martes, 19 de febrero de 2019

EL LENINISMO SOBRE LOS MOVIMIENTOS NACIONALES



El leninismo sobre los movimientos nacionales

DIARIO OCTUBRE
16.02.2019




«El principio de la nacionalidad es históricamente inevi­table en la sociedad burguesa, y, teniendo presente la exis­tencia de esta sociedad, el marxista reconoce plenamen­te la legitimidad histórica de los movimientos nacionales. Pero, para que este reconocimiento no se transforme en una apología del nacionalismo, es preciso que se limite rigurosa y exclusivamente a los elementos progresivos de tales movimientos, con el fin de que no contribuya a enturbiar la conciencia del proletariado con la ideología bur­guesa.
Es progresivo el despertar de las masas después del le­targo feudal; es progresiva su lucha contra toda opresión nacional, su lucha por la soberanía del pueblo, por la sobe­ranía nacional. De aquí, la obligación incondicional para todo marxista de defender la democracia más resueIta y más consecuente en todos los aspectos de la cuestión na­cional. Es ésta una tarea fundamentalmente negativa. Pe­ro más allá de este límite el proletariado no puede apoyar el nacionalismo, pues más allá empieza la actividad «po­sitiva» de la burguesía en su afán de consolidar el nacio­nalismo.
La liquidación de toda opresión feudal, de toda opre­sión de las naciones y de todo privilegio para una de las naciones o para uno de los idiomas es una obligación in­discutible del proletariado como fuerza democrática; en ello residen los intereses indiscutibles de la lucha de clase del proletariado, velada y frenada por las querellas na­cionales. Pero apoyar el nacionalismo burgués más allá de estos límites, firmemente establecidos y encuadrados en un determinado marco histórico significa traicionar al proletariado y pasarse al Iado de la burguesía. Existe aquí un límite, a menudo muy sutil, del que se olvidan por com­pleto los socialnacionalistas ucranianos y los del Bund.
Sí, indiscutiblemente debemos luchar contra toda opre­sión nacional. No, indiscutiblemente no debemos luchar por cualquier desarrollo nacional, por la «cultura nacio­nal» en general. El desarrollo económico de la sociedad capitalista nos muestra en todo el mundo ejemplos de mo­vimientos nacionales que no han llegado a desarrollarse plenamente, ejemplos de grandes naciones formadas a par­tir de varias pequeñas o en detrimento de algunas peque­ñas naciones, ejemplos de asimilación de naciones. El prin­cipio por que se rige el nacionalismo burgués es el desa­rrollo de la nacionalidad en general; de aquí el carácter exclusivo del nacionalismo burgués, de aquí las estériles querellas nacionales. El proletariado, en cambio, no sólo no asume la defensa del desarrollo nacional de cada na­ción, sino que, por el contrario, pone en guardia a las ma­sas contra semejantes ilusiones, defiende la libertad más completa del intercambio económico capitalista y celebra cualquier asimilación de las naciones, excepto la que se realiza por la fuerza o se basa en privilegios». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Notas criticas sobre la cuestión nacional, 1913)
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VENEZUELA. REFLEXIONES EN TIEMPOS DE CAOS



Venezuela. Reflexiones en tiempos de caos
KAOSENLARED
18.02.2019

Hoy América Latina está al borde de una guerra de dimensiones terroríficas. Hoy, ese mismo imperio que arrasó Irak declara la guerra a uno de los procesos, lo repetimos, más democráticos y transformadores de América. Sin embargo, el debate está en si “los errores del gobierno venezolano”



