sábado, 19 de octubre de 2024

Kutxabank, Siemens Gamesa y las renovables: la complicidad vasca con el «greenwashing» de la ocupación israelí [España]

 

Kutxabank, Siemens Gamesa y las renovables: la complicidad vasca con el «greenwashing» de la ocupación israelí [España]

 

Por Ahoztar Zelaieta

Rebelion / España

17/10/2024 



Fuentes: El Salto

Las relaciones entre la embajada israelí, las administraciones públicas vascas y la filial vasca de Repsol, Petronor, sirven de trampolín para “programas de ayudas, cooperaciones y alianzas, representación ante instituciones, y participación en eventos nacionales e internacionales”. Kutxabank, como apoyo financiero de Siemens Gamesa, es central en el desarrollo de la industria fósil del país que está cometiendo una ocupación en territorio palestino.

Ante la estrategia de bloqueo informativo sobre las relaciones empresariales y gubernamentales con Israel, los movimientos sociales han respondido investigando y destapando la centralidad de la industria fósil de Israel en la configuración del capitalismo verde. Así lo ilustra el informe La complicidad del sector financiero español en la ocupación de Palestina. El caso de la energía solar y Greenwashing (Novact), donde señalan a la vascas Kutxabank, por su financiación a empresas que realizan proyectos de energía solar en Israel, y Siemens Gamesa, por ser proveedora de la israelí Enlight Renewable Energy.

Según datos recabados por Hordago-El Salto, la alianza israelí y vasca tiene ramificaciones mucho más profundas y trata de acelerar los anquilosados sectores industriales del metabolismo vasco mediante una estrategia de penetración geográfica multiescalar. Desde acuerdos comerciales en el marco del Corredor Vasco de Hidrógeno, un megaproyecto que contará con una inversión de 1.300 millones de euros y aspira a generar 20.000 toneladas anuales de materiales basadas en gas natural o licuado, hasta la ocupación de la Torre Bizkaia, que alberga el Centro Internacional de Emprendimiento de Bizkaia, en la práctica convertido en un edificio para atraer inversiones extranjeras y fomentar proyectos con los capitales vascos. También contempla misiones diplomáticas, relaciones institucionales y un sin fin de acuerdos empresariales a través de la Embaja israelí.

Los orígenes de estas relaciones entre grandes capitales fósiles se remontan a la alianza de la que fuera joya de la corona energética vasca Guascor con la isarelí IQwind en el sector de energía eólica, e incluso más atrás, a la génesis de la central nuclear de Lemoiz con apoyos de funcionarios israelíes a la central de Dimona, una instalación nuclear del Gobierno israelí situdada en el desierto del Néguev. 

Misiones de la Embajada de Israel en Torre Bizkaia para tecnologías verdes

Las prioridadesde inversión van cambiando, van y vienen, pero en la actualidad la estrategia de colaboración en esta materia se encuentran la adquisición de tecnologías verdes como vector de la transformación industrial que proyecta el Gobierno Vasco con ayuda del know how israelí. En palabras de la Embajada del país que está cometiendo un genocio en Gaza, en el megaproyecto son factibles “diferentes colaboraciones de orden tecnológico”. Con ese objetivo, la Misión Económica Comercial de la Embajada israelí ha mantenido diversos encuentros con Petronor y con varios responsables de la Diputación de Bizkaia. Siguiendo esta estrategia ha premiado a la startup vasca H2Site por su solución para el transporte de hidrógeno.

La propia Embajada israelí reconoce que en los últimos años ha “liderado diversas actividades en colaboración con representantes de Bizkaia en el País Vasco, incluidas diversas delegaciones en los ámbitos de la energía”. Por ejemplo, con el objetivo de buscar soluciones de “tecnologías limpias” para procesos energéticos en el marco del Cleantech. Entre ellas, conversaciones entre las autoridades vascas, la Embajada isarelí y firmas del país como H2Pro y G.A Electrosonic Ltd, vinculadas a actividades del propio Ministerio de Defensa de Israel.

Además, una reciente nota de la Embajada israelí menciona que la Diputación de Bizkaia y la consultora PwC colaboran para hacer frente a nuevos “desafíos de la transición energética”. En este sentido invita a empresas de Israel a “postularse” con su tecnología y participar en proyectos de redes inteligentes promovidos por Iberdrola.

Una de las citas más importantes en la “colaboración” entre Euskadi e Israel ocurrirá en noviembre, en el marco del South Summit Industry & Energy Bilbao, un evento “diseñado específicamente para líderes y responsables de la toma de decisiones” en Transición Energética. La Embajada israelí considera que la ciudad vasca es la sede de firmas “relevantes en los campos de la energía, la ingeniería, el transporte o la banca, entre otros”. Por eso está anunciando que los organizadores del evento han lanzado “una convocatoria para startups israelíes y también ofrecen financiación del Ayuntamiento de Bilbao y Diputación de Bizkaia a un número limitado de empresas israelíes con el beneficio de vuelo y alojamiento”.

En la edición del año pasado, las startups israelíes que participaron llegaron a reunirse con representantes de Petronor (Grupo Repsol) e Iberdrola, así como con dos firmas muy implicadas en negocios verdes vinculados a Israel: CAF Beasain y Grupo Mondragón. A las reuniones también asistieron representantes del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, señalado por financiar a las principales empresas armamentistas implicadas en el genocio de Gaza y por su colaboración crediticia con hasta once plantas israelíes de energía solar.


La centralidad del Corredor Vasco del Hidrógeno

Podrían parecer meras anécdotas si no tuviéramos en cuenta que en el Corredor Vasco del Hidrógeno (BH2C) participan dos empresas vascas con vínculos comerciales israelíes, la armamentista Sener y la compañía de autobuses Irizar que lidera este sector en Israel y es socia de la Cámara de Comercio e Industria Hispano Israelí. Con el objetivo de afianzar estas alianzas, en marzo de 2023, el megaconsorcio liderado por Repsol presentó sus últimas novedades en el marco de una Misión Económica Comercial en España de la Embajada de Israel. El objetivo era “promover, mejorar y facilitar el comercio, las inversiones industriales y los acuerdos de cooperación”. Por parte de la Misión de la Embajada participó una delegación tecnológica israelí encabezada por miembros de Israel Export Institute, asociada al Ministerio de Economía.

Todos ellos se desplazaron a Bilbao para explorar cómo hacer negocios con el Corredor del Hidrógeno, así como a conocer a socios españoles relevantes”. El encuentro fue coordinado precisamentepor miembros del BAT B Accelerator Tower, el centro internacional de emprendimiento ubicado en la Torre Bizkaia. Entre los asistentes estaba Koldo Atxutegi, entonces director de Atracción de la Diputación de Bizkaia y, por tanto, responsable de la atracción de inversión extranjera al territorio de fondos europeos.

Meses después, Atxutegi pasó a trabajar para el grupo Ormazabal-Velatia, grupo de servicios eléctricos presente en las exportaciones a Israel desde la década de los años 90. Previamente, en la Cámara de Bilbao, durante la jornada “Israel: la receta del éxito como cuna de emprendedores”, organizada por la Diputación y la Embajada israelí, afirmó que Israel “es modelo de emprendimiento y generación de comunidad”.

