miércoles, 10 de junio de 2020

El gobierno contratará a 7000 militares que los españoles no necesitamos y despedirá a 39.000 sanitarios que necesitamos como el comer. Esto no es de tener mucha materia gris en la pelota esa que va encima de los hombros y que sirve para llevar el sombrero y algunos dicen que vale para pensar. Y si el gobierno que será lo que sea o lo que deje de ser, pero no una cuadrilla de tontuelos, valga para lo que valga la pelota de encima de los hombros, ¿Quién le obliga a más militares y menos sanítarios? Y si le obliga alguien, ¿Cómo es que no responden?, porque otra cosa puede que no pero de palique no escasean



Covid-19: especial gasto militar en España (I)
  • "España contratará 7.000 militares que no necesita y despedirá a 39.000 sanitarios contratados durante la pandemia que sí necesita"
  • "España es el único de todos los países europeos con más de 100.000 militares que no redujo de manera drástica su número de militares entre 2005 y 2017"
  • "Los cinco países que menos militares tienen por cada 1.000 habitantes son los cinco países que lideran el listado de médicos y enfermeras por cada 1.000 habitantes"

Cuartopoder
 9 de junio de 2020


La ministra de Defensa, Margarita Robles, en el acto de traspaso de cartera. / Efe

El pasado 20 de febrero, la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció el aumento de las Fuerzas Armadas españolas de 120.000 –realmente 119.921– a 127.000 efectivos. No fue el primer gran anuncio de aumento del gasto militar, pues en el segundo semestre de 2018 el ministerio de Defensa se comprometió a gastar hasta 12.500 millones de euros en la adquisición o modernización de armamento. Principalmente: compra de 998 blindados 8x8 (3.836 millones de euros) y 5 fragatas F-110 (4.325 millones de euros); actualización de los cazas EF-2000 o los helicópteros Chinook (800 millones); y 2.000 millones de euros para intentar "reflotar" el submarino S-80, famoso por no flotar, no propulsarse y no caber en el muelle.

El gasto, en la mayoría de los casos, era más del interés de la industria militar que de la ciudadanía, lo que ya es grave, pero, entonces, todavía no habíamos sido azotados por la crisis sanitaria y económica que ha provocado decenas de miles de muertos en el país y una crisis económica cuyas estimaciones cifran las consecuencias en dos años de duración, 21% de desempleo y una pérdida del producto interior bruto del 8%. Tampoco los ciudadanos comprobaron hasta qué punto los recortes en Sanidad pusieron en peligro su propia supervivencia o cómo los sanitarios se jugaron la vida, literalmente, para salvar las suyas.

¿Y ahora qué?

Las señales enviadas por Margarita Robles han sido muy claras al respecto, pues a finales de abril, con el azote de la pandemia en su punto álgido, estaba negociando la adquisición de los blindados 8x8. Como si nada hubiera pasado. Por si había alguna duda sobre la vigencia de los planes, el secretario de Defensa, Ángel Olivares, fue todavía más explícito: no solo se van a gastar los 12.500 millones de euros en armas y se va a aumentar el personal militar en 7.000 efectivos, sino que si es posible se gastará más para “relanzar” (rescatar) a la industria armamentista con la denominada operación denominada ‘Ave Fénix’.

En contrapartida, un total de 13 comunidades autónomas han confirmado que no renovarán el contrato de 39.000 sanitarios después de diciembre, incluso muchos de estos contratos no están siendo renovados en la actualidad a pesar de las promesas políticas, como por ejemplo la realizada por Isabel Díaz Ayuso.

En una situación de estas características, criticar el gasto en armamento en lugar de la inversión en Sanidad o la contratación de militares en lugar de sanitarios pudiera parecer una afirmación populista o demagógica, cuando no inconexa, sin embargo, el análisis sobre la verdadera necesidad de España de militares o armas en comparación al personal sanitario tomando como referencia lo que sucede en el resto de Europa demuestra sin mucho margen a la duda todo lo contrario: tener más militares tiene una relación directa con tener menos sanitarios.

¿Necesita España aumentar sus Fuerzas Armadas en 7.000 efectivos?

Como hemos comentado, en España hay en la actualidad aproximadamente 120.000 militares, aunque para la comparación con otros países europeos usaremos la cifra que aparece en el documento de la Agencia Europea para la Defensa denominado ‘Defense data 2005-2017’ [de 2017], la cual se sitúa en 120.812 militares. Si tenemos en cuenta que en España, según el INE, la última cifra de población señalaba un total de 47.100.396 habitantes, ello daría una tasa de 2,56 militares por cada 1.000 habitantes. En el caso de aumentar el número de militares tal y como pretende Margarita Robles, España se situaría en 2,69 militares por cada 1.000 habitantes.

