El mar Menor, crónica de un
desastre más que anunciado
Por Raúl Radovich
Rebelion / España
13/01/2024
Fuentes: Rebelión
En la Región de Murcia, según el gobierno del PP instalado hace más de un
cuarto de siglo, se vivía en el mejor de los mundos. Precursores del
«ayusismo», terrazas, cañitas, solecito, y lo que no tiene Madrid, playita, se
vendía como un paraíso, cuyo mejor espejo era «Murcia, qué hermosa eres», el
casposo programa de la 1 de TVE.
Pero un día,
tal como llegó la pandemia, miles de peces mueren en la orilla del Mar Menor
por falta de oxígeno. Las aguas están oscuras, «sopa verde» le llaman, no se
puede ver el fondo, los pescadores se quedan sin sus frutos del mar, los
vecinos pierden sus playas, los hoteles y los comercios se quedan sin turistas,
y las propiedades pierden la mitad de su valor. Todos empiezan a lamentarse,
pero nadie se hace responsable.
La advertencia de hace 40 años. Un ecosistema en peligro
Hace ya más de
cuarenta años en las conclusiones de un estudio (1) para el gobierno regional
murciano como parte del equipo redactor hacíamos la siguiente advertencia: «»Si
bien acabamos de decir que el Mar Menor es «algo más» que una laguna litoral,
hay que señalar inmediatamente que de ninguna de las formas habría llegado a lo
que es dicha zona si no fuese por las muy especiales condiciones ecológicas
generadas por la laguna, lo cual convierte a ésta en la piedra angular de todo
el entramado. El Mar Menor, como todas las lagunas litorales, constituye
un ecosistema frágil cuya supervivencia no sólo se ve amenazada por un
deterioro causado por factores naturales, sino por una actividad humana
cuya presión es tanto más creciente en cuanto mayores expectativas, se van
desarrollando en torno a la zona. En efecto, sus dos grandes problemas, como
son el aterramiento y la contaminación, se ven agravados por un turismo mal
encauzado, una actividad urbanística no planificada, por actividades mineras
que directa o indirectamente vierten a la laguna por las llamadas «conquistas»
de superficie marina para convertirla en suelo y por la transformación de una
agricultura de secano en otra de regadío, además de otras transformaciones de
menor envergadura, pero que en su conjunto han acelerado, a partir de los años
sesenta, de tal forma el deterioro del Mar Menor que de no adoptarse medidas
correctoras de forma urgente, pueden provocar una situación irreversible en los
próximos veinte años. Sólo hay que analizar las capturas de los últimos años de
pesca, la increíble disminución de profundidad, el aumento de la contaminación
y la disminución del perímetro del Mar Menor en los últimos quince años para
comprender que el peligro no corresponde al terreno de la ciencia-ficción, sino
que es bien cercano» Repetimos esto lo escribimos hace cuatro décadas.
La burbuja huertana
La agricultura
murciana, a lo largo de su historia se sostuvo sobre dos pilares básicos.
Por un lado la huerta heredada con ricas tierras y sistemas de riego tradicional
que proveían las frutas y verduras. Por el otro el régimen de secano en
el resto, donde se producían cereales, olivos y uvas. En el primero dominaba el
minifundismo. En el segundo, una combinación de latifundios y pequeñas
propiedades.
La ganadería
formaba parte del autoconsumo de la familia, el ganado porcino en la
huerta, caprino en las zonas más secas.
Con el
urbanismo y la incorporación plena de la región a la dinámica capitalista del
resto de Europa la tierra fértil de la huerta retrocede a marchas
forzadas al ritmo de las sucesivas «burbujas del ladrillo». El mismo fenómeno
recorre las playas de la región. La zona del Mar Menor es especialmente
afectada. El cemento inunda la Manga, un espacio único con acceso a dos Mares,
cuyas diferencias de salinidad y temperatura, habían creado un espacio único
que debía haber sido preservado.