2003. 16 de marzo. Cumbre de las Azores. Los presidentes de EEUU, Gran Bretaña, España y Portugal deciden enviar un ultimátum al presidente de Irak, Saddam Hussein. En medio de la barbarie, un personaje sin parangón lucha por alcanzar su particular gloria mediática. Las cámaras apuntan prestas a inmortalizar a los representantes de la infamia. José María Aznar, ubicado entre Blair y Durão Barroso, mira a los lados con semblante serio, sale del grupo, pasa por detrás de Blair y Bush, se sitúa junto al presidente norteamericano, recibe su cordial brazo sobre la espalda y sonríe, ahora sí, orgulloso. Es la famosa foto de las Azores que dio la vuelta al mundo. A cuatro días de esa foto, Irak era invadida.
16 años después, el mismo imperio que entonces sembró el caos y millones de muertes en tierras ajenas declara otra guerra a la humanidad. El objetivo a batir, una de las democracias más avanzadas y transformadoras de América Latina. Un pueblo en lucha por soberanía y dignidad. Ayer se llamaban Blair o Aznar los esbirros europeos, hoy Theresa May o Pedro Sánchez. La primera parece la reencarnación de la dama de hierro que “disciplinó” a la clase obrera inglesa. El segundo, recibió el mandato de continuar la demolición del concepto izquierda de mano de su mentor político, Felipe González. En 2003, fue la derecha más rancia, encarnada en “Aznar el Grande” la que se manchó las manos de sangre con Irak. Hoy, es el Partido Socialista Obrero Español el que da luz verde al derramamiento de sangre en Venezuela. Aznar se sumaba ayer a la expansión imperialista de un supuesto loco llamado George Bush. Con sus pies sobre la mesa, presto a correr un minuto de gloria en menos de 60 segundos, sumó su nombre a la historia de la infamia.  “Pedro el Guapo” se alinea hoy con la esquizofrenia de un imperio en decadencia encarnado en otro supuesto loco con nombre de pato Disney y apellido triunfal. ¿Pondrá Pedro Sánchez sus pies sobre la mesa de la infamia sentado afablemente junto a Donald Trump, o preferirá no mancillar su sonrisa encantadora de serpientes?
Ayer, la Organización de Naciones Unidas negó la existencia de armas de destrucción masiva y se opuso a la invasión de Irak. De nada sirvió, ninguneada por los poseedores de la razón manu militari. Hoy la ONU ha reconocido como presidente legítimo a Nicolás Maduro. Tampoco les sirve a los administradores de la razón por la fuerza.
La excusa para invadir Irak se llamó “armas de destrucción masiva”. Hoy, “catástrofe humanitaria”. La misma crisis humanitaria que desde hace años esos “salvadores” intentan provocar. La donación humanitaria proporcionada por esos filántropos se estima en 60 millones de dólares. La cantidad del erario público retenido y robado por EEUU a Venezuela en cuentas bancarias internacionales se calcula en 18.000 millones de dólares. La historia del caballo de Troya humanitario luce una cronología perversa. La Organización para la Reconstrucción y Ayuda Humanitaria llegó a Irak después de la invasión. En 1986, la contra nicaragüense recibió armas de EEUU para combatir al sandinismo camufladas como ayuda humanitaria. Al frente de la operación se encontraba Elliott Abrams en la era Reagan. Por ello fue condenado y posteriormente indultado por Bush padre. Este enero ha sido nombrado enviado especial de EEUU para Venezuela y se encuentra “muy feliz e impaciente por ponerse manos a la obra”. La ayuda humanitaria en la tierra de Bolívar no se encarga de administrarla ni la ONU ni la Cruz Roja Internacional, sino ONGs como la USAID, desde hace años dirigidas por agentes “humanitarios” de la CIA en América Latina. El próximo 23 de febrero es el día clave anunciado por el títere local para la intervención caritativa. Para la víspera, el magnate de la comunicación Richard Branson prepara un concierto en la frontera colombo-venezolana. Alejandro Sanz, Carlos Vives, Luis Fonsi, Juanes o Juan Luis Guerra son algunas de las voces de la farándula que abrirán la puerta al corredor humanitario para llevar la paz a las pobres víctimas de la tiranía venezolana. El tinglado será retransmitido en directo a los ojos preocupados del mundo.
Hagamos un rocambolesco ejercicio de imaginación. Imaginemos un edificio de viviendas de un barrio cualquiera de una ciudad cualquiera de cualquiera de los países llamados del primer mundo. Pongamos España. Imaginemos la comunidad de vecinos de ese edificio, con sus más y sus menos, como toda comunidad de vecinos que se precie. Imaginemos que somos presidentes de esa comunidad. Imaginemos que un gran inversor internacional quiere hacer, justo donde se encuentra ese edificio, un enorme centro comercial que revolucionará la vida de nuestra localidad. Las autoridades locales están encantadas y nos hacen una buena oferta. Imaginemos que convocamos a la comunidad a una reunión de urgencia. Imaginemos que decidimos que aquí han crecido nuestras hijas e hijos, que aquí queremos seguir viviendo, que estas son nuestras viviendas y nuestra comunidad y que aquí nos quedamos. Imaginemos que la oferta se hace apetitosa. Imaginemos que decidimos por mayoría que no tenemos precio. Imaginemos que un cordón “humanitario” con 1000 hombres armados rodean nuestro edificio prohibiendo introducir ningún tipo de comida al mismo. Pasan las semanas y las reservas se acaban. El edificio es declarado en catástrofe humanitaria. Un destacamento con ayuda humanitaria en forma de comida llega para convencer a los díscolos. A los dueños de las viviendas, por su mala gestión y administración de la comunidad, causantes de provocar una catástrofe humanitaria, se les abre un proceso de desahucio (algo sabemos de eso por estos lares). Todo el que quiera abandonar el edificio será bienvenido y bienhallado al otro lado. Imaginemos que el conserje del edificio,… pobre conserje, imaginemos mejor al administrador. Ese administrador de fincas de una empresa ajena al edificio, se autroproclama, en la calle y junto a la línea de “defensa humanitaria”, dueño interino del edificio. Puestos a imaginar, imaginemos que a ese “dueño interino” lo respalda un comité de apoyo humanitario alienígena interplanetario. Imaginemos ya metidos en harinas de ciencia ficción que los presidentes de las comunidades vecinas, en lugar de defender a los dueños legítimos y soberanos del edificio, se dedican a criticar la mala gestión que hemos hecho como comunidad, y nos dan un ultimátum para abandonar nuestros hogares o reconocerán al autoproclamado dueño interino. Suerte que la realidad sea tan ajena a la ciencia ficción.
