miércoles, 6 de julio de 2022

UCRANIA. El régimen de Zelenski declara la guerra al Partido Comunista y al resto de la izquierda: ilegalizacines, juicios, expropiación de bienes… [Que sí, que sí y otra vez que sí, por si las moscas, y de aquí no me mueve mi padre, que para ustedes la perra gorda y todo lo que quieran, Eso sí, ojito cuidao con lo que quieran porque según cómo, cuándo, dónde, con quién y sin, sobre, tras sea lo que quieran me pueden sacar de mi casillas y, en ese caso, ya no respondo de mí, porque se me hinchan las venas del pescuezo y me entra como una mala leche que me pongo como un basilisco entero y verdadero. Gloria al Señor, porque a mí eso de la política no me gusta, que es cosa de políticos, y además no soy de aquí ni soy de allá, ni tengo edad ni porvenir; ni me gustan los extremos (que ya extremos izquierdos como La Petra del Real Zaragoza no los hay), soy personal de centro, siempre centradito en lo mío, y en lo personal no tengo nada contra el cómico Zelensky, a la sazón títere de la titeratería de los capitales dominantes USA metido a presidente de Ucrania (y no intenten cambiarme de tema para enmarañar lo tengo claro, así que no he dicho Guaidó venezolano ni Pedro Sánchez, subdelegado circunstancial de los dichos capitales USA en España, Una, porque de haber otra más de uno saldría corriendo para ella; Grande, porque en Rota caben dos barcos más del ejército USA la hostia de grande y con un poder de matancia destructiva intrínseca del Copón y no pasa nada, no falta espacio y, Libre, porque cada uno si tiene dinero y quiere puede comprar el periódico que quiera. Así que he dicho presidente de Ucrania. Prosigamos). Es más, me cae mogollón de bien, porque un tío como Zelenski, recibido con aplausos en el Congreso español al que le pide dinero para seguir matando ucranianos, rusos, sindicalistas y todo lo que se menee que no le guste, que ya tiene nacionalidad británica por si tiene que salir zumbando de Ucrania y posee el don divino de tocar el piano con el pene, según las malas lenguas (las que por lo general suelen estar bien informadas) no puede despertar más que simpatías, como es mi caso. ¡Aleluya!, cada uno con la suya. Yo a lo que voy es a lo que voy, sin ir más lejos: qué zurrapandusca están ocultando a los trabajadores los políticos representantes de la representación representada como Dios manda en eso de la democracia representativa, como para que pudiendo comprar el gas ruso un 40% más barato se le tenga que comprar por cojones a USA mediante muertos mediantes. Pero escucha, escucha, no te me empieces ya a subir por las paredes, que eres tú muy subidor paredes, listo, que eres tú muy listo, que no he terminado. El gasoducto Nord Stream, que une Viborg (Rusia) con Greifswald (Alemania) está terminado y suspendida el Nord Stream II que uniría también a Rusia con Alemania y que podría suministrar gas a decenas de millones de europeos, se insiste, a precios significativamente inferiores al gas licuado procedente de USA. En todo esto tiene que haber zarrapandusca encerrada. A mí que no me vengan con tontadas.]

 

UCRANIA. El régimen de Zelenski declara la guerra al Partido Comunista y al resto de la izquierda: ilegalizacines, juicios, expropiación de bienes…

 


INSURGENTE.ORG / 6 julio 2022

 

El Octavo Tribunal Administrativo de Apelaciones de la ciudad de Leópolis ha ratificado la prohibición del Partido Comunista y de la organización opositora Ucrania Feliz, satisfaciendo así la petición del Ministerio de Justicia de Zelenski, que había pedido su inhabilitación. Desde el inicio de la guerra, la Justicia de Ucrania ha prohibido las actividades de varias formaciones políticas con el silencio y complicidad de la Ue y la OTAN.

La nueva ley aprobada en mayo y confirmada en las últimas horas prohibe a las formaciones políticas sus actividades por justificar o negar la invasión rusa, presentarla como conflicto interno o guerra civil ocuestionar al presidente Zelenski.

La Justicia ucraniana ratifica así la prohibición del Partido Comunista y Ucrania Feliz. Dos militantes del primero, los hermanos Kononovich

En las últimas semanas, la Justicia ucraniana ha prohibido las formaciones

Plataforma de Oposición por la Vida,

Partido Socialista Progresista de Ucrania,

Partido de Sharí,

Partido Nashi (Nuestro),

Bloque de Oposición,

Oposición de Izquierda,

Unión de Fuerzas de Izquierda,

Partido Socialista de Ucrania,

Socialistas

Estado

Bloque de Vladimir Saldo.

