martes, 26 de diciembre de 2023

Los humanos habríamos provocado la extinción de unas 1.430 especies de pájaros

 

Los humanos habríamos provocado la extinción de unas 1.430 especies de pájaros


TERCERAINFORMACION / 24.12.2023

  • Un nuevo estudio, con participación española, revela los dos eventos de extinción de vertebrados más grandes de la historia provocados por las personas a lo largo de la historia de la humanidad. Los autores también alertan de que estamos viviendo la tercera extinción masiva de aves.



El icónico dodo de Mauricio extinto. / AMNH/C. Chesek

 

Los humanos habríamos eliminado más del doble de especies de aves de lo que se pensaba anteriormente, concretamente unas 1430 especies. Este dato, calculado con modelos matemáticos y publicado hoy en un artículo en la revista Nature Communication, descubre la magnitud real de las extinciones globales provocadas por los humanos, con las implicaciones que esto comporta por la crisis de biodiversidad que estamos viviendo.

Hasta ahora, las observaciones y los fósiles mostraban que desde el final del Pleistoceno (cuando los humanos empezaron a expandirse por el mundo), se han extinguido unas 600 especies de aves, el 90 por ciento en islas habitadas por personas. Estas especies van desde el icónico dodo de Mauricio hasta el alca gigante del Atlántico Norte, pero también hay ejemplos más cercanos, como pájaros de Canarias como ostrero unicolor canario (Haematopus meadewaldoi) o el verderón de Trias (Carduelis triasi), y de Baleares, como el rascón de Eivissa (Rallus eivissensis).

Con este artículo y los modelos estadísticos elaborados, los investigadores estiman que la cifra real es algo más del doble: 1.430 especies perdidas, aproximadamente el 11 % de todas las especies de aves que existen actualmente.

Hace unos años, muchas de las islas del mundo eran oasis de naturaleza prístina, pero la llegada de personas a lugares remotos como Hawái, Tonga, y Azores, y en islas como las de Canarias o Baleares, provocó impactos de gran alcance que se han alargado muchos años. Entre ellos, la deforestación de las islas, la caza excesiva y la introducción de especias invasoras. En consecuencia, se eliminaron muchísimas especies de aves en estos espacios insulares.

Esta desaparición de las aves está documentada desde los años 1500 en adelante, porque antes de ese momento, nuestro conocimiento sobre el destino de las especies solo se basa en los restos fósiles, pero todavía quedan muchos yacimientos por descubrir. Sin fósiles, la verdadera magnitud de las extinciones ha quedado inexplorable y el conocimiento que tenemos es muy desigual en diferentes partes del mundo.

Ahora, un equipo de investigación liderado por el Centro para la Ecología y la Hidrología del Reino Unido (UKCEH), en el que ha participado el CREAF, ha utilizado modelos estadísticos para estimar cuántas extinciones de aves sin descubrir podría haber habido a lo largo de la historia humana moderna (desde el Pleistoceno tardío hace unos 130.000 años).

El equipo de investigación ha utilizado los datos de las extinciones que sí conocemos, y ha extrapolado cuantas especies más podrían haberse extinguido si el esfuerzo de investigación fuera tan grande como el que se ha hecho en Nueva Zelanda. Este país es el único rincón del mundo en el que se cree que la fauna de aves anterior a la llegada del ser humano está plenamente documentada, con restos bien conservados de todas las aves que habitaban.

Rob Cooke, modelizador de UKCEH, constata “Las personas han devastado rápidamente las poblaciones de aves mediante la degradación de los hábitats, la sobreexplotación y la introducción de ratas, cerdos y perros que depredaban los nidos de aves, en islas donde nunca antes había habido depredadores. Muchas especies se extinguieron antes de los registros escritos y no dejaron rastro alguno».

Ferran Sayol, investigador del CREAFy coautor del estudio, añade: «Estas extinciones históricas pueden tener grandes consecuencias para el funcionamiento de los ecosistemas. El mundo no solo ha perdido un gran número de especies de aves únicas, sino que también se habrán perdido las funciones clave que realizaban estos pájaros. Por ejemplo, la pérdida en la dispersión de semillas o la polinización tiene efectos nocivos en cadena sobre otras especies y el conjunto del ecosistema”.

