sábado, 22 de marzo de 2025
La guerra de Ucrania: análisis y antecedentes
La guerra de Ucrania: análisis
y antecedentes
Por Pedro Andrés González Ruiz
Rebelion
21/03/2025
Fuentes: Rebelión
Ahora que la
guerra de Ucrania parece tocar a su fin, nos planteamos cómo se llegó allí. Más
allá de entrar en el maniqueo ejercicio de víctimas y culpables, o peor aún,
buenos y malos, nuestra propuesta es diferente. Se trata de rastrear los hechos
vistos como formas concretas del movimiento de la relación social que regula la
totalidad del orbe mundial. Lo cual empieza preguntándonos por la causa de los
hechos que tenemos delante.
La actual
guerra de Ucrania, tal como la hemos conocido en los últimos tres años, tuvo su
origen inmediato en la invasión rusa de febrero de 2022. Una primera pregunta
asalta al observador: por qué Putin decide invadir Ucrania. Es claro que esta
acción imperialista tiene su origen en la voluntad imperialista rusa de
responder a supuestas agresiones del imperialismo occidental.
Ambas
voluntades imperialistas que se contraponen nos remiten a la lucha entre
bloques geopolíticos. Encontrándonos en que para explicarnos la guerra de Ucrania
hemos de ver la relación entre ambos imperios. Hemos de aclarar que en este
planteo, referido a una coyuntura muy específica, el capital anglo-europeo
aparece como unidad. Pero sabemos que no es así. Cuestión que se ha visto más
evidente con la política de Trump, pero esto tendrá que ser materia de otro
desarrollo.
Las disputas
entre bloques geopolíticos no resultan de divergencias morales, como la
libertad, la democracia, la seguridad, o la fraternidad. Ese es el discurso que
envuelve la verdadera causa, los intereses que nutren la acumulación de sus
respectivos capitales: materias primas o recursos naturales, fuerza de trabajo,
mercados, localizaciones o rutas de transporte y comunicaciones, básicamente.
Es decir, las bases materiales de la reproducción ampliada del capital. Ucrania
ofrecía muchos de estos motivos (potencia cerealistica, recursos energéticos,
tierras raras, posicion estratégica y acceso directo al territorio ruso).
También sabemos
que esta lucha interimperialista en torno al territorio ucraniano no comenzó en
2022 y que tiene unos antecedentes, lo cual nos lleva a mirar las relaciones
entre las dos potencias, Rusia y USA-UE, en torno al territorio ucraniano en su
evolución histórica.
Pero, hay algo
más que no debe escapar a la mirada histórica atenta. Esta guerra
interimperialista histórica de Ucrania es una forma concreta del enfrentamiento
entre los dos bloques en torno a la expansión de la OTAN en Europa oriental.
Aún más, este
enfrentamiento no se limitó a la Europa del este sino que se extendió a lo
largo y ancho de la tierra. Este es el marco que permite entender las
revoluciones naranjas, primaveras árabes, golpes suaves que riegan la historia
reciente de la humanidad desde los años noventa: Irak (1991, invasión en 2003,
ocupación 2003-2011), Irán, Chechenia (1994-1996, 1999, 2005), Libia (2011,
2014-2020), Siria (2011-2024), Afganistan (2011), Líbano, Argelia, Venezuela,
entre muchos otros.
Por ello, para
adquirir una comprensión amplia de la guerra de Ucrania hay que volver la mirada
a los hechos que siguen al desmoronamiento de la URSS y, particularmente, a la
lucha más o menos larvada en torno a su área de influencia desde inicio de los
años noventa del siglo pasado. Veamos.
La caída de la
URSS sunió a todo el bloque soviético en una depresión económica y un desorden
político. En los años 90, y hasta mediados de la segunda década del nuevo
siglo, el incipiente capital ruso, deslumbrado por la modernidad occidental,
demanda integrarse en el imperialismo anglo-europeo, pero será rechazado en
diversas ocasiones. También intentará restablecer la colaboración con el
antiguo Comecon, pero verá esfumarse su área histórica de influencia. No
obstante, tendrá una tarea que realizar, desarrollarse. Primero saqueando el
estado ex-soviético que se repartirán los gerentes de las empresas publicas y
los burócratas del PCUS, los futuros oligarcas. Luego, reprimiendo, explotando
y empobreciendo a la clase obrera rusa. Este ensimismamiento, en parte debido a
su debilidad, lo relegará al papel de un observador resignado de la caída del
imperio ex-soviético.