Partido Comunista

Ucrania Feliz

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Así influyen en la inflación los beneficios del Ibex

 

Así influyen en la inflación los beneficios del Ibex

 

Por Carlos Sánchez Mato 

Rebelion / España

| 06/07/2022 | 

 

Fuentes: Ctxt [Foto: Sísifo (1548), Tiziano Vecelli]


La pandemia se ha llevado más de cien mil vidas por delante en España y el coste de ese dolor es imposible de medir, no tiene precio. Pero además, en términos económicos, en nuestro país se perdió un 10,8% de la riqueza medida en términos de PIB en 2020 y será en 2022 cuando se recuperen los niveles previos a la covid-19.

La respuesta desde las administraciones públicas ha sido radicalmente diferente a la realizada en la crisis que estalló en 2007.En primer lugar, por el considerable gasto realizado para abordar de forma directa la pandemia, que ha ascendido a 79.603 millones de euros, lo que supone un 3,4% del PIB del período. Además, el Estado asumió el 87% del déficit de las administraciones públicas y sostuvo la práctica totalidad del gasto extraordinario originado por la pandemia, transfiriendo volúmenes importantes de recursos tanto a las comunidades autónomas como a las corporaciones locales para garantizar los servicios públicos esenciales en medio de la pandemia.

En total, se han emitido 140.000 millones de euros de deuda pública adicional para hacer frente al gasto covid y para el despliegue del escudo social con 28.000 millones para los ERTE, 10.000 millones para prestaciones de autónomos y 11.000 millones de euros en ayudas a la solvencia empresarial. No solo eso. También se han movilizado otros 140.000 millones de euros para avales del ICO que han sido destinados a afianzar a empresas y a autónomos o autónomas. 

Se trata de un volumen de recursos públicos movilizados que no tiene precedentes. Todas las medidas citadas, más las moratorias en el pago de impuestos y cotizaciones, han permitido evitar un desplome total de las rentas y reducir la destrucción de empleo con el consiguiente efecto positivo en la recuperación económica. 

Pero si para las familias trabajadoras ha sido positiva la forma de abordar la crisis, quienes se han puesto de verdad las botas han sido las empresas, sobre todo las más grandes. Han recuperado a toda velocidad sus beneficios. Las que forman parte del Ibex obtuvieron en 2021 un beneficio neto récord de 57.797 millones de euros frente a las pérdidas registradas en 2020 de 8.088 millones de euros. Si comparamos con lo ocurrido en 2019, el resultado positivo de estas grandes empresas creció un 83,5%. Es evidente que el escudo social ha protegido al gran capital, aunque eso sí, no todos los sectores han conseguido éxito similar. Las compañías eléctricas y petroleras consiguieron cuadruplicar su beneficio en 2021 con respecto al año anterior. En 2020 estas empresas habían mantenido sus beneficios con respecto a 2019. La construcción tampoco se quedó a la zaga y ha tomado impulso: frente a pérdidas que rondaban los 456 millones en 2020, han logrado 17.783 millones de beneficio neto, cuatro veces más que los obtenidos en 2019. La banca y los servicios financieros e inmobiliarios han pasado de registrar pérdidas superiores a los 5.000 millones de euros a ganar más de 21.600 millones, y las empresas del sector tecnológico y las telecomunicaciones multiplicaron por diez sus beneficios en 2021 con respecto a 2020 y los triplicaron con respecto a 2019. 

En definitiva, gracias a las medidas implementadas por el Gobierno de coalición, la mayoría de la gente se ha visto protegida de los efectos más duros de la crisis económica detonada a partir del estallido de la pandemia, pero las grandes empresas no solo se han defendido de la situación, sino que se han apropiado de considerables beneficios que no hubieran logrado sin la actuación pública.

El caso más paradigmático es el de las empresas eléctricas y petroleras que han ejercido su capacidad de fijar precios en mercados alejadísimos de la teoría económica que los sacraliza, llamándolos de “competencia perfecta”. Se trata de oligopolios a los que hay que responsabilizar del crecimiento inicial de precios que ha terminado extendiéndose. De hecho, la inflación volvió a repuntar en junio y ha llegado hasta el 10,2%, con carburantes y alimentación disparados.

Que la espiral alcista de precios está relacionada con el abuso consentido a las eléctricas y con la capacidad de las empresas de otros sectores de blindar sus beneficios no es cosa ya de economistas heterodoxos…El Banco de Pagos Internacionales, en un reciente informe, atribuye el actual fenómeno inflacionista a la capacidad que tienen las empresas de mantener sus márgenes ante subidas de costes de materias primas o energía, entre otros. También el Economic Policy Institute dice en un reciente estudio que, en Estados Unidos, desde que empezó la pandemia y hasta el final de 2021, fueron los beneficios de las empresas los que hicieron subir los precios un 54%, mientras que la subida del coste salarial no llegó ni al 8%. 