En España, en total, conocemos tres extinciones de Baleares (todas en Ibiza) y diez de Canarias, mientras que el modelo presentado en el artículo estima que podría haber habido tres extinciones más en Baleares y unas ocho más en Canarias que no conocemos .

Tres grandes extinciones masivas

Los científicos afirman que su estudio ha revelado algunos de los eventos de extinción de vertebrados más masivos de la historia impulsados por humanos. En primer lugar, el que se dio durante el siglo XIV en el Pacífico Oriental (incluyendo las islas Hawai), donde se ha estimado que se perdieron 570 especies de aves después de que las personas llegaran por primera vez, casi 100 veces la tasa de extinción natural.

En segundo lugar, en el siglo IX aC, principalmente impulsado por la llegada de personas al Pacífico Occidental (incluyendo las islas Fiji). Por último, destacan el evento de extinción que vivimos actualmente, que empezó a mediados del siglo XVIII. Desde entonces, además del aumento de la deforestación y la propagación de especies invasoras, las aves han tenido que hacer frente a amenazas adicionales impulsadas por humanos, como el cambio climático, la agricultura intensiva y la contaminación.

Se prevé que esta crisis en curso supere el evento de extinción del siglo XIV, ya que existe el riesgo de perder hasta 700 especies adicionales de aves en los próximos cientos de años.

Ferran Sayol concluye: «A pesar de la tragedia que representa la pérdida de especies, todavía hay esperanza. Las últimas acciones de conservación han dado sus frutos, salvando algunas especies como el cernícalo de Mauricio, el cóndor de California, y tenemos la oportunidad de intensificar los esfuerzos por salvaguardar los hábitats de muchas aves y evitar extinciones futuras para conseguir mantener el correcto funcionamiento de los ecosistemas».

Referencia:

Cooke et al. «Undiscovered bird extinctions obscure the true magnitude of human-driven extinction waves».Nature Communications

 

España enviará más de 600 militares y tanques Leopard a una nación centroeuropea

 

España enviará más de 600 militares y tanques Leopard a una nación centroeuropea


La maniobra tendrá la finalidad de reforzar la presencia de la OTAN en su flanco este, en la frontera con Rusia, indica ABC.

DIARIO OCTUBRE / diciembre 26, 2023

 

Teka77 / Gettyimages.ru

 

España planea desplegar en Eslovaquia más de 600 militares, así como carros de combate Leopard y Pizarro junto con vehículos blindados y, previsiblemente, algún helicóptero del Ejército de Tierra, informa ABC.

La maniobra está destinada a reforzar la presencia de la OTAN en su flanco este, en la frontera con Rusia. El medio señala que tal decisión fue anunciada por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, durante la cumbre de la Alianza Atlántica que se celebró en julio en Vilna (Lituania).

Los primeros efectivos serán enviados a la base eslovaca de Lest en enero mientras la misión en sí no tendrá su comienzo oficial hasta el 1 de julio. “España asumirá así el liderazgo del batallón terrestre, cuyo mando tenía hasta ahora la República Checa”, recoge el periódico.

Asimismo, fuentes militares precisaron que la misión en Eslovaquia será una de las completas de las Fuerzas Armadas españolas hasta la fecha y “no tendrá que pasar el filtro del Congreso” a pesar de que la ley de Defensa Nacional exija que todas las operaciones realizadas fuera del país que no estén directamente relacionadas con la defensa de España o no sean del interés nacional, obtengan la autorización de la Cámara.

Por su parte, el Ministerio de Defensa del país ibérico indicó que la maniobra forma parte de la operación de la OTAN en el flanco este, denominada Enhanced Forward Presence, que ya cuenta con la presencia en Letonia. De ese modo, no se trata de una nueva operación, sino de una ya existente, según argumenta el organismo.

“Aunque el Gobierno tuviera el apoyo parlamentario prácticamente garantizado –el PP y Vox suelen avalar estas operaciones–, el PSOE evita así un choque con Sumar y sus socios de investidura, tradicionalmente críticos en asuntos de Defensa”, concluye el medio.

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La guerra genocida de Israel y la tradición colonial

 

La resistencia palestina debe situarse dentro de la historia de la lucha anticolonial, del mismo modo que la guerra genocida de Israel debe reconocerse como una continuación de este linaje colonial.


