lunes, 30 de noviembre de 2020

El saqueo de los bienes públicos es robo mondo y lirondo al patrimonio que todos los trabajadores a lo largo de generaciones enteras de trabajadores fueron generando. La Sanidad Pública es uno de ellos, pero solo uno, porque Endesa, Telefónica, Lotería Nacional del Estado, Aparcamientos de aeropuertos y un largo etcétera, incluyendo la banca que fue pública, también fueron patrimonio público en su integridad. Este desvalijamiento a las arcas públicas lo han hecho posible todos los gobiernos habidos y lo sigue fomentando el gobierno actual, de forma escrupulosamente legal, que la legalidad de este tipo de robo no lo discute nadie. Si acaso algo de ilegal, alegal, protubérico legal o cuchi-cuchi legal, pudo haberlo habido en el primer gobierno modélico de Adolfo Suárez, según los papis de la Constitución y algunos más que no fueron padres de Constitución alguna, cuando después de los indultos o amnistías a presos de ETA (entre 1975 y 1977) “El gobierno entregó dos millones de pesetas a cada uno para rehacer sus vidas. Las víctimas se quedaban sin justicia (…) Tanta generosidad debía tener una contrapartida: que no volvieran a matar. Pero fue el sueño de una noche de verano (…), un gran porcentaje de los que se beneficiaron de aquellas medidas de gracia reanudaron su militancia en ETA.” [ ]. Pero los distintos gobiernos que han servido de instrumentos para desvalijar el patrimonio del Estado, esto es, el patrimonio acumulado durante generaciones de trabajadores, no solo instrumentalizaron y continúan instrumentalizando el robo, sino que también aseguraron a futuro a los grandes capitales que el desvalijamiento del que se beneficiaban quedaba asegurado y bien asegurado (con lo que las condiciones de vida a futuro de la inmensa mayoría de la población española también quedaban aseguradas y bien aseguradas) mediante la modificación del artículo 135 de la Constitución Española realizada sin consentimiento expreso de los españoles con el pretexto de la estabilidad financiera (dado que al robo se le puede denominar de diferentes maneras, sin que deje de ser robo, aunque sea legal, de 18 veces y media) con el pacto entre PSOE y PP, en noviembre de 2011, junto al resto de los partidos de centro, medio, centro, centro entero y de derechas representados en el congreso, no participando en aquel acto circense y trágico para la inmensa mayoría de la población española ninguno de los artistas invitados que hoy forman o apoyan el gobierno del mismo PSOE de aquellas fechas, no dejando de ser cierto que estos mismos artistas no participantes entonces hoy están asegurando que el saqueo al patrimonio público se siga produciendo, y que persistirá hasta que los trabajadores abramos los ojos, de lo que no llevamos mucho camino. Pero habrá que seguir insistiendo, que con paciencia y saliva se la metió el elefante a la hormiga.

 

FONDOS BUITRE


Los fondos buitre siguen planeando sobre la pandemia

El desembarco de los fondos de inversión ha dejado infectadas por el “virus de la financiarización” las estructuras sanitarias, de vivienda y dependencia. Esta deriva puede consolidarse con las medidas previstas para el reforzamiento de los servicios públicos en los actuales planes de reconstrucción.

Hospital Infanta Leonor de Vallecas, gestionado por el fondo de inversión holandés DIF

 

Eubilio Rodríguez

Ángel del Castillo

Vicente Losada

Juan Luis Ruiz-Giménez

Activistas de la Plataforma Contra los Fondos Buitre

Elsaltodiario.com

27 NOV 2020

El desembarco de los fondos de inversión especulativos (en adelante fondos buitre) ha dejado infectadas por el “virus de la financiarización” las estructuras sanitarias, de vivienda y dependencia. Consecuencia del proceso de mercantilización por el que las prestaciones de servicios públicos se convierten en negocio para los accionistas de las empresas y los fondos buitre.

Esta deriva puede consolidarse con las medidas previstas para el reforzamiento de los servicios públicos en los actuales planes de reconstrucción.

La Sanidad pública en coma

Las estructuras del Sistema Sanitario Público se habían ido debilitando progresivamente en las últimas décadas como consecuencia de la Ley 15/97 sobre habilitación de nuevas formas de gestión del Sistema Nacional de Salud que propició la entrada de empresas y fondos privados en la gestión de los servicios públicos. Las políticas de austeridad impuestas por la UE como respuesta a la crisis de la deuda de 2008, con la modificación del artículo 135 de la Constitución realizada por el gobierno del PSOE y el PP, conllevó una drástica reducción de los recursos presupuestarios asignados a los servicios públicos.

De los siete hospitales modelo PFI (Private Finance Initiative) existentes en la Comunidad de Madrid, seis ya pertenecen a estos fondos

Cuando surge la pandemia ya existe una importante presencia de fondos buitre en la gestión de la sanidad pública. De los siete hospitales modelo PFI (Private Finance Initiative) existentes en la Comunidad de Madrid, seis ya pertenecen a estos fondos. En concreto, el fondo DIF, LBEIP BV (del grupo Lloyd's Bank), Quaero Capital y, recientemente, Brookfield, tienen el 100% de las acciones de las empresas adjudicatarias en la concesión de los hospitales Puerta de Hierro, Hospital del Tajo, de Arganda, de Coslada, de Parla y el Infanta Leonor de Vallecas.

OSPITAL
(modelo PFI)

EMPRESAS ADJUDICATARIAS

PROPIETARIOS
ACTUALES

AÑOS CONCESIÓN

Hospital del TajoAranjuez

Hispánica
Essentium
Assignia

QUAERO CAPITAL adquiere, en 2017, el accionariado de la empresa concesionaria del Hospital del Tajo.

30 años(hasta 2035)

Hospital del SuresteArganda

FCC
OHL
Bankia

LBEIP BV compra, en 2016, las acciones de FCC y OHL.

LBEIP BV compra, en 2017, las acciones de Globalvia (integrada por Bankia y FCC).

