viernes, 15 de mayo de 2009

UNA BUENA DERECHA ES MANO DE SANTO (DE CUALQUEIR COSILLA TE HACEN UN MILAGRO QUE QUITA EL HIPO)

(Un "buen" tratamiento politico de la derechona española para joder la marrana)

Que Franco era más de derechas que Roberto Alcázar y Pedrín juntos no es secreto para nadie. Pero eso sí, algo simploncillo, aparte de corto de estatura y no muy bien despachado de raciocinio elemental, como Aznar, más o menos, y cada uno en su lugar.
A Franco, angelito mío, algunos nos lo queríamos comer crudo por el premio Nobel de Química que le dieron, ¡como lo están leyendo! De química, si señor. Y, léanlo otra vez por si no lo han entendido bien: Quí-mi-ca.
De un partidillo de futbol de nada que televisaba a la semana; un día enterito al año de tabla gimnástica, también televisado, desde el estadio Santiago Bernabeu, cuatro capotazos aliñados con los desbarajustados y nada toreros de los saltos de rana de El Cordobés, logró el hombre transformar la política en una gran mierda que le hizo acreedor al mencionado premio que ya he reiterado, con la que embadurnaba, según nosotros, la mente de los trabajadores para evitar que estos cayeran en la cuenta de cuales eran sus verdaderos problemas.
Ahora, que Franco anda por la gloria y no con nosotros, estamos en un reino que es democrático social y de derecho, al que más de uno confunde con democracia, porque la democracia no admite calificativos, ni partidos de futbol de tejemaneje, y a poco que tropieces con una piedra te aparecen dos partidos de futbol televisados, y como no destapes la cacerola de la sopa con cuidado, ¡coño, pues que te quedas sin sopa!, que te salen otros tres partidos de futbol televisados, y cuando ya crees que todo ha pasado y te pones la radio…, leña al mono, más futbol, te sale el ¡Holaaaaaaa, holaaaaaaaa! del Castaño ese de los cojones, o el automóvil o el raquetazo, en fin, deporte covertido en el genuino sabor de la política.
Que simple era Franco, dios mío. Eso sí, español como él solo. En la Copa del Generalísimo, la que hoy es la del Rey, que al fin y al cabo Franco lo puso, no dejaba que nadie que no fuera español metiera pie en el campeonato, y por esa razón el Atletic (¡Aupa atletic!) era el que más copas ganaba.
Ni pensar quiero en los sofocos que habría cogido Franco si se llega a enterar de que quienes más copas se llevaban con su nombre eran, precisamente, los que en buen número no se consideraban españoles.
Caramba, carambita, carambé…, ahora que caigo. La Selección Española de Futbol no ha jugado nunca en Bilbao, ni en San Sebastian, ni en Vitoria…, a lo mejor Franco no era tan simple como yo creo y no quería más follones de los que ya tenía y por eso no jugó nunca la Selección Española en tierras vascas.
A ver si ahora va a resultar que Franco era más cuco que la derecha política actual que por una simple tronada de gritos y pitadas en contra del Rey y del himno español en Valencia empieza a decir que ya le están rompiendo España otra vez. Si la última vez que España se rompió fue con el rey de Marruecos con la Marcha Verde y no pasó nada. Es más, el Rey de España en el entierro del Rey de Marruecos que le rompió España, además de sus buenas lágrimas (el Rey lloró), le llamó hermano. La nobleza es la nobleza, y el deporte, antes de transformarse en mierda, es deporte.
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