jueves, 14 de octubre de 2021

[Guitar] Cha Sun Chong et al. - "Our Kindergarten Teacher" {DPRK Music}

Para las comuneras de ciudad y campo


En numerosos pueblos subsisten sistemas antiguos de gestión comunitaria del territorio y los recursos naturales asociados que corren el riesgo de morir o ser expoliados. ¿Cómo actuar para conservarlos y fortalecerlos, para que sirvan al bien común?

Para las comuneras de ciudad y campo



Laura Arroyo Escudero

El Viejo Topo

14 octubre, 2021 


Quizá, solo quizá, si nos acercamos con palabras como “zofras”, “huebras”, “auzolanes” o “facenderas” a la gente mayor de nuestros pueblos nos comprendan y hasta nos puedan narrar historias de otro tiempo. Un tiempo previo a esta época salvaje de la industrialización y de las desamortizaciones para el beneficio de unos pocos en nombre del progreso y el desarrollismo. Hoy en día encontramos en numerosos pueblos, desde las costas a las montañas, sistemas antiguos de gestión comunitaria del territorio y los recursos naturales asociados que corren en riesgo de morir o ser expoliados. Son pastos, bosques, riegos, zonas de cultivo… son la vida y los recursos de los que dependemos, organizados para el bien común presente y futuro bajo ordenanzas con valor jurídico demostrado. Un derecho que no es fácil hacer valer y que, en muchos casos, se ha logrado tras una lucha incesante y agotadora frente a la judicatura de entidades y personas tenaces, muchas de ellas mujeres.

Escribimos este artículo con la esperanza de que alguna de esas mujeres, de esas personas que aprendieron a sostener comunidades en las circunstancias más duras, sintiendo cada vez más certero el engaño y la necesidad de afrontar la situación que vivimos de otra manera, se reconozcan como comuneras de derecho en sus territorios de origen. Y con ello puedan replantearse, desde el potencial transformador de los comportamientos propios, cómo ayudarnos a elaborar esa memoria colectiva para conservarlos y fortalecerlos, para que sirvan al bien común.

Los comunales tradicionales se regían por un sistema normativo propio y bajo fórmulas de aprovechamiento que garantizaban su mantenimiento a futuro y la equidad en el acceso a los recursos necesarios para la vida a toda la comunidad. Son muchos los que han resistido íntegros frente a las múltiples adversidades. Muchos, con comunidades fuertes y en gran parte  de los casos de la mano de mujeres valientes y luchadoras, se han renovado,  tomando medidas para la diversificación y sostenibilidad de sus sistemas, así como para la actualización y mejora de sus espacios de gobernanza.

Pero cuando las comunidades y su forma de relacionarse con el territorio se pierden –no olvidemos el marco de la España vaciada-, estos sistemas se olvidan, se abandonan en algunos casos y en otros caen en el aprovechamiento particular de los pocos que ahora saben y pueden optar a su disfrute. En algunos casos, las juntas que los gobernaban se han ido disolviendo, o se han visto reducidas a gestoras de cesiones. En otros, el comunal se sigue nombrando así, pero los derechos han pasado a ser hereditarios, y los herederos y herederas, que ya llevan tiempo en los territorios-imán, probablemente, no recuerdan ni tienen ocasión de ocuparse del bien comunitario. Nos encontramos otros casos en que la norma que los regulaba entonces estaba enfocada a unos usos y no a otros, atravesada por otras normativas, sin coordinación entre administraciones, ni facilidades para la gestión. Ante la falta de juntas, algunas administraciones locales se están ocupando, otras no saben ni cómo hacerlo.

No es baladí este asunto, ni las amenazas a las que se están viendo sometidos en la actualidad estos sistemas. Con este artículo queremos apelar pues a la responsabilidad comunera que muchas y muchos, alejados ya de la tierra que los vio nacer, pueden tener en la actualidad para convertir las amenazas en oportunidades. Estamos seguras de que todos los conocimientos que los comunes urbanos han desarrollado en relación a la gobernanza y sostenibilidad tienen mucho que aportar. Si es tu caso, si eres parte de derecho de alguno de estos sistemas comunales tradicionales, si podrías serlo pero hasta ahora no te lo habías planteado, si tienes algo que aportar respecto a su gobernanza, aprovechamiento o gestión que pudiera protegerlos y mejorarlos, te invitamos a que no te demores, pues mañana es tarde y el extractivismo aprieta. Infórmate, prestando mucha atención a las personas que viven y conocen el territorio –no se trata de llegar arrasando-, sobre cómo está ese monte comunal de tu pueblo, la dehesa, la comunidad de regantes, las cofradías, los egidos, … y cuáles son sus necesidades. Ofrece ayuda y plantea propuestas que ayuden a la conservación territorial, aporten a la relocalización de las economías, los hagan más equitativos, ayuden a fijar población, … Bloquea la posibilidad de su expolio, y colabora para la construcción horizontal de su gobernanza y su mantenimiento. En Icomunales, una asociación de ámbito estatal, encontrarás apoyos, comunidades referenciales, personas que cada día están trabajando por esto: re-encantar los comunes.

