miércoles, 24 de abril de 2024
El plan Marruecos 2030: ocupación de Ceuta, Melilla y las Canarias
Plan de los
servicios de inteligencia marroquíes para la ocupación de Ceuta, Melilla y las
Canarias, plan que el régimen de Mohammed VI denomina "operación
reconquista" a pesar de que estos territorios nunca han pertenecido al
reino alauí.
El plan Marruecos 2030: ocupación de Ceuta, Melilla y
las Canarias
EL VIEJO TOPO / 24 abril, 2024
por Geostrategia
Al borde de la guerra
Ya en
democracia, el momento más delicado de las relaciones España-Marruecos se vivió
en julio de 2002, cuando doce miembros de la Gendarmería Real Marroquí ocuparon
el islote de Perejil. Un episodio que estuvo a punto de provocar un
enfrentamiento armado entre los dos países.
El 11 de julio,
los gendarmes desembarcaron en Perejil (Leyla para los marroquíes), una isla de
soberanía española situada a once kilómetros de la ciudad de Ceuta y a
doscientos metros de la costa de Marruecos, en pleno estrecho de Gibraltar, sin
que se produjera resistencia porque el territorio estaba vacío. Colocaron dos
banderas de Marruecos, y poco después los gendarmes fueron sustituidos por
infantes de marina marroquíes.
Una operación militar
El Gobierno de
entonces, presidido por José María Aznar, no se quedó quieto. Al contrario. En
una semana, montó una compleja operación militar, que movilizó abundantes
medios terrestres, aéreos y marítimos, dirigida a liberar la isla.
A las 6,21 de
la mañana del 17 de julio de 2002, soldados del Grupo de Operaciones Especiales
desembarcaron en el islote. Apenas una hora después, sin disparar un solo tiro
porque los marroquíes no opusieron resistencia, izaron la bandera de España en
lo más alto de la isla, dándola por liberada.
A continuación,
75 legionarios del Tercio Duque de Alba de Ceuta sustituyeron a los ‘boinas
verdes’, que trasladaron a Ceuta a los seis detenidos y los devolvieron por la
frontera.
Condena de la “ocupación”
La reacción de
Marruecos se produjo el mismo día 17 de julio: un Consejo Extraordinario de
Ministros celebrado en Rabat condenó la ocupación, lo equiparó a una declaración
de guerra, y anunció que lo denunciaría ante el Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas por violación del derecho internacional.
El 20 de julio,
tras reanudarse las conversaciones entre los dos países por mediación de Colin
Powell, secretario de Estado, España retiró los legionarios, y dos días después
la ministra de Exteriores, Ana Palacio, y su homólogo, Mohammed Benaissa,
firmaron en Rabat un acuerdo normalizando las relaciones.
Una decisión de calado
La decisión del
Gobierno de España de poner todos los medios a su alcance para rescatar Perejil
sorprendió en algunos ambientes, vista la determinación con que procedió,
asumiendo incluso el riesgo de que se produjera una respuesta militar por parte
de Marruecos dirigida a contrarrestar la operación.
De hecho, desde
Madrid se adoptaron medidas extraordinarias para prevenir una situación bélica
semejante: se mantuvieron en alerta unidades navales y escuadrillas de
reactores, también por si fuera preciso enfrentarse a una ofensiva militar
marroquí contra las ciudades de Ceuta y Melilla, las islas Canarias, e incluso
al Sur de España.
Trasfondo
La operación
militar para liberar Perejil, denominada ‘Romeo Sierra’, se convirtió en el
primer incidente armado protagonizado por España en defensa de su soberanía desde
el inicio de la democracia. Y mostró claramente que el Gobierno (el de
entonces) no permitiría ninguna violación de la territorialidad española en el
Norte de África ni en Canarias.
Destacados
analistas no descartan que ese comportamiento tuviera relación con los planes
de Hasán II para llevar a cabo una ‘invasión pacífica’ de Ceuta, Melilla y
Canarias, planes que conocía el Gobierno, y que ahora se han desvelado en el
libro “La trastienda de los servicios de inteligencia”,
del ex agente del SECED (antecedente del CNI) Fernando San Agustín.
Cambiar la historia de España
Fernando San Agustín, 84 años, relata en su
libro, a modo de memorias, las operaciones secretas en las que intervino como
agente. Redactado casi como una novela, desvela hechos bastante desconocidos, y
también comprometidos, sobre operaciones de los servicios de inteligencia.
El autor
asegura que se trata de fragmentos de su vida, “un resumen muy extractado del
diario de operaciones”, y que constituye una especie de “descarga de
conciencia”. Y Fernando Rueda, uno de los máximos expertos en el ámbito de los servicios
de inteligencia, afirma que las operaciones de San Agustín “cambiaron la
historia de España”.
Repetir la ‘Marcha Verde’
Entre otros
asuntos, el libro cuenta con detalle que Hasán II planeó una invasión masiva,
simultánea y ‘pacífica’, sobre Ceuta, Melilla y Canarias, protagonizada por
decenas de miles de marroquíes, al estilo de lo que hizo en 1975 con la ‘Marcha
Verde’.
En resumen, el
agente Fernando San Agustín relata lo siguiente:
-En el parador
de Gredos, recibió instrucciones del jefe de Operaciones del servicio (el
SECED, hoy CNI) para recibir a dos personas: una mujer norteamericana de unos
treinta y tantos años, Ava Cohen, y un hombre de cincuenta con rasgos rifeños.
Este era Abdul Saiz, comandante del ejército de Marruecos destinado en los
servicios secretos, no de su país, sino del rey Hasán II.
-La mujer era
esposa del profesor Collins, experto en Demografía y Sociología en la
Universidad de Boston, que en 1975 colaboró con Thomson, consejero y asesor en
la descolonización de varios países de África, en organizar el itinerario,
participantes y logística de la ‘Marcha Verde’.
