sábado, 29 de agosto de 2009

HOY EMPIEZA LA LIGA DE FUTBOL, ESTAMOS SALVADOS, GRACIAS, OBAMA-ZAPATERO.

Sacerdote bético luciendo su camiseta verde, como debe ser y está escrito, en el púlpito de la catedral del estadio Ruiz de Lopera (lagarto, lagarto, tocad madera, por fa) ante una gran multitud de macizos forofos béticos, en la predica dominical (de lunes a domingo), escudriñando los misterios de la siete palabras colmadas de espinas que llevan a la Primera División, en caso de producirse el milagro de que el balón entre en la portería contraria, porque es que a veces no entra, no sé que pasa.
El Real Zaragoza de Agapito ya ha hablado con la Virgen del Pilar para que les gane algún partidillo de vez en cuando.
Por lo que más quieras, Dios, no te achiques, no seas tacaño, que Tú eres el jefe. Somos tus hijos, de Segunda División, los últimos, ¡joder! léete los Evangelios (a ver si ahora tampoco vas a saber leer) y a ver cuando nos toca ser los primeros, que ya vale, que no te creas que no es calvario aguantar a los sevillistas y al José Antonio, como Tú no los tienes que aguantar…
Anda, Dios, lúcete, que no se diga, que tu puedes, y Amén, para que veas.
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¡PENA DE HOMBRE, DIOS MIO!

Ser humano (aunque no lo parezca) en versión ovejita descarriada, con disfraz de peregrino, presto a partir en peregrina huida cibernética de las soluciones Obámicas que le persiguen.
Porta la ovejita esta bajo el brazo buen pollo que ha logrado trasplantar a su propiedad privada desde corral ajeno (en lo que nada le podemos objetar a la ovejita. Ha actuado como un banco más, en defensa propia); morral lleno de pan y queso, comprado en el Eroski de la esquina que estaba de oferta, y su buena calabaza llena de vino peleón, también comprado, en el vinatero de su barrio, que de agua Dios proveerá.
Qué pena de hombre. Y que paran las madres hijos así…