Desde Entretantos consideramos que sólo con un diálogo y articulación urbano-rural será posible, no porque desde las ciudades tenga que venir nadie a los pueblos a iluminarnos, sino porque muchas de las personas con responsabilidad y derecho sobre los territorios rurales no viven en ellos. Quizá una de esas personas seas tú y nos estés leyendo.

Pero además, según apuntan todos los estudios relacionados con el tema, son las mujeres las que más faltan o las que más se van de los territorios rurales. Por eso estamos interesadas en investigar el papel de las mujeres en estos sistemas tradicionales de gestión comunitaria de los territorios. Obviamente, estaban y están, son parte de la comunidad, pero ¿dónde? ¿Qué capacidad real tenían y tienen para participar en los espacios de toma de decisiones sobre los mismos? Y si están o no en estos espacios, ¿por qué?, ¿qué dificultades o retos tienen que superar específicamente por cuestión de género cuando deciden estar?, ¿qué cambiaría respecto a la sostenibilidad (social, ambiental y cultural) de estos sistemas una mayor presencia, o al menos, una presencia equitativa? Nos hemos sentado a escucharlas, y ya vamos sacando algunas ideas a partir de sus miradas. Ahora, nos juntaremos todas a modo simbólico, en un primer concejo de comuneras para compartir impresiones, conocimientos y estrategias. Porque sin mujeres no han comunidad, y sin comunidad, no hay comunales.

Texto publicado originalmente en El Salto.

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Empresas y bancos europeos participan en la destrucción de bosques y sabanas de Brasil. (Lo podemos decir en el idioma que deseemos o vestir la mona con el vestido que queramos que el fin del capitalismo es hacer crecer los capitales, y su único Dios entero, verdadero y muy rumbero es el dinero, para lo cual hace lo que haga falta hacer: meterle candela al monte, destripar montañas, dragar un río, empantanarlo o secarlo, bailar al son de la fandanga, inventar la democracia representativa, matar a cincuenta millones de personas, hacer que pasen hambre mil millones de personas o que el trabajador que tiene trabajo no gane ni para comer, decir que los niños vienen empaquetados de Paris con un lacito azul en la coletilla si es niño o un lacito rosa en al cabeza si es niña, en fin, lo que sea de menester, pero ganar dinero. Todo esto se puede decir también en verso, pero para ganar dinero, que no se olvide esto, por favor: ganar dinero. Y frente a esta situación igualmente puede uno ponerse panza arriba tumbado en mitad de la calle y proponer las cinco mil y una reformas al capitalismo con un millón cuatrocientas diecinueve mil doscientas catorce leyes / 2, pero para que el capitalismo siga haciendo crecer los capitales. Esto que no se olvide, por favor, siempre para hacer crecer los capitales a costa del empeoramiento de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población. Moraleja: que el modo de producción capitalista es un modo histórico de producción y que como tal ha cumplido la función histórica que tenía encomendada (eso es al menos lo que dice la crisis del pasado 2008) y que hay que sustituirlo por un modo de producción más desarrollado y perfecto como es el socialismo (que aquí nadie está hablando del PSOE, no empecemos a liar la manta tan temprano). Y que no hay más, compañero camarada colegui del metal ciudadano súbdito y demás).

 

Empresas y bancos europeos participan en la destrucción de bosques y sabanas de Brasil

 

Por ENCO 

Rebelion

14/10/2021 

Fuentes: Basta!

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

La Amazonia y la región del Cerrado se enfrentan a una destrucción devastadora debido a la exportación de carne y soja a bajo precio. Un informe inédito señala la responsabilidad que tienen empresas europeas.