En nuestro país parece estar dándose el mismo fenómeno, porque hasta el mes de mayo la subida salarial de los sectores en los que hay convenio colectivo ha sido del 2,4%, mientras que la inflación ascendía al 8,7%. No nos consta ningún mensaje de alerta ante el impacto inflacionario de los beneficios por parte de la CEOE y del Banco de España, pero sí alertas acerca de lo que podría suponer que las trabajadoras y los trabajadores osasen intentar mantener el poder adquisitivo de sus salarios…

Lo más probable es que sea todavía peor, porque solo hay 1,2 millones de trabajadores con convenios que tienen cláusula de revisión ligada al IPC, y el resto, hasta casi 4,4 millones amparados por los convenios, no tienen ese paraguas. En definitiva, siete de cada diez trabajadores carecen de protección, aunque tengan convenios colectivos. De los muchos y muchas que ni siquiera tienen convenio, ¿para qué hablar?

El mayor éxito de las élites en la anterior crisis fue responsabilizar a la mayoría social de haber vivido por encima de sus posibilidades. Ahora van por el mismo camino. 

¿Qué mejor que responsabilizar a la gente que vive de su trabajo, especialmente a la más vulnerable, del control de los precios?

¿Cómo no van a disfrutar quienes están percibiendo dividendos récord por las gigantescas ganancias convenciéndonos de que lo más adecuado para abordar la subida de precios es asumirla?

¿No pensáis que se están riendo de nosotros cuando los grandes accionistas de las eléctricas advierten de que no puedes pedir que te paguen más por tu trabajo, para no perder poder adquisitivo, porque eso dispararía la inflación?

Por si la situación no tuviese ya suficientes elementos de riesgo, el Banco Central Europeo ha recuperado su habitual torpeza a la hora de intervenir en la economía. Sus decisiones en estos últimos meses para responder a la elevada inflación en la eurozona pasarán a la historia. En concreto, a la historia de las decisiones nefastas.La de anunciar la subida de los tipos de interés y la retirada de los estímulos en forma de compra de deuda pública y privada se asemeja a lo que hizo Trichet al comienzo de la crisis en 2008, cuando también decidió elevar los tipos de interés de la zona euro. También lo hizo para “garantizar la estabilidad de precios en la zona europea y frenar las presiones inflacionistas”. El resultado es conocido. 

¿Qué efecto está teniendo ya el anuncio de subida de tipos y la reducción de compra de bonos públicos?

La idea subyacente es que cuanto más alto es el tipo de interés, más caros resultan los créditos y en consecuencia la gente se endeudará menos, se enfriará la economía y se controlarán los precios. 

Pero hay un problema, y es que los precios no están subiendo porque esté creciendo el crédito desmesuradamente. Los datos no indican eso. Sin embargo, las familias y empresas que están endeudadas, además de pagar más por su recibo de la luz y por el resto de bienes y servicios a causa de la extensión de la inflación al resto de sectores, ahora tendrán que dedicar más recursos a pagar a los bancos.

Los precios de la energía se han disparado, además de por mercados oligopólicos que permiten a las empresas enriquecerse obscenamente, por cuellos de botella en el comercio internacional tras la pandemia y por la guerra de Ucrania. ¿Cómo podría resolver estos problemas elevar los tipos de interés? 

Por lo tanto, las decisiones de política monetaria del BCE no solo no van a arreglar las dificultades que las economías europeas atraviesan, sino que las van a agudizar. Porque las empresas a las que les cuesta más la financiación terminarán repercutiendo en los precios de sus productos ese incremento de coste, por lo que la inflación se retroalimentará. 

Por si fuera poco, las administraciones públicas también tendrán que dedicar más recursos a pagar intereses a los inversores en deuda emitida por ellas, y eso agudizará las tensiones para compensar ese déficit público adicional con reducciones de gasto en otras partidas. Ya sabéis en qué se le ocurre recortar siempre a la ortodoxia económica. No en gasto militar precisamente…

¿Es torpeza lo que está haciendo el BCE?

En absoluto. 

Las entidades bancarias llevan ya varios años reclamando una subida de tipos de interés. 

Desde 2009 los bancos en España han perdido 0,56% de margen de intereses, al pasar del 1,36% de diferencia entre el precio al que prestan dinero y el que les cuesta captarlo al 0,80%. Eso les supone más de 20.000 millones menos de margen de intereses cada año. Y quieren recuperarlo.

A final de 2021 las familias debían en préstamos más de 704.000 millones; las empresas no financieras, 1,2 billones de euros; y las administraciones públicas, 1,4 billones de euros. La expectativa de subida de tipos de interés va a permitir a los bancos arañar recursos de todos los agentes económicos porque necesitan ganar más para satisfacer a sus inversores. Y el BCE se pone a su servicio. No deberíamos esperar otra cosa de personas como Lagarde o nuestro conocido De Guindos, aquel que dijo que el rescate no nos iba a costar ni un euro o que perpetró la construcción de Sareb, el banco malo.

