sábado, 6 de julio de 2019

EL PENSAR, SER O NO SER, HE AHÍ QUÉ...?

 
Ciencia
 
¿Es inteligente la inteligencia artificial?
 
 
Hubert Krivine  
Vientosur
 05/07/2019
 
El ámbito de la inteligencia artificial (IA) es un poco como el Universo: se halla en expansión acelerada y llena de agujeros negros… La IA es una disciplina totalmente nueva, como lo fue en su tiempo la imprenta a mediados del siglo XV. ¿Quién habría podido anticipar entonces que su desarrollo iría mucho más allá de su propósito inicial, a saber, la propagación de las sagradas escrituras? Más recientemente, ¿quién habría podido imaginar las consecuencias de internet, creada originalmente para facilitar los intercambios entre físicos de laboratorios alejados entre sí? Por consiguiente, hay que ser extremadamente prudentes con respecto a las potencialidades de la IA, sobre todo porque, a diferencia de esas dos innovaciones, no se sabe por qué funciona tan bien. Al fin y al cabo, el nombre es jactancioso: la inteligencia artificial no es a la inteligencia humana lo que la insulina artificial es a la insulina animal, es decir –potencialmente al menos–, lo mismo pero mejor.

No pretendemos hablar aquí de los éxitos y los peligros de la IA en todos los terrenos, sino fundamentalmente de lo que nos parecen ser sus limitaciones actuales. Es evidente que ignoramos lo que vaya a suceder en los próximos siglos.

Comprender para prever

La humanidad tiene desde siempre la necesidad de prever. Lo ha hecho a través de la magia (auspicios, augurios y otras pitias) o bien mediante la observación de correlaciones regulares. Se trataba de la previsión del movimiento de los astros, de las mareas, de la acción medicamentosa de determinadas plantas, de las propiedades de las aleaciones metálicas, de las ventajas del cruce de plantas y de animales, etc. De ahí la importancia de la tradición en las sociedades primitivas.

En el Renacimiento surgió la idea de que existen leyes impersonales y universales que gobiernan el mundo y que la tarea de los sabios es descubrirlas. Galileo, quien afirmaba que el “libro del Universo está escrito en lengua matemática”, es su precursor más famoso. Claro que Dios no es abandonado, digamos más bien que relegado. Estas leyes no solo explicarán los fenómenos observados, sino que también preverán otros nuevos. La teoría de la gravitación de Newton es emblemática: non solo dio cuenta con precisión del movimiento elíptico de los planetas, sino que además previó el retorno del cometa Halley, el valor del ensanchamiento de la Tierra en el ecuador y un siglo y medio después el descubrimiento de Neptuno gracias a los cálculos de Le Verrier. Las ondas de radio se descubrirán veinte años después de que hubieran sido previstas por las ecuaciones de Maxwell. La teoría general de la relatividad no se basó en la observación de que la presencia de masas desvía la trayectoria de la luz, sino, por el contrario, previó esta (minúscula) desviación, que Eddington medirá efectivamente cuatro años más tarde. Podríamos multiplicar las previsiones de fenómenos inéditos, en el sentido literal del término, causados por el conocimiento de estas leyes.

Por desgracia, esta vía luminosa de entendimiento, que podríamos resumir en comprender para prever, acabará oscureciéndose por (al menos) dos razones:

1- Aunque se conozcan las leyes de un fenómeno, estas pueden ser tan numerosas y/o complicadas e intrincadas que su aplicación resulte prácticamente imposible. Entonces hay que recurrir a leyes estadísticas, que solo preverán medias.

2- Puede ocurrir que una sola ley simple y bien conocida gobierne un fenómeno y que a pesar de ello seamos incapaces de anticipar más allá de cierto horizonte de tiempo. Esto es lo que se denomina caos determinista. Determinista porque hay una ley, caos porque a pesar de ello no se puede concluir nada para dentro de cierto plazo. Se debe al hecho de que pequeñísimas variaciones de las condiciones iniciales o del entorno pueden generar una divergencia exponencial de las soluciones. Muchos fenómenos conocen este caos: las trayectorias de las moléculas de un gas, el desarrollo de especies en competición, la meteorología, el movimiento de los planetas del sistema solar. Por supuesto, este horizonte de impredecibilidad depende del sistema, puede variar de la millonésima de segundo en el primer ejemplo a los miles de millones de años en el último.

El caos determinista –bello oxímoron– no pone en duda la causalidad, sino que interroga, inclusive en las llamadas ciencias duras, nuestra capacidad de evidenciarla. La conclusión general es que la comprensión –e incluso el conocimiento de la ley cuando se conoce– no permite necesariamente prever.

Prever sin comprender (¿el retorno?)

Nuestros ancestros, sobre la base de miles (¿millones?) de observaciones, conseguían extraer algunas lecciones. Pero ahora disponemos de infinitivamente más datos (en cifras, imágenes, sonidos, vídeos); son los datos masivos (big data). Se trata de cantidades inimaginables: por ejemplo, cada día se generan ¡2,5 trillones (2.500.000.000.000.000.000) de octetos! 1/. Añadamos que la acumulación de informaciones es tal que el 90 % de los datos en el mundo se han creado en el transcurso de tan solo los dos últimos años. Es imposible que estas inmensas bases de datos sean leídas directamente por personas. Deben ser almacenadas inteligentemente y después analizadas por la máquina. Este es uno de los objetos de la mal llamada inteligencia artificial.