Cuando los colmillos imperiales “descubrieron incrédulos”, como nuestro querido Aznar, que efectivamente no había armas químicas en Irak, las entrañas negras iraquíes eran ya una esponja de roja sangre de millones de almas del pueblo culpables de habitar una tierra de apetecibles secretos. Saddan Hussein acabó ahorcado ante los ojos del mundo. Su plaza pública se llamó medios de comunicación. Como dice el escritor venezolano José Roberto Duque[1], “aquí, a Nicolás Maduro, a su esposa y a toda la alta jerarquía del chavismo le han jurado la prisión y la muerte. Al resto de los chavistas sólo nos han ofreciendo la muerte”.
La verdad verdadera de tanto interés por Irak, Siria o Venezuela, hasta los gatos lo saben, se llama petróleo. El mismo hocico de presa que ayer escarbaba en Irak hoy olfatea las mayores reservas probadas del planeta. Ayer, como hoy, esos olfatos ladinos siguen un rastro con olor a crudo. Sin embargo, haremos la broma fácil, se trata de un crudo muy “maduro”. Porque lo que también empiezan a percibir los dientes rabiosos del imperio norteamericano y esbirros como los amantes de la libertad Duque y Bolsonaro, es a un pueblo digno dispuesto a defender al legítimo gobierno bolivariano encabezado por “ese secuestrador de niños” llamado Nicolás Maduro. La baza principal a la que apostaron se va agotando. ¿Cómo iban a imaginarse ellos, curtidos en mil batallas, hacedores de mil conspiraciones, que se toparían con unas fuerzas armadas impregnadas de pueblo y que al pueblo defienden? ¿Cómo iban a imaginarse ellos que después de años “haciendo aullar” la economía venezolana millones de personas seguirían saliendo a la calle a defender a su gobierno? Las bazas “suaves” de la agenda golpista se van agotando y los movimientos de tropas norteamericanas, tan pronto en Colombia como en islas del Caribe, auguran malos tiempos.
Cuando en 2003 los pueblos del mundo se indignaron y gritaron aquel famoso ¡No a la Guerra! de Irak, el argumento para defender o no la paz no era si Saddam Hussein era un sátrapa o un dictador. El grito unísono era “No a la guerra” porque en la guerra es el pueblo el que pierde. En esta nueva guerra, y eso es lo que no llega a palparse, pierde más que nunca la humanidad.
Hoy América Latina está al borde de una guerra de dimensiones terroríficas. Hoy, ese mismo imperio que arrasó Irak declara la guerra a uno de los procesos, lo repetimos, más democráticos y transformadores de América. Sin embargo, el debate está en si “los errores del gobierno venezolano” o en si “Maduro es un dictador” o en si “Venezuela es un desastre”. Ya saben el cuento: “por una mala gestión, el edificio está en ruinas”. Partidos progresistas y voces intelectuales de una acreditada izquierda de carnet impoluto, donde ayer dijeron digo hoy dicen Diego. Lo que ayer resplandecía hoy envilece. Lo que ayer era financiación hoy son menos votos. Basta con un par de vídeos del primer recitador internacional de aforismos, el domesticador de palabras y conciencias, el sabio Pepe Mujica, para legitimar “mi sensata posición de equidistancia”. La Venezuela bolivariana es hoy una patata caliente en manos de una izquierda anestesiada que intenta ubicar su lugar en un mundo en caos donde el fascismo explícito arremete de nuevo y donde el fascismo social hace rato se instaló en nuestras conciencias. Ante eso, la receta está clara: cuatro grados norte, cinco derecha.
¿Alguien se ha parado a pensar cómo carajo evaluar los errores y deficiencias del gobierno de un país cercado, intervenido, agredido, víctima durante años de una guerra de cuarta generación y a las puertas de una fase militar del conflicto? ¿Alguien se ha parado a valorar qué carajos va a pasar con las millones de conciencias colectivas de pueblo chavista si los títeres del imperio más grande y destructor que haya conocido la humanidad se hacen con el control de la ansiada Venezuela? ¿Han valorado la sangre que puede acompañar al reconocimiento de un títere autoproclamado en una plaza? No, “el gobierno de Maduro ha cometido demasiados errores”. Errores en un gobierno que pretende construir socialismo desde las instituciones burguesas de un país colonizado en medio de un mundo capitalista con una economía intervenida. ¿Acaso hemos descubierto la pólvora? Sin embargo, como afirma el escritor venezolano Reinaldo Iturriza[2], “no es por nuestros errores que se nos hace la guerra, sino por nuestros aciertos”. Aciertos que hoy invisibilizan incluso aquellos de quienes se esperaba un mínimo de dignidad, un resquicio de solidaridad internacionalista, o algo de respeto al derecho internacional.
Por si teníamos dudas, queda claro quién gobierna estos tiempos de caos y esquizofrenia colectiva. Los grandes medios de comunicación poseen nuestros cuerpos, dirigen nuestros destinos. Escriben nuestros discursos al son acompasado de sus líneas editoriales. La matriz de opinión pública diseñada por esos medios marca el paso. Pero tranquilos, no sacrificaremos nuestras carreras para cambiarlo.
Vocesenlucha
Espacio de comunicación sobre los pueblos de América Latina y el Caribe y el Estado español
[1] José Roberto Duque, La actitud ante la guerra
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VENEZUELA, DÍA D PARA EL COMIENZO DE LA MATANZA ENTRE TRABAJADORES VENEZOLANOS: 23 DE FEBRERO, SÁBADO. (ENGAÑAR, ROBAR O MATAR A UN TRABAJADOR VENEZOLANO ES LO MISMO QUE ENGAÑAR, ROBAR O MATAR A CUALQUIER OTRO TRABAJADOR DE CUALQUIER PARTE DEL MUNDO. Y ESTO ES LO QUE SE NOS TIENE QUE METER EN LA CABECITA A LOS TRABAJADORES, QUE SOMOS LOS QUE CREAMOS LA RIQUEZA, NO SE OLVIDE)



