Sobre qué podemos ir haciendo
ante “Podemos”
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Vicente Sarasa
Red Roja
SOCIOLOGÍA
CRITICA
2014/02/13
[Ver Fuente:
Red Roja] El reciente lanzamiento de la
candidatura “Podemos” (que sus promotores afirman que va más allá de las
elecciones europeas) ha suscitado un intenso debate en determinados medios
militantes y activistas donde en muchos casos se expresa ya un apoyo o no a la
candidatura electoral. En Red Roja, tal como ya apuntara hace unos días Nines
Maestro (1), estamos aún pendientes de una declaración sobre las elecciones
europeas que irá más allá de la postura ante “Podemos”. En este sentido, el
presente escrito no se contenta con afirmar o negar un apoyo electoral a
“Podemos”. Si bien, no tendría inconveniente en adelantar, ante aquellos que
requieren ya de posicionamientos claros, que considero la iniciativa de
“Podemos” como ajena a lo que ya debería perseguirse desde una
línea revolucionaria. Ajena tanto en contenidos como en forma, incluido ese
personalismo forzado mediáticamente y que no tiene que ver con un auténtico,
necesario y serio liderazgo labrado en el fragor de la lucha de clases que está
agudizándose en la actual crisis sistémica. Pero dicho esto, y en sintonía con
lo que venimos expresando, la postura electoral desde una línea revolucionaria
no puede reducirse a determinar en qué sentido iría el voto en el caso de que
se decidiera ejercerlo.
Efectivamente,
se hace necesario fortalecer una crítica consecuente a “Podemos” desde
posiciones revolucionarias, a fin de encontrar la forma más correcta de relacionarse con
esta iniciativa, en el estricto sentido marxista del término “relacionarse”,
que va más allá del grado de (no) apoyo que concite la misma. Y ello, en aras
del principal objetivo que tenemos marcado: cómointervenir lo mejor
que se pueda en la acumulación de fuerzas para la transformación revolucionaria
dentro de las condiciones más favorables que ofrece el periodo de
movilizaciones de masas abierto tras el 15M y en el contexto general de la profunda
crisis socioeconómica que desde antes vivimos. Una acumulación de fuerzas que,
como decíamos en las Jornadas de Formación de Red Roja de 2013,
históricamente «ni mucho menos ha consistido en sólo preocuparse
por la gente que creemos que costará menos ganar para aquella». (2) Pues
bien, hay que señalar que muchas críticas vertidas hasta ahora procedentes
de personas cercanas no tienen en cuenta suficientemente esa recomendación. De
ahí que no estaría mal utilizar la particular crítica a “Podemos” como ejemplo
de crítica general ante los fenómenos histórico-políticos que se nos presenten,
por tanto, más allá de la suerte que corra este en concreto.
Por lo
demás, como se deducirá fácilmente más adelante, no se trata de dar ya una
conclusión acabada sobre una experiencia que aún briega por parirse de forma
consistente. Habrá que ir volviendo sobre ella en función también de cómo se
vaya traduciendo en la práctica. Y tal como en algunos ámbitos militantes ya
hemos avanzado, sería deseable un trabajo de análisis colectivo donde el rigor
político no se sintiera a disgusto con la necesaria posición de principios. El
presente escrito, de alguna manera, será una primera entrega donde se pondrá el
acento en la metodología que se propone para ese
análisis. Siempre, como se ha apuntado, con una clara proyección que supera
este fenómeno concreto de “Podemos”. Bueno será también dejar por sentado que,
dados los límites de influencia y de relación con las masas de la línea
revolucionaria (y por ello mismo), esta primera aproximación se hará sobre todo
en “clave interna”, dentro del campo revolucionario por el socialismo y de
ruptura radical con el régimen de la Transición, independientemente de que, por
supuesto, se busque que sea de un interés político más generalizado.
*
Más allá de
(ego) personalismos, de rifirrafes y oportunismos organizacionales, de apoyos
mediáticos en ligazón con cálculos electoralistas que seguramente sobrepasan
incluso a los promotores de “Podemos”, creo que donde tenemos que poner el
acento principal es en que estamos ante un parto político de la “madre
crisis”. Al tiempo, hemos de partir de que la línea revolucionaria en el
estado español no está en condiciones de originar iniciativas del estilo de
“Podemos” mientras diferentes oportunismos, sí. Pero persisten las condiciones
favorables –como se está viendo en otros marcos no electorales- para
aprovecharlas iniciativas de aquellos a fin de desbordarlas en la
práctica y no simplemente en la literalidad de los debates. No son
tiempos en que nos podemos contentar con manifestar nuestra (ciber)posición. La
línea revolucionaria tiene que salir reforzada en su intervención
política de calle. Ese será el medidor de nuestra actuación
correcta. La gravedad del momento lo exige.
Tres son los
planos en los que propongo que separemos el análisis de “Podemos” para saber
cómo “acompañar” este fenómeno desde nuestra independencia de clase (que va más
lejos de la “oportunidad” del momento y hasta del “sitio”) y en la medida en
que esta iniciativa sea asumida por sectores de las masas entre los que tenemos
que trabajar e independientemente del tiempo que dure su idilio. El primer
plano es el superior de la línea teórica o de principios
políticos. Debería sobrar decir que estos, los principios, no han de
entenderse como una cuestión de frases generales a la que agarrarse (3). Se
trata de salvaguardar un conjunto de “verdades políticas” que tenemos que
defender a ultranza más allá de coyunturas “inmediatistas”. En un segundo plano
hemos de abordar la inserción histórico-política de esta
iniciativa, sobre todo, respecto a cómo se relaciona con determinados sectores
de las masas, o mejor dicho, cómo estas se relacionan con aquella, con
“Podemos”. Y, finalmente, estamos obligados a considerar un tercer plano donde
nos aproximemos a la realidad más organizacional y hasta
personal de “Podemos”, a fin de deducir qué recorrido previsiblemente tendrá en
función de los intereses internos y contradictorios de la nebulosa de
organizaciones afectadas directamente por la creación de esta candidatura.
Evidentemente, esto contará a la hora de dosificar la atención que debamos
prestar a todo ello.
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