Los cinco grandes desafíos
para La Palma cuando el volcán se dé por apagado
Por Karen
Estévez
Rebelion / España
| 23/12/2021 | España
Fuentes: El
Diario [Foto: Un vehículo cubierto de ceniza en Tacande (Alejandro Ramos)].
Desde la salud
mental a la problemática habitacional, pasando por las carreteras y una
renovada economía, la isla bonita se pone en marcha para reconstruir su
historia
El volcán de La
Palma tiene los días contados: le quedan tres para que, según los expertos, se
dé por concluida su actividad y, por fin, los palmeros y palmeras puedan decir
adiós a la erupción más larga y más destructiva desde que se tienen registros
en la isla. Aunque el tan anhelado final esté a la vuelta de la esquina, pasar
página no será tan fácil. Se necesitará paciencia, tiempo e inversión para
recuperar todo aquello que quedó sepultado bajo las coladas. Por algún punto
habrá que empezar: la Isla Bonita se lanza a escribir desde
este 25 de diciembre un nuevo capítulo en su historia, el de la reconstrucción.
Foto: El cono
principal del volcán de La Palma desde Cabeza de Vaca,
Alejandro Ramos.
Como todo
capítulo nuevo, los isleños se enfrentarán a un lienzo en blanco: un territorio
totalmente borrado del mapa, con un suelo incandescente, cubierto de ceniza
volcánica y malpaís, infértil (por ahora); una vecindad diezmada por las
migraciones que se han ido produciendo, con pueblos enteros debajo de metros y
metros de material magmático; y miles de ciudadanos hundidos bajo el trauma de
haber perdido irremediablemente los cimientos de una vida: el hogar. Ni qué
decir de la economía, golpeada primero por la COVID, después por un incendio
forestal y, finalmente, por un volcán sin nombre durante más de 90 días
seguidos.
Una de cal y
otra de arena. Al menos esta erupción aciaga no se ha cobrado víctimas
mortales, aunque se mantiene la duda sobre el hallazgo del cadáver de un hombre
que cayó desplomado cuando limpiaba la ceniza del tejado de un familiar. A
pesar de todo, preocupan los daños sobre la salud mental de palmeros y
palmeras, y también de todo el personal y voluntarios que han trabajado duro en
estos tres meses de erupción.
Las cifras son,
a todas luces, dramáticas. En tres meses de catástrofe, el volcán ha devorado
1.218,87 hectáreas y destruido más de 1.600 edificaciones, según el Catastro.
Para la red de satélites Copernicus, la situación es aún peor: 1.241 hectáreas
se han visto afectadas por las lenguas y 2.988 construcciones han sido
engullidas por ellas. El Gobierno de Canarias ya ha tasado las pérdidas en unos
900 millones de euros. ¿Cómo levantar todo esto?, se preguntan en La Palma.
Nadie sabe por dónde empezar a barrer.
Estos son los
cinco grandes desafíos a los que se enfrentarán ahora los isleños:
Gases, cenizas y suelo caliente: el volcán sigue siendo un problema
Aunque ya no
presenta signos vitales, el volcán sigue desgasificando, sus coladas siguen
estando calientes y la ceniza se ha adueñado del paisaje del Valle de Aridane.
La portavoz del Comité Científico del Plan de Emergencia Volcánica de Canarias
(Pevolca) y directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en las
Islas, María José Blanco, explicaba a
este periódico que la vuelta a las viviendas de la zona de exclusión llevaría
un tiempo, precisamente por esa presencia de gases nocivos para la
salud.
Caminar sobre
las coladas es, por ahora, un imposible. El investigador Stavros Meletlidis
relató que la temperatura en superficie de las coladas es de unos 40 grados,
pero en profundidad «podría llegar a 300». Todo depende de la altura de las
coladas, que van de los cuatro a los 80 metros, en la zona más
próxima al cono principal y donde se han creado también tubos
volcánicos y jameos. Según el científico, para recuperar ese terreno habría que
realizar previamente un estudio.
La ceniza
volcánica es otro cantar. Aunque con el tiempo hará más fértil esta zona de la
isla gracias a sus características, por ahora representa más una amenaza que
una bendición. El capitán Marcos García López, jefe del subgrupo táctico La
Palma, confirmó que se sigue trabajando 24 horas en retirar ceniza de los
tejados de las viviendas de la zona sur de las coladas, la más afectada.
Actualmente, en la isla hay 242 efectivos desplegados turnándose para barrer.
Así las cosas,
la ceniza representa un constante riesgo para los vecinos y vecinas que no han
perdido sus viviendas por la lava. Su peso amenaza con tirar abajo los tejados,
más cuando el parte meteorológico vaticina precipitaciones en la zona. Bien se
sabe que la mezcla de ceniza y agua crea una pasta pesada, difícil de retirar.