Muy esquemáticamente, la IA moderna se caracteriza por el aprendizaje máquina, es decir, la máquina, instruida por una base de datos, extrapola a partir de la información que tiene sobre datos nuevos. Estos datos de aprendizaje pueden suministrársele etiquetados, es decir, por ejemplo, en forma de miles de caracteres manuscritos previamente catalogados como a, b, c… z o millones de imágenes de animales catalogados como gatos, perros, tigres, etc. Este es el aprendizaje supervisado. Incluso se puede no etiquetar a priori las imágenes, que la máquina se las arreglará para realizar reagrupamientos ad hoc y crear así nuevas categorías; este es el aprendizaje no supervisado, más selectivo en recursos, pero más fácil de aplicar (no hace falta etiquetar, que es un proceso largo y complejo). En fin, la máquina misma puede procurarse los datos de aprendizaje, que comprobará in situ proponiéndose experiencias; es el aprendizaje por refuerzo. Un poco como un niño que habla sin conocer la gramática. Con este último modo de aprendizaje funcionó la máquina AlphaZero, que derrotó al campeón del mundo del juego de go, Ke Jie, en mayo de 2017 2/. En tres días jugó millones de partidas contra sí misma y en cierto modo comprendió cómo jugar. Las cursivas son importantes: puede que ella lo haya comprendido, ¡pero nosotros no! Nadie sabe explicar el camino que ha seguido para obtener esta victoria.

Pero ¿sirve de algo comprender o todavía necesitamos demostraciones?

A diferencia del espíritu humano, la máquina que utiliza las redes neuronales artificiales carece de un instrumento para distinguir las correlaciones causales de las no causales; y, a fortiori, no da explicaciones. Pero, ¿es eso tan grave? Después de todo, con una base de datos extremadamente limitada y sin teoría real, la humanidad del homo sapiens se desarrolló muy bien durante más de 150.000 años. ¿No cabría pensar con mayor razón que, con la gigantesca base moderna de datos masivos correctamente explotada, podrá continuar igual o incluso infinitamente mejor que antes? De todas maneras, incluso las correlaciones no causales pueden ser predictivas: no es la caída del barómetro la que causa la tormenta.

Cito la posición extremista y sin embargo popular de un Chris Anderson. El título de su célebre artículo 3/ es elocuente: La fin de la théorie : le déluge de données rend la méthode scientifique obsolète (El fin de la teoría: el diluvio de datos vuelve obsoleto el método científico). Allí podemos leer esto: “Con datos suficientes, los números hablan por sí mismos”, y más adelante: “la correlación suplanta la causalidad, y la ciencia puede avanzar incluso sin un modelo coherente, sin teoría unificada e incluso sin ninguna explicación mecanicista.” Para él, la idea es que todos los modelos son falsos y a menudo están contaminados de ideas preconcebidas, mientras que las bases de datos, a condición de que sean suficientemente gigantescas, no pueden mentir.

¿Cabe pensar que Deng Xiaoping ya anticipó en 1960 esta filosofía cuando afirmó eso de que “poco importa que un gato sea blanco o negro, si caza ratones, es un buen gato”? Se trataba de introducir más pragmatismo (en el sentido de más mercado) en la economía, sin prestar atención a las objeciones teóricas que pudieran oponerse.

Hay quien es menos extremista en el abandono de la teoría4/: “La ciencia vive así una revolución epistemológica con la aplicación desde hace tan solo una decena de años de un ‘cuarto paradigma’ del descubrimiento científico, a partir del análisis y de la explotación intensiva de los datos, sin necesidad a priori de un modelo que describa la realidad. Esta revolución afecta a todos los sectores científicos, sobre todo a los ámbitos de la biología-salud y las ciencias humanas y sociales.

No hay inteligencia, solo hay pruebas de inteligencia

¿Cómo definir la inteligencia de la máquina sin haber definido la de los humanos? 5/ Turing 6/ escamotea hábilmente esta cuestión proponiendo tan solo compararlas mediante una prueba. Un experimentador conversa a través de un teclado (u hoy incluso de viva voz) con un interlocutor oculto. Si el hombre es la mayoría de las veces incapaz de saber si ha conversado con una máquina o no, se dirá que la máquina ha superado la prueba de Turing. Claro que la duración de la prueba es importante y hasta hoy ninguna máquina lo ha conseguido dentro de un tiempo razonable. A pesar (¿o tal vez a causa?) de su gran simplicidad, determinados especialistas de IA consideran que el test de Turing es poco interesante. Por lo demás, se puede pensar que las máquinas lograrían superar el test de Turing si no comportara más que pruebas convencionales del tipo de las que se utilizan para determinar el cociente intelectual de los individuos.

La inteligencia de la IA procede básicamente por inducción. Esto quiere decir que la máquina solo puede prever sobre la base (gigantesca, sin duda) de lo ya conocido o sucedido. Caricaturizando un poco, para la máquina lo que sucederá ya ha sucedido o está a punto de suceder, pero sin los datos masivos, los humanos nunca lo habríamos adivinado. Salvo que en situaciones políticas, financieras y económicas inéditas, las previsiones de los datos masivos fracasan. Véanse por ejemplo las previsiones de la crisis de las hipotecas basura que partió de EE UU en 2007. Nate Silver7/ demuestra cómo la singularidad absoluta del cuadro económico de EE UU en aquella época hacía que toda extrapolación resultara inoperante.

