domingo, 7 de noviembre de 2021

La misión del escritor

 

Tal día como hoy nacía en Argelia el gran novelista, dramaturgo y filósofo Albert Camus. Intelectual comprometido, militante en la Resistencia, lo recordamos con su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura en 1957.

La misión del escritor

 Albert Camus

El Viejo Topo

7 noviembre, 2021

 

Estocolmo, 10 de diciembre de 1957

Al recibir la distinción con que ha querido honrarme su libre Academia, mi gratitud es más profunda cuando evalúo hasta qué punto esa recompensa sobrepasa mis méritos personales. Todo hombre, y con mayor razón todo artista, desea que se reconozca lo que es o quiere ser. Yo también lo deseo. Pero al conocer su decisión me fue imposible no comparar su resonancia con lo que realmente soy. ¿Cómo un hombre, casi joven todavía, rico sólo por sus dudas, con una obra apenas desarrollada, habituado a vivir en la soledad del trabajo o en el retiro de la amistad, podría recibir, sin una especie de pánico, un galardón que le coloca de pronto, y solo, a plena luz? ¿Con qué ánimo podía recibir ese honor al  tiempo que, en tantos sitios, otros escritores, algunos de los más grandes, están reducidos al silencio y cuando, al mismo tiempo, su tierra natal conoce una desdicha incesante?

He sentido esa inquietud, y ese malestar. Para recobrar mi paz interior me ha sido necesario ponerme de acuerdo con un destino demasiado generoso. Y como era imposible igualarme a él con el único apoyo de mis méritos, no he hallado nada mejor, para ayudarme, que lo que me ha sostenido a lo largo de mi vida y en las circunstancias más opuestas: la idea que me he forjado de mi arte y de la misión del escritor. Permítanme, aunque sólo sea en prueba de reconocimiento y amistad, que les diga, lo más sencillamente posible, cuál es esa idea.

Personalmente, no puedo vivir sin mi arte. Pero jamás he puesto ese arte por encima de cualquier cosa. Por el contrario, si me es necesario es porque no me separa de nadie, y me permite vivir, tal como soy, a la par de todos. A mi ver, el arte no es una diversión solitaria. Es un medio de emocionar al mayor número de hombres, ofreciéndoles una imagen privilegiada de dolores y alegrías comunes. Obliga, pues, al artista a no aislarse; le somete a la verdad, a la más humilde y más universal. Y aquellos que muchas veces han elegido su destino de artistas porque se sentían distintos, aprenden pronto que no podrán nutrir su arte ni su diferencia más que confesando su semejanza con todos.

El artista se forja en ese perpetuo ir y venir de sí mismo hacia los demás, equidistante entre la belleza, sin la cual no puede vivir, y la comunidad, de la cual no puede desprenderse. Por eso, los verdadero artistas no desdeñan nada; se obligan a comprender en vez de juzgar. Y si han de tomar partido en este mundo, sólo puede ser por una sociedad en la que, según la gran frase de Nietzsche, no ha de reinar el juez sino el creador, sea trabajador o intelectual.

Por lo mismo el papel de escritor es inseparable de difíciles deberes. Por definición no puede ponerse al servicio de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la sufren. Si no lo hiciera, quedaría solo, privado hasta de su arte. Todos los ejércitos de la tiranía, con sus millones de hombres, no le arrancarán de la soledad, aunque consienta en acomodarse a su paso y, sobre todo, si en ello consiente. Pero el silencio de un prisionero desconocido, abandonado a las humillaciones, en el otro extremo del mundo, basta para sacar al escritor de su soledad, por lo menos, cada vez que logre, entre los privilegios de su libertad, no olvidar ese silencio, y trate de recogerlo y reemplazarlo, para hacerlo valer mediante todos los recursos del arte.

