lunes, 24 de agosto de 2020

El coronavirus biológicamente es igual en todas partes del mundo y en la provincia de Bilbao. ¿Por qué no es igual el tratamiento político-manipulativo que se le está dando? ¿Quién y por qué está dirigiendo la polvareda mediática del coronavirus para que llegue el dinero que nos roban a los trabajadores a los bolsillos de los grandes capitales? Y ahora, feligreses y hermanos míos en la pandemia, oremos. Oremos la oración de orar del buen creyente demócrata de toda la vida (a los demás nada, que se vayan pudriendo por incrédulos, rojos y que me sé yo qué). Padre Nuestro que te estoy viendo el plumero y que te dejes ya de tontadas de que eso de esta crisis no la pagarán los de siempre (que no se te olvide, Padre Nuestro, que no hay tal crisis, so cuco, Padre Nuestro, que eres tú muy cuco, sino que es la continuación de la crisis de 2008 y que ya no se va a pasar, ¡o es que eres tuerto de una pierna y cojo de lso dos ojos o estas alicaído, o qué?, so listo, que eres tú muy listo, Padre Nuestro, así en la Tierra como en Bilbao, más no te hagas el longuis, que eso es ya mu viejo, y vete soltando el pan de hoy y las medicinas de hoy, mañana y pasado mañana, que buena falta me hacen, más haber si es posible que se empiece a hacer mi voluntad y no la tuya (que de voluntad andas escasito y no te me pongas ahora a discutirme esto), que es que ya te voy conociendo. ¿Lo quieres más claro ú qué), Padre Nuestro. Y, ahora, id en paz (sin apelotonamientos y guardando las distancia), hermanos y hermanas mías, y tal que si no hubierais leído nada, que vosotros también sois capaces de acusarme de haber querido liar la de Dios es Cristo, que yo soy muy mío y no me meto con nadie, oyes.



Un Estado de India con gobierno comunista

El gran éxito de la estrategia contra covid-19 de Kerala



Rebelión
Fuentes: BBC News Mundo
24.08.2020

Cuando el estado de Kerala, en el suroeste de India, registró el primer caso de coronavirus en el segundo país más poblado del mundo, todo parecía indicar que la suerte no estaría a su favor frente a la inminente pandemia.
Es un estado con fronteras porosas, un gran número de trabajadores migrantes y una economía dependiente de las remesas de una enorme población expatriada -particularmente en los países del Golfo Persa- que continuamente está entrando y saliendo del país.
Tiene además cientos de estudiantes en China y recibe más de un millón de turistas extranjeros al año.
Fue el 27 de enero cuando la primera persona con covid-19 arribó en vuelo procedente de Wuhan. A partir de entonces, el número de infectados empezó a crecer ininterrumpidamente y se convirtió en un foco de la infección.
Cuatro meses después, sin embargo, cuando la infección va en aumento en todo India, este estado de 35 millones de habitantes ha logrado aplanar la curva de la propagación de coronavirus registrando apenas 524 casos confirmados y sólo cuatro muertes, según el Ministerio de Salud de Kerala.
Anticipación
Mucho tiene que ver con lo alerta y atento que se ha mantenido el estado. El 25 de marzo, Kerala impuso el confinamiento de su población, un día antes de que se estableciera a nivel nacional.
Inició una estrategia rigurosa de rastreo de contactos usando detallados «mapas de ruta» de las personas que llegaban del exterior y estableció centros de atención para covid-19 en todos los distritos para acomodar a los extranjeros que se vieron varados en el estado y bajo recomendación de aislarse.
Trabajadores de la salud brindaron apoyo a las personas ancianas que vivían solas y las que tenían necesidades especiales. Terapeutas hicieron cientos de miles de llamadas al personal que trabajaba en las áreas afectadas para asesorarlos en cómo manejar el estrés.
No se trata de que Kerala estuviera haciendo muchísimas pruebas para coronavirus, dice Soutik Biswas, el corresponsal de la BBC en India.
Las pruebas estaban dentro de lo limitado por los protocolos federales. Más de una docena de laboratorios realizan 800 pruebas diarias.
