lunes, 5 de junio de 2017

ECOLOGÍA: AMBIENTE, MEDIO AMBIENTE, AMBIENTE ENTERO... ¡CHURRIGA!



Estas son las empresas más contaminantes del mundo

Por Kaos. EcologíA
05.06.2017

Se estima que el 63% de las emisiones de CO2 y de metano mundiales están vinculadas directamente con la actividad de 90 empresas. Chevron (EEUU), ExxonMobil (EEUU), Saudi Aramco (Arabia Saudita), BP (Reino Unido) y Gazprom (Federación de Rusia) son los cinco mayores emisores.











La culpa del cambio climático tiene nombres: 90 empresas son las responsables del 63% de las emisiones globales.

A pesar de que el cambio climático afecta a todo el planeta, los impactos siguen siendo desproporcionados entre las diferentes regiones. Y los países pobres, ya lo sabemos, son los que sufren las mayores amenazas. Pero, ¿a quién atribuir la responsabilidad de los hogares que quedan o quedarán inundados? ¿A quién solicitar una indemnización cuando parece ser que el mundo entero participa en el desastre con su huella de carbono?

Históricamente ha sido posible identificar a los autores de algunos problemas ambientales tradicionales como la contaminación de los ríos o la generación de residuos tóxicos. Sin embargo, durante décadas, la responsabilidad de los gases de efecto invernadero ha sido difusa: al emitirse en todos los procesos que implican combustión, se consideraba un asunto que atañía a todos los ciudadanos. “Ha habido un persistente mito de que todo el mundo es responsable y, si todo el mundo lo es, al final no acaba siéndolo nadie”, manifiesta Carroll Muffett, presidente del Centro de Derecho Ambiental Internacional de Washington. Pero hace tres años esa noción cambió.

Richard Heede es un ambiéntologo meticuloso al que se le debe el informe que recopiló datos cuantitativos e históricos de las aportaciones de gases de efecto invernadero. Sus conclusiones desenmascararon a los culpables: estimó que un 63% de las emisiones de CO2 y de metano mundiales estaban vinculadas directamente con la actividad de 90 empresas e industrias gubernamentales desde la revolución industrial.

Con nombres y apellidos, Heede señaló a quienes llegan a superar un umbral de 8 millones de toneladas de carbono al año individualmente (en conjunto, un total de 914 millones de toneladas de CO2). La lista la formaban productores de petróleo crudo y gas natural, extractores de carbón y productores de cemento. Chevron (EEUU), ExxonMobil (EEUU), Saudi Aramco (Arabia Saudita), BP (Reino Unido) y Gazprom (Federación de Rusia) son los cinco mayores emisores.

“Todos los que toman las decisiones y los directores generales de esas compañías caben en dos autobuses”, expresó Heede a The Guardian para enfatizar que casi dos tercios de las emisiones de carbono recaían en unos pocos.

Se estima que el 63% de las emisiones de CO2 y de metano mundiales están vinculadas directamente con la actividad de 90 empresas
La investigación de Heede desembocó en otra investigación más particular. La Fiscalía de Nueva York siguió una sospecha: la de que la petrolera ExxonMobil podría haber sido consciente de los riesgos que suponía la quema de combustibles fósiles y, en lugar de advertir a las consecuencias, podría haber optado por una campaña de desinformación que mentía a inversores y ciudadanos en general. Todavía no hay una sentencia firme.

Periódicos como el The New York Times se han hecho eco de la noticia, pero la revista Science ha querido difundir la labor de Heede en un perfil resumiendo algunos de sus trabajos. ¿La razón? El pasado mes de julio le llegó una citación. El congresista Lamar Smith convocaba a varias organizaciones de defensa del clima y a abogados de Estado al sostener que éstos podrían haber estado conspirando juntos.

Mientras unos defienden la citación, otros ven un movimiento más impulsado desde los lobbies para socavar las investigaciones que señalan la responsabilidad de los impactos medioambientales.
¿Quién es Richard Heede?

Es normal que se conozca a organizaciones como Greenpeace o a 350.org, pero el nombre de Richard Heede puede que no diga nada a la mayoría. Lo cierto es que este licenciado en Geografía se ha pasado media vida recogiendo datos para desmontar mentiras y para que las emisiones de CO2 no quedaran impunes.