30 años(hasta 2035)

Hospital del HenaresCoslada

Sacyr Vallehermoso
Tesla
Valoriza

LBEIP BV compra, en 2013, el 49% de las acciones de Sacyr.

30 años(hasta 2035)

Hospital Puerta de HierroMajadahonda

Dragados

DIF compra, en 2014, las acciones de Iridium (filial de ACS).

DIF compra, en 2016, las acciones a Sacyr.

En marzo de 2020, el fondo de inversión especulativo canadiense BROOKFIELD adquirió el accionariado del fondo holandés DIF.

30 años(hasta 2035)

Hospital Infanta CristinaParla

Sacyr Vallehermoso
Tesla
Valoriza

LBEIP BV compra, en 2014, el 49% de las acciones de Sacyr.

30 años(hasta 2035)

Hospital Infanta SofíaS.S. de los Reyes

Acciona

30 años(hasta 2035)

Hospital Infanta LeonorVallecas

Begar
Ploder
Cajamar

DIF compra, en 2019, el 61% de las acciones de Pralesa Concesiones.

DIF compra, en 2019, el 39% de las acciones del Grupo Cantoblanco Catering Service SL, Fuensanta, Iniciativa de Infraestructuras y Servicios SL, Caja Rural Intermediterránea (Cajamar), y Vectrinsa Gestión SL.


En la Sanidad privada, un ejemplo paradigmático: el fondo buitre CVC Capital Partners vendió en 2005 la empresa Ibérica de Diagnóstico y Cirugía (IDC) a Capio, multinacional sueca. En 2010, CVC Capital Partners volvió a entrar en el accionariado y la empresa pasó a llamarse IDC Salud. En 2012 el fondo Doughty Hanson promovió la fusión del grupo USP Hospitales con el Grupo Hospitalario Quirón. En 2014, IDC Salud y el Grupo Hospitalario Quirón se fusionaron en Quirónsalud, con CVC Capital Partners como principal accionista. Finalmente, en 2017 Quirónsalud es comprada por el grupo sanitario alemán Fresenius Helios. Con estas operaciones, el fondo CVC Capital Partners obtuvo unas ganancias de 2.600 millones de euros.

A finales de septiembre de 2020 estaban ocupadas por pacientes con covid-19 unas 300 de 6.800 camas privadas, un 4,41%, y unas 25 de 225 camas UCI, un 11,1%.

¿Cómo ha actuado el sector sanitario privado ante la emergencia sanitaria? Según la Alianza de la Sanidad Privada (ASPE), a finales de septiembre de 2020, estaban ocupadas por pacientes con covid-19 unas 300 de 6.800 camas privadas, un 4,41%, y unas 25 de 225 camas UCI, un 11,1%. Estos datos contrastan con las cifras de los hospitales públicos, 28% de camas y 40% camas UCI, según el Ministerio de Sanidad

Y pasan su factura. Según publicaba el 27 de junio Infolibre, los hospitales privados reclaman al Estado 246 millones por el Covid-19. La patronal estima 730 euros por día de hospitalización y 2.304 por día de UCI y pone como ejemplo a imitar el acuerdo con la Generalitat catalana.

Farmacéuticas

Los fondos buitre están también presentes en el accionariado de las grandes empresas farmacéuticas. Por el sistema de patentes, la industria farmacéutica es una de las que obtiene mayores beneficios de todas las empresas en el mundo occidental. Entre nosotros, las grandes fortunas y fondos de inversión controlan las farmacéuticas que cotizan en Bolsa.

Sus intereses no coinciden con los intereses de las mayorías sociales. “El 80% de los fármacos sólo tratan, en vez de curar, ser rentables para la industria”, aseguraba Germán Velásquez, exdirector del Programa Mundial de Medicamentos de la OMS, en el diario Público.

Según publicaba eldiario.es el 25 de mayo una investigación de Global Health Advocates y Corporate Europe Observatory sobre entidades público-privadas de investigación en la UE revela que las farmacéuticas rechazaron investigar en prevención de pandemias como el covid-19 en la entidad mixta de medicamentos de la UE.

El negocio de las residencias de mayores

En 2017, un 75% de plazas residenciales eran privadas y un 25% públicas. En la Comunidad de Madrid un 92% privadas y un 8% públicas. El negocio, que mueve al menos 4.500 millones de euros anuales, está atrayendo a fondos de inversión, aseguradoras, empresas del ladrillo y grandes fortunas, ya que España será en 2040 el país más envejecido de Europa.

Con frecuencia los dueños reales de las residencias se esconden tras tramas societarias que pasan por paraísos fiscales. De las cinco principales compañías, dos tienen como principal accionista a fondos de Jersey (Vitalia Home y Colisée), una a un fondo inglés (DomusVi) y otra a un fondo de pensiones de Canadá (Orpea)

Con frecuencia los dueños reales de las residencias se esconden tras tramas societarias que pasan por paraísos fiscales. De las cinco principales compañías, dos tienen como principal accionista a fondos de Jersey (Vitalia Home y Colisée), una a un fondo inglés (DomusVi) y otra a un fondo de pensiones de Canadá (Orpea).

Es un sector donde la falta de recursos humanos, la precariedad laboral y la insuficiencia de medios sanitarios ha influido trágicamente en el alto número de fallecidos. En la Comunidad de Madrid, nunca se ha rescindido un solo contrato de gestión de residencias con grupos privados. Las irregularidades detectadas han sido castigadas con unas sanciones ridículas.

Los planes de los fondos buitre

Nos encontramos ahora en una etapa de reconstrucción. El Consejo Europeo de Julio 2020 ha dedicado 750.000 millones de euros, de los que 140.000 corresponden a España, como “Fondo de Reconstrucción” para, entre otros objetivos, mejorar las estructuras sanitarias, y parece que en los Presupuestos de 2021 la inversión en Sanidad se incrementará el 151%. La Comisión Europea emitirá deuda pública para poner a disposición de los Estados estos recursos.

