miércoles, 12 de mayo de 2021

No hay atajos (Vale, no hay atajos, pero dirigentes de izquierdas sin militantes de izquierdas como cuasi que no)

 

Podemos e IU están obligados a refundarse, iniciar un nuevo comienzo y hacer política a lo grande. No queda otra. Además, hay que hacerlo pronto y a buen ritmo. ¿Habría que convocar unos estados generales de las izquierdas para un nuevo proyecto de país?

No hay atajos



Manolo Monereo

El Viejo Topo

8 mayo, 2021 

Los que leyeran mi artículo anterior en NORTES no se extrañarán demasiado de la victoria electoral de las derechas en Madrid. Sorprende, quizás, sus dimensiones. Sería bueno preguntarse de dónde venimos. La señora Ayuso llevaba bastante tiempo deseando convocar elecciones en la Comunidad de Madrid. Aprovechó rápidamente la fallida moción de censura de Murcia para hacerlo. ¿Qué decían las encuestas en ese momento? Que ganaba con claridad el PP, que desaparecía Ciudadanos, que VOX tenía dificultades, que el PSOE bajaba, que Mónica García subía y que UP podría quedarse fuera de la Asamblea de Madrid. Para decirlo con claridad, el PP ganaba por mucho y que el debate sería en saber por cuánto.

¿Dónde estaba lo nuevo? En la irrupción de Pablo Iglesias. No voy a entrar en las motivaciones. Era evidente que un nuevo fracaso de UP debilitaría el papel de una formación que es parte de un gobierno que da muestras de agotamiento y de pérdida de impulso. Iglesias deja la vicepresidencia y va a la batalla de Madrid. El guión que sigue es propio de él: polarizarse con la presidenta, echar mano de la épica y situar el debate entre un fascismo emergente y una democracia que tiene el deber de defenderse. La hipótesis subyacente era que la izquierda estaba desmovilizada y que la participación masiva de barrios y pueblos de tradición obrera podrían revertir el triunfo de una derecha a la ofensiva. Iglesias hizo, además, una apuesta clara por la unidad de la izquierda eludiendo cualquier tipo de conflicto en el interior de ella. No ha funcionado. Se puede decir que la polarización, que ha elevado la participación a niveles altísimos, no ha contribuido a la derrota de las derechas.  ¿Esfuerzo inútil? No lo creo. Solo se pierden las batallas que no se dan. Más Madrid y UP han luchado, han definido proyectos y movilizado a una parte del electorado en condiciones difíciles. Una buena base de partida para construir un bloque alternativo nacional-popular enraizado en barrios y pueblos, impulsor de la auto organización social y dotado de un proyecto claro, diáfano y que invite al compromiso político-personal. Las elecciones para una fuerza de la izquierda trasformadora, no se debería olvidar, se pierden y se ganan antes de la campaña electoral. No hay atajos y toca la dura, agotadora y terca estrategia de posiciones y construcción de poderes sociales.

Los resultados electorales de Madrid obligan a distinguir entre lo específico de esta Comunidad y lo que realmente está ocurriendo en el conjunto del Estado. Un primer dato tiene que ver con algo que ya se sabía, el agotamiento definitivo del impulso del cambio que fue el 15M. La parábola de Pablo Iglesias enseña mucho de ese movimiento 10 años después. Un segundo dato está relacionado con la Covid-19 y sus consecuencias. Más de un año de confinamiento ha modificado profundamente los comportamientos y los humores sociales; la relación directa con la muerte, con la enfermedad, han revalorizado la importancia de la salud pública y del Estado, pero han modificado nuestro horizonte de sentido, han problematizado radicalmente nuestra visión del futuro y el miedo, la inseguridad y la incertidumbre se han ido convirtiendo en una segunda piel que las derechas han sabido interpretar mucho mejor que las izquierdas.