La guerra genocida de Israel y la tradición colonial


Joseph Massad

El Viejo Topo

26 diciembre, 2023 



El horror que Israel y sus patrocinadores occidentales han sentido desde la operación de represalia de Hamás del 7 de octubre proviene de su desprecio racista por los palestinos autóctonos, que les llevó a creer que Israel nunca podría ser atacado militarmente con éxito.
Pero este sentimiento de humillación occidental por el hecho de que un pueblo no europeo colonizado y «racialmente inferior» pueda resistir y derrotar a sus colonizadores no carece de precedentes en los anales de la historia colonial.
A finales del siglo XIX, los británicos sufrieron una derrota colonial de lo más ilustre a manos del ejército del reino zulú. Durante la batalla de Isandlwana, en enero de 1879, en el sur de África, el ejército zulú, compuesto por 20.000 soldados ligeramente armados, humilló a las fuerzas coloniales británicas, a pesar de su superioridad armamentística, matando a 1.300 (700 de ellos africanos) de un total de 1.800 soldados invasores y 400 civiles. La batalla dejó entre 1.000 y 3.000 fuerzas zulúes muertas.

 

VENGANZA COLONIAL

La asombrosa derrota dejó el orgullo británico por los suelos y desató el temor en el gobierno de Benjamin Disraeli de que la victoria zulú alentara la resistencia indígena en todo el Imperio. En julio de 1879, los británicos volvieron a invadir el territorio zulú con una fuerza mucho mayor, y esta vez derrotaron a los zulúes. Se vengaron saqueando su capital, Ulundi, arrasándola, y capturando y exiliando al rey zulú. En total, murieron 2.500 soldados británicos (incluidos sus reclutas africanos) y 10.000 zulúes.
En el sur de África, Cecil Rhodes, un magnate minero británico, fundó la British South Africa Company en 1889. La compañía partió de Sudáfrica hacia el norte para conquistar más tierras e introducir colonos ingleses. En 1890, 180 colonos y 200 policías de la compañía partieron hacia Mashonalandia (en la actual Zimbabue) desde Bechuanalandia (en la actual Botsuana). Ese año, Rhodes se convirtió en Primer Ministro de la Colonia del Cabo.
La invasión de la compañía se enfrentó a la dura resistencia local de los pueblos shona y ndebele en 1893 y 1896. En 1893, el salvajismo de los colonos blancos fue tal que calificaron de «caza de perdices» la masacre de los ndebele. Durante la revuelta de 1896, los shona y los ndebele mataron a 370 colonos blancos, lo que impulsó a los británicos a enviar 800 soldados a la nueva colonia de colonos para sofocar el levantamiento anticolonial, apodado Chimurenga (que significa «liberación» en shona). En total, murieron 600 blancos de una población colonial de 4.000.
La respuesta de los blancos fue aún más salvaje que las matanzas de 1893. Un colono blanco «disparaba a los pastores y recogía sus orejas, otro cortaba trozos de piel de sus víctimas para hacer parches de tabaco». Los colonos mataron africanos indiscriminadamente, destruyeron cosechas y dinamitaron casas. Las masacres y la destrucción provocaron hambrunas generalizadas, mientras que los líderes de la revuelta fueron asesinados y los que sobrevivieron fueron perseguidos, juzgados y ahorcados.
Del mismo modo, en 1896, los italianos, que habían establecido una colonia de colonos en Eritrea, decidieron, con el apoyo británico, invadir Etiopía para adquirir más tierras, pero fueron humillados y derrotados por el ejército etíope del emperador Menelik II, armado con armas francesas. Miles de soldados etíopes, eritreos e italianos murieron en la batalla de Adwa.
La derrota de un ejército europeo a manos de un ejército africano dejó a Italia humillada ante sus pares europeos y en busca de una venganza que tuvo que esperar a la llegada del régimen fascista. Fue Mussolini quien vengó la derrota de Adwa cuando invadió Etiopía en 1935. Esta vez, los italianos mataron a 70.000 etíopes y transformaron Etiopía en una colonia de colonos.
Al norte aún, el ejército del líder sudanés Muhammad Ahmad bin Abdullah, conocido como al-Mahdi, conquistó Jartum a los colonizadores británicos y derrotó a sus fuerzas en enero de 1885. Al-Mahdi murió en agosto de 1885 de tifus.
Preocupados por la derrota italiana en Adwa, los británicos reconquistaron Sudán en 1896 y tomaron Jartum en 1898, tras matar a 12.000 sudaneses con artillería y ametralladoras, y herir y capturar a más de 15.000. Los británicos perdieron a 700 personas, incluidos soldados egipcios y sudaneses que formaban parte de las fuerzas británicas.
Incluso muertos, los líderes nativos serían sometidos a la práctica colonial europea de la decapitación. El conquistador británico lord Kitchener ordenó la exhumación del cadáver de al-Mahdi, lo decapitó, arrojó el cuerpo al Nilo y pensó en utilizar el cráneo como tintero si no fuera por las instrucciones que recibió de la reina Victoria al enterarse de la abominación.