El psicoterror y la preparación del gran show “humanitario” mientras crece el clima bélico

CLAE / Rebelión
19.02.2019


Estamos en pleno desarrollo de una guerra de cuarta generación, donde el psicoterror en los medios hegemónicos trasnacionales y cartelizados y las llamadas redes sociales son epicentro de los ataques. Hay un día D, el sábado 23, para que los invasores entren con la “ayuda humanitaria” desde Cúcuta (Colombia) a territorio venezolano.

Cerca de la extensa frontera con Venezuela, en la colombiana Cúcuta, se reúnen las dotaciones deshidratadas de la llamada ayuda humanitaria que llegaron en aviones militares estadounidenses (C-17), y también los congresistas estadounidense ultraconservadores Marco Rubio y Marcos Díaz-Balart, el embajador ante la OEA Carlos Trujillo, el director de la Usaid Mark Green, y el embajador de Colombia en Washington, Francisco Santos.

Ninguno de los locuaces presidentes y cancilleres latinoamericanos: alguno seguramente se sumará al espectáculo y a las fotos.

El departamento Norte de Santander, en el límite con Colombia y desde donde se pretende introducir la supuesta “ayuda humanitaria”, fue declarado este domingo en “estado de calamidad pública”.

Milicias civiles venezolanas se preparan junto a las Fuerzas Armadas para impedir la intervención. También se habla de la conformación de Brigadas Internacionales para defender la Revolución Bolivariana, lo que hasta el momento no ha pasado de la etapa de las declaraciones de apoyo y solidaridad.

Mientras se prepara un gran recital en Cúcuta, el viernes 22, promovido por trasnacionales y el gobierno de Bogotá, de apoyo a la intervención. Patrocinante de la actividad será el empresario británico, Sir Richard Branson.

La compañía colombiana Link-Tic, de Fernán Ocampo, a cargo de página web que recauda 100 millones de dólares en torno al concierto es contratista de la Fuerza Aérea de Colombia. Se anuncian a Carlos Vives, Luis Fonsi, Fonseca, Juanes, Nacho, Lele Pons, Alesso, Rudy Mancuso, Ricardo Montaner, Mau y Ricky, Danny Ocean y Alejandro Sanz.

La imposición del miedo

La meta es el miedo y lo esgrime un monstruo con capacidad para atemorizar. De plano, todo intento de buscar soluciones pacíficas (México, Uruguay, Caricom, el Papa) son bombardeadas por los medios y las redes digitales. Con una intervención armada en Venezuela se pretende patear, una vez más no solo a las instituciones venezolanas sino las que rigen a la comunidad internacional, advierte el embajador de Venezuela en Italia, Isaías Rodríguez.

Los venezolanos son víctimas potenciales de una guerra. Sectores opositores la quieren porque piensan que será breve y vencerán, pero no se les ocurre por un instante imaginar sus consecuencias devastadoras o que pueda convertirse en guerra prolongada. A sus ejecutores extranjeros eso poco les importa porque, por encima de la guerra misma eufemísticamente “humanitaria” que ellos promueven, están las verdaderas intenciones dirigidas a los subsuelos de los territorios continentales y marítimos que serán el botín de guerra.

El autoproclamado presidente interino Juan Guaidó dice que en todo el país se inscribieron unos 600.000 voluntarios, quienes recibieron instrucciones sobre el proceso, aunque -dijo- sin que se revelen detalles que den al traste con la operación de ayuda humanitaria, pese a que el presidente Nicolás Maduro ordenó a los militares bloquear el ingreso de la ayuda en medicinas y alimentos, por considerarla un “show político” y el comienzo una invasión militar estadounidense.

La pregunta que se puede hacer cualquier televidente o lector de redes sociales en el mundo es si el gobierno del “dictador” Nicolás Maduro no ha impedido estas reuniones.

Guiadó anunció que el centro de acopio en Brasil se abrirá el lunes en el estado fronterizo de Roraima, adonde habrá sólo ayuda brasileña, y el martes llegará un avión desde Miami (EEUU) a Curazao con más asistencia. “Entrará sí o sí por tierra y por mar”, dijo el autoproclamado. Otro avión enviado por Puerto Rico llegó el viernes a Cúcuta, en tanto que Chile y otros países recopilan también toneladas de ayuda.

Maduro califica de “migajas” de “comida podrida y contaminada” la asistencia, y culpa de la escasez a las sanciones impuestas por Estados Unidos, que genera daños a la economía estimados por Caracas en 30.000 millones de dólares.

Tras el ahogo económico y financiero

Sanciones financieras, bloqueo económico y terror callejero para crear un colapso, imposición del imaginario de la existencia de un poder dual y la amenaza de una invasión estadounidense que tiene fecha para el 23 de febrero, escondida en el caballo de Troya de la supuesta “ayuda humanitaria”: todo para terminar, de forma ejemplarizante, con “el virus” de la Revolución Bolivariana, señala el codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia, Álvaro Verzi Rangel.

En esta estrategia del miedo, los medios de comunicación trasnacionales, cartelizados, y las repeticiones por redes sociales, tratan de condicionar la situación. No existe una ciencia más precisa que la amenaza y nada más sólido que el miedo. La estrategia elaborada por Washington para deponer el gobierno bolivariano, incluye tentativas de magnicidio y contempla varios ejes de presión: sanciones económicas y financieras impuestas por EEUU y la Unión Europea para crear un colapso

Junto a la creación de la imagen de un poder dual, que genera incertidumbres jurídicas que se supone impactan directamente entre los militares, y la amenaza latente de una invasión. Esta presión coloca a los militares en la disyuntiva de decidir enfrentar o no una expedición extranjera, en la apuesta a que ante ese dilema los oficiales escojan la opción de un golpe palaciego o que se produzca una fractura.

¿Se viene la guerra en la Cuenca del Pacífico?‎

Mientras el canciller venezolano Jorge Arreaza habla de un diálogo con EE.UU. (más precisamente con Elliott Abrams), donde hubo “profundas diferencias, pero también preocupaciones compartidas, algunos analistas aseguran que Washington está ‎reproduciendo el derrocamiento de un gobierno de izquierda, según el modelo de lo que ‎EE.UU. hizo contra el presidente chileno, Salvador Allende, en 1973 (hace casi 46 años), bajo la ‎administración de Richard Nixon.

Otros, luego de ver las revelaciones de Max Blumenthal y Dan Cohen sobre el historial de Juan ‎Guaidó, personaje preparado por los think tanks de la Red Atlas, piensan, al contrario, que se trata de una ‎‎«revolución de color», como las que ya vimos en el este europeo bajo la presidencia de George W. Bush. ‎

La confirmación de los vínculos de Juan Guaidó con la National Endowment for ‎Democracy (NED) y con el equipo del estadounidense Gene Sharp hace pensar en una «revolución ‎de color», fracasada ya en Venezuela en 2007, hac12 años.

Tras los intentos permanentes desde 1959 de desestabilizar la Revolución Cubana, en los últimos años EEUU estuvo trabajando en la destrucción de Haití y Nicaragua.

