El Banco Mundial permite la
captura privada de beneficios y recursos públicos
Rebelion
06/01/2024
Fuentes: IPS
[Imagen: Imagen: BWP]
El lavado de imagen del Grupo del Banco Mundial con su reforma de
gobernanza no es suficiente y establece recetas en su nueva hoja de ruta que
entregan al capital privado con ánimo dela atención de déficits de
financiación.
KUALA LUMPUR –
El Banco Mundial insiste en que las finanzas comerciales son necesarias para
lograr la recuperación económica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS), pero hace poco para garantizar que las finanzas comerciales ávidas de
ganancias sirvan al interés público.
Al no abordar
los acuciantes retos que les incumben, la segunda reunión anual de las
instituciones de Bretton Woods (IBW) en el continente africano, que se celebró
en Marrakech en octubre de 2023, supone un retroceso aún mayor para el Sur en
desarrollo.
El Comité
Monetario y Financiero Internacional, que supervisa el Fondo Monetario
Internacional (FMI), no pudo acordar por consenso el habitual comunicado
ministerial de fin de cada reunión por razones «geopolíticas». Al Comité de
Desarrollo, que rige el Grupo del Banco Mundial, no le fue mucho mejor.
Nuevo manual
del Banco Mundial
Poco se logró
en los temas cruciales pendientes de la reforma de la gobernanza y la deuda
soberana. Reconociendo implícitamente los fracasos del pasado, los gobernadores
del Banco Mundial aprobaron una «nueva visión para crear un mundo libre de
pobreza en un planeta habitable».
Después de
todo, incluso el Banco Mundial reconoce ahora que los recientes aumentos de la
pobreza mundial han sido los peores desde la Segunda Guerra Mundial, a medida
que el estancamiento económico, las dificultades de la deuda y la inflación se
extendían por el mundo en desarrollo.
La nueva Hoja
de Ruta para la Evolución del Banco propone un plan de transición energética
justa para movilizar el capital privado con el fin de ampliar, asegurar y
desplegar la financiación climática. Esta financiación se destina
principalmente a la mitigación, más que a la adaptación, por no hablar de las
pérdidas y los daños.
El plan quiere
que las instituciones financieras internacionales ayuden a los gobiernos de los
países en desarrollo a reducir el riesgo de las inversiones privadas. Para la
reputada economista Bhumika Muchhala, esto refleja «el fracaso de los ricos
accionistas del Banco a la hora de ayudar a garantizar un sistema multilateral
más equitativo que sea realmente adecuado para afrontar los retos del siglo XXI».
Mezclar
financiación y beneficios privados
La estrategia
propone «reducir el riesgo» de las inversiones extranjeras mediante diversos
tipos de «financiación mixta» -como la cofinanciación, las garantías de
préstamos, los seguros contra riesgos políticos o las coinversiones en capital
público-, así como reformas complementarias jurídicas y de otro tipo.
El Banco y sus
aliados llevan promoviendo la «financiación combinada» para el desarrollo, el
medio ambiente y el calentamiento global desde antes de la crisis financiera
mundial estallada en 2008. Su principal recomendación ha sido inducir al
capital privado con ánimo de lucro a cubrir los crecientes déficits de
financiación.
Sin duda, la
mayoría de los países en desarrollo pobres disponen de recursos públicos
limitados para realizar las inversiones sociales y medioambientales necesarias,
incluidas las relacionadas con el clima. En estos casos, los fondos públicos se
utilizan para «reducir riesgos» o subvencionar de otro modo la financiación
comercial, aparentemente al servicio de las prioridades de las políticas
públicas.
Sin embargo, la
participación comercial privada en los servicios y las infraestructuras
públicas es costosa y arriesgada para el sector público y los ciudadanos, al
utilizar recursos públicos limitados en beneficio privado. La sociedad civil y
otros sectores críticos ya han expresado su profunda preocupación por la nueva
Hoja de Ruta.
El Grupo del
Banco Mundial también ha creado un Laboratorio de Inversiones del Sector
Privado para aumentar la financiación privada en las economías en desarrollo.
Afirma estar creando un «entorno empresarial propicio que libere la
financiación privada».
