miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿Y JOSÉ RAMÓM MARCUELLO QUÉ?

José Ramón Marcuello es periodista y escritor (lo era ya antes de la Expo 2008), de Jaca, de aquí mismo, o sea, más aragonés que Mijail Gorbachov, el que apuntilló no el comunismo, sino la extinguida URSS, y más aragonés también que el secretario general de la OCDE, el méxicano José Angel Gurria, personajes ambos que junto a otros “acuáticos” andan estos día por Huesca el primero y por Zaragoza el segundo aportando poquito a lo que es el agua y cobrando mucho por lo poquito que dicen, que en realidad es el kid de la cuestión: cobrar mucho por nada. Los negocios se redondean así.
José Ramón Marcuello sabe de agua bastante más que estos dos personajes, aunque no haya tenido ninguna intervención pública de relumbrón en ninguno de los actos que con la excusa del agua tiene la Expo para gastar dineros. Y sabe de agua porque se ha mojado el culo sin trampa ni cartón, o sea, que ha escrito una docena de libros relacionados con el agua, el Ebro, sus gentes, etc., aparte de otras aportaciones a la cultura aragonesa con su Revista TREBEDE, pero esto por lo que se ve no mola, no es chuli.
Como José Ramón no ha sido presidente de la URSS ni secretario de la OCDE, pues no sabe del agua y por eso no le han consultado ni nada de eso.
Los acuáticos de verdad son Mijail Gorbachov y José Angel Gurria. El primero se ha descolgado en Huesca diciendo que el agua es importante para la vida, pero importante de verdad, no se vayan a pensar, y que el agua está húmeda y moja, y que en un momento dado se junta el agua con la tierra y, como lo leen, ¡se forma barro! Y el segundo, que este si que es vivales por lo fino, ha dicho en Zaragoza que el agua es un bien “escaso y valioso”, con lo que ha descubierto la pólvora y que “se deben plantear políticas públicas y una participación del sector privado para que haya una mejor gestión”, que en realidad lo que ha querido decir este bendito en palabras de buena cristiandad, es que el Estado, o sea, todos nosotros corramos con los gastos de infraestructuras de las aguas, para que después cuatro banqueros, banqueras y banquetistas se queden con los beneficios de la venta del agua que ya era nuestra. No es tonto este zagal no. Del agua no sabemos si sabe o no, pero de tonto no tiene un pelo, y la guardia civil sin actuar, claro que, también es verdad que todavía no se ha quedado con el agua para vendérnosla.
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