miércoles, 4 de diciembre de 2019

LA OTAN LE QUITA (El Gobierno que actúa como "quitante") A LOS TRABAJADORES ESPAÑOLES EL 1,5% DE TODA LA RIQUEZA QUE PRODUCEN EN UN AÑO, (¿Y esto no es corrupción por la vía militar, paso firma, vista al frente, media vuelta, cuerpo a tierra, revolcón por el barro pa´mancharte el traje y tal?) Y OIGA: ¿ESTO PA´CUALO LE SIRVE A LOS TRABAJADORES QUE SE PASAN LA VIDA TRABANDO PARA HACER RICA, GRANDE, UNA Y LIBRE A LA PATRIA, Y ASÍ HASTA LAS NUBES Y DE ESTAS DANDO UN SALTO ALCANZAR A DIOS?



REINO UNIDO. Miles de personas se manifestaron en Londres contra la OTAN, en su 70 aniversario, y contra Trump


Insurgente org. / 04/12/2019

La organización terrorista más sanguinaria y destructiva de la historia de la humanidad cumple ya 70 años. Por eso, el jefe del imperialismo mundial se personó en Londres, para celebrar dicho aniversario. Pero su estancia no fue tan grata como él hubiera deseado.

Efectivamente, miles de personas recorrieron ayer las calles de Londres para alzar la voz contra la OTAN, que, como decimos, celebra en esta ciudad su 70 aniversario, y en protesta por la presencia del presidente estadounidense, Donald Trump.

Los movimientos Stop the War Coalition y CND (Campaña por el Desarme Nuclear) convocaron esta marcha en la céntrica plaza de Trafalgar, repleta de banderas de países de todo el mundo.

Coreando al unísono «No a Trump, No a la OTAN», los manifestantes se desplazan hacia el Palacio de Buckingham, donde la reina Isabel II ofrecerá una recepción a los líderes de los países aliados.

«La OTAN no ha sabido mantener la paz. La guerra en Afganistán y Libia continúa, ha habido numerosas acciones en Europa del Este y las consecuencias infringidas por su intervención en el extranjero no hacen más que agravarse», declaró a Efe Mayer Wakefield, portavoz del movimiento Stop the War Coalition.

En el corazón de la plaza, un grupo de personas sujeta diversas pancartas para rechazar el intervencionismo de Trump en Cuba, en Palestina, en Irán y en la salud pública del Reino Unido.

Alex, un ingeniero de 60 años, sostiene una pancarta que dice «Recortes en la guerra, no en la sanidad».

«No soy médico, pero soy un ciudadano preocupado y estoy aquí porque muchos de nosotros tememos que si hay un ‘brexit’ sin acuerdo, nuestro sistema de salud va a caer en manos de Trump y de empresas privadas», expresó.

«También protesto contra todos los recortes que ha habido sistemáticamente desde hace más de veinte años. La sanidad es un derecho público y debemos defenderlo», recalcó.

De fondo se oyen los aplausos de la comunidad kurda que ha acudido a protestar.

«Condenamos la existencia de la OTAN, que está invadiendo Siria mientras hablamos. Nuestras ciudades están ardiendo, es una alianza que provoca una violencia sistemática a nuestra gente. Ya basta!» exclamó su representante, Elif.

Entre pancartas, banderas y música, jóvenes y mayores de todas las nacionalidades muestran de forma pacifista su rechazo a la OTAN y a las políticas de Trump.

Mientras tanto, los responsables de la organización terrorista más sanguinaria del mundo y el jefe supremo del imperialismo se taponan los oídos, para seguir haciendo caso omiso a las demandas de la inmensa mayoría de la población mundial.

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FEMINISMOS




Mujeres Haitianas
 
Haití y la raza: tensiones y contradicciones para el feminismo antirracista y plurinacional 
(I)

04.12.2019

Tanto la historia como el presente del pueblo haitiano pueden servir de vidriera para la historia del continente. El rol de las mujeres haitianas presiente revanchismo colonial y revolución social.

