Carta a Elon Musk
El níquel para los coches
eléctricos sale de la selva de Indonesia
Rebelion
| 05/07/2022 |
Fuentes: Salva la Selva [Foto: Deforestación para la mina de níquel del gigante minero brasileño Vale, en Sulawesi (© WALHI Sulsel)]
Indonesia tiene grandes depósitos de níquel, en Sulawesi y en las islas
Molucas. La extracción de níquel, su fundición, transporte y la construcción de
plantas procesadoras están destruyendo la selva tropical, el Triángulo de Coral
y los medios de subsistencia de las comunidades. Grupos ecologistas escriben
cartas de alarma a Elon Musk, jefe de la empresa de coches eléctricos Tesla
Los coches
eléctricos se están promocionando en todo el mundo como una gran solución a la
crisis climática. La transición energética y las energías verdes son las
palabras mágicas de la industria del automóvil. Pero la producción de coches
eléctricos requiere enormes cantidades de metales, incluido el níquel. El
suministro de níquel a las fábricas de baterías de automóviles es, por tanto,
esencial para las empresas automovilísticas y los fabricantes de baterías.
Desde 2020,
Indonesia ha dejado de exportar níquel sin procesar con la idea de producir
acero inoxidable en el propio país en el futuro y suministrar al mundo baterías
de coche a base de níquel. Mientras tanto, ya han comenzado a funcionar varias
fundiciones de níquel y hay otras en construcción. Están surgiendo zonas
industriales especiales, en su mayoría gestionadas por empresas chinas. Un
importante actor es también la empresa brasileña Vale. En la competencia por
los yacimientos de níquel del mundo, la empresa estadounidense Tesla lleva de
momento la delantera.
Como
consecuencia de la guerra en Ucrania, se está desplomando el suministro de
níquel ruso, que cubría hasta ahora el 8,4% de la demanda. Indonesia pretende
llenar este vacío y aumentar la extracción de minerales de níquel y producir
productos como el acero inoxidable y baterías. Indonesia ha sido hasta ahora el
mayor proveedor de minerales de níquel, cubriendo el 19% de la demanda global.
Elon Musk,
consejero delegado de Tesla, se ha reunido varias veces en las últimas semanas
con Luhut Panjaitan, ministro coordinador de Marina e Inversiones de Indonesia,
para negociar sobre minería, procesamiento y fábricas de baterías, bajo la
etiqueta de «energía verde» y transición energética. La construcción de una gigafábrica de coches eléctricos en Indonesia podría estar sobre la mesa. Incluso el
presidente Joko Widodo se ha reunido con Elon Musk y ha hablado de futuras
relaciones comerciales.
Los grupos
ecologistas, especialmente de la isla de Sulawesi, donde se encuentran las
mayores reservas de níquel de Indonesia, están muy preocupados por la fiebre
del níquel:
«Estamos profundamente preocupados porque nuestros
años de trabajo nos enseñan que la industria del níquel está destruyendo el
medio ambiente, que se criminaliza a los pueblos indígenas y
a quienes defienden la naturaleza cuando se resisten a la
destrucción de su tierra, y habrá más violaciones de la ley a lo largo de la
cadena de producción», se puede leer en una carta dirigida a Elon Musk y a los inversores de Tesla.
Los firmantes
de la carta, grupos de la red ecologista WALHI (Amigos de la Tierra Indonesia)
de la isla de Sulawesi, llevan varios años observando la expansión masiva de la
extracción de níquel. «Casi 700.000 hectáreas de la selva tropical
ya se han concesionado a empresas mineras para la
extracción de níquel». No sólo se destruye la selva tropical, sino que también se están
contaminando los ríos y el mar con lodos mineros tóxicos. Un ejemplo: «La tala de 4.449 hectáreas de selva tropical en
Sulawesi del Sur ha provocado la sedimentación del lago Mahalona, sus afluentes
y toda la región costera», escriben a Elon Musk.
Se sacrifican islas enteras para obtener níquel, por ejemplo en las Molucas, a pesar de que la minería está prohibida por
ley en las costas y en las islas pequeñas. El mar está contaminado por la
sobrecarga y los lodos de las minas. La población costera, tradicionalmente dependiente
de la pesca, pierde su medio de vida porque la fauna marina desaparece.
«El níquel también daña la democracia y la libertad
de expresión«, argumentan en la carta a Tesla. En varios lugares de
Sulawesi, los pobladores afectados han sido interrogados y detenidos. Tras
protestar contra la expansión de la minería de níquel de la empresa brasileña
Vale, en marzo de 2022, al menos cuatro indígenas resultaron encarcelados. La
empresa Vale posee grandes concesiones mineras de níquel en Sulawesi.
La vida cotidiana
de quienes habitan la selva tropical ha cambiado completamente desde que se
abrieran grandes zonas para la extracción de níquel. Cerca de la reserva
natural de Morowali y en la isla moluca de Weda están surgiendo zonas industriales especiales con fundiciones de
níquel y fábricas de baterías, donde los
derechos civiles y de los trabajadores se están restringiendo masivamente.
Población, comunidades de pescadores y agricultores, están perdiendo sus medios
de vida.
«La contaminación de las aguas y del aire, el
acaparamiento de tierras y la pérdida de los campos complican especialmente
la vida de las mujeres en esta sociedad patriarcal. Ahora
tienen que trabajar prácticamente las veinticuatro horas del día para alimentar
a sus familias», dice la carta dirigida a Tesla.
Los grupos WALHI exigen:
- No hay más
expansión de las minas de níquel;
- No a nuevas
inversiones en la industria del níquel;
- Respeto de
los derechos humanos.
Otros grupos
ecologistas, como JATAM y AEER, también han escrito cartas a Tesla
y a sus inversores. Están alarmados por los planes de verter los
residuos de la extracción de minerales de níquel en las profundidades del mar.
Este proceso está destruyendo la fauna marina, en una zona conocida
internacionalmente como biodiverso Triángulo de Coral del mundo submarino.
Existen planes
concretos de llevar a cabo vertidos en alta mar para tres zonas marinas del
Triángulo de Coral, concretamente en las inmediaciones de las zonas
industriales especiales de Morowali (Sulawesi), Obi y Weda (Molucas).
JATAM y AEER
también critican el uso de la energía a base de carbón para generar una energía
ostensiblemente «verde» basada en
baterías de níquel. Recuerdan a Elon Musk su propio llamamiento en septiembre
de 2020 para no destruir el medio ambiente.
Los políticos y
la prensa, en cambio, están entusiasmados. La revista Capital titula: Tesla desafía la crisis del níquel. Tesla ha firmado
contratos de suministro para 2021, también con el gigante minero brasileño
Vale. La revista indonesia Tempo cita al ministro Luhut Panjaitan, actualmente
el hombre más poderoso del archipiélago, con bonitas palabras acerca de
que Elon Musk
y Tesla visitaron Indonesia para hablar
de la transición energética.
Pero los ecologistas indonesios nos hacen
advertencias contra este tipo de «energía verde» a costa de la selva tropical y
de la población.
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