está entre las 100 especies invasoras más
dañinas del mundo según la Base de Datos
Mundial sobre Especies Invasoras 2024 y está incluida en el
Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras”, advierte José Manuel
Vidal-Cordero, entomólogo de la Reserva Biológica de Doñana.
Un invasor de libro
Linepithema humile cuenta
con varias ventajas frente a las hormigas autóctonas. En primer lugar, es poligínica,
que significa que tiene varias reinas que ponen huevos de forma simultánea.
Es polidómica, es decir, una colonia puede estar repartida entre
varios nidos. Además, esta especie tiene facilidad para monopolizar los
recursos ambientales y desplazar a las especies nativas. Y unido a esto, es
capaz de establecer el fenómeno conocido como supercolonias.
“Imagina que coges una hormiga argentina de
Doñana y te la llevas a la costa italiana. Si la sueltas allí, en un hormiguero
de esa especie, no se pelean. Hablamos de una colonia de miles de kilómetros,
una supercolonia”, explica Vidal-Cordero.
En Europa, ya se han identificado tres
supercolonias de hormiga argentina. Este fenómeno permite que sus
diferentes colonias no se ataquen entre ellas e incluso cooperen. Según los
estudios, todo apunta a la reducida distancia genética entre sus individuos,
que descenderían de los primeros que llegaron a la península ibérica años atrás
en barco.
“Todas estas características la convierten en un
ejemplo de libro de especie exótica invasora”, sentencia.
El pequeño arte de la
guerra
En Doñana hay más de 40 especies de
hormigas. Desde la incursión de esta invasora en el emblemático espacio
protegido andaluz, los equipos estudian sus tácticas de expansión.
Dado que Linepithema humile no
tolera bien las temperaturas extremas, su avance en la reserva biológica
–dentro del parque nacional– está limitado a las construcciones humanas y otros
refugios naturales, como los grandes alcornoques. Estos árboles
centenarios son verdaderos refugios climáticos durante el verano y, desde 1992,
se ha documentado la expansión de ‘la argentina’.
¿Pero cómo puede esta diminuta forastera salvar
grandes distancias sin volar? Precisamente, un trabajo de
2019 apuntó que la hormiga vuela para invadir nuevos árboles como polizona de
la carroña que consumen las rapaces. Una vez en el nido de ejemplares como el
milano negro, la reina y las obreras continúan su agresiva expansión y matan y
desplazan a las hormigas autóctonas que encuentran en el árbol, como la Crematogaster
scutellaris.
Pequeños forasteros y
grandes impactos
Esta imparable expansión tiene numerosas
consecuencias negativas y algunas se deben al hecho de acabar con las demás
hormigas. “Como solo queda esta especie, se pierden las funciones que
realizaban otras, como la dispersión de semillas o la polinización de algunas
flores”, explica Elena Angulo, científica de la EBD-CSIC y experta
en la hormiga argentina.
En cuanto al alcornoque, bajo el control de la
hormiga argentina proliferan los pulgones, con su consecuente
impacto negativo en la salud del árbol. Esta hormiga es ganadera, protege a los
pulgones para obtener su melaza, como si de leche se tratara. También impacta
en la crianza de las aves que anidan en los árboles invadidos. En un estudio llevado
a cabo por el equipo de Angulo se registró un menor tamaño y un peor estado
nutricional en los pollos de árboles habitados por la hormiga.
Sin embargo, el hallazgo más llamativo sobre sus
impactos se da en anfibios. Un equipo de la EBD-CSIC reveló que la hormiga argentina ataca a los jóvenes sapos que
salen de las charcas tras su metamorfosis como renacuajos.
“Descubrimos que la hormiga tiene un veneno, la
iridomirmecina, que actúa en especies de sangre fría como los sapitos y los
paraliza”, afirma Angulo, una de las autoras de la investigación. Tan solo 20
hormigas serían capaces de paralizar un juvenil de sapo corredor (Epidalea
calamita) a pesar de tener un tamaño mucho menor que ellos. El veneno
abrasa su piel y puede llegar incluso a producirles la muerte.
Frenar la intrusión
La hormiga argentina es tan solo un ejemplo de
los tremendos impactos negativos que provocan las especies exóticas invasoras
en los ecosistemas. A veces como fruto de un despiste o una coincidencia. Y sus
efectos también son económicos. En el año 2022 el CSIC lideró un trabajo internacional que cuantificó
el impacto en el mundo de 12 hormigas invasoras en 46 000
millones de euros.
En la Reserva Biológica de Doñana, el protocolo
de seguimiento registra cada año los pequeños grandes avances de esta invasora.
Después de las duras sequías de los últimos años su población parece estar
debilitada.
“Quizás ahora es un buen momento para
plantearnos su erradicación en el parque”, concluye Angulo.
Contenido realizado dentro
del Programa de Ayudas CSIC – Fundación BBVA de Comunicación Científica,
Convocatoria 2023 CSIC Comunicación
Patriarcado y Capital
Para lograr una victoria
es necesario conocer a tus enemigos y dividirlos, amplificando los puntos de
discordia. Así procede ahora el capital, rompiendo las estructuras sociales
básicas para lograr una sociedad de individuos aislados y precarizados.