Pero lo que realmente ha hecho la diferencia, según los expertos, es el robusto sistema de salud pública de Kerala y la cultura de una pujante democracia afincada en las bases y con el poder delegado efectivamente en los concejos comunales.
Los concejos están constituidos por funcionarios elegidos y representan el nivel más bajo en la estructura de gobierno en India.
«Estábamos preparados desde el puro principio. Nos dimos cuenta de que la tormenta se avecinaba. Así que empezamos a construir nuestras defensas», declaró a la BBC Shahina Saleem, presidenta del concejo comunal de Chengala, una aldea de unos 66.000 habitantes dedicados a la agricultura.
El ejemplo de Chengala se repite a lo largo del estado, informando eficientemente a la comunidad, estableciendo un riguroso rastreo de contactos e imponiendo la cuarentena masiva de la población.
El gobierno comunista emite múltiple información todos los días sobre el desarrollo de la situación, señalan los analistas.
Ministra estrella
A la cabeza de este sistema se encuentra KK Shailaja, la ministra de Salud de Kerala, miembro del Partido Comunista de India.
Tres días después de oír sobre el nuevo virus en China, Shailaja convocó una reunión de su equipo de respuesta rápida.
Establecieron una oficina de control central y 14 a nivel de control distrital. Para cuando el primer caso llegó en un avión de China, el estado ya había adoptado los protocolos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)de pruebas, rastreo, aislamiento y apoyo.
A los pasajeros que llegaban de China se les tomaba la temperatura y los que tuvieran fiebre se aislaban en un hospital cercano. El resto de los pasajeros eran puestos en cuarentena.
Con la propagación del virus, los equipos de vigilancia rastreaban a los posibles infectados y sus contactos con la ayuda de publicidad y a través de redes sociales.
Así se pudo contener la enfermedad hasta que se suspendieran todos los vuelos al estado e India entrara en confinamiento a nivel nacional.
En el auge de coronavirus en Kerala, 170.000 personas fueron puestas en cuarentena, bajo estricta vigilancia y visitadas por trabajadores de la salud.
Las que no tenían baño en casa fueron acomodadas en unidades de aislamiento improvisadas, con el costo asumido por el gobierno. Esa cifra se ha reducido a 21.000.
El gobierno local también acomodó y alimentó a 150.000 trabajadores migrantes de estados vecinos que se encontraron varados en Kerala, según manifestó KK Shailaja al diario británico The Guardian. Esos trabajadores están ahora siendo enviados a sus casas en trenes fletados.
Inversión en salud y educación
Esta respuesta obedece al modelo político y económico de Kerala, establecido desde hace más de medio siglo. Desde los años 60, el estado ha sido gobernando por partidos de izquierda, entre ellos el comunista, actualmente en el poder, que desde finales de los años 50 se comprometió a respetar y participar en elecciones.
El modelo se fundamenta en una reforma agraria que, a través de legislación aumentó la tenencia de tierras para los agricultores, la descentralización del sistema de salud pública y una inversión en la educación pública.
Cada aldea tiene un centro de atención de salud primaria y hay hospitales a cada nivel administrativo, así como 10 universidades médicas.
Kerala goza de la más alta expectativa de vida y la más baja mortalidad infantil de todos los estados en India, siendo uno de los más pobres.
El sistema de salud, funciona a tres niveles con hospitales de gobierno, es el resultado de más de medio siglo de un legado de inversión en cuidados de salud. «Kerala ha invertido en salud y educación más que la mayoría de los estados en India», señaló a la BBC el economista Jakob John.
Al mismo tiempo, es el estado más alfabetizado (se calcula en un 95%). Shailaja dijo a The Guardian que ese nivel de alfabetización le permite al pueblo entender por qué debe permanecer en cuarentena. «Se les puede explicar».
«Los concejos comunales se encargaron de hacer cumplir y monitorear la cuarentena masiva con el consentimiento de la población», dijo a la BBC B Ekbal, un neurocirujano y jefe del panel de expertos que asesora al gobierno indio sobre la prevención del virus.
Por otra parte, el doctor John cree que la delegación de poder en Kerala -de gobierno local, a concejos comunales, a municipios atentos- ha ayudado al estado lidiar con dos inundaciones consecutivas y un brote del agresivo virus nipah, en los últimos tres años.