En el fondo, el razonamiento por inducción supone que cuando un acontecimiento se repite n veces, se repetirá una (n + 1)-ésima vez, y esto con tanta más seguridad, cuanto mayor sea n; pero en esto no se tienen en cuenta las condiciones, eventualmente cambiantes, que han permitido esta continuidad; hace falta una hipótesis implícita de uniformidad. Con esta hipótesis, ¡ni tú ni tus padres morirán jamás! (Porque si constatas que han vivido todos los días sin interrupción desde hace 25.000 jornadas, seguirán viviendo el día siguiente.) El razonamiento por inducción, corriente en la vida cotidiana, puede por tanto sugerir una hipótesis, pero en ningún caso la demuestra.

No existen los datos brutos

No hay datos inocentes; la noción de datos brutos es un oxímoron, como ha escrito con toda la razón la historiadora de medios norteamericana Lisa Gitelman. Los datos son producciones humanas que pueden estar social o técnicamente sesgadas, no necesariamente de manera voluntaria. Se toman y se mezclan los datos allí donde uno los encuentra, como un borracho que busca la llave que ha perdido tan solo donde llega la luz de la farola. Son numerosos los ejemplos del peligro de analizar los datos brutos sin reflexionar sobre su producción y cuyo aumento de volumen no reducirá su sentido falseado. De hecho, la IA no hace más que multiplicar los peligros de sesgo inherentes a todos los análisis clásicos.

¿Se puede digitalizar el Universo?

El ser humano interactúa –al menos potencialmente- con toda la Naturaleza (¡que no es poco!), no la máquina, que no conoce de ella más que una pequeña parte, y además digitalizada, es decir, en última instancia, representada tan solo por una sucesión –gigantesca, sin duda, pero finita– de 0 y 1. Sin embargo, el mapa (digital) no es el terreno. Creer que la Naturaleza suficientemente digitalizada es la Naturaleza nos parece ser una ilusión total, al margen del grado de digitalización. Este es, sin embargo, el credo de algunos ayatolás de los datos masivos. Extrapolando los éxitos espectaculares de la IA, imaginan que mañana se podrá hacer física sin físicos, o medicina sin médicos y, por qué no, sentencias sin jueces.

Ilusión total, ¿verdad? Pero el ser humano tampoco tiene acceso directamente a toda la Naturaleza. Solo interactúa con ella a través de sus sentidos y por tanto no puede ver –ni sentir, ni tocar– todo el terreno. Lo que ve, por ejemplo, está pixelado entre los 120 millones de células fotosensibles (conos y bastones) que pueblan su retina. Ahora bien, hoy en día las fotos digitalizadas pueden alcanzar o incluso superar esta resolución. Los receptores artificiales no tienen nada que envidiar a nuestros receptores naturales, pero el terreno no se limita tan solo a la imagen que percibe nuestra retina. Hay que tener en cuenta todo lo que lo constituye, con su geología, su historia, sus millones de especies vivas y muertas, sus olores, su precio por metro cuadrado, su belleza, la poesía que se asocia con él, etc.

De una manera u otra, el cerebro humano es sensible a ello, aunque no se sepa cómo ni hasta qué punto; esto abarca prácticamente una infinitud de elementos (que interactúan). Creer que el terreno, en el pleno sentido del término, es pixelable, es decir, representable mediante una serie finita (aunque muy grande) de 0 y 1, parece igual de demencial que pensar que, al estar compuestos los seres humanos (y los demás) de moléculas que interactúan, se llegará a la explicación de la toma de la Bastilla en 1789 mediante el estudio (¡muy!) profundo de las fuerzas entre átomos. Sería lo que podemos denominar un reduccionismo disparatado. Nunca estará de más recordar este título de un artículo tan lapidario como profundo de Philip Waren Anderson: More is different. Hay que cambiar de teoría cuando se cambia de escala de tiempo, de volumen o de complejidad. Es bien sabido que el todo no es lo mismo que la suma de sus partes. Esto es lo que caracteriza el fenómeno de emergencia.

La ciencia no progresa por acumulación de datos

La ciencia no progresa por acumulación de datos. Si los descubrimientos del bosón de Higgs o de las ondas gravitacionales solo pudieron producirse manipulando miles de millones de datos masivos, tales descubrimientos son, por su génesis, clásicos: se sabía lo que se buscaba. Miles de científicos y técnicos, con la ayuda de cientos de millones de dólares, etc., tuvieron que imaginar dispositivos diabólicamente astutos para detectar los efectos extraordinariamente débiles, que habrían pasado desapercibidos si no los hubieran buscado allí donde lo preveía la teoría. Se trata, en el ejemplo de las ondas gravitacionales, de una variación de longitud de menos de una milmillonésima de milmillonésima de metro de un brazo de interferómetro de 3 km. Ninguna base de datos masivos habría podido hallarlas.

Esto no es nuevo; sucedió lo mismo con el neutrino. Previsto en 1930 por Wolfgang Pauli, es una partícula neutra que no interactúa prácticamente con la materia y por tanto es muy difícil de detectar (¡habrá que esperar a 1956!). No está claro cómo los datos masivos, por muy masivos que sean, sin guía teórica de investigación, habrían permitido estos descubrimientos. Más en general, los avances que han revolucionado la física (e incluso la filosofía), a saber, la teoría atómica, la mecánica cuántica y la relatividad, no tienen nada que ver con una acumulación intensiva de datos. Einstein elaboró la relatividad especial sobre la base de las contradicciones lógicas internas de las ecuaciones de Maxwell (que rigen las corrientes eléctricas y explican las ondas de radio) y la relatividad general a causa de las contradicciones teóricas aparecidas en el seno de la relatividad especial. Newton no vio caer más manzanas que sus predecesores para elaborar su teoría de la gravitación.