En el relato oficial de los años ‘90, las aperturas neoliberales se predisponían a diseñar al brazo del capitalismo internacional un porvenir marcado por el fin de la historia. Es decir, el fin de las ideologías y procesos de masas de carácter universalista, como el comunismo, el anarquismo, e incluso el mismo liberalismo filosófico republicano. El fin de la historia, como premisa destructiva de las históricas utopías emancipadoras mundiales, condensaba además un proceso de largo aliento, cuyo quiebre estratégico tendría que ver con el desgaste de los Estados de bienestar. 

A este discurso nordocéntrico (situado en las realidades del norte de poder internacional: EE.UU. y los países céntricos de Europa) debemos sumar los procesos de descolonización en África y Asia. Lo que el neoliberalismo lee como fin de la historia, las periferias mundiales lo vivimos como el deterioro de la dominación eurocéntrica, con sus formas de dominación directa colonial. Como lo atestigua Frantz Fanon en los Condenados de la tierra, los procesos de descolonización, aunque tuvieron por objetivo la destrucción del sistema colonial europeo y estadounidense, fueron fuertemente torpedeados por el colonialismo interno y la cooptación estratégica de los mandos altos y medios de poder.

Las burguesías nacionales habían sido educadas durante décadas en el corazón imperial europeo. En la actualidad, aunque formalmente las periferias del mundo gocemos de aparatos autónomos devenidos de luchas cruentas contra la dominación extranjera, como Constituciones, Sistemas Educativos e Instituciones Financieras Nacionales, en la realidad estamos lejos de gozar de autonomía política, financiera o cultural.

La colonialidad persistente es un grave lastre de las dependencias colonialistas. El resultado es el reforzamiento de discursos y prácticas basados en el odio racial, clasista y machista.  En el caso haitiano, el racismo sexo-genérico está relacionado con una impronta de clase.

Las viejas élites mulatas de Pétionville (Ciudad de Petión, en nombre del prócer revolucionario mulato, letrado y propietario) coordinaron la vida política y económica del país durante años, dejando a fuera a la totalidad de la población. En la actualidad el cuerpo jurídico está en francés y los Liceos prohíben el creol al 99% del pueblo que habla la lengua local.

En una operación historiográfica desastrosa Jean-Jacques Dessalines, referente máximo de la revolución anti esclavista, por negro e iletrado, es degradado y puesto linealmente, codo a codo con Petión. Otra de las operaciones historiográficas de la colonialidad del saber, fue borrar el papel prominente de las mujeres en la revolución. Cécile Fatiman, la responsable de convocar la rebelión dedal de la revolución en Bois Caimán, ha sido totalmente olvidada. Olvido premeditado, dicho sea de paso, por las lógicas del poder epistemológico patriarcal y colonial.

En el libro más leído sobre revoluciones al interior de nuestras academias, El Siglo de las Revoluciones de Eric Hobsbawm, la revolución haitiana -primera revolución independentista de la modernidad, primera gesta anti esclavista de la historia universal moderna- solamente aparece en dos menciones: un renglón sobre esclavitud y un pie de página. 

En Haití, la colonialidad racista y misógina es un lastre del revanchismo que tuvo que pagar la Nación por atreverse a reventar las cadenas de la esclavitud y gritar, por vez primera en el continente “Libète ou lanmò”, libertad o muerte en palabras del gran Dessalines.  Tras el terremoto del 2010, Haití viene sufriendo un total desguace de sus recursos.

El negocio de la lástima campea. Según el sociólogo Lautaro Rivara, de la Brigada Dessalines, el negocio de la ayuda internacional, vehiculizado por cientos de ONGs de los centros de poder, ha provocado un desdoble total de la economía.