Preparación
En 2018, Kerala fue golpeado por la infección viral nipah, altamente contagiosa que causa problemas respiratorios agudos y encefalitis mortal
Esa epidemia, dice Shailja, la preparó para covid-19, porque se dio cuenta de que la manera de enfrentar una enfermedad altamente contagiosa sin cura ni vacuna era tomándola en serio y haciendo los preparativos necesarios.
A pesar de que Kerala ha logrado mantener el brote de coronavirus bajo control, con el 70% siendo de población externa, no se puede declarar victoria.
El estado tiene una de las tasas más altas en enfermedades contagiosas y la llegada de las lluvias monzón, en junio, generalmente desata un auge de enfermedades como la influenza, el dengue y una forma de tifo.
La fiebre es un síntoma común de estas enfermedades y eso podría complicar el diagnóstico de covid-19, advierten los doctores.
Además, con el levantamiento gradual del confinamiento, se incrementará el flujo de trabajadores migrantes y expatriados. Eso implica mayores recursos para la vigilancia que tendrán un costo económico.
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Esto no significa ni mucho menos que el socialismo sea algo sin ninguna viabilidad (lo que es inviable es el capitalismo y el miliflú de la socialdemocracia como instrumento político a favor de los intereses de la inmensa mayoría de la población en la que se encuentran los trabajadores). Tampoco quiere decir que la idea de Podemos sea poco más que un breve y pasado fogonazo de esperanza sin ninguna razón para su existencia (lo que no debe tener razón para su existencia son los chufletazos de palabras sin contenido para cuando menos despistar a la inmensa mayoría de la población). Lo que no funciona y se mantiene en pie gracias a la explotación económica, política e ideológica de los trabajadores y, especialmente desde 2008 a esta parte, al saqueo y robo consensuado de los bienes públicos e intensificación y explotación de los trabajadores y clases sociales menos pudientes, es el modo de producción capitalista, al que el lector puede denominar como más le guste, sabiendo, eso sí, que la denominación de las cosas no determina su naturaleza. La denominación de las cosas, su permanente repetición durante décadas (especialmente desde la finalización de la II Guerra Mundial, con la que el capitalismo con sus 50 millones de muertes saldó una de sus crisis) a través de la escuela, religión, universidad, prensa, radio, televisión y propaganda comercial, puede hacer que lo blanco sea tomado por lo negro, es decir, puede hacer cambiar la percepción social de las cosas, pero, sin que ello varíe ni cambie su naturaleza. El mundo era plano por voluntad divina que se decía así lo había hecho Dios y como tal era percibido socialmente con el apoyo de la ciencia y saberes formales de la época. Pues bien, contra la voluntad de Dios y contra todos los saberes oficiales el mundo era y es redondo, como una pelota de goma, pero a lo bruto. ¿Y qué podríamos discutir de socialismo si no se sabe previamente qué es eso? Porque el socialismo no es una religión laica en la que se cree o no se cree. Las condiciones objetivas para la instauración del socialismo están dadas, ¿pero cuáles son esas condiciones que están dadas para el socialismo? Pues por aquí hay que empezar, por saber qué es el socialismo y a qué cosa se le puede calificar de socialismo o no. ¿Y eso del capitalismo qué es? Hay que empezar por diferencias lo que a mi me parecen que son las cosas de cómo son esas cosas al margen de lo que yo crea. Para responder a éstas preguntas no es necesariamente imprescindible ir a la Universidad de Salamanca (aunque si se va muchísimo mejor, y ya si se va después de trabajar ¡la repanocha!). Con empezar reuniéndose en los Círculos de Podemos y en las Asambleas locales del PSOE, aunque no asistan los obispos de Podemos ni del PSOE, como inicio, suficiente.