Cuando Ronald Reagan acababa de ser elegido presidente y su administración quería dejar de dar subsidios a proyectos de fuentes de energía renovables bajo el pretexto de que “no eran económicamente competitivas”, Heede elaboró un análisis para encontrar subsidios ocultos a industrias de carbón y del petróleo. A aquel coste para las arcas del Estado se sumaban, además, el coste que suponía el tratamiento de las enfermedades desarrolladas por los trabajadores de la minería. Al final, poniendo números contra números, el argumento de Reagan quedó en entredicho.

En 2003, Heede fundó Climate Mitigation Servicies, una empresa de consultoría especializada en mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero. Uno de sus primeros clientes fue la ciudad de Aspen (Colorado). La ciudad, que vive en parte del turismo de esquí, había solicitado un inventario para reducir las emisiones. Se tomaron datos detallados de la huella que dejaba la actividad humana en la ciudad, pero también de los coches y aviones que traían miles de visitantes cada año. El estudio sirvió a la ciudad para reducir las emisiones y a Heede para comprender que las repercusiones de las emisiones dependían de causas que quedan más allá de las fronteras normalmente trazadas.

¿Quién tiene la responsabilidad cuando las aguas inundan una ciudad a consecuencia de los efectos del cambio climático?

Más tarde empezó a abordar estudios más complejos. Varias ciudades estadounidenses, junto a grupos ecologistas, querían demandar al Banco de Exportaciones e Importaciones de EEUU alegando que la institución financiaba proyectos que dañaban el clima de la Tierra. Richard Heede cuantificó las emisiones de carbono resultantes de los préstamos e inversiones del banco en todo el mundo a partir del estudio de un proyecto de extracción de gas en África y una mina de carbón en Polonia. Todos los proyectos que financiaba el banco resultaban ser los causantes de 2 mil millones de toneladas de CO2. Los demandantes ganaron y el banco acordó llevar estudios de impacto ambiental y apostar por proyectos de energía alternativa.

Heede cree firmemente que debería haber justicia para aquellas zonas que sufren los impactos de las actividades contaminantes. Por eso comenzó la investigación en la que ha invertido 8 años de su vida: poner nombre a mayores responsables de expulsar carbono a la atmósfera. Y su conclusión es arrolladora: tan solo 90 compañías son las responsables de casi dos tercios de las emisiones de todo el mundo.
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¿ANDALUCIA, CANTABRIA, EXTREMADURA, MURCIA...? NO ME JODAS, COMISIÓN EUROPEA.PLASMA MÁS O MENOS, PANAMÁ ARRIBA PANAMÁ ABAJO, SERÁN ALGUNOS POLITICOS ANDALUCES, EXTREMEÑOS, MURCIANOS... Y SUS COMPAÑAS COLINDANTES NECESARIAS (INCLUIDOS JEFES DE LA UE) PARA LA COMISIÓN DEL CRIMEN, NO?



La Comisión Europea señala a Andalucía como la autonomía más corrupta de España


Por Kaos. Estado Español
03.06.2017

Según la Comisión Europea, las cinco comunidades autónomas más corruptas del Estado Español son Andalucía, Cantabria, Extremadura, Murcia y País Vasco, seguidas de cerca por Madrid, Navarra, Castilla y León y Asturias.












La Comisión Europea publica cada tres años su Índice de Competitividad Regional, un informe en el que se evalúan tres grandes categorías que determinan el dinamismo económico y la calidad institucional de las divisiones territoriales de los 28 países miembros de la UE.

El Índice incluye diversos subíndices. Quizá el de mayor interés de todos es el dedicado a la corrupción. Al fin y al cabo, las encuestas llevan años confirmando que este asunto es uno de los que más preocupa a los españoles, solo por detrás del problema del paro. El indicador dedicado a la corrupción evalúa su incidencia en el ámbito de los servicios públicos y combina datos de dos proyectos de investigación: Quality of Government, un informe elaborado por la Universidad de Gotemburgo, y Worldwide Governance Indicators, una iniciativa ligada al Banco Mundial.