El capital que circula a través de la llamada ayuda internacional ronda buena parte del Producto Interno Bruto del país. Sin embargo, el injerencismo internacional no puede pensarse sin la ocupación del territorio y de la humanidad que en él habita.  Tras el terremoto, más de un millón y medio de personas fueron evacuadas a las periferias de Puerto Príncipe y otras urbes en campamentos totalmente desprovistos de acondicionamiento digno para la vida. En esos días se registraron 250 casos de violación, cifra nimia si se tiene en cuenta la globalidad del proceso destructivo que se ha perpetrado desde entonces.

En los últimos dos años el pueblo haitiano se ha rebelado contra el imperialismo que les empuja a la muerte, la explotación o la prostitución. En mayo de este año, las organizaciones de izquierda, movimientos políticos, y organizaciones juveniles, tomaron las calles para reclamar contra la violencia sexual devenida tras la ocupación del país por organismos como la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) donde la bota militar de los países participantes franquearon toda ética, violando, abusando laboralmente y explotando sexualmente a mujeres, niños y niñas. 

La movilización se llevó a cabo en las inmediaciones de la Universidad de Quisqueya en la capital, Puerto Príncipe. Bajo el hashtag #PaFèSilans (“No te calles”, en creol haitiano) surgió el primer movimiento masivo de mujeres que esboza definiciones programáticas de carácter feminista, urgentes para la democratización de la vida nacional.  Uno de los requerimientos fue la creación de un cuerpo jurídico que tipifique la violencia contra las mujeres y las infancias.

Ya en el 2015 había sido llevado a cabo un proyecto que no pudo adelantarse por el cierre del Parlamento. Otra de las medidas que exigen las mujeres tiene que ver con la capacitación efectiva en problemas de violencia sexo-genéricas. Al día hay una total escasez de capacitación en el tema, como de políticas de asistencia y acompañamiento a víctimas. En síntesis, Haití expresa la inagotable fuerza del revanchismo colonial. Al agravio del hambre se suma la total desregulación del mercado de trabajo.

El peso de las maquilas textiles agudizan las pésimas condiciones de vida de las mujeres que mal viven para trabajar en los talleres. La miseria de las maquilas es la esclavitud del presente y tiene cuerpo de mujer.  Ver a Haití es ver un futuro posible. Tanto si nos movilizamos para cambiar la historia, a pesar de los límites de la imaginación, como si nos quedamos viviendo y parasitando al rededor de la lástima como cualquier ONG.



(*)La Autora es Integrante de la Cátedra de feminismos populares y latinoamericanos “Martina Chapanay”
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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PUBLICADO EN LA REVISTA EL POLLO URBANO DE ZARAGOZA, ESPAÑA, DICIEMBRE 2019



República Dominicada: Contrastes: Dominicana/ España


Por Manuel Sogas Cotano
El Pollo Urbano
Diciembre 2019 

Parece más acertado hablar de contrastes que de comparaciones entre la República Dominicana y España, y después, viendo sus causas, se podrían explicar las correspondientes situaciones entre ambos Estados sin caer en el tópico o calificación moral de bueno, malo, mejor o peor.


Manuel Sogas Cotano
Corresponsal del Pollo Urbano en la República Dominicana

Si consideramos la corrupción es los dos Estados, salvo miopía muy aguda, hay que estar muy ciegos para no ver y considerar que  la corrupción forma parte consustancial de la política, o sea, que está institucionalizada, pero a nivel de calle sería difícil encontrar a alguien que no la rechace y la reconozca como parte estructural del sistema.

