lunes, 30 de marzo de 2020

A ESTE MÉDICO POR SUS FORMAS DE EXPRESIÓN (QUE YO NO DIGA QUE LAS TENGA ANGELICALES, PERO A PESAR DE ELLO YO ME IDENTIFICO CON ÉL) LO CRITICAN Y LO INSULTAN SUPUESTOS IZQUIERDISTAS, PORQUE DICEN QUE ES EL DEL PP

ESTO ES UN CRIMEN, SEÑOR GOBIERNO, Y TIENE USTED TODOS LOS MEDIOS, INCLUIDOS GUARDIAS CIVILES, POLICIÁS Y EJÉRCITOS (TIERRA, MAR Y AIRE) PARA PODERLO EVITAR. SI NO LO EVITA, SEÑOR GOBIERNO, ESTARÁ USTED FACILITANDO EL CRIMEN Y NO ERRADICÁNDOLO. Y EFECTIVAMENTE, SEÑOR PRESIDENTE DEL GOBIERNO, CONTRA EL CORANOVIRUS LUCHAN TODOS, QUE DIGO YO QUE SERÁN TODOS LOS QUE ESTÉN LUCHANDO CONTRA EL CORANOVIRUS, PORQUE LOS ESPECUALDORES Y LA MERCANTIL DE LA SANIDAD NO LUCHAN, ¿NO? O ¿SÍ?


Las grandes superficies especulan con bienes de primera necesidad y disparan los precios


Un día antes de que se declarara el estado de alarma, las grandes superficies hicieron acopio de toneladas de verduras para almacenarlas en cámara, disparando los precios en las subastas de las plazas de abasto. Es el pequeño comerciante, sin capacidad de almacenamiento, quien tiene que comprar y vender más caro.

kaosenlared
Publicado el Mar 30, 2020

Un vecino, economista de profesión, alertó a El Salto de que había notado un importante aumento en los precios de una verdulería de Bilbao tras decretarse el confinamiento. Un intermediario de la plaza de abastos más grande del Estado, Mercamadrid, constata este vertiginoso incremento, posiblemente desencadenado por las grandes superficies, y explica qué consecuencias tiene para el consumidor.

En quince días, el precio del calabacín en Mercamadrid ha aumentado un 273%, desde el día antes del anuncio del estado de alarma, el 12 de marzo, al viernes de esta semana, 27 de marzo, tomando como referencia los precios de subasta de una gran empresa de Almería que se dedica a la venta de verduras, precios que están en consonancia con otras empresas del sector.


La explicación más corta es que las subastas están más altas porque hay menos género, lo que se deriva en precios más altos. Pero para llegar hasta esta explicación, conviene observar qué pasó cuando se decretó el estado de alarma. “En previsión de lo que iba a ocurrir, las grandes superficies triplicaron y cuatriplicaron sus pedidos, agotando las existencias. Compraron toneladas para almacenar. El calabacín y el pimiento son productos perecederos que en cámara aguantan 40 días. Las grandes superficies tienen capacidad para hacerlo, mientras que el pequeño comercio debe comprar al día”, indica el intermediario, que prefiere guardar su anonimato. “Las grandes superficies han actuado generando un monopolio y ahora es el comercio pequeño el que vende producto fresco a precio de hoy, más caro, mientras que los supermercados venden producto de hace dos semanas a precio barato, pre covid-19”, asegura.

Los precios comparados son de los días 12, 14, 16, 18, 21 y 27 de marzo. El viernes 13 se anunció el estado de alarma, que entró en vigor el sábado 14. Para evitar desviaciones, solo se han comparado los precios de subasta de una gran empresa, cuya curva coincide con otras. El precio escogido para las tablas es el precio mínimo de la subasta.

Agotar las existencias de algunas verduras tiene tres consecuencias: la primera y más evidente es el aumento del precio, incluso en verduras que hasta la fecha eran consideradas de segunda calidad o variedades menos habituales en las tiendas (el precio de la berenjena larga ha aumentado un 139%, el de la berenjena blanca lo ha hecho en un 50%, mientras que este viernes ya no había berenjena rayada).

El segundo efecto es que en los días posteriores a la compra masiva de género, las verduras ofertadas eran, además de más caras, más pequeñas, ya que se cortaron en el campo cuando aún no había terminado su proceso de crecimiento.