Tras la
reunificación alemana (1990) donde los líderes occidentales prometerán que la
OTAN no se expandirá hacia Europa del Este, negarán a Gorbachov su propuesta de
integrarse en una OTAN reformada. Entre tanto, ayudan a los países de Europa
del Este para que vayan superando sus deprimidas economías con gobiernos
prooccidentales que se irán integrando en la UE. En cambio, a Rusia, le negarán
tal auxilio y le enviarán numerosos expertos que conduzcan su economía hacia el
capitalismo. La tarea del Occidente atlantista consistió en separar a la URSS
de su área de influencia (Europa del Este y algunos países de extremo oriente),
por un lado, mientras se fomentaba su debilidad (fraccionamiento, hostigamiento,
aislamiento, en definitiva que no despierte el oso), por el otro. Cualquiera
que fuese la causa de la dinámica centrífuga de la URSS/Rusia, la tarea del
imperialismo atlantista fue favorecerla. Así la expotencia mundial quedaba
relegada a un papel subsidiario en la división internacional del trabajo le
tenía asignado a Rusia en la acumulación mundial de capital
En 1991 se
disuelve la URSS, declarándose el final de la guerra fría con la victoria del
capitalismo atlantista. Fukuyama proclamará el final de la historia que los
intelectuales occidentales celebrarán. Le tocará a Yeltsin contemplar como el
imperialismo atlantista interviene en toda Europa Oriental, espoleando la
rusofobia heredada de la época soviética y agudizando las diferencias internas.
Particularmente observará risueñamente el desmembramiento en 7 países de
Yugoslavia (1992) y el bombardeo de Serbia en dos ocasiones (1995 y 1999),
además de los conflictos del Cáucaso y Chechenia. A pesar de sus protestas,
tendrá que beberse la ampliación de la OTAN en 1999 (Polonia, Chequia y
Hungría).
Posteriormente,
será el turno de Putin, pese al buen rollo con los líderes occidentales, verá
cómo la alianza se le planta enfrente con la entrada de Bulgaria, Lituania,
Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia y Letonia, estos dos últimos con
fronteras con Rusia, en 2005. Sus protestas caen en saco roto, y la buena
predisposición rusa tampoco logrará el acercamiento que las élites rusas
anhelan. A Rusia le “surge” la segunda guerra de Chechenia (2005).
Un poco antes,
en 2004, en Ucrania estalla la revolución naranja, que el imperialismo
anglo-europeo impulsa, y se establece un gobierno prooccidental cuya política
favorece los intereses de USA y la UE frente a los rusos. En 2008 Bush-hijo
declara la intención de incorporar a Ucrania y Georgia a la OTAN. Al mismo
tiempo, el presidente ucranio (Yushenko) solicita la entrada en el organismo
militar. Putin, de nuevo, se mostrará contrario. Además habrá de afrontar la
guerra de Georgia (2008).
No obstante, el
proceso de integración de Ucrania en la OTAN se ve paralizado por el nuevo
gobierno prorruso de Yanukovich (2010), salido de las elecciones. Rusia
aprovecha para renovar su presencia en la base militar de Sebastopol, uno de
sus bastiones en el Mar Negro que comunica con Oriente próximo.
Entre tanto, el
capital ruso se ha desarrollado y se hace con un área de influencia; el mercado
interno se le queda estrecho y ha de salir a competir en el mercado mundial.
Además, su potencia militar le habilita para establecer la necesaria área de
seguridad (como mínimo, la neutralidad de Ucrania), que salvaguarde a Rusia de
intromisiones militares extranjeras. Pues, como dice Marx, la violencia no solo
es partera de la historia sino que es una potencia económica en sí.
En 2013 surge
el Euromaidan, una revuelta popular que, con intervención occidental, derrocará
a Yanukovich y llevará al poder a un gobierno prooccidental. Pero, el nuevo
gobierno y su política antirusa no será aceptado por todas las regiones.
