sábado, 22 de abril de 2023

Una mirada actual al conflicto en Ucrania

 

Una mirada actual al conflicto en Ucrania

 

DIARIO OCTUBRE / abril 22, 2023

 


Sergio Rodríguez Gelfenstein.— Durante la primera semana de la operación militar especial (OME) de Rusia en Ucrania, en febrero del año pasado, las tropas rusas llegaron a las cercanías de Kiev y Járkov, las dos principales ciudades de Ucrania. Durante un mes permanecieron ahí. El mundo esperaba impaciente el momento en que el Kremlin ordenara la ofensiva para tomar la capital. Sin embargo, el 1° de abril las fuerzas militares rusas se retiraron sin sufrir bajas. De inmediato, la prensa occidental comenzó a vociferar con abrumador estruendo que Rusia había sufrido una gran derrota y que se había visto obligada a retirarse en medio de grandes pérdidas humanas y materiales. No pudieron mostrar ninguna prueba de tales pérdidas. Había comenzado el show de la mentira y las fake news en el conflicto de Ucrania.

 

Un poco más de un año después del inicio de la OME, vale la pena preguntarse: ¿Era un objetivo de Rusia tomar Kiev y producir una fulminante derrota de Ucrania? A la luz de los acontecimientos no parece haber sido ese el objetivo. Las misiones enunciadas por el propio presidente Putin fueron expresadas con claridad desde el principio: impedir el genocidio que se preparaba para las repúblicas de Donetsk y Lugansk, desmilitarizar y desnazificar Ucrania. En este razonamiento no se puede entonces, evaluar el desarrollo de las acciones a partir de objetivos que han emergido de think tanks occidentales o de los medios trasnacionales de desinformación, no de quienes decidieron y planificaron la operación.

Para todos aquellos que hablan de plazos no cumplidos, de lentitud en el desarrollo de las acciones combativas, de colapsos inminentes de la economía rusa, de certeza en los cercanos y perentorios vencimientos de los arsenales de misiles y municiones rusas, hay que decirles que eso no es más que desesperada propaganda occidental encaminada a engañar a ingenuos, ignorantes, e incautos.

El único plazo que se ha escuchado en el último año no vino de dirigente ruso alguno, sino del presidente de China, Xi Jinping cuando al despedirse de su homólogo ruso tras su reunión en el Kremlin le dijo: “Se están produciendo cambios que no hemos visto en cien años y somos nosotros quienes los estamos liderando juntos”. No había inmediatez, cortoplacismo, ni visión coyuntural del conflicto, sino una profunda reflexión de largo plazo, estratégica y de análisis del carácter estructural de las transformaciones que están ocurriendo. He ahí la verdadera dimensión de lo que se está viviendo.

Una serie de hechos dan cuenta de que no es Rusia quien está perdiendo la guerra, El 16 de febrero pasado se informó que los arsenales de los países europeos estaban vacíos a causa del conflicto en Ucrania. En este contexto, los ministros de Defensa occidentales se preguntaban con qué recursos y por cuánto tiempo podrían seguir apoyando a Kiev. Mateusz Morawiecki, primer ministro de Polonia, el aliado más cercano de Ucrania declaró en enero que Occidente ya está “cansado” del conflicto en Ucrania.

A su vez, el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, declaró que las Fuerzas Armadas ucranianas deberían utilizar las municiones con más moderación, como lo hacen en la OTAN. Wallace precisó que uno de los objetivos del programa de entrenamiento de los militares ucranianos es que “combatan al estilo occidental”. Cualquiera que sabe un poquito de estos asuntos sabe que una transformación operacional, logística y de la preparación combativa, no se puede hacer en el corto plazo, mucho menos en el marco del desarrollo de una guerra.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg explicó que la capacidad de producción de armas de los aliados de Ucrania es inferior al ritmo con el que Kiev las consume. Afirmó que: “El ritmo actual de gasto en municiones de Ucrania es muchas veces superior a nuestro ritmo actual de producción”, lo que —acentuó— “pone a nuestras industrias de defensa bajo presión”.