RENTA BÁSICA UNIVERSAL
El desastre del Ingreso Mínimo Vital y la estupidez: Cipolla tenía razón
  • "El apoyo sin fisuras del Gobierno actual a los subsidios condicionados y la aversión de este mismo gobierno a una renta básica incondicional y universal"
  • "Se acompañaba con la propaganda gloriosa, la de que el IMV era algo así como un avance histórico del Estado de Bienestar"
  • "Han pasado ya casi tres meses desde que el IMV está vigente. Nadie llegó a imaginar un escenario tan desastroso"
Cuartopoder.es
El lunes, 24 de agosto de 2020



Pablo Iglesias y José Luis Escrivá en una reunión. / EFE

Jordi Arcarons, Paco Ramos, Daniel Raventós, Sergi Raventós, Lluís Torrens
“Cualquier cuento de horror debería tener un origen o un secreto”, escribía Stephen King en 1983 en su breve narración El camión del tío Otto. El Ingreso Mínimo Vital (IMV) no es un cuento, pero es un horror. No tiene uno sino los dos requisitos de King: un origen y un secreto. El origen es conocido por todo el mundo: las peores condiciones de existencia de gran parte de la población no rica producidas por las políticas económicas puestas en funcionamiento desde 2010 (con un gobierno del PSOE y extremadas poco después por los gobiernos del PP) y las medidas decretadas por el confinamiento del covid-19. Cada nuevo dato es peor que el anterior.
El secreto debería ser también conocido, aunque no es fácil dada la desproporción de los medios que amplifican lo que hace el Gobierno español y los mismos medios en lo que se refiere a la difusión y conocimiento de la renta básica incondicional y universal (RB). Muchos medios, es verdad, expusieron al principio del estado de emergencia algunas noticias sobre la RB, si bien introduciendo confusiones increíbles como identificar el IMV con la RB. Pero el secreto es este: el apoyo sin fisuras del Gobierno actual, tanto la parte del PSOE como la de Unidas Podemos, a los subsidios condicionados y la aversión de este mismo Gobierno a una RB incondicional y universal.
En cualquier caso, el IMV despertó esperanzas entre mucha gente necesitada. Muy normal. También dispuso de muchos defensores provenientes del mundo de los “expertos” (este conjunto tan poco claro como el de los tertulianos). Y, además, algunos de los “expertos” se convirtieron en poco más que palmeros entusiastas sin el menor atisbo de vergüenza. Eso no es o no debería ser tan normal. Como la derecha extrema y la extrema derecha atacaban con la cantinela de la “paguita”, los defensores del IMV tenían un buen pretexto para redirigir las atenciones y desviar las críticas que no provenían de la derecha con la consabida música de que “hacen el juego a la derecha”.
La cosa sonaba ya entonces muy débil, muy débil. Extremadamente autojustificativa. Parecía que se veían venir el chaparrón, el fracaso, el horror. La táctica utilizada con los críticos: la más agresiva. Los críticos del IMV que defendíamos la RB éramos calificados con no mucha amabilidad de pretender “saltos revolucionarios” (sic) hacia la RB; de no entender que el “gradualismo” es la quintaesencia del funcionamiento del mundo (aunque en realidad es su pobre concepción del funcionamiento del mundo lo que ellos mismos defendían, pero no se trata ahora de ponernos quisquillosos); de ser terribles esencialistas que no ven más que la RB y cualquier cosa que se aparte de ella es vista como malvada; que calificar de subsidio para pobres al IMV era pura aporofobia (aunque el propio ministro Escrivá hubiera dicho que era un subsidio para extremadamente pobres qué más da). Como argucias retóricas podían tener su efectividad, para mantener a los fieles firmes por un tiempo, quizás también. Que esta argumentación se atuviera a la verdad, a la voluntad sincera de discutir razones, era lo de menos.
Todo ello se acompañaba con la propaganda gloriosa (la hemeroteca no perdona). La de que el IMV era algo así como un avance histórico del Estado de Bienestar, un hito sin parangón, un rien va plus de la innovación del bienestar. Y que era de ciegos no ver un paso de gigante como el que representaba el IMV en la lucha contra la pobreza. Expresiones que a fuer de ampulosas pretendían esconder su ridiculez y banalidad. Solo faltaban majorettes.
Hasta algunos amigos llegaron a decir con la mejor de las voluntades: no hay que enfrentarse al IMV. Ha despertado muchas ilusiones y no hay que descargar la artillería de entrada.