Los datos –por supuesto indispensables para la verificación de la teoría– solo vendrán después. Son estas teorías, que permiten una nueva auscultación del cielo, las que situarán el punto de partida para la creación de los datos masivos y no a la inversa. Por ejemplo, la teoría de la relatividad (enunciada por Einstein en 1915) prevé una curvatura de los rayos luminosos que pasan cerca de una estrella masiva (fenómeno que será verificado en 1919 por Eddington). Se trata del fenómeno de lentilla gravitacional, nueva fuente de información sobre la distribución de las masas del universo. Ocurre lo mismo con las ondas gravitacionales, que enriquecerán todavía más nuestros datos masivos.

En resumen, la ciencia no procede por acumulación y sistematización de datos –aunque esta sea una etapa que puede ser importante–, sino mediante la resolución de problemas 8/. Problemas que pueden ser internos de la teoría existente o resultar de contradicciones entre teoría y experiencias (u observaciones). Es todo el problema abierto de la creatividad.

Hay finalmente otra diferencia de calibre: la máquina está dedicada. Debe resolver, permaneciendo todo lo demás invariable, una tarea que se le marca. Vive dentro de un mundo pequeño. Aunque el número de partidas de go sea miles de millones de veces superior al número total de átomos del universo, la máquina solo interactúa muy débilmente con todo el universo (responde únicamente a las jugadas del adversario). En estos sentidos, es un juego simple. Una rata robot se manejará mucho mejor que una rata de carne y hueso en un laberinto, pero si aparece un olor a quemado, la rata de carne y hueso tratará de huir, el robot no. La rata de verdad posee en cierto modo una cultura, fruto de un proceso de evolución darwiniana de interacciones con el resto del mundo, que habrá durado miles de millones de años. Este proceso es copioso, es decir, sin objetivo. Es mucho más lento que un proceso pilotado por un objetivo, pero a largo plazo es mucho más eficaz. Es el que está en el origen del sentido común, lo más difícil de adquirir ­–si es que esto resulta posible un día– por parte de una máquina 9/.

¿En conclusión?

He aquí el extracto de la entrevista de Antoinette Rouvroy publicada con el título Mais pourquoi faudrait-il s’en inquiéter si l’on gagne en efficacité ? (¿Por qué inquietarse si se gana en eficacia?) en Le Monde del 30 de diciembre de 2017:
Vamos hacia un cambio epistemológico de calibre. Basarnos en este tipo de cálculo supone una renuncia a las ambiciones de la razón moderna, que asociaba los fenómenos a sus causas. Estas ambiciones de la razón permitían abordar la prevención, actuar sobre las causas para cambiar los efectos. En vez de ello, nos dirigimos a un sistema de puras correlaciones. Ya no se intenta comprender el medioambiente, sino predecirlo. Nuestra relación con el saber cambia, pero también nuestra relación con el mundo: nos centramos más que antes en los riesgos. Ver y comprender son sustituidos por detectar y prevenir. Pasamos de una civilización del signo, que era portador de sentido, a una civilización de la señal, que es un dato que no significa nada en sí mismo.
En otras palabras, con la ciencia se trata de actuar sobre el mundo, con la IA fetichizada, es el mundo el que actúa sobre nosotros, lo cual es muy distinto. Esto vuelve a poner de actualidad a un Marx que afirmaba en sustancia que no había que interpretar el mundo, sino que se trataba de transformarlo.

Traducción: viento sur

Notas

1/ Un octeto está formado por 8 cifras binarias (bits), es decir, una secuencia de 8 ceros o unos. Permite codificar 28=256 caracteres, o sea, mucho más que todo un alfabeto con mayúsculas, acentos y signos de puntuación.
2/ Cosa que parecía totalmente fuera del alcance cinco años antes…
3/ Consultable en línea en https://www.wired.com/2008/06/pb-theory/ (en inglés)
4/ Jedan-Philippe Bourgoin, Voyage au cœur du big data, Clefs CEA, n.º 64, junio de 2017.
5/ Se conocen las numerosas polémicas en torno al significado del CI (el cociente intelectual).
6/ Alan Turing (1912-1954), genial matemático inglés que logró descubrir el código secreto alemán durante la segunda guerra mundial. Perseguido por su homosexualidad, se suicidó comiéndose una manzana envenenada.
7/ The signal and the noise: The art of science and prediction, Penguin, 2012.
8/ Profecía atribuida a Einstein: un día, las máquinas podrán resolver todos los problemas, pero ninguna de ellas podrá jamás plantear uno.
9/ Por ejemplo, la minúscula modificación de algunos píxels en una foto de una oveja que pasta en un prado puede hacer que la máquina la identifique como una mesa, cosa que el sentido común, evidentemente, no lo permitiría.

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EL FEMINISMO, OTRA VÍA DE AGUAS PARA LA IZQUIERDA QUE CREE QUE PENSAR ES PECADO Y HACER PENSAR PECADO GORDO



La perversión del feminismo
 
 
Rebelion
01.04.2019

Estamos viviendo tiempos posmodernos que han pervertido todos los espacios sociales, y como no podía ser menos, también el feminismo. El desprestigio de la política que ha difundido tan eficazmente el capital ha calado hondamente en el MF. Desde la Transición el feminismo se consideró alejado e indiferente a las cuestiones políticas, tales como la forma de Estado – la bronca y la escisión del Colectivo Feminista que siguió a la propuesta que hice de que se pronunciase por la República- , la laicidad del Estado o el rechazo a pertenecer a la OTAN. 