Nadie es lo bastante grande para semejante vocación. Sin embargo, en todas las circunstancias de su vida, obscuro o provisionalmente célebre, aherrojado por la tiranía o libre para poder expresarse, el escritor puede encontrar el sentimiento de una comunidad viva, que le justificará sólo a condición de que acepte, tanto como pueda, las dos tareas que constituyen la grandeza de su oficio: el servicio a la verdad, y el servicio a la libertad. Y puesto que su vocación consiste en reunir al mayor número posible de hombres, no puede acomodarse a la mentira ni a la servidumbre porque, donde reinan, crece el aislamiento. Cualesquiera que sean nuestras flaquezas personales, la nobleza de nuestro oficio arraigará siempre en dos imperativos difíciles de mantener: la negativa a mentir respecto de lo que se sabe y la resistencia ante la opresión.

Durante más de veinte años de historia demencial, perdido sin remedio, como todos los hombres de  mi edad, en las convulsiones del tiempo, sólo me ha sostenido el sentimiento hondo de que escribir es hoy un honor, porque ese acto obliga, y obliga a algo más que a escribir. Me obligaba, especialmente, tal como yo era y con arreglo a mis fuerzas, a compartir, con todos los que vivían mi misma historia, la desventura y la esperanza. Esos hombres nacidos al comienzo de la primera guerra mundial, que tenían veinte años en la época de instaurarse, a la vez, el poder hitleriano y los primeros procesos revolucionarios, Y que para completar su educación se vieron enfrentados a la guerra de España, a la segunda guerra mundial, al universo de los campos de concentración, a la Europa de la tortura y de las prisiones, se ven hoy obligados a orientar a sus hijos y a sus obras en un mundo amenazado de destrucción nuclear. Supongo que nadie pretenderá pedirles que sean optimistas. Hasta llego a pensar que debemos ser comprensivos, sin dejar de luchar contra ellos, con el error de los que, por un exceso de desesperación han reivindicado el derecho al deshonor y se han lanzado a los nihilismos de la época. Pero sucede que la mayoría de entre nosotros, en mi país y en el mundo entero, han rechazado el nihilismo y se consagran a la conquista de una legitimidad.

Les ha sido preciso forjarse un arte de vivir para tiempos catastróficos, a fin de nacer una segunda vez y luchar luego, a cara descubierta, contra el instinto de muerte que se agita en nuestra historia.

Indudablemente, cada generación se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin embargo, que no podrá hacerlo. Pero su tarea es quizás mayor. Consiste en impedir que el mundo se deshaga. Heredera de una historia corrompida —en la que se mezclan las revoluciones fracasadas, las técnicas enloquecidas, los dioses muertos, y las ideologías extenuadas; en la que poderes mediocres, que pueden hoy destruirlo todo, no saben convencer; en la que la inteligencia se humilla hasta ponerse al servicio del odio y de la opresión—, esa generación ha debido, en si misma y a su alrededor, restaurar, partiendo de amargas inquietudes, un poco de lo que constituye la dignidad de vivir y de morir. Ante  un mundo amenazado de desintegración, en el que se corre el riesgo de que nuestros grandes inquisidores establezcan para siempre el imperio de la muerte, sabe que debería, en una especie de carrera loca contra el tiempo, restaurar entre las naciones una paz que no sea la de la servidumbre, reconciliar de nuevo el trabajo y la cultura, y reconstruir con todos los hombres una nueva Arca de la Alianza.

No es seguro que esta generación pueda al fin cumplir esa labor inmensa, pero lo cierto es que, por doquier en el mundo, tiene ya hecha, y la mantiene, su doble apuesta en favor de la verdad y de la libertad y que, llegado el momento, sabe morir sin odio por ella. Es esta generación la que debe ser saludada y alentada dondequiera que se halle y, sobre todo, donde se sacrifica. En ella, seguro de vuestra profunda aprobación, quisiera yo declinar hoy el honor que acabáis de hacerme.

Al mismo tiempo, después de expresar la nobleza del oficio de escribir, querría yo situar al escritor en su verdadero lugar, sin otros títulos que los que comparte con sus compañeros, de lucha, vulnerable pero tenaz, injusto pero apasionado de justicia, realizando su obra sin vergüenza ni  orgullo, a la vista de todos; atento siempre al dolor y a la belleza; consagrado en fin, a sacar de su ser complejo las creaciones que intenta levantar, obstinadamente, entre el movimiento destructor de la historia.