Estas decisiones harán mucho daño porque truncarán la débil recuperación económica y dañarán sobre todo a las personas más vulnerables. Quienes tienen rentas más exiguas sufrirán un impacto superior por la inflación, pero también por la subida de los tipos de interés. También autónomos y empresas que han recibido préstamos avalados por el Estado para afrontar las consecuencias de la pandemia. Avalamos entre todas y todos 191.000 millones de euros, y la subida de intereses, unida a un parón de la economía, puede generar impagos de préstamos y morosidad en las entidades bancarias, así como activación de las garantías con las consiguientes pérdidas públicas. 

Ya sabéis lo que pasa cuando los bancos lo pasan mal. Lo terminamos pagando todas y todos.

Con los excepcionalmente bajos tipos de interés de la actualidad, el servicio de la deuda de las administraciones públicas no supone un problema. Aunque nos volvamos a encontrar en el desayuno noticias sobre la prima de riesgo, en 2021 el gasto en intereses se ha reducido a una cifra ligeramente superior a los 26.000 millones de euros, frente a los más de 31.000 millones anuales dedicados a este concepto en 2020, y se ha reducido el coste de la deuda viva por debajo del 2% del PIB y elevado los plazos medios por encima de los 8 años. Eso ha permitido que en 2021 el gasto financiero de la deuda pública haya alcanzado el 2,2% del PIB frente al peso del 2,3% que tuvo este rubro en 2019 o al 3,5% de 2013, con montos nominales de deuda pública un 20% y un 46% inferiores, respectivamente. Es decir, tenemos mucha más deuda pública en España, pero hemos de dedicar un esfuerzo muy inferior a pagarla con respecto al que teníamos hace una década. Que esa situación cambiase fruto de decisiones erróneas de la Unión Europea tendría consecuencias letales.

Seguramente por eso el BCE ha comenzado a lanzar mensajes para que la tensión se rebaje y, con ella, la prima de riesgo. El anuncio de que adquirirá más deuda pública de los países de la periferia europea mitigará el coste financiero para países como España, pero lo incrementará con respecto a los últimos años. Y eso ya es una derrota, porque el problema no es la prima de riesgo, es decir, la diferencia de coste de financiación con el que tiene Alemania. El obstáculo real es el precio que tienen que pagar por su deuda los agentes económicos. Si sube y las administraciones públicas, las familias y las empresas tienen que detraer recursos para engordar más al sector financiero, tendremos problemas.

Sin embargo, esto no tendría por qué acabar mal. 

La Comisión Europea ya ha descubierto (dos décadas después) que el mercado eléctrico solo es eficiente para las compañías. Hasta el PSOE ha visto aquí que habría que cobrar más impuestos a las empresas eléctricas que se han hecho de oro gracias a ello. 

También el BCE se ha dado cuenta de que, si tira de la cuerda, asfixia a los agentes económicos. Y además luego tendrá que rescatar a los bancos. 

Solo con que las instituciones europeas y el BCE estuvieran al servicio de la ciudadanía en vez de servir a las élites financieras, se podrían adoptar medidas que tendrían la capacidad de taponar las brechas actuales. 

Seguro que no es necesario recordarles el mito de Sísifo, uno de los relatos de la mitología griega más conocidos, que cuenta cómo un rey fue castigado por los dioses a empujar una piedra hacia la cima de una montaña, que indefectiblemente caía ladera abajo, y así por toda la eternidad. 

Esto ya lo hemos vivido antes. Ojalá no tengamos que empujar de nuevo la piedra hacia arriba.

Carlos Sánchez Mato es responsable de elaboración programática de Izquierda Unida. Profesor de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid.

Fuente: https://ctxt.es/es/20220701/Firmas/40049/Carlos-Sanchez-Mato-BCE-economia-Europa-elites-riqueza-pandemia-covid-PIB-bancos.htm

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Ha comenzado el ajuste

 

No es la demanda excesiva o la presión de los costes salariales, o demasiado dinero, lo que está causando una inflación acelerada, sino un crecimiento débil de la producción y una inversión insuficiente en activos productivos.


Ha comenzado el ajuste

Michael Roberts

El Viejo Topo

6 julio, 2022 



Ha sido una gran semana para los principales bancos centrales. Primero, el Banco Central Europeo (BCE) convocó una reunión de emergencia porque los tipos de los bonos gubernamentales estaban aumentando considerablemente en las economías más endeudadas de la eurozona, como Italia y España. Eso amenaza con generar una nueva crisis de deuda soberana como sucedió después de la Gran Recesión entre 2010 y 2014, que condujo a la pesadilla griega.


El BCE está buscando formas de financiar a los gobiernos más débiles de la Eurozona comprandoles más deuda e ‘imprimiendo’ dinero para hacerlo. Irónicamente, después de haber anunciado que había terminado con la flexibilización cuantitativa (QE) y buscaba aumentar las tasas de interés en julio para controlar la aceleración de la inflación, el BCE tiene que volver a la QE para países como Italia.