En Madrid se vive desde hace años una rebelión de las élites contra los deseos de cambio de una juventud indignada que cuestionaba el poder omnímodo de los grandes grupos económicos, del capital financiero y de unos fondos de inversión calificados como buitres. Democratizar la democracia, defender los derechos sociales y el control de los oligopolios fue organizando un imaginario colectivo que hoy está agotado. La pandemia ha definido una ruptura sobre un mal social que no tiene culpables y que es percibido como si fuera un fenómeno geológico. No se ha hecho una lectura política sobre cómo se ha gestionado la pandemia y ni siquiera se está cuestionando la distribución de las vacunas, pagadas con dinero público, que se han ido convirtiendo en un instrumento de poder (geo)político y de control de las grandes corporaciones sobre el mercado.

Se habla mucho de fin de ciclo y de nuevo ciclo. Lo que vivimos desde hace meses es la sistemática y dura reacción de los poderes facticos (económicos, políticos, mediáticos) que pretenden clausurar una etapa histórica -representada en toda su contradictoria complejidad por Unidas Podemos- e iniciar otra sobre principios y valores liberal-conservadores, neoliberales. En esto no hay diferencias entre VOX y el PP. El partido de Abascal es el programa oculto, el núcleo duro político-cultural del partido de Casado. Ayuso lo ha sintetizado en Madrid. Su discurso sobre la libertad parece sacado de un manual de micro economía neoclásica de la Escuela de Chicago. La libertad de la que habla la presidenta de la Comunidad de Madrid es la del mercado, de preferencias respaldadas por signos monetarios y de demandas de consumo mercantilmente guiadas. Esa libertad ha sido vivida como tal por miles de jóvenes; algunos hablan ya de que la próxima estación post Covid-19 será unos nuevos “años 20” de jolgorio y alegría, de consumo desaforado y de alejamiento de cualquier proyecto real de transformación de la sociedad. Pasolini llamaría a eso “rupturas antropológicas” provocadas por unas estructuras de consumo que modifican y reestructuran el sentido común nacional- popular.

Hay que insistir. El PP de Ayuso ha organizado políticamente un bloque social que se ha venido construyendo durante décadas, que ha generado cultura y valores, que cristaliza en alianzas sociales y que tiene un proyecto claro, nítido, comunicable y con voluntad de mayoría. No es extraño que le llamen a todo esto la “batalla cultural” que, como decía Esperanza Aguirre, es la diferencia sustancial entre Ayuso y Casado. Cuando se frustra, se neutraliza y se impiden los deseos de cambio de una sociedad -como ha ocurrido en España- la relación de fuerzas y sus imaginarios sociales no retornan a la etapa anterior a la crisis; estas, la concreta y precisa articulación de fuerzas, cambia, interioriza la derrota y la convierte en pegamento para una (contra)ofensiva de las fuerzas dominantes. Dicho de otro modo: la derrota de las fuerzas renovadoras de la izquierda hace girar más a la derecha al conjunto del país y posibilita el reforzamiento de las derechas y sus proyectos políticos-culturales.

El PSOE ha sido el peso muerto que ha impedido el triunfo de las izquierdas. Si comparamos a Ayuso con Gabilondo, nos damos cuenta de hasta qué punto el social liberalismo es incapaz de competir en serio con unas derechas a la ofensiva. Las continuas declaraciones de las viejas glorias (González, Guerra, Leguina, Redondo Terreros) contrarias a Pablo Iglesias y especialmente críticas contra el gobierno de España -ampliamente difundidas por los medios de la derecha- han desmovilizado a una parte del electorado y contribuido al voto de una candidata radicalmente opuesta a Pedro Sánchez. El PSOE ya no es lo que era. Su conversión en partido-cartel, su rígida dependencia del aparato de la Moncloa y su acelerada pérdida de vínculos sociales y de enraizamiento territorial lo hacen poco eficaz para competir en serio contra un bloque político-social y cultural cuyo buque insignia es el PP. Vox es funcional: mueve organizaciones, valores y consignas complementarias de un proyecto común de las derechas.