BAT, el Centro Internacional de Emprendimiento de Bizkaia, duplica su espacio con la inauguración de 5 nuevas plantas (Fuente: Irekia)

A la cita en Torre Bizkaia también acudió Estíbaliz Arenzana, del área de Proyectos Estratégicos de la Diputación. Meses antes, que había acompañado a Noa Heinemann, directora de la misión Económico-Comercial de la Embajada de Israel en España, durante su visita a la planta de Petronor en Muskiz, donde se interesó por el proyecto del Corredor Vasco del Hidrógeno que lidera Repsol y por las “diferentes colaboraciones de orden tecnológico que todo ello puede ofrecer y requerir”.

En este marco de “colaboración”, el centro internacional de emprendimiento de la Torre Bizkaia el año pasado también acogió un encuentro de compañías vascas con una delegación israelí de empresas Cleantech & Industry 4.0. Entre las firmas de Israel invitadas destacaba la startup israelí H2Pro, que presume de haber “desarrollado un sistema que permite la adopción a gran escala del hidrógeno sostenible como combustible, basada en la investigación de profesionales provenientes de centros como el Technion”, una de las principales entidades que mantienen y legitiman el apartheid colaborando estrechamente con el Ejército israelí. Otra de las invitadas al foro de Cleantech celebrado en Torre Bizkaia era G.A Electrosonic Ltd, contratista del Ministerio de Defensa israelí y proveedora de la mayor planta de tratamiento de aguas residuales de Oriente Medio, Shafdan.

Las profundas relaciones en el ámbito de la energía renovable

Otra muestra de las fluidas relaciones entre la Embajada de Israel y las autoridades de Euskadi figura en una nota del pasado mes de junio. La Embajada de Israel señala en ella que “en los últimos años hemos liderado diversas actividades en colaboración con representantes de Bizkaia en el País Vasco, incluidas diversas delegaciones en los ámbitos de la energía”.

La Embajada israelí destaca que “la Administración de Bizkaia fomenta la innovación entre las empresas líderes de la región” para enfrentarse a “nuevos desafíos”, e “invita a empresas del mundo en general y, por supuesto, de Israel” para buscar soluciones tecnológicas adecuadas”.

Uno de los desafíos mencionados que busca la participación de empresas está centrado en dos propuestas de Iberdrola, la red de Perseo para startups y el Global Smart Grids Innovation Hub para redes inteligentes de respuesta a los desafíos de la transición energética, ambos ipulsados por Ibedrola. La Embajada de Israel insta a las “tecnologías israelíes” a “postularse” para participar en los citados programas de Iberdrola.

Cabe recordar que la Diputación de Bizkaia firmó en 2018 un acuerdo para promover la conexión entre startups de Bizkaia y el nodo emprendedor de Israel, externalizando este servicio a la israelí SOSA, firma que cuenta con una destacada división de tecnología militar y trabaja con el Ministerio de Defensa de su país y con la Israel Security Agency. SOSA también intentó hacerse con el contrato para la gestión del centro internacional de emprendimiento de la Torre Bizkaia, finalmente adjudicado a la consultora PwC, dirigida por el exburukide Asier Atutxa y convertida en una de las principales colaboradoras para las misiones comerciales israelíes en Euskadi.


El rol de Kutxabank y Siemenes

En la complicidad de Euskadi con el greenwashing en Israel, la financiación de proyectos es un punto estratégico central para el desarrollo de proyectos de energía. En su última auditoría de cuentas, datada a finales de diciembre de 2023, la sociedad Kutxabank Gestión señalaba que “se ha valorado y descartado la venta de unas pequeñas posiciones con exposición en Israel”. Ahora bien, Kutxabank, con el extesorero del PNV Xabier Sagredo liderando su fundación bancaria más importante, BBK, es accionista de una compañía vasca con importantes intereses en Israel, CAF Beasain, a su vez miembro del Corredor Vasco del Hidrógeno.

No son las únicas vinculaciones de la entidad financiera con intereses vascos en Israel. En julio de 2024, participó activamente en el rescate financiero de una sociedad con importantes alianzas en Israel, el grupo formado por la alemana Siemens y la vasca Gamesa, esta última presidida en su momento por el exconsejero de Hacienda del Gobierno Vasco Alfonso Basagoiti. Resulta que la compañía resultante de la fusión, Siemens Gamesa Renewable Energy Group, es proveedora de turbinas para la israelí Enlight Renewable Energy Ltd, firma que gestiona Halutziot Solar Plant en las inmediaciones de Gaza.

Siemens ya estuvo involucrada en el desarrollo del proyecto de parque solar Ketura Sun, ubicado en el desierto del Naqab, mientras que los fundadores de Gamesa, Joseba Grajales y Juan Luis Arregui, llegaron en 2009 a un acuerdo con el grupo israelí IQwind para fabricar en Euskadi una caja multiplicadora destinada a equipar los aerogeneradores de los molinos de viento en el mercado europeo. Grajales es ahora socio de un exconsejero de Industria del Gobierno Vasco, Jon Azua.

De los Papeles de Panamá al «Kibbutz»

La complicidad de las firmas vascas en el greenwashing de intereses israelíes vinculados con la ocupación de Palestina se remonta mucho tiempo atrás. La firma bilbaína Amistra Global controla el 3,3% de la estadounidense First Solar, proveedora de paneles para el campo solar Kalia, situado en el asentamiento ilegal Kibbutz Kalia, en el Valle del Jordán. El propietario de Amistra, Iñigo Casla Uriarte, es uno de los empresarios vascos implicados en los Papeles de Panamá, donde también figura una firma navarra que opera en este sector. Desde hace más de 10 años, Mecasolar fabrica seguidores solares para plantas fotovoltaicas ubicadas en Israel.

Por otro lado, una de las mayores fortunas de Euskadi, la familia Galíndez Zubiría, se interesó en 2020 por la planta de energía solar Dimona en el desierto del Néguev. El progenitor de la saga negurítica, Ángel Galíndez Zelaieta, fue impulsor de Iberduero, precursora de Iberdrola. Según documentación gubernamental de Israel, la firma de los Galíndez, la bilbaína Solarpack, controla el 63% de SK Consortium, el resto, un 37% está en manos del fondo de inversión inmobiliaria israelí Keystone REIT Ltd.

El consorcio que dirige Solarpack era uno de los 11 grupos invitados a la fase final de la licitación fotovoltaica lanzada en enero de 2020 para la planta de energía solar israelí en  Dimona. Finalmente, el contrato se lo llevó en julio de 2024 la francesa EDF Renewables, aliada de Repsol en el sector eólico marino. Repsol también ha comprado este año la solución de autoconsumo fotovoltáico remoto de Solarpack.

Por su parte, Repsol, comandada por el expresidente del PNV Josu Jon Imaz, ha invertido en la gestora vasca Cardumen Capital, especializada en las inversiones en Israel y cuyo partner, el fondo crediticio israelí Viola Credit, participa en la financiación del parque solar Ketura Sun, ubicado en el desierto del Naqab. La bilbaína Cardumen pertenece al selecto grupo de socios de la Cámara de Comercio e Industria Hispano Israelí.