De tal modo, es posible que hoy un sector del MF asegure que el feminismo no es de izquierdas ni de derechas y que “se trata de no cerrar puertas a nadie”. Recuerdo el sobresalto que sentí, hace ya cuatro años, cuando la que había sido dirigente comunista soltó semejante aseveración en una asamblea. Era el primer toque de alarma de una tendencia que iba a difundirse muy exitosamente por las nuevas organizaciones que se llamaban del cambio. Ya se sabe que si se afirma no ser de izquierda ni de derecha es que se es de derecha.  

El planeamiento actual es que no se cierra puertas ni siquiera a los fascistas. Ese estribillo, que incluso dirigentes políticos se atreven a utilizar refiriéndose a su propia organización, está siendo aceptado con naturalidad, y hasta complacencia, por una parte de la sociedad y de las feministas. Como si tal despropósito fuese posible. Al estar el feminismo “por encima de las siglas”, como si lo visitara el Espíritu Santo, la ideología no importa. Aunque a la vez se autocalifican de feministas. Porque la tenaz lucha del MF lo ha llevado a la vanguardia de los movimientos sociales y no se puede despreciar. Ahí tenemos a dirigentes de partidos de derecha e incluso de la banca afirmándose ahora feministas. 

Esas nuevas organizaciones del MF concluyen asegurando que es posible aglutinar a la gente desde IU hasta la Fundación Francisco Franco. A más disparates se une afirmar que un partido no hace política. 

Las nuevas proclamas consideradas modernas, al afirmar que las ideologías están trasnochadas se dirigen a captar el voto mayoritario de una población ignorante y decepcionada que ha convertido a la política, los políticos, los partidos y hasta las instituciones, en su enemigo principal. Como estas nuevas participantes en el MF están faltas de la más elemental información no saben que en fecha tan temprana como 1965, uno de los teóricos y dirigente de Falange, Gonzalo Fernández de la Mora, escribió un libro ya clásico que se titula “El crepúsculo de las ideologías”, en el que vaticinaba estos tiempos que vendrían. Se habían acabado los análisis basados en el conocimiento de las luchas económicas que perseguían grandes transformaciones revolucionarias. Se trataba de ir trampeando con proyectos que pudieran realizarse en el momento inmediato, en una amalgama de supuestos pragmatismos. Exactamente lo que en aquel momento el franquismo llevaba a cabo con el Plan de Estabilización y los Planes de Desarrollo. 

Los disparatados manifiestos que hoy se publican desde el feminismo ignoran el dominio del Capital. Las peticiones populares difundidas en las redes repiten la exigencia de rebajar el sueldo a los diputados, pero ni se mencionan los beneficios de la banca, las primas cobradas por los banqueros (El escándalo de Francisco González y el BBVA), la ruina a que nos ha llevado el rescate de las Cajas de Ahorros, las imposiciones caudinas dictadas por los dirigentes de la UE que han hundido en la miseria a Grecia, entre otros países, y en la pobreza y la precariedad laboral a las clases trabajadoras en España. 

Este feminismo de nuevo cuño que se pretende ahora alternativa a los partidos tradicionales, se atreve a enviar al archivo de la arqueología el estudio de las contradicciones de la lucha de clases que nos enseñó el marxismo; la experiencia, a veces tan amarga y peligrosa, de las luchas que protagonizaron nuestras antecesoras feministas y los militantes comunistas para lograr los avances en derechos y protección social que se obtuvieron en el siglo XX. 

Con la más indigna ingratitud se muestran indiferentes y hasta despreciativas de las ideologías liberadoras que se construyeron sobre el sacrificio de varias generaciones y que han logrado poner freno a la explotación y opresión del capitalismo y del Patriarcado en varios países y especialmente en Europa. 

Estas tendencias, dirigidas por personas de nula preparación teórica y ninguna experiencia de lucha porque su vida ha sido tan amable en estos tiempos de bienestar, están causando más confusión y desinformación de la que ya padece nuestro pueblo. Asegurando que el feminismo está más allá de las ideologías, de la división entre izquierda y derecha, que cualquiera puede unirse a su proyecto desde el franquismo al comunismo, y que no están haciendo política, están repitiendo las consignas fascistas. 

Es ya un clásico aquella respuesta de Franco a uno de sus ministros: “Mire, haga como yo, no se meta en política”. Sería bueno que alguna de esas nuevas dirigentillas del feminismo leyera las proclamas de José Antonio Primo de Rivera, con la principal declaración de principios de su discurso inaugural de la Falange el 29 de octubre de 1933: “Que desaparezcan los partidos políticos. Nadie ha nacido nunca miembro de un partido político; en cambio, nacemos todos de una familia; somos todos vecinos de un Municipio; nos afanamos todos en el ejercicio de un trabajo. Pues si esas son nuestras unidades naturales, si la familia y el Municipio y la corporación es en lo que de veras vivimos, ¿para qué necesitamos el instrumento intermediario y pernicioso de los partidos políticos, que, para unirnos en grupos artificiales, empiezan por desunirnos en nuestras realidades auténticas?” 

Ciertamente sabemos con Marx que la historia siempre se repite dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa. Las circunstancias que permitieron el triunfo trágico del fascismo en el siglo XX no se dan hoy en Europa, de modo tal que resulta enormemente improbable que se imponga en España, a sangre y fuego, como sucedió en los años 30, por más que en varios países sus herederos estén teniendo cada vez un papel más relevante en la política europea. 

Pero es cada vez más fastidioso y preocupante que se difundan los eslóganes de la antipolítica, de la negación de la lucha de clases, de un discurso banal que anula la diferencia entre la derecha y la izquierda, y que puede convencer a una parte de la ciudadanía ignorante y decepcionada, que en visceral reacción se lance a votar a la ultraderecha, con la adquiescencia de cierta parte de la izquierda y el aplauso de un sector del feminismo. 