Se están produciendo movimientos estratégicos de los fondos de inversión para incrementar su presencia en la sanidad pública y en la sanidad privada

No está claro cómo se va a fortalecer la debilidad estructural de la Sanidad Pública, se están produciendo movimientos estratégicos de los fondos de inversión para incrementar su presencia en la sanidad pública y en la sanidad privada.

Lo vemos en los continuos anuncios en los medios de comunicación sobre los seguros médicos privados. Así como una presión insistente para que, en la sanidad pública, se gestione a través de la fórmula de la colaboración público-privada lo que fortalecerá la presencia de los grupos e inversores más potentes.

La Comunidad de Madrid,se lanza a la construcción de nuevas infraestructuras sanitarias como el Hospital de Pandemias, un macrocomplejo de 45.000 metros cuadrados con 1.000 camas y mientras, hay plantas y camas de hospitales públicos sin utilizar y se sigue desmantelando la atención primaria en los barrios. Las obras se han adjudicado a dedo por la vía de contratos de emergencia a empresas como las constructoras Sacyr, Dragados, San José y Ferrovial.

Sobre las residencias de mayores no se aprecia ninguna voluntad, no ya de recuperar su gestión pública sino ni siquiera de establecer algún tipo efectivo de sanciones ante el desastre que hemos vivido. Por lo que seguiremos dependiendo de una atención a los mayores cuya preocupación primera sea la de generar dividendos a los accionistas de los fondos que gestionan las residencias.

En cuanto a la financiación se recurrirá prioritariamente al endeudamiento. La subida de impuestos en los Presupuestos Generales del Estado para 2021 a las rentas altas y grandes empresas resultará insuficiente. En la Comunidad de Madrid, el gobierno asegura que no va a subir impuestos. De hecho, el pasado 14 de septiembre, durante el debate del estado de la región la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, ha avanzado que el Gobierno regional acometerá a lo largo de esta legislatura una rebaja de medio punto “en todos los tramos” del Impuesto de la Renta para las Personas Físicas (IRPF).

Los fondos buitre, que también invierten en deuda pública, seguirán asegurando su negocio por una doble vía: exigiendo puntualmente el pago de esa deuda y gestionando la prestación de servicios públicos

Para amortizar esta deuda, la UE nos planteará, más pronto o más tarde, nuevos recortes y privatizaciones, más reformas laborales, de las pensiones, etc. Notaremos sus efectos en sanidad y en las condiciones de las residencias de mayores. Los fondos buitre, que también invierten en deuda pública, seguirán asegurando su negocio por una doble vía: exigiendo puntualmente el pago de esa deuda y gestionando la prestación de servicios públicos.

Propuestas para la reconstrucción

Por nuestra parte pensamos que hoy el interés general pide que los derechos sociales, reconocidos en la Constitución como “principios rectores”, se blinden como derechos exigibles ante las Administraciones. Los servicios públicos, adecuadamente gestionados, son el instrumento que tiene el Estado para hacer efectivos esos derechos sociales.

No podemos caer otra vez en las mismas prácticas que han debilitado las estructuras sanitarias públicas. Relatores de la ONU han pedido a los gobiernos que no dejen en manos privadas la sanidad, la vivienda, el agua, la educación… “El coronavirus –denuncian- revela los efectos catastróficos de la privatización de servicios básicos. Necesitamos un cambio de rumbo radical.”, denunciaban en eldiario.es.

Para concretarlo hacemos algunas propuestas:

Con caracter general, la deuda termina siendo una herramienta de sometimiento de los pueblos. Cuando haya que recurrir a algún tipo de endeudamiento, habrá que derogar la reforma del artículo 135 de la Constitución, para que su amortización no se haga a costa de los derechos sociales. Incluso habrá que cuestionar las deudas públicas ilegítimas que han sido contraídas contra los intereses de los pueblos.

Además, habría que impulsar una Ley contra los fondos buitre en relación con la deuda pública y privada que impida operar a estos fondos degradando los derechos sociales básicos.

En cuanto a la financiación de los servicios sociales básicos, se debe garantizar la financiación pública a través de una política fiscal progresiva que garantice los ingresos necesarios para cubrir las necesidades sociales, económicas, de género y ambientales.

El Estado español sigue recaudando 6 puntos menos, en relación con el PIB, que la media de los países de la Eurozona. Corregir este desfase supondría recaudar unos 60.000 millones de euros más al año.

Para contar con recursos tributarios suficientes se hace preciso cumplir el artículo 31 de la Constitución que establece como principio una fiscalidad justa y progresiva. El Estado español sigue recaudando 6 puntos menos, en relación con el PIB, que la media de los países de la Eurozona. Corregir este desfase supondría recaudar unos 60.000 millones de euros más al año. Habrá que derogar normativas que permiten exenciones privilegiadas a las grandes fortunas, entidades financieras, impuesto de sociedades, fondos de inversión, etc.

Además, hay que movilizar nuevos recursos: Impuestos a las transacciones financieras, a las empresas de la economía digital, etc. Por otro lado, la banca privada deberá contribuir, cuando todavía no ha devuelto los 60.000 millones que el Estado le prestó para la crisis de 2008, a pesar de los beneficios que ha obtenido en los últimos años y el reparto de dividendos a sus accionistas.

En sanidad hace falta el apoyo, fortalecimiento y defensa de la sanidad pública en su gestión, universal, sin exclusiones y de calidad. Para ello, hay que derogar de la Ley 15/97 que permite la entrada del sector sanitario privado en la sanidad pública y recuperar todo lo expoliado de la sanidad pública.

Por otro lado, hay que terminar con el monopolio práctico de las empresas farmacéuticas. Se hace necesario contar con una farmacia pública y la anulación de patentes para asegurar el acceso a los medicamentos. Emitir licencias que permitan fabricar genéricos. La mayor parte de la investigación contra el covid-19 es pública: la vacuna debería ser universal.