De miles de
millones a billones
El lema del
Banco Mundial «de miles de millones a billones» ha sido el pretexto para
privilegiar la financiación comercial como supuestamente necesaria para
alcanzar los ODS. Pero ha hecho muy poco para garantizar que esas inversiones
privadas con ánimo de lucro contribuyan a alcanzar los ODS o sirvan de algún
otro modo a los fines públicos.
El Banco no
tiene en cuenta que las inversiones privadas con ánimo de lucro que esperan
rendimientos atractivos pueden no servir a los intereses y prioridades
públicos. Tampoco apoyan necesariamente las transformaciones deseables. Peor
aún, sus consecuencias económicas, sociales y medioambientales pueden ser a
peor.
La
privatización de infraestructuras y servicios sociales anteriormente públicos
ha empeorado el desarrollo y la distribución. La desigualdad de acceso a los
servicios públicos -cada vez más vinculada a la asequibilidad y la capacidad de
pago- amenaza a cientos de millones de personas.
Estos acuerdos
de financiación mixta también han contribuido a la explosión de la deuda en el
Sur global, exacerbando, en lugar de aliviando, las crisis humanitarias,
medioambientales y de desarrollo.
Las
dificultades de la deuda se extienden
Los países en
desarrollo se encuentran en la peor crisis de deuda de su historia, con unas
obligaciones de servicio de la deuda más elevadas que nunca. Los actuales
ratios deuda/PIB son más del doble de los que tenían los países de renta baja
antes de que entrara en vigor en 1996 el alivio de la deuda de los países
pobres muy endeudados (PPME), e incluso más altos que los de las naciones
latinoamericanas antes del Plan Brady de 1989.
A diferencia de
las crisis de deuda soberana de los años 80, la financiación de mercado es
ahora más importante. Mucha más deuda pública de fuentes comerciales implica
depender de los mercados de bonos, en lugar de los préstamos de los bancos
comerciales.
Con el crédito
oficial mucho menos importante, la financiación comercial se ha vuelto mucho
más importante en comparación con la década de 1980. Pero al contrario de los
acreedores oficiales, la mayoría de los acreedores privados suelen negarse a
participar en las negociaciones de reestructuración de la deuda, lo que
imposibilita su resolución.
Los costes del
servicio de la deuda equivalen al gasto combinado en educación, sanidad,
protección social y clima. En África, el servicio de la deuda ha aumentado a la
mitad. Los niveles de servicio de la deuda de los 139 prestatarios del Banco
Mundial son más elevados que durante los picos de las crisis de la deuda de los
PPME y de América Latina.
Por término
medio, el servicio de la deuda absorbe 38 % de los ingresos presupuestarios y
30 % de los gastos de los gobiernos de los países en desarrollo. En África, los
niveles son mucho más elevados: ¡ 54 % de los ingresos y 40 % de los gastos!
El marco
conjunto de sostenibilidad de la deuda de las IBW insiste en que las economías
endeudadas deben tener una ratio deuda/PIB inferior a la de otros países, limitando
la ratio externa de estos países de renta baja a 30 % o 40 %. Esta política de
las IBW penaliza de hecho a las naciones más pobres y vulnerables.
En 38 países
con más de 1000 millones de habitantes, las condicionalidades de los préstamos
durante 2020-2022 se tradujeron en reformas fiscales regresivas y recortes del
gasto público. La reducción del gasto ha afectado a las subvenciones a los
combustibles o la electricidad y a las facturas de los salarios públicos, lo
que ha agravado el estancamiento económico.
A pesar de la
grave situación de endeudamiento de muchos países en desarrollo, la mayoría no
ha podido acceder a un alivio significativo de la deuda. Los acuerdos de
reestructuración de la deuda más recientes han dejado los niveles de servicio
de la deuda en una media de al menos el 48% de los ingresos durante los
próximos tres a cinco años.
Las
dificultades de la deuda limitan la capacidad de gasto de los gobiernos,
desesperadamente necesaria para hacer frente a las crisis sociales y
medioambientales. Por lo tanto, superar el estancamiento y alcanzar los ODS
exigirá muchas más condonaciones, alivios y recortes de los costes de
endeudamiento.
T: MF / ED: EG
Jomo Kwame Sundaram es profesor de economía y antiguo secretario general
adjunto de la ONU para el Desarrollo Económico.