La guerra plantada por Washington será impuesta desde el exterior y su meta no es el derrocamiento de gobiernos u su reemplazo por administraciones neoliberales, sino empujar al involucramiento en la conflagración de los demás países de la cuenca caribeña. Para ello se necesita terminar con los símbolos (monumentos a Hugo Chávez), sin causar víctimas, la introducción de armas para organizar manifestaciones en la que ambos bandos se acusen de ser autor de las masacres.

Los verdugos se preocupan por lo humanitario

El actor y director de cine y televisión estadounidense Andy Robinson, anclado en Cúcuta a la espera de los acontecimientos, pregunta por qué ha dedicado John Bolton, el asesor de seguridad de Donald Tremp, el 74% de sus tuis en la última semana a los derechos humanos y democráticos de los venezolano e instando a los militares a rebelarse contra Maduro. Jamás defendió los derechos humanos

Pasa lo mismo, con el secretario de la OEA Luis Almagro. Hace ya años que Almagro muestra síntomas de incontinencia tuitera escribiendo dos o tres mensajes al día condenando a Venezuela, sin mandato ni permiso de los países miembros del bloque panamericano, mientras invisibiliza las graves situaciones en Centroamérica, en Haití, en Colombia, para abocarse a su cruzada antichavista.

Robinson añade que Marco Rubio, el senador por Florida, curtido en los métodos mafiosos de la política cubana en Miami, ha dedicado el 55% de sus tuits a la defensa moral de los derechos humanos y la democracia en Venezuela (intercalando citas del Viejo Testamento).
Hasta Elliott Abrams, el verdugo de tantos miles de centroamericanos, puesto en eviencia la última semana por la congresista estadounidense Ijhan Omar, es un defensor apasionado de los abusos de derechos humanos. ¿Será que en plena crisis migratoria EEUU se convirtió por milagro en un país humanitario al igual que varios gobiernos europeos?

Italia evitó la unanimidad en la Unión Europa para tomar decisiones contra Venezuela; ha hecho que 19 países de los 28 de la UE se expresen de manera unilateral (no en bloque) contra el gobierno venezolano, lo que originó un debate necesario, que condujo a la Cámara baja de Alemania (Bundestag) a producir un dictamen jurídico donde califica el desconocimiento del gobierno de Maduro como una violación al derecho internacional y al reconocimiento a Guaidó como injerencia en los asuntos internos de otro Estado.

En Gran Bretaña, el exministro de asuntos exteriores William Hague tachó al líder laborista Jeremy Corbyn de “moralmente quebrado” por oponerse al plan de cambio de régimen urdido en Washington y por defender el derecho de Venezuela de defender su soberanía. Esto, mientras el gobierno de Theresa May vende armas a la teocracia genocida de Arabia. Saudí y hace largas y pomposas defensas de la soberanía británica frente a Europa.

Trump ya cuenta con que Bernie Sanders vaya a ser su rival en las elecciones de 2020, Sanders es socialista así que Venezuela empieza a ser un instrumento útil en la política nacional, dijo Tim Gill, sociólogo la Universidad de Carolina del Norte.

Futurología

Para analistas europeos, a los que en general nada les interesa el futuro de Venezuela, la situación se les complica porque se ha internacionalizado, como paso en Siria, y los obligar a elegir entre Maduro, Trump, Putin, Xi, Erdogan, entre pocos otros

La solución europea es que se vaya Maduro. Pero ello significaría que con la excusa de la grave situación económica, se desmantelen mucho de los subsidios sociales, lo que a su vez despertará la protesta activa de los sectores populares, mientras China, Rusia, entre otros países, lucharán para conservar sus inversiones en los recursos naturales, que serán obviamente entregados a las trasnacionales estadounidenses.

Pero lo que más preocupa a los europeos proclives a una intervención es que la derecha venezolana carece de perfil propio, dado que sus acciones son dirigidas por factores externos que han emprendido una estrategia de agresión sistemática para quebrar y humillar.

No puede rearmarse un espacio de unidad en la desmantelada oposición política, máxime cuando Guaidó pertenece a un pequeño partido, activo en el terror callejero, pero que no ha tenido acceso al gobierno ni sabe cómo manejarlo. El país esta fracturado social y políticamente. ¿Cuánto tiempo se necesitará para que se vuelva a integrar?

En lo económico, hay que tener en consideración que el petróleo tiene la historia en su contra, y el precio nunca volverá a los 100 dólares. Y en Venezuela hay carencia de industrias y otros elementos de industrialización contemporánea. No hay capitales para hacerlo.

En Moscú, el canciller ruso Serguei Lavrov acusó a EEUU de disimular una intervención militar en Venezuela con la resolución presentada al Consejo de Seguridad de la ONU para facilitar la llegada de ayuda humanitaria. “El Consejo de Seguridad jamás adoptará semejante decisión”, dijo Lavrov.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo que no distribuirá la “ayuda humanitaria” de EE.UU. a Venezuela porque esta iniciativa carece de todo carácter humanitario.

En los pimeros días de esta semana se aceleran los mecanismos del terror mediático. Los halcones de Washington se basan en la premisa de que no existe nada más sólido que el miedo.

Aram Aharonian: Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la 

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VENEZUELA. ¡QUE NO ES PARA ROBARLES A LOS TRABAJADORES VENEZOLANOS, ES PARA ROBAR A CUALQUIER TRABAJADOR DE CUALQUIER SITIO, ESTÚPIDO!



Venezuela bajo asedio
La comunicación como categoría militar

19.02.2019


Cada coyuntura plantea y demanda sus propios métodos de lucha, eso vale también para la batalla comunicacional. Éstos deben ser adecuados a la realidad del país y del momento que se vive. Y, ¡qué duda cabe! en estos días intensos lo que en Venezuela se vive es amenaza de invasión, lo que se siente son tambores de guerra. En este contexto la comunicación debe ser asumida como categoría militar. 