Según el documento de la Comisión Europea, la comunidad autónoma con menos corrupción es La Rioja, que recibe una nota de 0,13 y, por tanto, se sitúa por encima del promedio comunitario. El top cinco lo completan Cantabria, Extremadura, Murcia y País Vasco, seguidas de cerca por Madrid, Navarra, Castilla y León y Asturias.

En el extremo opuesto nos topamos con las comunidades en las que la incidencia de la corrupción es más grande. La peor nota se la lleva Andalucía, seguida de Galicia, Canarias, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha. También destaca para mal la calificación que reciben Cataluña, Baleares y Asturias.
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PUBLICADO EN CRÓNICA DE ARAGÓN


Expertos de Naciones Unidas denuncian la política de demoliciones de viviendas en Arabia Saudí

25. mayo 2017 | Por |       Internacional    



Las autoridades saudíes han destruido Al-Masora, un barrio amurallado de 400 años de antigüedad en Awamia, causando la muerte a varias personas


Nueva York (ONU).- Un grupo de expertos de la ONU en Derechos Humanos ha pedido al gobierno de Arabia Saudí que detenga inmediatamente la demolición del vecindario de Al-Masora, en Awamia.

Las autoridades saudíes han destruido Al-Masora, un barrio amurallado de 400 años de antigüedad en Awamia, causando la muerte a varias personas e hiriendo a muchos residentes.

Los relatores especiales sobre derechos culturales, vivienda y pobreza extrema emitieron un comunicado conjunto en el advierten de que esas acciones constituyen una violación de los Derechos Humanos.

El comunicado denuncia la utilización de maquinaria pesada por las fuerzas armadas, que también han incendiado algunos edificios históricos, forzando a los residentes a abandonar sus casas y a huir para salvar sus vidas.

Estas destrucciones borran una herencia cultural viva y representan una clara violación de las obligaciones de Arabia Saudita según las leyes internacionales de Derechos Humanos”, afirmó Karima Bennoune, relatora sobre los derechos culturales.

Los relatores exigen a las autoridades saudíes que detengan de inmediato la demolición del patrimonio histórico y que otorguen a los vecinos afectados reparación y compensación adecuadas.

Fuente y foto: Radio ONU

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TRUMP, RAJOY, DOS DE LAS HIJAS DE ELENA, Y EL CAMBIO CLIMÁTICO QUE HACEN UN TOTAL DE TRES



Trump, Rajoy y el cambio climático

05.06.2017


¿Recuerdan ustedes al primo de Rajoy?, el científico. Rajoy restó importancia al cambio climático aludiendo a su primo científico: «Si nadie garantiza ni qué tiempo hará mañana en Sevilla ¿Cómo van a decir lo que va a pasar dentro de 300 años?»; asegurando que no se puede convertir este asunto – del que ustedes me hablan – «en un problema mundial». Pues diez años después, Donald Trump, lo ha convertido en un problema mundial, con su retirada del Acuerdo de París contra el cambio climático, para frenar el calentamiento global y sus consecuencias, con argumentos parecidos.

La decisión del presidente de EEUU de retirarse del Acuerdo de París, ha sido rechazada por líderes políticos, sociales y empresariales de todo el planeta, incluso en su propio país. El compromiso internacional fue alcanzado en diciembre de 2015, con la intención de contener las emisiones de dióxido de carbono y evitar que la temperatura del planeta se incremente más de dos grados centígrados al final de este siglo, algo que, según los científicos climáticos, tendrá efectos catastróficos.

En 2007, Mariano Rajoy dijo saber poco de este asunto, «pero mi primo supongo que sabrá». El presidente – que sabe más de plasma – , ha reiterado el compromiso de España con el Acuerdo del Clima de París, evitando cualquier crítica a Trump. Por su parte el flamante secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha pronunciado en las redes sociales, manifestando que mientras Trump «se aísla y fosiliza su economía, Europa tiene la oportunidad de construir alianzas frente a desafíos». Desde Equo, Juan López de Uralde, afirma que la transición energética hacia un modelo renovable debe seguir adelante, «A pesar de Trump y a pesar de Rajoy».