Ucrania ha tenido 257 mil muertos entre soldados, instructores y oficiales de la OTAN además de mercenarios de varios países según datos aportados por el propio ministro de defensa de Ucrania Oleksii Reznikov, recogidos en un informe que le hiciera al secretario de defensa de Estados Unidos Lloyd Austin durante su visita a Washington y que fuera citado por el Mossad israelí en un informe filtrado a la prensa. Estos datos dan cuenta de las grandes dificultades de reposición de pérdidas de Ucrania, cuando 25% de su población, la mayoría jóvenes ha salido del país o se encuentra ya, bajo soberanía rusa. Solo en Artemovsk/Bajmut, Ucrania ha tenido entre 9 y 11 mil soldados muertos por mes, la mayoría novatos combatientes sin entrenamiento que han caído en lo que se ha denominado “la máquina de moler carne de Bajmut”.

Un país que además ha perdido más de 120 mil km² de territorio recuperado por Rusia (casi el 20% de la superficie total de Ucrania) y 234 mil heridos y cuya capacidad de combate ha sido afectada por la destrucción de 407 aviones, 228 helicópteros, 3.764 drones, 8.699 tanques y vehículos blindados 4.606 sistemas de artillería, 415 sistemas antiaéreos ucranianos, 9.552 vehículos militares especiales y 1.086 sistemas de lanzacohetes múltiples, no parece creíble que esté ganando la guerra.

El discurso de moda ahora es el de la próxima contraofensiva ucraniana en la que nadie cree, habida cuenta de los documentos de inteligencia filtrados recientemente en Estados Unidos. En esta situación, uno podría preguntarse: Si la OTAN y Ucrania están preparando una ofensiva, ¿por qué se empeñan en perder soldados en una ciudad como Bajmut, ocupada ya por Rusia en un 80% y que dados los últimos acontecimientos caerá tarde o temprano?

Por su parte, Rusia sigue entrenando a sus decenas de miles de movilizados, la gran mayoría de los cuales llevan meses de preparación y una parte ya está en la zona de la OME cubriendo posiciones y realizando tareas de apoyo. Rusia está preparando una ofensiva pero nadie sabe cuándo se realizará. ¿Quién ha visto que la dirección principal de una operación, las fuerzas y medios a emplear y la situación de los aseguramientos combativos y de retaguardia se ventilen en los medios de comunicación y que cualquiera opine sobre ellos? Solo gente que en su vida ha visto un fusil y menos ha estado jamás en combate. Son “generales de internet y play station”.

Entendámoslo mejor en palabras del General de Brigada Erich Vad, quien fungió como asesor de la ex canciller federal de Alemania Ángela Merkel desde 2006 hasta 2013: “Entonces surge la pregunta ¿qué debería suceder con las entregas de los tanques? Para apoderarse de Crimea o el Donbass, los tanques Leopards no son suficientes. En el este de Ucrania, en la zona de Bajmut, los rusos avanzan sistemáticamente. Con toda seguridad habrán conquistado por completo el Donbass en poco tiempo. Solo hay que considerar la superioridad numérica de los rusos sobre Ucrania. Rusia puede movilizar hasta dos millones de reservistas. Occidente puede enviar 100 Marder y 100 Leopards allí, esto no cambiará en nada la situación militar general. Y la pregunta más importante es cómo poner fin a un conflicto de este tipo, con la potencia nuclear más poderosa del mundo, sin entrar en una tercera guerra mundial…”

Todo responde a una decisión que solo tiene objetivos mediáticos por parte de Ucrania y de la OTAN, los generales estadounidenses y sus aliados saben que desde el punto de vista militar es un total absurdo mantener una ciudad (Artemovsk/Bajmut) a punto de caer y en la cual tienen una posición estratégica en total desventaja (casi rodeados, con una cadena de suministros casi inexistente, con bajas cuantiosas), mientras el alto mando ruso si ve que sus soldados serían expuestos a riesgos innecesarios y con desventaja absoluta, se retirarían a otra posición para seguir luchando en mejores condiciones como ocurrió en Jerson donde se produjo durante un mes, una retirada al otro lado del río Dniéper de 105 mil civiles, 35 mil soldados y alrededor de 40 mil equipos militares… sin una sola baja, en lo que se puede caracterizar como una brillante operación militar liderada y conducida por el general Serguéi Surovikin.