De hecho, hace ya tiempo es común escuchar una serie de conceptos que van en esa línea: bloqueo informativo, conspiración mediática, golpe mediático, guerra mediática, guerra de cuarta generación, etc. Esto en el marco de una situación clásica del asedio que Venezuela vive, al menos, desde 2015: permanentes acciones de carácter económico y (para) militar que bloquean durante un periodo extenso el país, impidiendo el abastecimiento, produciendo un desgaste en las personas, para luego proceder al asalto. Nunca como hoy se ha estado tan cerca de un situación bélica real. 

Claramente, lo comunicacional juega un rol crucial en el asedio imperialista. Una propaganda de guerra global se ha echado a andar coordinada y globalmentemente para atacar a Venezuela, como alguna vez se hizo con Irak, incluso peor. De hecho, una dimensión fundamental de la operación para instalar a un desconocido Guaidó como actor político fue comunicacional, a su vez, la llamada “ayuda humanitaria” es un hecho bélico disfrazado semióticamente de bondad. 

¿Cómo ha enfrentado Venezuela en este contexto bélico la batalla comunicacional? Podemos distinguir dos dimensiones: la dimensión contra-ofensiva y la defensiva.

Dimensión contra-ofensiva: el rol presidencial y una matriz propia 

El contra-ataque es seguramente la más eficaz de las estrategias en un cuadro en el cual nuestras fuerzas están en objetiva desventaja y en el cual la asimetría es estructural (https://medium.com/dominio-cuba/la-batalla-comunicacional-3-conocer-el-poder-del-enemigo-y-la-fuerza-propia-b005dccc5082) dado que no tenemos los recursos materiales con los que el imperialismo cuenta en el terreno comunicacional. Pero tenemos tradición de lucha, de audacia y creatividad. Y como una vez Fidel le señaló al Comandante Chávez, “la mejor defensa no es el ataque, sino el contra-ataque”; es decir, saber responder al ataque con otro ataque. 

En las respuestas comunicacionales venezolanas de carácter contra-ofensivas podemos identificar, sobre todo dos fases: una que logró horadar el cerco informativo y otra que instaló exitosamente una matriz propia. 

En cuanto a la primera, el liderazgo ha estado a cargo del propio Presidente Nicolás Maduro y comenzó a principios de febrero con una entrevista en exclusiva que sorprendió a todos e indignó a los reaccionarios del mundo. Fue una apuesta audaz y sorpresiva cuando se anunció, en los momentos en que arreciaba el ataque internacional en la OEA, en la UE y en las NU contra el país, que el Presidente había concedido una entrevista exclusiva, sin pauta previa, sin condiciones ni edición, al comunicador Jordi Évole del programa español “Salvados”, Antena 3. Se trata del mismo profesional que en 2017 ya lo había entrevistado venenosamente. Con ese polémico antecedente, sumado al hecho de estar Maduro en el centro mundial de la noticia, era inevitable que esta entrevista no generara atención mundial. En algo más de una hora Évole preguntó de todo y en el tono que quiso al Presidente Maduro, quien con seguridad contestó cada una de las preguntas y, además, se permitió analizar el rol de Pedro Sánchez en esta conspiración internacional. Se le hizo imposible a la canallesca internacional mediática evitar el éxito de audiencia del programa en España. Cuatro millones de televidentes sintonizaron la entrevista. Tras esa iniciativa el Presidente también concedió entrevistas bajo las mismas condiciones a otras cadenas como CNN-Turquía o la BBC de Londres. 

Este episodio nos deja una importante lección: en los momentos oportunos, con la gestión adecuada, se puede aprovechar a nuestro favor la atención mundial que las corporaciones comunicacionales con su habitual malignidad han construido en torno a un liderazgo, en este caso, del Presidente Maduro. Es decir, hacer valer el hecho (generalmente negativo) de que el presidente sea “agenda continua” en los medios del mundo y sujeto de interpelación permanente. Se confirma así un postulado clásico de la Teoría del Agenda Setting: los presidentes tienen potencialmente altas capacidades de imponer agenda a la pauta mediática. En cuanto al género periodístico, el de “entrevista en directo, sin corte” (aunque no en vivo), con plena libertad para el/la periodista se muestra como el más adecuado, en tanto garantiza libertad de prensa al profesional, produciendo así una contradicción performativa con la falsa acusación de que no hay libertad de expresión y, simultáneamente, se impide la usualmente vil edición que se hace de nuestras vocerías. 

Otra iniciativa contra-ofensiva importante, esta vez en el terreno digital de las redes sociales, fue el mensaje de 4 minutos que Nicolás Maduro le dirigió el 30 de enero al pueblo de EE.UU. Éste tuvo más de 11 millones de visualizaciones en su versión española y más de 4 millones en su versión en inglés. “No permitamos un Vietnam en América Latina. Si los Estados Unidos pretenden intervenirnos tendrán un Vietnam peor del que puedan imaginarse”. Performativamente hablando, ese fue claramente el mensaje central. 

Y en esa línea llegamos a otra iniciativa contra-ofensiva exitosa que podemos identificar. Ocurre ésta no en el terreno del liderazgo presidencial, sino en el semántico: desde Venezuela se logró imponer la matriz temática de que si hay intervención militar extranjera, habrá resistencia feroz, habrá un baño de sangre, habrá guerra en el continente. Es importante haber logrado instalar esa idea-fuerza. La canallada internacional mediática suaviza las guerras, ocultan su lado trágico, como hicieron en Irak, y disfrazan de “humanitario” lo que es una masacre. Cada vez que Estados Unidos prepara el terreno para invadir instala comunicacionalmente las ideas de «corredor humanitario» bajo «protección internacional», invoca la «obligación de proteger a la ciudadanía» etc. Esos pretextos sirvieron como preludio de las guerras que lanzó contra Yugoslavia, Iraq y Libia, al precio de inmensas pérdidas de vidas y de enormes sufrimientos. 