 

LA VENGANZA ISRAELÍ

Estos precedentes coloniales son fundamentales para considerar el carácter vengativo de las potencias occidentales blancas cuando son humilladas militarmente por «pueblos menores» que se resisten a sus conquistas coloniales.
En 1954, después de que los franceses sufrieran una catastrófica derrota en Dien Bien Phu, en el norte de Vietnam, los estadounidenses tomaron inmediatamente el relevo de la guerra, matando a millones de personas en las dos décadas siguientes en todo el sudeste asiático.
Tras su humillación del 7 de octubre a manos de los combatientes liderados por Hamás, que siguen cosechando importantes victorias militares contra las fuerzas invasoras en Gaza, Israel procedió a vengarse librando una guerra genocida total contra los palestinos. Este asalto en curso cuenta con el apoyo logístico y financiero de los países europeos de supremacía blanca y de Estados Unidos, que también le dan cobertura política y moral.

POR QUÉ LAS AFIRMACIONES ISRAELÍES NO TIENEN CREDIBILIDAD FUERA DE OCCIDENTE

La prensa europea y estadounidense han desempeñado un papel activo en la promoción de justificaciones para el genocidio israelí del pueblo palestino mediante la promoción de historias racistas de violencia palestina bárbara y primitiva, un buen número de las cuales ya han sido desmentidas y retractadas. Sin embargo, los dirigentes políticos occidentales las siguen repitiendo como si fueran ciertas.
Este consenso occidental sobre la necesidad de llevar a cabo un genocidio contra el pueblo palestino fue resumido con precisión por el presidente de Israel, Isaac Herzog, quien declaró que la guerra genocida supremacista judía de Israel «no es sólo entre Israel y Hamás. Es una guerra que pretende, de verdad, salvar la civilización occidental, salvar los valores de la civilización occidental».
Añadió, en homenaje al uso que Ronald Reagan hizo de la moral cristiana en su campaña para derribar a la URSS, que el enemigo de Israel es nada menos que «un imperio del mal». Para explicar por qué existe un consenso blanco tan amplio en Europa y Estados Unidos en apoyo de la «aniquilación» de Gaza y su pueblo, Herzog argumentó que «si no fuera por nosotros, Europa sería la siguiente, y Estados Unidos le seguiría».
Tal defensa es característica de los colonizadores europeos supremacistas blancos. En 1965, dos meses antes de que los colonos blancos de Rodesia declararan la independencia, el brigadier Andrew Skeen, último alto comisionado de Rodesia en Londres, defendió la supremacía blanca y el colonialismo de colonos en Rodesia afirmando que «se puede detener y hacer retroceder una invasión oriental de Occidente», y como el destino de Rodesia «pendía de un hilo», esto «condujo al momento en que Rodesia asumió el papel de campeón de la civilización occidental».
Al igual que los colonos coloniales cristianos blancos, que a menudo han invocado la superioridad racial y la defensa de la civilización occidental para justificar sus crímenes genocidas, Israel también invoca la supremacía judía y la civilización occidental para justificar sus crímenes genocidas. Sin embargo, el gobierno israelí y sus partidarios sionistas tienen una justificación más potente, de la que no disponen los colonos coloniales cristianos blancos, a saber, la invocación del Holocausto y la historia del antisemitismo que, según Israel, le otorgan el derecho moral a oprimir y limpiar étnicamente al pueblo palestino, una defensa exclusiva de la colonia de colonos judíos.
La defensa siempre disponible y combativa de Israel de sus crímenes genocidas es su afirmación de que, dado que los judíos europeos habían sido sometidos a un genocidio por los cristianos blancos europeos, el gobierno israelí puede por tanto infligir, en nombre de los judíos, las atrocidades que considere necesarias al pueblo palestino, incluso si ello significa arrasar y enterrar vivos a docenas de civiles.
Cualquiera que se atreva a cuestionar este noble genocidio israelí de palestinos en defensa de la civilización occidental, como podría hacer la Corte Penal Internacional si investigara los crímenes israelíes, estaría practicando «antisemitismo puro», como proclamó Benjamin Netanyahu con mucha arrogancia.