¿Quién, después de eso, podrá esperar que él presente soluciones ya hechas, y bellas lecciones de moral? La verdad es misteriosa, huidiza, y siempre hay que tratar de conquistarla. La libertad es peligrosa, tan dura de vivir, como exaltante. Debemos avanzar hacia esos dos fines, penosa pero resueltamente, descontando por anticipado nuestros desfallecimientos a lo largo de tan dilatado camino. ¿Qué escritor osaría, en conciencia, proclamarse orgulloso apóstol de virtud? En cuanto a mi, necesito decir una vez más que no soy nada de eso. Jamás he podido renunciar a la luz, a la dicha de ser, a la vida libre en que he crecido. Pero aunque esa nostalgia explique muchos de mis errores y de mis faltas, indudablemente ella me ha ayudado a comprender mejor mi oficio y también a mantenerme, decididamente, al lado de todos esos hombres silenciosos, que no soportan en el mundo la vida que les toca vivir más que por el recuerdo de breves y libres momentos de felicidad, y por la esperanza de volverlos a vivir.

Reducido así a lo que realmente soy, a mis verdaderos límites, a mis dudas y también a mi difícil fe, me siento más libre para destacar, al concluir, la magnitud y generosidad de la distinción que acabáis de hacerme. Más libre también para decir que quisiera recibirla como homenaje rendido a todos los que, participando el mismo combate, no han recibido privilegio alguno y sí, en cambio, han conocido desgracias y persecuciones. Sólo me falta dar las gracias, desde el fondo de mi corazón, y hacer públicamente, en señal personal de gratitud, la misma y vieja promesa de fidelidad que cada verdadero artista se hace a si mismo, silenciosamente, todos los días.

Fuente: El Gatopardo

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Resumen informativo para periodistas. Pueblos indígenas y COP26. [Ecología sí. Ecocuentacos. Ecotonterías, Ecosimplezas, Ecomentiras y COP26 no. Ni hablar del peluquín]

 

Resumen informativo para periodistas

Pueblos indígenas y COP26

Rebelion

Survival Internacional / Ecología social

 06.11.2021

 

Fuentes: Survival [Imagen: Indígenas bakas, Messok Dja, República Democrática del Congo. En África y Asia, la creación de áreas protegidas ha provocado violencia, hambre y un dramático deterioro de las condiciones de salud de la población indígena y local. © Survival International]


Los pueblos indígenas desempeñan un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático. Sus tierras protegen el 80% de la biodiversidad mundial y, sin embargo, desde los incendios en la Amazonia hasta las marchas contra las minas de carbón en la India, los pueblos indígenas se juegan la vida para detener la destrucción de la naturaleza.

Con motivo de la celebración de la COP26, Survival International expone tres cuestiones clave que demuestran el papel central que los pueblos indígenas desempeñan en la lucha contra el cambio climático. Estas cuestiones visibilizan los abusos que sufren y que ponen de manifiesto la necesidad apremiante de reconocer su valioso conocimiento de los entornos naturales y de colocarlos en el centro de los debates para combatir la emergencia climática.

Soluciones basadas en la naturaleza y 30×30

Cada vez más, gobiernos, empresas y grandes ONG de conservación impulsan la idea de que las “Soluciones Basadas en la Naturaleza” (SbN) pueden contribuir en gran medida a luchar contra el cambio climático. Sin embargo, cada vez más voces se alzan contra estas “medidas mágicas” que en realidad NO son una “solución” a la crisis climática, pero SÍ suponen un peligroso e injusto ataque a los pueblos indígenas y sus tierras.

En gran medida, las SbN no son más que una nueva forma de referirse a los existentes proyectos de compensación de emisiones de carbono a los que se aplica un lavado de imagen con esta nueva forma de nombrarlos. Estas “soluciones” ponen precio a la “naturaleza”, ya que la conciben como un capital o activo de mercado que permite a las grandes corporaciones seguir contaminando a cambio de “compensar” sus emisiones de carbono, por ejemplo, plantando algunos árboles o “preservando” bosque existente.