“Marruecos 2030”
—Años más
tarde, Collins fue llamado de nuevo para diseñar, junto con Thomson, la operación
“Marruecos 2030”, dirigida a incorporar a Marruecos Ceuta y Melilla, junto
con las islas canarias de La Palma, El Hierro, La Gomera, Fuerteventura y
Lanzarote, y algún islote adyacente. Después, solo se reconocería la soberanía
española sobre Gran Canaria y Tenerife. Se llamaba Operación 2030 porque
a finales de ese año debería haberse consumado la integración de
dichos territorios, tras los consiguientes acuerdos con España.
-Ava Cohen y
Abdul Saiz habían establecido una relación personal y habían escapado de
Marruecos. Ellos detallaron el plan de reconquista de esos territorios.
—Según
Thompson, la gran fuerza de Marruecos es su población, numerosa
y joven, fiel al rey y a su religión. La gran debilidad de España era que se
estaba dividiendo en reinos de taifas que cada vez querrían ser más
independientes, y por tanto insolidarios con los demás.
En un momento de crisis
—El plan se
ejecutaría cuando España estuviese sufriendo una grave crisis, por
terrorismo, desafíos independentistas, problemas políticos que
pusieran en duda la autoridad del rey y del Gobierno…
-Hasta el
momento de la ‘reconquista’, Marruecos fomentará la llegada de marroquíes
a España, Ceuta, Melilla y Canarias, que soliciten ayudas económicas, la
residencia y la nacionalidad, a fin de poder votar y hacerse con
concejalías y ayuntamientos, especialmente en las zonas a invadir
—El Día
D, 20.000 personas entrarían en Ceuta y en Melilla, por tierra (con
autocares, camiones, automóviles y máquinas para derribar las vallas) y
por mar (utilizando barcas de pescadores, pateras y cualquier cosa que
flotara).
Ceuta y Melilla
—En Ceuta y
Melilla, la Guardia Civil y la Policía se verán arrolladas por la
multitud, que ocupará sedes oficiales, viviendas y comercios. Arriarán
la bandera española e izarán la marroquí. El resto se colocarán en posición
de oración para dar gracias al Altísimo y así evitar la intervención
policial. Comisarías y cuarteles no deben ser ocupados, sino rodeados, con el
fin de limitar los movimientos de militares y policías.
—Hay
que sembrar las calles de obstáculos: muebles, coches… que
impidan el movimiento de vehículos: dificultar los desplazamientos del enemigo
es básico. En los expedientes para cada ciudad vienen las calles y carreteras
más importantes para cerrar, y cómo bloquear la entrada de embarcaciones a los
puertos.
—En
los ayuntamientos, se convocará una reunión extraordinaria
para acordar su inclusión en el reino de Marruecos. Se informará con
altavoces por las calles. A los españoles que no lo acepten, se les trasladará
el puerto, donde los ferris y barcos de pesca los llevarán a la península. El
Ejército y la Marina marroquíes harán acto de presencia, puesto que tendrán la
consideración de plazas marroquíes.
—Los
cristianos no lucharán por Ceuta y Melilla porque la mayoría de
los españoles las consideran ciudades marroquíes. Habrá mayor resistencia en
Canarias, pero se ofrecerá a España que se quede con las dos islas principales.
Canarias
—Sobre
Canarias, desde la costa marroquí, entre Tarfaya y Bojador, saldrán barcas,
barcos de pasajeros, buques de carga, con los reconquistadores y sus familias.
Cada isla recibirá varias oleadas de 10.000 personas. La flota transportará
50.000 en una primera fase, y la misma cantidad en una segunda y tercera. Será
un desembarco pacífico, retransmitido por emisoras y televisiones.
—Cuando se
cumpla el mismo operativo que en Ceuta y Melilla, la armada marroquí
atracará en los puertos canarios, y el ejército se dirigirá a las islas
para proteger a su gente y ocupar los aeropuertos.
—Es básico
crear en las calles un ambiente de pánico entre los cristianos, mediante
pequeños incendios, desalojos de edificios y otras provocaciones, que generen
caos, porque eso favorecerá el éxito de la operación.
—Los reconquistadores deben
ser mayormente jóvenes. En recompensa, se les darán las casas y comercios
que logren desalojar a sus propietarios cristianos. Es importante que la
población cristiana se sienta desprotegida, porque así se entregará
y aceptará la evacuación a Tenerife y Gran Canaria.
Españoles
débiles
—A
los policías y militares locales se los desarmará y se llevará a las
zonas de embarque. Quienes se resistan serán fusilados de inmediato.
—La reacción
del Ejército español no será la de los ingleses en las Malvinas, porque los
españoles son débiles y poco patriotas, empezando por los políticos, que
convencerán a la opinión pública de que conviene conformarse con conservar Gran
Canaria, Tenerife y las Chafarinas, mientras se mantiene el litigio político
por las demás islas. El resultado de esa inacción será el mismo que el de
Gibraltar.
—El gran éxito
de los regulares que combatieron en la guerra civil española fue el terror que
infundían las tropas marroquíes. Una vez en tierra, habrá equipos dedicados a
difundir la cantidad de asesinatos violaciones e incendios causados por los
invasores, aunque no todo sea verdad.
—Los servicios
británico y estadounidense se mantendrán neutrales o a favor de
Marruecos, como en el caso de la ‘Marcha Verde’.
—El Día D deben
cursarse órdenes de movilización de la población árabe en París, Londres,
Madrid, Barcelona, Bruselas y Atenas, convocando manifestaciones para celebrar
la conquista.
Fuente: Geoestrategia, Publicación del
Instituto Español de Geopolítica.