A continuación, la Reserva Federal de los EEUU anunció un aumento en su tasa de referencia (la tasa de los fondos federales) de 75 puntos básicos, con más por venir, ya que también trata de controlar la aceleración de la inflación. Y el jueves pasado, el Banco de Inglaterra se sumó al subir su tasa política para controlar una tasa de inflación que se encamina hacia los dos dígitos.

Solo el Banco de Japón (BoJ) se ha resistido a aumentar su tasa política, prefiriendo tratar de proteger una economía en recesión ya débil, pero que continúa teniendo una inflación relativamente baja. Pero el BoJ señaló que, al tener tasas de interés mucho más bajas que otras economías, el precio del yen en dólares y euros había comenzado a desplomarse. Eso podría ayudar a los exportadores japoneses, pero también aumentaría la inflación importada. De hecho, a medida que los inversionistas extranjeros venden sus bonos del gobierno japonés (con la deuda del gobierno   en 270% del PIB), el BoJ tendría que comprar aún más bonos para financiar el gasto público.

Las «tasas políticas» de los bancos centrales establecen el piso para las tasas de interés de los bancos, los hogares y las empresas, donde las tasas serán correspondientemente más altas. Y la subida de 75 pb de la Fed es la mayor subida en 28 años.

Aparentemente, el propósito de elevar las tasas políticas de los bancos centrales es forzar el alza de las tasas de interés para los préstamos de bancos, hogares y corporaciones. Con el tiempo, esto reducirá el gasto en viviendas, productos de consumo y la inversión en activos financieros como acciones y bonos, y también la inversión productiva en equipos, edificios y software. Eso supuestamente enfriará la demanda general y, por lo tanto, las tasas de inflación disminuirán.

Pero ¿funcionará?; o más aún, ¿funcionará sin generar una recesión en las principales economías? La respuesta radica en parte en si se aceptan las explicacines habituales sobre qué causa el aumento de la inflación. He discutido esto extensamente en varios artículos. La primera teoría habitual es la monetarista; a saber, los bancos centrales ‘imprimen’ demasiado dinero en relación con la producción de bienes: ‘demasiado dinero persiguiendo muy pocos bienes’; y así aumenta la inflación de precios. Si los bancos centrales aumentan las tasas y reducen la cantidad de dinero que imprimen, la inflación disminuirá.

El presidente de la Fed, Jay Powell, todavía parece defender el enfoque monetarista cuando explica al Congreso de los EEUU en su último Informe Monetario de la Fed sobre como los bancos centrales pueden controlar la inflación: «A largo plazo, la tasa de inflación está determinada por la política monetaria y, por lo tanto, el Comité tiene la capacidad de especificar una meta a más largo plazo para la inflación”.

¿En serio? Toda la evidencia de los últimos 60 años muestra que la política monetaria no es el motor de la inflación o la deflación y es, en el mejor de los casos, un factor de reacción secundario. El verdadero impulsor es la relación entre la producción de una economía y la demanda engendrada por los ingresos de las empresas capitalistas y los hogares de los trabajadores.

Pero eso no significa que sea la ‘demanda agregada’ la que decida el nivel de inflación y, en particular, la demanda generada por demasiada ‘presión salarial’. Esta es la explicación keynesiana de la inflación: ‘demanda excesiva’ y ‘empuje salarial’ sobre los costes. El último exponente de la teoría keynesiana del «exceso de demanda» es el exsecretario del Tesoro de EEUU y gurú keynesiano del «estancamiento secular», Larry Summers. Pronosticó un aumento de las tasas de inflación en 2021 debido al gasto público excesivo utilizado para salir de la crisis del COVID. E hizo un llamamiento a la ‘austeridad’ del gobierno como respuesta.

Ahora en un artículo reciente, argumenta que las tasas de inflación se están midiendo de forma artificialmente baja en comparación con la última espiral inflacionaria de la década de 1970. Eso se debe a que la forma en que se calculan los costes de la vivienda en el índice de inflación actual se ha modificado en relación con la década de 1970. En 1983 se introdujo el concepto de “Renta equivalente del propietario” (OER) en lugar de los precios reales de la vivienda o los pagos de la hipoteca. Summers argumenta que el uso del OER para medir los precios de la vivienda reduce la tasa de inflación en comparación con la fórmula utilizada anteriormente. Esto significa que la inflación ahora es realmente mucho más alta que la tasa oficial. Por lo tanto, para controlar la inflación, la Fed tendrá que subir su tasa de política mucho más de lo que cree que necesita. Los aumentos planeados por la Fed ya subirían la tasa política hasta el 3,5%, un aumento masivo en poco tiempo. Si tiene que estar más cerca del 5%, amenaza con derrumbar el castillo de cartas.