Se requiere además, prohibir el modelo de colaboración público-privada en sectores clave, entre ellos, la sanidad pública. Y sería necesaria una ley contra los fondos buitre que impida su entrada en la sanidad pública

Se requiere además, prohibir el modelo de colaboración público-privada en sectores clave, entre ellos, la sanidad pública. Y sería necesaria una ley contra los fondos buitre que impida su entrada en la sanidad pública.

En el ámbito de la Unión Europea, hay que poner al Banco Central Europeo (BCE) a disposición de la gente y que este financie, en todos los estados miembro, la lucha contra el covid-19. Es preciso que el BCE financie directamente a los Estados, al mismo coste con que financia a la banca privada.

Además, se hace necesario poner lo público en el centro del modelo económico. Que el estado tenga capacidad de actuación política frente a los mercados especulativos, para garantizar los derechos de la ciudadanía. Sea por la gestión directa de los servicios públicos y los sectores estratégicos de la economía, sea por su regulación efectiva. Los derechos humanos deben prevalecer ante las prácticas depredadoras de un mercado sin contrapeso ni regulación.

En memoria de Juan Luis Ruiz-Giméne

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Feligresía mía, parroquianos, paisanitas, paisinetes y hacia Belén va una burra y demás. En el nombre de esto, lo otro y lo de más allá. Oremos. Francia es un barrio de Bilbao, quiere decirse, así entre nosotros, que si garbanzos se cuecen en Bilbao garbanzos son cocidos en Francia. Pero ay de aquel desgarra mantas que crea que España es Francia. No es por nada, pero lo que yo os diga, aquí en confianza, lo juro por mi padre: que nos vamos a la mierda tan seguro como que mañana será otro día, porque a la mierda nos lleva el modo de producción capitalista, cuyo susodicho, desde 2008 viene demostrando su imposibilidad material de sostenerse en pie, si no logramos los trabajadores (entiéndase trabajadores, por favor) hacer en España muchas fotos como la que se ve a continuación en la Plaza de la República de París, que además (oído cocina, que acabo de decir, además) hay que convertir en fuerza política con el propósito de frenar el robo que las ovejas y ovejos del rebañillo chiquitillo, insignificante, de nuestro Señor El capital, y sus tuerce botas instrumentales nos hacen a los trabajadores. Por el padre, el hijo y el nieto. Daos una palmadita en el hombro y acudid a la próxima manifestación, siempre y cuando esa manifestación no la convoque la derecha en sus distintas versiones y militarotes afines. Así sea. Si así lo hacéis que vuestros hijos y nietos os lo agradezcan, y si no, agarraos que viene curva.

 

Nuevas movilizaciones multitudinarias en Francia contra la violencia policial y la «Ley de seguridad global»

Imagen de la multitudinaria manifestación de París a su paso por la Plaza de la República

Múltiples ciudades francesas albergaron nuevas y masivas protestas este sábado en contra de la nueva ‘ley de seguridad global’, que limita la grabación y difusión de imágenes de las fuerzas policiales.

 Kaos. Internacional 

29 Nov, 2020

En numerosas ciudades francesas se han producido protestas este sábado contra de la nueva ‘ley de seguridad global’, aprobada por la Asamblea Nacional la semana pasada y que limita la grabación y difusión de imágenes de las fuerzas policiales. Varios casos de violencia policial de connotaciones racistas ocurridos durante la última semana han exacerbado el descontento social contra el Gobierno de Emmanuel Macron. La multitudinaria y generalizada jornada de movilizaciones terminó con incidentes en París y otras ciudades.

Estoy en la calle por mi libertad” fue el grito multitudinario de decenas de miles de personas en las calles de las ciudades francesas en contra de la citada ley y de su artículo 24, que limita la filmación de las acciones de las fuerzas policiales, una impunidad que buena parte de la población francesa considera una vulneración de la libertad de prensa e información. Otras consignas coreadas masivamente fueron “¿Quién nos protegerá de la ferocidad del orden?”, «Bajen las armas, bajemos las cámaras”.

La movilización principal se dio en París donde, según cifras del Ministerio del Interior francés, tomaron las calles 46.000 personas, una cifra real considerablemente mayor si tenemos en cuenta la fuente y de enormes proporciones considerando el contexto de pandemia actual. Los manifestantes partieron la Plaza de la República recorriendo el centro de París hasta la Plaza de la Bastilla. Durante la protesta se pudieron ver numerosas banderas sindicales rojas, insignias nacionales tricolores y carteles de elaboración personal en que se denunciaba la violencia policial, por la libertad de prensa  y exigiendo la dimisión del ministro del Interior, Gérald Darmanin.

La multitud parisina fue de composición muy heterogénea, congregando desde periodistas y  estudiantes de periodismo, hasta activistas de izquierda, colectivos de  defensa de los derechos de los migrantes y ciudadanos de diversas tendencias políticas que expresaron su indignación por la creciente ola represiva y policial propiciada por el gobierno de Macron y su mayoría parlamentaria, especialmente desde las protestas de los ‘chalecos amarillos’ que se desató en 2018 contra las medidas económicas neoliberales del gobierno francés.

«Empezamos desmontando los derechos de los trabajadores y ahora atacamos las libertades fundamentales y los fundamentos de nuestra democracia, la libertad de expresión, de información«, denunció durante la marcha en la capital del país, Sophie Misiraca, abogada en derecho social.

En el cierre de la jornada, los antidisturbios utilizaron gases lacrimógenos, cañones de agua y realizaron varias detenciones.  Los choques violentos continuaron en los alrededores de la Plaza de la Bastilla, donde fue incendiada la fachada del Banco Central de Francia.

Otras concurridas manifestaciones tuvieron lugar durante la jornada en ciudades como Burdeos, Estrasburgo, Lille, Lyon, Marsella, Montpellier, Nantes y Rennes. También en algunas de estas ciudades la policía cargó contra los manifestantes.

La importancia de poder filmar a la policía

El sábado anterior una manifestación ya había convocó a varias decenas de miles de personas en todo el país, según cifras oficiales. La oposición a la nueva vuelta de tuerca represiva a los derechos democráticos ha seguido intensificándose como muestra la jornada de movilización masiva y generalizada de este sábado, una ley denunciada tanto por periodistas como defensores de las libertades sociales.