Crimea, que tiene la base militar de Sebastopol, será anexionada por Rusia en
2014. Occidente protestará enérgicamente: una cosa es desmembrar la URSS en 15
países, Checoslovaquia en dos o Yugoslavia en siete, y otra cosa es lo de
Crimea, por lo que impondrán sanciones a Rusia.
En 2014 y
posteriormente en 2015, el gobierno ucraniano apoyado por el imperialismo
anglo-europeo, inclumplirá sendos acuerdos de Minsk, que pretendían poner fin a
la guerra del Donbás (2014). Una guerra desatada porque las regiones de Lugansk
y Donetsk no reconocen al gobierno ucraniano y se independizan. Esta guerra se
prolongará hasta que Putin, el 24 de febrero de 2022, pone en marcha la
operación militar especial iniciando la invasión de Ucrania.
Putin, un
reaccionario religioso, antes un dialogante y moderno gobernante ruso, es
presentado ahora como un autócrata loco y despiadado. Sin embargo, es lo que
cualquier gobernante, el portavoz de la representación política del capital
total ruso.
Un capital que
hubo de crecer lentamente, sin ayuda, sobre la base del expolio del estado
ex-soviético y la explotación de la clase obrera rusa. Un capital que, mientras
fue débil, hubo de conformarse con ver resignadamente y, a veces, ingenuamente
cómplice, cómo el imperialismo occidental, al cual anhelaba vincularse, lo
despreciaba y le detraía su otrora área de influencia. Pero que, llegado a un
punto de su desarrollo, dotado de su poder militar en buena parte heredado de
la URSS y propietario de fabulosas riquezas naturales además de 150 millones de
habitantes, se enfrentó al último intento de cercarlo: la incorporación de
Ucrania a la OTAN. El capital ruso, transformado en imperialismo ruso, reclama
un sitio más determinante en el tablero geopolítico mundial, y esto empieza por
reclamar su área de seguridad lo cual significa la neutralidad, como mínimo, de
Ucrania.
La guerra de
Ucrania se nos presenta, entonces, como un episodio de la disputa histórica
(desde la caída de la URSS) del nuevo imperio ruso, larvado lentamente por el
capital ruso, frente al imperio euro-atlantista. Disputa que gira en torno al
área de influencia (Europa del Este), por tanto de las riquezas ucranianas
tanto materiales como estratégicas y que incluye el área de seguridad
(neutralidad de Ucrania) del imperio ruso. Un imperio que avanza en su
posicionamiento geopolítico, empujado por el capital ruso que se expande en la
búsqueda de la apropiación del máximo plusvalor en el marco de la nueva
división internacional del trabajo que ofrece la acumulación mundial de
capital.
Pedro Andrés
González Ruiz, autor del blog Criticonomia
¿Abascal presidente?
Lo de Mazón no tiene nombre. Lo sabe él, lo sabe Feijóo, lo saben tirios y troyanos, lo sabe el sumsun corda, lo sabe la dama de su almuerzo semisecreto, lo sabe su inútil vicecómplice, lo sabe hasta Abascal. Pero ¿qué les importa?
¿Abascal presidente?
El Viejo Topo
22 marzo, 2025 Alfons
Cervera
Mazón nombra a
Abascal nuevo presidente del Gobierno valenciano
Ya está. Todo
se ha consumado, como se decía en alguna parte de la Biblia. Desde el 28 de
mayo de 2023, cuando el PP pactó con Vox el gobierno valenciano de coalición,
no teníamos ninguna duda. Incluso cuando no mucho más tarde la ultraderecha
rompió el acuerdo, sabíamos que esa ruptura no era más que un paripé. Sabíamos
que el PP de Carlos Mazón y Vox seguían siendo esos amiguitos del alma que
acuñó Francisco Camps en sus tiempos de amor apasionado con el Bigotes y
la Gürtel. Sólo se trataba de esperar el momento en que aquella
relación que, a ojos enrabietados de Feijóo, le jorobó la presidencia del
Gobierno, regresara a sus cauces naturales de cordial entendimiento. Y ya está.
Todo se ha consumado. El lunes 17 de marzo, en plena euforia fallera, regresó
Mazón de su escondite secreto donde andaba desaparecido y con todo el aplomo
del mundo nombró a Santiago Abascal presidente de la Generalitat
Valenciana.