Mónica García, su ya conocido “efecto”, ha recogido los frutos de un trabajo bien hecho y su permanente defensa de los servicios públicos y los derechos sociales. Ha sabido construir un espacio político de una izquierda amable y profesional entre la no-oposición del PSOE y el “radicalismo” de UP. La aparición de Pablo Iglesias ha favorecido la delimitación de ese espacio, favoreciendo la llegada de nuevos votantes recién movilizados y que, tal como estaban las cosas, tenían difícil votar al ex vicepresidente. Su visualización como alternativa a Ayuso le dará réditos y la situarán en el centro del espacio público. El desafío ahora es también evidente: ¿una fuerza regionalista madrileñista? ¿Una fuerza parte de un espacio verde-feminista plurinacional? ¿Un partido de masas o un partido profesional-electoral nucleado por los cargos públicos, y financiado con dinero estatal?

UP ha salvado una vez más los muebles, pero ha necesitado de la activa presencia de Pablo Iglesias. Su retirada de la política dice muchas cosas. Algunas requieren tiempo; otras son muy evidentes. Demonización y criminalización han marcado a una figura política que quitó el sueño a unas clases dirigentes férreamente defendidas por un bipartidismo más o menos imperfecto y sólidamente atrincheradas en su control de los medios de comunicación. A estas alturas hay que hacerse, al menos, dos preguntas: ¿ha ayudado a la izquierda de Madrid la gestión de la pandemia y eso que las ministras de UP han llamado “el escudo social”?; ¿por qué una oposición tan radical y tan desproporcionada a un gobierno tan moderado y limitadamente reformista como el de Pedro Sánchez? Las dos están relacionadas y requieren de un debate colectivo y abierto, sobre todo abierto a los movimientos sociales, sindicatos y asociaciones. Escuchar; escuchar más allá de los conflictos en el gobierno.

A la primera pregunta, se puede contestar con veracidad: las políticas progresistas no han llegado o han llegado muy poco a los barrios obreros, a los jóvenes, a las mujeres. No es solo el tema del alquiler de viviendas, es la sensación que no hay correspondencia entre las declaraciones y las medidas concretas que se aplican. A las noticias sobre la supresión de las bonificaciones fiscales a la declaración conjunta de los matrimonios, se añadieron el peaje a las autopistas y rebajas en la reforma laboral pactada. Dicho con claridad: no solo parece que se agota el impulso del cambio, sino que está emergiendo –por las presiones de la UE- un nuevo programa de gobierno diferente del pactado por el PSOE/UP. La salida de Pablo Iglesias del gobierno habla mucho de problemas no resueltos y de limites políticos reales.

La segunda pregunta es más complicada. Los poderes económicos viven un momento difícil, de recomposición y definición. Necesitan desesperadamente del Estado, de los fondos públicos y de una clase política alineada con sus intereses, coherencia entre gobierno del capital y gobierno de España. Lo suyo era una alianza Ciudadanos /PSOE. No fue posible. No es posible hoy. El dilema de Pedro Sánchez es ¿cómo alinearse con los poderes económicos sin que salte el gobierno? La cuestión central son los fondos europeos, su gestión y su reparto. Hay una cosa clara: las derechas económicas y políticas, con sus instrumentos mediáticos, aprovecharán el momento para hacer una oposición dura y sin tregua, debilitar al gobierno y obligarle a negociar.

Pablo Iglesias no tiene ni va a tener sucesor ni sucesora. Para bien o para mal concentraba liderazgo y proyecto; eso tenía limites políticos y temporales. Podemos e I.U. están obligados a refundarse, iniciar un nuevo comienzo y hacer política a lo grande. No queda otra. Además, hay que hacerlo pronto y con buen ritmo. En el centro, a mi juicio, habría que convocar unos estados generales de las izquierdas para un nuevo proyecto de país. Al fondo, una forma-partido que promueva la auto organización, la lucha social, la elaboración programática y nuevas formas de gestión de lo público. Continuará.

Artículo publicado originalmente en Nortes

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Pospandemia: ¿lo que está en juego en la “economía verde”? (Ay, Señor, qué verde está esto verde. Y colorín colorado, este cuento no ha terminado)

 

Pospandemia: ¿lo que está en juego en la “economía verde”?