Seguridad israelí para la central nuclear de Lemóniz

“Euskadi e Israel pueden cooperar en emprendimiento e innovación”, afirmó en 2016 el embajador de Israel, Daniel Kutner, durante su visita a Euskadi “para fortalecer lazos económicos”. Lo cierto es que las cuatro décadas de entendimiento entre el PNV y las autoridades israelíes han dado para mucho en materias como las infraestructuras para el transporte, el negocio de la gestión del agua o la seguridad. Las relaciones en el sector energético datan de principios de la década de los años 80. 

Según información publicada por El País, algunos funcionarios de la agencia israelí para la energía nuclear viajaron en junio a Euskadi. El diario consideraba “harto probable que el dispositivo antisabotajes y antiatentados de la central nuclear de Lemóniz esté siendo organizado con el asesoramiento de expertos hebreos”. El proyecto resultó fallido tras la protesta popular frente a los intereses de Iberdrola, hoy Iberduero. 

En 2018 The Times of Israel fue más lejos asegurando que un responsable de la Ertzaintza, el entonces consejero de Interior Luis María Retolaza, “mantuvo una estrecha amistad con el profesor israelí de Física Nuclear, Yavin Avivi”, quien habría acompañado a funcionarios de la central nuclear israelí de Dimona, ubicada en el desierto del Néguev, para asesorar sobre cuestiones de interés para la central nuclear de Lemoiz. De aquel barro este cenagal de complicidades entre autoridades de Israel y Euskadi.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/energia/kutxabank-siemens-gamesa-complicidad-vasca-greenwashing-genocidio-israel

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La huelga por la jubilación anticipada de las y los conductores profesionales concierne también a quienes trabajan por cuenta propia

 

 

La huelga por la jubilación anticipada de las y los conductores profesionales concierne también a quienes trabajan por cuenta propia

TERCERAINFORMACION / 18.10.2024

Desde CCOO y UGT apostamos por la aplicación de coeficientes reductores de la edad de jubilación también a las trabajadoras y trabajadores autónomos, por lo que pensamos que deberían secundar la huelga convocada por ambas organizaciones.

Ante la confusión existente sobre el alcance de la convocatoria de huelga a nivel estatal en todo el transporte por carretera, procede aclarar que CCOO y UGT defienden el adelanto de la edad de jubilación tanto de personas asalariadas como de trabajadores/as autónomos/as. El mismo bloqueo que sufren las personas asalariadas del sector lo sufren también las personas trabajadoras autónomas a pesar de que sus derechos están recogidos por Ley.

Tal es así, que el art 26.4 de la Ley 10/2007 del Estatuto del Trabajo Autónomo establece que:

«Los poderes públicos promoverán políticas que incentiven la continuidad en el ejercicio de la profesión, trabajo o actividad económica de los trabajadores por cuenta propia, una vez cumplida la edad ordinaria de jubilación. No obstante, en atención a la naturaleza tóxica, peligrosa o penosa de la actividad ejercida, y en los términos que reglamentariamente se establezcan, los trabajadores autónomos afectados que reúnan las condiciones establecidas para causar derecho a la pensión de jubilación, con excepción de la relativa a la edad, podrán acceder a la jubilación anticipada, en los mismos supuestos y colectivos para los que esté establecido dicho derecho respecto de los trabajadores por cuenta ajena».

También contempla que: «con carácter progresivo se llevarán a cabo las medidas necesarias para que, de acuerdo con los principios que inspiran esta Ley, se logre la convergencia en aportaciones y derechos de los trabajadores autónomos en relación con los establecidos para los trabajadores por cuenta ajena incluidos en el Régimen General de la Seguridad Social».

Desde CCOO y UGT, entendemos que las asociaciones profesionales de trabajadoras y trabajadores autónomos y las propias personas autónomas del sector están de acuerdo en la necesidad de adelantar también su edad de jubilación por razón de la penosidad y peligrosidad de la profesión y, por tanto, deberían apoyar y secundar la convocatoria de huelga, aunque en su caso, al no ser personas asalariadas, sea un cese temporal de la actividad.

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Ha llegado el momento de una nueva izquierda

 

Lo que importa es entender que darle golpes al imperialismo, venga de donde venga, significa abrir la oportunidad a procesos revolucionarios, significa acercarse a la posibilidad del socialismo, continuar la lucha de clases en una etapa más madura.


Ha llegado el momento de una nueva izquierda

 

De Nico Maccentelli

El Viejo Topo

19 octubre, 2024

 

Después de décadas de enredos italianos entre los pequeños grupos de la izquierda radical, después del fracaso del Nuevo Frente Popular en Francia, a pesar de la victoria electoral (Mélenchon no había contado con los masones en el golpe permanente de Davos…) y en la era de una izquierda liberal que a partir de Blair ha asumido el papel internacional de ser la máxima expresión del supremacismo atlantista, por fin nace una nueva izquierda procedente de Alemania: la BSW de Sahra Wagenknecht.

De hecho, las elecciones regionales en Turingia y Sajonia lo dicen claramente:

A) los partidos que vuelven a poner la soberanía nacional en el centro ganan porque está claro para los sectores populares que las necesidades e intereses sociales de la población pasan por esta soberanía

B) el declive de la izquierda neoliberal en sus variantes está determinado por su posicionamiento como felpudo frente al neoliberalismo atlantista, proeuropeo y belicista

C) si la extrema derecha se afirma es porque la izquierda no hace lo que las masas populares esperan, es decir, proteger sus necesidades colocándolos en el centro

D) gran parte del electorado, así como los que se abstienen, han roto debido a una política servil de la izquierda liberal y «progre»

E) una izquierda que no niega su vocación, es decir la justicia social y la lucha de clases para lograrla, también gana y no practica los trucos habituales como en Francia, identificando bien quién es el principal enemigo y sabiendo que no es la derecha, una fuerza que es favorecida por los imperialistas en Washington y Bruselas

F) haber jugado el juego de forma coherente, sin pretensiones demagógicas, producirá en la izquierda soberanista un crecimiento que abre nuevas perspectivas.

E) si se compara la estrategia del frente popular que en Francia favoreció la recuperación de Macron en nombre de la oligarquía atlantista y la estrategia soberanista de Sahra Wagenknecht, se comprenderá cuál es el camino correcto para la izquierda europea. En el caso de la alemana se trata de una nueva izquierda que no se ha vendido y que ha entendido cuál es la esencia del poder dominante, más allá de la vieja visión de un fascismo hoy muerto, este está resurgiendo con otras modalidades y alineamientos de la mano de la OTAN.

No hay duda de que si queremos reconstruir una izquierda antiliberal que retome su antigua vocación de sujeto combativo por los derechos y necesidades sociales de las masas populares, convirtiéndose en su voz y expresión política, hay que tomar dos decisiones irreversibles:

1. Abandonar cualquier hipótesis de unidad de la izquierda que incluya a la izquierda neoliberal con la ilusión de influir en su política tanto a nivel central como periférico-administrativo.