Lograr establecer una matriz realista tiene importancia en varias dimensiones: 

a) instala la idea de guerra de manera real y no edulcorada como hace el imperialismo; 

b) la historia demuestra que EE.UU. suele evaluar muy bien el costo en bajas propias antes entrar en un país; 

c) la amenaza de guerra en el continente asusta hasta a tradicionales adversarios del chavismo como el ex Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza (el “...desde la P a la O”, como dijera el Comandante Chávez), incluso él ha hecho llamados a evitar la guerra a toda cosa 

d) La matriz de “guerra y resistencia sangrienta en Venezuela y el continente si el imperialismo invade”, le da fuerza a la postura mediadora de México, Uruguay y CARICOM. 

Dimensión defensiva: rompiendo el cerco “de afuera hacia adentro”, unidad por doctrina y ausencia de un “medio columna” 

En el terreno de las acciones defensivas, ha ocurrido un hecho llamativo, una inversión interesante, tal vez única en la historia de la batalla comunicacional revolucionaria, para romper el cerco informativo que afecta a Venezuela. Generalmente, los esfuerzos por lograrlo provienen del interior para que en el exterior se sepa lo que realmente ocurre adentro. Esa lógica se invirtió esta vez. Compañeros y compañeras de otros países viajaron a Venezuela y rompieron comunicacionalmente el sitio desde afuera hacia adentro. Haciendo uso de las redes sociales, especialmente Twitter y Facebook, se trasladaron a Venezuela y comenzaron a proporcionar con regularidad información desde el interior del sitio. Destacan en ese sentido iniciativas como las del argentino Marco Teruggi (@Marco_Teruggi) quien adecuándose al contexto cambió su rol de sociólogo por el de comunicador y en un estilo que podemos calificar de periodismo interpretativo ofrece información valiosa, seria, no propagandística, acerca de los acontecimientos desde la perspectiva anti-imperialista. Destacan sus reportes de las movilizaciones chavistas y de la derecha, y, sobre todo, sus despachos desde la frontera, es decir, desde las zonas calientes. 

En Twitter ha llamado la atención otro argentino, @DiegoEnLaLucha. Bajo el lema “Un argentino en Venezuela” ha estado informando en un estilo coloquial, informal y muy auténtico acerca de Caracas. Celular en mano ha recorrido diversos barrios y ha publicado en sus cuentas los reportes audiovisuales que, a su vez, han sido recogidos por medios de comunicación de otros países. Se diferencia de Teruggi en tanto su foco está puesto en mostrar la cotidianeidad, el día a día de Venezuela, no la noticia dura, pero tiene en común con éste tres cosas: horada el cerco informativo, no ofrece propaganda, sino información y conecta con una audiencia ávida de obtener información no manipulada. 

Algo similar hace Arantxa Tirado, una española que también decidió venir a romper comunicacionalmente el asedio. En una mezcla de cotidianeidad y noticia, informa desde farmacias, tiendas, del metro, de MacDonalds o desde mercados populares. En un día y medio, desde que comenzó su entrega informativa, su cuenta en Twitter pasó de 6 mil a 10 mil seguidores, y en dos semanas ha superado los 30 mil. A eso se suman mas de mil solicitudes en Instagram, lo mismo que en Facebook, junto con intentos de hackeo a sus cuentas y denuncias permanentes a sus tuits de parte de la derecha (la misma que lloriquea por la libertad de expresión). También ella ha sido seguida y mencionada por medios tradicionales, por ejemplo, La Jornada de México, y también ella evita la propaganda y proporciona información a una audiencia mundial expectante. 

Tanto éstas como otras interesantes y audaces iniciativas comunicacionales carecen sin embargo de algo que es fundamental en tempus belli: la coordinación. Se trata de iniciativas individuales no estructuradas entre sí. Podríamos decir que hay una autonomía táctica entre ellas, su lazo orgánico y su nexo principal es, como decía Rodolfo Walsh, la “unidad por doctrina”. Esa claridad doctrinaria de los y las compañeras es la que hoy une políticamente estas “corresponsalías revolucionarias” que vinieron a horadar el cerco, lo mismo que otras iniciativas comunicacionales que han surgido en estas semanas. Sin embargo, en tempus belli no basta la unidad doctrinaria. A la autonomía táctica hay que sumar articulación intencionada para que la comunicación se convierta en un factor de organización y de combate, y para que nuestras iniciativas exitosas, como las señaladas hasta aquí, logren una efectividad en el tiempo y sean “artillería del pensamiento”. Tenemos ahí una debilidad. 

El hecho de que se logre perforar con efectividad el bloqueo informativo cuando nuestras maniobras comunicacionales se inician desde el exterior y de que éstas estén a cargo de no venezolanos/as, habla de otra falencia nuestra, sobre todo considerando que las potencialidades del contexto digital están al alcance de todos/as: no existe un “medio columna” que desde Venezuela opere para los/las venezolanas y para la audiencia mundial antiimperialista como referente informativo al que se pueda acudir diariamente. Existen muchos emisores mediáticos en el campo revolucionario venezolano, pero, por razones que se deben discutir y analizar, la audiencia no acude a ellos de forma regular y masiva. Para revertir eso hay que estar dispuestos, por ejemplo, a distinguir propaganda de información, y optar por esta última. La intoxicación propagandística que el imperialismo ha puesto a circular contra Venezuela se combate con información, no con más propaganda, aunque sea anti-propaganda. Como decía Gramsci, “la verdad es la táctica de la revolución”. 