La adopción a gran escala de las SbN se producirá a expensas de quienes tienen menor responsabilidad en la crisis climática, los pueblos indígenas y otras poblaciones locales, y desviará la atención de las verdaderas causas de la destrucción del medio ambiente y del cambio climático, y de los principales responsables: las emisiones de los combustibles fósiles, el consumo excesivo y la explotación de recursos liderada por el Norte Global y sus grandes empresas.

Probablemente la SbN más conocida es el “30×30”, el plan impulsado por gobiernos, ONG y la “Coalición de Alta Ambición por la Naturaleza y las Personas” para convertir el 30% de la Tierra en Áreas Protegidas para 2030: ello supondría duplicar la superficie actual de estos espacios.

Pero las Áreas Protegidas no resolverán la crisis climática. Además, su creación en tierras habitadas por pueblos indígenas y comunidades locales conlleva a menudo su desalojo y persecución. En África y Asia, por ejemplo, la gran mayoría de Áreas Protegidas han desembocado en la expulsión de pueblos indígenas y otras comunidades locales. Por ello, impulsar más Áreas Protegidas significará en realidad más robo de tierras, militarización, asesinatos, torturas y abusos en nombre de la conservación de la naturaleza.

La forma más eficaz y justa de luchar contra la pérdida de biodiversidad y el cambio climático es, con diferencia, dejar en manos de las comunidades locales el control sobre sus tierras y reconocer sus derechos de propiedad territorial: no es casualidad que el 80% de la biodiversidad de la Tierra se encuentre en territorios indígenas.

Survival trabaja con comunidades indígenas de la India que están siendo expulsadas para abrir el camino a Reservas de Tigres; y en la cuenca del Congo, donde los bakas, bayakas y otros pueblos han visto cómo les robaban sus tierras para crear una extensa red de Áreas Protegidas.

Notas para periodistas:

– Dossier de prensa: “Las Soluciones basadas en la Naturaleza son una gran mentira verde”
– El equipo de investigación de Survival conoce el tema y la zona en profundidad y tiene disponibilidad para entrevistas. También podemos facilitar contactos sobre terreno, imágenes, testimonios grabados en vídeo, etc. Contáctanos por email: comunicacion@survival.es; o por teléfono: +34 91 521 72 83.

Los jenu kurubas sostienen pancartas en su protesta frente al Parque Nacional de Nagarhole, en la India, de donde están siendo expulsados en nombre de la ‘conservación de la naturaleza’. © Survival


Destrucción de la Amazonia = genocidio indígena

Las selvas y bosques que son propiedad y están controlados por pueblos indígenas y comunidades locales contienen unos 37.700 millones de toneladas de carbono, 29 veces más que las emisiones anuales de los vehículos de pasajeros de todo el mundo.

Pero en la Amazonia, su rápida y creciente destrucción en los últimos años es bien conocida. El presidente Bolsonaro pisotea las regulaciones ambientales y sigue adelante con sus planes de abrir los territorios indígenas a la minería, la explotación forestal y la agroganadería. Tan solo entre marzo y mayo de 2020, el gobierno brasileño aprobó 195 actuaciones, entre ordenanzas, decretos y otras medidas, destinadas a desmantelar y esquivar, directa o indirectamente, diferentes leyes medioambientales.

Hay varios focos de tensión en Brasil que muestran las consecuencias letales de estas políticas:

– La única indígena contactada del pueblo indígena piripkura ha expresado su temor a que los madereros que operan ilegalmente dentro del territorio de su pueblo acaben pronto con las vidas de sus familiares sin contactar. Hace poco contaba a Survival International cómo los madereros masacraron a nueve de sus parientes en un ataque. Su hermano y su sobrino, que sobrevivieron a los ataques, viven aislados en la selva.

– El Territorio Piripkura está protegido por una Ordenanza de Protección Territorial que acaba de ser renovada por seis meses. Estas ordenanzas de emergencia se utilizan para proteger los territorios de los pueblos indígenas no contactados que no han pasado por el largo proceso de demarcación oficial. Siete territorios de pueblos indígenas sin contactar, y un millón de hectáreas de selva amazónica en Brasil, están protegidos por ellas. Pero políticos y agroganaderos antindígenas han urdido un plan secreto para eliminarlas y poder robar esas tierras para la explotación agroganadera, maderera, minera… Si consiguen su propósito, ello podría resultar en la aniquilación de pueblos indígenas enteros como consecuencia de un acaparamiento masivo e ilegal de tierras indígenas.