2. Abandonar la dicotomía mecanicista derecha-izquierda y una visión retro del antifascismo que ahora se ha vuelto común y electoralista, mientras que el verdadero fascismo, o en cualquier caso el autoritarismo, está en otra parte… quizás precisamente en el sector que consideras como socio.

Esta operación la hizo muy bien Wagenknecht, que supo enarbolar la bandera de la justicia social, del repudio a la guerra dirigida por Estados Unidos y la OTAN y la valorización de la identidad nacional.

Esto último es una auténtica blasfemia para los seguidores de la cultura de la cancelación y del despertar Woke, que son ahora las salsas más apropiadas para cualquier «revolución de color» al servicio de Washington, sus organismos de inteligencia, sus influencers, fundaciones y ONGs. Pero Sahra explica muy bien que el concepto de soberanismo popular es de izquierdas, distinguiéndose del nacionalismo vulgar y chauvinista de derecha, que también incluye el racismo y el clásico suprematismo nazi-fascista.

En su obra Contra la izquierda neoliberal, toda acusación de «rojopardista» vuelve al remitente, ya que la identidad de una población en un territorio determinado es un pegamento social frente a las turbofinanzas y a un sistema que regula las cadenas de suministro y el flujo de mercancías según sea necesario al capital.

Y que, en todo caso, la integración reside en el equilibrio de los flujos en relación con las posibilidades de integración y de servicios para todos (bienestar universal, lo contrario de la especulación privada…) y no en los objetivos de una burguesía capitalista que utiliza a los inmigrantes para ganar dinero, provocar guerras entre pobres, competencia entre trabajadores, sin integrar nada, para luego utilizar las habituales almas cándidas con lágrimas falsas.

¿Qué hay de progresista en imponer nuevas discriminaciones inversas, en balbucear sobre los derechos de las minorías, en apoyar las formas y no la sustancia del derecho a la vivienda y del trabajo para todos? Esta esquizofrenia debe terminar enviando a los «progres» a su lugar dentro de los neoliberales. Y los votantes alemanes lo entendieron.

El soberanismo es internacionalismo, porque liberar a un país de la devastación anarcoliberal significa debilitar el frente capitalista y fortalecer los movimientos de masas anticapitalistas de otros países.

Más aún cuando la cuestión de la soberanía nacional ha sido abordada en situaciones específicas por gran parte de la izquierda global antiimperialista y anticolonialista: América Latina, las guerras populares en China y Vietnam, Argelia, Nicaragua, en Europa los vascos, las cuestiones irlandesas, catalanas, corsas… Estos son sólo los ejemplos más obvios, pero todo el siglo XX estuvo formado por estas revoluciones nacional-anticolonialistas.

Pero hoy la izquierda liberal, los falsos anticapitalistas y los falsos verdes y municipalistas, están con la Ucrania de los nazis banderistas, no con los pueblos del Sahel. Por lo tanto, hoy la revolución postsoviética pasa por dos posiciones:

– Multipolarismo

– Descolonización

Por el momento no importa qué tipo de sistema este en este frente de lucha. Lo que importa es la aceleración de la caída del dólar y del imperialismo atlantista. La lucha de clases en cada país no termina, y tarde o temprano tendrán que rendir cuentas los oscurantismos de las clases dominantes explotadoras de aquellos países que por conveniencia han elegido el multipolarismo.

Lo que importa es entender que darle golpes al imperialismo, venga de donde venga, significa abrir la oportunidad a procesos revolucionarios, significa acercarse a la posibilidad del socialismo, continuar la lucha de clases en una etapa más madura, porque hay otras contradicciones en la base de la sociedad: entre el proletariado y la burguesía, entre los compradores y los campesinos … Y en un frente nacional amplio la lucha de clases no cesa: es parte de la batalla política por la hegemonía.

Detrás del mundo que Wagenknecht nos abre no hay nada de rojopardismo, sino la reafirmación de los intereses del 90% de la población, la afirmación del Estado social, de los bienes comunes, de una redistribución más equitativa de la riqueza social, de cooperación pacífica entre pueblos y países respetando su historia y su identidad comunitaria.

Evidentemente, como comunistas también debemos ir más allá y efectuar análisis más precisos de la clase y de la situación concreta. Pero el humanitarismo, la nueva falsa conciencia de una izquierda que ha abandonado su vocación original ciertamente no es la caja de herramientas para una política revolucionaria que afecta el equilibrio de poder entre explotados y explotadores

 

Fuente: Observatorio de la crisis

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ÚLTIMA HORA: TRAGEDIA EN ISRAEL Y RUSIA NO PERDONA LA AMENAZA NUCLEAR DE...

Rafael Alberti y «El sentido revolucionario de la copla popular». Su primer acto como poeta comunista

 


Rafael Alberti y «El sentido revolucionario de la copla popular». Su primer acto como poeta comunista


Publicado el 18 de octubre de 2024 / Por Manuel Almisas Albéndiz

KAOSENLARED

 

Tengo los zapatos rotos

de subir a la azotea

para ver si veo pasar

al valiente Salvochea.

El poeta portuense Rafael Alberti (1902-1999), autor de «Marinero en tierra» (1924), obra con la que obtuvo el Premio Nacional de Poesía al año siguiente, le dio la bienvenida a la proclamación de la Segunda República con la representación a cargo de la Compañía de Margarita Xirgu en el Teatro Español, de su drama en verso «Fermín Galán» (estrenado el 1 de junio de 1931), sobre el héroe de la sublevación republicana de Jaca -natural de San Fernando (Cádiz), escrito en forma de romance de ciegos. Ya entonces, y desde meses antes, este «poeta vanguardista» era considerado por la crítica literaria, junto con Federico García Lorca, el mejor poeta de una nueva pléyade de escritores, la conocida años después como «Generación del 27».

La evolución política de Rafael Alberti le llegó junto a la que será su esposa, la escritora y periodista María Teresa León Goyri (Logroño, 1903), cuando ambos emprendieron un viaje por Europa al principio del verano de 1931 al ser pensionada María Teresa por la Junta de Ampliación de Estudios del Ministerio de Instrucción Pública, que dirigía Santiago Ramón y Cajal (1). El viaje dio para mucho más que para estudiar las nuevas tendencias del teatro europeo, y por ejemplo, les permitió asistir los días 27 y 28 de agosto de 1932 al Congreso Mundial contra la Guerra y el Fascismo que los escritores Henri Barbusse y Romain Rolland organizaron en Ámsterdam. Este periplo fue interrumpido cuando estaban en Berlín, al ser invitado Alberti por el grupo literario «Mediodía» de Sevilla para actuar el día 30 de octubre de 1932 en el «Coliseo España» de la capital hispalense, en el Concierto de la Orquesta Bética de Cámara recitando su «Pájara Pinta» con música de Federico Elizalde. En Sevilla también fue invitado Alberti para dar una conferencia en el Ateneo, y tras unos días en Madrid siguieron con su viaje de estudios y partieron hacia Moscú a donde llegaron para participar en las fiestas por el aniversario de la Revolución soviética el 7 de noviembre de 1932.