Junto al
ladrillo destinado a viviendas, aparecen sus consecuencias. La afluencia de
turistas sin ordenamiento genera contaminación y vertidos de todo tipo, no sólo
de las viviendas, sino también de los vehículos y de las embarcaciones
deportivas. De esta forma, el boom turístico lleva, según cálculos de García
Ayllón a que»la cifra máxima de 70.000 personas establecida por el arquitecto
quedó en el papel, y La Manga está llegando a acoger en ocasiones a casi
300.000 turistas.» (2)
El Mar Menor
forma parte de la Comarca del Campo de Cartagena, que será la próxima víctima
del fenómeno extractivista en la región.
Tras el
retroceso de la superficie dedicada a la huerta en la zona aledaña a la
capital, resultado de la fiebre constructora que no tiene miramientos en
utilizar zonas muy fértiles cercanas a los cauces, sin tener en cuenta que los
períodos de sequía son contrarrestados por riadas que producen periódicamente
inundaciones.
El agua, que
en las riadas es una maldición, se convierte en un milagro para
esas tierras secas del Campo de Cartagena gracias al Trasvase Tajo Segura (3).
Este proyecto pendiente desde la Republica , sienta las bases de la
potencia productiva que pasaría a ser denominada Huerta de Europa.
Gracias al
riego proporcionado por esas aguas, y la mano de obra inmigrante en condiciones
de semiesclavitud, la región se convierte en la principal
exportadora. Con una participación de entre el 50%y el 70% de
lechuga, limón, espinaca, brócoli, coliflor, escarola, endivia, y uva de
mesa la región se convierte en la principal del estado español de esos
productos . Y en la segunda región en tomate, alcachofa, acelga, sandía,
mandarina, pomelo, ciruela y otras hortalizas y frutas de hueso.(4)
El ochenta por
ciento de esta producción se destina a satisfacer la demanda de los países del
norte, sobre todo Alemania, Reino Unido y Francia, que no cuentan con el clima
cálido, que permite producirla en casi todos los meses del año.
La
contrapartida de este «milagro» es que «Los abonos (nitratos y fosfatos) se
vierten en las parcelas de cultivo, pero una parte termina por distintas vías
en la laguna y eutrofiza sus aguas (produce una sobreabundancia de nutrientes).
Se estima que del total de nutrientes que llegan al Mar Menor, el 85 % tiene su
origen en la agricultura industrial.»(5)
Al mismo
tiempo, en Murcia tiene su sede una de las principales empresas productoras y
exportadoras de carne porcina.
De esta forma,
los nitratos y fosfatos de la agricultura y la ganaderia industrial , al unirse
a los vertidos urbanos provenientes de los residentes y el turismo han
provocado la tormenta perfecta, al cual se puede aplicar el refrán «Entre todos
la mataron y ella sola se murió» donde la laguna esta sufriendo las
consecuencias que preveíamos hace cuarenta años.
El colapso
En la primavera
del 2016, una proliferación de algas microscópicas generada por la
superabundancia de nitratos en el agua, la llamada eutrofización, convirtió las
aguas en una “sopa verde” , que impedía que la luz llegase al
fondo de la laguna. De esta manera no se podía realizar el proceso de
fotosíntesis, que genera el oxígeno necesario para la vida,
fenómeno que se denomina anoxia . Según un estudio (6) se perdió un 85% de la superficie ocupada por praderas submarinas que
controlaban los ciclos y flujos de nutrientes. Entre el 11 y el 14
de septiembre del 2019, una intensa DANA (Depresión Aislada en Niveles
Altos) provocó una entrada masiva de agua dulce con alto contenido en
nitratos en la laguna, desencadenando una catástrofe mayor. El impacto de este
nuevo episodio de eutrofización y de anoxia fue exacerbado por un proceso de
euxinia, es decir de multiplicación de bacterias de azufre, microorganismos
capaces de vivir sin oxígeno y que emiten sulfuros tóxicos para muchas plantas
y animales. (7) Algunos expertos piensan que los desequilibrios ecológicos de
estos últimos años son irreversibles y que no se volverá a la situación
anterior.
