domingo, 16 de noviembre de 2008

LOS CAPATACES DE LOS GRANDES CAPITALES SE REUNEN EN WASHINTONG PARA ASEGURAR LA PROXIMA CRISIS CAPITALISTA

Los representantes de las distintas facciones capitalistas (componentes del Grupo G 20, entre ellos, Zapatero, Presidente del gobierno español) se han reunido en Washintong con el pretexto de resolver la crisis capitalista mundial actual, de la que no han encontrado el responsable.
La crisis del capitalismo mundial actual se ha producido por que sí, no tiene origen en ningún sitio, y por ello, no hay responsables que buscar y, por tanto, no hay nadie que deba responder ante la sociedad de los daños morales, materiales, sociales y psicológicos que está y seguirá creando.
Esto cafres, hipócritas y presuntuosos que tienen la desfachatez de hacerse pasar por los representantes de sus respectivos pueblos para, prevenir que haya de ser el sistema económico mundial, empiezan por no ser capaces de cumplir el tiempo que ellos mismos tenían programado para la cena, y así, de una hora y cuarto prevista para el gastronómico acto, gastan en el mismo más de tres horas. Eso sí, se lo pasaron muy bien, según el Presidente Zapatero.
Seguramente esa misma noche quien no lo pasaría tan bien fuera la familia que con 600 euros al mes tiene que desayunar, comer, cenar y tomar el autobús 30 veces al mes, además de pagar la luz y el agua (como para fiarse de estos campanetes del capital en las predicciones que nos hacen de aquí a uno, dos…, cinco años).
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que fueron instrumentos de coacción y control de los diferentes Estados capitalistas por y al servicio de los grandes capitales, se han convertido en instrumentos obsoletos para responder a los problemas estructurales del sistema capitalista que ellos mismos han creado, por lo que han decidido reformarlos.
De los paraísos fiscales, perfectamente localizados y con la cobertura legal correspondiente, donde se calcula que hay más de once mil millones de dólares no han dicho nada. De la banca suiza con sus cuentas numeradas para proteger la “intimidad” de los ladrones ricos que tienen allí sus miles de millones en depósito han dicho poquito también.
Del negocio del fútbol de élite para ver que las grandes masas de capitales que mueven en la “religión” balompédica no se utilizan para el blanqueo de dinero, procedente de la droga, trafico de armas, extorsión, prostitución, etc., tampoco ha dicho nada. Se ve que todas esas masas de capitales proceden del honrado trabajo de los grandes capitalistas y que pasan por las fronteras nacionales como Pedro por su casa, han cumplido con las leyes fiscales de sus respectivos países, como cualquier trabajador o pequeño y mediano empresario.
La solución de cualquier problema pasa siempre por descubrir el origen del mismo, para actuar sobre él y no sobre sus consecuencias. Y esto no lo han hecho los 23 jefes de gobierno del G-20. Ellos no se han reunido para solucionar ningún problema, sino para reforzar el capitalismo que es el origen del mismo.
Se han inventado ya algunos términos semánticos como “crisis sistémica”, “gobernanza”, “responsabilidad social de la empresa” con lo que seguramente se van a intentar encubrir más las verdaderas causas de le crisis, a la vez que justificar las medidas que necesariamente ha de tomar el capitalismo para no perecer: poner grandes masas de capital a través de los diferentes gobierno en manos de los mayores grupos capitalistas para que estos puedan mantener artificialmente sus correspondientes tasas de beneficio. Esto es lo que ya han hecho con esas “inyecciones” de cientos de miles de millones de dólares y euros a los mismos bancos que han sido los fulminantes de la crisis.
Tales “inyecciones” de dinero no es otra cosa que poner a disposición de los grandes capitalistas los dineros creados por todos los trabajadores depositados en los bancos, dirigido no al desarrollo de “ninguna” economía, sino al procedimiento que tienen establecidos los grandes capitales para continuar concentrando y acumulando capitales a costa del bienestar de toda la sociedad, lo cual no tiene otra implicación, porque no puede tenerla, que un empeoramiento general y relativo de la inmensa mayoría de la población con eso que llaman “la competitividad”, que en esencia consiste en tener que trabajar más por menso dinero (eso es ser productivos desde el punto de vista capitalista, y de momento no hay otro para ser puesto en práctica).
*