– Los yanomamis conforman el pueblo indígena relativamente aislado más numeroso de América del Sur. Viven en las selvas y montañas del norte de Brasil y del sur de Venezuela, y gestionan la mayor superficie selvática del mundo bajo control indígena. Por desgracia, también están en la primera línea de la retórica pro-minería de Bolsonaro. Unos 20.000 mineros de oro ilegales están destruyendo y contaminando sus ríos y propagando enfermedades. Las mafias criminales son cada vez más activas, controlan el mercado del oro y aterrorizan a los yanomamis con impunidad.

El destino de la Amazonia será el centro de atención durante la COP26. Estos casos que muestran luchas por sus tierras y por su supervivencia determinarán el futuro de la selva.

Los hombres piripkuras Baita y Tamandua, tío y sobrino, fotografiados durante un encuentro con una unidad de la FUNAI. Ambos han tenido interacciones esporádicas con el equipo local de la FUNAI, pero regresaron a vivir en la selva. © Bruno Jorge


El auge de la minería en la India: ataque a los adivasis

La necesidad urgente de que todos los países reduzcan sus emisiones de CO2 ocupa un lugar destacado en la agenda de la COP26, por ello resulta chocante y sorprendente la historia poco conocida de lo que está sucediendo en el centro de la India.

Como parte de la campaña de Narendra Modi para que la India sea energéticamente autosuficiente, las empresas mineras estatales y privadas están llevando a cabo una expansión sin precedentes de la extracción de carbón en los bosques indígenas del cinturón central de la India. Su escala es impactante:

– Hay 55 nuevas minas planificadas.

– Se ampliarán 193 minas existentes.

– Se prevé que la producción aumente a 1.000 millones de toneladas al año en todo el país.

En el bosque de Hasdeo de Chhattisgarh, de un valor incalculable y una de las mayores zonas forestales del país, 10.000 gond, oraon y otros adivasis (indígenas) están organizando una resistencia desesperada para salvar sus tierras, sus medios de vida y su bosque sagrado. Hasta la fecha, ya se ha construido una enorme mina a cielo abierto en tierras adivasis: PEKB. La construcción de otra, Parsa, podría empezar de forma inminente. Cientos de adivasis participaron recientemente en una marcha de protesta de 300 km hasta la capital del estado.

Por toda la India, muchos adivasis han sido detenidos, perseguidos e incluso asesinados por rebelarse contra la minería.

Este caso resume perfectamente las contradicciones entre la retórica oficial de los gobiernos sobre el cambio climático y lo que de verdad ocurre sobre el terreno.

Los adivasis (indígenas) del bosque de Hasdeo protestan en el cumpleaños de Gandhi para defender sus derechos constitucionales. Pueblo de Fateppur, Chhattisgarh. © Vijay Ramamurthy


Nota para periodistas: el equipo de investigación de Survival conoce el tema y la zona en profundidad y tiene disponibilidad para entrevistas. También podemos facilitar contactos sobre terreno, imágenes, testimonios grabados en vídeo, y muchos más recursos. Contáctanos por email: comunicacion@survival.es o por teléfono: +34 91 521 72 83.

Fuente: https://www.survival.es/noticias/12690

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Editorial: Y la ministra derogó sus promesas. [Ojú que mieo chabó, que la ministra/ministro de trabajo/trabaja nos va a traer el comunismo, el social comunismo, el horripi comunismo y la Biblia en verso, pero en la versión comunista de ¡que te como! A esto, pero ya por mi cuenta, le voy a añadir el las, les, lis, los, lus con un manojo de eco por delante y otro por detrás y la cosa va a quedar pintiparada]

 

Editorial: Y la ministra derogó sus promesas

INSURGENTE.ORG / 05.11.2021




 “Y al final se enamora” es un spoiler con el que podríamos arruinarle a más de uno la película de después de comer. Igualmente, desde InSurGente pedimos disculpas a nuestros lectores por haberles destripado el final de la película de Yolanda Díaz con repetidos spoilers. Porque, sí, desde esta tribuna virtual advertimos no pocas veces del grosero bluf que se estaba generando alrededor de tan preclara ministra de trabajo .