El desastre
llevó a muchos pescadores al abandono de su actividad.. Miles de
peces y crustáceos murieron asfixiados..Las capturas cayeron entre un 70-80 por
ciento y nadie quería comprar pescado de ese origen. Según un censo, el
caballito de mar del Mar menor, emblema de la laguna, perdió casi 50 mil
ejemplares, quedando algo más de mil sobrevivientes. (8)
La
contaminación afecta al atractivo del Mar Menor como destino turístico debido
al aspecto y el mal olor del agua y una creciente concientización de su
colapso. Desde el 2016, Ecologistas en Acción, como parte de una permanente
actividad de denuncia y explicación ha otorgado “banderas negras” al Mar Menor
por mala gestión de las playas. La caída del turismo tiene repercusiones
dramáticas para otros sectores que se benefician de él, en particular el sector
inmobiliario vinculado al turismo, la pesca y el comercio en general,
provocando una crisis socio-económica en los municipios ribereños. Un
tercer episodio de anoxia con mortandad masiva, similar a los precedentes,
empezó el 16 de agosto de 2021. Unas 15 toneladas de peces y crustáceos muertos
fueron recogidas en las playas. Este acontecimiento fue seguido por una
movilización ciudadana masiva y una cobertura mediática intensa por la prensa
nacional e internacional. Las autoridades regionales empezaron por
responsabilizar al calor, como en el 2019 echaron la culpa a la DANA, pero
rectificaron rápidamente su relato frente a los clamores de las ONGs y la
sociedad civil. El gobierno regional del PP trató de desviar las críticas
hacia el gobierno de Madrid e implementó medidas que solo eran un parche al no
frenar los agrotóxicos de la agricultura que siguen siendo la causa
principal del colapso del Mar Menor.
Reacción de la población
En todos los
años de destrucción del Mar Menor el trabajo de hormiga de las entidades
defensoras de la laguna, apenas tuvo influencia sobre una población escasamente
interesada en lo que sucedía en su entorno.
Pero la anoxia,
muerte de miles de peces por falta de oxígeno y las sucesivas gotas frías,
denominadas ahora DANAS, con su legado de aguas oscuras, producto de la
eutrofización, así como la desvalorización de los activos inmobiliarios ante la
pérdida del turismo en la zona hicieron que miles de murcianos se echaran a la
calle.
Como rezaba un
llamado a manifestarse :«Entre convocantes y apoyos somos 185 organizaciones
sociales, ambientales, vecinales y sindicales las que nos unimos para exigir la
recuperación del Mar Menor»(9)
Manifestaciones
con asistencia de 60 y 70 mil personas cada una en Cartagena y Murcia,
asistencias no logradas en la región en mucho tiempo, confirmaron la
preocupación e interés de los ciudadanos por el deterioro incesante del
singular espacio natural. Gran parte de ese movimiento se canalizó a través de
la iniciativa en favor de la Iniciativa Legislativa Popular que, contrariamente
a los agoreros y a la oposición del PP que no permitió que saliera adelante a
nivel regional, contó con el apoyo de 640 mil firmantes y finalmente fue
aceptada en el Parlamento de Madrid por todos los grupos de la cámara con la
excepción de los impresentables de ultraderecha.
Desde entonces
las autoridades regionales a través del control total de los medios
emprendieron una intensa campaña de greenwashing, tratando de vender que
siempre estuvieron preocupados, aportando muchas
«soluciones», casi todas inútiles, mientras el poder del agronegocio se
mantiene intacto.
Mientras
tanto el entramado empresarial regional no conforme con eso ha creado un
grupo de presión denominado Fundacion Ingenio, que de acuerdo con los sectores
políticos más retardatarios de la politica, , con intensas y costosas
campañas de fakes han realizada una fabulosa labor de desinformacion de la
forma más descarada, con conferencias, jornadas, anuncios publicitarios
informes falsos, y expertos comprados. Después de tantos años de negacionismo
en el que el problema no existía, ahora niegan que sea la agricultura la
principal responsable del colapso, cuando todos los estudios científicos lo
avalan.