El Acuerdo de París tiende un puente entre las políticas actuales y la neutralidad climática que debe existir a finales del siglo. Es el pacto mundial de lucha contra el calentamiento global firmado el 12 de diciembre de 2015, dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Lo acordaron 195 países, la práctica totalidad de los Gobiernos del mundo, y el objetivo perseguido es que el aumento de la temperatura a final de este siglo se quede entre los 2º y 1,5ºC respecto a los niveles preindustriales. Esa es la frontera, fijada por los científicos, para que las consecuencias del calentamiento no sean tan desastrosas. Para lograr ese objetivo se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Además, el Acuerdo reconoce la importancia de evitar, reducir al mínimo y atender a los daños y perjuicios debidos a los efectos adversos del cambio climático; y admite la necesidad de cooperar y mejorar la comprensión, actuación y apoyo en diferentes campos: sistemas de alerta temprana, preparación para emergencias y seguro contra los riesgos. En la lucha contra el cambio climático, el Acuerdo reconoce la importancia de las partes interesadas no firmantes, como las ciudades y otras administraciones subnacionales, la sociedad civil o el sector privado. E invita a intensificar sus esfuerzos y medidas de apoyo para reducir las emisiones; aumentar la resistencia y reducir la vulnerabilidad a los efectos adversos del cambio climático y mantener la cooperación.

Trump, que dice actuar «en defensa de los intereses nacionales», denigró el pacto climático tachándolo de «desventajoso e injusto», además de señalar que debilita la economía norteamericana, dejando abierta la posibilidad de negociar otro pacto que «sea justo para los trabajadores, contribuyentes y empresas». Mientras, parece que China y la Unión Europea se comprometen con las futuras generaciones, manteniendo el compromiso con o sin EEUU.

Frente a la tibieza de Mariano Rajoy, como nos tiene acostumbrados, la firmeza de los líderes europeos. En un comunicado suscrito por el presidente francés, Emmanuel Macron, la canciller alemana, Angela Merkel y el primer ministro italiano, Gentiloni, calificaron el Acuerdo de París como una «piedra angular de la cooperación entre países en lo referente a atajar a tiempo y de forma efectiva el cambio climático». Los tres líderes europeos declaran su compromiso con las obligaciones asumidas, incluidas las financieras. Dentro de EEUU, numerosos representantes políticos, encabezados por el expresidente Barak Obama mostraron su rechazo. Obama acusó a su sucesor de haber situado EEUU «en el pequeño puñado de países que rechaza el futuro».

Donald Trum falsea la realidad para justificar su salida del Acuerdo de París, usando datos del Instituto Tecnológico de Massachusetts para menospreciar los compromisos alcanzados en París. El negacionismo del cambio climático es más una creencia que una teoría política. El presidente de EEUU cree que el calentamiento global provocado por la acción humana no existe y su Partido cree que el cambio climático no es un problema; algo parecido a lo que Rajoy defendió en su día. La petrolera Exxon Mobil, reniega del negacionismo de Trump: «El riesgo del cambio climático es claro y el riesgo demanda acción. El aumento de las emisiones a la atmósfera está teniendo un efecto de calentamiento». La española Repsol también ha aceptado que el cambio climático necesita ser combatido, comprometiéndose a rebajar las emisiones de sus operaciones.

El acuerdo de París es un texto flexible, que no obliga jurídicamente a los países a respectar los objetivos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Cada uno se fija sus propios compromisos y debe reevaluarlos regularmente. La retirada de un miembro, en sí misma, no acaba con la estructura del acuerdo, pero representa un riesgo. La salida de EEUU puede invitar a otros países a relajarse en sus compromisos. Entre las innumerables reacciones de las ONG, de responsables políticos e investigadores, algunos esperan que la salida de EEUU vuelva a movilizar en torno al clima a las ciudades, las comunidades locales, las fundaciones, las empresas, los sectores económicos que ya han entrado en la transición energética.

El país más rico del planeta es también el principal emisor de gases de efecto invernadero y el portazo de Trump a la comunidad internacional, para contentar a su electorado de extrema derecha, ha dejado huérfano al planeta de un liderazgo mundial. Nada hay más atrevido que la ignorancia, y la drástica medida adoptada por el presidente estadounidense y sus explicaciones para justificarla confirman la afirmación. Pero no solo es el abandono de la lucha contra el cambio climático. Desde que llegó a la Casa Blanca se ha propuesto, con su lema «América» primero, hacer añicos las relaciones con Europa y los países vecinos de EEUU; ahora con todo el mundo.

