COLOMBIA: ATILIO BORON DENUNCIA
INSTALACIONES DE ARMAS ATÓMICAS
Fernando Arellano Ortiz
Kaosenlared.net
Rebelión
15.04.2015
Aunque el gobierno neoliberal de Juan
Manuel Santos se ufana en el ámbito interno de impulsar un proceso de paz con
la insurgencia de las Farc, su política internacional (dictada desde
Washington), en contraposición, apunta a desestabilizar la armonía y la
integración regional. Así lo dejó entrever durante su charla magistral el
pasado 8 de […]
(Atilio Boron)
Aunque el gobierno neoliberal de Juan
Manuel Santos se ufana en el ámbito interno de impulsar un proceso de paz con
la insurgencia de las Farc, su política internacional (dictada desde
Washington), en contraposición, apunta a desestabilizar la armonía y la
integración regional. Así lo dejó entrever durante su charla magistral el
pasado 8 de abril en Bogotá, el sociólogo y politólogo argentino, Atilio Boron,
en el marco de la Cumbre Mundial de Arte y Cultura para la Paz, organizada por
la Alcaldía Mayor de la capital colombiana.
Por un lado, Boron dijo que es un
contrasentido que mientras la irrupción de China en la geopolítica mundial está
desplazando el protagonismo del Atlántico hacia el continente asiático,
Colombia se empeña tozudamente en impulsar la Alianza del Pacífico, un invento
de Washington para contrarrestar la presencia cada vez mayor de Beijing en
América Latina y horadar el proceso integracionista de la Patria Grande. De
otra parte, agregó, el hecho de que el gobierno de Santos en forma por demás
disciplinada haya aceptado las directrices del Pentágono para que Colombia
ingrese a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y al mismo
tiempo existan serios indicios de que el Comando Sur haya instalado armamento
nuclear en este país andino, da una clara señal de amenaza para la paz de la
región.
El analista argentino hizo énfasis en
señalar que la OTAN no es más que “la fuerza imperial de choque”, desde la cual
Washington lanza su estrategia de ofensiva militar hacia diversos países o regiones
del mundo, a los que determina o considera que constituyen amenazas para sus
intereses. En consecuencia, señaló, el ingreso de Colombia a esta alianza
militar extracontinental no aporta en absoluto a la paz.
Conflicto
colombiano es pretexto para militarización de Estados Unidos
Durante su conferencia en el Teatro
Bogotá, Boron con su característica capacidad dialéctica y didáctica a la vez,
mostró cómo en Colombia se lleva a cabo un proceso de paz con un actor armado
como las Farc en medio de un mundo convulsionado por múltiples conflictos,
originados en buena medida por el declive del imperialismo estadounidense.
“La paz en Colombia es la paz de toda
América Latina”, fue el título de la charla del reputado analista político y
catedrático universitario, actualmente director del Programa Latinoamericano de
Educación a Distancia (PLED) del Centro Cultural de la Cooperación de Buenos
Aires.
En desarrollo de su exposición, Boron
demostró el rotundo fracaso de la intervención directa de Estados Unidos en materia
de combate al narcotráfico y a la insurgencia en Colombia, desde hace ya varias
décadas. Trajo a colación el ejemplo del denominado Plan Colombia suscrito por
el entonces mandatario conservador Andrés Pastrana con la administración
Clinton (toda una estrategia de entrega de soberanía a Washington).
Dicho Plan que a los colombianos se les
vendió como una “ayuda” norteamericana, resultó un completo fiasco, pues como
lo graficó Boron en cifras tomadas de informes de Naciones Unidas, el
narcotráfico en vez de disminuir, aumentó. En efecto, hubo un incremento
exponencial de cultivos ilícitos tanto en México, Colombia y Afganistán, países
en donde coincidencialmente Estados Unidos interviene directamente.
Además, la intervención directa del
Pentágono, la CIA, la DEA y el Departamento de Estado en los asuntos
colombianos ha servido para el enriquecimiento de empresas de armamento
norteamericano y al mismo tiempo para la financiación de campañas de
congresistas estadounidenses (que hacen lobby en favor de los consorcios que se
benefician), así como para la presencia de Israel.
Es que de la guerra interna en Colombia
no solamente se favorece en grado superlativo Estados Unidos sino también
Israel, como bien lo anotó Boron. Desde 1960, el Mossad (servicio de inteligencia)
y organizaciones de espionaje israelitas que operan bajo la fachada de
seguridad hacen presencia en territorio colombiano asesorando grupos
paramilitares y redes mafiosas de narcotráfico.
Juan Manuel Santos tanto como ministro
de Defensa como ahora en calidad de primer mandatario prohija y aplaude la
presencia israelita en Colombia porque como lo ha señalado en reiteradas
ocasiones, sería “muy positivo” que este país “sea el Israel de Suramérica”.
Por
todo lo anterior, Boron dijo que ojalá las negociaciones de paz que se
desarrollan en La Habana entre el gobierno de Santos y las Farc lleguen a buen
puerto porque el conflicto colombiano es el mejor pretexto para la
militarización de Estados Unidos en la región.
El
contexto geopolítico
La coyuntura de la realidad
sociopolítica colombiana en medio de posibilidades ciertas de poner fin a un
conflicto interno de más de medio siglo pasa por el declive del imperio
estadounidense, el colapso europeo, y la irrupción, en consecuencia, de nuevos
actores en la escena de la geopolítica mundial.