El primero en sufrir suele ser donde se ha acumulado lo que Marx llamó ‘capital ficticio’, es decir, activos financieros y propiedades. Las tasas más altas hacen que los activos de renta fija sean relativamente más atractivos, lo que reduce la demanda de acciones, cuyos precios caen. Los precios de las acciones de ‘Wall Street’ ya han caído más del 20%, lo que se considera territorio de ‘mercado bajista’.


Y la perspectiva de un rápido aumento de las tasas de interés ha golpeado esa otra gran burbuja de los activos financieros: las criptomonedas. Los precios de Bitcoin han bajado un 45% en 2022, a $21.000 por moneda. Ahora cuesta más ($ 25.000) extraerlo. Por lo tanto, no solo los especuladores de criptomonedas reciben un gran golpe, sino también aquellos que las extraen. Una prueba más de que las criptomonedas no son dinero alternativo a las monedas fiduciarias (las creadas por el estado) sino simplemente otro activo financiero especulativo.


Como dije en un post anterior:“En los últimos 20 años, las ficciones financieras se han digitalizado cada vez más. Las transacciones financieras de alta frecuencia han sido reemplazadas por la codificación digital. Pero estos desarrollos tecnológicos se han utilizado principalmente para aumentar la especulación en el casino financiero, dejando atrás a los reguladores. Cuando los mercados financieros se derrumben, lo que eventualmente sucederá, el daño digital quedará expuesto”.

Y luego está la vivienda. La semana pasada, las tasas hipotecarias de viviendas en EEUU aumentaron al máximo desde 1987 para alcanzar el 5,78 %, el nivel más alto desde noviembre de 2008. La tasa era del 3,2 % a principios de año, mientras que hace un año, antes de que la Reserva Federal se embarcara en una agresiva campaña para subir las tasas de interés, la hipoteca de tasa fija a 30 años promedió el 2.93%.


El aumento desde enero del 3% al 6%  significa que 18 millones de hogares menos pueden calificar para una hipoteca de $400,000.


Eso es una reducción del 36% en la demanda potencial. La capacidad de acceso del comprador de vivienda se ha desplomado.


Como resultado, los mercados inmobiliarios estadounidenses que estaban en auge han comenzado a derrumbarse.


En lo que se equivocan Summers y los keynesianos es que no es la demanda excesiva lo que ha elevado la tasa de inflación en los bienes y servicios que compra la gente, sino el debilitamiento de la oferta. Los cuellos de botella en el suministro generados durante la caída de COVID a nivel mundial se han visto agravados por el conflicto entre Rusia y Ucrania, particularmente en energía y alimentos. Ya he escrito antes sobre la crisis alimentaria mundial que ya ha comenzado. Y las sanciones contra los suministros energéticos rusos también están subiendo los precios del combustible y la calefacción.

Pero aquí está el problema. El crecimiento de la producción mundial ya se estaba desacelerando antes del COVID. Tome el petróleo por ejemplo. La producción de petróleo fuera de los EEUU había estado estancada durante años, incluso antes de la crisis del COVID, y todavía estaba por debajo de los niveles previos a la pandemia antes de que estallara el conflicto entre Rusia y Ucrania.


El crecimiento de la productividad fue muy bajo y el crecimiento del empleo se estaba desacelerando. La producción y la inversión capitalistas se desaceleraron porque la rentabilidad del capital en las principales economías había alcanzado mínimos históricos antes de la pandemia. La recuperación de la inversión y la producción después del COVID fue solo una «fiebre del azúcar» a medida que las economías se reabrieron y se realizaron los gastos aplazados. cada vez es más claro que el crecimiento de la producción y la inversión en las principales economías es demasiado débil para responder a la reactivación de la demanda. Así que la inflación se ha disparado.

Lo que esto nos dice es que no es la demanda excesiva o la presión de los costes salariales, o demasiado dinero, lo que está causando una inflación acelerada, sino un crecimiento débil de la producción y una inversión insuficiente en activos productivos. No hay una «demanda excesiva» de los hogares estadounidenses. El crecimiento real de las ventas minoristas (es decir, después de tener en cuenta la inflación) es plano.


Y ya sabemos que los salarios no están a la altura de las tasas de inflación en todas las principales economías.


Llegan las primeras señales de que incluso el mercado laboral considerado fuerte en los EEUU se está debilitando. Las solicitudes de beneficios por desempleo ya están en aumento.


Por lo tanto, las subidas de las tasas políticas por los bancos centrales no controlarán la inflación, a menos que se produzca una depresión o una recesión. La política de aumentos agresivos de las tasas de interés a fines de la década de 1970 por parte del entonces presidente de la Fed, Paul Volcker, a menudo se cita como prueba de que los bancos centrales pueden generar una inflación más baja. La realidad fue que las subidas de Volcker solo contribuyeron a generar una de las recesiones más severas (1980-82) en la segunda mitad del siglo XX ,que diezmó los sectores manufactureros de las principales economías avanzadas. Fue la recesión, la caída de la producción y el aumento del desempleo lo que eventualmente condujo a la reducción de la inflación.