Sin duda Telesur ha cubierto, en parte, esa falencia, y se ha convertido en un medio que informativamente cumple un rol significativo en la defensa comunicacional al proporcionarnos valiosa información. Sin embargo, no se puede pedir a este importantísimo proyecto comunicacional de alcance regional que para suplir la ausencia de medios de referencia locales, pierda su carácter continental y se “venezolanice”, a costa de su proyecto original y de su tarea estratégica. Sería eso una manera de sacrificar Telesur y despojarlo de su audiencia continental y de su carácter bolivariano-panamericano. Su cuenta en Facebook supera los 1.7 millones de seguidores, y en Twitter 1,6 millones, la mayoría de los cuales no son de Venezuela. Ese capital comunicacional hay que cuidarlo. 

Aunque la crítica duela, estamos ante un dato objetivo: en 20 años no se ha logrado constituir en Venezuela un medio columna, un órgano de difusión y de referencia, sólido y consolidado que proporcione al mundo información rigurosa y, a la vez, combativa, acerca del proceso bolivariano y de sus complejidades. Hay, sin duda, iniciativas interesantes, con un alto potencial, que se han ido conformando en el tiempo y que apuntan en esa dirección. Por ejemplo, (-) Supuesto Negado, bajo el lema“El lado obsceno de la información” (https://supuestonegado.com/): con una gráfica atractiva y una justa cuota de humor satírico apuesta por el periodismo de opinión y de interpretación; destaca la agudeza de sus títulos (todo un arte en el ethos periodístico); por ejemplo, el que llevan el 14 de febrero “Guaidó mantiene apoyo estadounidense, pero se va quedando sin calle”, titular que orienta políticamente de inmediato al lector. En Facebook (Fb) tienen con poco más de 46 mil seguidores, lo que indica que van conformando comunidad. Otro buen ejemplo es 15 y Último (“Resuelve Ideas”), medio digital que entrega importante y actualizada información económica, Economía para no Economistas ni Expertos es su slogan (http://www.15yultimo.com/). Por lo mismo, es un medio de nicho, con segmentación definida, tiene sólo 3.491 seguidores en Fb, pero se trata de una audiencia específica. Considerando que la economía es el problema central en Venezuela un medio como éste es imprescindible, y esa imprescindibilidad temática que ofrece con seriedad se complementa con sus buenas plumas. También vale la pena mencionar a La Tabla (http://la-tabla.blogspot.com/) que es más generalista, menos segmentado y practica el periodismo de denuncia, basado en datos; es más activo que los anteriores en Twitter (más de 30 mil seguidores), pero más débil en Fb (sólo 3.664). Los tres tienen en común que rehuyen el panfleto y la consigna fácil y, desde una perspectiva chavista, optan por entregar, cada uno a su modo, información útil e importante al público, es decir, un encuadre (framing) políticamente definido. Se suma a ellos “Misión Verdad”, (www.misionverdad.com) un proyecto que lleva varios años apostando por el dato, por la información y la rigurosidad y que es bastante activo en redes sociales, con más de 60 mil seguidores en Twitter y 44 mil en Fb. Ninguno, sin embargo, llega a los niveles de la prensa golpista como El Nacional (713 mil seguidores en Fb) o El Universal (901 mil seguidores). 

Éstos medios chavistas y, con seguridad otros similares, podrían buscar una articulación editorial acorde a los tiempos de guerra que se están viviendo; articulación que, preservando las identidades particulares de cada uno, considere el conjunto, atendiendo al interés de un amplio colectivo nacional e internacional por informarse desde nuestra perspectiva - chavista y socialista- y así, siguiendo a Fidel, apoyar coordinadamente la batalla de las ideas. 

A modo de cierre 

En el plano contra-ofensivo Nicolás Maduro, el presidente más atacado del mundo, ha logrado en estas circunstancias críticas gestionar a favor la atención mundial que en torno a él se ha ido construyendo en estos años por parte de la canallada internacional mediática. Esta potencialidad suya debe ser analizada para futuras acciones de alteración de la agenda enemiga y su figura debe ser sopesada comunicacionalmente en relación con el contexto mundial actual. A modo de hipótesis: Maduro es hoy el único presidente que pudiera erigirse, comunicacionalmente hablando, como antagonista de Donald Trump. 

La comunicación debe estar estratégicamente subordinada a los objetivos políticos. “El hecho comunicacional es un hecho político”, dijo enfáticamente en octubre de 2012 el Comandante Chávez en su última reunión ministerial transmitida en vivo, y en la cual reflexionó acerca de las insuficiencias del campo revolucionario en esta área. n esa línea, saber elegir el programa indicado, el género informativo pertinente y la red social adecuada permiten, a pesar de la asimetría, imponer matrices claras y contundentes. 

En un proceso de transformación social, la comunicación es necesariamente un frente de lucha y una categoría militar en las horas críticas. Para horadar el cerco informativo que en el marco del asedio se ha impuesto se deben combinar las iniciativas que provienen del exterior con las del interior. Hay una audiencia mundial ávida de información, para sintonizar con ella hay que rehuir el panfleto y la propaganda y ofrecer información basada en hechos, con un encuadre propio. 

Actualmente la falta de articulación comunicacional orgánica es suplida por unidad doctrinaria, y la falta de uno o varios medios columna venezolanos es suplida por iniciativas fragmentadas creativas y defensivas, tanto provenientes del exterior como locales. 

No basta, hay que dar los siguientes pasos. Y hacerlo recordando al Comandate Chávez quien el 2010 en reunión con comunicadores populares en las montañas de Lara, señalaba, “¡Esto es guerra comunicacional!” y en su último consejo de ministros nos impele a la urgencia de crear una articulación propia, “que incluya, como sistema al fin, su interconexión con otro sistema o subsistema: medios comunitarios, medios populares de comunicación, televisoras regionales, periódicos regionales, internacionales, Telesur”. 

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