La tercera consecuencia, dos semanas después, es que la empresa analizada ya no puede ofrecer en la plaza de abastos ciertas verduras, porque tienen que esperar a que crezcan. Es el caso del pimiento lamuyo rojo, la berenjena rayada y el pepino, del que ahora solo ofrece la variedad corta.

Verduleria en #Bilbo #EstadoDeAlarma #coronavirus #Corvid19 suben precios: puerros (+20%) mandarinas (+10%) pimiento rojo (+20%) pimiento verde (+33%) calabacín (+94%) .#Lotsagarria #Capitalismo #Especulación. La #inflación como expresión de la #LuchadeClases #KlaseBorroka pic.twitter.com/7WAUYdUDeP

— lluís (@lluisraeco) March 21, 2020

“Cuando esta crisis termine, la gente volverá a comprar en los supermercados pensando que su tendero les ha timado, pero es imposible competir con las grandes superficies”

Gestiones privadas y precios más bajos

“Cuando esta crisis termine, la gente volverá a comprar en los supermercados pensando que su tendero les ha timado, pero es que es imposible competir con las grandes superficies”, sostiene el intermediario, que realiza compras para pequeños comercios, restaurantes y comedores escolares. “Las gestiones entre empresas de venta de perecederos y grandes superficies son privadas, y posiblemente a precios más bajos que los de subasta”, advierte.

El intermediario también tiene en cuenta las verduras que no tienen buen almacenamiento en cámara, como los guisantes y las judías. Aún así, la semana pasada no había a la venta guisantes, por lo que esta semana ha bajado su precio (ahora son más pequeños), mientras que el precio de las judías peronas ha llegado a incrementarse un 94% (3,15 euros el kilo, en el precio de subasta mínimo), y sigue habiendo en existencias.

Desde Mercairuña, un mayorista que vende a comercio pequeño y a grandes superficies y que, a su vez, es productor agrícola, sostiene que en el confinamiento “se ha vendido mucha judía y calabacín, porque son verduras fáciles de cocinar, mientras que otras de temporada pero más difíciles de preparar, como la alcachofa, mantienen su precio”.


Lógica capitalista

Para el economista de Bilbao que enseguida detectó el aumento de los precios, esta táctica “responde a la lógica capitalista por la cual el poder empresarial para dictar precios provoca su incremento con el fin de engordar beneficios con productos esenciales en momentos de excepción, a costa de empobrecer a las trabajadoras que se ven obligadas a pagar lo que dicta el mercado de los oligopolios”. Considera que “la inflación es claramente una expresión de la lucha de clases y las trabajadoras organizadas debemos también tratar de mantener un control sobre los precios que nos afectan”.

El Salto se ha puesto en contacto, mediante mail y llamada telefónica, con la Comisión Nacional del Mercado y de la Competencia, pero no ha obtenido respuesta. Este organismo se encarga de la apertura de investigaciones y, si fuera necesario, de procesos sancionadores.
Desde el organismo vasco de consumo, Kontsumobide, indican que debido al estado de alarma en este momento se han suspendido las inspecciones y se ha habilitado una línea online para recoger las quejas de la ciudadanía, realizar una criba y pasarlas al Ministerio de Consumo.

Por su parte, el grupo Eroski, subraya que el sábado 14 puso en marcha un plan para delimitar la compra de productos de primera necesidad en sus supermercados, limitando la compra de productos de primera necesidad, como legumbres, arroz y harina, a cuatro productos por persona. También implementaron dar preferencia en la cola que se suele formar a la entrada de muchos supermercados para respetar el aforo a las mujeres embarazadas y personas dependientes, ancianos en su mayoría, para que puedan realizar la compra a la primera hora de apertura.

Fuente: El Salto

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MARÍA OSTIZ – Canta Cigarra (1976)