Cuando a finales de abril de 1933 Alberti regresó a Madrid, ya era citado en la prensa por primera vez como el «poeta proletario y comunista», y su libro de poemas «Consignas», publicado por «Ediciones Octubre» en fecha tan significativa como el 1º de mayo de 1933, confirmaba esa transformación vital; no es casual que el poemario se abriera con esta cita de Lenin: «La literatura debe ser una literatura de Partido».

Aunque en realidad, su primera adscripción a esta nueva forma de pensar se manifestó un año antes, cuando la prensa conservadora El Debate calificaba de «comunistoide» la crónica que Alberti había enviado al diario El Sol -donde colaboraba con frecuencia- ensalzando la película «El Acorazado Potemkin» (de S. Eisenstein) que Alberti y María Teresa vieron en abril de 1932 en el Centro Socialista de la ciudad belga de Brujas. Esta película soviética, que «excitaba a la rebelión y al motín» -según El Debate– aún estaba prohibida en España y en otros muchos países europeos.

Rafael y María Teresa, poco antes de volver a Madrid, vivieron en Moscú las celebraciones del «Día Internacional de la Mujer» el 8 de marzo de 1933, donde los carteles oficiales llamaban a «Las trabajadoras contra la esclavitud», «¡Abajo la opresión de la vida doméstica!» y «¡Abajo la esclavitud de la cocina!», siguiendo la consigna de Lenin en 1920: «Cada cocinera debe aprender a gobernar el Estado». Aquí en España, por el contrario, no hubo actos o manifestaciones de ningún tipo con motivo del «Día de la Mujer», pero, casualidad o no, aquella noche del 8 de marzo de 1933 se estrenaba en el Teatro Beatriz de Madrid el drama de Federico García Lorca, «Bodas de sangre», con asistencia del propio autor que hizo una pausa en sus salidas a pueblos de Madrid con su grupo de teatro universitario ambulante «La Barraca».

Esta referencia a García Lorca, el poeta granadino autor de «Mariana Pineda» (junio de 1927) y del «Romancero gitano» (junio de 1928), no es casual, porque no llevaba ni dos semanas en Madrid cuando Rafael Alberti va a contar con la colaboración de la célebre bailarina, coreógrafa y cantante «La Argentinita» (Encarnación López Júlvez, Buenos Aires-1898), y del propio García Lorca para ilustrar y complementar la conferencia sobre «Poesía popular en la lírica española contemporánea» que dio el 6 de mayo de 1933 en el Teatro Español de Madrid. El cartel no podía ser más sugerente y brillante -o «de lo más interesante» como declaró Alberti-, e inimaginable hoy día. A medida que la conferencia de Alberti lo requería, a modo de ejemplo, «La Argentinita» cantó y bailó romances y canciones populares acompañada al piano por Federico García Lorca, que era el autor de las adaptaciones y armonizaciones. Estas canciones populares las habían grabado juntos Lorca y «La Argentinita» en discos gramofónicos desde febrero de 1931 y hasta final de año en la «Colección de Canciones populares antiguas», haciéndose desde entonces muy conocidas por todos: «Los cuatro muleros», «El café de Chinitas o «Anda jaleo». Además, el propio García Lorca y Alberti recitaron varios poemas entre el delirio del público. Como declarará Lorca a un reportero del Heraldo de Madrid: «He acudido gustoso al llamamiento de Rafael. Es un enorme poeta, que dará todo el poder de su poesía a esta conferencia sobre un tema que tanto nos interesa a él y a mí. Los dos somos andaluces; él, del Puerto, y yo, de Granada, y los dos hemos recorrido España palmo a palmo en busca de sus inmortales esencias populares».

La conferencia de Alberti era una versión de la que había impartido en Berlín el año anterior -«y que tan halagadora acogida me dispensó el público»-, consistiendo en un recorrido histórico por la poesía popular desde las cantigas de Alfonso el Sabio a los albores del Renacimiento y terminando en la época actual, centrándose en los autores de finales del siglo XIX, y especialmente en la copla andaluza y en las canciones recopiladas y refundidas por García Lorca, tanto en su letra como en su música. Alberti terminó su conferencia nombrando a aquellos poetas que, a su juicio, llevaban en sus creaciones «el aliento de lo popular», cuyos valores se han ido transmitiendo a través de generaciones, y mencionó, además de a García Lorca, a Antonio Machado y a Juan Ramón Jiménez.

Sin embargo, este recorrido histórico de la copla y la poesía popular que hizo Rafael Alberti no definía aún la transformación que había vivido en Moscú junto a María Teresa León. No solamente había que conformarse con recuperar el rico acervo de los cancioneros y cantares del pueblo, sino que había que recoger y poner en valor todo lo que de revolucionario y transformador podían tener. Como señalaba la periodista y escritora Rosario del Olmo en La Libertad (Madrid) (2), Alberti había tenido una «rapidísima» transformación en Moscú, que se plasmaba en estos versos finales de su «Consignas», tan alejados de su «Marinero en tierra»:

Vuelvo a Sevilla la roja;

vuelvo de la Unión Soviética.

Para Rosario del Olmo, de poeta humanista y rebelde Alberti se había convertido al cabo de pocos meses en poeta revolucionario, y su «Romance de los campesinos de Zorita» (3) del reciente poemario era su más acabada y artística expresión:

Campesinos de Zorita
fueron a los encinares
a coger esas bellotas
que ni los cerdos ya pacen.
Los llevaba el hambre.
(…)
Se les prometen los campos
y al campo van a matarles.
Promesa cumplida en sangre.

(…)

Por eso, para dar fe del «nuevo», pero siempre «esencialmente poeta humanista», Rafael Alberti, en el diario comunista Mundo Obrero del 22 de junio de 1933 se informaba que en la Biblioteca Circulante «Cultura», situada en la Calle del Oso n.º 17 del barrio de Embajadores de Madrid, iba a dar una conferencia Rafael Alberti cuyo tema era «El sentido revolucionario de la copla popular». Este colectivo llamado «Biblioteca Circulante Cultura» era en ese momento un espacio netamente comunista, donde en el último año solo habían dado conferencias dirigentes del Partido Comunista de España como Carlos Castillo (abogado del Socorro Rojo Internacional), Adriano Romero, Francisco Galán o Manuel Navarro Ballesteros.

La conferencia se celebró la noche del jueves 29 de junio, y gracias al diario madrileño El Sol del día siguiente podemos conocer algunas de las ideas que allí expresó el poeta portuense, comenzando por una exposición de las fases del lenguaje, considerando al grito somo su principio, y, como marxista en que se había convertido, veía influencias de tipo económico en su génesis. A continuación exhibió unos gráficos de las pinturas de las cuevas de Altamira para mostrar las primeras manifestaciones artísticas del ser humano, comentando que en el viaje reciente que había realizado, había visto reproducciones de esas pinturas en las escuelas moscovitas, donde con ellas les enseñaban a los niños estas manifestaciones del arte primitivo. A continuación, el periodista escribía:

«Para Alberti, el hombre canta y canta al mismo tiempo que trabaja. Paralela a la poesía culta, a la poesía elaborada por la clase dominante, se desarrollan los cantares. Estos, en su mayoría, nos vienen de poetas anónimos que por su aislamiento geográfico a veces, su imposibilidad económica de asimilar y conocer la cultura nacida en las ciudades, se estancaban en ese arte menor de la copla. Ella, la copla, mejor que nadie, ha registrado toda la vida nacional, todos los dolores de las clases oprimidas, en sus oficios, en sus empleos, en sus profesiones, en la intimidad de la familia, en sus alegrías, en todas sus reacciones como ser humano, en sus participaciones históricas.