Así a pesar del
enfrentamiento entre los sectores del PP que pretenden vender que ellos han
tomado todas las medidas necesarias para evitarlo y la formación política
innombrable que pretende arrasar cualquier medida de protección ha llevado
finalmente a la formación de un gobierno de coalición tras las elecciones
regionales del 2023, donde los ultras han conseguido las competencias sobre el
litoral, desde donde esperan desarticular la escasa legislación protectora del
Mar Menor .Es de lamentar que todo esta situación se haya producido ante la
pérdida de memoria de gran parte de la población murciana, que volvió a apoyar
a estos partidos, al abandonar la movilización tras la aprobación de la
Iniciativa de Legislación Popular, ignorando que sólo con leyes no se resuelven
los problemas, como se comprueba con una Constitución que establece una
serie de derechos que luego no se cumplen.
Conclusiones
El sector
agroalimentario como el resto de la economía europea actúa en un espacio único
controlado por pocos actores, que fijan condiciones a los productores a través
de las semillas, los productos fitosanitarios y sobre todo estableciendo
precios a los agricultores y a los consumidores gracias a la concentración
existente en la distribución de las grandes cadenas.
De esta forma,
hay una organización oligopólica, que se reparten los mercados y ante el que ni
los productores ni los consumidores tienen ninguna capacidad de negociación.
Nuestra
experiencia en el Mar Menor demuestra cómo cualquier conflicto local debe
abordarse desde una perspectiva global. Desde Ecologistas en Acción de la
Región de Murcia se ha iniciado un proyecto de colaboración con consumidores
organizados en Alemania. A través de la campaña «El verdadero precio de los
productos mediterráneos» (10) se trata de visibilizar el desastre provocado por
el afán consumista a través del complejo agroalimentario que convierte a la
agricultura, producto de siglos de cuidado de la tierra y la salud humana en
una simple máquina productora de alimentos industriales.
Esto nos indica
que todos formamos parte de un marco capitalista, donde los intereses
particulares, dan vida a un solo mercado por encima de cualquier frontera.
Teniendo en
cuenta que toda esta dinámica solo se puede entender en el marco mundial y
europeo, se necesita una colaboración y acción conjunta de los movimientos y
organizaciones sociales a esa escala. El oligopolio capitalista exige la
pérdida de muchos derechos conseguidos a través de décadas de luchas. Las
consecuencias de ese poder genera el marco adecuado para que la ultraderecha,
que es mucho más amplia que los grupos innombrables en todos los rincones
europeos, se aproveche y proponga repliegues nacionalistas y proteccionistas,
que son la base del racismo y la xenofobia.
La alternativa
al dominio capitalista, por el contrario, sólo puede surgir a escala
supranacional lo que exige un cambio de perspectiva para organizar la
acción en defensa de derechos y del planeta y para lograr nuevos avances hacia
una sociedad libre de la dinámica suicida de un capitalismo explotador y
depredador sin límites.
Referencias:
(1) Estudio de
Ordenación Territorial de la zona del Mar Menor y su entorno.Centro de Estudios
de Ordenación del Territorio . 1981
(2) https://www.elsaltodiario.com/urbanismo/la-manga-del-mar-menor-paraiso-de-sol-o-infierno-de-ladrillo
(3) Delgado,
Antonio y Tudela Ana. La máquina del regadío. Octubre de 2019. https://especiales.eldiario.es/desastre_mar_menor/maquina_del_reg
(4) Anuarios de
Estadística Agraria de la Región de Murcia. Consejería de Agricultura.
(5)
Esteve,M.A.,https://theconversation.com/mar-menor-historia-de-un-colapso-ambiental-que-pudo-haberse-evitado-166577
(6) Miteco,
Análisis de soluciones para el vertido cero al Mar Menor proveniente del Campo
de Cartagena.
(7) Instituto
Español de Oceanografía. Informe de evolución y estado actual del Mar Menor en
relación al proceso de eutrofización y sus causas.
(8) Censo de
Asociación Hippocampus, . https://amp.laopiniondemurcia.es/comunidad/2020/12/01/mar-menor-pierde-45000-caballitos/1167319.html/
(9) https://www.marmenorpersona.legal/p/nota-de-prensa-manifestacion-7-de.html?m=1