Han pasado ya casi tres meses desde que el IMV está vigente. Nadie, nadie, ni el más ferviente enemigo del IMV y partidario de la RB llegó a imaginar un escenario tan desastroso, que dejaría en lugar modesto a algunos de los cuentos de horror de Stephen King. Pero los del prolífico autor son al fin y al cabo cuentos, el IMV es una cruda realidad. Ahora los defensores del IMV piden tiempo. Con tiempo el IMV funcionará. ¿De verdad se puede defender esta posición ante la situación de necesidad de gran parte de la población? ¿Cuánto tiempo? ¿Un año, dos? Pocas esperanzas se ofrece para las personas que tienen escasos ingresos, si alguno, que son muchas y cada vez son más. Recordemos además que el IMV está dirigido, según el ministro del ramo, a los extremadamente pobres, con lo que los pobres que no lo sean extremadamente ya están por diseño excluidos, el 80%. De entrada.
Vayamos a los hechos. Son conocidos porque han sido denunciados por asociaciones profesionales y sindicatos entre otros. Muy brevemente, para refrescarlos. Datos que ofrece la UGT. 714.000 solicitudes presentadas. Solo se han resuelto 32.629, el 4,57%. Menos de un 5% de resoluciones: a eso se le llama urgencia social. Y de las resoluciones solamente el 12,7% han sido favorables. Es fácil el cálculo: el 0,58% del total presentadas. Poco más de 4.000, ¡de 4.000! De ahí que el secretario general de la UGT declare que el IMV “no lo cobra nadie”. La alternativa de este sindicalista es que se requiere un “sistema más automático” y no con tantos requisitos. Que no concluya con la defensa de la universalidad e incondicionalidad de la RB es pedirle demasiado.
Hay que añadir a esta cifra las 74.000 altas de oficio, antiguas familias perceptoras de la ayuda por hijo o menor a cargo, a las que se les ha otorgado directamente el IMV de manera temporal, pero que deberán presentar igualmente en los próximos meses la solicitud como el resto, si es que quieren seguir cobrándolo, lo que causa pavor por lo que les puede esperar.1 Si se mantiene el ritmo de resoluciones positivas, las 714.000 se quedarán en 91.000 concesiones, que sumadas a las 74.000 altas de oficio (no sabemos cuántas decaerán) harían un total de 165.000 hogares, menos del 20% de los previstos, lo que implicaría alcanzar a uno de cada diez hogares en pobreza extrema o uno de cada veinte en pobreza relativa (con datos de la ECV del 2018). No obstante, faltan datos esenciales para acabar de valorar el desastre: cuántos hogares no han tramitado el IMV porque están intentando tramitarlo presencialmente ante las dificultades de hacerlo digitalmente (no hay ninguna información del tapón y las listas de espera en las oficinas del INSS); y cuántos hogares a los que se le concederá el IMV ya percibían un subsidio autonómico, por lo que su mejora en ingresos será marginal (únicamente la diferencia entre el importe autonómico y el IMV).
Junto a los problemas de diseño de la medida, hay otros de carácter operativo que han resultado demoledores. Así, el decreto del IMV dejaba poco definido el rol de otros operadores necesarios para que el IMV llegara a buen puerto: los servicios de las CCAA (en particular, la relación del IMV con las rentas mínimas existentes en cada comunidad), el papel de los servicios de empleo o de los servicios sociales locales. En estos momentos, todo está por desarrollar. Solamente hay convenios con una comunidad autónoma y con 150 ayuntamientos (en el reino hay más de 8.000). Mientras, el tiempo va pasando y las necesidades de las personas se agravan.
Costes administrativos y de gestión. No sabemos, nadie lo puede saber todavía, pero por su concepción de ultracondicionado, el IMV es un candidato a batir récords de costos administrativos y de gestión. Algún día se sabrán.
¿Qué dicen, cuando lo dicen, los defensores permanentes del IMV y del “avance histórico del Estado de Bienestar” que suponía? Que ya habían “alertado de algunos defectos”, que ya habían asesorado sobre determinadas ineficiencias (o cualquier palabra que se les ocurra al efecto), que ya, que ya, que ya… ¡Qué genios! Si se sabían con antelación algunos de los errores del IMV y aún así se lo calificaba con la memez de “avance histórico del Estado de Bienestar”, parece que algo no funciona de forma decente. Pongamos que el IMV hubiera funcionado (“ya lo había dicho”). Pongamos que no funciona como hasta el más fanático defensor del mismo ya está convencido que ocurre (“yo ya había advertido de algunos defectos”). Una táctica 100% ganadora. Poco interesante intelectual y políticamente, además de completamente vacía de información.