 

Amyra El Khalili

Rebelión

12/05/2021 

En las vísperas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desenvolvimiento Sustentable – Rio+20 (2012), hemos sido abordados por una avalancha venida de los activistas internacionales que denunciaban los peligros de la economía verde, tan propalada por los medios y las grandes ONG ambientalistas, con la anuencia de políticos ideológicamente alineados, tanto con la derecha como con la izquierda, en este continente latinoamericano-caribeño.

La economía verde fue presentada como una alternativa para solucionar los problemas socioambientales como el combate a la pobreza, a las desigualdades y la degradación ambiental, siendo puesta, en las convenciones de las instituciones, como meta de los Objetivos del Milenio en el programa de la ONU por el  Banco Mundial, por la Organización de los Estados Americanos (OEA), entre otros, en los más diversos sectores de la economía, supuestamente admitida (la economía verde) como consenso resultante (era lo que decían) de amplio debate con la sociedad, transformándose, por lo tanto, en hecho consumado.

Sin embargo, la economía verde no se limita a incluir las variables ambientales en el debate político-económico. Viene como un paquete forjado por el sector financiero, arrastrando en su interior, evidentemente ajustado a sus intereses, innúmeras iniciativas e propuestas que han partido de la base excluida de los grandes centros de decisión y las reuniones de esas mismas instituciones que han contado con una ilegítima representación de los mismos políticos y sus parceros en los megaproyectos de infraestructura responsables por los impactos ambientales en las regiones de donde han partido las propuestas de los(las) que desafían diuturnamente el statu quo con su derecho de existir.

Importantes propuestas discutidas en años de trabajo junto a las más diversas comunidades que constituyeron, por ejemplo, los comités de cuencas hidrográficas, como el “cobro por el uso del agua”, fueron puestas en el mismo paquete de lo que llaman “pago por servicios ambientales”.

El sector del agronegocio y empresarial utiliza a los recursos naturales (agua, energía y minerales) mediante otorga (concesión de exploración) como insumo para producir bienes y servicios, mientras la propuesta elaborada por los comités de cuencas hidrográficas, “cobro por el uso del agua”, está siendo incluida en ese paquete financiero (de la economía verde), sin la debida explicación de que significa “firmar” un contrato con un cláusula específica sobre “pagos por servicios ambientales” o aun esclarecer lo que está implícito cuando se utiliza esa expresión.

1 Agua transformada en mercancía en la Bolsa de Nueva York

En el 2020, el agua empezó a ser negociada como recurso (commodity), teniendo como base el índice Nasdaq Veles California Water (NQH2O) en el mercado de futuros de Wall Street, como acontece con el petróleo y el oro.

Para explicar lo que eso significa y por qué eso no debería suceder, el periodista director- -fundador de la revista virtual Diálogos del Sur, Paulo Cannabrava Filho, dialoga conmigo para la TV Diálogos do Sul durante a live conducida por la periodista Vanessa Martina.

La cotización del agua en el mercado de futuros de Wall Street, como se fuese oro o petróleo, viola a los derechos humanos básicos e vuelve el elemento líquido vulnerables a una eventual burbuja especulativa, enuncia en un comunicado el reltor especial de la ONU sobre el derechos a agua potable y saneamiento, Pedro Arrojo-Agudo.

Para Emiliano Teran Mantovani, del Observatorio de Ecología Política de Venezuela:

[…] La creación del índice ‘Nasdaq Veles California Water’ em octubre de 2018 por parte del mencionado CME Group, con la finalidad de poner un marcador en la bolsa de futuros del agua en California, tiene como antecedente próximo la formación de mercados de futuros que involucraran perversamente los alimentos desde 2008, como sucedió con el trigo, el cacao y el arroz. Eso haría con que los grande bancos privados internacionales destinasen enormes cifras para la compra de los referidos títulos, mientras se especulaba con estos, disparando los precios de los alimentos e aumentando la cantidad de hambrientos en el mundo.