Mineros, pastores, marineros, soldados, anarquistas, mendigos, encarcelados, descreídos o contrabandistas, todos ellos nos dejan expresados en la copla los horrores de sus vidas. Pero la copla no se para; sigue el proceso revolucionario de los que la crean. El despertar de la conciencia de clase de proletarios y campesinos empieza ya a cantarse por los campos, calles, plazas y tabernas».

El articulista terminaba la reseña del acto diciendo que al final Alberti recitó algunos cantares y coplas de su Andalucía, y entre ellas una de la época republicana federal y anarquista gaditana y andaluza del siglo pasado sobre Fermín Salvochea, que decía:

Tengo los zapatos rotos

de subir a la azotea

para ver si veo pasar

al valiente Salvochea.

Esta conferencia coincidió plenamente con la salida a la calle de una revista que Alberti y María Teresa León comenzaron a dirigir en nombre de los «escritores y artistas revolucionarios» titulada Octubre y cuyo primer número era de «junio-julio de 1933». Como aparecía en la cabecera: «OCTUBRE está contra la guerra imperialista, por la defensa de la Unión Soviética, contra el fascismo y con el proletariado». Pues bien, en ese primer ejemplar se publicaba un artículo titulado «Antología folklórico de cantares de clase» donde Alberti escribía un breve texto que es el mismo que reprodujo el reportero de El Sol: «Paralela a la poesía culta, a la poesía elaborada por la clase dominante, se desarrollan los cantares…», y a continuación, se reproducían dos docenas de coplas como muestra de su evolución histórica, entre ellas la copla de Salvochea que copiaron en El Sol, pero además otras muchas que seguro recitó en su conferencia:

Yo soy quien cuida la oveja,

yo soy quien carda la lana

para hacer buenos colchones,

mientras yo duermo en la paja.

…………

Tres meses ha que no como,

me tiene abatido el hambre,

me pongo en las piernas plomo

porque no me lleve el aire.

………….

La cárcel tengo por cama,

ladrillos por cabecera,

por comida tengo grillos,

por descanso una cadena.

…………

Ser comunista en Sevilla

es lo mismito que ser

un hombre siempre en capilla.

De este modo, en mayo-junio de 1933 comenzó el poeta Alberti, de la mano de María Teresa León, su declarada militancia política, proletaria y antifascista, que se intensificará tras la Revolución de Octubre de 1934, y sobre todo durante la guerra revolucionaria a partir de julio de 1936.

* Imagen del artículo: De derecha a izquierda: Federico García Lorca, La Argentinita y Rafael Alberti. Fuente: Ahora (Madrid) del 15 de mayo de 1933.

Notas:

(1) Aunque se ha dicho que fueron pensionados los dos, la única que después del regreso del viaje de casi dos años demostró y mostró el resultado de su estudio fue María Teresa León. Después de anunciarse todos los días desde dos semanas antes, María Teresa comenzó el 20 de mayo de 1933 (y hasta el 21 de agosto) a publicar en el diario Heraldo de Madrid una serie de diez artículos sobre teatro internacional, aunque la gran mayoría trataba del teatro ruso que había estudiado en Moscú.

(2) Ejemplar del 18 de junio de 1933.

(3) Alberti recuerda los graves sucesos con un muerto y varios heridos que tuvieron lugar en la localidad cacereña de Zorita el 17 de noviembre de 1932, cuando la guardia civil impidió que un grupo de obreros y sus mujeres entraran en una finca en busca de bellotas para poder mitigar el hambre. El mensaje del Romance quedaba claro: la República había prometido reforma agraria y tierras para los campesinos pobres, y en lugar de eso solo daban caciquismo y guardia civil.

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La larga historia de Estados Unidos tratando de desestabilizar a Irán

 

La larga historia de Estados Unidos tratando de desestabilizar a Irán

 

Por Seraj Assi

Rebelion

18/10/2024 


Fuentes: Rebelión [Imagen: Shah Mohammad Reza Pahlavi y Jimmy Carter durante una ceremonia de bienvenida en la Casa Blanca, Washington, DC, el 15 de noviembre de 1977. (Diana Walker / Getty Images)]


Traducido del inglés por Marwan Perez para Rebelión

Recientemente, Kamala Harris calificó a Irán de “fuerza desestabilizadora y peligrosa” en Oriente Medio. El contexto apropiado para entender esta afirmación es conocer la historia de décadas que llevan los Estados Unidos intentando la desestabilización de Irán

Durante los doce meses transcurridos desde octubre del año pasado, los dirigentes estadounidenses han aplaudido el incesante bombardeo israelí de Gaza, mientras el genocidio que allí se está cometiendo (financiado y armado por Estados Unidos) ha matado a más de cuarenta mil palestinos, de los cuales aproximadamente la mitad son mujeres y niños. Los aplausos han continuado mientras Israel ha ampliado sus bombardeos a otros tres países árabes: Líbano, Yemen y Siria.

Aún insatisfechos, algunos están ahora alentando a Israel a bombardear Irán. Se dice que Joe Biden ha estado “discutiendo” la posibilidad de un ataque israelí a los yacimientos petrolíferos de Irán, el sustento de la economía iraní, que ha estado languideciendo bajo un devastador embargo estadounidense durante décadas.

Tras el bombardeo de misiles iraní contra Israel la semana pasada, llevado a cabo en represalia por los asesinatos de líderes de Hamás y Hezbolá por parte de Israel, la vicepresidenta y candidata presidencial demócrata Kamala Harris calificó a Irán de “ fuerza desestabilizadora y peligrosa ” en Oriente Medio, abriendo un nuevo capítulo en una larga historia de beligerancia estadounidense contra Irán. El lunes pasado, fue aún más lejos, al llamar a Irán el “ mayor adversario ” de Estados Unidos .

Una historia larga y violenta

Para quienes conocen esta historia, es difícil escuchar tales declaraciones sin recordar la víspera de Año Nuevo de 1977, un año antes de que estallara la Revolución iraní. En medio del creciente malestar civil en Irán, el presidente estadounidense Jimmy Carter asistió a una suntuosa cena de Estado con el shah de Irán, Mohammad Reza Pahlavi, donde Carter brindó diciendo: “Irán, gracias al gran liderazgo del sha, es una isla de estabilidad en una de las zonas más problemáticas del mundo”.

Irónicamente, los brindis estuvieron precedidos por una larga historia de desestabilización de Irán por parte de Estados Unidos, marcada por operaciones encubiertas e intervenciones clandestinas. Veinticuatro años antes, durante la “Operación Ajax”, la CIA, en colaboración con el MI6 británico, había orquestado un golpe de Estado que derrocó al primer ministro iraní elegido democráticamente, Mohammed Mossadegh, que había ganado con la promesa de nacionalizar el petróleo iraní y recuperarlo del control occidental. El golpe puso en marcha la destrucción de la incipiente democracia del país y perseguiría a los iraníes durante décadas.