Esta táctica de los defensores del IMV podemos resumirla de forma más general de la siguiente manera. El modelo (es decir, el de subsidios condicionados) es bueno, si falla es por errores que pueden rectificarse. Que vuelve a fallar, rectifiquemos los nuevos errores. Que vuelve a fallar… lo mismo. Sin descanso. En Europa, hay experiencias muy veteranas que están a disposición de cualquiera, y los “errores” son muy parecidos, ¿no debería hacer pensar que el problema es del mismo modelo? Preguntar eso es producto, para alguno de estos fieles del IMV, de lo antigradualistas dogmáticos o ultraizquierdistas (sic) que algunos podemos llegar a ser. Para otras personas más abiertas a entender el mundo, se trata de pura racionalidad.
Uno de nosotros fue invitado a exponer su opinión sobre el IMV y la RB en la llamada “Comisión para la reconstrucción económica y social” el pasado 22 de junio en las Cortes.2 En esta exposición se dijo:
"Siempre que trazamos una línea para dividir a las personas “merecedoras” y “no merecedoras” de los subsidios condicionados como es el caso del Ingreso Mínimo Vital, se pueden cometer dos tipos de errores. El primer tipo de error es el falso positivo que se comete cuando alguien pasa la prueba y no debería haberlo hecho. El segundo tipo de error es el falso negativo que se realiza cuando alguien falla la prueba y debería haberla pasado. Y los dos errores son muy frecuentes. Una persona recibe lo que no merece, según el criterio establecido entre merecedores y no merecedores, mientras que otra persona no recibe lo que merece. El primero no es importante, pero el segundo error tiene muy malas consecuencias para las personas que han quedado excluidas del subsidio condicionado. Dos estudios ofrecen unos datos muy desconsoladores para los subsidios condicionados. El primero, que agrupaba las ayudas condicionadas en 30 países encontró un promedio de error sorprendentemente alto: 50% quedaban excluidos de las ayudas. Otro estudio con 38 programas de ayudas focalizados a la pobreza en 23 países encontró que se excluye entre el 44 y el 97% de las personas a las que supuestamente dichos programas iban destinados a llegar. Así pues, las medidas que no son universales continuamente presentan este tipo de problemas: no cumplen los objetivos que buscan cumplir en un margen de error inusitadamente alto. Algo se está haciendo mal".
Por supuesto que la preocupación de muchos gestores y burócratas políticos es evitar a cualquier precio el primer error: seguro que no ha pasado ni uno. Podemos estar seguros. Costes administrativos y de gestión empleados en buena parte para filtrar posibles “defraudadores”. Aquí se pueden apuntar un gran éxito (sic). Pero el segundo error, el falso negativo, bueno, no queremos encarnizarnos demasiado, pero más que error en el caso del IMV es un desastre por el que deberán (o deberían si todo fuera perfecto) pagar sus responsables. Por justicia e higiene públicas deberían irse. No es, en absoluto, creíble que no supieran ni anticiparan el desastre que iba a suponer la puesta en funcionamiento del IMV. Y, claro está, si lo anticiparon es que son unos impostores. Si no, unos incompetentes.
Debe exigirse responsabilidades, porque hay millones de personas en situación desesperada y porque este desastre ya lo hemos visto en las recientes implantaciones de otras rentas condicionadas mínimas autonómicas. Y un gobierno que no es capaz de remediar una situación socialmente tan crítica para millones de personas, es sencillamente un gobierno inútil para las necesidades urgentes y esenciales de la ciudadanía más vulnerable, un gobierno que no merece el menor crédito. O son unos inútiles soberbios o son un claro ejemplo de estupidez à la Cipolla,3 en ambos casos deberían irse cuanto antes. Aunque es posible que sean las dos cosas: soberbios y estúpidos.