Fiel a su política de ensimismamiento, Donald Trump ha decidido que Estados Unidos se desentienda del futuro del planeta. El abandono del Acuerdo de París es una decisión irresponsable cuyas consecuencias se harán sentir en todo el mundo, y especialmente en EEUU. El alcance que tendrá el abandono del Acuerdo va más allá de los efectos que esta imprudente decisión tendrá sobre el cambio climático.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha aseverado que el abandono del acuerdo podría socavar la seguridad nacional y la economía de EEUU. «El Acuerdo de París es esencial para nuestro futuro común. Es importante que la sociedad norteamericana y el mundo empresaria se movilice para preservar el Acuerdo de París como garantía de un futuro para nuestros hijos y nietos».

La salida de EEUU no tiene por qué suponer el fin del pacto de París, aunque algunos especialistas prevén que podría tener repercusiones climáticas, por tratarse el segundo país mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero. Aunque el mayor peligro que entraña la grave decisión de Trump es que se produzca un efecto llamada a otros países. El reto que se presenta es cómo reconstruir el desafuero norteamericano. Trump ha dado la espalda a la comunidad internacional, convirtiéndose en una amenaza a la seguridad y la estabilidad de la humanidad.

@caval100

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PARA UNA SOCIOLOGÍA DE LAS AUSENCIAS

      

Boaventura de Sousa Santos
Sociología Crítica
03.06.2017

Boaventura de Sousa Santos / Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez

Estamos en 1913, en el centro de la vida cultural y política de Europa, un centro que pasa fundamentalmente por Viena, Berlín, Praga, París, Múnich y, a lo lejos, Londres. Las élites culturales alimentan incesantemente su ilustración en los periódicos, folletines y saraos literarios, en las galerías de arte, los conciertos, las tertulias de café. Están febrilmente al corriente de la actualidad cultural y artística y siguen con cierta distancia la actualidad política, mucho menos excitante.

Pero entre esas élites hay jóvenes revolucionarios que en la clandestinidad van preparando tiempos nuevos. Son tiempos que imaginan llenos de creatividad, innovaciones e irreverencias que rompen con las rutinas, las inercias, las convenciones. Es el nuevo siglo en plena efervescencia de la primera juventud. Se discuten nombres, obras y acontecimientos, muchos de los cuales aún hoy, un siglo después, nos son familiares.

Kafka concluye La Metamorfosis, una de sus obras más geniales, que se publicará en 1915. Bajo pseudónimo, llega a Viena Joseph Stalin, mandado por Lenin para estudiar la cuestión nacional, un tema al que los marxistas austro-húngaros habían dedicado particular atención. Como Stalin no sabe alemán, será Nikolái Bujarin, otro revolucionario ruso en el exilio, quien le ayudará a leer la bibliografía.

Este apoyo no mereció la gratitud de Stalin. Veinticinco años después, en 1938, Bujarin, sin duda uno de los más brillantes intelectuales de la Revolución rusa, será mandado asesinar por Stalin durante los infames juicios de Moscú. En la misma época y en la misma ciudad, un joven pinta, sin ninguna calidad, acuarelas de catedrales para vender a turistas. Se llama Adolf Hitler. Sigmund Freud publica Totem y tabú, un libro en el que el psicoanálisis se aplica a la antropología social y cultural y que resultaría tan influyente como controvertido.

 El conflicto en el interior del movimiento psicoanalítico entre Sigmund Freud y Carl Jung se agrava y alcanza proporciones que van mucho más allá de un debate científico. Thomas Mann acaba de publicar Muerte en Venecia, una novela que, según la intelectualidad maledicente, manifiesta la homosexualidad secreta del novelista.

La famosa pintura de Leonardo, Mona Lisa, es encontrada en un hotel de Florencia, después de haber sido robada del Louvre en 1911 por un “nacionalista” italiano. En un reparto típicamente “igualitario”, según criterios eurocéntricos, los alemanes financian las excavaciones arqueológicas en Egipto; la mitad de los objetos se quedan en el Museo del Cairo y la otra mitad van al Museo de Berlín. Es en este año que viaja a Europa el busto más famoso del mundo, el busto de Nefertiti. Karl Kraus, uno de los periodistas y ensayistas más brillantes de su tiempo, publica regularmente en Viena su revista Die Fackel (La antorcha), invectiva contra la corrupción, el nacionalismo, el psicoanálisis, el mal gusto.