Espero que no se cumpla la terrible profecía que dice que si ignoramos nuestra historia estamos condenadas a repetirla. 

Lidia Falcón O'Neill es licenciada en Derecho, en Arte Dramático y Periodismo y Doctora en Filosofía. Nombrada Doctora Honoris Causa por la Universidad de Wooster, Ohio. Es fundadora de las revistas Vindicación Feminista y Poder y Libertad, que actualmente dirige. Creadora del Partido Feminista de España y de la Confederación de Organizaciones Feministas del Estado Español. Ha participado en el Tribunal Internacional de Crímenes contra la Mujer de Bruselas, en el congreso Sisterhood Is Global de Nueva York, en todas las Ferias Internacionales del Libro Feminista y en los Foros Internacionales de la Mujer de Nairobi y de Pekín. Es colaboradora de numerosos periódicos y revistas de España y de Estados Unidos. Ha publicado 42 libros. En el terreno del ensayo destacan: Mujer y sociedad, La razón feminista , Violencia contra la mujer, Mujer y poder político y Los nuevos mitos del feminismo que han sido traducidas a varios idiomas. Así mismo, tiene una extensa obra narrativa Cartas a una idiota española, Es largo esperar callado, Los hijos de los vencidos, En el Infierno, El juego de la piel, Rupturas, Camino sin retorno, Postmodernos, Clara, Asesinando el pasado, Memorias políticas, Al fin estaba sola, Una mujer de nuestro tiempo, Ejecución sumaria y el libro de poesías Mirar ardiente y desgarrado.
 
Fuente: https://blogs.publico.es/lidia-falcon/2019/03/30/la-perversion-del-feminismo/

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OTAN? YA TE VERÉ BERNABÉ. NO SON LOS EUROPEOS NI LOS CHINOS NI LOS RUSOS NI LOS AMERICANOS. SON SUS RESPECTIVAS BURGUESIAS CONTRA SUS RESPECTIVOS PUEBLOS. POR ESO ES TAN IMPORTANTE QUE LOS TRABAJADORES DEJEMOS DE CREER EN LOS REYES MAGOS POLÍTICOS SALVADORES Y EMPECEMOS A CAER EN LA CUENTA DE LO IMPORTANTE QUE ES PARA NOSOTROS ESO DE LAS CLASES SOCIALES


Acuerdo Aquisgrán (franco-alemán) preludio del fin de la OTAN
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 (Está en chino, pero no se me alboroten que yo sé chino manducón, el chino ese que se habla por la parte castiza de Bilbao y se lo traduzco ahora mismo. Literalmente salvo error ú omisión, dice: "Sin pelillos en la lengua ni nada que me atosigue ni entretenga o despite, tontuelos trabajadores, los de la foto que estamos debajo del letrero en chino manducón, para que no lo entendáis, somos vuestro auténticos enemigos. Ea, sed buenos chicos, y en vez de pedirles peras al olmo seguid confiando en que la democracia representativa es tetica monja para resolver vuestros problemas, que a nosotros nos interesa mogollón dabute y tal." Juro por San José el Cerrajero que dice eso, y si no que me lo demande o lo que sea, que a mi me da igual)
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(¡Ay, chiquet, chiquet,cuanto tonto soy! Hombre yo me pensaba que los grupos terrorista de la matancia los finaniaba entre otros capitales criminales los de USA, pero que los chalecos amarillos eran chalelcos amarillos, usted ya me entende, y organizados también por los mismos langostinso del capital, para engañar a las decenas de miles de franceses que participan en las movilizaciones, no para resolver problemas, sino para que no se resuelvan. Eso no. Hombre eso no se me ahce a mi. Oigan, estos me matan a mi a disgustos. Ahora ya me voy explicando lo afcionados que son a la fogata estos chalequillos. Mismamente, mismamente como lso terrorists de menso cuantia, lso que estána sueldo en Venezuela y han estado en Ucrania o Libia. Señor, Señor, ¡anda baja y llevátelos! Pero soseguemosnos, que no hay mal que por bien no venga. Si esto pilucos del capital, con sus sociologos y todo, eh, que no hay por qué desmerecer a nadie, saben que movilizando a la gente organizan bochinche y consiguen lo que quieren... ¡Anda la hostia que ya la tenemos en el bote! Pues organicemoso nosotros también para la movilización que somos la inmensa mayoría y no nos dejemos robar más, pero..., anda joder, oyes, que no tenemos un partido de izquierdas que sea capaz de organizar y dirigir esa movilización. ¡UHUMMM, por que poco!)