La brutal evacuación nocturna de un campamento de migrantes en París el pasado lunes y la difusión el jueves de un vídeo con imágenes de cuatro policías agrediendo a un productor musical negro aumentaron la indignación popular durante la última semana.

Los activistas contrarios a la nueva normativa señalan que pretende criminalizar a los ciudadanos que filmaron imágenes de violencia policial como las registradas durante el desalojo del campamento o contra el productor afro. Denuncian que el artículo 24 no solamente perjudica a los periodistas y subrayan la importancia de las imágenes como testimonio de la actuación policial en determinadas zonas donde se vive un racismo sistemático.

El Gobierno forzado a rectificar

El llamado a las movilizaciones fue promovido por asociaciones de prensa, sindicatos, organizaciones defensoras de derechos humanos que hicieron público un comunicado conjunto en el que aseguraban, que en caso de aprobarse, Francia se sumaría a la lista de los países que vulneran la libertad de prensa.

Tras hacerse viral el vídeo de la reciente agresión al productor Michel Zecler, hasta el mismo Macron se vio obligado a afirmar que se trataba de una «agresión inaceptable», que eran «imágenes que nos avergüenzan» y que el gobierno debería tomar medidas «para luchar de manera más efectiva contra todas las formas de discriminación».

Ante el descontento generalizado y la movilización social se desató una nueva crisis política en Francia. El gobierno se vio obligado a ceder anunciando una nueva redacción del texto legal por parte de una «comisión independiente» para después, ante la reacción crítica de los parlamentarios que habían aprobado la ley,  asegurarles que tendrían la última palabra sobre el tema.  El principal blanco de todas las críticas ha sido el ministro del Interior, Gérald Darmanin, principal impulsor de la ley. Para ser aprobado definitivamente, el texto deberá ser aprobado por el Senado, que tenía previsto discutirlo en enero.

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domingo, 29 de noviembre de 2020

El peor sordo de todos es el gobierno que no se quiere enterar (¡Ye, yé!) del robo a la sanidad pública por parte de la mercantil del negocio privado de la medicina privadoteta. Pero el segundo peor sordo son los trabajadores que andan por la vida con las orejas gachas en la creencia de que eso de la política consiste únicamente en ir a votar y darle un viva y medio al líder de cuando en cuando

 

La Marea Blanca saldrá de nuevo a las calles mañana (HOY 29) en demanda de una Sanidad Pública de calidad

  • Organizaciones sociales, sindicatos, asociaciones vecinales y ciudadanos y ciudadanas de la Comunidad de Madrid están convocadas a una movilización que comenzó hace más de una década ante el establecimiento de políticas destinadas a privatizar este servicio público fundamental.
  • Denuncian que la estrategia del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en materia sanitaria pone de nuevo en peligro la atención sanitaria pública de los madrileños.


Redacción / Tercerainformación /28.11.2020

Convocada por las principales organizaciones sindicales, CCOO, CGT, UGT, MATS, CSIT y la Asamblea de Trabajadores del SUMMA 112, SUMMA-T, junto a plataformas de defensa de la Sanidad Pública como APSM, MED-SAP, y el movimiento vecinal, la Marea Blanca volverá a recorrer las calles de Madrid mañana en defensa de una Sanidad Pública universal y de calidad.

Las organizaciones convocantes buscan poner nuevamente en el foco la importancia de este servicio público «que vuelve a sufrir los ataques de la política liberalizadora y privatizadora de los gobiernos del Partido Popular». La convocatoria señala de forma directa a la responsabilidad del gobierno autonómico de Isabel Díaz Ayuso, «cuya gestión durante la pandemia está diezmando las plantillas y sometiendo a situaciones extremas a los profesionales tanto en la Atención Primaria como la Especializada y los Servicios de Emergencias SUMMA 112».

Entre las principales reivindicaciones de la movilización, los convocantes exigirán al ejecutivo regional que incremente las plantillas del Servicio Madrileño de Salud, refuerce la Atención Primaria, deje de propiciar «pelotazos urbanísticos con fondos públicos» y que abra las camas y los espacios que aún no están acondicionados.

«En definitiva, que apueste por lo público y que no derroche los fondos europeos para luchar contra la pandemia en beneficiar a los intereses privados y en dejar en la UVI a la Sanidad Pública, a sus profesionales y consecuentemente a los madrileños y madrileñas», señalan.

De cara a garantizar las medidas de seguridad sanitarias, la convocatoria solicita a los asistentes que acudan con un paraguas que facilitará manterner las distancias de seguridad, amén de las ya conocidas instrucciones como mantener la distancia de seguridad y el uso de mascarilla.

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Sin un sistema político moribundo y podrido de cabo a rabo, sin unos políticos corruptos, sin una sindical de la Bartola y vendida al capital y sin los gobiernos cómplices, sería imposible que la mercantil privada de la medicina robara los recursos públicos de la misma que necesitan los trabajadores en condiciones normales y que se hace más necesaria todavía en tiempos de pandemia.

 

Roban la Sanidad con nuestras palabras

"Somos activistas sanitarios". Anuncio DKV Seguros Salud

Clara Valverde Gefaell 

KAOSENLARED

28 Nov, 2020

Ya sabemos, y está bien documentado, que desde hace muchos años, el sector privado ha ido robando servicios y fondos a la sanidad pública con la ayuda de los políticos (Martínez, A., et al, «Cómo comercian con tu salud», Icaria Editorial 2014).

Antes de la pandemia, el sistema sanitario ya estaba al límite debido a los recortes y externalizaciónes.

Durante el principio de la pandemia, el sistema sanitario se desbordó. Eso era obvio en los «triajes» en los que se excluyó a los ancianos y a los que tenían «condiciones previas», de los servicios hospitalarios, no dando servicios  a los enfermos de cáncer, ni a los que necesitaban cirugía «no urgente» (quién y cómo decide qué no es urgente?), y reduciendo o cerrando la Atención Primaria.