Desde siempre, nuestra participación en el debate sobre instrumentos económicos y financieros se ha pautado por la didáctica y por aclaraciones. Siempre expusimos claramente en las discusiones los riesgos y las necesidades de avanzar hacia un nuevo modelo económico para América Latina y el Caribe, con propuestas que venían de la base y los rincones más apartados de los centros urbanos, mientras los políticos y lobistas debatían sus propuestas en foros realizados en hoteles de lujo, regados a suntuosos cócteles con solidaridad corporativa entre pares.

Al valerse de conceptos confusos, de posiciones política dudosas, pero con sofisticada ingeniería financiera a respeto de la ecuación tierra y bienes comunes, los recursos naturales estratégicos han engrosado los negocios de la geopolítica internacional (nuestra vieja conocida) como un incremento más de guerras (muchas veces promovidas por los propios gobernantes), todo en defensa de la democracia y la paz en América Latina, Asia, Medio Oriente, África.

Esa cuestión, por ser muy espinosa, requiere valor para el debido enfrentamiento. Nos impone recordar la historia sangrenta con que fueron instaladas as fuerzas políticas en América Latina y el Caribe, el colonialismo, la esclavitud. Lamentable y deplorablemente, también nos obliga a mirar la situación de los hermanos y hermanas refugiados(as) , imagen que molesta, ocupando casi diariamente los noticieros, así como los ocupan de fundamentalistas que se alimentan del ciclo vicioso de la indiferencia.

La pesquisa investigativa: Valoración económica y pago por servicios ambientales – ¿reconocimiento del valor de la naturaleza o atribución de precio a la destrucción de la naturaleza?,  de la bióloga e activista Jutta Kill, hace un análisis acurada y nos da esclarecimientos fundamentados con argumentos técnico-operacionales (de ejecución) y jurídicos como cómo se ha dado la implementación de esos “experimentos” en base al principio de la economía verde en los países del Norte y sus consecuencias tanto allá como aquí.

En ese trabajo, queda claro que estamos frente a un problema de orden ética y moral más complejo y bien distante de las falsas soluciones que se imponen por fuerza del acomodo da despolitización y falta de interés. Esta última es lo que tranquilamente así se justifica: “Si no entiendo del asunto, no quiero saber”.

Si queremos salir del atolladero en que nuestra civilización contemporánea se ha metido, es mejor empezar a saber y a entender.

Gente dispuesta a investigar, esclarecer y orientar, comprometida con la democratización de la información no falta y nunca faltó. De hecho, como nos llama la atención el científico y activista Carlos A. Lungarzo:

[…] El despertar de las mujeres, coincidiendo con una de las mayores crisis internacionales del capitalismo, puede ser la esperanza de una nueva etapa, de esta vez pacífica, que no renuncie a la igualdad (y, por lo tanto, a la desaparición de las clases), sino encare los problemas inmediatos. Esta sería una Nuevísima Izquierda, o mejor, una segunda fase de la “Nueva Izquierda”. Nada garantiza su éxito, pero su chance es más grande que la de los movimientos violentos que tan sólo benefician los traficantes de armas, y que han producido millones de muertos en África, Asia y América Latina.

No podemos esperar que los grupos que hoy movilizan docenas de billones de dólares sean efectivamente derrotados. Hasta que eso suceda, se es que va a suceder, mil millones de niños, negros, refugiados, mujeres y pobres esperan una reacción de las fuerzas esclarecidas de este planeta, que acreditemos o no, existen.

Notas:

(1) Agua transformada en mercancía en la Bolsa de Nova York. LIVE con el periodista Paulo Cannabrava y Amyra El Khalili. TV Diálogos do Sul. Transmitido en vivo el 10 de diciembre de 2020. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=RHCN22Wy5B4.