La dependencia de Brasil de la exportación de materias primas es la causa principal del nivel sin precedentes de deforestación y explotación excesiva de la naturaleza en los dos ecosistemas más ricos de Brasil: la Amazonia y el Cerrado (la región de sabana). La Amazonia es clave para la salud medioambiental del mundo ya que influye en el clima debido a su papel de receptora y almacenadora de carbono; el Cerrado, por su parte, es la sabana más rica del mundo. Y grandes empresas y establecimientos financieros europeos desempeñan ahí un papel importante.

Más allá de la extrema abundancia de flora y fauna, de agua y biodiversidad que poseen, las regiones de la Amazonia y del Cerrado son el hábitat de muchas comunidades tradicionales (poblaciones autóctonas, pequeños agricultores, comunidades recolectoras del coco de la plamera «babass, comunidades de afrodescendientes) que desde hace siglos han permitido que la economía local coexista con la pervivencia de los recursos naturales. Muchos intereses económicos amenazan vastos territorios de estos ecosistemas: el avance de la agroindustria basada en la ganadería, los grandes monocultivos de soja, carne y madera, y las actividades mineras y de explotación forestal vinculadas a las industrias de materias primas.

Incendios, conflictos debido a la apropiación de tierras, agresiones a las comunidades autóctonas

En 2019 unos incendios generalizados, la mayoría de los cuales se produjeron a consecuencia de la práctica de abrir zonas de pasto para el ganado, devastaron gran parte de las selvas tropicales amazónicas. La cantidad de focos de incendio identificados en la región amazónica en agosto de 2019 fue la más alta desde 2010 y el doble de las cifras registradas en el mismo periodo del año anterior. En la región del Cerrado inmensas extensiones de vegetación de tierras indígenas se han convertido en zonas de pasto y de producción agrícola. Se calcula que la expansión de la agroindustria ha modificado aproximadamente el 80% de la vegetación original del Cerrado.

Figura 1: Lugar de procedencia y países a los que se destina la soja que puede haber sido la causa de deforestaciones ilegales. Cálculos de las medias anuales entre 2009 y 2017 (Trase, 2020).

Actualmente las regiones de la Amazonia y del Cerrado son territorios de conflicto político, económico y medioambiental, unos conflictos que no se deben solo a la competencia interna entre los sectores económicos que explotan soja, maíz, carne de vacuno, cuero, madera, caña de azúcar, algodón y recursos minerales, sino también a los conflictos entre las empresas agrícolas grandes y medianas (a las que el gobierno de Jair Bolsonaro apoya económicamente) y las poblaciones forestales.

Bajo el gobierno Bolsonaro han seguido aumentando las agresiones, expulsiones y desplazamientos de las comunidades tradicionales. La pandemia ha supuesto un nuevo reto puesto que los organismos del Estado encargados de vigilar que se respetan los derechos también han estado en confinamiento, lo que ha hecho más fácil violar los derechos de varias comunidades de las regiones del Mato Grosso, del Pará, de la Rondônia y del Maranhão. Por ejemplo, el pueblo indígena xavante, en el Mato Grosso, ha sufrido más agresiones durante la pandemia. Además, en agosto de 2020 tanto las comunidades campesinas de Balsas, en el estado del Maranhão, como la comunidad de Bom Acerto, sufrieron un desplazamiento forzado (1).

¿Qué papel desempeñan las empresas europeas?

La lucha contra la deforestación ilegal tiene por objetivo las empresas implicadas en la cadena de producción de los productos de base, incluidas las instituciones financieras y otras empresas multinacionales que forman parte del proceso de aprovisionamiento. Por ejemplo, en 2016 el Banco Santander español fue condenado a una multa de 15 millones de dolares por haber proporcionado apoyo financiero a unos cultivos que se habían realizado en unas zonas deforestadas ilegalmente. Grandes sociedades del negocio de los cereales, entre ellas Cargill y Bunge (Estados Unidos), fueron condenadas a pagar unas multas que ascendían a 29 millones de dólares tras una investigación del IBAMA (Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables) que descubrió que aproximadamente 3.000 toneladas de cereales producidas por cinco empresas se habían cosechado en zonas en las que la agricultura estaba prohibida.