Con los militares actuales, España se encuentra en el puesto 16º de los 27 países que componen la Agencia Europea para la Defensa, lo que pudiera parecer un puesto retrasado. Nada que ver con la realidad, pues el número total de militares por habitante se debe a unas circunstancias muy especiales. Por poner un ejemplo, países como Alemania o Reino Unido tienen menos militares por cada 1.000 habitantes que España, 2,13 y 2,25 por cada 1.000 militares respectivamente, aunque Portugal, Francia o Italia, se encuentran por encima de España con 3,18, 3,10 y 3 militares, respectivamente, por cada 1.000 militares.

Sin embargo, tiene una explicación, pues su punto de partida en el año 2005 era muy superior al de España, es decir, su tendencia se sitúa a la baja, claramente a la baja: Italia redujo un 44% sus efectivos de 2005 a 2017; Francia, un 40%; y Portugal, un 30%. De hecho, España es el único de todos los países europeos con más de 100.000 militares que no redujo de manera drástica su número de militares entre 2005 y 2017, no solo eso, sino que incluso posee más efectivos en 2017 que en 2005, aunque durante la crisis descendiera el total de efectivos (subió después de 2005 hasta alcanzar su máximo en 2008 y descendió ligeramente). Incluso si analizáramos el descenso de militares, solo desde 2008, cuando había en España 137.800, el descenso de efectivos se sitúa en el 12,5%, entre un tercio y una cuarta parte de la reducción de Italia, Francia o Portugal. De hecho, de 2005 a 2017, solo Lituania, Estonia y Rumanía, además de España, aumentaron el número de militares, el resto de países europeos lo redujeron de forma más que considerable, como son los casos –además de los ya comentados de Italia, Francia y Portugal– de Polonia, con un 29%; Alemania, 27%; o Grecia, 23%.

Además, si se analiza el número de militares por cada 1.000 habitantes de los países que se encuentran por encima de España, encontramos que, salvo Austria, cuya tendencia también es claramente menguante –redujo los efectivos el 31,8% desde 2005–, existe una razón de peso para ello: 1) son países en una situación de tensión regional, como Chipre, Grecia, Lituania o Estonia; o 2) son países con un pasado reciente bélico, como Croacia o Eslovenia.

Es decir, con los datos existentes, en el caso de aumentar el número de militares en España y mantenerse la disminución en el resto de los países, en un corto período de tiempo nuestro país se situará entre los diez países de la Agencia Europea para la Defensa con mayor número de militares por cada 1.000 militares. Una situación que solo vendría a confirmar la tendencia existente en los últimos quince años: España ha pasado del puesto séptimo en 2005 en cuanto al número absoluto de militares al quinto lugar en 2020, superando a Grecia y Polonia, y con el aumento se situaría muy cerca de Reino Unido, que cuenta con un 50% más de población, e incluso, en el caso de continuar la disminución de efectivos militares en las Fuerzas Armadas británicas podría incluso situarse por encima y alcanzar el cuarto lugar en cuanto a efectivos militares totales.

Sin embargo, España se encuentra en la parte baja en cuanto a personal sanitario

Tras analizar los datos publicados en el año 2019 por el propio Gobierno español en cuanto a la situación sanitaria en Europa en el año 2017, el mismo y el último año del que existen datos en la Agencia Europea para la Defensa, con lo que la comparación se realiza con datos del mismo año, se puede concluir que los índices de España son de los más bajos: España es la undécima en cuanto a médicos por cada 1.000 habitantes con 3,9; la vigésimo segunda en cuanto a enfermeras por cada 1.000 habitantes con 5,7; y la vigésimo quinta en cuanto a camas de hospital por cada 1.000 habitantes con 3. Con respecto a la media de los países que conforman la Agencia Europea para la Defensa, se encuentra ligeramente por encima de la media en cuanto a médicos (3,9 por 3,68), pero muy por debajo en cuanto a enfermeras (5,7 por 7,91) y camas hospitalarias (3 por 5).