    Se estaría muy lejos de al realidad si se afirmará que en la República Dominicana lo que predomina es la pureza política institucional. Se reconoce popularmente la existencia de la corrupción, pero al mismo tiempo tiene una cierta aceptación social que se ejerce en la práctica con absoluta normalidad, y así, se considera normal, en la práctica, que algunos votantes lleguen incluso al domicilio particular del candidato a demandarle algún dinero para por satisfacer alguna necesidad, verdadera o licitica, puesto que la necesidad que motiva la petición de dinero no se comprueba, a cambio de lo cual el solicitante de la ayuda económica promete el compromiso de su voto al candidato en cuestión, operación que evidentemente puede ser repetida con otros candidatos de otros partidos, y al igual que con el primero a cambio de su voto. Cabría argüir como motivo atenuante en este tipo de comportamientos el sentido práctico y de oportunidad de resolución de algunos problemas materiales personales inmediatos.

    Tampoco es algo excepcional el caso de que en las cercanías del colegio electoral, el día de las elecciones, alguien encabezando un grupo familiar aborde a un candidato para decirle que cuanto está dispuesto a pagar a cambio por su voto y el de sus familiares.

    Así se podrá explicar el por qué se tiene aceptado socialmente que para dedicarse a la política hace falta un determinado nivel económico, porque para poder salir elegido en unas elecciones democráticas “algo hay que dar”.

    Tampoco constituye caso excepcional alguno que los diferentes candidatos, especialmente en elecciones municipales, visiten en su domicilio particular a determinadas personas necesitadas para ofrecerles algo a cambio del voto.

    Excepto maestros y miembros de  los cuerpos de seguridad del Estado, por lo general, el resto de funcionarios que tienen empleo en los diferentes administraciones públicas que continúen o no en sus respectivos puestos de trabajo después de unas elecciones depende del partido o partidos que formen gobierno.  Y así, por ejemplo, un ingeniero del Ministerio de Obras Públicas con años de antigüedad en los que ya ha demostrado su nivel técnico y humano, puede quedar en el paro según qué partido o partidos formen el gobierno correspondiente. Este hecho y otros semejantes podrían quedar explicados aludiendo a razones de confianza que a otros conceptos. 

    Como punto de partida teórico se podría afirmar que España dispone de un sistema político más avanzado, tesis que al menos podría ser discutida.

    Con el reciente acuerdo de formar un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, dada la fragmentación política de la composición parlamentaria, en la que la tendencia radical (teórica) de izquierdas representada por Unidas Podemos se halla en minoría, y considerando el contexto general europeo, en que la política española en realidad la dicta la Comisión Europea; el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, y no el Gobierno ni el Congreso de los Diputado ni el Senado, cabe esperar un entreguismo total de la izquierda a la derecha política española, incluido el PSOE, que  a pesar de su denominación de haber sido la minoría mayoritaria que gano las elecciones últimas, es el mejor valedor para la defensa de las políticas neoliberales dictadas por Europa. “Es lo que hay”, dicho popular, que podría ser utilizado para resumir el discurso filosófico-teórico de Unidas Podemos que les lleva al entreguismo al PSOE, puesto que parece impensable que formando parte del gobierno pueda realizar al mismo tiempo en el Congreso una política crítica y de izquierdas.

     En la República Dominicana, al menos en algunos sectores políticos parece que no aceptan las cosas tal y como están.

    Expertos analistas políticos que conocen la realidad dominicana, como Ricky Noboa, reconocen que las manifestaciones sociales en lo que se lleva de siglos constituyen el resultado de la desconfianza de los pueblos sometidos al endeudamiento externo, de sus riquezas naturales, y en que no creen que el gobierno gobierne para el pueblo, lo que provoca demandas populares sin respuestas, de cuya situación podría surgir un estallido social.

    A mediados de noviembre varias docenas de campesinos pertenecientes a la Asociación Mamá Trigó, dirigente campesina asesinada por el gobierno de Balaguer, de las provincias del Seibo y de Hato Mayor, produjeron actos de protesta ante el Palacio Presidencial de Santo Domingo  que acabó con varios heridos de poca consideración, reclamando al gobierno las tierras que les pertenece y que han estado trabajando habitualmente, de las que de forma violenta pretende apropiárselas una empresa.

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