Y consolarse con que la derecha lo hubiera hecho peor, es tremendamente suicida. Mientras, la derecha está contenta, “la paguita” ha cumplido sus expectativas: no generará más vagos a cuenta del Estado, por incomparecencia de este último. Quizás ahora se entiende porqué votaron a favor de la ley o se abstuvieron en su convalidación en el Congreso.
¿La derecha lo hubiera hecho peor? O más tenebrosamente: ¿lo hará peor? Porque el Gobierno actual, si no amplía su base social defendiendo de forma decidida a la inmensa mayoría de la población no rica y se deja encandilar por las “grandes razones técnicas” de la política económica que le pide la patronal y la gran derecha económica, y por las razones de estado que le lleva literalmente a babear con la monarquía corrupta borbónica, con alguna tímida protesta de la parte minoritaria del Gobierno, estará abriendo paso a que el próximo sea de la derecha extrema y la extrema derecha. Si opta por razones del erróneamente llamado “realismo” y/o del “mal menor” por las razones de la patronal y de los grandes poderes del Estado plagado de nostálgicos del franquismo, este gobierno tiene los meses contados. Poco consuelo será entonces decir que la derecha lo hace aún peor.
“Que nadie se quede atrás”, “rescatar a la gente”, ¿en qué está quedando todo eso?4. En fin, las malas noticias no acaban aquí. Aún suponiendo que el IMV se acabara en meses o años implementándose exitosamente (y que llegase a su objetivo, al 20% de los pobres), y creer tal cosa es más propio de la fe que de la razón, son tantos los fallos estructurales y las insuficiencias que tiene como subsidio condicionado en sí, que la esperanza de que acabe con una parte importante de la pobreza (con toda la pobreza el IMV ya ha renunciado y esto hay que reconocérselo) del Reino de España es cero. Necesitamos un reset total o esto se va de las manos, y, ante los que piden tiempo, no, no hay tiempo.
Notas:
1 Aquí, el lector o lectora encontrará un buen resumen de la situación en que actualmente se encuentra la administración del IMV, con el reconocimiento expreso por parte del ministro Escrivá, responsable último de su gestión, que desde su puesta en funcionamiento tan solo han sido revisadas el 20% de las solicitudes. Suena desconsolador, por no usar algún adjetivo más grueso, dada la situación de alarma en que se encuentran un porcentaje elevado de los hogares que deberían recibirlo.
2 La intervención inicial, las preguntas y las opiniones de los grupos parlamentarios y la respuesta posterior están en este video del Congreso: https://www.youtube.com/watch?time_continue=1&v=ibzvfRdCv90&feature=emb_logo
3 Para los que no conozcan la definición de estupidez de Carlo M. Cipolla: son estúpidas aquellas personas que intentan hacer el mal en beneficio propio y acaban perjudicándose a ellas mismas también. Que nadie se rasgue las vestiduras: Nuestra tesis es que los diseñadores del IMV intentando ahorrar el máximo del coste de este subsidio condicionado (y ponerse una medalla de gestores excelsos) decidieron definir “pobre” en función del (escaso) dinero que querían gastarse en los pobres (los pobres no merecen la urgencia de la banca) y diseñaron un sistema kafkiano de solicitudes que, combinado con la escasez de medios y el desconocimiento de la realidad social de la población vulnerable, se les ha ido completamente de las manos. Estupidez extrema à la Cipolla para quien, recordémoslo, el estúpido también es peor que el malvado.
4 En una fecha muy temprana del estado de emergencia, 22 de marzo, los mismos autores de este artículo decíamos: “El gobierno tiene los recursos para una intervención fiscal. Esta pandemia global requiere de una respuesta contundente por las repercusiones que va a tener y con la tecnología actual sería posible inyectar liquidez a la mayoría de domicilios. ¡No perdamos esta oportunidad! No es oportunismo, es cambio de objetivos. ‘Rescatar a la gente’ quiere decir precisamente eso: apostar por la mayoría de la población. Algo que resulta ajeno a aquellos que consideran que la política es solo el arte de lo ‘posible’, entendiendo por lo ‘posible’ aquello que no molesta, ni perturba el normal funcionamiento de los grandes poderes privados”.
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