Por tanto, es obvio que resulta mucho más necesario para España revierta la decisión de las 13 comunidades autónomas que han confirmado que no renovarán a los 39.000 a que España aumente el número de militares en más de 7.000. Para aclarar que incorporar a estos 39.000 sanitarios contratados durante la pandemia no solo sería un agradecimiento por el servicio prestado y el riesgo asumido, bastaría con comprobar que su contratación solo supondría un aumento de 0,82 sanitarios cada 1.000 habitantes, repartidos entre médicos y enfermeras, lo que todavía nos dejaría muy lejos de los países con mejores tasas de médicos y enfermeras por cada 1.000 habitantes. España se sitúa en la actualidad con un total de 9,6 médicos y enfermeras por cada 1.000 habitantes y con el personal contratado durante la pandemia, pero no renovado, se situaría con un total de 10,42, lo que permitiría ascender hasta el puesto decimosexto, justo detrás de Portugal, pero muy lejos de los puestos cabeceros, en los que el personal sanitario se sitúan entre 14 y 17 médicos y enfermeras por cada 1.000 habitantes.

Pero, ¿el gasto militar tiene relación con el gasto sanitario?

Aun con los datos esgrimidos, podría haber quién aseverara que no existe relación alguna entre el gasto militar y el gasto sanitario. Los datos parecen demostrar que sí: los cinco países que menos militares tienen por cada 1.000 habitantes (Luxemburgo, Finlandia, Suecia, Irlanda y Alemania) son los cinco países que lideran el listado de médicos y enfermeras por cada 1.000 habitantes. De ellos, solo Alemania tiene más de 2 militares por cada 1.000 habitantes. Además, los siete países que más cantidad de médicos y enfermeras suman por cada 1.000 habitantes (Alemania, suma 17,1 entre médicos y enfermeras por cada 1.000 habitantes; Finlandia, 17; Suecia, 15,1; Irlanda, 15; Luxemburgo, 14,7; Países Bajos, 14,5; y Bélgica, 14,1) tienen menos militares por cada 1.000 habitantes que España. En esta suma, nuestro país quedaría en el puesto vigesimosegundo con la cifra ya mencionada antes (9,6 médicos y enfermeras por cada 1.000 habitantes), la cual supone casi la mitad de médicos y enfermeras por cada 1.000 habitantes que Alemania y Finlandia.

Los países que más militares tienen por cada 1.000 habitantes maquillan la situación sanitaria con más médicos y camas

Los países que tienen menos militares que España, entre los que se incluyen los cinco países que menos militares tienen de Europa (Alemania, Irlanda, Suecia, Finlandia y Luxemburgo) tienen menos médicos y camas hospitalarias que los países que tienen más militares por cada 1.000 habitantes que España, incluidos los que más militares tienen por cada 1.000 habitantes (Chipre, Grecia, Lituania, Estonia y Bulgaria), sin embargo los que menor tasa de militares tienen duplican en enfermeras a los que más militares tienen.

Podemos concluir que los países con más militares por cada 1.000 habitantes que España tienen tendencia a tener una cifra superior de médicos y camas (3,88 y 5,33 por 3,4 y 4,73, respectivamente) a aquellos que tienen menos militares por cada 1.000 habitantes que España, lo que se hace más acusado entre los cinco países que más y menos militares tienen en relación a la población (4,52 y 5,28 por 3,5 y 4,24, respectivamente). Sin embargo, los países que tienen menos militares por cada 1.000 habitantes que España, tienen 10,13 enfermeras de media y los cinco que menos militares tienen llegan a los 12,28 enfermeras, mientras que los países que tienen más militares que España tienen 6,44 enfermeras por cada 1.000 habitantes y los cinco que más militares tienen por cada 1.000 habitantes bajan a 5,4 enfermeras por cada 1.000 habitantes.

Los países que más militares tienen en relación a la población, tienen mucho menor personal de enfermería, pero maquillan sus cifras con un número ligeramente superior de médicos y camas. El resultado final es claro: el personal sanitario es menor, por la suma de médicos y enfermeras, cuanto mayor es el número de militares por cada 1.000 habitantes.

El objetivo no puede ser Chipre o Grecia, sino Finlandia o Suecia

El objetivo de España no puede ser competir por aumentar su número de efectivos militares, máxime cuando se trata de uno de los países más afectados por la pandemia y uno de los que menos ajustes de efectivos militares realizó durante la crisis de 2008, sino que la referencia de España debería ser el modelo seguido en Alemania, Suecia o Finlandia.