Por ello, la Asociación de Vecinos de La Laguna del municipio de Los
Llanos de Aridane se ha mostrado muy preocupada en las últimas jornadas tras
leer las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología. «Somos conocedores
de los cuantiosos daños por lluvias que tuvieron lugar en la zona en el
invierno de 1949, y años siguientes, debido a las obstrucciones en barrancos y
demás por los materiales y lavas arrojados por el volcán de San Juan»,
indicaban en una nota de prensa.
Foto: Coladas
de lava en Tacande de Arriba, una de las últimas emanadas del volcán que arrasó
con bodegas y cuartos de aperos. Alejandro Ramos
Edificaciones, realojos y futuro de los barrios, el problema habitacional
El volcán de La
Palma ha dejado a 2.329 personas damnificadas, más del 75% en Los Llanos de
Aridane, pero también en El Paso (17%) y Tazacorte (8%). Según Catastro, se han
visto afectadas al menos 1.676 edificaciones, de las que 1.345 eran viviendas.
Cómo resolver la problemática habitacional se convierte ahora en la pregunta
del millón.
El Gobierno de
Canarias ya está dando los primeros pasos para darle respuesta. De hecho, este
lunes se avanzó que la previsión del Ejecutivo es que a finales de enero de
2022 las 280 familias afectadas por la erupción que continúan en hoteles
(porque no tienen una segunda residencia) cuenten con una alternativa
habitacional o vuelvan a sus casas, si es posible. Esta última opción es el
sueño de la mayoría. Algunos podrán hacerlo realidad, otros no.
Para los que no
puedan volver, el Consejo de Administración de Viviendas Sociales e
Infraestructuras de Canarias (Visocan) acordó hace 24 horas la compra
de cinco viviendas más en el municipio de Tazacorte, por lo que son 102
los pisos bonificados al 100% el primer año que se pondrán a disposición de las
familias. En todo caso, se teme que el proceso de adaptación a una nueva vida
en un piso de 60 a 90 metros cuadrados sea todo menos sencillo. Cabe recordar
que la gran mayoría de los damnificados vivían en casas familiares espaciosas,
con terrenos para el cultivo y los animales.
El desarraigo
también se convierte en un factor de riesgo. El volcán ha extinguido a barrios
enteros, como el recordado Todoque, con sus iglesias, sus colegios, sus
negocios de toda la vida. Según el Catastro, 75 edificaciones industriales del
Valle han sido borradas por las coladas; 44 de ocio y hostelería y 16 de uso
público.
Precisamente el
desarraigo ya ha provocado que dos familias que perdieron todo rechazaran hace
una semana la vivienda que le habían dado en Fuencaliente por considerar que
estaba demasiado lejos de su extinguido barrio, en el Valle de Aridane.
Es la
reconstrucción de los barrios uno de los puntos de mayor debate: ¿se deben
volver a ubicar sobre las coladas?, ¿los terrenos deben volver a sus
propietarios?, ¿se debe conservar el nuevo paisaje como la naturaleza lo
rediseñó? Tocará dar respuestas en cuanto la lava se enfríe.
Carreteras, la conectividad imposible
Según el
Cabildo de La Palma, se han perdido bajo el material magmático 73.805 metros de
carreteras. Los principales daños se han dado en la LP-2 (2.308 metros
afectados), la LP-211 (1.278 metros), la LP-212 (1.622 metros), la LP-213
(2.972 metros) y la LP-2132 (2.554 metros), todas ellas, vías esenciales para
la comunicación entre Tazacorte y el sur de la isla.
Para esta
problemática el consejero de Obras Públicas, Transportes y Vivienda del
Gobierno de Canarias, Sebastián Franquis, ya ha comenzado a escribir un plan
para la reconstrucción del sistema viario del oeste de La Palma, para ponerlo
en marcha una vez se dé por finalizada la situación de emergencia. La
Consejería ha programado una planificación en tres fases: actuaciones urgentes,
obras del convenio de Carreteras a ejecutar a medio plazo y obras a incluir en
el Plan de Reconstrucción que diseña el Estado para La Palma.
Franquis ha
calificado de «obra urgente» la actuación que se está realizando por orden del
Pevolca. Se trata de una carretera de emergencia de 2,2 kilómetros y una
previsión de coste de 1,7 millones para recuperar la comunicación de Puerto
Naos con la red de carreteras de la comunidad autónoma. Esta actuación se
inició el pasado 9 de noviembre de 2021 y tenía una previsión de ejecución de
30 días.
Asimismo, el
consejero apuntó que, en el medio plazo, «estamos impulsando, conjuntamente con
el Cabildo, los dos proyectos más importantes que existen en la zona oeste, y
que están incluidos en el Convenio de Carreteras, como son la Circunvalación de
El Paso y el tramo Remo-La Zamora por la costa».