Hoy, las fuerzas ucranianas están muy diezmadas y debilitadas, si esas unidades caen en la defensa del Donbass, no habrá fortificaciones o ciudades importantes entre ese territorio y Kiev. El campo estará abierto para una ofensiva rusa…o para una negociación, tal vez, tardía para Ucrania. Por eso la importancia de la batalla de Artemovsk/Bajmut. Después de logrado ese objetivo, a las fuerzas armadas rusas solo les faltará conquistar Slaviansk y Kramatorsk y se habrá terminado todo, cumpliéndose así, el primer objetivo de la OME.

Esta es la explicación de la seguidilla de visitas diplomáticas que los presidentes de España, Francia, la presidenta de la Comisión Europea y el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de Europa han hecho o están por hacer a Beijing. ¿Por qué ahora? La razón de esos viajes a China podría tener su explicación en el desgaste económico no controlado de los recursos militares en Ucrania y la incapacidad de Europa y Estados Unidos para suplirlos, lo que ha ido creando una situación cada vez más crítica en los países europeos. Ya el FMI informó que Alemania y el Reino Unido tendrán crecimiento negativo de su PIB en 2023. Por eso, buscan que los aliados de Moscú, en particular China, logren en la mesa de negociaciones lo que la OTAN no ha logrado en el terreno bélico.

Hay que recordar que el 15 de marzo de 2022 la vocera de la Casa Blanca Jen Psaki afirmó jubilosa que: “Hemos aplastado completamente la economía [de Rusia]”. Por su parte, el 26 de agosto del año pasado en la sesión final de las conferencias de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Madrid, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell afirmó que: “La guerra está en un momento decisivo y quien toma la iniciativa en este momento ya no es Rusia, Rusia ya ha perdido la guerra”. Tendrán que tragarse sus palabras porque además, ahora ya no saben qué hacer.

Twitter:@sergioro0701

FUENTE: sergioro07.blogspot.com

 

El payaso rebelde

 

El pasado día 12 de abril se cumplieron 34 años del fallecimiento de Abbie Hoffman, emblema de la «contracultura» de los años 60 y uno de los líderes –aunque con toda seguridad él no aceptaría ese título– del gran movimiento contra la guerra y el imperio.


El payaso rebelde


David Brooks

El Viejo Topo

22 abril, 2023 

 


Abbie Hoffman, emblema de la llamada contracultura de los años 60, artista de la burla como arma política, instigador de la esperanza y el optimismo, inaguantable contrincante de las autoridades y los conservadores, los defensores de lo convencional y los fresas, feroz luchador contra la hipocresía oficial, uno de los líderes –aunque seguro no aceptaría ese título– del gran movimiento contra la guerra y el imperio, antes participante en el movimiento de derechos civiles, después ecologista radical, fue un gran payaso rebelde.

De esos que generan risas de reconocimiento entre conspiradores que buscan voltear a este mundo al revés, esa risa, ese humor sabio, que es esencia de la esperanza a pesar del pesimismo empírico.

Cuando fue enjuiciado a finales de 1969 y principios de 1970 con sus compañeros, acusados de haber conspirado para provocar una revuelta durante la Convención Nacional Demócrata de 1968 –bautizados como «los siete de Chicago» (vale ver la película The Trail of the Chicago 7), Hoffman ofreció una clase magistral de cómo volver locas a las autoridades. Al ser interrogado ante el jurado y el juez, ofrecía respuestas irreverentes: ¿Entre cuando nació el 30 de noviembre de 1936 y mayo de 1960, que, si hubo algo, ocurrió en su vida? Respuesta: «Nada, creo que eso se llama una educación estadounidense». ¿Dónde vive? «En la nación de Woodstock». ¿En qué estado está ese pueblo?: «Es un estado mental para la gente joven.» ¿A qué se dedica?: «Mi ocupación actual es revolucionario cultural, pero realmente soy un acusado a tiempo completo».