(2) La valoración económica de la naturaleza ha sido estudiada hace algunos años. En esta nueva publicación por la Fundación Heinrich Böll: Valoración económica y pago por servicios ambientales ¿reconocimiento del valor de la naturaleza o atribución de precio a la destrucción de la naturaleza?  de la bióloga e activista Jutta Kill, el tema es investigado bajo un nuevo enfoque. Eso texto explora, así, las diferencias entre las iniciativas recientes focalizadas en “acabar con la invisibilidad económica de la naturaleza” y las antiguas perspectivas a respeto de su valoración económica. A pesar de concebida actualmente como un nuevo mecanismo de conservación ambiental y desenvolvimiento sustentable, la valoración económica de la Naturaleza no es novedad. En realidad, está inserta en la lógica de la acumulación de capital presente en nuestra sociedad hace siglos.

Referencias:

ACOSTA, Alberto; CAJAS-GUIJARRO, John. Aberraciones del capital. Wall Street líquido y sociedades sedientas. Rebelión, 17 dic. 2020. Disponible en: https://rebelion.org/aberraciones-del-capital/.

ÁLVAREZ, Clemente. O que significa a água começar a ser cotizada no mercado de futuros de Wall Street?. Jornal El País, 09 dic. 2020. Disponible en: https://brasil.elpais.com/economia/2020-12-09/o-que-significa-a-agua-comecar-a-ser-cotizada-no-mercado-de-futuros-de-wall-street.html.

ARROJO-AGUDO, Pedro. A ONU denuncia que a cotação da água no mercado de futuros viola direitos humanos básicos. IHU – Instituto Humanitas Unisinos, 12 dic. 2020. Disponible en: http://www.ihu.unisinos.br/605566-e-de-todos-a-onu-denuncia-que-a-cotacao-da-agua-no-mercado-de-futuros-viola-direitos-humanos-basicos.

EL KHALILI, Amyra. O Rio São Francisco e a “cobrança pelo uso da água”. Disponible en: http://port.pravda.ru/sociedade/cultura/14-08-2016/41543-rio_sao_fransisco-0/. Acceso el 14 ago. 2016. Capturado el 10 mar. 2017.

EL KHALILI, Amyra. As commodities ambientais e a métrica do carbono. Disponible en: http://racismoambiental.net.br/2017/02/17/as-commodities-ambientais-e-a-metrica-do-carbono/. Acceso el 17 fev. 2017. Capturado el 17 fev. 2017.

KILL, Jutta. Valoração econômica e pagamento por serviços ambientais: reconhecimento do valor da natureza ou atribuição de preço à destruição da natureza? Disponible en: http://br.boell.org/pt-br/2017/03/03/valoracao-economica-da-natureza. Acceso el 02 mar. 2017. Capturado el 10 mar. 2017.

LUNGARZO, Carlos A. A greve de mulheres e a “novíssima esquerda”. Disponible en http://port.pravda.ru/mundo/10-03-2017/42844-greve_mulheres-0/. Acceso el 08 mar. 2017. Capturado el 08 mar. 2017.

MANTOVANI, Emiliano Terán. El nuevo asalto al agua y las rutas del capitalismo azul. Agencia Latinoamericana de Información –ALAI, 16 dic. 2020. Disponible en: https://www.alainet.org/es/articulo/210210?utm_source=email&utm_campaign=alai-amlatina.

Fuente:

EL KHALILI, Amyra. Pós-pandemia: o que está em jogo na “economia verde”?. Fórum de Direito Urbano e Ambiental – FDUA, Belo Horizonte, año 20, n. 116, p. -, mar./abr. 2021.

Versión en español: Beatriz Cannabrava, Diálogos del Sur.

Amyra El Khalili. Colaboradora de Diálogos do Sul. Profesora de Economía Socioambiental. Fue economista, con más de dos décadas de experiencia en los mercados futuros y de capitales, habiendo ocupado cargos relevantes en corredoras y bancos de investimentos. Editora de las redes Movimento Mulheres pela P@Z! y Aliança RECOs – Redes de Cooperação Comunitária Sem Fronteiras. Autora del e-book Commodities Ambientais em Missão de Paz: Novo Modelo Econômico para a América Latina e o Caribe. Sitewww.amyra.lachatre.org.br.

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