Por otro lado,
el consejero también se refirió a la planificación que está llevando a cabo el
Gobierno de Canarias, en coordinación con el Cabildo insular y los
ayuntamientos de El Paso, Los Llanos y Tazacorte y con la colaboración del
Estado, para proyectar una nueva vía que conectaría Puerto Naos con Tazacorte
por la costa, y que actuaría como corredor de infraestructuras para reponer no
solo el acceso a los núcleos agrícolas y poblacionales, «sino también como una
alternativa que aglutine servicios como saneamiento, energía o
telecomunicaciones que han sido afectados por las coladas de lava en otros
puntos».
Negocios, plataneras y el problema de la economía
El volcán ha
rematado la economía de la Isla Bonita, ya bastante afectada
por la crisis derivada de la pandemia y por un incendio forestal que afectó a
la zona del volcán semanas antes de aquel fatídico 19 de septiembre. La
situación es tal que en este tiempo se han ido aplicando una serie de medidas
excepcionales para ayudar al sector productivo de la isla, marcado por la
agricultura y el turismo, como es el caso del mantenimiento de los ERTE.
El futuro del
empleo pasará por los Presupuestos Generales del Estado, en los que se incluye
un plan específico para Canarias con 42 millones. Al mismo tiempo, está
avanzado el plan extraordinario de empleo y formación para La Palma, dotado con
63 millones de euros, cuyo objetivo es mitigar los efectos del volcán y
contratar a más de 1.600 parados de la isla. Con esta estrategia se lograrán
cifras de empleo como las que había antes de la pandemia.
El drama es
mayor para los que se dedicaban a la agricultura: cerca de 500 familias tienen
sus pequeñas producciones de plátano, principalmente, sepultadas por la lava y
más de 5.000 productores de esta fruta deberán afrontar una lucha continua
contra la ceniza que invade sus cultivos con graves pérdidas.
Ante esto, ya
han comenzado a llegar las primeras ayudas y son continuas las campañas
publicitarias para incentivar la venta del plátano en la Península. No cabe
duda de que, como bien canta Rosana, la economía «renacerá entre cenizas».
La salud mental, uno de los mayores desafíos
Uno de los
mayores desafíos para La Palma será ahora cuidar de la salud mental de su
ciudadanía. «Esta semana hemos comprobado un aumento en el número de personas
que quieren venir a una intervención psicológica porque están padeciendo por un
shock de realidad: acaban de darse cuenta de que ya no hay humo ni fuego ni
lava y que se ve muy claro lo que ha pasado», confiesa a Canarias Ahora
Estefanía Martín, miembro del equipo del Colegio Oficial de Psicología de
Tenerife que opera en la Casa Massieu.
«Estamos
detectando que hay una sensación de incredulidad entre los pacientes, de vivir
en un sueño, de pensar que van a volver a sus casas», apunta, y desvela que han
aumentado los ataques de ansiedad, de pánico y de síntomas depresivos, «como no
querer levantarse de la cama y volver a la tristeza profunda».
El desafío se
plantea evidente. «Con lo que nos vamos a enfrentar ahora es con las
dificultades a la hora de procesar la realidad, el darse cuenta de lo que
realmente ha pasado en estos tres meses y el sentirse solos, porque con el
tiempo esto perderá interés y ya no estará la tele. Quedar en el olvido les da
miedo».
En cuanto a los
menores de edad, Martín señala que «eran los que más conductas y depresiones
tenían por la mala gestión emocional». La profesional de la psicología critica
la falta de inversión en gestión emocional en los colegios, un trabajo previo
que hubiera facilitado la situación tras la erupción. No obstante, los más
pequeños «son más resilientes y aprenden más rápido», aunque eso no quita que
tengan nuevas heridas reveladas en cambios en las conductas con agresividades y
ataques de ira que antes no se daban.
También será un
reto trabajar en la salud mental de todos los recursos de emergencia y
voluntarios desplegados en La Palma. «Muchos sentirán una irremediable
incertidumbre laboral, no tienen estabilidad, para tantos es su primer trabajo
y están pasando un estrés laboral muy grande», advierte la psicóloga. Sin
embargo, para los expertos y científicos que trabajan midiendo el volcán será
más sencillo, «porque seguirán informando, aunque a lo mejor perderán
protagonismo en redes sociales y medios de comunicación».
Y a todas
estas, se ve resentida la capacidad asistencial. «Nosotros no tenemos huecos
libres, al menos los que trabajamos en la Casa Massieu. Intentamos dar el mayor
número de consultas posible, pero convivimos con la incertidumbre de si
continuamos o no. Esto está causando mella en los pacientes, porque para muchos
es la primera vez que reciben asistencia psicológica y no saben si
continuaremos, nos dicen que esto no es un juego», concluye minutos antes de
que llegue su primer paciente.
Nota de
Rebelión: Las fotos de este artículo están sacadas de esta fotogalería
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