En todas las etapas de esta pandemia se van perdiendo profesional por muertes de Covid, por bajas por Covid, y por los que se van a otros países buscando contratos más dignos que los de España.

Todas estas maneras de debilitar la sanidad y hacer que los pacientes se vayan a la privada, dique durante la pandemia. Esperábamos que los que gobiernan hubieran escuchado a los profesionales sanitarios y aumentado el número de facultativos, rastreadores, de recursos para Primaria, etc.

Pero no solo no lo han hecho, sino que están haciendo alianzas con las aseguradoras, servicios sanitarios privados y farmacéuticas para beneficiarse de la pandemia y para «intentar cambiar la percepción que pueda tener la sociedad de la sanidad privada (IDIS 2020) y para privatizar la pública a un nivel que la privada no había hablado hasta ahora (Rodríguez, C., «Un acto de la farmacéutica Roche con el Ministro Illa para trazar las líneas de la sanidad», el salto.com, 9 de octubre 2020). Todo esto lo están haciendo de forma callada, y cuando algo se hace público, se utiliza un lenguaje como si fueran activistas del 15M.

Palabras

En la privatización, el silencio sobre la realidad está lleno de palabras de nuestras protestas. La reciente campaña del seguro de salud de DKV lleva como título: «Somos activistas de la salud». Y sigue: «Creemos que un mundo mejor u más saludable es posible. Muchos ya están actuando (imagen de una mujer joven con un megáfono y otra imagen de un joven pegando carteles en una calle en una pared)…Queremos más que medicina …más compromiso, menos  bla bla bla…menos humos …más pedales…más amor, más gente positiva, eres de los nuestros? DKV» (https://dkvsalud.com/activistas-salud).

Los documentos de DKV justifican así este tipo de campaña: «El activismo de DKV se transmite a través de nuevos spots…como guijo a la apuesta de DKV por la salud» (dkvsalud.com).

Hay compañías que ayudan a las aseguradoras de salud a desarrollar publicidad como kanili.com: «Marketing para los seguros de salud basado en las emociones…las emociones positivas están mucho más vinculadas al hecho de tener un seguro privado». Para llegar a estas conclusiones, se han hecho «entrevistas en profundidad, monitorizando reacciones inconscientes con tecnologías de neuromarketing». Los entrevistados ya tenían seguros de Adelsas, DKV, Axa, Mapfre, FIATC, Sanitas y cuatro compañías más. Estos estudios están desarrollados por EMO Insights International.

Se pueden buscar documentos y webs de las aseguradoras y encontrar esa manipulación emocional: «ASISA ha lanzado una nueva campaña comercial para ofrecer a los clientes su Plan Tranquilidad Garantizada…en un momento de gran incertidumbre generada por la pandemia del coronavirus» («ASISA lanza su Plan de Tranquilidad Garantizada» la publicidad.net).

Quién decide el futuro de nuestra sanidad?

Uno diría que los gobiernos central y los autonomías. Pero la realidad es otra. El sector privado, con el apoyo del Ministro de Sanidad, Salvador Illa, se han reunido (en la sede de la farmacéutica Roche) en octubre 2020 según el informe de IDIS, «El futuro del sector salud». (8 de octubre del 2020). La Fundación IDIS es el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad que aglutina nueve compañías privadas de atención médica.

En esa reunión habían numerosas farmacéuticas y aseguradoras, y el Ministro Illa no tuvo ningún rol relevante excepto para alabar la colaboración pública-privada (Rodríguez, C., Ibid).

En esa reunión se habló de «repasar la sanidad española: una nueva sanidad para una nueva normalidad», la cual incluye «la medicina personalizada… utilizando los datos que ya tienen en la sanidad pública» y utilizar la crisis sanitaria que vivimos para que las farmacéuticas impongan sus tratamientos.

La idea principal de IDIS y del resto del sector privado es legitimar la idea de la «colaboración» entre lo público y lo privado. Pero no decidido por el sector público (gobiernos, profesionales sanitarios, asociaciones de ciudadanos) si no por la privada que ya lleva tiempo definiendo la sanidad pública.

Deben haber llegado a los oídos de los directivos de IDIS las demandas por una sanidad 100% pública y universal porque acaban de sacar un manifiesto (La Razón 18 de octubre del 2020) «por una mejor sanidad. Marta Villanueva, directora general de IDIS, habla de ese «manifiesto de la nueva estrategia» en la que se oye la defensa de la sanidad privada: «…las necesidades de inversión creciente en innovación…El uso de todos los recursos disponibles, con independencia de su titularidad pública o privada». Y nos aseguran que la privada descarga de «presión financiera y asistencial al sistema a través de la promoción del seguro (privado) de salud» e insisten que «el interés del ciudadano está en disponer de la mejor sanidad con independencia de la titularidad».

En toda la publicidad que lanza la privada, se habla mucho de digitalizar la sanidad y de imponer la atención telefónica en vez de la presencial. La aseguradora Adelsas apuesta por una medicina digital que tiene acceso a la información de cada paciente y de «trabajar juntos sin barreras».

El sector privado no habla dela situación caótica que 40 años de locura neoliberal han producido, sino de una sanidad centrada en la privada. Y lo interesante es que no solo las aseguradoras y farmacéuticas se están beneficiando de caos producido por la pandemia. En los EEUU, lo que más se ha vendido hasta ahora en la pandemia, son las armas de fuego, unos 300 millones (Franco Bernardo «Bifo», el salto.com, 22 de octubre del 2020).

Toda esta invasión que hace la privada, que está aumentando en la pandemia, está bajo las ideas de personajes como Juan Abarca, el presidente de IDIS que dice que «la lección más importante que se puede sacar de la pandemia del coronavirus es la necesidad de hacer innovación en el sistema de gestión sanitaria». Nada de aumentar el personal sanitario ni el material necesario. No. Lo que gente como Humberto Arnés dice es que hay que «mejorar la coordinación, el conocimiento y la corresponsabilidad» (FundacionIDIS.com). Y Margarita Alfonsel de la Fundación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) y otros empresarios de la sanidad privada, llenan sus discursos con palabras para despistar con palabras como «cooperación, colaboración, compartir, consenso, empatía y aprendizaje del Covid».