LA DESINFORMACIÓN TAMBIÉN SE APLICA AL CORONAVIRUS



Los daños sociales de la desinformación

Fuentes: Rebelión/Instituto de Cultura y Comunicación UNLa 

No se tipifican ni penalizan, con los rigores éticos o jurídicos más obvios, los daños que produce la desinformación y que son siempre muy severos contra el tejido social todo, ocurran donde ocurran. No hay atenuantes. A estas alturas de la historia la agenda temática indispensable para cualquier sociedad no es un misterio ni un enigma indescifrable. No hay territorio en el planeta que no tenga urgencia de saber qué pasa (verdaderamente) con la economía, no como la trama de negociados procaces culpables de la miseria sino como la realidad cruda y dura del paradero de las riquezas producidas por los trabajadores. Y sobre eso reina la inanición informativa. No hay territorio que no requiera saber, con nitidez escrupulosa, qué hacen los «políticos», no por el entramado tóxico del trafico de influencias, favores u odios entre ellos, sino por la calidad y la cantidad de los problemas sociales que deben atender bajo mandato democrático. No hay palmo de planeta que pueda confiar en su estructura social sin conocer la dinámica completa del avance de sus derechos y sus responsabilidades frente a la complejidad misma de su dialéctica histórica, en las ciencias, en las artes, en la conflictividad y principalmente en la evolución de sus luchas, todas y cada una, en el espectro complejo de las conductas en comunidad. Y eso es de lo que más se silencia y tergiversa. Desfigurar los hechos es también desinformar. 

Hace mucho tiempo, en los métodos y los instrumentales científicos de la producción informativa, dejó de tener valor la excusa de la ignorancia. Lo que se publica -o lo que se silencia- tiene la marca de los grupos de «inteligencia», públicos o privados, que operan dentro y fuera de los medios de información. Ahí se cuecen los datos, su extensión, su profundidad su calidad y su cantidad. Ahí se definen los temas y se define el «canon» informativo obligatorio que una sociedad requiere para su desempeño cotidiano. Pero, bajo el capitalismo, que ha convertido la información también en mercancía, secuestrada para tribulaciones políticas o mercenarias, el «canon» (el conjunto mínimo obligatorio de información) no obedece a la producción social de conocimiento colectivo sino a la lógica de la ignorancia de mercado. 

Tal «canon» y su dialéctica histórica, son hoy una referencia ineludible para medir la calidad y cantidad de la producción, la distribución y la interlocución con la información ofertada. Hay perfiles etarios, de género, de oficio, de orientaciones políticas, estéticas o científicas. Hay datos poblaciones suficientes, relevamientos geográficos, climatológicos económicos, políticos y culturales abundantes, como para proveer a las sociedades enteras con informaciones pertinentes, oportunas, amplias y críticas. Sin excusas, sin pretextos y sin omisiones. Y, sobre todo, proveer al «canon» con verdad científica, diversa, rica, consensuada y enriquecida permanentemente. Hay métodos avanzados para garantizarlo a pesar de que la niebla de mediocridad y servilismo que cubre a la mayoría de los «medios» no permita que se conozca la fuerza de la ciencia al servicio de la información social cotidiana. 

Desinformar no sólo es suspender la «transmisión» de «datos», es también sepultar un canon social informativo obligatorio. Es reducir el acto de informar al capricho convenenciero de los fabricantes de «noticias». Es redactar corpus cercenados, al antojo de una ofensiva contra la consciencia de los interlocutores, para entregarles una visión (o noción) de la realidad deformada, desfigurada, desinformada. Es un fraude de punta a punta. No es una «omisión» más o menos interesada o tendenciosa…no es una «falla» del método; no es un accidente de la lógica narrativa; no es un incidente en la composición de la realidad; no es una «peccata minuta» del «descuido»; no es una errata del observador; no es miopía técnica ni es, desde luego, «gaje del oficio». Es lisa y llanamente una canallada contra el conocimiento, un delito de lesa humanidad. Es como privar a los pueblos de su Derecho a la Educación. 

A estas alturas de la Historia y, especialmente de la historia de los «medios de comunicación», es insustentable e insoportable cualquier escusa para informar oportuna, amplia y responsablemente. No hay derecho que justifique la acción deliberada de silenciar lo que ocurre y, en el poco probable caso de que un medio de información no se entere de los que ocurre, ese medio realmente no merece respeto alguno. La excusa de «no saber», de «no conocer», de «no tener información» para, por ello, no asumir la responsabilidad profesional y ética que le compete a un medio informativo… es francamente sospechosa y ridícula. ¡Renuncien! Ningún pueblo debería soportar la ineficiencia inducida de un medio, concesionado por tal sociedad, para el ejercicio profesional y obligatorio de transmitir la información que es propiedad social. Hay tecnología y metodología suficientes que invalidan toda palabrería esmerada en excusar las intenciones míseras de los que desinforman. Incluso si lo hacen mintiendo con emboscadas finamente elaboradas en laboratorios de guerra psicológica. 