Además del apoyo financiero, empresas europeas operan directamente en las regiones de la Amazonia y el Cerrado, y a algunas se les acusa de violar derechos ahí. Se ha acusado de generar impactos negativos sobre el territorio a sociedades mineras presentes en el estado de Pará (como la francesa Imerys y la noruega Norsk Hydro) y a grupos del sector de las infraestructuras (privadas y estatales) que gestionan concesiones de transporte y de distribución de energía. Según las organizaciones de la sociedad civil, la presencia de estas sociedades multinacionales ha contribuido a aumentar la tensión sobre el territorio contra los derechos de las comunidades locales.

Los Países Bajos y España son los principales destinos europeos de la soja vinculada a la deforestación

De todos los productos de base que presentan un riesgo medioambiental, la soja es el más negociado en los mercados internacionales. En 2016 tres países de América del Sur (Brasil, Argentina y Paraguay) representaban el 50% de la producción mundial de soja, lo que corresponde a una superficie de aproximadamente 56 millones de hectáreas. Tres cultivos (soja, caña de azúcar y maíz) ocupan el 70% de la superficie agrícola y representan más del 60% del valor total de la producción agrícola del país. En veinticinco años la producción de soja ha aumentado un 400% en Brasil.

En un principio los cultivos de soja se plantaron en las regiones del sur del país, que están más adaptadas a esta producción. Después de la década de 1970 empresas como Syngenta (Suiza) y Pioneer (Estados Unidos) invirtieron en semillas transgénicas adaptadas al ecosistema del Cerrado con el apoyo del gobierno brasileño. Una vez que se logró “dominar” las sabanas, la expansión de la agroindustria se dirigió a la región de la Amazonia desde la década de 2000.

Según las cifras de la base de datos Trase, los Países Bajos y España son los principales destinos europeos de la soja vinculada a la deforestación, seguidos de Francia y Alemania. Estudios recientes calculan que en los últimos años llegaron al mercado europeo aproximadamente dos millones de toneladas soja plantada ilegalmente cada año, de las cuales 500.000 toneladas se produjeron en la región de la Amazonia. Cerca de la mitad de las propiedades rurales de la Amazonia y de las tierras agrícolas de la región del Cerrado, que producen soja y carne de vacuno para la exportación, no respetan los límites de deforestación fijados por el código forestal.

La cadena de producción de la soja en Brasil esta dominada por cinco grandes sociedades comerciales mundiales: ADM, Bunge, Cargill, Louis Dreyfus y COFCO. Entre los diez primeros países destinatarios de la soja de la Amazonia y el Cerrado están los Países Bajos (36%), España (21%), Alemania (10%) y Francia (10%).

Figura dos: Cálculo del riesgo de deforestación por parte de los negociantes de soja en Brasil (2020, en hectáreas).

Los negociantes de soja reciben el apoyo financiero directo de muchas instituciones financieras vinculadas a ellos a través de fondos propios (sobre todo participaciones y propiedades privadas) y de deudas (como obligaciones, préstamos y facilidades de créditos renovables).

La Unión Europea es el segundo principal comprador de carne brasileña, después de China

Brasil tiene más vacas (214 millones de cabezas de ganado) que habitantes. Esta cifra sigue aumentando, sobre todo en la Amazonia y el Cerrado. En 2019 Brasil exportó 1,84 millones de toneladas de carne bovina, lo que le convierte en el mayor exportador del mundo, según la Asociación Brasileña de Industrias Exportadoras de Carne (ABIEC). A diferencia de la cadena de producción de la soja, el sector de la carne está gestionado por grandes empresas nacionales financiadas por capitales nacionales y extranjeros. Con la compra en 2017 de más de 180.000 toneladas de carne brasileña la Unión Europea es el segundo principal comprador de carne brasileña, después de China.

El gobierno brasileño ha fomentado mucho la política de exportación a través de la creación en 2008 de un programa de apoyo a los “campeones nacionales”. El Banco Nacional para el Desarrollo Económico y Social (BNDES) desbloqueó una serie de subvenciones para fomentar algunas empresas en sectores específicos, como la transformación de la carne, y estimular su crecimiento. Estas subvenciones ayudaron a desarrollarse a empresas brasileñas de transformación de la carne como JBS y Marfrig. Esta última se ha convertido en el tercer mayor productor de carne del mundo. JBS es el primer productor mundial de carne y figura entre las diez mayores empresas agroalimentarias del mundo. Como exportador, JBS se aprovisiona en 1.324 municipios, esto es, el 47% de los municipios productores de carne bovina de Brasil en 2017. Además, BRF, empresa de transformación de aves de corral, se ha convertido en uno de los mayores exportadores del mundo de este producto y tiene dos fábricas de transformación en Europa (Países Bajos e Inglaterra) y nueve en Argentina.