Y Alfonsel avisa que las compañías privadas hablan de la importancia de hacer monitorización que ellos llaman «Biohaking inteligente» para apoyar la telemedicina para para «descongestionar con fuerza las salas de espera de Atención Primaria con aplicaciones como ‘Playback Health’ y ‘Uberhealth’. Y los hospitales verlos como fábricas». Pero para eso hay que «intentar cambiar la percepción que pueda tener la sociedad de la sanidad privada».

Ante todo esto, vamos a quedarnos callados, sin palabras, o vamos a denunciar el robo aumentado de lo que queda de nuestra sanidad pública durante esta pandemia?

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sábado, 28 de noviembre de 2020

Hay dos lógicas. Y tanto si nos ponemos farrucos como si nos desfarrucamos en un momento dado por h a por b siguen siendo dos lógicas. Que yo no lo entiendo, es igual, dos lógicas, que lo entiendo, da lo mismo, dos lógicas. Una es la lógica del capital y la otra es la lógica del trabajo, siendo la dominante por goleada protuberante ya antes del descanso del partido la lógica del capital. Aun siendo dominante la lógica del capital necesitan a sus mercachifles de la intelectualidad (prensa, radio y televisión, además de las escuelas y universidades) para hacer creer a los trabajadores que los elefantes no es que vuelen, que vuelan, sino que a partir de ahora su vuelo será por parejas enganchados democráticamente por la trompa y acompasando a la melodía de dame la manita PP Luis, y si no hay ningún Luis, que sea el PSOE, Podemos, Izquierda Unida o cualquier otro, pero tú que me des la manita Pepeluis, y que no te lo tenga que repetir, porque como me hagas repetirlo te voy a cobrar el 3% adicional por rojo, dado que metértela doblada como hasta ahora ya no mola te la voy a meter en lo sucesivo enlazada, con un lazo previo que me hago que resulta una monería de lazo. Ya verá como te va a gustar.

 

La tercera vía está de vuelta: el papel de los intelectuales sistémicos

 Manolo Monereo

El Viejo Topo

27.11.2020


¿Ha perdido Sanders? Muchos se preguntarán a qué viene esto, ya que el conocido político demócrata norteamericano perdió hace tiempo frente a Biden y ahora solo se presentaba como senador. Me estoy refiriendo a otra cosa, a lo que podríamos llamar las múltiples consecuencias que va a tener la victoria de Biden. Hay un dato que empieza a aparecer en letra pequeña, como comentario en el marco de un debate más general: Sanders nunca hubiese ganado a Trump; para vencer a los populismos de derechas hace falta hacerlo desde la moderación y el centro-izquierda, el extremo centro que diría Tarik Alí.

Cuando cambia la administración norteamericana -es el Imperio- muchas cosas cambian en su mundo del que, de una u otra forma, formamos parte. Todos quieren ser vencedores, hacer méritos y apostar al futuro. Asombra la ingenuidad de una parte significativa de la izquierda que hace suyo el triunfo de Biden, que alaba la consistencia de la “democracia americana” y sueña con un mundo mejor. Trump es muy de derechas, la mayoría de las veces brutal, y conseguía como nadie hacerse antipático; no podía disimular su autoritarismo mezclado con supremacismo racial y un nítido desprecio por los sectores populares. Aun así, casi la mitad del pueblo norteamericano votó por él. Solo la Covid-19 lo pudo vencer. Tendríamos que explicar las raíces de un fenómeno que ya estaba en la sociedad norteamericana y que ahora ha ganado coherencia y fuerza.

Los EEUU vuelven y pasan a la ofensiva. Esa podía ser la consigna del momento. Muchos llevaban años esperándolo: vuelven los nuestros. Se ve con claridad que ha sido el trumpismo, una forma de repliegue ante un cambio geopolítico de grandes dimensiones. El presidente derrotado puso de manifiesto lo que todos sabían, que la hegemonía norteamericana en el mundo estaba en cuestión y que aparecía con mucha fuerza una potencia que los desafiaba. Los EEUU llegarán hasta el final para impedirlo, hasta el final y sin escatimar medios. Los europeos no están en capacidad para entender eso. Lucha por el poder puro y duro. Borrell quiere que aprendamos a pensar geopolíticamente, no será fácil. La diplomacia “a martillazos” de Trump dejaba claro que EEUU no estaba para juegos florales y que la amenaza era existencial. La prioridad era el hemisferio oriental y allí iba a concentrar todas sus fuerzas. A los aliados europeos les señalaba tareas: ocuparse del frente ruso, incrementar sus presupuestos militares y contribuir enérgicamente a la contención de China. La OTAN valía si cumplía estas misiones y mostró hasta la saciedad que no iba a perder mucho tiempo en convencerlos.

Tengo la seguridad de que los rasgos básicos de la política internacional del Trump serán seguidos por Biden. Cambiarán muchas cosas, pero no lo sustancial. Lo primero será una nueva estrategia. Los demócratas son especialistas en combinar poder duro y poder blando con mucha sofisticación; usan los medios de comunicación con pericia y confían que su modelo de vida siga siendo su mejor tarjeta de visita. Saben que no pueden ganar solos a una China en alianza con Rusia; es decir, necesitan construir un bloque trilateral que los aísle, los contenga y los sitúen a la defensiva. Una de las claves será la lucha cultural, los dispositivos discursivos y la industria de la comunicación en un sentido amplio. Los intelectuales volverán a cumplir misiones de importancia, legitimando las nuevas directrices de los poderes fuertes y combatiendo las ideas nocivas, todo lo que tenga que ver con el socialismo y que cuestionen el orden capitalista, púdicamente denominado “Orden internacional liberal”.

