martes, 15 de enero de 2008

HA SALIDO EL SOL POR LA PARTE DE ANTEQUERA

Los que son buenos españoles, los que acuden a las concentraciones callejeras convocadas por el Partido Popular contra el Gobierno, y cuando se presenta la ocasión le dan unos macizos estacazos con el mástil de una bandera a otro buen español, al sin par ex Ministro Bono; los que también son buenos, pero que no son del Partido Popular; los que de momento son españoles, pero mal avenidos con el Estado Español, como son una parte de los vascos, los catalanes y gallegos, y por último los que sólo somos españoles, ni buenos ni malos, sino todo lo contrario, estamos de suerte: nos ha salido el sol por la parte de Antequera.
Don Manuel Pizarro, hombre nuevo rico donde los haya, se ha metido donde ya estaba: en la política, y ésta novedad que no es ninguna novedad ha supuesto noticia de las gordas en todo el Estado Español.
Don Manuel Pizarro es de la provincia de Teruel, por la que, según dicen algunos, ha hecho la de Dios es Cristo, o sea, que nadie lo sabe a ciencia cierta. Cuestión de fe
Sin embargo, Teruel sigue siendo una de la provincias más pobres de España, con el agravante de que en tierras turolenses se produce parte de la riqueza que ha hecho rico a Don Manuel Pizarro, pero no a Teruel: ENDESA.
En la cosa esa de cómo se hace uno rico mientras los demás se quedan como estaban no se puede entrar, porque es pecado. A un rico no se le puede decir que es un ladrón, porque si se lo dices, por la noche llegan los mengues, te hacen cosquillillas por las uñas de los pies, te despiertas, te entra la risa y luego ya no te puedes dormir. Así, que, no quiero pecar.
Pero claro no pecar, que de momento no quiero, no me obliga a tener que atribuir virtudes y facultades a ningún rico y don Manuel Pizarro lo es. Nuevo rico, pero rico al fin y al cabo.
Que en un tiqui taca de estos que se hacen y que nadie sabe como ha sido y en un plis plas se gana cuatro millones de euros por la compra de unas acciones, no se debe a inteligencia sobrenatural de don Manuel Pizarro, sino a la posición en la que se halla, y que aprovecha para sí.
Y si ENDESA le endosa al señor Pizarro el escopetazo de nueve millones de euros por dejar la Presidencia de la misma, hace un total de TRECE MILLONES de euros lo que ha obtenido, aparte comidas viajes y contra-viajes para terminar dejando la Compañía en manos de capitales extranjeros, pudiendo haberla dejado en Cataluña.
Todo ello no contituye ningún mérito moral para intentar que los turolenses voten al Partido Popular, en cuya lista por Madrid figura como figurón segundo el susodicho don Manuel Pizarro.
¿Saben que les digo? Que yo peco. Y peco de la forma más pecaminosa que hay para pecar: de pensamiento, que de obra ya la hacen los ricos.
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¡LUTO EN ARAGÓN!

Tañan las campanas de la Catedral Metropolitana de Zaragoza, del Pilar, de pena penita pena y, canten sus angelicales voces los Infantitos de la Virgen, a lágrima viva, si fuera posible, la marcha fúnebre que más lloros haga.
A Víctor Fernández, ex entrenador del Real Zaragoza Sociedad Deportiva (lo de deportiva es un decir), por maula, el Consejo de Administración de la Entidad, cuyo mayor accionista es don Agapito, ilustre empresario, lo ha puesto de patitas en la calle por el empate a dos golitos frente al Mallorca.
El tal empate tiene mucha más importancia patriótica de la que uno puede imaginar, porque cuando el Zaragoza gana, la autoestima de los aragoneses se nos sube por las cejas cosa mala, según declaró hace algún tiempo el Presidente del Gobierno Aragonés, don Marcelino Iglesias, que dice él que es socialista (y yo digo que soy Napoleón, pero cuando era cabo).
De manera que como el Zaragoza va mal, yo me siento exhausto de autoestima, y me echo
pal cuerpo unos lloros de aquí te espero que, como Dios no lo remedie, me voy a quedar seco. Vamos, que casco, que no sé si llegaré con la pena que me embarga a concluir este escrito (tañan las campanas, que no cese su tañer, por favor).
Que el Real Zaragoza de don Agapito vaya mal significa, dejémonos de tontadas, que puede llegar a tener menos afición, o sea, una afición menos incondicional, una afición que no se podría utilizar como instrumento de presión contra el Ayuntamiento de Zaragoza, con tanta fuerza y facilidad, como si el Real Zaragoza anduviera por los puestos de arriba en la clasificación, y obtener así un nuevo campo de fútbol, y especular con los terrenos donde se halla el actual, La Romareda , que salen unos pisotes y unos locales comerciales en los terrenos que hoy ocupa que quitan el hipo, de a chiquichentos mil euros por metro cuadrado, por lo menos.
No crean que se chupan el dedo don Agapito, el
propie del Real Zaragoza y el señor Bandrés, que dejó la política del Gobierno de Aragón, donde era Consejero, para meterse a la política de verdad como Presidente del Club, que lo mas redondo y parecido a un balón de fútbol que ha visto es un cajón de cervezas. Se chupan otra cosa.
¡Ánimo, don Agapito, a por los terrenos de La Romareda para especular! ¡Aúpa Bandrés!
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