 Las polémicas e incluso las acciones judiciales se suceden. El placer de pensar y el milagro del lenguaje alcanzan en Kraus el paroxismo. Pablo Picasso y Georges Braque son los grandes pioneros del cubismo, que en esta época adquiere una nueva dimensión, el cubismo sintético. En 1913, Duchamp ejercita su “delirio de la imaginación” instalando una rueda de bicicleta en su estudio para mostrar que hay otros movimientos más allá del movimiento lineal del progreso.

Es el año en que exhibe en Nueva York su Desnudo bajando una escalera. Los pintores descubren la desnudez, de Gustav Klimt a Egon Schiedle y Oskar Kokoschka. Este último se enamoró de Alma Mahler, viuda de Gustav Mahler, y a pesar de pintar las obras maestras que Alma exigía para ser “conquistada” por él, acabó por perder en su competencia con el gran arquitecto Walter Gropius, fundador de la Bauhaus y uno de los padres de la arquitectura modernista. Es la época en que buenas costumbres ceden ante la pornografía de la novela del vienés Felix Salten, Las memorias de Josephine Mutzenbacher, que los fans de las películas porno de los años setenta del siglo pasado verán interpretada por la famosa actriz porno, también austríaca, Patricia Rhomberg. Otro hijo de la efervescencia cultural de Viena es el filósofo Ludwig Wittgenstein, que en 1913 se retira, en compañía de su pareja, a una pequeña aldea noruega para escribir el Tractatus Logico-Philosophicus.

Arnold Schonberg escandaliza a Viena con su innovación en la escritura musical. Igor Stravinsky presenta en París La consagración de la primavera, 33 minutos que cambiaron la sensibilidad musical del llamado mundo culto. Marcel Proust publica el primer volumen de En busca del tiempo perdido, mientras que Max Beckmann escribe que “el hombre sigue siendo un cerdo de primera clase”. 1913 es el año en que Virginia Woolf intenta suicidarse por segunda vez (la primera fue en 1904). Solo tendrá “éxito” al tercer intento, en 1941, ante el espectáculo devastador de su casa bombardeada.

¿Qué falta en esta narrativa?

Aparentemente, nada. El mundo cultural hegemónico está aquí retratado en pleno. Prueba de ello es el hecho de que, cien años después, todos estos nombres nos son familiares. Empero, una reflexión más profunda revela dos ausencias fatales. La primera es que el discurso cultural de este año es totalmente indiferente respecto al peligro de ocurrencia de la catástrofe que, al año siguiente, sacudirá Europa y el mundo dependiente de ella, la Primera Guerra Mundial. En ella van a morir 17 millones de personas, militares y civiles, y, entre ellos, muchos africanos de cuya existencia la Europa culta nada sabe ni quiere saber. En las colonias francesas, 263.000 muertos; en las colonias inglesas, 141.000; en las colonias alemanas, 123.000; en la colonia portuguesa de Mozambique, 52.000. Estamos ante el acontecimiento más catastrófico desde la peste negra, que entre 1346 y 1353 segó la vida de 75 a 200 millones en Eurasia.

¿Por qué esta omisión de las élites culturales?

Tal vez solo Karl Kraus estuviese atento a lo que estaba por venir con sus críticas a los generales y a los industriales que se lucrarían con la guerra, y a la prensa a su servicio. Por eso escribió, entre 1915 y 1922, su megapieza de teatro, Los últimos días de la humanidad. Y, en un registro totalmente diferente, un joven deprimido, de nombre Oswald Spengler, escribía en Múnich, en 1913, un libro que vendría a ser la Biblia de los reaccionarios europeos, La decadencia de Occidente. Había señales abundantes de que lo peor podía ocurrir, pero las élites culturales (y también políticas) se negaban a verlas. La normalidad de los excesos se convirtió en el exceso de la normalidad. ¿Y hoy?