Las relaciones internacionales tienen estas cosas desagradables. La lucha por el poder, pido disculpas, es permanente, no descansa y llegará hasta la guerra; sí, la guerra. La derecha demócrata, que es la que ha ganado, no se debe olvidar, lo hará con oficio y de oficio. Saben de qué va esto. Se preparan para un periodo largo de acumulación de fuerzas, de desgate planificado e de complicidades múltiples, sumando aliados y disputando todos los espacios posibles. Lo hicieron una vez y lo volverán a hacer. Su estrategia será compleja y no tendrán demasiados problemas para intervenir en frentes ambiguos o impresentables. Usarán todos los medios, todos los instrumentos legales o paralegales; económicos o financieros, guerras hibridas o convencionales, inteligencia artificial y manejo fino del ciberespacio. O sea, una estrategia prolongada, sistemática e integral.

Los dispositivos hegemónicos serán muy importantes y los intelectuales sistémicos pieza clave. Los intelectuales orgánicos, tal como los hemos conocido, son cosas del pasado. Sus funciones se han socializado y degradado. El mundo del capitalismo financiero concede poco a la política y prefiere a gestores de imagen y potentes aparatos de comunicación. Los tiempos están cambiando y lo harán más, mucho más y rápidamente. La figura que emerge es el intelectual sistémico. Su papel es definir lo políticamente correcto; lo que se puede debatir y lo que no; sacar de la esfera pública los intelectuales críticos, condenarlos al ostracismo y vetar su presencia en los medios. Sus instrumentos son emitir discursos disciplinarios, criminalizar al disidente y etiquetarlos. Ellos son los operadores del discurso, los funcionarios de un poder que quiere construir marcos cognitivos e imaginarios sociales renovados para una conflagración global que quiere volver a un nuevo bipolarismo, al enfrentamiento existencial entre un Occidente bajo hegemonía de EEUU y un Oriente con su centro en China. Los primeros, liberales, partidarios del multilateralismo y libre comercio, comprometidos con los derechos humanos; los segundos autoritarios, nacionalistas, con capitalismos fuertemente intervenidos y corruptos, con valores culturales incompatible con las libertades individuales. No será fácil. El 15 de noviembre China y 14 países han firmado la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) un Tratado que crea una zona de libre comercio en la región de Asia-Pacífico. Se lo ha calificado de histórico; algo de eso hay. Abarca a un tercio del PIB y de la población mundial. Lo singular: no están los EEUU y lo han suscrito Australia, Corea del Sur y Japón, tres aliados clave de la gran potencia norteamericana.

La “depuración” de Jeremy Corbyn, nada más y nada menos que por antisemitismo, no es un acto singular y define una estrategia. El laborismo vuelve a la tercera vía y lo hace de la manera más radical posible, criminalizando a su antiguo secretario general y poniendo a la izquierda del partido a los pies de los caballos del sistema. Imagino que Corbyn se dará ahora cuenta que su dependencia de la derecha del partido ha sido nefasta y que no tener una postura clara sobre la UE, no solo le impidió ganar a Johnson, sino que, y es lo peor, hizo imposible la renovación y democratización del partido. Starmer, el nuevo secretario del Partido Laborista, anticipa un movimiento que será bastante común muy pronto, a saber, forjar una sólida alianza entre el gobierno demócrata estadounidense y lo que queda de la socialdemocracia europea. No es nuevo, lo fue con Clinton y, en parte, con Obama y ahora es mucho más necesario. Reforzar el vínculo transatlántico implica también una alianza de los social liberales, la renovación en clave post material de su ideario, apertura a Los Verdes y, en general, a las fuerzas centristas en un sentido amplio.

El retorno de la “tercera vía” pone fin a los minoritarios intentos de una salida por la izquierda de la crisis de la socialdemocracia y es funcional al tipo de integración europea dominante. Tampoco esto es nuevo. La tercera vía fue un intento más de “norteamericanización” de la vida pública europea, de poner fin a su identidad de postguerra; es decir, una democracia basada en el conflicto de clases, el constitucionalismo social y el control político del mercado. El sueño de las élites europeas sería traducir el sistema político americano a una Unión Europea en crisis, necesitada más que nunca de ideas y proyectos. Más Europa, profundizar en este tipo de integración europea, significará romper el nexo fundante entre soberanía popular y autogobierno de las poblaciones; entre libertades individuales y derechos sociales. Por vía de los hechos, a espaldas de los pueblos, se transita hacia democracias plutocráticas, limitadas y crecientemente autoritarias; la independencia nacional es devaluada hasta hacerla irreconocible y se acepta como inevitable la sumisión a un orden imperialista.

Los intelectuales sistémicos tienen una prodigiosa capacidad para adelantarse a los que mandan, buscar nuevas agendas e identificar a los enemigos. Su habilidad para integrar es inmensa; su especialidad es sumar a cuadros de la izquierda “mala”, combinando a la perfección el halago y el reconocimiento. El primer paso es siempre el mismo: acceso a los medios, salidas profesionales adecuadas y enganche a instituciones donde se reparten privilegios y prestigio. Lo sustantivo es el poder del poder, es decir, capacidad para definir y etiquetar normativamente a los demás. Detectan con finura los críticos integrables de aquellos que no se plegarán al poder; toman nota y archivan la información.

Refundar el vínculo euroatlántico y construir con solidez alianza con la nueva clase gobernante norteamericana va a exigir mucho trabajo, dedicación y hacer fuertes a unas élites que necesitan de nuevos relatos, nuevos imaginarios e ideas fuerza solventes. Pedro Sánchez se ha adelantado de nuevo -Iván Redondo siente crecer la hierba- y propone una alianza estratégica con los EEUU, más allá de Alemania y Francia. Temo, que pronto, muy pronto, los ministros de Unidas Podemos que con tanta ilusión han recibido a Biden, se darán cuenta que la nueva Administración del amigo norteamericano será un político internacional más intervencionista, más dura que Trump en áreas decisivas y mucho más beligerante en los alineamientos políticos.

Artículo publicado originalmente en Cuarto Poder.

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