A finales de los años 40, en plena Guerra Fría, el gobierno de Harry Truman adoptó al joven shah como un socio importante en la naciente alianza antisoviética en Oriente Medio, a pesar del creciente resentimiento iraní por la corrupción del shah y sus imprudentes ventas de los recursos de Irán a empresas extranjeras para financiar su lujoso estilo de vida. La oleada de gastos del shah lo llevó a vender derechos exclusivos sobre el petróleo y el gas natural de Irán a compañías petroleras multinacionales occidentales, principalmente la Anglo-Iranian Oil Company (AIOC), que explotaba a los iraníes y exportaba millones de barriles de petróleo que generaban fabulosas ganancias sin pagarle prácticamente nada a Irán.

El resentimiento contra el sha pronto dio lugar a la disidencia popular. En octubre de 1949, Mossadegh, crítico de larga data de la dinastía Pahlavi y defensor acérrimo del derecho de Irán a controlar su propia industria petrolera, fundó el Frente Nacional, una amplia coalición que incluía tanto a moderados de clase media como a miembros del izquierdista Partido Tudeh. Mossadegh y sus aliados pronto mantuvieron el equilibrio de poder en el parlamento iraní, conocido como Majles, donde hicieron campaña con la plataforma de compartir los beneficios del petróleo entre Irán y AIOC, citando el ejemplo de otras empresas petroleras multinacionales que operaban en Venezuela y Arabia Saudita.

El golpe contra el presidente iraní Mohammed Mossadegh puso en marcha la destrucción de la incipiente democracia del país y perseguiría a los iraníes durante las próximas décadas.

Con el apoyo del gobierno británico, la AIOC se negó a hacer concesiones. El Majlis respondió nacionalizando la industria petrolera iraní. Poco después, Mossadegh fue elegido primer ministro y anunció de inmediato sus planes de arrebatarle al Reino Unido el control de los yacimientos y refinerías de petróleo de Irán.

Occidente no tardó en tomar represalias. Cuando Mossadegh siguió adelante con la nacionalización, los gobiernos británico y estadounidense unieron fuerzas para presionar al shah para que derrocara a su nuevo primer ministro, amenazando con un embargo internacional al petróleo iraní, mientras planeaban en secreto un golpe de Estado en Teherán.

El presidente Dwight D. Eisenhower dio su bendición al plan. Los arquitectos del golpe fueron el secretario de Estado norteamericano John Foster Dulles, un anticomunista rabioso que desestimó a Mossadegh como un títere ruso y un “loco”, y Allen Dulles, el nuevo director de la CIA, que tenía estrechos vínculos con el MI6, el servicio de inteligencia británico, y era un entusiasta de las operaciones encubiertas contra naciones que consideraba vulnerables a la subversión o la toma de poder soviética. Kermit Roosevelt , nieto de Theodore Roosevelt y veterano operador encubierto de la CIA, fue enviado a Teherán para supervisar el plan.

Agentes estadounidenses y británicos llevaron a cabo lo que calificaron de “contragolpe” contra el gobierno recién elegido, que implicó distribuir generosos sobornos para movilizar a cientos de mercenarios partidarios del sha, que irrumpieron en las calles coreando consignas contra el gobierno y protagonizaron violentos enfrentamientos con los partidarios de Mossadegh. Mientras tanto, el general Fazlollah Zahedi, amigo de Occidente, y oficiales militares de derecha, junto con la policía secreta iraní, conocida como SAVAK, se movilizaron para restablecer el orden y reprimir a los disidentes, deteniendo a militantes del Partido Tudeh, deteniendo a Mossadegh y restituyendo al sha.

Sólo el comienzo

En nombre de la lucha contra el comunismo, Estados Unidos ayudó a sabotear una democracia floreciente en Oriente Medio. Como dijo el historiador estadounidense Douglas Little: “Habiéndose convencido de que Irán estaba a punto de caer en manos del comunismo, Eisenhower y los hermanos Dulles alentaron a las fuerzas proestadounidenses a derrocar a un líder iraní elegido democráticamente y a colocar a un gobernante cada vez más autocrático en el Trono del Pavo Real”.

El golpe de Estado de 1953, conocido en Irán como el golpe de Estado de 28 Mordad, fue el preludio de una larga historia de operaciones encubiertas de Estados Unidos para cambiar regímenes contra líderes elegidos democráticamente en todo el Sur Global. Dos décadas después, en Chile, Estados Unidos conspiró de manera infame para derrocar al presidente socialista electo Salvador Allende, lo que contribuyó a instaurar una dictadura autoritaria de derecha.

En Irán, el golpe de 1953 fue sólo el comienzo. A medida que el resentimiento iraní contra el shah crecía, Estados Unidos respondió con una nueva operación de conversión en Irán a principios de los años 1960. Poco después de su investidura, John F. Kennedy urdió su propio plan para contrarrestar el malestar civil en Irán: una “ evolución blanca ”. En abril de 1962, Kennedy, recién salido de la debacle de Bahía de Cochinos, invitó al sha Pahlavi a Washington, donde los dos líderes revisaron un “ plan para la estabilidad en Irán”. Nueve meses después, el shah dio a conocer su Revolución Blanca, un paquete de reformas modernizadoras “de arriba hacia abajo” diseñadas para evitar un cambio radical “de abajo hacia arriba” en los términos de la revolución roja de Fidel Castro en Cuba. En la primavera de 1963, voluntarios del Cuerpo de Paz de Estados Unidos llegaron a Irán para predicar la modernización estadounidense, y mientras cientos de corporaciones estadounidenses comenzaban a invertir en el “milagro económico” del Sha, millones de barriles de petróleo fluyeron desde Irán a los aliados de la Guerra Fría de Estados Unidos en Asia y Europa Occidental.

Mientras tanto, los líderes de la oposición iraní, encabezados por Ruhollah Khomeini, se burlaron del shah, tildándolo de títere estadounidense, y denunciaron las reformas apoyadas por Estados Unidos como “occidentalización” ( Gharbzadegi en persa).

A fines de los años 1960, los funcionarios estadounidenses creían que Irán estaba disfrutando de la Revolución Blanca del shah. Aplaudieron cuando éste reprimió a los disidentes y brindaron por su decisión de exiliar a Jomeini, a quien consideraban nada más que un “ molesto agitador islámico”.

En abril de 1962, Kennedy, recién salido de la debacle de Bahía de Cochinos, invitó a Shah Pahlavi a Washington, donde ambos líderes revisaron un «plan para la estabilidad en Irán».

En su lugar, Richard Nixon y Henry Kissinger entraron en escena. Desesperada por impulsar la expansión estadounidense en Oriente Medio y salir del atolladero de Vietnam, la administración Nixon se interesó en el Irán monárquico como un aliado de Estados Unidos. En 1972, ambos visitaron Teherán, donde presentaron al sha su “doctrina Nixon”: a cambio de la ayuda de Estados Unidos para asegurar la estabilidad política en Irán, Estados Unidos permitiría al sha comprar sistemas de armas no nucleares del arsenal estadounidense, incluidos helicópteros artillados, aviones de combate y fragatas con misiles teledirigidos.