Patriarcado y Capital
Martino Dettori
El Viejo Topo
7 diciembre, 2024
POR QUÉ EL
“PATRIARCADO” ES UNA HERRAMIENTA DEL CAPITAL
Desde hace
algún tiempo, a raíz de determinadas noticias sobre crímenes, en Occidente
asistimos a un movimiento de opinión que quiere presentar a los hombres
(especialmente a los europeos, caucásicos y blancos) como sujetos que tienden a
ser violentos, mezquinos y posesivos con las mujeres. Esta es una
característica que incorrectamente se llama «pratriarcado».
Incorrectamente,
porque el patriarcado es una estructura social de tipo familiar en la que el
llamado «patriarca» ejerce su autoridad sobre su esposa, hijos, nietos, nueras
e incluso bisnietos y sus esposas. Y es una estructura familiar arcaica que,
aquí en Italia, está muerta y enterrada desde hace al menos cincuenta años.
Definir, por
tanto, como «patriarcal» la actitud violenta, mezquina y posesiva de un hombre
hacia su esposa o pareja no tiene ningún sentido, salvo generalizar ciertos
fenómenos criminales y/o socialmente violentos de carácter marginal,
atribuyéndolos perjudicialmente a una sociedad general. categoría: machos.
De ello se
deduce que si, en la mayoría de los casos, la relación hombre-mujer es una
relación sana y equilibrada (lejos de las noticias criminales), con la historia
del patriarcado, la relación enferma hombre-mujer –la excepción de hecho– se
convierte en general, extrayéndose la regla según la cual el hombre es
intrínsecamente violento y, como tal, necesita ser (re)educado.
Precisamente
por eso, en el panorama de opiniones comienzan a aparecer ideas y tesis que
desean que los varones, desde temprana edad, sean educados para reprimir su
naturaleza masculina. El hombre debe dejar de ser hombre, debe dejar de ser
varón y viril, porque ser varón y viril automáticamente significa ser violento
y posesivo hacia la mujer. En otras palabras, el hombre debe feminizarse.
El objetivo
final, por tanto, es la feminización del hombre, que no es más que un programa
político que lleva ya algún tiempo en marcha, especialmente aquí en Europa y,
más generalmente, en Occidente.
Por mucho que
intentemos encontrar razones eminentemente sociológicas para el fenómeno, la
verdadera clave para entenderlo es de naturaleza económica y política: la
dominación del capital. Dominación que requiere la destrucción de los derechos
sociales mediante la demolición de la familia nuclear y la institución del
matrimonio.
El patriarcado
y el uso estratégico de algunos neologismos categorizantes (por ejemplo, el
término «feminicidio») tienen como objetivo alimentar el conflicto horizontal
hombre-mujer y socavar la familia natural desde sus cimientos. El cual, como
todos sabemos, es el núcleo fundamental de una sociedad humana estable, sana,
capaz de producir suficientes anticuerpos contra los abusos del poder
capitalista y sus distorsiones ideológicas.
Los hombres
solitarios y desmasculinizados, inseguros, histéricos e incapaces de
relacionarse con el sexo opuesto, y por el contrario, las mujeres solitarias,
deprimidas, también incapaces de relacionarse con el sexo opuesto, son el humus
social óptimo para construir una sociedad distópica, nihilista, proclive a la
indiferencia y dividida ante la dominación del capital. Una sociedad así es
incapaz de construir relaciones sociales sanas y estables, ya que todo lo que
gira en torno a la relación entre un hombre y una mujer (durante milenios
regulada por leyes naturales) puede considerarse inestable, ocasional y
presagio de posibles violencias y abusos de poder del hombre sobre la mujer
(quién sabe por qué, nunca al revés).
Una sociedad
así acaba impidiendo la cohesión social y la adquisición de la conciencia de
clase (que pasa también por la solidaridad entre los sexos), necesaria para
combatir el abuso del capital sobre el trabajo. Y no es coincidencia que el
declive de las fuerzas políticas proletarias a favor de las liberales
(libertarias y liberales) comenzara exactamente cuando los derechos cosméticos
se impusieron con fuerza en la agenda política, reemplazando a los derechos
sociales.
Para concluir,
denunciar el supuesto «patriarcado» no mejorará ciertamente las relaciones
entre hombres y mujeres, ni reducirá los casos de violencia auténtica, que son
siempre el resultado de la experiencia personal de quienes la cometen. Más bien
contribuirá a hacer que la sociedad humana moderna sea aún más distópica, más
nihilista, más estéril (¡la disminución de la población occidental es
aterradora!) y, peor aún, fortalecerá el poder de las elites capitalistas y
transhumanistas sobre la sociedad. Porque, como enseña la mejor estrategia de guerra,
para lograr una victoria es necesario (entre otras cosas) conocer a tus
enemigos y dividirlos, amplificando los puntos de discordia y haciendo
irrelevantes los puntos de contacto. El capitalista lo entendió perfectamente.
El proletario no lo hace, porque está comprometido a denunciar el patriarcado.
Fuente: Il Petulante