La segunda ausencia tiene que ver con el hecho de que todo lo que ocurre fuera de Europa, o de manera específica fuera de Europa del Norte y Central, no existe, es decir, es producido como no existente por el pensamiento hegemónico. Este pensamiento cubre un pedazo minúsculo del mundo y, sin embargo, se arroga una manifestación del “universalismo europeo” (en sí mismo un oxímoron). Esto es posible porque, a partir de la expansión colonial europea a fines del siglo XV, una línea abisal, tan radical como invisible, fue trazada entre las relaciones sociales en el mundo de las metrópolis europeas y las relaciones sociales en el mundo de las colonias extraeuropeas.

En los términos de esa línea, una línea geopolítica, ideológica y epistemológica, la realidad social, política, cultural y ética relevante, la que cuenta para definir principios, valores y criterios de sociabilidad social, ocurre de este lado de la línea, en las sociedades metropolitanas. Del otro lado de la línea viven seres subhumanos, hay un mundo de peligros a vencer y de recursos a ser apropiados, por la violencia si es necesario. Los europeos asumen de modo imperial esa división abisal, convencidos de que en el mundo metropolitano el regulador de la convivencia es la conciencia, mientras que en el mundo colonial es la conveniencia.

De ahí que la narrativa hegemónica no pueda imaginar como relevante que, en 1913, Gandhi organice en Sudáfrica la primera marcha de protesta en defensa de los mineros indios, un momento clave en la lucha y también de ambigüedad gandhiana de cara al Imperio británico. O que ese mismo año sea promulgado el Natives Land Act, la ley que reserva la tierra sudafricana para los blancos y apenas deja el siete por ciento de la tierra cultivable para los negros, a pesar de ser estos la amplia mayoría de la población.

Por lo demás, del otro lado de la línea abisal, pensar en términos de acontecimientos aislados y fechados es una trampa epistemológica, porque lo que está en curso es un proceso continuo de apropiación violenta de recursos coloniales como resultado del primer reparto de África en la Conferencia de Berlín (1884-85), del genocidio de poblaciones nativas, tanto en las Américas, como en el “Estado Libre del Congo”, un eufemismo patético: el rey Leopoldo de Bélgica presidió ahí las atrocidades más crueles, conocidas como “los horrores del Congo”, que redujeron su población en varios millones de personas entre 1885 y 1908.

Contrariamente a las apariencias, la línea abisal no cesó con el fin del colonialismo de ocupación territorial. Permanece hoy, tal como continúa el colonialismo, aunque bajo nuevas formas. Es la línea abisal que justifica hoy el racismo, la xenofobia, la islamofobia, la destrucción de países como Irak, Libia o Siria, la “solución final” de Palestina, perpetrada por víctimas convertidas en agresores, el encarcelamiento masivo de los jóvenes negros norteamericanos, el tratamiento inhumano de refugiados. Tan diferentes, y sin embargo tan iguales, las ausencias de 1913 y las de hoy.

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UNOS GUARDIAS CIVILES (toda la Guardia Civil en pleno, no), UNOS CURAS (todo El Vaticano con el Papa Francisco a la cabeza, no); UNOS MILITARES (todos los militares, no), UNAS MONJITAS (todas las monjitas no, porque las monjitas de Zaragoza que fueron trincadas con medio millón de euros en el convento no estaban), UNAS FÉMINAS PARA NIVELAR (pero no todas las féminas, porque las de Podemos, ni siquiera la que enseñaba las tetas en una capilla, no estaban), LES ENTRA EL BAILONGO TUTTI PLEN EN FORMA DE FE, Y ALLÁ QUE SE VAN A LA VIRGEN DE LOURDES CON MÁS DE 10.000 EUROS DE TODOS LOS ESPAÑOLES. LO IMPERDONABLE ES QUE BAILARAN UNA CONGA, CON LO PATRIOTICO UNILATERAL QUE HUBIERA QUEDADO UN JUANITO EL CHOCOLATERO BALIDADO ORDENADAMENTE DE POR LA DERECHA DE A DOS ¡MARCHEN...! ¡DERECHA..., DERECHA, UN DOS, UN DOS... DERECHA... DERECHA! (y que Dios me perdone, o el que sea, pero que me perdone, porque a este paso yo no hago más que subir y bajar por las paredes,descansando un poco en el techo, pero sin llegar a engancharme en la lámpara, y es que un día como se me resbale una zapatilla de estas de andar por casa, adiós muy buenas, pues que me desgracio. Oiga, que cosas más dificiles se han visto)