El tiempo de
Mazón se ha acabado. Ninguna duda en ninguna parte. Y aún menos entre los
suyos. Se trataba de esperar el momento oportuno para ponerlo de patitas en la
calle. Pero eso no era fácil. Para nada lo era. No hay repuesto en las
filas del PP valenciano. Menudos lumbreras se sientan en su bancada de las
Corts. Y defenestrar al presidente “noqueado” era reconocer que el partido, no
sólo Mazón, era el responsable de la tragedia que vivimos aquel fatídico 29 de
octubre del año pasado. La estrategia era esperar que el tiempo lo borrara
todo. La huella de las víctimas mortales, el dolor de quienes las
sobrevivieron, el terrorífico paisaje que las aguas dejaron tras la barrancada.
Como tantas otras veces, la seguridad en las filas del PP de que el tiempo lo
cura todo y de que cuando llegara el olvido las cosas volverían a la
normalidad, esa normalidad que para ellos no es otra que bailar a la chita
callando sobre la tierra calma de la desmemoria.
Ya va para la
sexta anunciada manifestación en València exigiendo la dimisión del presidente
del Consell. Será el sábado 29 de marzo, justamente cuando se cumplen cinco
meses de la maldita Dana. Mientras tanto, el PP se ha inflado a contar
mentiras, a cambiar las versiones de por qué no estaba Mazón donde debió
estar el día del horror. La última versión ha salido del Palau de la
Generalitat coincidiendo con la fiesta de las Fallas. No ha aparecido en ningún
momento en el balcón del Ayuntamiento de València, que es el sitio donde se
hacen visibles personalidades de la política, de la cultura, de la economía… Y
aquí la última versión de las ausencias clamorosas de Mazón en todos los
eventos públicos: el presidente no estaba para fiestas y andaba entregado en
cuerpo y alma a la “reconstrucción”. La palabra mágica desde que compareció en
las Corts y dijo que se quedaría de presidente hasta que culminara su
entrega a la recuperación de los desastres de la Dana. Desde entonces
anda desaparecido. No puede salir a la calle porque la gente le recuerda a
gritos que por qué no estaba, y dónde, dando la cara mientras cientos de
muertos y desaparecidos ocupaban el cauce loco de la torrentera.
La dimisión
estaba cantada. Pero el PP no sabía cómo llevarla a cabo. Todo era cuestión de
tiempo, decía o pensaba Feijóo. Mientras tanto, Mazón tenía un solo objetivo:
apurar los cuatro años de mandato. Y no para trabajar codo con codo en la
reconstrucción que tanto predicaban él y su partido. El motivo era mucho más
sencillo: si llega al final de la legislatura, en 2027, su vida será un
chollo de campeonato: se embolsará 75.000 euros anuales durante los
siguientes quince años. Y dispondrá de coche oficial, chófer, personal de
asesoramiento y despacho. Esa es la famosa “reconstrucción” a la que está
dedicado Mazón en cuerpo y alma desde que se despidió de la calle hace cinco
meses. Y ahora llega la última hazaña del nada honorable presidente de la
indignidad. El pacto con Vox para aprobar los presupuestos de 2025. Los
amiguitos del alma se abrazan y cantan victoria sobre las huellas de una
tragedia que no vamos a olvidar aunque ellos quieran.
Fueron Mazón y
Abascal los primeros en pactar un gobierno de coalición. Fue la cosa tan rápida
que a Feijóo le arruinó el brindis desde el balcón de la madrileña calle Génova
la noche del 23 de julio de 2023. Ahora han vuelto aquellos abrazos yo diría
—hoy con más razón que nunca— que entre las dos ultraderechas. En una
comparecencia que avergüenza a la más mínima cultura democrática, Mazón fue
desbrozando el pasado lunes el territorio del acuerdo: nada de cambio
climático aunque los suyos en Europa digan lo contrario, nada de
dinero para las organizaciones que se ocupan de los problemas sociales de la
gente, nada para la recuperación de la Memoria Democrática, nada para la
normalización lingüística… y todo para combatir a sangre y fuego la llegada de
inmigrantes. Siempre he pensado, y más en los últimos tiempos, que las
diferencias entre el PP y Vox no eran de gran envergadura, que Abascal sale de
las costillas de Aznar y Primo de Rivera, que Feijóo no era lo que se decía
cuando desembarcó en Madrid porque Díaz Ayuso le había señalado a Pablo Casado
la puerta de salida y en ese partido lo que dice Díaz Ayuso va en la Villa y
Corte a la misa grande de todos los domingos.