«Artículo: 19 Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.» Declaración Universal de los Derechos Humanos. A la vista de todas las canalladas inventadas por el capitalismo para violar el legítimo derecho de los pueblos a la mejor información evaluada ética y científicamente por las sociedades, bien vendría instruir una revolución jurídico-política hacia una nueva Justicia Social irreversible que tuviera como ejes prioritarios los que competen a la Cultura y a la Comunicación como inalienables. O dicho de otro modo, que nunca más la Cultura, la Comunicación ni la Información puedan ser reducidas, retaceadas ni regateadas por el interés de la clase dominante contra las necesidades de las clases oprimidas, impunemente. 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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LA CRISIS DE 2008, ADEMÁS DE LA PROPINA DE 60 MIL MILLONES DE EUROS A LA BANCA LA SEGUIMOS PAGANDO LOS TRABAJADORES. LA QUE DICEN QUE VIENE CON EL CORANOVIRUS, QUE NO ES SINO CONTINUACIÓN DE LA DE 2008 TAMBIEN LA PAGAREMOS LOS TRABAJADORES POR OBRA Y GRACIA DEL GOBIERNO. SEGURAMENTE EN EL NUEVO TIEMPO POLÍTICO QUE SE ABRE LE TENGAMOS QUE DISCUTIR A LA CGT CUESTIONES EN EL PLANO TEÓRICO, PERO DE MOMENTO ES, SI NO LA ÚNICA, UNA DE LAS PRIMERAS EN ENCABEZAR LA DEFENSA DE LOS TRABAJADORES, QUE ES TANTO COMO DECIR LA DEFENSA DE LA INMENSA MAYORIA DE LA POBLACIÓN, Y ANTE ESO NO CABE MÁS QUE QUITARSE EL SOMBRERO, SALUDARLA, Y APOYAR SUS INICIATIVAS, CADA UNO COMO PUEDA

 

Valoración de urgencia ante el anuncio del presidente del Gobierno de paro de las actividades económicas no esenciales

 

Comunicado del Secretariado Permanente de la CGT-Catalunya

El «permiso retribuido revisable» supone que nuevamente seremos los trabajadores y las trabajadoras quienes asumiremos el coste de la parada de la actividad ya que, como ha dicho el mismo Pedro Sánchez: «los trabajadores/as tendremos que recuperar las horas de trabajo no trabajadas «.

Hace unos minutos acabamos de asistir al anuncio que Pedro Sánchez ha hecho que entre los días 30 de marzo y 9 de abril se detienen las actividades económicas no esenciales y que los trabajadores / as pasarán a una situación de «permiso retribuido recuperable «. Al respecto, desde CGT queremos hacer pública una primera valoración de urgencia que ampliaremos cuando conozcamos la letra exacta de la medida una vez publicada en el BOE:

1-Ya hace tiempo que nuestro sindicato reclamamos un paro de todas las actividades económicas no esenciales para el mantenimiento de la vida de las personas y la lucha contra la pandemia. No obstante, las medidas anunciadas por el presidente del gobierno no responden en absoluto a esta exigencia.

2-El «permiso retribuido revisable» supone que nuevamente seremos los trabajadores y las trabajadoras que asumiremos el coste de la parada de la actividad ya que, como ha dicho el mismo Pedro Sánchez: «los trabajadores / as tendremos que recuperar las horas de trabajo no trabajadas «. Esta medida conllevará o a perder días de vacaciones o a perder días de descanso semanal o alargar las jornadas laborales. En definitiva, se trata de una carta blanca a los empresarios al permitir, cuando salgamos de la actual situación de emergencia, medidas para aumentar flexibilidad de nuestra jornada laboral que hasta ahora no tenían.

3- La medida impone una nueva reforma laboral al dejar en entredicho el principio que regía hasta ahora de que las vacaciones se establecen de forma pactada entre trabajador/a y empresa y que las bolsas de horas (una medida que como CGT siempre hemos rechazado) en todo caso se pactan en el marco de la negociación colectiva. El gobierno se lo acaba de cargar introduciendo una medida, el «permiso retribuido recuperable» que hasta ahora no estaba recogido en ninguna normativa legal.

Desde la Confederación General del Trabajo (CGT) de Cataluña seguiremos defendiendo que esta crisis no la hemos de pagar a los trabajadores y que no debe suponer un recorte de derechos ni laborales ni sociales.

Sábado, 28 de marzo de 2020
Secretariado Permanente de la CGT