Enrique Muñoz Gamarra
DIARIO OCTUBRE
23.01.2019

III.- Histórica cumbre franco-alemán de Aquisgrán a firmarse el 22 de enero de 2019 que debe cambiar el tablero geopolítico en Europa:
Sin embargo, los hechos han seguido corriendo vertiginosamente. Simplemente han sido imparables. Así, seguimos en una coyuntura histórica de fenomenales cambios. No podemos negar esta situación.
Veamos:
El 9 de enero de 2019 se tuvo conocimiento desde la agencia de información china, Xinhua, de la aprobación de Alemania del acuerdo de amistad alemán-francés, denominada Acuerdo de Aquisgrán, sucesor del Tratado del Elíseo del 22 de enero de 1963 que en su momento se firmara entre el canciller de la República Federal de Alemania, Konrad Adenauer, y el presidente francés, Charles de Gaulle.
Un apunte:
“BERLIN, 9 ene (Xinhua) — El tratado fue aprobado en la reunión ministerial de rutina de hoy, indicó el gobierno federal alemán. El acuerdo, sucesor del Tratado del Elíseo de 1963, será firmado de manera formal el 22 de enero en Aquisgrán por la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron. El nuevo tratado es un compromiso con una Europa fuerte, sostenible y soberana, indicó el gobierno alemán en un boletín de prensa y añadió que los dos países acordaron en el nuevo tratado profundizar la integración de sus economías hacia un área económica Alemania-Francia con reglas comunes. Los dos países también acordaron fortalecer la cooperación militar, incluyendo el diseño de una unión de defensa europea. Francia apoya la petición alemana para obtener un escaño permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. El nuevo tratado, que será llamado Tratado de Aquisgrán, promoverá la cooperación de Alemania y Francia en los ámbitos de cambio climático, protección ambiental, salud, sostenibilidad y digitalización” (10).
Luego, el 19 de enero de 2019, EFE, la transnacional de información española, dio cuenta de la declaración de la canciller de Alemania, Angela Merkel, respecto a este tema, es decir, el nuevo tratado franco-alemán que suscribirá junto con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el próximo martes (22 de enero de 2019) en la sala de coronación del Ayuntamiento de Aquisgrán. Aquisgrán es una ciudad alemana en el distrito gubernamental de Colonia en Renania del Norte-Westfalia, junto a las fronteras con Holanda y Bélgica”. Según EFE, Angela Merkel, habría sostenido lo “necesario” que era aquel acuerdo para dar un nuevo impulso a la Unión Europea (UE). Como buena estratega geopolítica había dado énfasis en: “El mundo ha cambiado y necesitamos un nuevo Tratado que consolide los fundamentos del (Tratado) del Elíseo” (11).
Al día siguiente, el 20 de enero de 2019 nuevamente la agencia internacional de China, Xinhua, ratificó la firma del acuerdo Aquisgrán por el presidente francés, Emmanuel Macron y la canciller alemana, Ángela Merkel, el 22 de enero de 2019 en la ciudad alemana de Aquisgrán.
Veamos esto:
“Merkel dijo en un podcast publicado el sábado, solo unos días antes de la firma de un nuevo tratado pacífico entre Alemania y Francia, que junto con el Tratado de Aquisgrán, ella y el presidente francés Emmanuel Macron quieren aprovechar lo que Alemania y Francia ya se han unido. El nuevo tratado de amistad Alemania-Francia, como la sucesión del Tratado del Elíseo de 1963 firmado por el Canciller de Alemania Occidental Konrad Adenauer y el entonces Presidente francés Charles de Gaulle, será firmado por Merkel y Macron en Aquisgrán el próximo martes. El Tratado de Aquisgrán es un compromiso con una Europa fuerte, sostenible y soberana, según el gobierno alemán en un comunicado de prensa anterior. Merkel enfatizó que después de siglos de guerra, esta amistad era “cualquier cosa menos evidente por sí misma”. El mundo ha cambiado, por lo que se necesita un nuevo contrato. “Complementaremos este contrato con una lista de proyectos que se actualizarán constantemente para mostrar cómo Alemania y Francia siguen trabajando juntos en Europa”, dijo Merkel” (12).
Realmente fueron sorprendentes de como los hechos estaban agitándose en medio de toda esta tormenta de cambios fenomenales.
IV.- Entonces Estados Unidos puso en movimiento sus aparatos clandestinos (invierno europeo): Los chalecos amarillos:
Los chalecos amarillos empezaron sus andanzas, me refiero a sus primeras manifestaciones, el sábado 17 de noviembre de 2018 en los Campos Elíseos de París, exactamente en la lujosa Avenida Foch y Grande-Armée, que muchos incluso la compararon con los históricos hechos que sacudieron la Revolución de 1789 y la Comuna de París de 1871.
El 4 de diciembre de 2018, se publicó en: Global Reserach el artículo en inglés de Diana Johnstone: Les Gilets Jaunes – A Bright Yellow Sign of Distress”: https://www.globalresearch.ca/les-gilets-jaunes-a-bright-yellow-sign-of-distress/5661790Artículo que traducido al español es: “Los Gilets Jaunes – Un signo amarillo brillante de angustia”. Un artículo muy importante en aquel momento.
Veamos:
“Se supone que todo automóvil en Francia está equipado con un chaleco amarillo. Esto es así, en caso de accidente o avería en una carretera, el conductor puede ponerlo para garantizar la visibilidad y evitar que lo atropellen. Así que la idea de usar su chaleco amarillo para demostrar contra las medidas impopulares del gobierno se prendió rápidamente. El traje estaba a mano y no tenía que ser proporcionado por Soros para una “revolución de color” más o menos fabricada. El simbolismo era adecuado: en caso de emergencia socioeconómica, demuestre que no quiere ser atropellado. Como todos saben, lo que desencadenó el movimiento de protesta fue otro aumento en los impuestos a la gasolina. Pero quedó inmediatamente claro que había mucho más involucrado. El impuesto a la gasolina fue la última gota en una larga serie de medidas que favorecieron a los ricos a expensas de la mayoría de la población. Es por eso que el movimiento alcanzó popularidad casi instantánea y apoyo”.