El pasado lunes
se confundieron en un solo cuerpo y una mente única Mazón y Abascal. Hablaba el
de Vox por la boca entusiasta del aparecido. La aprobación de los presupuestos
era lo de menos. Lo de más era que Mazón daba un paso hacia los 75.000 euros
durante quince años (o al menos eso creen él y la boca pequeña de Feijóo y
Borja Sémper) y Abascal se coronaba públicamente como el primer presidente de
Vox de una comunidad autónoma. A partir de ahora será Vox quien dictará lo que
ha de hacer o no hacer el Gobierno valenciano. No hará falta que
vuelvan a pactar un gobierno de coalición como en 2023. Amarrado en su
despacho del Palau, echando cuentas de la pasta que le espera si aguanta estos
dos años, Mazón será ahora un presidente cautivo por partida doble. Por un
lado, las consignas diarias de Abascal para que nadie en el PP se olvide de
quién es el jefe. Y, por el otro, lo tendrá igual o peor: seguirá sin poder
salir a la calle en estos dos años. La tragedia del 29 de octubre no la vamos a
olvidar tan fácilmente como creen Feijóo y sus cantores. Por eso no van
a parar las manifestaciones para exigirle que se vaya a casa y deje
tranquila la ya de por sí intranquila memoria del horror, un horror que a él le
importó un pito entonces y le sigue importando un pito cinco meses después de
aquellos días. Voces que seguirán gritándole que las víctimas de aquella
barrancada le exigen memoria, justicia y reparación. Aunque él piense, en el
colmo de su indecencia y su cinismo patológico, que 75.000 euros anuales
durante quince años bien valen tener que aguantar los gritos de la calle y la
memoria estridente de las víctimas de la Dana.
Otra cosa será
por dónde vayan los caminos de la Justicia. De momento su condición de aforado
(otro motivo para su mantenimiento en el cargo) lo deja tranquilo. Pero entrar
en chirona —o al menos sentarse en el banquillo de los acusados— no es
un futuro descartable por su irresponsabilidad en la nefasta gestión
de la tragedia que provocó 228 víctimas mortales y la destrucción de un paisaje
que tardará años en reconstruirse. Lo que es seguro, desde el pasado lunes, es
que será Abascal quien discuta con Feijóo lo que hacer o no hacer en el
gobierno valenciano. Y también, cómo no, qué hacer o no hacer con el
“expresidente” Mazón. ¡Qué gentuza, joder, qué gentuza!
Fuente: infoLibre
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Id vosotros a la guerra
Id
vosotros a la guerra
Publicado el 20 de marzo de 2025 / Por Otros medios / KAOSENLARED
Mientras los hospitales
colapsan, los alquileres suben como la espuma y la educación se desmorona, la
Comisión Europea ha decidido que la prioridad es gastar 800.000 millones de
euros en armas. Sí, dinero público que debería ir a escuelas, sanidad y vivienda,
desviado para alimentar la maquinaria bélica. Recortes para los de abajo,
cheques en blanco para los fabricantes de armas.
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El régimen nazi-fascista de Ucrania hizo explotar estación que suministraba gas ruso a Europa
El régimen nazi-fascista de Ucrania hizo explotar estación que suministraba
gas ruso a Europa
DIARIO OCTUBREmarzo 21, 2025
El Comité de Investigaciones ruso abrió una causa
penal en el contexto del ataque contra la estación de Sudzha, en la provincia
rusa de Kursk.
Final del formulario
Militares ucranianos realizaron este jueves una detonación en la estación
de distribución de gas Sudzha, ubicada en la provincia rusa de Kursk, comunicó el Comité de Investigaciones de Rusia.
Como resultado
del ataque, la
instalación sufrió «daños significativos», indicó el organismo.
El comité
señaló que se abrió una causa penal por acto terrorista. Ahora se está llevando
a cabo una investigación para identificar a todos los implicados en la
explosión.