Para hacernos una idea, si adaptáramos el total de efectivos en España al modelo escandinavo, el total de militares en España se situaría aproximadamente en 65.000 efectivos, justo la mitad de los efectivos que Margarita Robles aspira a tener operativos a corto plazo. La mitad de efectivos supondría, por lo pronto, una reducción solo en gastos de personal de más de 3.000 millones de euros anuales (el total anual se sitúa en 4.500 millones), unos 30.000 millones de euros a la década. Además, quedarían también reducidas considerablemente las necesidades en cuanto a armamento, que también serían menores: menos blindados, fragatas, aviones o submarinos. Sobre todo, aquellos que no flotan ni se propulsan. En total, el presupuesto militar podría quedar reducido como mínimo a la mitad (actualmente, el presupuesto anual oscila, según fuentes, de algo más de 10.000 millones a 18.000 millones anuales), lo que supondría un ahorro total de 5.000 a 9.000 millones de euros anuales y entre 50.000 y 90.000 millones de euros anuales.

Por desgracia, ni el PSOE ni Margarita Robles han planteado una más que necesaria reestructuración de las Fuerzas Armadas para adecuarlas a los intereses de la ciudadanía –el modelo alemán, sueco o finés– en lugar de subordinar tanto el número de efectivos como las adquisiciones de material militar a los intereses de la industria armamentista o los grandes actores geopolíticos (como Estados Unidos).

Uno de los motivos por los que una situación con la actual se puede producir en España es porque los medios de comunicación no fiscalizan lo que acontece en Defensa. Un ejemplo claro lo podemos encontrar en una entrevista del secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares, en la cual afirmó que “en términos de porcentaje de militares en relación a la población hay menos que en Italia, Reino Unido, Francia o Portugal y estamos equiparados a Alemania”. Una falsedad parcial demostrada en este trabajo que no encontró respuesta mediática, política ni social, aunque los datos para corroborarlo son públicos.

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Europa se acerca a Rusia y China y se aleja de Estados Unidos (Y ya si España tuviera la suficiente autonomía nacional y la capacidad política necesaria como para no mantener tropas de Estados extranjeros en suelo español sería chupi)



Borrell acerca Europa a Rusia y China y la aleja de Estados Unidos

Diario Octubre / 10.06.2020



Hace tiempo que lo veníamos anunciando y las últimas señales que llegaban de Bruselas eran muy claras: la Unión Europea se aleja de Estados Unidos y se acerca a Rusia. Es un cambio significativo en la polica de bloques.

Ayer Josep Borrell, que ejerce de jefe de política exterior de la Unión Europea, pronunció un discurso ante un grupo de embajadores alemanes en Bruselas en el que pidió poner fin al “sistema dirigido por Estados Unidos”, abogando al mismo tiempo por un “siglo asiático” centrado en la estabilización de las relaciones entre Europa y Rusia.

El discurso lo pronuncia precisamente cuando Alemania se dispone a asumir la presidencia de la Unión Europea y la del Consejo de Seguridad de la ONU.

Desde que asumió su cargo, Borrell ha dejado muy pocas dudas, sobre todo cuando se negó a meter a la diplomacia europea en la campaña contra China por el coronavirus, como le pidieron desde Washington.

En un reciente artículo suyo publicado en varios periódicos europeos, Borrell ha calificado a China de país “socio”, aunque sería importante matizar mejor este punto porque el proyecto de Borrell es aceptar la “hegemonía económica china” sólo dentro de su “esfera de influencia natural”, que incluye a países como India, Japón, Indonesia y Rusia.

El mensaje de ayer se centró en el restablecimiento de las relaciones con Rusia y el fortalecimiento de los vínculos “con el resto de la Asia democrática”, sugiriendo que la Unión Europea debería prestar su pleno apoyo al puerto ruso de Vladivostok y a las rutas de transporte transiberianas a fin de eludir la iniciativa de la “Nueva Ruta de la Seda” de China para debilitar su posición en Asia.

Se trata, pues, de acercarse a Rusia para mantener alejada a China, para lo cual la Unión Europea debe “mantener la necesaria disciplina colectiva”. En cierto modo parece un intento sutil de alejar a Rusia de China, o al menos ese alejamiento se utiliza como pretexto para acercarse a Rusia sin soliviantar en exceso a Estados Unidos.

Es un esfuerzo baldío. En todo o en parte, la Unión Europea acabará alineada con el Kremlin y Pekín. Es cuestión de tiempo porque los lazos comerciales entre Alemania y Rusia son muy estrechos desde hace ya tiempo.

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