Una y otra vez revirtió el interrogatorio para hacer una feroz crítica al supuesto orden democrático.

«Tenía un impulso de confesar durante este juicio porque escuché a los fiscales decir que soy enemigo del Estado y lo soy. Soy un delincuente. Siempre sabía que la libre expresión no se permitía en el Estados Unidos actual. Se te permite creer en la libertad de expresión pero no la puedes practicar.»

Uno de sus grandes logros, junto con sus compañeros incluidos Jerry Rubin, el poeta Allen Ginsberg y otros activistas y artistas fue la primera manifestación masiva en Washington contra la Guerra en Vietnam en 1967. Declaró que harían levitar al Pentágono unos 100 metros en el aire, y aunque todos sabían que a él y sus colegas les encantaba exagerar y hacer teatro político, cientos de periodistas y decenas de miles de manifestantes decidieron acudir para ver si, bueno, se hacía realidad el truco anunciado. Hasta hubo un altar para la ceremonia, ante un enorme despliegue de policías nerviosos. Hoffman colocó a parejas abrazadas en un acto de amor comunitario, mientras curanderos mayas colocaban harina de maíz en círculos, y Ginsberg declamaba poemas. Cuando la policía militar confrontó a los manifestantes, éstos metieron flores en los cañones de los rifles.

El Pentágono fue simbólicamente levitado en la mente de la gente, en el sentido que perdió su autoridad, la cual nunca había sido cuestionada o desafiada hasta entonces, explicó Ginsberg.

Hoffman, autor de tres libros –el primero famosamente se llama Róbate este libro–, fundó entre otras cosas, el Partido de la Juventud Internacional, YIP, y sus adherentes eran conocidos como los yippies. Los yippies creen en la violación de todas las leyes, incluyendo la ley de la gravedad, afirmó durante un mitin en 1970.

En una entrevista en 1987, Hoffman contó al New York Times: “Estás hablando con un izquierdista. Creo en la redistribución de la riqueza y el poder en el mundo, en hospitales para todos… en que no debemos tener a una sola persona sin techo en el país más rico del mundo. Y creo que no debemos tener a una CIA que va por todas partes derrocando gobiernos y asesinando a líderes políticos, trabajando para oligarquías alrededor del mundo para proteger a la oligarquía aquí en casa”.

El pasado 12 de abril marcó el aniversario del fallecimiento de Hoffman en 1989. Su risa esencial se extraña más que nunca en estos tiempos tan serios.

Fuente: LaJornada.

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Un calor sin precedentes y sequía: así fue el clima europeo en 2022

 

Un calor sin precedentes y sequía: así fue el clima europeo en 2022


TERCERAINFORMACION / 21.04.2023

El informe anual del Servicio de Cambio Climático del sistema satelital Copernicus ha registrado el verano más cálido hasta la fecha. Los expertos alertan de que Europa debe adaptarse a las condiciones climáticas actuales, marcadas por el estrés hídrico y el deshielo.

 

Las altas temperaturas han conducido a un deshielo récord en los glaciares alpinos. / EFE/Salas

 

Un calor extremo sin precedentes y la sequía generalizada marcaron el clima europeo en 2022, según el informe anual del Servicio de Cambio Climático del sistema satelital Copernicus, que advierte de que los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes e intensos.

En 2022, Europa vivió el segundo año más cálido y el verano más caluroso desde que hay registros, con olas de calor intensas y prolongadas en gran parte del continente, en especial la zona sur, que soportó el mayor número de días de «estrés térmico muy fuerte» jamás registrado.

En el último quinquenio, la temperatura media se situó unos 2,2 °C por encima de la media en la era preindustrial (1850-1900). Solo en 2022, los termómetros superaron en 0,9 °C a la media reciente (1991-2020). En verano, la diferencia subió hasta 1,4 °C.