'Se busca' al que difundió las imágenes de la conga 'de la vergüenza'

Polémica por un vídeo de la Peregrinación Militar a Lourdes, calificado como "vergonzoso" por la AUGC


El Plural.com
04.06.2017
         






                      
Cada año denuncian lo "casposa y rancia" que es la Peregrinación Militar Internacional a Lourdes, pero esta vez, un video, que no ha tardado en hacerse viral, en el que monjas, curas y guardias civiles españoles participan en el baile de una conga al ritmo del pasodoble ‘Que viva España’ ha indignado más que nunca a este colectivo, que, por otra parte, ve retratadas en imagen sus denuncias.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha tachado de "vergonzoso" un vídeo, que, demuestra, narra a el ELPLURAL.COM Juan Fernández, portavoz de AUGC, que esta actividad “no debería llevarse a cabo” y que, "deja en muy mal lugar la imagen del cuerpo”. “Parece de broma, podría confundirse con el carnaval de Cádiz”, lamenta.



Infinitas veces ha denunciado la romería esta agrupación, a la que le ha costado mucho saber qué gasto generaba a los fondos públicos. “Pedíamos los datos y no nos los querían dar, y lo conseguimos, como casi todo, por preguntas parlamentarias a través de grupos políticos o por portal de transparencia, y muchas veces recurriendo”.

El viaje del pasado año le supuso a los ciudadanos españoles un desembolso de 10.851,92 euros. Y es que los agentes viajan con todos los gastos pagados.

Doble rasero

La AUGC ha criticado también el “doble rasero que sufrimos mucho”. “A nosotros nos expedientan”, recalca el portavoz de la agrupación, “nos ingresan en prisiones militares por chorradas, siempre por lo mismo, por la disciplina y la imagen del cuerpo y luego pasa esto”. “De puertas para dentro”, destaca Fernández “lo que hay es esto. Ya es hora de que la democracia entre en la Guardia Civil y las cosas cambien un poco”.  

Cuidada selección y en comisión de servicio

De este cuerpo, viajaron hasta el santuario francés 12 miembros de la de las escalas de oficiales, suboficiales cabos y guardias civiles, además de un capellán. El proceso de selección de los elegidos para el viaje, es también ‘peculiar’. “Envían un correo electrónico”, explican a este medio, “donde piden personal voluntario que quiera ir”. Está destinado a “que se apunte el que quiera, pero luego ellos eligen”.


Después ya no hay más selección “no se sabe nada, hasta que ya le dicen a los que van que fueron elegidos”.


Otra de las denuncias que hace esta agrupación tiene que ver con que se trata de “una comisión de servicio”. El que viaja lo hace en jornada laboral y como tal cuenta. No computa como vacaciones. “La Guardia Civil está para prestar seguridad”, insisten desde la AUGC, “no para ir a ‘peregrinar’, aunque, viendo el vídeo, parece más una “parranda, que una peregrinación”.

Todos los gastos pagados

Por si fuera poco, la romería es totalmente gratuita, se cubren todos los gastos, incluido alojamiento y dietas, todo un “derroche”, denuncia este colectivo, para un cuerpo donde hay una terrible falta de medios.

La peregrinación a Lourdes no es, sin embargo, el único exceso que se permite la Guardia Civil. La AUGC ha denunciado en otras ocasiones el gasto generado por los actos centrales del Pilar celebrados en Burgos, que ascendieron a 90.000 euros, o la reforma de 50.000 de un pabellón en Madrid destinado al director general de la DGT, “de la que todavía esperamos las explicaciones oportunas por parte del director general de la Guardia Civil”.

Caza de brujas

Miles de personas han visto ya el vídeo de ‘la conga de la vergüenza’, lo que ha desatado una nueva batalla interna dentro del cuerpo.La Agrupación Unificada de Guardia Civiles habla de una “caza de brujas, de matar al mensajero”.

“Nos pasa siempre”, denuncian, “ya ocurrió con el piso del director de la DGT”.

Se busca al que ha difundido las imágenes.  

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