Sin embargo, el precio del crecimiento de estas multinacionales ha sido alto: el aumento generalizado de la destrucción de los biomas de la Amazonia y del Cerrado, pero también las deplorables condiciones de trabajo a las que se somete a sus empleados.

No es una novedad las terribles condiciones de la cadena de producción de la carne, tanto para el ganado como para las personas que trabajan ahí. La situación es similar en la cadena de la soja: además de las condiciones laborales degradantes, de los casos de trabajo forzado y del acaparamiento de tierras, Brasil puede presionar sobre los costes de producción y exportar a bajo precio, y producir la carne más barata del mundo en la Amazonia.

Cadena de la carne: BNP, Carrefour, Nestlé y mucha otras

Minerva, uno de los tres grandes envasadores de carne de Brasil, obtiene al menos una tercera parte de sus ingresos brutos de sus exportaciones de carne de vacuno brasileña, vinculadas a 10.900 hectáreas que corren peligro de deforestación debido a la expansión de los pastos para el ganado en 2017. Parte de los accionistas de Minerva son grandes inversores mundiales que actualmente no tienen compromiso alguno en materia de deforestación, como Morgan Stanley (4,94% del capital), Vanguard (2,21%) y BlackRock (0,4%), así como instituciones financieras que han reconocido públicamente el problema del riesgo de deforestación, como BNP Paribas (2,26%).

Además, JBS, Marfrig y Minerva recibieron más de 9.000 millones de reales (1.500 millones de euros al cambio actual) en inversiones y préstamos de bancos europeos y no europeos que han firmado acuerdos medioambientales, como Deutsche Bank, Banco Santander, BNP Paribas y HSBC. Por desgracia, la ausencia de leyes en Europa sobre el tema “significa que los bancos, los inversores, las agencias de calificación, los importadores y los supermercados no tiene la obligación legal derealizar un control previo sobre el riesgo de deforestación antes de hacer negocios con las empresas del sector de la carne de vacuno”, se lamentaba la ONG Global Witness en un informe sobre el tema de diciembre de 2020.

En 2014 varios gobiernos, la sociedad civil y varias empresas privadas aprobaron la Declaración de Nueva York sobre lobosques, cuyo objetivo era reducir la deforestación mundial de aquí a 2020. Los estados brasileños de Pará, Amazonas y Acre figuran entre los signatarios brasileños, mientras que Deutsche Bank y Nestlé figuran entre los signatarios europeos. Sin embargo, según Mighty Earth, los grupos Nestlé y Carrefour todavía no han dejado de comprar carne a JBS y Marfrig.

Implicación de fondos de inversión alemanes, neerlandeses y suecos

El precio de las tierras agrícolas brasileñas, en particular en el Cerrado, ha aumentado de forma exponencial debido a la explotación financiera de las tierras. Los inversores institucionales, como los fondos de pensiones y los fondos de capital-inversión, las sociedades inmobiliarias y la agroindustria, aplican un modelo de empresa que da valor a las tierras adquiriendo y desbrozando para la agricultura zonas de vegetación autóctona, en vez de basar sus ingresos en la producción de mercancías.

En los últimos 15 años se han creado muchas sociedades inmobiliarias centradas totalmente en la adquisición, venta, arrendamiento y gestión de tierras agrícolas en estas regiones. En el Cerrado se han privatizando ilegalmente vastas zonas indígenas que oficialmente pertenecen al Estado. Este proceso conlleva generalmente la expulsión violenta de los habitantes (muchos de los cuales provienen de comunidades tradicionales o de las poblaciones rurales pobres), así como desbroces o deforestaciones extensivos. Últimamente se han vendido estas zonas agrícolas a sociedades agroindustriales o sociedades inmobiliarias, que pueden alquilar o vender las tierras.

Tres fondos de inversión europeos contribuyen al funcionamiento de las sociedades inmobiliarias en la región del Cerrado: el fondo de pensiones alemán Ärzteversorgung Westfalen-Lippe, el neerlandés Algemeen Burgerlijk Pensioenfonds (ABP) y el sueco Andra AP-fonden (AP2). Estos fondos de pensiones invierten en fondos de inversión gestionados por la Teachers Insurance and Annuity Association of America (TIAA), un fondo de pensiones privado sin ánimo de lucro que actualmente está considerado el mayor inversor en tierras agrícolas y el tercer gestor mundial de inmobiliario comercial. A la hora actual posee en Brasil unos activos valorados en 2.000 millones de dólares.