Esa es la perspectiva ahora si la Fed adopta incluso la mitad de los aumentos de la tasa política que aplicó Volcker. La rentabilidad del capital ya era baja y ahora vuelve a caer en las principales economías, como he mostrado en posts anteriores. Y como argumenté en un post anterior, junto a esa caída está el tema del coste de la deuda

Los inversores ya han retirado miles de millones de dólares de los bonos de empresas porque temen que pronto se produzcan quiebras corporativas.


Un análisis reciente del FT encontró que las empresas con «ganancias volátiles y altos costos de interés» enfrentan un riesgo creciente de quebrar. Estas ‘empresas zombis’, como suelen llamarse, alcanzarán el 20% de todas las empresas si las tasas de interés se duplican (que es el objetivo de muchos bancos centrales) y si las ganancias caen un 25%, lo que ahora parece muy probable.

Y, por supuesto, eso también se aplica a lo que se denomina «deuda de los mercados emergentes» que tienen muchos países pobres de todo el mundo. Más de $ 38 mil millones han salido de fondos de bonos y obligaciones negociados en bolsa desde el comienzo del año, según datos de EPFR. El éxodo continuará.

El mundo del crédito se está endureciendo y trae consigo una caída en los precios de los activos financieros, pero también expone las fallas en la producción de la ‘economía real’. Como dijo el FT en un editorial de esta semana: “la elección es la estanflación o la depresión deflacionaria”.

Publicado originalmente en el blog de Michael Roberts. Traducción de G. Buster en Sin Permiso.

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África_Tanzania: Miles de Masáis víctimas de la brutal represión para expulsarlos de sus tierras

 

África_Tanzania: Miles de Masáis víctimas de la brutal represión para expulsarlos de sus tierras

 

KAOSENLARED

Publicado el 29 de junio de 2022 / Por Otros medios

 

“Sin nosotros, los animales morirían. Nosotros somos los verdaderos ecologistas. 

Esta es nuestra tierra y aunque acabe siendo nuestra fosa común, no nos iremos”.

 

Por lo menos 18 hombres y 13 mujeres sufrieron heridas de bala y muchas personas más de machete

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Video: https://twitter.com/Brian_J_Keane/status/1535295075525304327

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Miles de Masáis han sido víctimas de la brutal represión policial cuando se manifestaban para no ser expulsados de sus tierras por la caza de trofeos, el turismo de élite y la conservación de la naturaleza.

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Fiore Longo (*)

23 junio, 2022

https://twitter.com/survivalesp

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«Loliondo está sangrando». Un SMS me despertó en la mañana del 10 de junio. Docenas de terribles imágenes de hombres y mujeres masáis con heridas en las piernas, en la espalda, en la cabeza, comenzaron a invadir mi teléfono. Muchísima sangre. Y después, vídeos de masáis que huyen corriendo de la policía tanzana, que dispara contra ellos. Parecían imágenes de guerra. Al igual que tantas otras personas del norte global, me quedé conmocionada. ¿Cómo podían las idílicas imágenes de cebras, jirafas y leones que evoca el ecosistema Serengueti en las mentes occidentales transformarse en este escenario de violencia brutal?

Los masáis, no obstante, siempre han sabido que es la guerra. Me han explicado: “Vuestras áreas de conservación son zona de guerra para nosotros”. Saben desde hace mucho tiempo que este momento llegaría. El Gobierno ha intentado confiscar 1.500 km2 de sus tierras ancestrales durante años, con el fin de aprovecharlos para la caza de trofeos, el turismo de élite y la conservación. Detrás de estos intentos ha estado siempre la Otterlo Business Company (OBC), una sociedad afincada en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) que organiza expediciones de caza para la familia real y sus invitados y que al parecer controlará la caza comercial en la zona.

Sin embargo, la realeza de los EAU no es la única interesada en el área que rodea el famoso parque nacional de Serengueti, del que ya fueron expulsados los masáis con anterioridad, concretamente por los colonialistas británicos en 1959. Conservacionistas que operan en Tanzania, como la alemana Frankfurt Zoological Society (FZS), propugnan un modelo de conservación fortaleza racista y colonial. La FZS afirma que la población local y su ganado constituyen una de las amenazas cruciales para la supervivencia del ecosistema, promoviendo de este modo el mito de una “flora y fauna salvajes” sin presencia humana, que es la filosofía que subyace a las expulsiones de masáis desde el principio.