Boron pone de manifiesto en el actual
escenario mundial el protagonismo de China e India, el retorno de Rusia, la
debacle de la Unión Europea, las alianzas regionales y la decadencia del
imperialismo estadounidense, factores todos estos que van a tener una
incidencia directa en el devenir político de América Latina.
Es enfático en llamar la atención sobre
el peligro que se cierne sobre el mundo y específicamente sobre la región, el
declive de Washington, pues sostiene que en la fase de descomposición los
imperios se tornan más represivos y sanguinarios y trae a colación ejemplos
históricos como la etapa final del imperio otomano con el genocidio armenio (en
1915), o el caso británico con la brutal represión en la India.
En el plano económico, el politólogo
argentino, demuestra cómo Estados Unidos se encuentra en la sin salida: por un
lado debe más de lo que produce; por otro, es cada vez más progresivo el
reemplazo del dólar en el comercio internacional. Y para complementar,
suministra un dato más: mientras en este año de 2015 China construirá 15 mil
kilómetros de vías férreas, en contraste, la nación norteamericano no
construirá mi uno solo, con lo cual su infraestructura vial comienza a quedar
rezagada.
A ello hay que sumar, dice Boron, la
creciente desigualdad que se viene presentando en Estados Unidos con su
consecuente quiebre respecto de su integración social. No obstante, es
desorbitado su gato militar, así como es evidente también su cada vez mayor
aislamiento internacional, lo cual queda reflejado, por ejemplo, en las últimas
derrotas que ha tenido que tragarse la Casa Blanca, precisamente, en su
principal zona de influencia, América Latina. En efecto, primero tuvo que
aguantarse que dos países latinoamericanos como Ecuador y Bolivia le pusieran
freno a su actitud sempiterna de injerencia en asuntos internos. El presidente
ecuatoriano Rafael Correa cerró la base militar de Manta; y el mandatario
boliviano Evo Morales expulsó a la misión diplomática estadounidense. Más
recientemente, en la OEA (el Ministerio de las Colonias como la denominó Fidel
Castro), el gobierno de Obama perdió por goleada cuando planteó su intervención
en Venezuela. Estos acontecimientos, agrega Boron, eran impensables apenas hace
unos años.
E.U.
lanza feroz reconquista de América Latina para asegurar recursos naturales
En medio del imparable desmoronamiento
del imperio estadounidense, Washington no se resiste en su propósito
injerencista en América Latina porque es la manera de asegurar mediante
artimañas y engaños (tratados de libre comercio, golpes blandos, Alianza para
el Pacífico, terrorismo económico, alianzas militares) el acceso (vía el saqueo
y el pillaje) a la rica biodiversidad que produce esta región para poder seguir
manteniendo su descomunal patrón capitalista de consumo.
Por esta razón, Washington despliega su
artillería militar en todo el continente, como bien lo esboza Boron en su
magistral libro, América Latina en la geopolítica del imperialismo, que obtuvo
el Premio Libertador al Pensamiento Crítico en 2013.
Estados Unidos, explica este reputado
analista internacional, ancla su estructura militar en América Latina tanto en
Colombia como en Honduras para lanzar sus aventuras. El mar Caribe está
totalmente controlado militarmente por el Pentágono, que además cuenta con
alrededor de 80 bases a lo largo y ancho del hemisferio. No es gratuito tampoco
que en 2008 el Comando Sur haya activado la IV Flota, coincidencialmente poco
después de que el entonces gobierno brasileño de Lula da Silva anunciara el
descubrimiento de un gran yacimiento petrolífero submarino en el litoral
paulista.
Obviamente que los pretextos para esta
descomunal militarización de Estados Unidos a lo largo y ancho del continente
son el narcotráfico, los populismos (como estigmatizan a los gobiernos
progresistas de la región), las calamidades naturales y la seguridad
continental. Falacias que ayudan a propalar los grandes oligopolios mediáticos
de propiedad de los sectores decadentes de la ultraderecha latinoamericana. Por
ello Boron exhorta a no confundirse: “el nombre de todo esto es petróleo”, y de
esta manera explica porque toda la estrategia de desestabilización y
satanización al gobierno de Venezuela del presidente Nicolás Maduro.
¿Si Venezuela, fuera productor de
tomates o de papas, Estados Unidos buscaría derribar al gobierno bolivariano de
Venezuela con la activa colaboración de sus lacayos de la derecha
latinoamericana?, se interroga el politólogo argentino. No es gratuito por lo
tanto el feroz ataque emprendido por la Casa Blanca contra el proceso político
inaugurado por el comandante Hugo Chávez.
¿E.U.
tiene armamento nuclear en Colombia?
Boron cerró su conferencia en Bogotá,
dejando un inquietante interrogante: “Colombia bien podría ser hoy un país en
el que Estados Unidos instaló armamento nuclear en abierta violación al acuerdo
internacional regional, mediante el cual nuestros países se comprometieron a
mantener América Latina como una nuclearizada zona de paz”.
Si bien, agrega, el tratado suscrito
entre Uribe Vélez y Obama que autorizaba la utilización de siete bases
militares fue declarado inexequible por la Corte Constitucional de Colombia,
“lo cierto que este tropiezo legal no ha impedido que Estados Unidos haya
proseguido operando militarmente en ese país”.
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