El Sha abrazó con entusiasmo la nueva Doctrina Nixon y se embarcó en compras suntuosas de armamento estadounidense por valor de 13.000 millones de dólares, gracias a los mayores ingresos generados por el aumento de los precios del petróleo tras la guerra árabe-israelí de 1973 y el embargo petrolero árabe. Pero el auge petrolero sólo enajenó a las clases media y trabajadora iraníes, que veían con creciente desdén el derroche del Sha en armas estadounidenses. Estallaron disturbios en las calles de Irán y el Sha los reprimió brutalmente, con la bendición de Estados Unidos.

Desde su exilio en Irak, Jomeini, cada vez más popular, condenó el derramamiento de sangre y pidió el derrocamiento del tirano respaldado por Estados Unidos. La revolución iraní no tardó en ponerse en marcha.

El 16 de enero de 1979, el shah Pahlavi subió a bordo de un Boeing 707 en el aeropuerto Mehrabad de Teherán y, tras una breve escala en Egipto, se dirigió al exilio en Estados Unidos. Para muchos iraníes, dar refugio al shah fue un amargo recordatorio de la conspiración de la CIA para derrocar a Mossadegh: Estados Unidos, al parecer, era una superpotencia rebelde que recompensaba a tiranos vilipendiados y castigaba a líderes legítimamente elegidos.

Después de la revolución

Dos semanas después de la huida del sha, Jomeini regresó a Irán por primera vez tras quince años de exilio, prometiendo establecer una República Islámica y limpiar el país de toda influencia restante del “Gran Satán”. Jomeini y sus partidarios derrotaron a las fuerzas de izquierda que habían ayudado a derrocar al sha y pronto crearon su propio estado autoritario, aunque uno que cosechó apoyo popular por su oposición al imperialismo estadounidense.

Sin embargo, Estados Unidos siguió sumido en el negacionismo. Las élites estadounidenses rara vez se molestaron en comprender los movimientos políticos islamistas o la particular variante del chiismo de Jomeini. Nunca reconocieron que los sentimientos antiamericanos latentes en Irán no tenían un origen religioso o cultural, ni eran el producto de un “choque de civilizaciones” o alguna otra tontería ahistórica, sino que tenían sus raíces en la larga historia de intromisión de Estados Unidos en el país y su apoyo a la dictadura del Sha.

Las élites estadounidenses nunca reconocieron que los sentimientos antiamericanos latentes en Irán no tenían un origen religioso o cultural, sino que tenían raíces en la larga historia de intromisión de Estados Unidos en el país.

Cuando Ronald Reagan asumió el poder en 1980, Irán se encontraba enfrascado en una guerra cada vez más sangrienta con Irak, que duró ocho años y se cobró medio millón de vidas, la mayoría de ellas iraníes. Ansioso por saldar viejas cuentas con Irán, el gobierno de Reagan se puso del lado de Irak y proporcionó a Saddam Hussein armas y aviones, inteligencia militar y miles de millones de dólares en créditos. Esto no impidió que Reagan aprobara ilegalmente un acuerdo de “armas por rehenes” con el gobierno de Jomeini en el escándalo conocido ampliamente como el caso Irán-Contra.

La guerra entre Irán e Irak terminó en un punto muerto. Envalentonado por su alianza con Estados Unidos, Hussein invadió Kuwait tres años después, y Estados Unidos pronto se vio obligado a luchar contra su antiguo aliado y nuevo paria en Irak.

Atrapados en la hostilidad

Desde entonces, la política estadounidense hacia Irán se ha visto empañada por agravios pasados ​​y sumida en una hostilidad ahistórica. Para no verse eclipsado por sus predecesores, Bill Clinton adoptó una política de doble contención, que empleó sanciones económicas paralizantes y amenazas militares preventivas para debilitar a Irán, y que culminó con la promulgación de la Ley de Sanciones a Irán y Libia de 1996 (ILSA, por su sigla en inglés).

Mientras tanto, los dirigentes iraníes intentaron enmendar las relaciones con Estados Unidos con una serie de gestos de buena voluntad. En mayo de 1997, los iraníes eligieron como presidente al moderado y reformista islámico Mohamed Jatamí, quien tendió una rama de olivo a Estados Unidos, pero se encontró con la profunda animosidad y sospecha de la administración Clinton y sus inquebrantables demandas de que Irán pusiera fin a su programa de investigación nuclear, como se expresó en la Ley de No Proliferación de Irán de 2000.

Bajo el gobierno de George W. Bush, los neoconservadores hicieron de la desestabilización de Irán una política oficial, una vez más a pesar de la cercanía iraní. Horas después de los atentados del 11 de septiembre, Jatamí envió sus condolencias a Bush, mientras miles de jóvenes iraníes celebraban una vigilia con velas en las calles de Teherán. Bush respondió calificando a Irán de régimen terrorista y miembro del “Eje del Mal”, junto con Irak y Corea del Norte (o de la “Maldición”, en la versión más reciente de Benjamin Netanyahu, que incluye a Gaza y Líbano).

Cuando, catorce meses después, las tropas estadounidenses invadieron Irak para derrocar a Saddam Hussein, fue el turno de Jatamí de condenar a Estados Unidos. Algunos de los principales asesores de Bush, incluido el vicepresidente Dick Cheney, acogieron con agrado en privado la perspectiva de un ataque preventivo israelí contra el complejo nuclear iraní de Bushehr, e incluso planearon un cambio de régimen en Teherán. Insatisfecho con su destrucción gratuita de Irak, el propio Bush ordenó al Pentágono que planeara un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán, como se jacta el ex presidente en sus memorias.

Al optar persistentemente por el castigo económico y buscar soluciones militares para debilitar al país, Estados Unidos siempre se ha equivocado en lo que respecta a Irán: ya sea la CIA derrocando al primer ministro democráticamente elegido Mossadegh; o Carter dando refugio al autoritario shah; o Reagan enviando armas a Irak durante la guerra entre Irán e Irak; o George W. Bush  rechazando  un acuerdo nuclear con Irán, o Donald Trump  saboteando  el acuerdo nuclear de Barack Obama con Irán y llevando a cabo el asesinato de Qassem Soleimani, o la administración Biden belicista contra Irán en un momento de creciente conflicto regional, avivando las llamas de una guerra más amplia, además de enviar miles de tropas estadounidenses más a la región y asegurar un paquete de ayuda militar de 8.700 millones de dólares para Israel.

Estados Unidos lleva casi un siglo intentando desestabilizar a Irán. Ahora que el candidato presidencial demócrata ha vuelto a soltar diatribas agresivas contra Irán y ha respaldado el nuevo ataque de Israel contra el Líbano, los funcionarios estadounidenses parecen no haber aprendido nada de la historia.

Seraj Assi es un escritor palestino que vive en Washington, DC, y autor, más recientemente, de My Life As An Alien (Tartarus Press).

Fuente: https://jacobin.com/2024/10/destabilizing-iran-history-kamala-harris

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