Igual de peligrosos para los masáis son los turistas, que se nutren de imágenes, difundidas por los medios, documentales y libros de texto que venden la idea de una ‘naturaleza sin gente’, y que esperan encontrar exclusivamente animales salvajes en sus safaris. En efecto, los masáis no solo se enfrentan al mito de la vida silvestre sin humanos, sino también a un racismo profundamente enquistado. En abril, un famoso periodista estadounidense, Peter Greenberg, de CBS News, calificó a los masáis de “primitivos” cuando daba un paseo con la presidenta de Tanzania, en Tanzania: the Royal Tour, su ya larga serie de televisión en que jefes de Estado en ejercicio hacen de guía personal suyo en una visita al país. Como dijo un hombre masái: “El gobierno de Tanzania no quiere a los masáis porque la gente que viene no quiere ver masáis. Antes no pensábamos mucho (ni demasiado mal) acerca del turismo, pero ahora comprendemos que el turismo es gente que viene con dinero, lo que hace que el gobierno piense que ‘si desplazamos a los masáis, vendrá más gente con dinero’”.

En el contexto de continuos ataques al estilo de vida masái, a comienzos de junio el Gobierno tanzano anunció su plan de “elevar” el Área Controlada de Caza de Loliondo a la categoría de Reserva de Caza, lo que en la práctica significa que se prohibirán las viviendas de masáis y el pastoreo. El 8 de junio, docenas de vehículos policiales y unos 700 agentes llegaron a Loliondo para demarcar esta nueva área. El 10 de junio abrieron fuego contra un grupo de masáis que protestaban contra este intento de expulsarlos.

Por lo menos 18 hombres y 13 mujeres sufrieron heridas de bala y muchas personas más de machete. Se ha confirmado la muerte de dos personas. En los días siguientes, policías registraron casa por casa en aldeas masáis, golpeando y deteniendo a quienes consideran que han distribuido imágenes de la violencia o han participado en las protestas. Un hombre de 90 años fue golpeado por la policía porque su hijo estaba acusado de haber filmado la agresión. Se dice que miles de masáis, también niñas y niños, han huido al bosque. Una docena de personas están detenidas.

A muchos de vosotros os parecerá absurdo que una comunidad indígena tan conocida sea víctima de tanta violencia brutal en nombre de la conservación. Los masáis son una sociedad dedicada al pastoreo, muy vinculada a la tierra. Un anciano masái me dijo: «Amo este lugar y no estoy dispuesto a irme, porque es mi hogar. Vivo aquí desde que nos expulsaron del Serengueti. Es una tierra excelente con agua suficiente. Es el único lugar del que puedo decir con orgullo a mis descendientes: esto será vuestro».

Sin embargo, a quienes conocen la historia de la conservación, esto no les sorprenderá. La brutalidad en Loliondo muestra la verdadera cara de la conservación: violaciones diarias de los derechos humanos de pueblos indígenas y comunidades locales para que turistas ricos puedan cazar o ir de ‘safari’ en las llamadas “Áreas Protegidas”. Estos abusos son sistémicos y forman parte intrínseca del modelo de conservación racista y colonial que prevalece en África y Asia.

Al igual que el Gobierno tanzano empuja a los masáis a abandonar sus hogares, el Gobierno indio está despojando ilegalmente a los adivasis (“pueblos indígenas”) de las tierras en las que siempre han vivido, y que siempre han protegido, para dar paso a reservas de tigres donde los turistas son bienvenidos. Y esto sucede a pesar del hecho de que la legislación india protege específicamente el derecho de los adivasis a permanecer en sus territorios ancestrales. Acusan a pueblos indígenas como los jenu kurubas o los baigas de perjudicar a la fauna silvestre. Sin embargo, lejos de matar tigres, muchas tribus los veneran como a dioses y cuidan su medio mejor que nadie. Allí donde se ha reconocido el derecho de los pueblos indígenas a permanecer dentro de una reserva de tigres, el número de estos últimos ha aumentado.

Los sucesos de Loliondo deberían ser una lección para todo el mundo. Los pueblos indígenas llevan habitando los lugares más biodiversos del planeta desde hace generaciones: estos territorios se consideran actualmente importantes áreas de conservación de la naturaleza precisamente porque los habitantes originales han cuidado su tierra y la flora y fauna silvestres. No podemos seguir tolerando los abusos de los derechos humanos cometidos en nombre de la conservación. Este modelo conservacionista es profundamente inhumano e ineficaz y tiene que cambiar ya. Las Áreas Protegidas no salvan la biodiversidad y alienan a la población local, que es la más apta para proteger sus tierras. Como me dijo un líder masái: “Sin nosotros, los animales serán abatidos. Somos los verdaderos conservacionistas. Esta es nuestra tierra y no nos iremos.”

(*) Fiore Longo es investigadora de Survival International, el movimiento global por los pueblos indígenas. También es directora de Survival International España. Coordina la campaña Descolonicemos la Conservación de Survival, y ha visitado a muchas comunidades de África y Asia que sufren brutales abusos de sus derechos humanos en nombre de la conservación de la naturaleza.  

fuente: https://www.climatica.lamarea.com/masais-atacados-conservacion/

 Imagen: De Javier Sanchez Moral en Flickr | Licencia (CC BY-NC-ND 2.0)

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