viernes, 24 de enero de 2014

LAS PENSIONES SON SALARIOS NO PERCIBIDOS POR EL TRABAJADOR Y PUESTO EN MANOS DEL ESTADO PARA QUE SE LO DEVOLVIERA AL TRABAJADOR EN L AJUBILACIÓN



 RECONQUISTAR LAS PENSIONES PARA NUESTRO FUTURO

En lucha
rebelión
08-01-2014


La ministra de Trabajo Fátima Báñez dijo, el pasado 8 de noviembre, que la última reforma de las pensiones es una “conquista social de este gobierno”. Dejando de lado el cinismo de la ministra y el insulto que supone su afirmación, puede ser de interés reflexionar sobre las pensiones desde el punto de vista de las conquistas sociales.

Todas las sociedades necesitan sistemas para garantizar recursos a las personas mayores. Y en el capitalismo, sin las pensiones públicas, las condiciones de vida cuando nos retiramos serían mucho peor. Y así lo demuestran las amplias poblaciones que no están cubiertas por este derecho. Ahora bien, nuestro sistema de pensiones, basado en el modelo contributivo, está muy limitado para funcionar únicamente como ahorro colectivo, y no como mecanismo de mejora del reparto de la renta para que la gente mayor tenga acceso a los frutos de la riqueza. Esto último es lo que realmente sería necesario para asegurar ciertos niveles de bienestar entre la gente mayor ante los ataques del capitalismo.

Esto no significa que el sistema de pensiones no sirva para nada. Tiene muchas cosas positivas que se deben defender. En primer lugar, que es un ahorro que queda en el ámbito público y no en el privado, donde se ha convertido en un ámbito de generación de beneficios muy suculentos para el capital financiero. Es un ahorro colectivo, que contiene ciertos elementos de solidaridad. El sistema contributivo también fuerza a los empresarios a satisfacer las cotizaciones sociales, es decir, un salario suficiente para ahorrar para la jubilación. El capital está arrasando con todo lo que condicionaba la evolución de los salarios (convenios, contratos, prestaciones de desempleo, etc.) y las contribuciones a la Seguridad Social también están en su punto de mira.

Miserias del capitalismo

El sistema contributivo de pensiones lo que no hace es protegernos contra las catástrofes sociales que provoca el funcionamiento fundamental del capitalismo: la concentración de la riqueza, la precarización del trabajo, la exclusión de las personas que no participan del trabajo asalariado, como las mujeres que se quedan en los hogares encargándose de los cuidados, entre otras cuestiones. Los beneficios del capital y las grandes fortunas no contribuyen a financiar las pensiones. Y la situación laboral a medio y largo plazo será dramática: altas tasas de paro permanente, acentuación de la precariedad laboral y bajada estructural de salarios. En estas dinámicas devastadoras ¿qué pensiones nos esperan en el futuro? Hay que hacer cambios en este sistema de pensiones, no sólo para cubrir las necesidades de gasto que genera el envejecimiento demográfico, sino las miserias que genera el capitalismo.

Defender las pensiones es defender el pan de la población más vulnerable, y nuestro pan del futuro. Pero no lo hacemos porque el sistema público de pensiones es viable dentro de una sociedad profundamente injusta y explotadora. Lo hacemos para resistir. Detrás de los agentes que han estado implicados en las diversas reformas de las pensiones (patronales, CCOO, UGT, PP, PSOE, CiU, etc.) y los supuestos “expertos” que las diseñan, están las entidades financieras y aseguradoras que presionan para recortar las pensiones y fomentar que la población contrate planes de pensiones. En muchos casos la conexión es clara, porque son estas entidades privadas las que financian los estudios que difunden la falacia de que no habrá pensiones públicas en el futuro. El trasfondo de todo ello es un sistema de relaciones de poder que para mantenerse, necesita ser más salvaje y depredador. El capital productivo no quiere hacerse cargo del mantenimiento de la fuerza laboral cuando no es activa, y el capital financiero quiere despojarnos de un ahorro colectivo con el que hacer negocio. Y resistir es básico si no queremos vernos abocadas a un empobrecimiento masivo y una sociedad mucho más polarizada.

Elena Idoiate (@e_idoiate) es miembro del Seminario de Economía Crítica Taifa


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