LEGADOS COLONIALES

Dado el horrible historial de atrocidades cometidas por Israel contra los palestinos, especialmente los del campo de concentración de Gaza, que han soportado sus manifestaciones más crueles durante casi dos décadas, muchos comentaristas han ideado diversas analogías para condenar o explicar lo ocurrido el 7 de octubre.
En una reciente entrevista concedida a The New Yorker, el historiador palestino-estadounidense Rashid Khalidi, que a principios de la década de 1990 asesoró a la Organización para la Liberación de Palestina en Madrid y Washington sobre cómo negociar el llamado «proceso de paz» kissingeriano, condenó la resistencia palestina: «Si un movimiento de liberación indígena viniera y disparara un R.P.G. contra mi edificio de apartamentos porque vivo en tierra robada, ¿estaría justificado?», afirmó: «Por supuesto que no estaría justificado… O aceptas el derecho internacional humanitario o no lo aceptas».
Pero la analogía de Khalidi, que suscitó críticas en X, es errónea. Si los ciudadanos palestinos colonizados de Israel hubieran bombardeado a los judíos israelíes que ahora viven en sus tierras robadas, la analogía con los nativos americanos podría tener algún mérito. Sin embargo, incluso en ese caso, recordaría a la representación que los colonos blancos racistas hicieron de los nativos americanos en la «Declaración de Independencia» de Estados Unidos como «los despiadados salvajes indios cuya regla de guerra conocida es la destrucción sin distinciones de todas las edades, sexos y condiciones», como replicó el académico y activista Nick Estes, de la organización de nativos americanos Red Nation.
Proponiendo una analogía diferente, el historiador judío estadounidense Norman Finkelstein, cuyos padres fueron supervivientes de campos de concentración, comparó la resistencia palestina con la de los presos judíos que se escapan de los campos de concentración y «revientan las puertas». Añadió que su propia madre había apoyado el bombardeo indiscriminado de civiles alemanes en Dresde. Abundan muchas otras analogías, como la revolución haitiana y la rebelión de los esclavos de Nat Turner.
Mientras tanto, nadie ha ofrecido ninguna analogía del apoyo masivo que la opinión pública israelí está dando a la aniquilación de los palestinos en Gaza. Según las encuestas del Índice de Paz del Instituto Israelí para la Democracia y la Universidad de Tel Aviv, realizadas más de un mes después del comienzo del bombardeo masivo israelí de Gaza, que para entonces ya había matado a miles de personas, «el 57,5% de los judíos israelíes dijeron que creían que las FDI estaban utilizando muy poca potencia de fuego en Gaza, el 36,6% dijo que las FDI estaban utilizando una cantidad adecuada de potencia de fuego, mientras que sólo el 1,8% dijo que creía que las FDI estaban utilizando demasiada potencia de fuego».
Sin embargo, en lugar de desplegar analogías reales o ficticias, la resistencia palestina al colonialismo de los colonos israelíes debe situarse siempre dentro de la historia de lucha anticolonial que la precedió. La reciente furia racista de Occidente y la guerra genocida de Israel contra el pueblo palestino cautivo es una continuación de este linaje colonial.
Etíopes, zulúes, sudaneses y zimbabuenses son algunos de los pueblos que perdieron decenas de miles de vidas a manos de la supremacía blanca y el colonialismo de colonos. Los indígenas argelinos, tunecinos, mozambiqueños, angoleños y sudafricanos, por no hablar de los vietnamitas, camboyanos y laosianos, también han perdido millones en sus respectivas luchas entre 1954 y 1994.
Durante los últimos 140 años, y de forma más dramática en los últimos 75, los palestinos indígenas han sido igualmente víctimas de este legado continuado del colonialismo de colonos europeos que tiene como premisa la supremacía judía y la defensa de la «civilización occidental».

Artículo seleccionado por Carlos Valmaseda para la Miscelánea de Salvador López Arnal

Fuente: Middle East Eye.

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