Una “comunista” cuyo currículo de méritos revolucionarios contaba con la pírrica cima de haber acuñado la “rompedora” expresión  de “matria”. Pero que, tras una campaña de marketing sin igual, muchos encumbraban sin saber siquiera por qué. Cuando les preguntabas qué había hecho esa mujer para ser tan grande, miraban hacia otro lado incómodos. O, peor aún, te decían que “los ERTE”, que han aplicado en Europa incluso los gobiernos de la derecha y que se financian con una partida concreta de los Fondos de Recuperación de la UE.

Pues bien, hace solo unos días la ministra vociferaba en el congreso de CC OO que iba a derogar la reforma laboral de la derecha, ganándose la cerrada ovación del ejército de liberados y amarillos allí congregados. Pero también mucha gente honrada, pero aún confiada, compartió por las redes sociales tan esperanzadora promesa.

Días después, Díaz, en entrevista para La Sexta, confesó que “técnicamente” no habría derogación sino reforma de la reforma. Y luego lanzó su particular jarro de agua fría: la cuestión de los despidos no se tocaría en absoluto. Se dejaría exactamente igual que en la reforma laboral de Rajoy. Cabe preguntarle a la ministra por qué obvió ese detalle al dar su mitin en el congreso de CC OO. ¿Tal vez se le olvidó?

Rompamos la cuarta pared de este teatro: no solo sabemos que no. Sabemos además que nada de esto es nuevo y que todos los miembros del “gobierno del cambio” también lo sabían… desde hace mucho. Porque los fondos del chantaje europeo solo se conceden a cambio de flexibilidad para exprimir más y mejor a la mano de obra. Hoy mismo nos hacíamos eco en Insurgente de cómo la ministra Calviño nos recordaba la naturaleza chantajista de dichos fondos.[1] En realidad, lo que pasa es que los «ministros del cambio» y toda su cohorte no quieren enfrentarse a la UE y perder sus suculentos cargos: ese (el suyo como ministros, secretarios, asesores, etc.) es el único despido que no están dispuestos a aceptar. Pero lo peor no es que estos ministros no hagan lo que sabemos que no podrían hacer sin ser removidos. Lo peor es que no se lo digan claramente a la gente, que no desenmascaren a la dictadura de Bruselas, con lo que refuerzan el peor de los ilusionismos políticos. Y es que, de ese modo, ni comen ellos ni dejan comer a la izquierda rupturista que necesitamos.

En cualquier caso, volviendo a la figura en cuestión, al final no va a resultar tan extraño -para nosotros, nunca lo fue- que los medios de comunicación alaben tanto el “saber estar” y la “moderación” de esta Carmena 2.0. El caso es que, como la propia entrevistadora no daba crédito a lo que estaba escuchando, la camarada Díaz intentó escapar explicando que “se lucharía contra la temporalidad”. Y, a la vista de esto, cabe preguntarse algo. Si el despido improcedente no va a volver a tener una indemnización de 45 días por año trabajado, ¿qué es lo que se va a derogar entonces? ¿Los artículos puramente declarativos?

Cualquiera sabe de la escasa antigüedad que acumula la clase trabajadora española (sobre todo los jóvenes, que son los que encadenan un trabajo precario uno tras otro). Si la indemnización por despido improcedente (33 días/año) no vuelve a ser sustancialmente diferente a la indemnización por despido procedente (20 días/año), ¿qué más les da a los empresarios contratar a todos sus trabajadores como indefinidos?

Así Yolanda podrá presumir de estadísticas y de haber limitado la temporalidad, y los empresarios podrán despedir igualmente pagando una miseria. Win-win.

[1] https://insurgente.org/el-chantaje-de-los-fondos-europeos-en-el-tragala-de-la-reforma-laboral/

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