La mayoría de las tierras agrícolas que pertenecen a empresas extranjeras en la región del Cerrado se financian a través de la TIAA. Este fondo también está presente en el mercado de tierras agrícolas a través de empresas como Radar Propriedades Agrícolas (una empresa conjunta entre una sociedad brasileña, Cosan, y Mansilla Participações, una sociedad que pertenece totalmente a TIAA) y Tellus Brasil Participações, una filial nacional centrada en la adquisición de tierras, en la que TIAA tiene una participación importante (49%). TIAA ha creado una compleja red de sociedades para comprar e invertir en tierras agrícolas al margen de las restricciones legales impuestas por las leyes nacionales sobre la propiedad inmobiliaria por parte de personas extranjeras. En medio de todo esto, la responsabilidad de las empresas e instituciones financieras europeas tiende a invisibilizarse, aunque no desaparece.

Véase el informe íntegro en inglés, publicado por ENCO (siglas en inglés de Red Europea de los Observatorios de las Multinacionales).

Nota:

(1) Véase la página web de noticias de la Agencia Pública.

Fuente: https://www.bastamag.net/Deforestation-Amazonie-Bresil-role-des-entreprises-Europe-banques-fonds-de-pensions-viande-soja-exportations

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.

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Carta contra las corridas de toros y la explotación humana

 

Tal día como hoy, en 1909, moría fusilado Ferrer Guardia, fundador de la Escuela Moderna y símbolo de los librepensadores, tras ser falsamente acusado de ser instigador de la Revolución de Julio, mal llamada Semana Trágica.

Carta contra las corridas de toros y la explotación humana




Francisco Ferrer Guardia

El Viejo Topo

13 octubre, 2021 

 

Ante el debate, abierto sobre la prohibición de las corridas de toros, sería conveniente leer la siguiente carta de Francisco Ferrer Guardia sobre su adhesión, en febrero de 1905, a un acto de denuncia de tales «festejos». La carta fue reproducida en el periódico ¡Tierra! de La Habana el 13 de octubre de 1911 y recientemente por el periódico Tierra y Libertad.


Señor presidente de la Comisión Abolicionista de las Corridas de Toros.

Muy Señor mío: En contestación a la circular publicada en la prensa de esta capital, la Escuela Moderna tiene el gusto de adherirse al mitin proyectado para el domingo próximo, en contra de las corridas de toros.

Sin embargo, en nombre de la entidad que represento, me permito indicar que esta adhesión es puramente un acto de apoyo contra la bárbara fiesta, despojado de todo carácter patriótico y regionalista.

No se trata aquí de poner a Cataluña enfrente de Castilla, porque al reavivar los antagonismos que artificialmente se han creado entre regiones o naciones, en detrimento de las colectividades y en beneficio solamente de las clases directivas, se separaría esa Comisión del objeto para el cual fue nombrada: trabajar por la abolición de las corridas de toros.

Además quisiera también indicar una idea que parece encajar en este asunto, a saber: puesto que la protesta en contra de las corridas de toros ha nacido de los sentimientos nobles que poseen los iniciadores del movimiento, ¿no parecerá oportuno a esa Comisión hacer un llamamiento también para protestar en contra de los sufrimientos que hacen padecer sus propietarios a las caballerías por exceso de trabajo y escasez de nutrición?

Y puestos ya en defensa del bienestar de los animales, ¿por qué no nos ocuparíamos también de fundar una liga para la protección del hombre? Bárbaro es martirizar a un toro. Salvaje es ver a hombres vestidos de colorines bregar con una fiera para ganarse la vida; pero más bárbaro y salvaje todavía es ver, conocer y apoyar un régimen de explotación del hombre por el hombre, en el cual se aprecia tan poco la vida humana que desde el industrial que se perjudica menos por la muerte de un obrero que por la de una gallina, hasta los gobiernos que a miles les mandan a las guerras, todos somos indignos de llamarnos civilizados si no protestamos a la par que contra las corridas de toros en contra de todo martirio y de toda explotación.

Tiene el gusto de ofrecerse de usted afectísimo,

Francisco Ferrer Guardia

Barcelona, 17 de febrero de 1905

Fuente: Portal Libertario OACA.

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