Continua: “Los chalecos amarillos realizaron sus primeras manifestaciones el sábado 17 de noviembre en los Campos Elíseos de París. Era totalmente diferente a las manifestaciones sindicales habituales, bien organizadas para marchar por el bulevar entre la Place de la République y la Place de la Bastille, o al revés, llevando pancartas y escuchando los discursos de los líderes al final. Los Gilets Jaunes acaban de llegar, sin organización, sin líderes que les digan a dónde ir o arengas a la multitud. Estaban allí, en los chalecos amarillos, enojados y listos para explicar su enojo a cualquier oyente comprensivo. Brevemente, el mensaje fue este: no podemos llegar a fin de mes. El costo de vida sigue subiendo, y nuestros ingresos siguen bajando. Simplemente no podemos soportarlo más. El gobierno debe parar, pensar y cambiar de rumbo” (13).
8 de diciembre del 2018 inicie algunas de mis primeras apreciaciones a este respecto. Lo hice desde mi cuenta en Facebook.
Entonces dije:
Algunas interrogantes iniciales de lo que sucede en Francia (aún con la poca información que se tiene):
¿Un movimiento sin una clara dirección política a quien le conviene? ¿Los chalecos amarillos que dirección asumen?
¿Hay alguna conexión entre las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, por lo del ejército propio europeo y el movimiento fascista de Le Pen, es decir, hablando claramente hay alguna conexión entre las amenazas de Trump y las células durmientes fascistas  en Francia?
¿Los pueblos deben apoyar una nueva primavera árabe, en este caso, un otoño o invierno Europeo?
Cierto, las reivindicaciones del pueblo francés son urgentes, no podemos negar aquella situación. Incluso agregaba que los pueblos hacen la historia.
Y concluía sosteniendo que personalmente estaba en contra de movimientos amorfos que en el fondo, en la presente situación mundial, solo conducen en un cien por ciento al fascismo.
Luego el  8 de enero de 2019 en el artículo: “El mundo en la cresta de una nueva correlación de fuerzas”, fui aún más claro:
En lo sucedido últimamente con el llamado movimiento de los chalecos amarillos en Francia en el que es muy probable que exista presencia de las células durmientes que Estados Unidos tiene en Europa. Hay que tomar nota de esta situación y analizarla teniendo en cuenta todo lo que sucede en la actualidad en el mundo.
Hay sorprendentes hechos que coinciden con este movimiento. Primero la coyuntura en el que aparece. Es el periodo de fuerte confrontación de Estados Unidos con los principales exponentes del poderío europeo como es el caso de Alemania y Francia que unos días antes justamente estaba fuertemente caldeada por la descarada injerencia estadounidense con la imposición de nuevos aranceles contra los productos de esta región. Aquello incluso había conducido a aquellas elites a la proposición de un ejército propio para Europa, muy claramente orientadas contra las ataduras de la OTAN.
Segundo, ya van para el doceavo sábado (contabilizados hasta la publicación del este articulo) y en aquellas marchas no se observa banderas reales de los pueblos que son las banderas rojas. Simplemente no se les permite. Así de simple. Un movimiento espontaneo no se puede dar esos lujos. No puede obligar a nadie una situación así. De una u otra forma la tendencia en el mundo es hacia la revolución socialista. Todos los movimientos revolucionarios incluso desde se mínima opción reivindicativa tienden hacia esa situación, lo cual es inexistente en este movimiento. Se dice que son espontáneos, pero en realidad ¿Son verdaderamente espontáneos? No. Algunos gritan que “el movimiento enfrenta fuertes choques”. “Es el pueblo el que está siendo reprimido”. Para mi aquello no indica nada. ¿Acaso hemos olvidado los enfrentamientos a muerte incluso inmolaciones de los paramilitares fascistas en Siria, en el Donbass, etc? Esto está siendo fuertemente aplaudido por las corrientes pseudo-marxistas que han revivido prácticamente cuando estaban muertas, bien muertas, en lo que respecta a lo que sucedía en Siria y el Donbass. En un apunte que puntualmente escribí sobre este asunto en Facebook dije bien claro: Personalmente estoy en contra de movimientos amorfos que en la presente situación mundial solo conducen en un cien por ciento al fascismo. Esto es lo que observo teniendo en cuenta el curso de la geopolítica mundial, observándola a distancia, no quedándome en la punta de mis narices.
Ahora soy muy claro en afirmar que en efecto mi visión no terminaba solo en la punta de mis narices: se trataba ni más ni menos de un “Invierno Europeo”. Una de las hermanas gemelas de la “Primavera Árabe” con la que el criminal ejército estadounidense devastó a Libia, Siria y está devastando ahora mismo a Venezuela y Nicaragua.
En esto es bueno tener en cuenta lo gravitante que es esta región (Europa) en la geopolítica mundial. Y en tales condiciones las preocupaciones de China, Estados Unidos y Rusia, como máximas potencias capitalistas del momento, han sido muy serias.
En el caso concreto de Estados Unidos ha conducido al Pentágono a orientar su estrategia contra esta región bajo grandes presiones a fin de evitar la desintegración de la OTAN bajo el membrete anti-ruso. Todo esto para mantener su injerencia, según su lógica, para continuar con su hegemónica mundial. No hay que olvidar que para Estados Unidos el control de Europa es de vida o muerte. Aquello indica que si pierde su injerencia sobre esta región automáticamente pierde su condición de país protagónico. Esta es la razón de los hechos ocurridos últimamente aquí. El Pentágono ya lo preveía. Sabía perfectamente que la tendencia mundial estaba exacerbando los bloques económicos y que esto a la larga iba conducir a su expulsión de esta región (Europa).
Debemos tener en cuenta que el accionar estadounidense en Europa desde hace algunos años ha venido acompañado por los atentados terroristas. Cierto, todo esto a fin de disuadir a los países europeos se desista de sus deseos de romper los grilletes de la OTAN.
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