En especial, preocupa el Ártico, cuyo clima está experimentando cambios drásticos y cuyas temperaturas aumentan mucho más rápido que en la mayor parte del resto del planeta, con 3 °C más que la media de la era preindustrial, frente al calentamiento global de 1,2 °C.

El pasado año fue el sexto año más cálido registrado en el Ártico en su conjunto, y el cuarto año más cálido en las zonas terrestres. Una de las regiones más afectadas, fue el archipiélago de Svalbard, que vivió su verano más cálido, con temperaturas que en algunas zonas superaron en 2,5 °C la media.

Groenlandia también experimentó condiciones climáticas extremas, como un calor excepcional y lluvias en septiembre, en lugar de nieve. Las temperaturas medias del mes fueron hasta 8 °C superiores a la media y la isla vivió tres olas de calor.

Para el director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), Carlo Buontempo, el informe pone de manifiesto «los alarmantes cambios del clima», tras el verano más caluroso jamás registrado en Europa, olas de calor marinas sin precedentes en el Mediterráneo y temperaturas récord en Groenlandia.

Respecto a qué pasará el 2023, la directora adjunta del C3S, Samantha Burgess, ha señalado durante la presentación del informe que, aunque no se puede afirmar que los europeos sufrirán más calor este año, sí se sabe que a mayor contracción de gases de efecto invernadero en la atmósfera (+2,4 % de CO2 en 2022) más probabilidad de que haya más años cálidos.

El tiempo varía, hay años calientes y años fríos. Lo que ocurre es que la crisis climática amplifica esa variabilidad y hace que la probabilidad «de que haya años más cálidos aumente constantemente», ha insistido Burgess, que ha subrayado que tanto el invierno como la primavera han sido más cálidos de lo habitual en muchos puntos.

Menos precipitaciones y deshielo

A las altas temperaturas, se sumó la escasez de precipitaciones, factores que llevaron a una situación de sequía generalizada en Europa. En invierno, se dieron menos días de nieve que la media, con hasta 30 días menos en algunas zonas; mientras que en primavera, las lluvias fueron inferiores a la media en gran parte del continente. Únicamente en mayo, se registraron las más bajas desde que hay registros para ese mes.

La falta de nieve invernal y las altas temperaturas estivales provocaron una pérdida récord de hielo de los glaciares de los Alpes (más de 5 kilómetros cúbicos). Groenlandia sufrió un deshielo récord durante las olas de calor excepcionales de septiembre que afectó a, al menos, el 23 % de la capa de hielo en el punto álgido de la primera ola de calor. La anomalía anual de la humedad del suelo fue la segunda más baja de los últimos 50 años.

El caudal de los ríos europeos fue el segundo más bajo registrado y se encadenaron seis años consecutivos con caudales inferiores a la media. En cuanto a superficie afectada, fue el año más seco desde que hay registros y un 63 % de los ríos europeos tuvieron caudales inferiores a la media.

Los países mediterráneos, particularmente España, ya sufren estrés hídrico y, a menos que se dé una importante recarga de precipitaciones en primavera, «es probable que la disponibilidad de agua siga por debajo de la media en los países del sur de Europa» en los próximos meses, según Burgess.

El agua es un bien finito y quizá no hemos sido lo más eficaces en su gestión. En los últimos seis años, en la mayoría de los ríos europeos el caudal ha estado por debajo de la media, lo que significa que tenemos que adaptarnos a las condiciones climáticas actuales, en las que la disponibilidad de agua es menor que en el pasado», ha advertido.

Incendios forestales

El calor y la falta de lluvias, fueron caldo de cultivo para los miles de incendios forestales que arrasaron Europa, especialmente en el Sur. Estos fuegos, generaron las mayores emisiones procedentes de incendios desde el verano de 2017.

En Francia, España, Alemania y Eslovenia se registraron las mayores emisiones de incendios forestales estivales de los últimos 20 años, al menos, y en el suroeste de Europa se produjeron algunos de los mayores incendios registrados en el continente.

Fuente: CS3

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