A través de la
estación de Sudzha pasaba uno de los mayores corredores de suministro de gas
natural ruso a Europa, antes de que su tránsito por el territorio ucraniano
hacia países del Viejo Continente se interrumpiera a
partir de 1 de enero, debido a la negativa de Kiev de prorrogar los acuerdos
bilaterales con Moscú.
Kremlin: «Kiev
es el culpable evidente»
El vocero
presidencial ruso, Dmitri Peskov, aseguró que el
régimen de Kiev es el «culpable evidente» de hacer estallar la estación de
distribución de gas Sudzha.
Al mismo
tiempo, detalló que la
orden del presidente de Rusia, Vladímir Putin, de abstenerse
de atacar las infraestructuras energéticas de Ucrania está en vigor y
las Fuerzas Armadas rusas la están cumpliendo.
Kiev viola el
cese de fuego
Se trata
de una nueva violación del cese al fuego, con ataques a
infraestructuras energéticas de Rusia y Ucrania. El presidente ruso durante
la conversación telefónica de este martes con su par estadounidense, Donald
Trump, respaldó la idea
de suspender durante 30 días los ataques a las infraestructuras energéticas,
acerca de lo cual dio la orden correspondiente al Ministerio de Defensa.
No obstante, la
madrugada de este miércoles, Ucrania atacó una
instalación de infraestructura energética de Rusia, ubicada en la localidad de
Kavkázskaya (región de Krasnodar), que «se encarga del transbordo de petróleo
desde vagones cisterna de ferrocarril al sistema de tuberías de la empresa
internacional de transporte de petróleo Consorcio del Oleoducto del Caspio»,
comunicó el Ministerio de Defensa ruso.
Al comentar el
ataque ucraniano, Peskov afirmó que puede considerarse como un intento
de Kiev de sabotear los esfuerzos para solucionar el conflicto.
Tras ello,
Ucrania lanzó un masivo ataque con drones contra el territorio ruso y el
Ministerio de Defensa de Rusia informó del
derribo de 132 vehículos aéreos no tripulados.
Zelenski
admitió no controlar todas sus unidades militares
Los ataques se
produjeron a pesar de que el líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski,
manifestó públicamente que apoya el cese de fuego en torno a los ataques contra
las instalaciones energéticas. Así, la disparidad entre las acciones y las
declaraciones de Ucrania plantea dudas sobre si Kiev controla las
operaciones de sus militares.
La portavoz del
Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, subrayó esta
discordancia y recordó la
situación en torno al alto el fuego propuesto por el presidente de Francia,
Emmanuel Macron, en 2022. Moscú lo acordó; sin embargo, Kiev, a pesar de las
garantías, no detuvo los combates alegando el hecho de que no puede controlar
todas sus unidades militares.
«¿Recuerdan cómo
terminó? Terminó con el batallón extremista Azov llevando a cabo más ataques,
tras lo cual Zelenski dijo, encogiéndose de hombros, que él realmente no los
controlaba», dijo. «¿Qué clase de conversación es esta? Así que este es un
problema en el que creo que los encargados del régimen de Kiev tienen mucho que
hacer y mucho trabajo por delante», concluyó.
Fuente: actualidad.rt.com
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Las dos columnas del régimen, PSOE y PP, votan unidas a favor del gasto militar
Las dos columnas del régimen,
PSOE y PP, votan unidas a favor del gasto militar
Insurgente.org
/ 22.03.2025
Sus señorías del Congreso han rechazado por mayoría oponerse al aumento del gasto militar y al plan de rearme de la Unión Europea (UE), con el apoyo de los grupos parlamentarios del PP y PSOE.
El Bloque Nacionalista
Galego (BNG) presentó una iniciativa que, además de rechazar el aumento del
gasto militar, también incluía puntos críticos sobre las «amenazas» de Donald
Trump, que han provocado tensiones internacionales, como las amenazas al
territorio de Groenlandia y Panamá, y su postura respecto a la Franja de Gaza.
El PP y el PSOE unidos en las cosas importantes, como
valedores del régimen. Sin sorpresa. Los bastones de ambos, Vox y Sumar,
aligeran el decorado.
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